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ALUMNOS:
JILBER LINARES
ROSSANA VELÁSQUEZ
4TO AÑO SECCIÓN “B “
Pág.
INTRODUCCIÓN........................................................................................................... 1
CAPITULO
I EL PROBLEMA........................................................................................................... 3
Situación Problemática……………………………………………………….. 3
Elementos Diagnósticos……………………………………………………...... 7
Justificación........................................................................................................ 12
II BASES CONCEPTUALES...................................................................................... 14
Estrategias de Prevención………..……………………………………………. 20
El problema es alarmante, prueba de ello, son las cifras en cuanto a las edades de inicio
en el consumo de estupefacientes y otras sustancias ilícitas o no, en Venezuela, según datos
estadísticos elaborados con información proveniente de centros de tratamiento y
rehabilitación, primer semestre 2003, la Comisión Nacional Contra el Uso Ilícito de
Drogas, (CONACUID, 2003), señala que en los últimos años, el uso de ciertas drogas como
la marihuana y la cocaína ha registrado un repunte entre los adolescentes y los jóvenes, la
edad de inicio en el consumo de alcohol y otras drogas bajó, y los adolescentes han pasado
a engrosar las filas de los fármaco dependientes. Las investigaciones revelan que quienes
abusan de las drogas dejaron de ser monousuarios y consumen no una sino varias sustancias
de menor calidad y costo, pero con mayor potencial activo, como el éxtasis y el crack, de
hecho, Álvarez, C. (2003), psiquiatra especialista en drogas y alcohol del Hospital
Psiquiátrico de Lídice en Caracas, afirma que los actuales usuarios de éxtasis corren el
peligro de convertirse en una generación afectada por la demencia o Mal de Parkinson
dentro de 30 años.
1
Todo lo antes expuesto sirvió de motivación a la autora para interesarse en la
elaboración de una guía de apoyo al docente para la prevención del consumo de drogas en
adolescentes
3
cursantes de la Tercera Etapa de Educación Básica, toda vez, tal y como lo señala la
Comisión Nacional Contra el Uso Indebido de las Drogas (CONACUID, 2003), la edad de
inicio del consumo de drogas en el país desciende a una velocidad vertiginosa y a niveles
verdaderamente alarmantes, de esta forma se tiene que para el año 2000 la edad de inició se
estimo a los 23 años, sin embargo ya para el 2003, apenas tres años después esta edad había
descendido al intervalo 15 a 19 donde se concentró un 48, 21% de los casos y se presume
una tendencia sostenida al descenso de la edad de inicio por cuanto en el intervalo 10 a 14
se registró un porcentaje de casos igual a 38,90%.
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CAPITULO I
EL PROBLEMA
Educar es el tema que más preocupa a la vida actual de todos los pueblos por ser el
medio de transmisión cultural, de adaptación, capacitación y despertar de valores de los
individuos. Es un proceso de vida porque se expresa en todas las manifestaciones de la
existencia individual, desde que se nace hasta que se muere.
De allí se toman dos fuentes, por una parte, la filosofía que expresa el tipo de hombre y
el modelo de sociedad que se propone. Por otra, la investigación de la realidad que permite
establecer las características y necesidades actuales y futuras de la sociedad.
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apto para desenvolverse en una sociedad democrática, justa y libre porque la educación
está
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fundamentada en la formación integral del hombre reforzando su personalidad e
identificando los principios rectores de la sociedad.
Uno de los problemas más graves que confrontan muchos países del mundo es el
consumo de drogas que presentan los adolescentes en edad escolar, lo cual es motivo de
preocupación por parte de la autoridades institucionales y padres de familia dadas las
negativas repercusiones sobre el individuo que gradualmente va deteriorándose física y
mentalmente hasta llegar a convertirse en un ser que ve doblegada su voluntad por la
adicción a las drogas.
De acuerdo a los problemas que afectan a la educación en los tiempos actuales existe la
necesidad de formar al docente con la debida urgencia para que encuentre y de soluciones
a dicho problema, es decir formar a la gente que el país necesita para marcar el nuevo
rumbo que este debe seguir, de acuerdo a los nuevos tiempos, a los nuevos modelos de
enseñanza y a las nuevas exigencias de la vida y la formación para la vida.
Ramos (1998), al respecto señala, ser docente es muy importante y significativo, “más
que enseñar asignaturas de un pensum de estudios por muy perfecto que sea su diseño,
educar, es abrir caminos, enseñar a ser” (p.17).
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Cuando el docente como persona y educador se percata de la gran misión que tiene
entre sus alumnos, la educación adquiere una nueva connotación y cuando toma conciencia
como una misión a cumplir, se acaban los discursos y se comparten las vivencias.
La semblanza anterior deja ver que los adolescentes tienen la necesidad de personas que
le faciliten ayuda en su aprendizaje y proceso de crecimiento personal en general. El
docente es llamado a ello, esté no solo debe detectar en el educando problemas de
aprendizaje, sino trabajar sobre la base de la prevención en el consumo de drogas. Sin
embargo, al ser, la prevención un componente de un sistema complejo de atención al
adolescente se requiere que el docente reciba la formación y capacitación necesaria que le
permita contar con herramientas para que desde su aula de clases pueda desarrollar la labor
preventiva que como agente socializador primario después de la familia le corresponde
desempeñar.
El docente por encontrarse dentro del entorno de cada adolescente día a día, es fuente
fundamental para ayudar en la prevención del consumo de drogas, es por ello que debe
tener conocimientos básicos sobre la materia y las consecuencias que se derivan de ella.
En relación a esto, hay, por una parte, una base legal que expresa aspiraciones
nacionales, y por otra, nuevas perspectivas respecto al hombre, a la sociedad, y
particularmente frente a los sujetos con problemas de consumo de drogas. Todo esto se
expresa en los dos grandes principios que orientan la acción de la educación en general.
1. Principio de democratización.
2. Principio de modernización.
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Referido en particular al consumo de drogas, presentan las proyecciones propias al
campo de su competencia. La democratización mantiene que todos tienen derecho a la
educación
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, lo que significa la inclusión de los jóvenes por consumo de drogas y la modernización
implica prevención e intervención temprana, normalización e integración.
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El Principio de Modernización, involucra necesariamente la prevención. En el momento
actual a la luz de los aportes de la investigación el campo relacionado con el desarrollo
biopsicosocial de los individuos, no existen dudas que los más importantes es prevenir
el consumo de drogas y no esperar que los problemas ocurran; esto no desconoce
indudablemente, la importancia de atender a las personas que lo requieran.
Este principio también implica una acción que va más allá del caso individual; se
proyecta el medio social, orienta su acción hacia la prevención y actúa de modo que cada
miembro del grupo, se sienta comprometido y enfatice el compromiso del Estado en la
solución de problemas tendentes a satisfacer necesidades de salud, educación y otros que
afecten a la colectividad (Vargas, 1996.p.112).
Es deber del Estado velar por la satisfacción de necesidades del colectivo, pero es
también obligación de los padres o representantes, y maestros a motivar, incentivar o
estimular a los adolescentes para así desarrollarles ciertas habilidades que lo ayude a
prevenir el consumo de drogas.
Elementos Diagnósticos
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Cuadro 1
Según los datos antes señalados la tendencia del consumo de alcohol, cigarrillos y
drogas, ha ido en marcado aumento, a edades cada vez más tempranas en preadolescentes y
adolescentes de diferentes niveles socioeconómicos; con las características de ser
múltiples, incorporando varias drogas que potencian sus efectos y aumentan su
peligrosidad, además de su fácil accesibilidad y amplia distribución.
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fumar a edades más tempranas (entre los 10 y 15 años), que las mujeres desde los 16 a los
21 años y las observaciones son iguales para el alcohol.
Las primeras experiencias con alcohol y cigarrillos ocurren en edades más tempranas,
en la década de los 80 era alrededor de los 17 años y en el 2000 entre los 13 y 15 años.
Actualmente el inicio ocurre entre los 10 y 15 años de edad, mientras que los estudiantes
de 17 a 21 años ya son consumidores de alcohol, cigarrillos y otras drogas, es decir que a
medida que aumenta la edad el consumo es mayor. Los varones son más vulnerables que
las mujeres al consumo de cocaína y marihuana, se inician entre los 13 y 17 años.
El cuadro 2, refleja las cifras para el primer semestre del 2003, registradas
para la población venezolana.
Cuadro 2
Edad y droga de inicio para la población venezolana. Primer semestre año
200
DROGA DE Menos 15 a 19 20 a 24 25 a 29 30 a 34 35 a 39 40 y mas Total
INICIO de 15
años
Marihuana 520 520 656 106 06 03 00 1.307
Alcohol 443 541 50 22 09 02 02 1.069
Cocaína 96 181 68 23 15 04 01 388
Tabaco 204 170 12 02 00 00 00 388
Basuco 44 56 29 06 00 01 00 136
Crack 24 47 16 10 09 07 02 115
Inhalantes 14 04 00 00 00 01 00 19
Sedantes 04 04 02 02 00 01 01 14
Rhopinol 08 01 00 01 00 00 00 10
Opio, Morfina 02 03 00 00 01 01 00 07
Heroína 00 04 01 00 00 00 00 05
9
Total 1.362 1.672 286 82 40 20 06 3.468
Fuente: CONACUID. Estadística relacionada con el consumo de drogas
provenientede los centros de tratamiento y rehabilitación. Primer Semestre 2003
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Otro aspecto que resulta alarmante es la edad de inicio de consumo de la segunda y la
tercera drogas; los datos contenidos en los cuadros 3 y 4 son verdaderamente indicativos de
la velocidad de la progresión en el consumo de nuevas sustancias, de este modo puede
apreciarse en los cuadros que se muestran que las edades en las cuales los adolescentes
prueban la primera, la segunda y la tercera droga son exactamente las mismas, ello se
considera extremadamente alarmante por cuanto en un período relativamente corto de
tiempo el adolescente se encontrará consumiendo drogas de mayor poder estimulante y
adictivo.
Cuadro 3
Edad de inicio en el consumo de la segunda droga, población venezolana,
primer semestre año 2003
EDAD – SEGUNDA DROGA NUMERO DE CASOS PORCENTAJE
MENOS DE 10 AÑOS 19 0,60 %
10-14 AÑOS 733 23,21 %
15-19 AÑOS 1.722 54,54 %
20-24 AÑOS 441 13,96 %
25-29 AÑOS 132 4,18 %
30-34 AÑOS 73 2,31 %
35-39 AÑOS 23 0,73 %
40 Y MÁS AÑOS 15 0,47 %
TOTAL 3.158 100.00%
Fuente: CONACUID. Estadística relacionada con el consumo de drogas proveniente de
los centros de tratamiento y rehabilitación. Primer Semestre 2003
Cuadro 4
Edad de inicio en el consumo de la tercera droga, población venezolana,
primer semestre año 2003
EDAD – SEGUNDA DROGA NUMERO DE CASOS PORCENTAJE
MENOS DE 10 AÑOS 08 0,31 %
10-14 AÑOS 348 13,42 %
15-19 AÑOS 1.312 50,58 %
20-24 AÑOS 510 19,66 %
25-29 AÑOS 213 8,21 %
30-34 AÑOS 97 3,74 %
35-39 AÑOS 52 2,00 %
40 Y MÁS AÑOS 54 2,08%
TOTAL 2.594 100.00%
Fuente: CONACUID. Estadística relacionada con el consumo de drogas proveniente de
los centros de tratamiento y rehabilitación. Primer Semestre 200
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El Estado Bolívar no escapa de la problemática descrita, estudios realizados por el
Licenciado Coraspe, (2002) Presidente del Centro Multidisciplinario de Orientación sobre
Drogas, (C.E.M.O.D.R.O.), en Ciudad Bolívar sobre los casos atendidos en esa institución
se determinó que el problema se encuentra distribuido proporcionalmente en su mayoría en
el medio educativo, perteneciente a los liceos de la región y que los alumnos son
detectados de manera empírica y demasiado tarde. (p.100). De acuerdo al planteamiento
del Instituto antes mencionado, el consumo de drogas en adolescentes es una problemática
regional y como tal los liceos de Ciudad Bolívar, Puerto Ordaz y San Félix entre otros,
están inmersos en ellos; no obstante existen en esta entidad, centros de orientación, tanto
públicos como privados, además especialistas y licenciados en educación integral que
laboran en aulas integradas.
Objetivos de la Investigación
Objetivo General
Proponer una guía de apoyo al docente para la prevención del consumo de drogas en
adolescente cursantes de la Tercera Etapa de Educación Básica
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Objetivos Específicos
Proporcionar al docente información básica sobre las drogas, sus tipos y diferentes
efectos sobre la salud física y mental de los individuos a corto, mediano y largo plazo.
Brindar información al docente sobre algunas señales de alerta indicativas de que una
persona consume drogas.
Justificación de la Investigación
Debido al compromiso social y moral que tienen los educadores con la formación de los
adolescentes, se siente la necesidad de abordar esta problemática sobre el consumo de
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drogas, es por ello que es necesario capacitar al docente, en el aspecto de conocer todas
aquellas características que puede adoptar un niño, adolescente o joven que consume o está
en el proceso de iniciarse en el consumo de drogas, la problemática que esto acarrea a el
mismo y al entorno en que se desenvuelve. Para así ayudar a jóvenes que se encuentren
dentro de esas características y no consuman drogas aun, a desarrollarse positivamente
dentro de su medio ambiente y la sociedad actual brindándoles ayuda oportuna mediante el
desarrollo de acciones de prevención. Ya que los adolescentes al inmiscuirse en este
mundo se incapacitan y no se desarrollan como individuos sanos, disminuyéndoles las
posibilidades de una vida digna dentro de la sociedad, no pudiendo cumplir muchas veces
con sus sueños y metas.
CAPITULO II
MARCO TEORICO
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autodestructivas, que no les preocupan, pero en este intento, la frustración es grande al
darse cuenta de que ya son dependientes.
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temor, la preocupación y la necesidad que manifiestan los padres de controlar los impulsos
sobre consumos de drogas que puedan presentar sus hijos.
Los Amigos: El grupo reconocido como el de mayor credibilidad para dar opiniones,
aconsejar y orientar entre los adolescentes, más aun cuando son de edad y condición
similar. Montiel (1999), médico de adolescentes del Centro
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Factores de Riesgos y Consumo de Drogas
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imposible determinar un solo tratamiento para evitar que este mal siga creciendo. Tal vez,
la mejor manera de prevenir la drogadicción en los adolescentes debido a esta gama de
factores que influyen en su decisión sería el de representar escenas comunes a las que se
enfrenta los adolescentes donde se le es ofrecido el consumir drogas o donde han sentido
la curiosidad de probarla Existen muchos ejemplos para hacer evidente el peligro social
que representan las drogas, y que permiten afirmar con absoluta certeza, que por un lado la
sociedad está jugando un papel protagónico en la influencia sobre los adolescentes, y por el
otro, que es la misma sociedad quien con su apatía discrimina, corroe y humilla a los
adolescentes que necesitan de su apoyo y limitan sus capacidades para desarrollarse
íntegramente.
Los factores de riesgos que están presentes en los adolescentes y que incrementan las
probabilidades de los jóvenes para desarrollar problemas emocionales y/o conductuales, se
asocian por ende, con un mayor potencial para el consumo de drogas abarcando
características psicológicas, sociales, familiares y de conducta. Entre los distintos factores
de riesgo podemos citar los siguientes:
A nivel familiar:
Timidez y agresividad.
Fracaso escolar
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Dificultad en las relaciones sociales.
Afiliación con compañeros de conducta desviad
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Bajo nivel de autoestima.
Falta de metas.
Incapacidad para expresar sentimientos en forma adecuada
Incorporación de figura de autoridad idealizada vinculada al narcotráfico ya sea en
películas, o a través de medios de comunicación.
Cañal (2003). Los factores protectores vendrían a ser aquellos que aminoran las
influencias negativas del ambiente que rodea al adolescente, haciéndoles más resistentes a
las situaciones negativas, tal como es el consumo de drogas, estos factores protectores son
aquellos que modifican o alteran la respuesta de una persona a una amenaza ambiental que
predispone al desajuste. Estos factores no siempre son opuestos a los factores de riesgo, y
su impacto varia durante el proceso de desarrollo (p.126)
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Relaciones afectivas estables con adultos y amigos.
Estar expuesto a reglas claras de conducta dentro del núcleo familiar.
Involucramiento de los padres en el día a día de sus hijos.
Establecimientos de metas a corto, mediano y largo plazo.
Buen manejo de la ansiedad.
Éxito escolar.
Relaciones estrechas con instituciones pro-sociales tales como la familia, la
escuela, organizaciones religiosas.
Adopción de normas convencionales sobre el uso de drogas.
Ayudamos a nuestros jóvenes cuando les enseñamos como reconocer sus habilidades
funcionales tales como:
Autoestima.
Autoimagen.
Sentido de seguridad individual.
Desarrollo de la Identidad.
Control de necesidades.
Creación de un sistema de autodisciplina.
Creación de un sistema que les permita tomar decisiones lógicas y
correctas.
Resolución de problemas.
Definición de metas.
Desarrollo de un código de pensamiento moral.
Comunicación entre hermanos, adultos significantes, sexo opuesto y grupo
de pares.
Reconocimiento de las presiones sociales, saber que existe y como
manejarlas.
Asertividad.
Defensa de valores y principios.
Uso del tiempo libre y recreación
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Estrategias de Prevención
Según la Comisión Nacional Contra el uso Indebido de las Drogas (2003), el
consumidor de drogas no es una persona que se hace consumidora de improviso, sino el
eslabón final de una larga cadena de acontecimientos que han ido condicionando un terreno
lábil para hábitos negativos como la drogadicción. Tampoco es un individuo aislado sino
que es integrante de un contexto sociocultural altamente influyente en su conducta social;
de ahí que para lograr una eficaz rehabilitación del consumidor de drogas, se debe analizar
el problema en forma integral, tomando en cuenta etapas anteriores de la vida, el entorno
social, cultural, las comunicaciones, los microambientes: familia, escuela, grupo de amigos
y la personalidad adolescente en proceso de cambio, con un enfoque de riesgo por la
vulnerabilidad que caracteriza a este grupo etáreo. Como los adolescentes en general tienen
su primer contacto con las drogas aproximadamente a los 12 años y las drogas utilizadas
son el tabaco y el alcohol, el trabajo preventivo debe iniciarse antes de esa edad, entre los 6
y los 12 años, con planteamientos específicos de educación para la salud que es el marco
ideal para generar en los más pequeños actitudes positivas al cuidado de su salud y en los
adolescentes una eficaz resistencia a presiones negativas.
¿Qué podemos hacer para luchar en contra del Alcohol y las Drogas? En opinión de
CONACUID (2003), hoy en día las drogas forman parte de la vida de muchos adolescentes,
forman parte de lo que ven, de lo que hablan, tienen amigos o conocidos que consumen
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drogas o ellos mismos consumen. Todo esto parece indicar que se ha producido una
"normalización" de las drogas. Nos encontramos entonces con un fenómeno de
"integración" de las drogas en la vida cotidiana.
Una tarea específica de nuestros días es la de ayudar frente al riesgo. Los adolescentes
generan constantemente conductas de riesgo que van marcando su tránsito por esta etapa
crucial en busca de una nueva y definitiva identidad. Los factores de protección frente al
consumo de drogas son las condiciones que hacen a un adolescente menos vulnerable a su
consumo. Por ello lo más importante para lograr una prevención adecuada y efectiva es
conocer cuáles son las condiciones previas al consumo, como es el universo afectivo del
adolescente, sus ideales, metas y objetivos, su red vincular. Es saber como entrenar a la
familia para actuar de manera adecuada y no sólo para observar ojos colorados, pupilas
dilatadas, “sobrecitos” de dudoso origen y olores determinados. Esto último es importante,
pero en esa instancia el problema ya está declarado, en cualquiera de sus etapas, ya sea uso,
abuso o dependencia y allí debe intervenir la asistencia. La mejor prevención es poner el
énfasis en la crianza, en el desarrollo global del individuo. Hablamos concretamente de
anticiparnos al hecho, adelantarnos al desarrollo de una personalidad adictiva, que puede
también manifestarse a través de otras adicciones como bulimia, anorexia y violencia
familiar, entre otros males de nuestra cultura.
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adolescente en crisis, donde hay angustias, temores, vacíos, que buscan ser calmados en un
medio de inestabilida
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afectiva. Es en el momento oportuno, en ese instante de riesgo, en que se pondrán a
prueba las redes familiares y la estructura de personalidad del sujeto. La mayoría de
nuestros adolescentes será o habrá sido tentado a consumir drogas en alguna oportunidad,
no por un traficante, sino por alguien muy cercano, en este sentido, la idea básica en
materia de prevención es que sean los propios adolescentes quienes tengan las herramientas
adecuadas para hacer lo correcto en ese momento. Utilizar el no como herramienta de
protección y desarrollar un pensamiento crítico con respecto a ese tipo de situaciones
Cuando se consideran todos los factores tanto negativos como positivos, resulta
evidente que la prevención del consumo de drogas es responsabilidad de todas las
instituciones, sujetos sociales, organismos gubernamentales, no gubernamentales, escuela,
familia, medios de comunicación y la sociedad en su conjunto, coordinando acciones,
unificando criterios, esfuerzos y voluntades para contribuir a la salud, bienestar y felicidad
libre de drogas de nuestros jóvenes.
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Esta gran tarea requiere del esfuerzo participativo del Estado, del apoyo social de todos
los sectores de la comunidad, de instituciones, de profesionales de distintas disciplinas y de
los mismos adolescentes.
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Las acciones deben ir dirigidas a identificar y fortalecer los factores protectores de la
familia, su funcionalidad, cohesión, a rescatar su rol protector y transmisor de valores,
haciendo del ambiente familiar por muy pobre que sea un sitio que ofrezca seguridad, amor
y comunicación.
Padres: Los hábitos de los padres tienen una influencia decisiva en la formación de sus
hijos y pueden constituirse en inductores o no del consumo de drogas legales o ilegales, por
la imagen de identificación y el ejemplo que representan. Varias investigaciones han
demostrado que jóvenes cuyos padres tienen actitudes favorables al consumo o son
consumidores de alcohol, tabaco y drogas tienen mayor probabilidad de incurrir en el uso
de estas substancias.
La falta de dedicación de los padres en la educación de los hijos ( por falta de tiempo,
exceso de trabajo), el deficiente control, la excesiva tolerancia, la delegación de
responsabilidades a otras instituciones como el colegio u otras personas, la falta de
comunicación que los distancia del entorno familiar, la falta de respuestas a sus problemas
les obliga a recurrir a otras personas, principalmente a los amigos que no siempre tienen
principios y valores adecuados, haciéndose difícil para los padres saber qué piensan sus
hijos y cuáles sus problemas. Sin embargo, todo extremo es perjudicial, las actitudes de
sobre protección pueden anular la autonomía del niño, creándole sentimientos de
inseguridad e inferioridad, dificultan el proceso de toma de decisiones, la elaboración de
criterios propios y la responsabilidad personal. Al contrario, las actitudes rígidas pueden
bloquear e inhibir el descubrimiento de sus capacidades.
Por ello durante el proceso de crecimiento y desarrollo del niño y del adolescente, los
padres deben reforzar sus potencialidades, capacidades, autoestima, promover buenos
hábitos, creatividad, sentido de solidaridad y ejercitar su resistencia o fortaleza ante factores
adversos.
Con el ejemplo les darán seguridad y confianza que permitirá establecer una buena
comunicación, ejercitar un buen control intra y extrafamiliar, implicarse en las actividades
de recreación de sus hijos, en sus conflictos y en acciones de prevención a nivel de la
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comunidad. Para cumplir estas tareas, los padres deben buscar capacitarse e
informarse en diversas fuentes (escuelas para padres u otras).
Varias investigaciones han demostrado la relación que existe entre consumo de drogas
en adolescentes y bajo rendimiento académico, alto grado de ausentismo, fracaso escolar,
abandono escolar y escasas aspiraciones educativas.
La escuela que no responde a las necesidades educativas de sus alumnos, que no ofrece
instrumentos para afrontar sus problemas y los de la sociedad actual, está contribuyendo en
cierta forma al consumo de drogas y al rechazo de la escuela.
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contribuyan al desarrollo humano, que jerarquice la escala de valores, la disciplina, la
responsabilidad, el respeto a sí mismo, a los demás y logre actitudes favorables a la
conservación de la salud y no al consumo de drogas, que transmita estrategias de resistencia
a las presiones para una vida en libertad y que muestre a los educandos los caminos para la
elaboración de sus proyectos de vida.
Los educadores deben prepararse y capacitarse mediante programas y cursos que les
permita además de conocer las características del proceso adolescente, identificar a los
jóvenes en riesgo o a los consumidores para que reciban ayuda oportuna y desarrollar
acciones de prevención.
El trabajo debe ser coordinado con los padres y otros agentes sociales, en la promoción
del desarrollo psicosocial, proporcionando a los jóvenes aún no consumidores, los recursos
teóricos y prácticos para que desarrollen un equipamiento de habilidades que los capaciten
para prevenir y resolver de forma adecuada situaciones relacionadas con la problemática
del inicio del consumo de drogas, especialmente frente a las primeras ofertas.
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