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Veintitrés pequeñas

muertes y una más.

Tonatiuh Erreguín Breña

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Para todos aquellos que me hacen vivir…

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La Muerte.

Siempre se ha hablado mucho en torno a la muerte,

desde las antiguas culturas que la adoraban, hasta las

sociedades modernas que tanto le temen, pero aun

así, siguen pasando los años y nosotros seguimos sin

comprenderla, no pretendo con este poemario alzarme

diciendo que poseo el conocimiento absoluto de la

muerte, sino acercarme a ella de la manera mas

amistosa posible para intentar comprenderla un poco,

porque es necesario antes de saber que es la vida y

que es la muerte, comprender la esencia de lo que

hacemos día con día, y darle sentido y rumbo a

nuestros caminos.

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Sobre La Muerte

La indiferencia del mexicano ante la muerte se nutre

de su indiferencia ante la vida.

Octavio Paz.

Ser escritor es robarle vida a la muerte.

Alfredo Conde.

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Primera Muerte

No recuerdo cuando vi la luz,

debe haber sido un momento agradable,

donde por unos segundos viví,

y lentamente empezó mi muerte,

porque soy hombre,

tan solo un animal,

que a cada segundo que pasa,

muere un poco más,

muere y se va carcomiendo,

muere y se aferra a seguir muriendo,

qué afán de sufrir,

qué afán de ser un no muerto,

que tampoco esta vivo,

hombre soy, y por eso muero.

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Pequeña elegía para la muerte

Es tranquila la imprudencia,

y es inquieta la paciencia,

con el don de mover al mundo,

y detenerlo algunos segundos,

¿Qué le espera a esa muerte llanera?

que tranquila en el campo me espera,

si es que aquí tengo una vela,

en el fin la calaca ha de verla,

Con esa pálida tez morena,

pues de la tierra es aunque no quiera,

y dedicaré un mes a mi nombre,

para recordarlo por lo que sea,

¿Que dices muerte traicionera?

dime, habla, tranquila y sincera,

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¿qué dices, que no vales nada?

pero si vales, no más que mi amada,

Porque rondas la casa,

y nunca tomas nada,

y te espero en mi lecho,

con un libro en el pecho,

Esto no es una burla,

no es la mofa de mofas,

es solo elegía de mis versos,

para darle a mis ansias,

razón para el miedo.

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Muerte

Muerte compañera viajera,

no hay sentido en hablarles de ti,

te comprenden como un sueño,

algo que esta por venir,

no saben eso que yo,

que estás aquí antes que Dios,

cumpliendo con esa eterna labor,

de hacer eterno el amor,

de gente aquí retener.

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Sin Día Oficial

Los héroes de la nación

siempre se olvidan,

ponen a otros en su nombre,

políticos que nada hicieron,

guerrilleros de gran imagen,

y al que hizo lo olvidan,

toreros muertos, luchadores vivos

los héroes viven, porque sus hechos perduran,

pero mueren en la memoria,

la historia nunca nos cobra,

no pasa la cuenta, porque los deja morir,

para no vivir la vergüenza,

de convertirse en ídolos,

que amables fueron los héroes,

que no reclamaron lo suyo,

amando esa estatua sin rostro,

me encuentro porque lucharon,

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porque luchan y lucharán,

y no piden nada más,

luchadores, toreros, guerrilleros,

políticos, ambulantes, muertos,

que mueren pero nunca mueren,

¡son luchadores sociales!

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Carne, hueso y polvo

Carne, hueso y polvo,

ciclo, siempre se ha de repetir,

y esperamos.

No hacemos, porque pasamos y nos vamos,

sin darnos cuenta sin inmutarnos,

creemos que hacemos, eso es

lo que tenemos ¿pero que hacer sin hacer?

Pasar.

Pasar como pasa la tierra,

barriendo todo a su paso,

con el viento.

Sin hacer nada importante,

importante solo pasar,

y pasar sin tropezar, tropezar,

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Bailar, Cantar, Rimar,

Pasar. Pasar y ya.

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Sangre Iluminada

Murió la pequeña, se fue

dicen los doctores,

que la sangre le mató,

Tenia sangre Iluminada,

Pues corazones abrió,

mucho quisimos querer,

poco pudimos hacer,

Que lleve este tratamiento,

no mejor que lleve el otro,

si se cura es un milagro,

transfusiones de un día al otro,

Murió la pequeña, se fue,

una muerte, lenta y precoz,

pero al final se fue,

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nada pudimos hacer,

Se nos parte el corazón,

pero olvidamos,

no recordamos,

y volvemos a las bromas diarias,

Compasión y dolor humano,

en muchos casos mentira,

murió la pequeña y se fue,

y muchos no lo aprendieron,

Murió la pequeña y se fue,

y su muerte no fue en vano,

se fue a no recordar,

y nosotros a olvidar.

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Si hubiera de morir dentro de unos instantes,

escribiría estas sabias palabras: árbol del pan y de la

miel, ruibarbo, cocacola, zonite, cruz gamada. Y me

echaría a llorar.

Jaime Sabines

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Ojos tristes

Con la mirada perdida,

y las lágrimas que corren,

olvida ese pasado,

se perdió, en segundos,

mortales,

de tierra y aire, agua y sombra,

el río se las llevó,

el río se lavó las penas,

de ese largo y duro amor,

perdido, de aire,

briago de espuma,

espuma destilada,

de una herida abierta y cruel.

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Te Recuerdo Perfecta
Te recuerdo perfecta esa tarde

de azules zapatos y pantalón mezclilla

con la blusa blanca, así me gusta,

y la bufanda azul, ¿o era solo pañoleta?

Sigo sin creer que existas,

pareces ilusión del cielo,

que aparece al renacer el día

cuando el ocaso un velo tenía

Mujer, Diosa, Perfecta,

del que ciego te contempla,

con esa sed inmensa,

boca seca, sed tremenda,

labios rosas.

Del rosado que solo tú tienes,

del rosado de las mejillas,

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de toda tu cuando estás tranquila,

de cielo en atardecer hermoso,

de ti cielo, de ti.

Que día a día me levanto

a verte, y que cada noche debes brillar,

nada de esto yo lo se, pero quiero imaginar.

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María

Corre María, corre,

pues solo a ti te persiguen,

corre María, corre,

se acerca la policía.

Vienen a despojarte a ti,

de lo poco que posees,

y que ni siquiera tienes,

a ti la paloma autentica,

devoran los halcones ajenos,

a ti María, que no te creen bella,

(y no porque no lo seas)

a ti María te llevan,

por no pagar ese impuesto,

pagar por estar en tu tierra,

tu tierra que ya haces bella,

María, María, corre,

¡Corre, Corre!, porque ya te llevan.

26
La muerte es vida

Muerte que a los poetas das vida,

¿porque dejas que hablen de ti?

solo les das de comer,

inmortales los haces, pues la palabra no mata,

y lo puedo comprobar,

¡debo morir ahora!

y nada sucedió,

porque de ti ya no vale hablar,

mejor te deberían enterrar,

cuatro metros bajo tierra,

y en el credo enfocar mi atención,

hacer poemas de vida para así morir,

porque prefiero no se hable de mi,

porque jamás viví.

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Sociedad aparte

Está tumbado al sol,

Sucio, por la mañana

casi tirando a medio día,

¿y el otro?, por allá,

bañándose al fresco de la fuente,

con el sol que lo baña también,

vagabundos.

Sucios harapos, los cubren,

lentes negros protegen sus ojos,

reciben en sus pulmones,

el viejo humo de tabaco

dan vueltas, se pierden,

canturrean, no se hallan,

su felicidad se mueve,

se mueven también

son felices, ¿y que?

28
Son un mundo desconocido,

una sociedad aparte,

sucia, pero intrigante,

a cada segundo reclaman,

pero nadie los escucha,

hasta que ya es muy tarde,

o se mueve,

o se va,

¡y se va!

29
Amor, Café.

Amor, café, amor y muerte

se siente en mi pecho el latir sonriente,

que es el café, que trae los recuerdos,

de amores muertos, muertos pero latentes,

amores que muerte traen a mi ser,

café que romperá mis huesos,

¿y si dejo de existir?

el café me traerá de vuelta,

como trae a mi memoria,

al que no existiera más

como ese viejo amor,

le extraño.

Amor, café, mujer,

El café me trae también,

a la mujer que aún no amé

la que romperá mi huesos,

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mujer de aroma café,

café aroma de mujer,

eso es, el café de la mujer

su recuerdo puede dejar,

a la mujer sin hablar.

Amor, café, leer,

vastos ríos de café,

en traer lecturas están,

de sueños que nunca verán,

a un hombre beber café.

Café.

31
Sombrero

Me hace falta un sombrero

para taparme del sol

para ventilar la noche

para enfriarme la cabeza

para poder recoger dinero

y organizar un sorteo,

para la galantería,

que pueda ir con mi traje,

para sentirme padrino,

mafioso, pachuco, presidente

y no tengo hoy un sombrero,

como quisiera un sombrero,

tapar el sol de un sombrero,

dar sombrerazos a la gente,

odiar a algunos, amar a otros.

me hace falta mi sombrero.

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Muerte Ocular

Esos ojos moribundos,

que han visto a la muerte mil veces,

ojos que pensaran son viejos,

y no.

Son ojos de juventud radiante,

que en apogeo de vida están,

pero sin ella.

Grises, oscuros, tranquilos,

cual noche sin luna reflejada en el agua,

vacíos.

Esos ojos opacos, neblina,

densos de un mirar tan extraño,

¿No serán esa ceguera,

que Saramago me hizo sentir?

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No, simplemente están muertos

muertos por no sentir, por no querer vivir,

da lo mismo si los ahogo, si los quemo,

o los dejo vivir.

Es el mismo sufrimiento,

ya no quieren mas sentir.

Ojos grises, perdidos matices,

muertos de tanto sentir.

34
Por Qué

¿Por qué escribo tanto?, me pregunto,

si yo no he vivido nada,

imagino un día tener 70 años,

y ni siquiera se si los cumpliré,

ni siquiera se si despertaré mañana,

pero poco me importa,

este es el momento,

de jugar, besar, amar, querer,

llorar, caer, levantar, golpear,

pelear, reír, gritar, explorar,

pero no de intentar, sino de hacer,

de vivir.

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El Poema de Tovar

Ojos tristes y gastados,

que levantaron a muchos,

hoy se encuentran olvidados,

y en cualquier techo se arropan,

ojos casi nublados,

por olvido y necesidad que tienen,

en ese rostro arrugado,

y la camisa rasgada,

las manos suaves y enharinadas,

que son comprados a cualquier precio,

que cuelgan de cuerdas cual títere,

y que lento remueven esperando un rescate,

que avanzan y se mueven,

en este tiempo cambiante.

36
¡Oh Juárez! Ciudad Bendita

Diez años lleva de luto,

y aún su recuerdo vive,

es por que lo mantiene

ahí la vida no sigue,

y el hombre se martiriza,

¡Oh Juárez! Ciudad Bendita,

que a las mujeres llevas al cielo,

por tus tierras sangre corre,

les ahogas en el desierto.

La madre esperaba a su hija,

el hombre a su fiel esposa,

si fiel sería, poco lo se, pero que la esperaba,

eso si lo se, la fue a encontrar,

para quedarse pasmado,

la mirada perdida y fija,

sepultada en una fosa,

con la falda, blanca y rota,

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la mujer no fue respetada,

¡Oh Juárez! Ciudad Bendita,

que a las mujeres llevas al cielo,

marchas que ya no valen,

mujeres que no regresan,

no se encuentran los culpables,

y los rosarios se rezan,

sol, horizonte y arena,

atardecer del desierto,

sol rojo por la sangre derramada,

mujer que se va al horizonte,

arena que con el viento,

los ojos torna llorosos,

otra mujer que se fue,

¡Oh Juárez! Ciudad Bendita,

que a las mujeres llevas al cielo,

un camino seco y sin flores,

no hay lugar para descansar,

y aun así descansando se encuentran,

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o eso nos gustaría creer,

pues aquí muchos siguen sufriendo,

y temen el nunca encontrarse,

la muerte no les tiene miedo,

¡Oh Juárez! Ciudad Bendita,

que a las mujeres llevas al cielo,

¡Oh Juárez! Ciudad Maldita,

a tu gente solo traes tormento,

¿o acaso lo buscamos solitos?

39
Techos de recuerdo

Renovamos las fachadas,

repintamos las paredes,

cambiamos el marco,

quitamos la puerta,

abrimos otra ventana,

¿y que?

esperamos cambiar,

cambiar, olvidar, refrescar,

¿y se ha ido acaso la historia?

no se va, porque olvidamos,

pero los techos no olvidan,

no olvidan, no nos olvidan,

a pesar, de que nosotros no lo recordamos,

ellos guardan cada momento de historia,

desde sus pequeñas bardas de apenas centímetros,

hasta los olvidados triciclos,

los tabiques de la expansión,

nunca la acabé,

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nos recuerdan cada segundo,

los errores de los siglos,

y nos pasa, no los vemos.

No subimos ya a los campanarios,

ventanas oníricas,

a ver los relojes volar,

y los techos nos esperan,

rojos, grises, negros y blancos,

solo esperan.

Son un mundo desconocido,

una sociedad aparte,

sucia, pero intrigante,

a cada segundo reclaman,

pero nadie los escucha,

hasta que ya es muy tarde,

o se mueve,

o se va,

¡y se va!

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¿Qué se ha muerto la conciencia?

¿la cordura y la razón?

a manos de hombres brutos,

tiranos, sin corazón,

que llenan su cofre en minutos,

y tienden a luego escapar,

hombres malos de verdad,

roban huevos, escupen a otros,

pisan hormigas y huyen de pronto,

no ha muerto la conciencia,

ni la cordura o razón,

solo ha sido robada,

por alguno de estos hombres,

y algún día regresará.

42
Muerte Negra

Cigarrillo maldito, te culpo

por no hacerte mi amigo

de mis tierras te exilio

por no cuidarme del frío

con ese amargo, áspero aspirar

profundo.

Por no envenenar la carne de mis pulmones,

garganta dientes y lengua.

las manos, uñas y dedos

que por sostenerte tiemblan,

gritan, arden,

mueren.

Ese humo corrosivo que llora

en mis ojos oscuros.

¡Eres muerte!

43
Muerte de quien te ve

con los ojos de ella

pues llegaste al mundo

muchos después que la bella

que es descanso de unos

y tormento de otros.

44
Amor necrófilo

Ven, acércate flaquita

que tu sonrisa me incita

tú me invitas y me excitas

tus caderas me provocan

esas manos frías y secas

y esas pálidas mejillas

Ya ni el formol te mantiene

poco a poco estoy perdiendo

Y es tan fría la plaqueta

en la mesa de la morgue

has cerrado así tus ojos

tu sonrisa estoy perdiendo

acaricio tus cabellos

tu cintura hasta tu pecho

La idea de una soga al cuello

ya me viene seduciendo

y esas piernas suaves tersas

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que ahora están tan duras, tiesas

y sin mas que parecen reventar

quiero verlas caminar

Ya ni el formol te mantiene

poco a poco estas muriendo

La nostalgia es ya tan grande

que pareces respirar

ya sorda te estas quedando

los oídos van sangrando

tu uñas siguen creciendo

pero no me arañan más

Y tus labios que se hinchan

y parecen succionar

y te ha vuelto así la vida

o es que he muerto yo también

pues una mujer me besa

y yo no me puedo mover

Ya ni el formol me mantiene

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me empiezo a descomponer

Y en tu muerte tan deseable

como siempre me arrastraste

la pistola ya me hablaba

y del gatillo fui a tirar

para sentir así el frío

de la mesa y olvidar

Y el formol que nos mantiene

solo un tiempo para amar

47
Esperar.

Hoy viene a ser hermosa la noche,

con sus luces, su color, noche de uno,

de un solo amabas, oscuro, de un solo sueño difuso,

noche te vas, noche no llegas,

no me aguanto y espero,

que otro remedio nos queda,

que esperarte sentado en la punta,

me muevo de cuando en cuando,

para no echar raíces de noche,

y esperar, ¡Que derroche!

que derroche es este de esperar,

levantarme, lento, buscar, mover, buscar,

de esperarte trate, y no puedo.

48
Muerte Morir

Hay ocasiones en que la muerte se cansa,

y ya no quiere mas luchar,

solo se quiere morir,

que se la lleve la muerte,

pero no puede llevarse sola,

cargando dos veces su propio peso,

cuando apenas se mantiene de pie,

con esas rodillas y piernas tan flacas,

cadera que sube y siguen la costillas,

se mantiene viva por al simple esperanza,

de algún día morir en un campo de flores,

por la esperanza vive y vivirá eternamente,

manteniendo su lucha hasta la muerte.

49
Una más.

La muerte se lleva a muchos,

y hay quien se pregunta ¿porqué?

otros solo preguntan ¿cómo?

hay quien solo llora inconsolablemente,

y otros la ven como el mejor amigo,

Pero ella es dura y fría,

seca y paciente,

no le importa cuanto tarde,

si al final todos irán con ella,

Ella tiene las llaves,

de cada hogar de este mundo,

nos lo dice a cada segundo,

que es lo unido en el mundo,

que tenemos por seguro,

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Hay quien no tiene su momento,

pero le abre las puertas igual,

los vacía muy lentamente,

hasta que muertos parecen estar,

Es el olvido asesino,

tan solo una muerte más,

es el olvido es aquel,

al que se debe olvidar,

y la puerta cerrar.

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Extra.

No es que muera de amor, muero de ti.


Muero de ti, amor, de amor de ti…
Jaime Sabines.

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Como Quisiera Ser El Viento.

Cortas la Respiración,

caminas y esperas

dejando esa,

la sombra curiosa a tu paso,

donde no puedo decir nada,

donde me quedo callado,

te detienes y sientes el viento correr,

sientes como te acaricia por todo el cuerpo,

lo escuchas,

y dejas que hable,

pues es el único que no te ha defraudado,

es el único que a pesar de todo,

sigue ahí presente,

pues aunque estés encerrada,

puede llegar hasta ahí,

donde nunca esperaste encontrarle,

y presume que eres suya,

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pues toma el aroma que a ti rodea,

y lo lleva a celosas narices,

para que sufran siempre en la espera.

Y vives.

¡Como quisiera ser el viento!

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Índice
Veintitrés pequeñas muertes y una más.
................................................................................3
La Muerte. ...........................................................7
Sobre La Muerte ...............................................9
Primera Muerte................................................11
Pequeña elegía para la muerte .................12
Muerte.................................................................14
Sin Día Oficial ..................................................15
Carne, hueso y polvo ....................................17
Sangre Iluminada ...........................................19
Ojos tristes........................................................23
Te Recuerdo Perfecta ....................................24
María ...................................................................26
La muerte es vida ..........................................27
Sociedad aparte ..............................................28
Amor, Café. ......................................................30
Sombrero ...........................................................32
Muerte Ocular ..................................................33
Por Qué ..............................................................35
El Poema de Tovar .........................................36
¡Oh Juárez! Ciudad Bendita .......................37
Techos de recuerdo .......................................40
¿Qué se ha muerto la conciencia? ...........42
Muerte Negra ...................................................43
Amor necrófilo .................................................45
Esperar. ..............................................................48
Muerte Morir .....................................................49

61
Una más. ...........................................................50
Extra. ..................................................................53
Como Quisiera Ser El Viento. ....................55
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