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Discurso de Motivación Reflexiva N° 032

FRAGILIDAD EN MI ARTE
Por: Reynaldo Charres Vargas
(Rey Charré)

Estimados amigos y amigas:

Hoy quiero hablarles sobre una de las señales imborrables que están
impregnadas en fondo y forma de de mi obra plástica, especialmente en
esculturas de pequeño formato, y se trata de la fragilidad una cualidad de
alto valor y un aliado en mi labor profesional pues la fragilidad artística no
es otra cosa que la sensibilidad para tratar y entender la manufactura
creativa intimista que además es inmensurable por los medios
convencionales.

Varios investigadores han estudiado la cualidad frágil en las artes, y dicen que
es una esencia básica en las obras artísticas cuyos elementos, composición y
estructura así lo determinan. El corazón y el espíritu de los productos
artísticos visibles elaborados con el rigor de un delicado tratamiento estético
más el influjo anímico de la perfección; es la fragilidad. Por tanto,
pensamiento, sentir, emoción y acción que se funden en las expresiones
artísticas.

Debido a este carácter sensible, las obras de arte son hechos y bienes físicos
visibles, inmaculados, finos e íntegros a la vez extremadamente delicados
además están expuestas a permanentes riesgos, ya que pueden
desaparecer, deteriorarse o quebrarse con facilidad debido a causas
exógenas, entre ellas: ambientes impropios, contactos agresivos,
manipulaciones bruscas, o corrosión por sustancias químicas. Los riesgos y las
amenazas siempre están presentes en todas partes, por eso se han creado
medios y técnicas de conservación para preservar su integridad a lo largo del
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tiempo.
En lo personal, he querido experimentar y vivir la fragilidad más allá de la
teoría, es decir tener a la fragilidad como mi aliado pragmático, por eso me
he propuesto ensayar formas nuevas e inéditas de creación y elaboración
plástica manual, para lo cual he recurrido a medios y técnicas igualmente
débiles para plasmar mis obras de modelado y micro escultura.

Así, uno de los primeros desafíos en este proceso fue recurrir al uso de
insumos domésticos naturales poco consistentes y durables como: agua,
barro, arcilla, yeso, alambre, papel molido, pegamentos más un aditivo de
aglutinación que dio lugar a la denominada “pasta Yac”, que fue una materia
ideal para modelar infinitas figuras.

Otros elementos que usé para mi labor escultórica fueron pequeños retazos
de madera, láminas de triplay y cartón, con los cuales armé composiciones
abstractas geométricas, los mismos que también requerían de un
tratamiento manual minucioso. Todas estas vivencias creativas y recreativas
me han dado experiencias singulares en el aprecio de la fragilidad como
elemento vital en la estructura de formas tridimensionales inventadas con
normas artísticas.

Recuerdo que el proceso del modelado de imágenes en pequeño formato

implicaba usar técnicas y estilos básicos con bastante laboriosidad debido a la
minuciosidad de los detalles. Y para cumplir tal labor me vi obligado a crear y
elaborar instrumentos manuales propios tales como punzones, cuchillas,
pinzas, gubias, cinceles, cierras de corte y lijadoras en miniatura para con
ellos armar, labrar y pulir los acabados, especialmente de rostros y manos de
la serie figuras humanas (desnudos femeninos).

La pasta Yac en estado húmedo es una materia maleable para dar formas
básicas y definitivas a un objeto en proceso de creación y elaboración, luego
vendrá un secado al frío (fuente solar) para lograr consistencia. Después se
procede a la fase de los detalles y acabados que en la mayoría de los casos
fueron con adiciones sucesivas de capas de pasta, seguido de aplicaciones
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cromáticas, texturas, pátinas sintéticas y aditivos hasta quedar concluida la

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obra de arte.
Estos usos en la estructura formal de mis pequeñas esculturas, han hecho
que mi labor manual tenga un máximo de exigencias y cuidados en la
manipulación de cada pieza. En muchas ocasiones tropecé con roturas,
rajaduras y también fallas en las proporciones conceptuales porque cada
hecho artístico tenía su particularidad. Al final, los resultados fueron óptimos
especialmente después de las correcciones y restauraciones.

En suma, la fragilidad fue un valor implícito en mi existencia, mis

pensamientos y acciones, por tanto es la síntesis de mi vida que siempre
estuvo sometido a pruebas permanentes entre fortaleza y debilidad, así
como al aprovechamiento noble de recursos y estrategias para administrar
tal pugna. He dicho que cada fragmento, cada espacio y cada superficie son
los reflejos apreciables de mis fuerzas, de mis límites, también de mis
alegrías, angustias, pesares y dolores.

Asimismo, el convivir con la fragilidad, también me ha dado muchas

lecciones, entre ellas la audacia para acometer sin miedo cualquier desafío,
jamás tuve temor por adoptar un emprendimiento renovado y corregir fallas
o errores. Nunca me sentí derrotado ni sobre estimulado, pues supe medir
con criterio justo la abundancia, la escasez y las limitaciones que tuve al
frente. Fui fiel a mi código personal y a aquella poderosa trilogía de valores
personales que me impuse seguir desde joven: simplicidad, autenticidad y
resiliencia.

Y cuando un autor realiza obra nueva tomando elementos sencillos y ajenos

a los medios convencionales de las artes plásticas, siempre se corre el riesgo
de fracasar o someterlas a los estándares de calidad que exige los cánones
impuestos por la cultura occidental, sin embargo y a la luz de mi práctica y
teoría, puedo afirmar que tal condicionante fue un acicate para perseverar
en la búsqueda y la experimentación, y eso es lo que hice por más de 20
años.

La fragilidad hecha bajo mi propio estilo también está vinculada con la misma
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vida humana, y que está presente desde el origen de nuestra biología que es
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de extrema debilidad, en cambio la fortaleza se modela con el crecimiento y

la evolución personal. Nuestra concepción y estructura genética siendo frágil
tanto física como psicológica, también está marcada por la debilidad
individual y cuando no se controlan o fortalecen llegan los fracasos o se
cometen atrocidades.

Las lecciones asimiladas de mi propia fragilidad, ahora están muy bien

plasmadas en cada una de mis obras pequeñas, y ésa pequeñez también es
un signo vivo y coherente de grandeza inmaterial dentro mis horizontes y
capacidades. Aunque tuve un desempeño reducido insignificante igual a mi
estatura corporal, cumplí un sueño de valeroso gigante. Los límites están
conmigo desde el nacimiento y acabarán sólo con mi muerte.

Las más de 400 piezas de arte selladas por el magnetismo de la fragilidad son
ahora una herencia visible cuyos mensajes hablarán en silencio sobre mis
intenciones, aspiraciones y sueños, ellos me representarán y clamarán a las
próximas generaciones una debida estrategia de promoción y conservación.

Espero que el futuro ARFRA-RCHV sea aquel lugar ideal donde puedan darles
cobijo porque se trata de obras únicas que tienen la calidad de prototipos, lo
cual sugiere que ellas pueden ser reproducidas en materiales sintéticos más
durables como por ejemplo; fibra de vidrio. Seguramente y con fines de
conservación y promoción en adelante podrá autorizarse la obtención de
réplicas ilimitadas. Muchas gracias por vuestra atención.

Nota.-Este discurso es parte de otros textos testimoniales que escribiré antes

de acabar mis días de vida .RCHV.G

Perú, Septiembre 2018

Reynaldo Charres Vargas

https://reynaldocharresvargas.blogspot.com

https://publicacionesrchv.blogspot.com
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Email: Charres.rey@gmail.com
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