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José Manuel Martínez Lage

Responde a las dudas de los Internautas


Profesor Honorario de Neurología
Universidad de Navarra
Coordinador del Comité Científico de CEAFA (Confederación Española de Familiares de
enfermos de Alzheimer y otras demencias)

1. ¿Qué diferencia hay entre el Alzheimer y la demencia senil?

Es como llamar fruta a todo lo que hay en un frutero, en vez de peras, manzanas o
limones. Hace 100 años se llamaba demencia senil a toda persona que padecía
demencia a partir de los 65 años. La demencia puede tener causas diferentes. El
Alzheimer es la demencia senil más frecuente. Es la enfermedad responsable de
aproximadamente el 65% de las demencias seniles. La demencia senil puede ser
por Alzheimer o por pequeños infartos que se producen en el cerebro o debida a la
enfermedad de Parkinson en estado avanzado. A toda demencia senil hay que
ponerle apellido y la mayoría se apellida Alzheimer. El término demencia senil es
tan general que tendría que desaparecer de los términos médicos.

2. ¿Es una enfermedad genética?

Es muy curioso porque cuando acudo a dar charlas en las asociaciones de enfermos
de Alzheimer (más o menos una al mes) esta es la pregunta que nunca falta. La
enfermedad genética es la que se pasa de padre o madre a los hijos. Eso en el
Alzheimer ocurre de manera absolutamente excepcional. No representa más que el
1% de los casos de Alzheimer. Se puede adivinar porque la enfermedad empieza
antes de los 55 años. Hay enfermos en todas las generaciones de la familia y suele
tener un curso más grave, más rápido hacia la muerte.

En la década de los 90 se descubrieron tres genes, hallazgo extremadamente


importante para entender la enfermedad de Alzheimer en el 99% de los casos no
genéticos. Esto es así porque en estos casos no genéticos los genes influyen como
predisposición, no como causa determinante. Se puede tener un gen de
predisposición y no tener nunca la enfermedad o padecer la enfermedad y no portar
ningún gen de predisposición. Este tipo de genes de predisposición también existen
en enfermedades como aterosclerosis, esquizofrenia, infarto de miocardio, aumento
del colesterol, diabetes, asma...

3. ¿Es contraproducente para un enfermo de Alzheimer saber que es ésta


la enfermedad que padece?

Es un gravísimo problema, comunicar la verdad o no. En mi opinión al enfermo no


hay que mentirle nunca y a su familia jamás. Pero hay casos en los que al enfermo
hay que irle contando la verdad poco a poco, con toda la delicadeza que la situación
requiere. Es una cuestión muy peliaguda. El médico no tiene ningún derecho a
ocultar la verdad. Si un enfermo le pregunta hay que decirle la verdad y sobre todo
no quitarle la esperanza. No estamos en EEUU donde se dice la verdad a ultranza
de forma insensible.
Hay enfermos que lo preguntan y otros no. A la familia hay que explicarle toda la
verdad. Dedicarle una hora o más, en la consulta, el pronóstico, cómo va a
progresar la enfermedad, qué pueden esperar de los medicamentos. Y por
supuesto, ponerse a su disposición.

4. ¿Es cierto que las personas que han desarrollado a lo largo de su vida
una actividad fundamentalmente intelectual tienen menos posibilidades
de desarrollar la enfermedad que las que no lo han hecho?

La respuesta es sí. Pero en cambio también tiene un agravante: si luego uno


desarrolla la enfermedad tendrá un curso más rápido que una persona que tenga
un nivel de estudios de primaria. Porque la enfermedad de Alzheimer guarda
relación con el nivel de estudios que uno haya alcanzado en su vida. A más nivel
más protección y a menos nivel menos protección. Se entiende bien porque todo lo
que sea desarrollar una actividad intelectual supone enriquecer al cerebro con
conexiones. Un ejemplo 'económico': si una persona es multimillonaria en
conexiones neuronales puede ir perdiendo unos cuantos millones y no se nota. Pero
el que no es supermillonario, cuando pierde 10 millones, lo nota, es decir, el
funcionamiento de su cerebro se resiente. De ahí, que a partir de los 50 es muy
aconsejable que las personas se aficionen a realizar actividades estimulantes del
cerebro, que pueden ser juegos de mesa, crucigramas, sudoku, lectura. En
definitiva, aprender cosas nuevas. Para nada ver la televisión (no protege en
absoluto) ni tampoco cosas rutinarias como ir a recoger o pasear a los nietos.

5. ¿Una persona que recibe tratamiento como enfermo de Alzheimer


puede resultar perjudicado en caso de estar mal diagnosticado si lo que
padece es una fuerte depresión?

La respuesta es que puede resultar muy perjudicado. Puede ocurrir que le despidan
del trabajo, que le incapaciten, que le inhabiliten, cuando en realidad lo que hay
que hacer si tiene una depresión es ponerle tratamiento antidepresivo. La relación
del Alzheimer con la depresión es bidireccional, de manera que un Alzheimer puede
comenzar con síntomas de depresión y una depresión al cabo de los años puede
derivar en una demencia de Alzheimer. Los medicamentos para la depresión y los
antialzheimer son radicalmente diferentes. Los medicamentos para Alzheimer no
creo que le hagan daño, pero serán inútiles para mejorar su depresión.

6. ¿Cuáles son los primeros síntomas?

El síntoma primordial de comienzo de la enfermedad es la pérdida de memoria,


pero no de los recuerdos de toda la vida (que permanecen mucho tiempo) sino la
pérdida de memoria de lo que se hizo ayer o antesdeayer o de lo que se hizo por la
mañana si estamos por la tarde. Es lo que se llama la memoria a corto plazo. Un
ejemplo: el posible enfermo se dispone a desayunar y ha desayunado hace un rato.
Sería una simplificación muy grande pensar que el Alzheimer es sólo pérdida de
memoria sino que va más allá. Es cambio de personalidad, tendencia al aislamiento
social (el paciente se siente incómodo y presenta dificultad para participar en una
conversación colectiva, no encuentra las palabras que quiere decir...). Nos debemos
preocupar cuando olvidamos cómo se hacen las cosas. Por ejemplo, un señor que
es campeón de dominó de pronto ya no sabe muy bien cómo empalmar una ficha
con otra. Cuando empieza a descuidarse en su aseo personal, a olvidar cómo se usa
un ordenador por ejemplo, cuando siempre ha sabido usarlo.

7. Alzheimer: tengo 66 años y empieza a fallarme la memoria y el temblor.


¿Soy un presunto enfermo?

El temblor no es un signo típico al inicio de la enfermedad de Alzheimer y que le


falle la memoria a los 66 años es normal. En cualquier caso, mi consejo es que si le
falla la memoria y tiene más de 65 años, consulte a su médico.

8. Tengo un familiar con Alzheimer, ya varios años, y el problema es que


deambula muchísimo, no para, lo coge todo, lo manipula todo... a las
horas de las comidas me te las manos en todos los platos, se desnuda, en
fin.... a veces nos cuesta controlarla.... y no hemos encontrado ninguna
actividad que le pueda "tranquilizar"... le damos servilletas para q las
pliegue, o le intentamos poner en la mecedora, para ver si con alguna
actividad simple y repetitiva se controla, pero nada.... ¿qué se puede
hacer?

El mal de Alzheimer tiene tres tipos de síntomas. Síntomas de estirpe intelectual


que de manera erudita denominamos síntomas cognitivos, como hablar, ejecutar,
resolver problemas de la vida ordinaria...; otros son los síntomas de estirpe
neuropsiquiátrica, como son agresividad, agitación, conducta aberrante como la
que usted describe, alucinaciones (sobre todo de origen visual), creerse que la
gente quiere hacerle daño, que la gente le persigue o le quiere robar; y en tercer
lugar un progresivo deterioro en lo que una persona normal hace en la vida diaria,
que son síntomas de discapacidad. En su caso concreto no va a conseguir mejorar
la situación sin recurrir a medicamentos tranquilizantes, cosa que hay que consultar
con su neurólogo.

9. ¿Cree Ud. que el número de afectados por esta enfermedad puede


verse afectado gravemente en un futuro por el abuso de drogas entre la
juventud española?

No, no hay ninguna relación entre abuso de drogas y enfermedad de Alzheimer,


pero todas las drogas (cannabis, de síntesis, cocaína, heroína…) dañan el cerebro,
pero no de la misma forma que el Alzheimer.

10. Me gustaría saber si los enfermos son conscientes de su situación y


sufren por ello. También qué se puede hacer para aliviar su pena.

Aproximadamente un 30% de los enfermos no son conscientes de que su cerebro


está enfermando, por lo que en ese sentido no están sufriendo. Pero precisamente
por no ser conscientes de la enfermedad no toman la medicación. Buscan mil
explicaciones a los fallos que tienen. Tratan de dar una explicación racional a lo que
sus familiares ven como una anormalidad o lo achacan a los años. De forma que
tiene sus pros y su contras. A ningún enfermo de Alzheimer hay que llevarle la
contraria en nada ni hay que darle explicaciones de nada. Eso sí, con cariño buen
tono de voz, besos y caricias. Pero explicarle las cosas es completamente inútil y
les puede enfurecer.

11. ¿Cree que queda mucho hasta que encontremos una vacuna o un
fármaco eficaz contra el Alzheimer?

Es una pregunta clave. El tratamiento de esta enfermedad en los próximos cinco


años va a experimentar un cambio radical gracias a los descubrimientos. Ahora
mismo disponemos de cuatro fármacos que mejoran de forma transitoria los
síntomas alrededor de dos a tres años, pero que no atacan el origen de la
enfermedad de manera que ésta sigue progresando. Como estos fármacos se ven
cercanos, lo que es absolutamente necesario es diagnosticar la enfermedad lo más
precozmente para poder sacarlos partido. Actualmente, diagnosticamos la
enfermedad con mucho retraso, cuando ya hay mucho daño cerebral. Se estima
que el diagnóstico mínimo hoy en día es de 20 meses. Desde la llegada del paciente
hasta el diagnóstico, tiempo durante el cual el cerebro sufre daños. Es como
diagnosticar el cáncer cuando ya hay metástasis.

Pues bien, el año que viene (2007) conoceremos los resultados de un ensayo clínico
en fase III. Si son positivos (podemos llevarnos un chasco) los medicamentos
llegarán a las farmacias en dos o tres años. El diagnóstico superprecoz es muy
importante para los buenos resultados del tratamiento puesto que la enfermedad
podrá frenarse cuando el paciente sólo sufre pequeños despistes. Se hablará de
control (no de curación) en las etapas más iniciales.

En este momento las grandes multinacionales farmacéuticas que se precien un poco


tienen en estudio un fármaco para el Alzheimer. Hay 66 medicamentos en ciernes,
de los cuales un 40% van dirigidos a normalizar una proteína en el cerebro que es
la culpable de la enfermedad, la proteína amiloide. A más largo plazo (10-15 años)
el tratamiento del Alzheimer requerirá un cóctel de fármacos como el cáncer o el
sida. Entre estos 66 mediamentos en estudio están las vacunas, pero aún no está
avanzada la investigación.

12. ¿Es útil detectarlo en una fase muy temprana?¿Se puede hacer algo
para retrasar su aparición?

Será útil cuando exista un medicamento que lo frene. Mientras no lo haya, maldita
la gracia.

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