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Rinoplastia
Rinoplastia
Índice
1Tipos de rinoplastia
2Técnicas
3Consideraciones anatómicas
4Consideraciones estéticas
o 4.1Vista de frente
o 4.2Vista de perfil
o 4.3Vista basal
o 4.4Evaluación prequirúrgica
o 4.5Anestesia
5Abordaje e incisiones
8Procedimientos concomitantes
9Vendajes y tapones
o 10.1Postoperatorio
12Alternativas
13Referencias
14Enlaces externos
Tipos de rinoplastia[editar]
Existen dos tipos de procedimientos para realizar una rinoplastia:
Rinoplastia cerrada: Suele ser la técnica más utilizada por los cirujanos y ofrece
una gran ventaja: no existe cicatriz visible. Se accede a los cartílagos, tabique o la
zona sobre la que se deba hacer algún tipo de acción mediante las fosas nasales, de
esta forma la intervención se salda sin incisiones exteriores, y resulta mucho más
cómodo a largo plazo para el paciente, el hecho de no verse con ninguna marca de la
intervención. El cirujano tiene acceso a la mayoría de zonas problemáticas, de este
modo, puede moldear la sección hasta lograr que la nariz tenga la forma deseada.
Técnicas[editar]
Los cirujanos emplean diversas técnicas para poder entregar el resultado esperado. Estas
son:
Corrección de la raíz: la raíz es la parte superior de la nariz. Junto con el cartílago
subyacente, pueden ser grandes y ocasionar un bulto o tener poca profundidad y
causar una depresión. El cirujano puede rebajar cuidadosamente para eliminar las
imperfecciones o agregar volumen empleando el mismo cartílago de la nariz del
paciente, dando como resultado una nariz mucho más recta.
Consideraciones anatómicas[editar]
La anatomía nasal es bastante compleja. El paciente identifica la nariz simplemente
como la pirámide del centro de la cara, la parte visible. Sin embargo, más allá de lo
meramente evidente, la anatomía de la nariz incluye una cavidad tan profunda y amplia
como la boca con interconexiones con muchos otros aparatos y sistemas. No obstante,
para fines prácticos, la nariz externa se puede considerar como una estructura
tridimensional de forma piramidal, constituida esencialmente por un esqueleto óseo y otro
cartilaginoso.
El esqueleto óseo o bóveda ósea está formado fundamentalmente por los huesos propios
de la nariz en la parte superior, los cuales se encuentran articulados al hueso frontal
superior, hueso nasal, e inferiormente a las apófisis ascendentes del maxilar superior. El
esqueleto cartilaginoso está formado por los cartílagos laterales nasales, dos inferiores
(también conocidos como cartílagos alares) y dos superiores. Otra estructura fundamental
en el mantenimiento de la forma y función nasal es el septum o tabique nasal, el cual está
formado por una parte ósea posterior y superior (formada por los
huesos vómer y etmoides) y otra parte cartilaginosa anterior e inferior.
Con base en los anteriores conceptos se puede dividir la pirámide nasal en tres tercios
para fines estéticos y en cinco zonas desde el punto de vista funcional, más amplio.
Con respecto a la edad, no hay un límite, no obstante se lo que recomiendan los cirujanos,
es realizar pruebas médicas si el paciente tiene entre 15 y 16 años, debido a que es la
edad promedio en que se desarrolla el crecimiento del rostro. 1
Consideraciones estéticas[editar]
Quizás fue Leonardo Da Vinci uno de los anatomistas más juiciosos y pioneros en el
estudio de la armonía facial y nasal, puesto que sus preceptos casi permanecen
inalterados hasta el día de hoy. Los conceptos de armonía facial nos ayudan fácilmente a
identificar cuáles deben ser las características y dimensiones de una nariz estética y
armónicamente aceptables para un rostro en particular. Para el análisis de la nariz
consideramos fundamentalmente sus tres vistas o proyecciones básicas: de frente, de
perfil, y base nasal.
Vista de frente[editar]
Inicialmente se debe considerar el rostro como un todo que posee dos mitades
aproximadamente iguales; la línea que divide el rostro en dos mitades debe pasar por la
mitad de la raíz nasal, seguir todo el dorso nasal y dividir la punta nasal justo en dos partes
iguales; esta primera consideración es útil a la hora de valorar desviaciones de la pirámide
nasal. Igualmente con esta vista puede determinarse el ancho nasal ideal, el cual debe ser
exactamente igual a la distancia que hay entre los ángulos oculares o puntos lacrimales
más internos (distancia interocular). Esta última medida debe coincidir a su vez con el
tamaño de los ojos.
Vista de perfil[editar]
Esta vista permite esencialmente valorar tres aspectos: el tamaño de la nariz, la forma del
dorso y la rotación y proyección de la punta nasal. El tamaño ideal de la nariz para algunos
anatomistas debe ser igual al tamaño de la longitud de la oreja; otra medida útil es dividir la
cara es sus tres tercios (aproximadamente iguales): un tercio superior que va desde la
línea de inserción del cabello hasta el punto más prominente de la unión naso-frontal
(glabela), un tercio medio desde la glabela hasta el punto subnasal (donde nace o emerge
la columna o columela nasal) y un tercio inferior desde el punto subnasal hasta el punto
más inferior del mentón (llamado mentión). La forma del dorso nasal puede evaluarse
trazando una línea desde la raíz nasal o radix (punto más deprimido de la unión naso-
frontal hasta la punta nasal. Esta medición puede identificar anormalidades del dorso como
gibas o jorobas o dorsos muy bajos. La rotación nasal hace referencia a la posición de la
punta nasal con respecto al dorso nasal y puede evaluarse esencialmente con el ángulo
naso-labial el cual en hombres debe ser entre 90º a 95º y en las mujeres entre 100º a 110º.
La proyección nasal se refiere a qué tanto sobresale o se proyecta la nariz de la cara. La
medida ideal de la proyección nasal a nivel de la punta corresponde a 0.67 veces la
longitud nasal.
Vista basal[editar]
La vista basal permite evaluar la forma de la punta nasal, la simetría de las narinas u
orificios nasales. Idealmente la proyección de las líneas de la base nasal debe formar un
triángulo equilátero, en donde 1/3 de la longitud de la base nasal corresponde al lóbulo
nasal de la punta y los 2/3 restantes a la longitud de la columela.
Evaluación prequirúrgica[editar]
En una o más consultas, el cirujano escuchará los deseos y expectativas del paciente con
respecto a su nariz. Investigará la patología naso-sinusal o de otro tipo mediante el
interrogatorio, la exploración física y la tomografía de nariz y senos paranasales,
indispensable en la mayoría de los casos. Hará un análisis fotográfico y propondrá al
paciente un plan quirúrgico, sin generar falsas expectativas. De igual forma, el cirujano
referirá el paciente hacia el anestesiólogo para su correspondiente valoración. Es
indispensable la valoración cuidadosa del paciente no solo desde el punto de vista
estético, ya que lo ideal es que en un mismo tiempo quirúrgico se resuelvan tanto el
aspecto estético como el funcional. Esto evitará futuras reintervenciones. El cirujano
plástico podrá recurrir a la experiencia del otorrinolaringólogo y viceversa o a la de algún
otro especialista afín. Es también en esta fase, donde se acuerdan los honorarios médicos
y los demás gastos generados por la cirugía (derechos de sala de cirugía, honorarios del
anestesiólogo, etcétera).
El día de la cirugía, el paciente deberá presentarse con un ayuno de al menos ocho horas,
en ropa cómoda sin joyas ni maquillaje y deberá evitar el consumo de medicamentos o
sustancias que puedan alterar la cicatrización o generar un sangrado mayor de lo habitual
(analgésicos, aspirina, ging seng, ginkgo biloba, vitamina E, entre otros).
Anestesia[editar]
Puede ser anestesia local para algunos procedimientos menores, o general.
Abordaje e incisiones[editar]
Existen básicamente tres tipos de abordaje en rinoplastia: un abordaje abierto descrito por
Rethy, que implica una cicatriz casi imperceptible en la mayoría de los casos a nivel de la
base de la columela, otro abordaje cerrado descrito por Joseph en el cual todas las
incisiones son endonasales y no presenta cicatrices externas. Existen además abordajes
atípicos por vía bucal descrito por Calson, Bonnano y Convers, que elevan las estructuras
cartilaginosas para reconstrucciones óseas del tercio medio de la cara y Verbauvede, que
realiza la disección completa de las estructuras nasales que se utilizan para
reconstrucciones nasales complejas en la cual pueden visualizarse todas las estructuras
nasales en su conjunto. Hoy por hoy la elección de los abordajes se hace de acuerdo a la
preferencia del cirujano, y según el caso.
Las incisiones extramucosas son las que otorgan el mayor beneficio funcional y previene
de las severas complicaciones respiratorias que pueden ocurrir tras la intervención, por
daño de la válvula interna. La disección debe ser preferentemente en el plano
del pericondrio para prevenir el edema postoperatorio.
Cuando la piel es delgada, se debe tener extremo cuidado en no dejar espículas de
cartílago haciendo relieve, que luego serán visibles en la nariz.
Procedimientos concomitantes[editar]
Es frecuente que la rinoplastia se acompañe de otro u otros procedimientos que busquen
mejorar la función nasal. Dentro de ellos se cuenta la modificación de la forma
delseptum nasal con el ánimo de corregir desviaciones septales que causen obstrucción o
deformidad nasal. Conviene, por lo tanto, hacer un correcta valoración de la función nasal
antes de programar la cirugía —rinoplastia, septorrinoplastia con o sin intervención de
otras zonas intranasales—, ya que de otro modo, si solo se realizan maniobras parciales
para mejorar la función nasal, frecuentemente el paciente se verá en la necesidad de una
segunda intervención por el otorrinolaringólogo.
Otro procedimiento que puede acompañar una rinoplastia o una septorrinoplastia es
la rinomodelación, la realización de pequeñas modificaciones de la nariz con sustancias
absorbibles y la turbinoplastia, la modificación de la forma y/o tamaño de los cornetes
inferiores cuando estos generan obstrucción nasal. La turbinoplastia o cirugía de los senos
paranasales se puede realizar en el mismo acto operatorio con el ánimo de restablecer la
función correcta y la armonía anatómica de la unidad naso-sinusal en la mayoría de los
casos.
Vendajes y tapones[editar]
Una vez finalizada las modificaciones a la nariz y suturadas las incisiones realizadas, se
colocan en las fosas nasales unos u otros tipos de tapones que tienen por objeto mantener
la estabilidad de la pirámide nasal y evitar un sangrado nasal en el postoperatorio. En la
actualidad, es posible conseguir tapones modificados que tienen en conducto en el centro
los cuales permiten al paciente seguir respirando nasalmente a pesar de estar taponados.
La férula y el vendaje nasal se colocan sobre el dorso y la punta nasal y tienen como
función mantener y preservar los cambios realizados en la cirugía mientras inicia la fase de
curación postquirúrgica. Su efectividad es relativa, pero hay consenso positivo en favor de
su utilización.
En algunos casos seleccionados, es posible no dejar tapones mediante la sutura de ambos
colgajos mucopericóndricos. Esto se hace habitualmente con una sutura continua de
material absorbible.
Obstrucción nasal
Infección
Resultado insatisfactorio
Postoperatorio[editar]
El paciente puede ser dado de alta una vez que los efectos residuales de la anestesia
hayan pasado, típicamente 3-6 horas después.
Durante los primeros días tras la intervención, el paciente debe mantener un reposo
relativo, en posición semisentado, ingiriendo abundantes líquidos (debido a la sequedad
oral que produce la respiración oral) y tomando los analgésicos y demás medicamentos
prescritos.
La alimentación puede ser normal según la tolerancia del paciente. El momento de retirar
el taponamiento varía según el modo de hacer de cada cirujano (entre 3 horas y 5 días
dependiendo del tipo de intervención). Conviene reajustar la férula a el vendaje nasal a
medida que disminuya la inflamación y este se afloje (típicamente a los 3 días y a la
semana). A partir del momento en el que se retire el taponamiento es conveniente la
aplicación periódica de suero salino fisiológico para mantener una mejor higiene.
La férula y el vendaje nasal se dejarán por espacio de 1 a 3 semanas, posterior a lo cual la
piel de la nariz deberá protegerse con fotoprotectores y someterse a masajes si se
detectan recidivas de una desviación del dorso nasal.
El dolor se maneja con analgésicos comunes como ibuprofeno, paracetamol o diclofenaco.
En general, no es un postoperatorio doloroso. La principal molestia radica en tener la nariz
obstruida los primeros días.
Alternativas[editar]
Existen opciones alternativas a una rinoplastia. Estas operaciones no alteran la estructura
de la propia nariz, pero sí modifican su aspecto visual, como la rinomodelación. Se trata de
una operación sin cirugía y, aunque sus efectos no son permanentes, es una buena opción
para aquellos que deseen eliminar los riesgos derivados de una intervención quirúrgica.
Consiste básicamente en utilizar un relleno para solventar los desniveles o malformaciones
de la nariz, haciéndola atractiva a la vista. Cabe decir que es un procedimiento mucho más
barato que la rinoplastia tradicional.