Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Norma jurídica:
La cual se apoya en la fuerza material, en este sentido, el derecho es el
instrumento de protección y garantía contra el Estado.
- El derecho nace en la división de clases, que impone el establecimiento de un
aparato represor y coactivo que se puede llamar Estado o derecho.
- El derecho es la proyección del poderío del Estado
- Es un dispositivo de sujeción y coacción
- Por el derecho la administración interviene en la sociedad
- Desprovisto de contenido propio, refleja las condiciones de dominación y
explotación de un modo de producción determinada, contribuyendo al mismo tiempo a la
reproducción
- Instrumento de poder de clase, sirve de principio de legitimación a las clases
dominantes
- Instrumento de regulación de relaciones sociales
Fuerza material:
Se abriga tras la norma jurídica que garantiza la legitimidad de su utilización
- La administración al controlar los medios materiales de coacción es la única
habilitada para hacer de la fuerza según las modalidades fijadas por el orden
jurídico.
Poder de la administración
Coacción:
Conjunto de condiciones objetivas entre las que unas determinan lo que el sistema
puede hacer y definen el campo de lo posible
-El poder de la coacción se encuentra disimulado tras una red cerrada de
instituciones que impiden el acercamiento directo
Necesidades sociales:
Espacio administrativo
PROBLEMA
La localización del espacio administrativo no se ha planteado solamente en
relación con la sociedad, sino que también se ha confundido con el espacio político
desde su origen, este último se construye alrededor del monopolio de la coacción.
DESARROLLO
ASPECTOS CONFIGURANTES DE LA ADMINISTRACIÓN Y EL ESTADO
Porque se debe pensar en el surgimiento de ciertos aspectos configurantes que
aunque están presentes en la vida cotidiana no se le presta la atención necesaria,
¿cómo se configuran estos?, ¿Porque son importantes para la configuración de ciertos
aspectos cotidianos de la sociedad en general? No existe respuesta clara a estos
interrogantes, cualquiera podría decir que son algo que ya estaba y no es necesario darle
mayor relevancia, otros dirán porque ya está instituido y no se debe cambiar. En general
los aspectos configurantes por más mínimos que sean deben analizarse, comprender su
naturaleza, comprender porque están allí y cuál es su valor real y su conformación en
ciertas estructuras.
Por tal motivo, se presenta un ejemplo con el fin de explicar la afirmación anterior.
En algunas ocasiones cierto grupo de personas se encuentra en un algún lugar público,
este regido por ciertas normas exige que se sigan ciertas lineamientos para acceder,
permanecer y finalmente retirarse de ese espacio. Es el caso de una universidad, se
exige primeramente que para tener acceso a ese lugar se debe mostrar el maletín en el
cual se portan los objetos personales, seguidamente la persona encargada del acceso a
esta institución procederá a permitir el acceso; para permanecer en este lugar se debe
cumplir con ciertas normas estrictas que simplemente permiten estar en ese espacio por
determinado tiempo y por ultimo para retirarse de ese espacio solo basta con haber
finalizado ciertas actividades, luego proceder a salir realizando el mismo procedimiento
que se indicó en la parte del acceso.
Todo esto, con el fin de evidenciar que los sujetos pertenecientes a una sociedad
están enmarcados por cierta dominación voluntaria la cual permite y dicta que se debe
hacer y que está prohibido en ciertos parámetros. Así mismo, esta dominación está
enmarcada por un agente el cual posee los medios necesarios para el cumplimiento de
factores necesarios para el desenvolvimiento de ciertos configurantes sociales de las
personas, pero estos sujetos a su vez son necesarios para este agente, porque sin la
existencia de estos sujetos no habría a quien dictarle e imponerle su voluntad. Ambos
son dependientes el uno al otro, generando un desarrollo relativamente equitativo de
ambos agentes.
Volviendo al ejemplo en este caso la universidad seria el agente con los recursos
necesarios para la satisfacción de ciertas necesidades, este agente tiene ciertas normas
las cuales se deben cumplir a cabalidad, por otro lado están los sujetos que quieren ser
partícipes de este espacio y son a los cuales se les impone las normas, ambos son
dependientes unos a otros, ambos técnicamente se deberían fortalecer ya que se
benefician mutuamente. En el caso de que se incumplieren algunos de los parámetros
de acceso, permanencia y retiro, la universidad tendría la potestad de llamar a algún
agente externo dotado de autoridad simbólica y física el cual impone su poderío en
nombre de la universidad o de la policía, manteniendo el orden existencial
Con todo esto, se buscó ejemplificar la relevancia de ciertos aspectos que por
más pequeños que sean son importantes para entender el fenómeno administrativo y
verlo desde una perspectiva más simple.
Desde la perspectiva teórica de Chevallier, se aprecia la aparición del sistema
administrativo, como una instancia especializada de dirección y dominación, la cual está
dotada de un poder de imposición sobre los miembros, así se da una separación entre
quienes concentrando en su provecho el uso de la fuerza pueden imponer su ley y
quienes la sufren. Generando una dominación estratificada, permanente e impersonal,
cuya influencia sobre la sociedad está garantizada por la utilización combinada de la
imposición y de la manipulación ideológica.
En el momento que surge el cuerpo social se sientan las bases de la institución
administrativa, esta pretende tomar a cargo los destinos del grupo y llevar a la sociedad a
la unidad, asegurándose del monopolio de la violencia física estableciéndose así una
relación de dominación/sujeción fundada en la conformación a la desigualdad de los
medios de coacción.
Por lo tanto, se debe hablar de la administración como un dato histórico
contingente, producto de una sociedad, la cual se encuentra en un orden estructurado y
estratificado, la cual cumple una función esencialmente conservadora: tiende a
reproducir un orden social existente, igualmente, detenta el poder de intervención social
especifico porque esta investida del monopolio de la coacción. Única fuente legítima del
derecho y de la violencia, tiene capacidad de influencia y una fuerza de normalización sin
medida común con aquellas de que disponen las otras instituciones, lo cual le confiere un
papel privilegiado de regulación social.
Encargada de poner en obra el poder del Estado, la administración tiene una
dimensión jurídica. Toda su acción se vierte en el molde del derecho, pasa por una forma
jurídica y se traduce por la promulgación de actos de reglamentación, que se imponen a
los administrados con fuerza obligatoria. Esta actividad incluye una parte de aplicación y
una parte de creación: la administración asegura la transcripción de normas superiores,
que hace llegar a lo real y produce nuevas normas.
El estado es un orden de coacción; y su poder se expresa en la norma jurídica y a
través de ella. El derecho es la proyección de su poderío; pues el derecho expresa la
absoluta superioridad del Estado sobre los individuos. El derecho es, por esencia, un
dispositivo de sujeción y de coacción: el materializa la desigualdad fundamental entre
quienes, hablando en nombre del Estado, tienen fundamento para ordenar, mandar,
imponer y quienes deben someterse a su voluntad bajo pena de sanción.
La administración al controlar el conjunto de medios materiales de la coacción, es
la única habilitada para hacer uso de la fuerza según las modalidades fijadas por el orden
jurídico, la violencia no queda eliminada sino concentrada en provechó del Estado regida
por aparato que encarna su autoridad y se encuentra puesta al servicio de la norma.
Así mismo, se configura la necesidad social es una carencia, la cual siempre ha
tenido una naturaleza histórica, cultural, política y simbólica debido a que nunca acaba
sino se transforma, por tal motivo, la administración se inscribe para configurar y resolver
esta necesidad social. Los sujetos sociales pueden hacer visible y enunciable esta
necesidad a través del reclamo el cual es una solicitud, una petición escrita y firmada con
ocasión de algún tipo de problema. Este reclamo es traducido por unidades
organizacionales y conlleva un proceso de trayectoria con lo cual se buscara dar solución
a este reclamo a partir de procedimientos que permitan la mejor adecuación y
cumplimiento para la satisfacción momentánea de los sujetos.
Por lo tanto, el cumplimiento de este reclamo cumple la función de evitar fracturas
que pongan en peligro la estabilidad de la sociedad y la legitimidad del Estado.
Para dar ejemplo de ello, se evidencia que en cierta ciudad no existe suficiente
cobertura del servicio de acueducto y más específicamente en las zonas aledañas a esa
ciudad, por tal motivo, un grupo de personas se acerca a la empresa proveedora de este
servicio para pedir que se construyan las tuberías y todo lo necesario para el
funcionamiento de este. Al momento de llegar a la empresa este grupo de personas
presentan un documento especificando a la carencia de este servicio y pidiendo
inmediatamente la solución a este problema, una vez el reclamo entra a la empresa es
dirigido al área de atención al ciudadano, este a su vez es dirigido a la oficina de
infraestructura y a la oficina de mantenimiento de redes, ambas oficinas traducirán el
reclamo, es decir, en la oficina de infraestructura se verá que tan viable es la
construcción de tuberías, mano de obra y terminación final de obra, esta oficina operara
de acuerdo a un régimen de visibilidad y enunciabilidad, porque si estas personas no
hubieran presentado este reclamo probablemente no se hubieran enterado de esa
situación, además, esta oficina opera de acuerdo a unos conocimiento adquiridos para la
cual su actuar estará siempre conforme a las reglas.
Todo esto para llegar a un punto de gran relevancia, las ejemplificaciones anteriores
evidencian primeramente que tanto la administración como el Estado están en muchos
ámbitos cotidianos, aunque más adelante se evidenciara mejor ciertas cualidades y
configurantes del Estado; continuando, dentro de las entidades públicas siempre hay un
gran engranaje de personal, en el cual se configuran relaciones de mando/obediencia,
espacios funcionales, estructuras de cargos, normatividad, saberes como saber hacer, el
saber ser y el saber saber.
En esa relación de mando/obediencia, quien manda, lo hace con la pretensión de
ser obedecido. La pretensión de ser obedecido se basa también en la creencia por parte
del destinatario de mandato, de que éste es legítimo, es decir, que se sustenta en la
razón, en la justicia o en la moral. El consentimiento de quien obedece se constituye así
en un factor determinante de la relación mando-obediencia. La noción de legitimidad
adquiere así una dimensión fundamental para explicar, por virtud de la cual, el hecho de
que unos mandan, y otros obedecen. La noción de legitimidad supone un sistema
colectivo de valores sobre el cual se levantan la creencia generalizada de que deben
observarse las normas y, en consecuencia, obedecer. Según los valores generalmente
aceptados por una sociedad, la legitimidad puede encontrar diversos fundamentos.
La estructura de cargos es la jerarquización y agrupación de los cargos según la
naturaleza de sus funciones. Esto tiene un desenvolvimiento en el espacio funcional
(cargos), el cual tiene ciertos límites que en este caso son las funciones, también, están
configurados por ámbitos de competencia los cuales están sometidos a mandatos de
actuación.
Estos cargos son ejercidos por funcionarios que al momento de tomar posesión o
firmar vinculación automáticamente toman un rol el cual los inviste de poder para tomar
decisiones en nombre de la administración, dotándolos de autoridad y poder de decisión
que cualquier otro ciudadano no podría obtener en ese momento. Pero muchas veces se
espera que este funcionario adopte las ideas, sentimientos y acciones oficiales de la
entidad donde labora generando rutinas las cuales lo hacen ser un sujeto tímido y
adaptado siempre a las reglas.
Otro tema de gran relevancia para el ensayo, es el campo de acción de la
administración el cual parece poder definirse inicialmente en términos de fines y medio:
por un lado, la administración esta investida de un cierto número de misiones, a las que
corresponden un campo y formas de intervención determinados; por otro, dispone de
medios políticos, jurídicos y materiales que le permiten cumplir estas misiones. Pero el
principio de la subordinación de los medios a los fines esta en este caso doblemente en
retroceso, en primer lugar, debido a que corrientemente la administración solo puede
actuar dentro de los límites de los medios que se le asignan; pero sobre todo y de modo
más fundamental porque estos medios aparecen simultánea e indisolublemente como
instrumento y como coacción. Por lo tanto, delimitan de manera positiva y negativa, la
capacidad de acción de la administración y determinan lo que está permitido/prohibido,
es posible/imposible de hacer, teniendo en cuenta los apoyos sobre los que puede
sustentarse, las normas jurídicas en vigor y medios materiales y humanos que tiene a su
disposición.
Para actuar, la administración requiere medios, la insuficiencia de estos medios o
incluso la imposibilidad de utilizar algunos de ellos, por motivos políticos, jurídicos o
materiales, limitan todavía más su margen de acción. Se ve así que las coacciones no
son otra cosa que los recursos considerados bajo un aspecto negativo, un conjunto de
condiciones objetivas entre las que unas determinan lo que el sistema puede hacer y
otras lo que no puede hacer y que definen el campo de lo posible. Este campo no está
limitado de una vez por todas y la administración puede ampliarlo, buscando ya sea de
manera positiva aumentar sus recursos o de manera negativa, liberarse de las coacción
que pesan sobre ella.
Hay que intentar aumentar el sentimiento de legitimidad que está vinculado a la
acción administrativa, incluyendo especialmente la inculcación ideológica. La noción de
interés general juega en este caso un papel fundamental como sistema de legitimación
sobre los administrados.
¿CUÁL ES EL ESPACIO ADMINISTRATIVO Y POLITICO?
El problema El poder es parte de la vida humana y existe desde el principio de los
tiempos. En una de las formas más complejas de vínculo social aparece el poder, una
parte fundante de la desigualdad social, económica y política. Este encuentra una idea de
superioridad e inferioridad que se aplica a las partes que se ven implicadas en el vínculo.
Es muy difícil encontrar sociedades o comunidades en las que no esté presente la idea
de poder porque siempre ha existido la necesidad de generar el orden y de
la organización de los demás vínculos sociales.
De acuerdo a lo anterior, el aparato de Estado está conformado por
organizaciones, funcionarios y normas jurídicas los cuales están envestidos con el poder
del estado para hacer cumplir sus funciones. Este poder comportar dos aspectos
indisolublemente ligados y que se refuerzan recíprocamente: la norma jurídica y la fuerza
material; así como la norma jurídica se apoya en la fuerza material que garantiza la
ejecución de sus prescripciones, la fuerza material se abriga tras la norma jurídica, que
garantiza la legitimidad de su utilización
CONCLUSIONES
El estado como espacio de acción, en el cual se administra la sociedad. La
administración impone en la sociedad una acción continua de relaciones de dominación
y explotación. Espacio de acción a través del uso de la violencia física y simbólica. Esta
acción es ejercida por funcionarios que están envestidos con el poder de imponer el
monopolio de la violencia debidamente aceptada por la sociedad.
Este monopolio es impuesto por el derecho, el cual interviene la administración en
la sociedad.
La administración está unida al Estado por un vínculo jurídico, por un estatuto: el
estado fija la ley, palabra fundamental, escrito monumental que se impone a todos los
modos correctos de devolución y de ejercicio de la autoridad, define los ritos que hay que
observar para poder hablar en su nombre, enumera las practicas licitas; basta que los
administrados respeten ese marco de competencia para que puedan pretender con todo
derecho de representar al Estado y transponer sus actos y su persona la legitimidad
estatal.
Bibliografía