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Capítulo 6

La salud

¿Qué es la salud? Aunque se ha discuti- de “superar una dificultad”, y se aplica tan-


do mucho en las publicaciones médicas sobre to a dificultades naturales (salvarse de un in-
qué sea la salud, no se ha llegado a un acuer- cendio, por ej.), como a las sobrenaturales (la
do sobre el asunto. Sin embargo, la cuestión salvación de los peligros que la vida presente
no es banal: si la atención médica persigue supone para la vida del alma). Sin embargo,
la salud, es fundamental tener claro en qué el término salud no se entiende actualmente
consiste ésta. Sólo una versión correcta de su como ligado a dicho significado de “superar
naturaleza puede dar como fruto una buena una dificultad”. De ahí la gran variedad de
práctica profesional. Este capítulo pretende definiciones, a veces profundamente discor-
mostrar las coordenadas básicas que se de- dantes, otras veces más o menos de acuerdo
ben tener presentes a la hora de concebir qué en algunos puntos, y casi siempre eclécticas,
es la salud. que se limitan a agrupar las opiniones más
en boga sobre la cuestión.
Si recuperamos para el término “salud” el
6.1. Definición de salud significado, original y genuino, de “superar
una dificultad”, obtenemos una definición en
Los clásicos no tenían especiales dificulta- toda regla: salud es el hábito o estado cor-
des en alcanzar una idea clara de lo que es la poral que nos permite seguir viviendo 2 , es
salud. Hablaban latín, y la sola palabra salus decir, que nos permite superar los obstácu-
ya les daba idea de su significado. Nosotros los que el vivir encuentra a su paso. Porque,
debemos retroceder a la etimología para al- efectivamente, vivir no es simplemente “es-
canzar lo que era evidente para ellos. Salus tar”, como está una piedra. Vivir implica una
y salvatio, muy iguales en latín (considérese actividad interna del ser vivo que consigue
que la U y la V, cuyos sonidos y grafía ahora mantener una cierta independencia y dife-
distinguimos, eran una sola letra para los clá- renciación de su ámbito exterior: el mante-
sicos), significan “estar en condiciones de po- nimiento de la homeostasis, característico de
der superar un obstáculo”. De estas palabras los vivientes, es un proceso activo que se rea-
latinas se derivan sus equivalentes castella- liza contra dificultades que opone el medio 3 .
nas: salud y salvación1 . El término castella- Sólo un organismo sano está en condiciones
no “salvarse” incluye el significado original de superar dichas dificultades; el organismo
1 enfermo encuentra en el ambiente problemas
Cfr. Alarcón E. Teoría de la vida orgánica (Apun-
tes de Psicología). Pamplona: pro manuscripto, 1988.
2
Otro tanto sucede en inglés, donde tenemos los térmi- Tomás de Aquino. Summa Theologiæ, I-IIæ, q. 50, a.
nos health, salud, holy, santo, y en las lenguas germáni- 1, c.
3
cas, donde tenemos los términos Heilen, curar y Heilig, Cfr. Alarcón E. Op. cit. Cfr. Choza J. Manual de an-
santo. tropología filosófica. Madrid: Rialp, 1988.

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86 CAPÍTULO 6. LA SALUD

de difícil superación, que le pueden llevar hombre impregnada de inteligencia y deci-


a fracaso en el mantenimiento de la propia siones libres: de espiritualidad, en una pa-
individualidad, es decir, a la muerte, tras la labra. El vivir humano no es exclusivamen-
cual, el organismo se confunde progresiva- te biológico, sino una realidad compleja: bio-
mente con el ambiente: se igualan sus tem- lógica, psicológica y espiritual. Por tanto, se-
peraturas, se descomponen sus proteínas, se guir viviendo, en el caso del hombre, no es
disuelven y homogeneizan sus diversos com- sólo poder mantener la vida biológica, po-
partimentos orgánicos y el contenido de és- der reproducirse, y un cierto grado de bienes-
tos con el medio externo, etc. tar suficiente para estos fines. Es, y de modo
Pero mantener la identidad individual no igual o más importante, poder actuar con su
es el único objetivo del vivir: de alguna ma- inteligencia y voluntad, llevando a cabo acti-
nera, la identidad también se mantiene cuan- vidades que no pueden realizar los animales:
do el animal se reproduce. Al reproducirse, trabajar, estudiar, etc.
consigue mantener vivo, en otro individuo De este modo, la definición de salud da-
de la misma especie, lo que en sí mismo no da anteriormente, válida para el caso del ani-
va conseguir: vivir siempre con la vida pro- mal, debe ser reinterpretada para el caso del
pia de su especie. Por esta razón, en el “se- hombre. Básicamente, se puede afirmar que
guir viviendo” de la definición se debe consi- una persona está sana cuando puede realizar
derar incluida la posibilidad de la reproduc- sus actividades humanas normales: ir al tra-
ción. Un animal que puede vivir pero que no bajo, cuidar del hogar o de los hijos, leer, etc.
se puede reproducir no está sano. Sin embargo, en el hombre, estar sano no
Por último, hay que considerar que exis- es una mera yuxtaposición de la considera-
ten alteraciones del funcionamiento normal ción de la salud propia del animal y de la más
del organismo animal que, sin impedir com- típicamente humana. Las actividades propia-
pletamente que pueda vivir o reproducirse, mente humanas no pueden ser llevadas a
suponen molestias o dificultades para el des- cabo sin un adecuado funcionamiento físico
arrollo normal de su actividad. Enfermeda- y psicológico. Por esta razón, la salud que
des o lesiones leves, que no ponen en pe- podríamos llamar meramente animal está al
ligro la vida, pueden considerarse enferme- servicio de actividades más altas: es un bien
dad, porque el malestar que producen difi- instrumental para la actividad espiritual. Así,
culta la actividad normal de la vida animal. se puede dar la situación paradójica de que,
Dicho de otro modo: la salud incluye un cier- examinada la vida humana desde el punto
to grado de bienestar físico, y de agrado en de vista meramente animal, no exista salud
la actividad que es necesaria para vivir (bie- y, sin embargo, considerada desde el punto
nestar psicológico); sin embargo, la salud no de vista humano, sí que pueda decirse que la
es bienestar. Más bien, el bienestar es, en cier- hay.
ta medida, una parte de la salud, es decir, es Es frecuente encontrar diálogos que refle-
uno de los medios necesarios para poder se- jan esta aparente paradoja. A la pregunta de
guir viviendo. cortesía sobre el estado de salud, una perso-
na suele responder: “Estoy bien; bueno, con
los achaques propios de la edad, pero estoy
6.2. El caso del hombre bien”. Se reconoce de este modo que, aun-
que existen pequeñas molestias o malestares,
La vida humana no se reduce a los aspec- no alcanzan éstos a impedir el desarrollo de
tos meramente biológicos que hemos esta- las actividades normales. Así, una persona
do refiriendo. La vida biológica, junto con que carezca de capacidad para reproducirse,
sus aspectos psicológicos, se encuentra en el o que tenga algunas alteraciones físicas o psi-
6.3. LA VERSIÓN MODERNA DE LA SALUD 87

cológicas leves (como puede ser una ligera 6.3.1. Salud como integridad
inestabilidad de la articulación del tobillo o
una leve ansiedad pasajera) puede, en mu- El avance científico que se ha dado en
chas ocasiones, desarrollar su vida normal- tiempos recientes, muchas veces más idea-
mente. Dependiendo de la actividad que de- lizado que real, ha repercutido en la con-
sempeñe, estas alteraciones, que serían enfer- cepción médica de la enfermedad. Quizá el
medad en el animal, pueden constituir o no aspecto más sobresaliente sea la asimilación
enfermedad en esa persona. dentro de la práctica médica de una visión
científica del cuerpo enfermo, con el méto-
La constatación de esta realidad ha lleva- do científico hipotético deductivo desarrolla-
do a numerosos autores a concluir que la sa- do especialmente en la época moderna. El re-
lud es algo subjetivo, que depende solamente sultado de esta visión llevó en el siglo XIX
de la apreciación del sujeto. Como comenta- a la búsqueda de las lesiones características
remos más adelante, esta conclusión es erró- de cada enfermedad: desechando esquemas
nea: el estado de salud no depende de cómo teóricos preconcebidos, los médicos se dedi-
se sienta el sujeto, sino del modo de vida que caron a buscar las alteraciones orgánicas sub-
lleve. Y este modo de vida puede y debe ser yacentes a las diversas enfermedades, con
conocido por el médico que, de esta manera, la idea de que cada enfermedad responde a
está en condiciones de hacer una apreciación una alteración física, que se puede observar
objetiva del estado de salud del paciente. Sin y, conforme avance la ciencia, tratar.
embargo, esta apreciación objetiva no equi-
La concepción de salud que hay tras dicha
vale a no encontrar lesiones en el examen fí-
interpretación es sencilla de entender: salud
sico del paciente o a no hallar alteraciones
es el estado de integridad orgánica. Si hay
en las pruebas de diagnóstico psicológico. La
una enfermedad es porque hay una altera-
apreciación objetiva del estado de salud de-
ción física. Esta manera de ver las cosas tiene
pende de la captación de los problemas que
razón en numerosas ocasiones, pero no deja
puede suponer la lesión, o las lesiones, sobre
de ser problemática en otras.
su vida cotidiana. Dicho de otro modo: el jui-
Así, sólo hasta tiempos muy recientes re-
cio acerca del estado de salud de una persona
sultaba imposible encajar dentro de este es-
depende de la captación de su modo de vivir
quema ninguna de las enfermedades psi-
personal.
quiátricas: lo “espiritual” parecía no poder
reducirse nunca a problemas neurológicos
hasta que los modernos desarrollos han mos-
trado lo contrario en algunos casos; esto no
6.3. La versión moderna de la impide que sigan existiendo patologías irre-
ductibles a lo orgánico, no sólo porque la
salud neurología no está suficientemente desarro-
llada, sino porque realmente se trata de pro-
Sin embargo, en tiempos recientes ha cam- blemas no orgánicos.
biado notablemente esta concepción de la sa- Otro problema de la equiparación
lud, en buena medida debido a los cambios enfermedad-lesión es el establecimiento
que hemos mencionado anteriormente que del límite de la normalidad. En algunos
se han producido en las sociedades moder- casos, la lesión es la aparición de estructuras
nas: por el avance de las ciencias (entendidas o formas peculiares de tejidos o de órganos,
como tecnologías) y por el cambio en la con- y no existe gradación entre su existencia o
cepción de la naturaleza de la sociedad y de su no existencia. Pero, en la mayoría de los
las relaciones sociales. casos, la lesión admite un más y un menos,
88 CAPÍTULO 6. LA SALUD

una gradación, en suma. En dichos casos, gánica estuviera necesitada de revisión des-
¿en qué punto comienza la enfermedad? Por de poco después de sus comienzos; esta revi-
poner un ejemplo: se considera obesa una sión tuvo lugar de modo más o menos oficial
persona con un peso que excede lo normal cuando la Organización Mundial de la Salud
para su estatura y complexión esquelética. (OMS) dio su definición en 1948.
Sin embargo, ¿dónde se ha de situar el límite
de la normalidad? Normalmente se barajan 6.3.2. Salud como bienestar
las tablas que las compañías de seguros
han realizado sobre la esperanza de vida En su declaración de constitución, en 1948,
según el peso corporal, que dan una máxima la OMS definió la salud como el estado de
supervivencia en un peso un poco inferior a perfecto bienestar físico, psíquico y social, y
la media de la población. Pero, ¿qué margen no sólo la ausencia de lesión o enfermedad.
hay que admitir como todavía normal? Y, si ¿Cómo se llegó a esta definición?
se acepta como normal un ligero sobrepeso Como vimos, la situación heredada del si-
sobre la media, ¿con qué criterio se establece glo XIX identificaba enfermedad con lesión,
una cifra a partir de la que el sobrepeso se a pesar de que dicha equiparación incluía di-
considera obesidad? ¿Por qué esa cifra y no ficultades teóricas no despreciables. La sali-
un poco más o un poco menos? da a estas dificultades vino mediada por la
Como puede verse, fijar los márgenes en- nueva visión de la medicina que se implan-
tre los que debe de moverse la integridad or- taba en la sociedad, imbuida de optimismo
gánica no es fácil, pues siempre incluye una en las nuevas posibilidades de la técnica pa-
dosis de decisión arbitraria, en el sentido de ra dominar la biología humana. El futuro de
que no es una determinación que dependa la Medicina presentaba a ésta como un me-
de una determinación científica de la reali- dio más para conseguir la satisfacción de las
dad, sino, más bien, de la apreciación común, necesidades y deseos humanos. Pero esos de-
sensata, de la realidad orgánica del paciente seos son, por definición, personales. En Me-
y de lo que resulta patológico. En suma, no dicina, los deseos del paciente, la razón por la
existen criterios científicos de normalidad, ni que los enfermos acuden a los servicios sani-
pueden existir, sino que la sanidad los toma tarios, es el sentir de alguna manera que tiene
de la apreciación común de la situación del un tipo de dificultades cuya solución está en
paciente, y les asigna un rango de caracte- manos del médico, por medio de la manipu-
rísticas físicas mensurables, que podrían ser lación técnica de su cuerpo. Y el tipo de difi-
otras levemente distintas sin ningún incon- cultades que hacen acudir a otros miembros
veniente. de la sociedad, expertos en distintas profesio-
La visión del patólogo, por tanto, no está nes, se reduce, dentro de la idea ilustrada de
en condiciones de determinar con exactitud sociedad, a la existencia de una carencia que
lo que es salud o enfermedad sino contando puede ser satisfecha por dicho profesional.
con apreciaciones no científicas de la realidad El profesional sanitario, dentro de este mo-
del paciente. Pero esto significa que igualar do de concebir las cosas, es el experto en el
enfermedad y lesión resulta insostenible co- bienestar que se deriva del buen funciona-
mo aproximación a lo que es la salud y la en- miento orgánico; ese es el producto que ven-
fermedad, pues se apoya, en último término, de. Por tanto, salud será el bienestar, y eso es
no en la presencia o ausencia de lesiones, sino lo que el médico, farmacéutico, etc., pueden
en su valoración, hasta cierto punto arbitra- conseguir con su trabajo en la vida de los pa-
ria, por parte de quien examina al enfermo. cientes.
Esta situación de crisis interna hacía que Como el contexto de ideas traía consigo la
la definición de salud como integridad or- herencia del siglo XIX de la equiparación de
6.3. LA VERSIÓN MODERNA DE LA SALUD 89

salud con integridad orgánica, la definición ciales dar de dicha definición una interpre-
tiene que aclarar que va más allá de ella. Así, tación que rebaje el sentido literal de sus ex-
tras indicar que salud es el perfecto bienestar, presiones: para la OMS salud es bienestar, sin
señala que esta afirmación es un paso adelan- paliativos, aunque otras personas, probable-
te de la visión de los patólogos del XIX: “... y mente con un análisis más fino de la cuestión,
no sólo la ausencia de lesión o enfermedad”. entiendan algo diferente.
Además, la solución de igualar la salud Como ya mencionamos anteriormente, pa-
con el bienestar del paciente resuelve bien ra poder desarrollar las actividades diarias es
dos cuestiones: por una parte, hace que el lí- necesario un cierto grado de bienestar físico.
mite arbitrario que había que establecer para Un dolor intenso nos inhabilita para la vida.
determinar lo que es la salud tenga un pro- Pero eso es muy distinto de afirmar que el
cedimiento “objetivo” para establecerse: pre- bienestar físico es estar sano. La prueba con-
guntar al paciente. Y, en segundo lugar, dicho siste en la experiencia común: hay enfermos
procedimiento casa muy bien con el espíritu que, en una determinada postura, consiguen
de libertad individualista de la modernidad: aliviar o hacer desaparecer sus dolores; sin
resulta muy aceptable en una sociedad en la embargo, nadie en su sano juicio diría que
que el criterio personal resulta muchas veces esa postura le ha curado, y que vuelve otra
el último elemento de juicio para las accio- vez a enfermar cuando se mueve; quienes
nes. mueren por congelación, cuando han entra-
Además, la definición de la OMS se pre- do en hipotermia, dejan de tiritar y describen
senta con el optimismo de pretender abarcar que han dejado de sentir la molestia del frío y
todos los sectores de la vida humana: no só- se sienten bien, aunque cualquier experto in-
lo se refiere al bienestar físico o psíquico, si- tentaría entonces que se movieran y calentar-
no que llega a afirmar que el bienestar social los antes de que fallezcan. Y, al revés, hay mo-
es salud. De alguna manera, esta afirmación mentos en la vida diaria en que se producen
trasluce la pretensión cientifista de dominar palpitaciones, respiración jadeante, o agota-
absolutamente la naturaleza por medio de la miento, que nadie atribuye a ningún proceso
técnica para conseguir su bienestar total, no morboso, pues se siguen de modo natural a
sólo en su aplicación al hombre, sino tam- un ejercicio físico intenso. En suma, la equi-
bién al resto de las estructuras humanas. La paración de salud y bienestar físico es insos-
definición de salud de la OMS asimila la vi- tenible desde ningún punto de vista.
sión moderna de la sociedad como mecanis- El bienestar psíquico es otra de las cua-
mo para conseguir los bienes de consumo al lidades de la persona sana según la OMS.
gusto de cada cual mediante el dominio des- Sin embargo, también su examen detallado
pótico de la naturaleza por medio de la técni- nos muestra inconsistencias. Sin negar que
ca. es necesario un cierto bienestar psíquico pa-
ra poder vivir una vida sana, nuevamente no
6.3.3. Inconsistencias de la definición se puede admitir la equiparación de bienes-
de la OMS tar psíquico y salud. En efecto, existen esta-
dos de serenidad y placidez debidos a pro-
Aunque la definición de salud de la OMS cesos morbosos (la semiinconsciencia de un
ha sido repetida hasta la saciedad, y está en paciente con un coma leve debido a un trau-
la mente de la mayor parte de los profesio- matismo craneoencefálico, el bienestar de un
nales sanitarios de la segunda mitad del si- drogadicto que se acaba de administrar una
glo XX, no resiste un análisis mínimamente dosis de droga), que nadie consideraría salud
riguroso, especialmente si se considera que ni por asomo. Y, al revés, en la vida existen si-
nunca se ha intentado desde instancias ofi- tuaciones de tensión, ansiedad o tristeza que
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son la reacción lógica ante presiones de opo- res que han dado un sentido amplio al tér-
siciones, situaciones de convivencia tensa, fa- mino bienestar que se incluye en la defini-
llecimiento de un familiar muy querido; y na- ción. Bienestar, según esta interpretación, no
die piensa que dichas reacciones sean patoló- sería la agradable sensación de estar a gus-
gicas si no alcanzan un grado desmesurado o to, sentirse bien, sino que la amplían a otras
se prolongan más allá de lo razonable. cuestiones no estrictamente sensibles: inclu-
Por último, la OMS establece inequívoca- yen en “bienestar” cuestiones tan heterogé-
mente que el bienestar social es salud. El pro- neas como poder desarrollar el trabajo, las
blema de esta equiparación reside, en primer relaciones interpersonales (familiares, labo-
lugar, en la equivocidad de la expresión “bie- rales o de amistad), la capacidad de poder
nestar social”. Ahí cabe desde un básico afir- seguir sus aficiones y motivaciones habitua-
mar que no existen guerras o hambre, hasta les, etc. Como puede verse, de este modo se
que todos los ciudadanos disfruten de unos aproximan de nuevo a la versión clásica de
determinados estándar de comodidades (ti- la salud: rotulan como “bienestar” el hecho
po de casa, servicios públicos, electrodomés- de que el hombre pueda desarrollar su vida
ticos, etc.). Puede decirse que decir que el bie- diaria (en otros casos el rótulo es “calidad de
nestar social es salud, o bien no significa na- vida”, pero de esta cuestión hablaremos más
da, o bien puede significar todo lo que los extensamente después). De este modo, la de-
medios técnicos pueden proporcionar al ser finición de la OMS (“La salud es el estado de
humano: el objetivo de la sociedad ilustrada perfecto bienestar ...”) transforma su signifi-
(tener todo lo que todos puedan desear) pasa cado casi en el clásico (“La salud es el estado
a recibir el nombre de salud. de perfecto poder hacer las actividades de la vida
Es innegable, sin embargo, que un grado diaria ...”). De este modo, la definición resulta
elevado de bienes que proporciona la vida en relativamente tolerable.
sociedad, por medio de la división del traba- El problema es que las palabras de la OMS
jo, permite llevar una vida en la que la en- no dan pie para pensar así: bienestar significa
fermedad aparece con menos frecuencia. Así, bienestar, y no poder hacer las actividades dia-
conforme el progreso técnico ha permitido rias. Con muy buena voluntad se podría ad-
disponer de agua corriente limpia en las ca- mitir que “el estado de perfecto bienestar” es
sas, sistemas de alcantarillado (inicialmente una expresión ambigua y que, por tanto, la
construidos para evitar los malos olores de definición de la OMS, interpretada del modo
las calles), viviendas con calefacción, etc., la amplio que hemos mencionado, podría ser
incidencia de muchas enfermedades ha baja- aceptable. Pero, aparte de que desde instan-
do. Pero esto no significa que esos beneficios cias oficiales nunca se ha apoyado dicha in-
que proporciona la vida en sociedad sean la terpretación, tomadas las cosas tal como apa-
salud: contribuyen a ella, pero es evidente recen, el bienestar es bienestar, es decir, la
que no lo son: en una sociedad que propor- sensación agradable de estar a gusto. Y la
cione todos los medios imaginables, sea rela- salud no es eso, como hemos visto anterior-
tivos para el cuidado de la salud, sea de bie- mente. La definición de salud de la OMS es
nestar social, existirán enfermos. un desatino.
Resumiendo: la definición de salud de la
OMS, tomada literalmente, es completamen- 6.3.4. La enfermedad inevitable
te irreal, no se ajusta a lo que conocemos es-
pontáneamente de la salud y de la enferme- Una consecuencia que se observa en la so-
dad. ciedad actual como consecuencia de la asi-
Para salir de este atolladero y salvar a la milación del concepto moderno de salud es
vez la definición de la OMS, ha habido auto- que nadie está sano. En efecto: si la salud
6.4. ALGUNAS CONSECUENCIAS PARA LAS PROFESIONES SANITARIAS 91

es la integridad orgánica, dicha integridad se la salud perfecta, ha sucedido un cierto pe-


convierte inconscientemente en una especie simismo: dicho logro se considera inalcanza-
de desiderátum, de cuerpo perfecto que sólo ble. La salud, más que un estado real, se con-
existe en los anuncios. Pero ni siquiera esta sidera como una especie de ideal, al que ten-
apariencia perfecta es la salud: en efecto, in- demos, pero que realmente nunca podemos
cluso en la persona aparentemente sana (en ni podremos alcanzar.
el sentido de integridad corporal, de ausen-
cia de lesiones) un examen médico atento
es capaz de descubrir lesiones que pasaban 6.4. Algunas consecuencias pa-
inadvertidas por no causar sintomatología, ra las profesiones sanitarias
o problemas que no suponen lesiones ahora
pero las supondrán en el futuro. Estas ideas básicas que acabamos de expo-
También si se considera la salud según la ner tienen consecuencias muy directas sobre
versión modificada de la OMS, es decir, como el modo práctico de ejercer las profesiones
el estado de perfecto bienestar, sucede algo sanitarias: al determinar el fin que se debe
similar: en cuanto han pasado los años jóve- perseguir, los medios técnicos que se deben
nes, en los que no se siente el cuerpo y la vida de emplear (la realización de intervenciones
se desarrolla sin aparentes tropezones ni difi- sanitarias) deberán ser acordes con el fin per-
cultades impuestas por el cuerpo, comienzan seguido. Hoy día, se observan con frecuen-
los achaques. Pero, si salud es bienestar, co- cia modos de ejercer la profesión que desve-
mo siempre tiene todo el mundo alguna pe- lan que se concibe erradamente la naturaleza
queña molestia, por minúscula que sea, no se de la salud, especialmente en el sentido mo-
puede considerar completamente sano. derno de integridad orgánica o de bienestar.
La conclusión que se saca de todo esto, y Nos referiremos solamente a tres deforma-
que es opinión común, es que no existe na- ciones especialmente frecuentes: la obsesión
die que esté sano, y que todos estamos en- por el bienestar, el autonomismo a ultranza y
fermos. Si se nota una molestia, por ahí va la el igualitarismo.
enfermedad; y, si no se nota, basta acudir al
médico para que encuentre algo que no ha- 6.4.1. La búsqueda del bienestar
bía sospechado el paciente. Evidentemente,
también se admite que este “estar enfermo” Como hemos visto, la definición de la OMS
colectivo admite grados: hay quien está muy establecía que ésta es el estado de perfecto
enfermo y quien no se nota nada pero, aun- bienestar físico, psíquico y social, y no sólo
que parezca sano, con un estudio suficiente- la ausencia de lesión o enfermedad. Por tan-
mente profundo se podrían descubrir las le- to, si se sigue esta definición de salud como
siones que padece, aunque no las sienta por orientación en la actividad sanitaria, ésta de-
el momento. Pero, grados aparte, la afirma- berá ir dirigida solamente a conseguir el bien-
ción inicial sigue en pie: todos estamos enfer- estar.
mos y no hay nadie sano. Dicho de otro modo: esta definición redu-
En esta afirmación general de “todos es- ce al hombre a sus aspectos meramente ani-
tamos enfermos” o “no hay nadie completa- males o placenteros. Si se sigue esta idea de
mente sano” se observa una de las ideas post- la OMS, la atención sanitaria tendría un ob-
modernas frecuentes en nuestra sociedad, y jeto parecido a la veterinaria: arreglar las le-
que veremos con más detalle en otro lugar: siones físicas (de modo muy mecanicista, co-
al optimismo que reinaba a principios del si- mo se realizan en el taller los arreglos de los
glo XX de que la ciencia puede lograr satis- coches), y conseguir que el paciente se sien-
facer todos los deseos humanos, incluyendo ta a gusto. Como hemos visto, en este último
92 CAPÍTULO 6. LA SALUD

objetivo, los médicos con un poco de sentido mente esta solución, pues sólo tiene que per-
común incluyen, como en un cajón de sastre, seguir la integridad física y el bienestar de los
todos los demás aspectos de la vida huma- animales; si el animal sufre, su vida carece de
na: que el paciente pueda caminar, leer, rela- sentido (utilidades para el hombre aparte), y
cionarse, etc.; el término bienestar se emplea lo más razonable en dicho caso es la muerte.
así de modo peligrosamente equívoco; pien- Si estas consecuencias de considerar la sa-
so que de esta falta de precisión terminológi- lud como bienestar son ciertas, quien defien-
ca se sigue buena parte de la confusión im- da la definición de salud de la OMS debe-
perante en los artículos científicos a la hora rá, como mínimo, hacer una interpretación
teorizar sobre la salud. de ella contraria a su sentido literal explíci-
De modo paralelo a esta ambigüedad del to, apoyándose en la ambigüedad del térmi-
término “bienestar”, que parece incluir to- no “bienestar”. Sin embargo, dicha interpre-
dos los aspectos de la vida humana, apare- tación benévola es inestable y frágil, pues se
ce el empleo de la expresión “calidad de vi- apoya precisamente en una ambigüedad ter-
da”. Originalmente se pensó en los indicado- minológica, por lo que, quienes la defiendan,
res de calidad de vida como en una serie de deberán estar permanentemente a la defen-
parámetros objetivos que medían las limita- siva de su interpretación literal, que haá su
ciones que sufrían los enfermos por sus pa- aparidción una y otra vez. La solución a es-
decimientos. Sin embargo, si se sacan de es- te problema es relativamente sencilla: omitir
te contexto, calidad de vida pasa a equipa- toda mención a dicha definición cuando se
rarse a bienestar. Y, como el término “bienes- hable de temas de salud. Dicha mención de-
tar”, pasa a incluir todo lo que puede suce- berá evitarse también de modo indirecto, es-
der en la vida humana que pueda tener con- quivando el empleo de expresiones como “el
notación de satisfactorio o insatisfactorio, de bienestar del enfermo” o “la calidad de vida
agradable o desagradable (y puede llegar a del enfermo” excepto en los casos en que sea
incluir cuestiones tan ajenas a la salud como estrictamente necesario, como puede suceder
la ausencia de remordimientos, proyectos vi- cuando estamos evaluando la eficacia de al-
tales cumplidos, etc.). guna medida de cuidados paliativos.
Por tanto, si la definición de la OMS se to-
ma estrictamente, sin forzarla para interpre- 6.4.2. “Subjetividad” de la salud y
tarla de modo sensato, se ve que es una defi-
autonomismo
nición incorrecta, sesgada, y potencialmente
generadora de una mala atención clínica: si Es bien sabido que la consulta de un en-
el profesional sanitario ejerce para que el pa- fermo suele comenzar a raíz de un padeci-
ciente se sienta bien a toda costa, el resultado miento de nueva aparición: un dolor, una he-
sería lo que se describe en “Un mundo feliz”, rida accidental, o culauier otro problema. Sin
y la solución total a los problemas humanos, embargo, dicha consulta puede interpretar-
una droga como el “soma”, que hace sentirse se de dos modos distintos. En el primero de
bien y no causa resaca. Y no puede extrañar ellos, el paciente acude a consultar a su mé-
que, dentro de este modo de entender las co- dico porque la herida, o el malestar que ha
sas, la Medicina debería procurar la muerte aparecido, le impide desarrollar su vida co-
del que sufre, si no se puede conseguir el ple- tidiana: ya no es la leve molestia que puede
no bienestar o la satisfacción del individuo, pasarse sin prestarle mucha atención. Quien
en su versión más amplia (proyectos vitales le atiende, viendo el problema que aqueja, in-
cumplidos, posibilidad de gobernar la pro- tenta las medidas oportunas para que pueda
pia vida sin depender de los demás, etc.). La continuar su actividad normal (ya veremos
veterinaria sí que pone en práctica rutinaria- más adelante cómo se pueden clasificar di-
6.4. ALGUNAS CONSECUENCIAS PARA LAS PROFESIONES SANITARIAS 93

chas medidas). unido a una comercialización de la atención


Pero existe otro modo, muy diferente, de sanitaria: se la concibe como un bien de con-
acudir a la atención sanitaria: el paciente acu- sumo, como algo que se compra con dinero
de porque, del mismo modo que en el caso y que debe cumplir las expectativas de satis-
anterior, experimenta algún tipo de molestia. facción del cliente. O, como se suele decir en
Pero acude, no con la pretensión de intentar el negocio comercial, el cliente siempre tiene
volver a una vida más o menos normal, si- razón. Y su razón es su bienestar, pero valo-
no con la pretensión exclusiva de acabar con rado por él mismo, es decir, lo que le apetece.
su molestia o, más bien, lo que él interpre- En Estados Unidos esta exigencia de cor-
ta como una molestia. El objetivo de quien le te comercial se ha vestido de un ropaje ético
atiende debe ser su bienestar y no, como el que hace sentirse a los médicos menos mani-
caso anterior, la vida que se ve posibilitada pulados por el dinero que cobran: se prefiere
por un cierto grado de bienestar. hablar de respeto a la autonomía del pacien-
Lógicamente, según este segundo punto te donde muchas veces, en ciertas especiali-
de vista, ¿quién puede decir si se encuentra dades o intervenciones, no hay casi ningún
bien, a gusto? El propio paciente. Por tanto, el residuo de preocupación por el enfermo, si-
ejercicio de las profesiones sanitarias sólo se no un mero intercambio comercial, en que el
puede llevar a cabo preguntando al paciente médico se encuentra vendido a lo que desea
cómo está y qué es lo que desea, o, dicho de el paciente y no tiene voluntad propia.
otro modo, qué malestar le ha hecho acudir Evidentemente, la justa autonomía del pa-
al médico. Sin embargo, esta pregunta, tiene ciente es una realidad que debe ser respeta-
el siguiente matiz, diferente al que le da el da; es otra manera de decir lo que mencio-
sentido común: hay que preguntar al pacien- namos en la definición clásica: estar sano de-
te sobre su bienestar porque ésta es la única pende del modo de vida que lleva la persona,
vía para poder averiguar lo que no tiene una y el médico debe contar con ese modo de vi-
respuesta objetiva, pues lo que causa agrado vir a la hora de enfocar un tratamiento. Pero
a unas personas, no lo causa a otras. La salud, eso es radicalmente distinto a aceptar que el
por tanto, es una cuestión puramente y exclu- paciente siempre tiene razón, como si fuera
sivamente subjetiva. El paciente está sano si el cliente de unos grandes almacenes, donde
dice que está sano, y está enfermo si dice que se compra lo que más agrada, sin más mo-
está enfermo. tivo que el gusto. El médico, la enfermera,
Como es evidente, entre estos dos extre- el farmacéutico, también tienen algo que de-
mos hay posturas intermedias, matices, acep- cir en la relación profesional-paciente, y no
tación parcial de lo que dice el médico e in- son unos meros asalariados bajo las órdenes
tento parcial de imposición del propio crite- del enfermo, ni su único objetivo es causar
rio de modo irracional. Pero, si, como defien- el bienestar. Por tanto, del mismo modo que
de la OMS, la salud es bienestar, entonces el se espera que el médico respete al paciente,
criterio del paciente es el único que debe ser debe esperarse el respeto en sentido opuesto.
tenido en cuenta, pues sólo él sabe cuándo Lo que no sería obligado encontrar en un co-
está a gusto, cuándo tiene bienestar. A esta merciante es lo que se debe esperar del médi-
idea responden muchas actitudes agresivas co: negativa a aplicar tratamientos que sabe
y exigentes de algunos enfermos: ellos son que son ineficaces o dañinos, negativa a ac-
quienes deciden; se hace lo que ellos dicen. tuar contra sus principios morales, etc. Estas
Esta postura de decisión unilateral por negativas, más que imposiciones al paciente,
parte del enfermo de lo que se ha de hacer son precisamente su defensa: si se accediera
puede denominarse autonomismo del enfer- a todas sus peticiones, el verdadero bien del
mo. Es un modo de comportarse que suele ir enfermo quedaría sin abogado.
94 CAPÍTULO 6. LA SALUD

Aquí nos encontramos nuevamente con Por tanto, la Medicina actual, ante un diag-
una equivocidad, en este caso en el empleo nóstico de una determinada lesión, tiene una
del término autonomía: para unos significa tendencia muy marcada a establecer un pro-
que una persona puede organizar su vida a tocolo normalizado de actuación. E incluso
su aire, sin ningún baremo que les constriña, también para llegar al diagnóstico se estable-
poniendo a la Medicina al servicio de su gus- cen protocolos que permiten, como al reali-
to; mientras que para otros significa que ca- zar una clasificación botánica, ir descartando
da persona tiene un modo de vivir distinto, posibilidades hasta llegar al resultado correc-
que debe ser considerado por el profesional to.
de la sanidad a la hora de su actuación clí- La consecuencia de este modo de plantear-
nica. Mientras el primer sentido es inacepta- se la actuación profesional hace que se trate
ble, el segundo es imprescindible en la buena a todos los pacientes por igual: ante una de-
práctica médica. terminada lesión o un determinado síntoma,
debe actuarse siempre de la misma manera,
6.4.3. Desigualdad de los pacientes siguiendo las reglas del protocolo adecuado
al caso.
La versión moderna de la salud como in- Sin embargo, si consideramos la natura-
tegridad orgánica está muy presente entre la leza verdadera de la salud (estado corporal
clase médica, pues la mayor parte de la ense- que permite continuar la vida humana), el
ñanza que reciben los futuros médicos con- planteamiento habitual de aplicación de pro-
siste en información científica sobre el cuer- tocolos se muestra radicalmente insuficiente,
po humano sano y enfermo, y en adiestra- pues, en sus versiones más organicistas 4 , no
miento técnico para restituir la integridad al considera el modo de vida personal del pa-
organismo. De esta formación, que conecta ciente.
con el concepto de salud como integridad or- En efecto, la influencia de la actividad ha-
gánica del siglo XIX, se deriva una mentali- bitual de una persona en la consideración
dad que podríamos denominar, hasta cierto de su estado de salud o enfermedad lleva a
punto, mecanicista, y un estilo de trabajo que una consecuencia poco aceptada actualmen-
contiene muchas similitudes con los procesos te por los médicos: no toda lesión orgánica
industriales. debe ser tratada con la misma intensidad, y
En el trabajo industrial, o manual en ge- el grado de esfuerzo por eliminar lesiones de-
neral, se establecen procedimientos normali- pende del tipo de vida que lleve el paciente.
zados de trabajo que, según su exigencia en La expresión “tipo de vida” debe entender-
las comprobaciones de los productos o de los se aquí en su sentido más amplio, es decir,
diversos pasos intermedios que se realizan, englobando no sólo aspectos de actividad in-
merecen una certificación de calidad en el dividual (fundamentalmente profesionales),
proceso de producción. Toda producción me- sino otras consideraciones económicas, fami-
dianamente seria tiene un protocolo norma- liares, culturales, religiosas y sociales.
lizado de actuación que evita los fallos en el Por contra, actualmente, malinterpretando
producto terminado. En sanidad sucede algo la letra de las normas deontológicas que obli-
parecido cuando se asume que la salud equi-
vale a la integridad corporal, pues el objeti- 4
Indudablemente, hay protocolos que, en un mo-
vo es algo material, a saber, una determinada mento de la línea de actuación, consideran como factor
conformación corporal en el sujeto que aten- discriminador el estilo de vida del paciente o su opi-
nión personal. Pero, en muchas ocasiones, parece que
demos (la “normalidad” que, como vimos, es tal factor se introduce por las exigencias y protestas de
tan difícil de determinar y contiene una nada los pacientes que se ven tratados de modo no relacio-
desdeñable dosis de arbitrariedad). nado con lo que consideran sus problemas reales.
6.4. ALGUNAS CONSECUENCIAS PARA LAS PROFESIONES SANITARIAS 95

gan a no discriminar entre pacientes 5 , se asu- caso, la propuesta de ayuda técnica será muy
me que todos los pacientes son iguales, y se variable, dependiendo de la persona.
emplean con ellos los medios disponibles pa-
ra producir la curación orgánica, con el crite- Esto no es discriminación, pues se propone
rio, en caso de escasez de medios, de “pri- la ayuda con la mejor voluntad hacia el pa-
mero llegado, primero servido”. Esta actitud ciente. Precisamente, porque se intenta “cui-
demuestra una concepción reduccionista del dar con la misma conciencia y solicitud” 6 a
hombre y de la salud humana, pues conside- todos los pacientes, no se les proponen solu-
ra casi en exclusiva lo meramente corporal. ciones iguales, sino adaptadas al caso parti-
cular. La buena voluntad es la que hace que
Para que todos fuéramos realmente igua-
la ayuda propuesta sea diferente.
les de cara al enfermar, sería necesario que no
nos distinguiéramos unos de otros, quedan- Así, por poner un ejemplo, en el caso de
do igualados con un patrón de actividad co- una enfermedad grave, propondrá medidas
mún, que se podría equiparar a la actividad drásticas que podrán conseguir la curación a
instintiva de los animales. Para ellos, enfer- costa de un gasto grande y sin muchas proba-
mar es siempre lo mismo, y el veterinario los bilidades de éxito al paciente joven, con se-
puede tratar por igual: curando sus lesiones rias responsabilidades familiares o profesio-
para que puedan llevar a cabo los objetivos nales en las que no podrá ser sustituido. Sin
instintivos de su especie, o matándoles si no embargo, si el paciente es mayor, sin vínculos
pueden ser curados o suponen un peligro pa- familiares, y le expresa su idea de que la vida
ra sus cuidadores o para otros animales. ya no tiene mucho sentido para él, es razona-
La relación médico-paciente, por contra, ble que se abstenga de proponer tratamien-
no es la aplicación ciega de unos patrones fi- tos curativos de alto precio, agresivos, moles-
siológicos ideales que hay que restaurar, co- tos y de efectividad sólo marginal. Por estas
mo quien repara una máquina. Es, en primer razones, el buen médico se abstendrá de re-
lugar, diálogo con el paciente y conocimiento comendar tratamientos muy penosos, o que
de éste como persona, con un modo de vi- vayan contra la conciencia o la sensibilidad
da peculiar, aficiones, ambiente, cultura, re- cultural de su paciente.
ligión, etc. En este diálogo, quien le atien-
de asimila esa originalidad vital y así apren- Para poder llegar a este consejo adapta-
de de sus pacientes y madura como persona do al paciente es fundamental el diálogo,
durante su ejercicio profesional. A continua- tan descuidado en la práctica contemporá-
ción, propone benévolamente una ayuda téc- nea. El descubrimiento del paciente como
nica para el problema humano que ha provo- persona, sus peculiaridades familiares o cul-
cado el trastorno orgánico o psíquico. Y, co- turales, sus aficiones, no son cuestiones pe-
mo el problema humano es distinto en cada riféricas o irrelevantes en la anamnesis, pues
pueden hacer variar decisivamente la orien-
5
Organización Médica Colegial. Código de Ética y tación terapéutica. Un efecto secundario de
Deontología Médica, Artículo 4.2: “El médico debe cui- un medicamento o de una intervención qui-
dar con la misma conciencia y solicitud a todos los pa- rúrgica, que al médico le puede parecer tri-
cientes, sin distinción por razón de nacimiento, raza,
vial, puede revestir mucha importancia para
sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o cir-
cunstancia personal o social”. Organización Colegial el paciente, y esa importancia debe ser cono-
de Enfermería. Código Deontológico de la Enfermería cida mediante el diálogo.
Española, Artículo 4: “...los profesionales de enferme-
ría están obligados a tratar a todos con el mismo res-
peto, sin distinción de raza, sexo, edad, religión, nacio-
nalidad, opinión política, condición social o estado de
6
salud”. Ibídem.
96 CAPÍTULO 6. LA SALUD

6.5. Términos ambiguos decir que se ha realizado sobre ello una ob-
servación directa, sensible, contrastable con
Como hemos podido ver, el concepto de la de otros observadores, que da una idea
salud que habitualmente se maneja en la exacta de la realidad sobre la que se está tra-
atención sanitaria se mueve alrededor de las bajando.
ideas de integridad orgánica y de bienestar En la atención sanitaria, esta objetividad se
del paciente (entendido esto último como lo suele relacionar con lo científicamente com-
que el paciente desea o apetece). Sin embar- probable en el enfermo, es decir, con cuestio-
go, como vimos al comienzo, del capítulo, la nes orgánicas comprobables, bien mediante
salud no es ni integridad ni bienestar. Para la exploración directa, bien mediante prue-
poder conocer el estado de salud de un pa- bas analíticas, radiológicas o de otro tipo, que
ciente es necesario el conocimiento de dicho nos muestran directa o indirectamente el es-
paciente como persona, con sus cualidades tado físico de alguna parte del organismo del
peculiares irrepetibles que hacen que le aten- enfermo.
damos de modo distinto a cualquier otro. Al atender a los pacientes, tendemos a
Sin embargo, a pesar de nuestro interés en prestarles la mejor atención posible; y, por
atender a cada persona de modo adecuado a una atención de la una asociación de ideas
su individualidad irrepetible, con todas sus casi automática, tendemos a pensar que di-
peculiaridades, la idea de salud como inte- cha atención es la que tiene más en cuenta
gridad o como bienestar está tan difundida, los datos científicos, objetivos, de modo que
que es fácil que se entremeta sin haber si- pueda prestarse una ayuda lo más competen-
do llamada. El camino para este aparecer su- te posible (desde el punto de vista técnico).
brepticio es, la mayor parte de las veces, por Así, casi sin darnos cuenta, prestamos una
medio de terminología que empleamos para mayor atención al aspecto meramente físico
referirnos al estado de salud de los pacientes u orgánico del paciente, en detrimento de su
y que resulta, al menos, ambigua, dando pie conocimiento como persona, que es el que
a considerar la salud en su versión inacepta- nos permite la atención que realmente se le
ble. debe prestar, pues el paciente es una persona
Ya hemos mencionado a este respecto al- enferma, y no un organismo enfermo.
gunos términos que se prestan a dicha ambi- De aquí se deduce que debemos emplear
güedad, y que, por ello, deben emplearse con con precaución los términos “objetivo” y
precaución. Así sucede con las expresiones “objetividad”, por poseer esa tendencia in-
“bienestar” y “calidad de vida”, que hemos trínseca a dirigirnos hacia los aspectos físicos
examinado anteriormente. añadiremos aquí del paciente, con descuido paralelo de sus fa-
otras tres de empleo frecuente, entre las mu- cetas humanas.
chas que podríamos escoger: “baremos obje-
tivos” (o “datos objetivos” o expresiones si-
6.5.2. Autonomía
milares), “autonomía” y “consentimiento in-
formado”. La antítesis de esa objetividad científica
que intenta reducir todo en el paciente a sus
6.5.1. Objetividad aspectos físicos u orgánicos consiste en dejar
de lado dichos aspectos objetivos (en mayor
Cuando en la atención sanitaria o, de mo- o menor medida) para fijarse, sobre todo, en
do más general, en cualquier disciplina cien- lo que el paciente desea. Ya hemos visto an-
tíficotécnica, se quiere hacer hincapié en la teriormente que, en la crisis de la considera-
realidad de una determinada cuestión, se ha- ción de la salud como integridad orgánica, la
bla de que es algo objetivo, como queriendo idea moderna de la salud soluciona el pro-
6.5. TÉRMINOS AMBIGUOS 97

blema teórico de determinar quién está sano no puedan sufrir este problema, como “diá-
recurriendo a lo que dice el paciente. logo con el paciente”, “consideración de las
De este modo, se pasa de dar preponderan- facetas socioculturales del paciente”, “respe-
cia al estudio físico del paciente a prestar es- to al paciente”, etc.
pecial atención a las preferencias que mani-
fiesta. Esa mayor atención a las preferencias 6.5.3. Consentimiento informado
del paciente es lo que se ha dado en llamar
respeto a la autonomía. Una última expresión que queremos sub-
Como hemos mencionado anteriormente, rayar por su ambigüedad es “consentimiento
existe una versión razonable de dicho respe- informado”. Su difusión en la práctica clíni-
to: a la hora de la atención sanitaria, no se ca y jurídica es extensísima, pero, a mi jui-
puede prescindir de la las peculiaridades hu- cio, no siempre se la entiende correctamen-
manas del paciente, peculiaridades que co- te. Caben, del mismo modo que hemos men-
nocemos solamente mediante el diálogo con cionado a propósito de la palabra “autono-
el enfermo. Por medio de este diálogo, él tie- mía”, dos interpretaciones extremas opues-
ne algo que decir con respecto a su atención tas, que esquematizaremos aquí. Aunque ca-
más correcta. Pero, cuando al atender a un be encontrar también interpretaciones que no
paciente se presta atención a lo que dice, es- se decanten totalmente en una ni en otra di-
to no significa que el paciente esté completa- rección, dicha postura de compromiso no se
mente desligado de condicionamientos al ex- puede sostener sin incoherencias internas, a
presar sus deseos. La ayuda que se le presta pesar de su frecuencia.
no será simplemente lo que pide, sino el re- Una de las interpretaciones de “consenti-
sultado de la conjunción de lo que opina el miento informado” considera que la relación
paciente y lo que opina quien le atiende. del agente sanitario con el enfermo es simi-
Sin embargo, desde el punto de vista de la lar a una oferta de opciones (de ahí el “infor-
definición de salud de la OMS, es sólo el pa- mado”), entre las que el paciente elige libre-
ciente quien tiene la palabra, pues sólo él sa- mente de modo incondicionado y autónomo
be de su propio bienestar, y éste es el único la que resulta más de su agrado (de ahí el
criterio que debe tenerse presente en la aten- “consentimiento”). La propia expresión “con-
ción sanitaria. Por tanto, la autonomía del pa- sentimiento informado” apunta en dirección
ciente es incondicionada, y el paciente, des- a esta interpretación, pues parece que “con-
de ese punto de vista, tiene derecho a todo sentir” expresa en castellano solamente de-
lo que exprese, con independencia de la opi- cir que sí o prestar aquiescencia a algo que
nión profesional. Como resulta evidente de se propone. La faceta del diálogo con el pro-
lo visto anteriormente, este modo de enfocar ponente no aparece en la expresión, que es
la cuestión resulta completamente inacepta- más fácilmente interpretable en el sentido de
ble: el paciente no es el dueño absoluto de la atención sanitaria según el concepto de salud
voluntad de quienes le atienden. de la OMS: el paciente es el único que es ca-
De esta ambivalencia de la expresión “res- paz de saber sobre su bienestar, y es necesa-
peto a la autonomía” y, en general, de la pa- rio preguntarle para enterarnos. Así, se con-
labra “autonomía”, se deriva la necesidad de sigue difuminar en la sombra todo el diálogo
ser parcos en su empleo, pues puede ser ma- con el paciente que permite que el profesio-
lentendida con facilidad, y más si se tiene en nal de la salud asimile sus peculiaridades y
cuenta la mentalidad liberal e individualista que hace de la actividad terapéutica una ac-
de la sociedad actual, en la que parece que el ción común de cuidador y paciente. Hablar
criterio último de acción es la voluntad per- de consentimiento informado deja como po-
sonal. Cabe emplear otras expresiones que so una concepción de la salud y de la aten-
98 CAPÍTULO 6. LA SALUD

ción sanitaria completamente inadecuadas.


La otra visión del consentimiento informa-
do considera que la relación del enfermo con
quien le cuida no se trata de un proceso de
oferta y elección, sino, más bien, un proceso
de entendimiento mutuo, tras el cual se llega,
como hemos indicado anteriormente, a una
decisión que es, propiamente, acción conjun-
ta del paciente y de sus cuidadores, en la que
no hay actitud dictatorial por ninguna de las
dos partes. Pero, para referirnos a esta acti-
tud de diálogo con el paciente, la expresión
“consentimiento informado” no parece muy
correcta y, para evitar el sesgo autonomista
parece conveniente sustituirla, como vimos
anteriormente, con otras expresiones como
“diálogo con el paciente”, “historia biográfi-
ca del paciente” (para referirnos a sus aspec-
tos humanos y no meramente orgánicos), u
otras que expresen adecuadamente lo que es
el paciente, y su relación con quienes le cui-
dan.
Los términos que acabo de mencionar son
solamente una propuesta preliminar. Indu-
dablemente, existen soluciones más acerta-
das, a las que se puede llegar con un empleo
adecuado del castellano; pero esto sólo será
posible si no perdemos nuestro sentido críti-
co y no nos dejamos arrastrar por la termi-
nología imperante, proveniente en su mayo-
ría del ámbito estadounidense, donde la rela-
ción médico-enfermo ha sufrido una evolu-
ción extraña y que no es paradigmática de lo
que debe ser nuestra actividad profesional.

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