Está en la página 1de 83
RUBEN DARIO POESIA PROLOGO gPor Qué atin esté vivo? ePor qué. abolida su estética, arrumbado su éxico prectoso, superados sus temas y aun desdefiada su poética, sigue ‘cantando empécinadamente con su vor. tan plena? Seria cémodo decir que se debe a su genio, sustituyendo un enigma por otto. Por qué tantos otros més audaces que él, de Tableda a Huidebro, no han opa- cade su lecefén poética, en la cual reencontramos ecos anticipadas de Jos caminos modernos de Ia lirica hispénica? ¢Por qué otros tantos que con afén buscaran a los més no han desplazado esa su capacidad comunicante, a é que dijo no set “un poeta para muchedumbres"? aor qué exe lirica, procesado cien veces por su desdén de la vida y €l tiempo en que le tocé acer, resulta hoy consustancialmente america no y sélo cede le palma ante Marti? Para interrogar su parédojal situacién no: hay sino su poesta, como & “como hombre he vivide en to cotidiano; como poeta, munca”. Esa vida circular que comenzS en un pue- blecito de Nicaragua en 1867 y vino a cerrorse en su misma tierra en 1916 después de haber abrazado en adultos perlodos casi iguales fos puntos claves de América —latina y sajona— y los de una Europa sonada y padecida, fue la cuenta memuda de To cotidiano. Y ha sido devo- ada por el anecdotario de los memorialistas que han’ concluido por dis- gregarla. ‘Todo en ella resulta pequefio si se compara con la energia arrolladora de Matti, el signa trégico de José Asuncion Silva, la mili cia politica de Gonzilez Prada, el agresivo dandicmo de Chocano 0 Blanco Fombona: sucesiin de historias triviales, en ocasiones tristes, en ocasiones s6rdidas, en torno a las miserias de la vida literaria, las angus- tas econémicas, los cargos diplomeéticos que vacien con los reveses de sus protectores, las gsleras de Io tare periodistica, la carne (frecuentemente de alguiler) que tentaba con frescos racimos, el temor 2 lo desconocido Aisfrazado con el oropel ocultista, In tristeza de las fiestas. Pocas vidas 1x gon menos grandeza. El, admirador de profetas como Victor Hugo 0 Walt Whitman, no dejé de saberlo. Se consold pensando que no era 1 sino la época toda Ja que carecia de dimensién heroica: “A falta de loureles son muy dulees tas rosas / y a falta de victoria, busquemos los halagos’. En Jo cual reaficmaba una secreta concertacién con su tiempo, come clave de su arte, de su estética, mis atin, como medida de su triunfo, Si en su vida no hubo aventura, riesgo, desmesura original, tampoco su personalidad se proyects con relieve entre las dems de su tiempo Cun Hempo de desenfrenado egotismo como no volvié a conocerse) segin el testimonio undnime de los contemporiness: * un hombre simple, escasamente interesante, poco atractivo fisicamente, de conversacidn apa- gada y opaca, ajeno a esa vida mundana que irisé en su obra, timido y aun confuso y vacilante, descolocado en el comercio intelectual, ceremo- nioso y diplomética en Ja vida piiblica. Sw trato social no” permitia entrever al artista, Esta fue su actividad estrictamente privada —no importa que fuera capaz de escribir en un café o mientcas los amigos conversaban en su habitacién— necesitada por lo tanto det libro © del periédico para que mediara en su comunicacién con el publico, por Jo que puede estimarsele el primer escritor, lato sensu, de Hispanoamé- rica. Habia perdido el brillo tribunicio de sus antecesores romanticos y aun la capacidad de algunos modernistas, como José Marti, para la oracién arrebatadora. El fue, en cambio, un timido, apacible, discreto hombre entredormido. Si bien ya no puede cuestionarse la seriedad de su formacién intelee- tual, su amplio y seguro conocimiento del arte, su perspicacia para detec- tar el valor artistico en Jos poetas del pasado y de su presente; si bien ya no puede dudarse de que él no fue ese artista o bohemio genial ue decian los provinecianos de una América demorada en la mitologia romdntica, sino un intelectual riguroso, maderno, austero en su produc- cién, todo ello se produjo en secreto y disponemos de ejemplos de su. ‘imidez para comunicerlo como si temiera herit o ser incomprendido. Con En libro de evocacignes que arses Vila dedicd a Rubén Dario cuando sa saueite (Hubén Dario, Maded, 1918) tecverda um eneuentt en A Pats de 1000 Ste Sate Tu "deserpin del poy onl und con gue lo. qatcede "r apavecis como siempre; erecta clos era au stra; ol Zone Ia pelabea Je habia ido concedida. con parsstonts"por ef Desinor a de Ie Eiscneteia ie habla ‘sido noyado; Ja ‘belle ge aguel espiity, ets" toia interior ¥" protunds, Neste eis de, nied, Bone tlle trary rae gut no, fucra, et ito anusieal y el golpe de ola’ conaeo’ CEditre Hele, Mic, gle By, 380 mis adelante? “ct Son’ dela facata, e abla sido’ netado‘ por Ty Natty, ctr ope de coming (pea), are Vile ral po amistad: “orel Genlo de Dara, ig que in hecho mt adoaincin per eh peso et Ja debiitad de Dario, Ia que ba ecko ma caziao'y tuk amistad gor th; en’ Dato, al Footaimponia ia’ admiracién; el Hombre, pedla le protccifn; eta tn, nih io en tin camind; hallandose con dl, era precko datie la mano. 2compe, Suatlo tn largo tayecte, proteglndolo conta su Propio miedo” pr 35). x

También podría gustarte