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Prevención y métodos de
profilaxis de las enfermedades
Mayo de 2005
Dirección de Luchas Sanitarias
Dirección Nacional de Sanidad Animal
31
Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria
M a n u a l d e I n s t r u c c i ó n
Prevención y métodos
de profilaxis de
las enfermedades
Coordinación General:
Dr. Marcelo D. de la Sota (Dirección Nacional de Sanidad Animal)
email: mdelasot@senasa.gov.ar
Revisión de contenido:
Dirección de Epidemiología y
Coordinación General de Campo.
Edición:
Lic. Cristina del Llano (Coordinación de Gestión Técnica)
Armado y diagramación: Area de Diseño Gráfico.
Prefacio .............................................................................................................. 7
Introducción ........................................................................................................ 9
Antecedentes ...................................................................................................... 9
Prevención ........................................................................................................ 10
Profilaxis ........................................................................................................... 15
Bioseguridad ..................................................................................................... 18
Cuarentena ....................................................................................................... 18
Vacunación ........................................................................................................ 20
Aislamiento ....................................................................................................... 21
Despoblación ..................................................................................................... 24
Repoblación ....................................................................................................... 26
Desinfección ...................................................................................................... 26
Fumigación ....................................................................................................... 27
Conclusiones ..................................................................................................... 29
Referencias ....................................................................................................... 31
Este manual fue redactado por el Dr. Marcelo Daniel de la Sota, Director
referidos a las medidas que son aplicadas por los veterinarios locales
plazos de su aplicación.
Prevención y métodos de
profilaxis de las enfermedades
Introducción
Antecedentes
Los antecedentes existentes y comprobables indican que las herramientas utilizadas desde la antigüe-
dad más remota no son distintas sustancialmente a las que actualmente se encuentran consideradas en
todo programa sanitario. Las medidas sanitarias como el aislamiento, cuarentena, inmovilización, des-
infección y sacrificio fueron utilizadas ante las diferentes epidemias que asolaron el mundo antiguo, aún
antes de conocerse el descubrimiento de Koch.
Al respecto, cabe recordar que el control italiano denominado, Ideología del Orden, instaurado ante la
epidemia de la peste bubónica en el siglo XIV en toda su dimensión consistía en cinco elementos:
Por otra parte parece ser que las restricciones usuales en la actualidad ante la ejecución de las activida-
des sanitarias, se basan en lo que con agrio humor, un funcionario de salud de Palermo escogió como
lema, durante la peste de 1576, Oro, Fuego, Horca: oro para pagar los costos, fuego para quemar los
bienes sospechosos y la horca para colgar a los pobres diablos que cuestionaran la autoridad de la Junta
de Salud.
El aislamiento, vacunación, cuarentena, sacrificio, etc., se encuentran todos ellos previstos en la Ley N°
3959 y el Reglamento General de Policía Sanitaria, que en el articulo 9º, expresa que se podrá declarar
infectada la propiedad, la circunscripción o la provincia entera, según la gravedad de las circunstancias
y estará autorizado para aislar, secuestrar y prohibir el tránsito de los animales de las zonas infectadas,
para desinfectar y aún destruir los animales y las cosas que puedan ser vehículos del contagio y para
adoptar las medidas que, en cada caso, aconsejen la naturaleza y caracteres de la epizootia.
Prevención
En el período alejandrino, el veterinario Bolos de Mendes, indicaba que, siendo desconocidas las causas de
la mayor parte de las enfermedades del ganado, se debe dar mayor importancia a la prevención (11).
En el pasado, se ha prestado más atención a las medidas preventivas y a los de control y erradicación
en la práctica veterinaria que en la medicina humana Como señala Pugh (1965) «en veterinaria se da
más importancia a la preservación de la salud en el futuro que a su recuperación». Estos esfuerzos para
lograr esta tendencia aumenta aún más en el control de las enfermedades en los animales, y han hecho
posible la cooperación dentro de la profesión veterinaria hasta un grado que ha sido poco apreciado por
parte de aquellos a quienes concierne el problema de la participación.
La prevención en el campo de la sanidad animal tiene como objetivos los de promover y conservar la
salud de los animales, recuperarla cuando se ha perdido y reducir al mínimo las secuelas.
Estos objetivos se engloban todos ellos bajo el término «prevención», más fácil de definir en el contexto
de sus niveles, que suelen denominarse prevención primaria, secundaria y terciaria.
Los expertos no han llegado a ponerse de acuerdo sobre los límites precisos que deben trazarse entre
estos niveles, ni tampoco acerca del número de ellos que cabe admitir; no obstante, las diferencias de
opinión son más semánticas que sustanciales.
Una interpretación epidemiológica de la distinción entre la prevención primaria y la secundaria es la de
De spués de
Ante s de la enfermeda d Durante la enfermeda d
la enfermedad
que aquélla va destinada a reducir la incidencia de enfermedad y de otras modificaciones del estado de
salud, mientras que ésta se dirige a reducir la prevalencia mediante el acortamiento de la duración; la
prevención terciaria tiene como objetivo disminuir las secuelas y está a cargo de la actividad privada
exclusivamente.
La prevención primaria: puede definirse como la protección de la salud por métodos aplicados con
carácter individual o colectivo, por ejemplo, mediante el mantenimiento de un buen estado sanitario,
inmunización frente a las enfermedades infecciosas y logro de un ambiente seguro. En el período de
prepatogénesis, los objetivos de la prevención son mejorar el nivel sanitario general y procurar medidas
de protección específicas.
Tales medidas son probadamente efectivas en cuanto a mortalidad y morbilidad causadas por enferme-
dades infecciosas.
La prevención secundaria: se puede definir como las medidas aplicables a individuos o a poblacio-
nes, destinadas a la detección precoz y a una intervención pronta y efectiva, para corregir las desviacio-
nes del estado normal de salud, consistente mayormente en el diagnóstico temprano de las enfermeda-
des mediante exámenes periódicos clínicos y seroepidemiológicos.
La prevención terciaria: se ocupa de las medidas que pueden adoptarse para reducir o eliminar las
secuelas e incapacidades a largo plazo, reducir al mínimo las restricciones originadas por las desviaciones
existentes del estado de salud y promover la aceptación del propietario ante las situaciones irremediables.
De spués de
Ante s de la enfermeda d Durante la enfermeda d
la enfermedad
Vigilancia epidemiológica
Situaciones epidémicas
Un brote epidémico se define como la aparición de casos de algún trastorno de salud en número mayor
al esperado, en un área geográfica determinada y en un período específico. No hay criterios universales
que puedan aplicarse para determinar qué número de casos en exceso es suficiente para justificar una
investigación y la adopción de la totalidad de las acciones preventivas.
Probablemente por la contaminación originada por los nuevos saladeros, en 1778 se declaró una epide-
mia de cólera, que se extendió hasta el año siguiente. Fueron afectados San Nicolás, San Pedro, Bara-
dero, Arrecifes, Pergamino y San Antonio de Areco. Las primeras víctimas fueron los pobres que vivían
en las afueras de los pueblos, cerca del río, pero pronto afectó a toda la población.
¿Cómo se respondía ante esas epidemias? El 10 de diciembre de 1685, ante una de estas emergencias,
se ordena oficiar rogativas para evitar la mortandad de habitantes, sin ninguna medida más concreta.
Lo mismo hacen en 1733. Es necesario esperar a 1769, durante una epidemia de disentería, para que
el Cabildo pida se haga la apertura de uno o varios cadáveres para tratar de saber algo sobre la
enfermedad. Del mismo modo, en 1781, ante una epidemia de tuberculosis, ordenan la desinfección de
habitaciones y la cremación de ropas y muebles de los enfermos.
El cólera en 1867 mató a 1.653 personas en Buenos Aires, en medio de un pánico generalizado. Llevado
por los combatientes de la Guerra del Paraguay, el cólera demostró que Buenos Aires no tenía política
para la sanidad ambiental y que el gobierno sólo podía mostrar su inoperancia.
Mariano Moreno expresa en «Un caso de abigeato», 9 de marzo de 1808, en Papeles de Archivo y
constatará en una estancia de Gualeguaychú, «que este tiempo ha estado sujeto a epidemias, que según
la exposición del capataz Leyba, llegó el caso de no encontrar una res que carnear para el alimento».
En 1899 se produjo una epidemia de aftosa que afectó la fauna, tal como describe Justo P. Sáenz en su
obra Baguales (Buenos Aires, Peuser, 1930): «las gamas y venados que poblaban todavía en gran
número algunas propiedades de desahogada superficie, perecían en cuadrillas enteras a lo largo de los
alambrados y al borde de las aguadas, y como desde esa fecha la epizootia se hizo endémica, a cada
subsiguiente recrudecimiento aumentó la mortalidad hasta salvarse contados ejemplares.»
De acuerdo a la definición, epidemia se considera a la aparición de casos de una enfermedad que
exceden claramente el número previsto; por lo que la información histórica resulta trascendente a
fin de posibilitar realizar alguna comparación predictiva y por lo tanto posibilitar construir una
respuesta adecuada y consistente.
Las epidemias resultan de un proceso de difusión de un agente causal a través de redes de interacción.
Otros factores clave son la velocidad y la intensidad con que esa difusión ocurre, y que también se
Profilaxis
Métodos de profilaxis
Al mismo tiempo, los referidos periodos de prevención además se relacionan con las acciones de vigilan-
cia epidemiológica y control epidemiológico continuo, como se vera más adelante.
Los distintos y diferentes métodos de profilaxis se encuentran principalmente contemplados en el artículo
15° del Reglamento General de Policía Sanitaria de los Animales en los siguientes incisos: el 1º, que
restringe el tránsito de las personas y animales y el transporte de los objetos, el 2º, referido al aislamien-
to, vigilancia, secuestro, tratamiento, marca y recuento de los animales y rebaños, el 3º, relacionado con
La bioseguridad es el conjunto de acciones y prácticas de manejo que tiene como objeto reducir la
probabilidad de introducción y transmisión de microorganismos patógenos y sus vectores a los distintos
lugares en que se aplica y dentro de los mismas.
Su implementación siempre es preventiva y se corresponde con el periodo prepatogénico en el 1° nivel e
incluye una efectiva desinfección y un programa de vacunación y medicación con el objetivo común de
reducir la carga microbiana a niveles no infecciosos, como así también pediluvios, rodoluvios, tratamiento
de agua de bebida, higiene general, control de roedores, insectos y aves silvestres y del tráfico, etc.
Las producciones intensivas basan la mayoría de los aspectos sanitarios en esta práctica, en razón de
que los resultados obtenidos son altamente satisfactorios para casi la totalidad de las enfermedades
infecciosas y por lo tanto, con una alta tasa de retorno económico.
Cuarentena
Es la restricción de las actividades de animales sanos que han estado expuestas a una enfermedad
transmisible durante el período de incubación, a fin de evitar la propagación de la enfermedad en ese
período, también debe ser aplicada en el periodo prepatogénico y en el 1° nivel de prevención.
Se debe diferenciar en Cuarentena Absoluta o Completa, que es la limitación de la libertad de movimiento
de animales sanos que han estado expuestos al contagio de una enfermedad transmisible durante un
período que no exceda del período más largo habitual de incubación de la enfermedad, en forma tal que
se evite que los mismos entren en contacto con animales que no estuvieron expuestas al contagio.
Es indispensable diferenciar la cuarentena de importación de animales, los que arriban con garantía de
sanidad y solo en forma preventiva se procede a la cuarentena y aquella derivada de la definición que
se adopta como parte del aislamiento extremo.
En la importación, la cuarentena es la contención y aislamiento de los animales de campo y biota
asociada, durante el período de observación, análisis y tratamiento para confirmar que se encuentran
libres de enfermedades. Por lo tanto, es la aplicación durante un período determinado, de un conjunto
de medidas preventivas, restrictivas que se desarrollan para evitar el ingreso de enfermedades que se
basa en el aislamiento, la observación, la restricción de la movilización y la comprobación diagnóstica.
El articulo 13° de la Ley N° 3959 prevé la cuarentena para todos los animales procedentes de ultramar,
por el término que establezcan los servicios veterinarios del Poder Ejecutivo al reglamentar esta ley. La
manutención de los animales durante el tiempo de la cuarentena será costeada por los propietarios.
Juan Manuel de Rosas desconfiaba de las posibles pestes que traerían los animales importados y en
1838, escribe a uno de sus mayordomos: «Es necesario que tenga Ud. grande cuidado, y tome las
medidas de precaución necesarias para que no se introduzca en esas majadas la peste de sarna que
va apoderándose de las majadas donde han comprado y echándoles carneros merinos de los veni-
dos de Europa. Yo como nunca me aficiono de las grandes novedades no quise comprar ninguno, y
van saliendo ciertos mis temores de que alguna peste habían de adquirir en su navegación, que
podría perjudicar nuestras crías».
En el siglo IV se destaca que el muermo se transmite de un caballo a otro; lo diferencia de otras
enfermedades del caballo e indica que la cuarentena es un método útil en su prevención.
La mayoría de los programas de lucha contra las enfermedades infecciosas se apoyan en gran parte en
la detección sistemática de los sujetos infectados y no infectados los que no presentan síntoma alguno
de enfermedad, por medio de distintos test efectuados sobre la población total, grupos más o menos
numerosos de animales, predios o individuos.
La detección se efectúa en sujetos aparentemente sanos y en forma independientemente del estado
clínico del sujeto sobre el que se realizan las pruebas reveladoras de la posible infección, discriminando
entre animales infectados y no infectados, los aspectos económicos con referencia al costo de las
pruebas adquieren un peso relativo importante y en general resultan una limitante trascendental en su
aplicación masiva y sistemática, para algunas enfermedades su utilización es solo ocasional ante la
sospecha de infección.
La detección de anticuerpos humorales o celulares a través de los mencionados test específicos es de
antigua data en el país, habida cuenta que en julio de 1897 el Consejo Superior de Higiene de la
Municipalidad de la ciudad de La Plata resolvió tuberculinizar las vacas lecheras de todos los tambos
urbanos con el objeto de eliminar loe animales que reaccionaran positivamente. Los tamberos reacios
fueron compelidos con la aplicación de multas.
Concomitantemente en el Reglamento General de Policía Sanitaria en los artículos 41° a 45° inclusive se
hace mención a todos los tambos y los establecimientos donde se elabore leche podrán ser inspecciona-
dos, con el objeto de efectuar análisis tendientes a averiguar la existencia del bacilo de la tuberculosis.
El articulado también incluye a los reproductores que se destinen a ferias, mercados o exposiciones los
que podrán ser sometidos a la prueba de la tuberculina advirtiendo que los animales que den una
reacción diagnóstica, serán señalados con una marca a fuego, con el objeto de que sean sacrificados
determinando los casos de decomisos.
Las distintas pruebas de detección de infección se aplican en la prevención primaria, secundaria y
terciaria con distintos objetivos, en la primaria a fin de evitar la introducción de alguna enfermedad
como es el caso de las pruebas efectuados en los lazaretos, en la secundaria a fin de limitar la disemi-
nación de la enfermedad considerada y en la terciaria con el objeto de mensurar y distinguir la dimen-
sión de la despoblación o certificar la indemnidad de una región previamente infectada.
Tal como decíamos al inicio los programas de Brucelosis bovina y porcina, enfermedad de Aujeszky,
Peste Porcina Clásica ,Tuberculosis, Maedi Visna, Leucosis Bovina Enzoótica, etc., incluyen dentro de sus
métodos de control o erradicación la búsqueda y segregación de los animales infectados o reaccionan-
tes en forma individual, grupal a nivel de establecimientos o con aplicación en una zona determinada.
Cabe mencionar que los muestreos epidemiológicos aplicados en la vigilancia epidemiológica que se
utilizan a fin de determinar y conocer la frecuencia de la enfermedad en cuestión o también para certificar
Vacunación
En sentido estricto, el término vacunación se refiere a la inoculación (del latín moculus, en un brote) con
virus de la vacuna contra la viruela. En la actualidad, el término se utiliza ampliamente como sinónimo
de los procedimientos de inmunización contra todas las enfermedades infecciosas.
Su implementación se encuentra recomendada en el periodo prepatogénico y en el 2° nivel de preven-
ción, si bien en algunas enfermedades la vacunación disminuye las probabilidades de transmisión de la
infección y la cantidad de portadores, no ocurre lo mismo con las posibles presentaciones subclínicas.
La inmunidad adquirida, es la resistencia adquirida por un huésped a consecuencia de la exposición
previa frente un germen patógeno o sustancia extraña a dicho huésped, por ejemplo, inmunidad contra
el sarampión como resultado de una infección anterior con el virus del sarampión.
Fue en China donde se practicó la primera inmunización contra la viruela, la enfermedad denominada
«capullo del cielo»: los médicos chinos observaron que una persona que ya había sido afectada por la
enfermedad no la adquiría posteriormente y que tomando costras de casos benignos y aplicándolas a
personas sanas, se las protegía contra la enfermedad.
Después de las primeras vacunaciones contra la viruela en Puerto Rico, en la década de 1880 se había
fundado un instituto y se había organizado un programa de vacunación obligatoria. Sin embargo, como
los puertorriqueños comunes veían a los médicos como representantes de la autoridad centralizadora,
se resistían a asistir a las clínicas urbanas para vacunarse. Para fomentar el acatamiento, los represen-
tantes del gobierno español habían multado a los recalcitrantes. Este era pues el programa de medicina
estatal que despreciaban los nuevos hombres de la América del Norte continental.
En su determinación de sobrellevar aquella parte de la carga del hombre blanco que les ha tocado en
suerte, y para limpiar una fuente de pestilencia cercana, las fuerzas armadas estadounidenses cerra-
ron el instituto puertorriqueño de vacunación e iniciaron un programa draconiano destinado a demostrar
su convicción de que la vacunación general y obligatoria, bien conducida, será lo único que erradicará
ciertamente la viruela de cualquier región o pueblo.
Los artículos 32° a 40° del Reglamento General de Policía Sanitaria de los Animales, se refieren a las
acciones de prevención respecto del carbunco. Al respecto cabe recordar que en 1890 Cárcano decide
aplicar por primera vez en la Argentina la vacuna contra el carbunclo, por lo que este inmunógeno era
conocido en oportunidad de la sanción de la norma citada.
En la Argentina, la obligatoriedad de vacunar contra una enfermedad animal a nivel nacional se remonta
a la Ley 3959, que en su articulo 34°, se refiere al carbunclo y a la inmediata necesidad de vacunar ante
la observación de animales enfermos, lo cual indicaría que la vacunación no fue pensada en esa oportu-
nidad como una acción preventiva, sino como una acción sanitaria solo profiláctica, utilizada ante la
detección de casos de enfermedad. Igualmente cabe aclarar que con anterioridad a esa fecha (1860) se
Aislamiento
Es la separación de los animales infectados o con sintomatología clínica de otros, durante el período de
transmisibilidad de la enfermedad, en lugares y bajo condiciones tales que eviten o limiten la transmisión
directa o indirecta del agente infeccioso a animales susceptibles o que puedan transmitir la enfermedad a
otros. En contraste, la cuarentena rige para las restricciones en los contactos sanos de un caso infeccioso.
Su utilización se corresponde con las pautas de la prevención secundaria en el periodo patogénico y en
Control de movimientos
Despoblación
Repoblación
Desinfección
Es la destrucción, por medio de la aplicación directa de medios físicos o químicos, de agentes infecciosos
que se encuentran fuera del organismo.
La higiene y desinfección se encuentra contemplada principalmente en los artículos 5° y 11° de la Ley
N° 3959, los que habilitan a determinar las condiciones de desinfección de los embarcaderos, corra-
les, bretes y demás locales que hayan ocupado los animales, así como deben serlo las personas y
objetos que hayan estado en contacto con ellos.
Desde el punto de vista de los programas de control sanitario y de campo, la desinfección es un método
de profilaxis que propende a limitar la transmisión de enfermedades animales. Por si solo, el uso de
desinfectantes no puede eliminar una infección si las poblaciones susceptibles se encuentran en contac-
to con animales portadores de agentes patógenos.
La desinfección es apropiada en aquellas enfermedades en cuya transmisión no intervienen vectores y
que se contraen por contacto con secreciones corporales y otras materias presentes en los corrales,
Fumigación
La fumigación es un procedimiento utilizado desde hace mucho tiempo para «purificar el aire», quizás
porque se había observado que el humo atrapaba los insectos, siempre sospechosos de causar enfer-
medades humanas o animales.
En el año 429 antes de Cristo, este método había sido recomendado por Hipócrates para luchar contra
una epidemia que atacaba animales y humanos en Atenas. Consistía en hacer quemar maderas y
hierbas odoríferas en las calles de la ciudad, lo que habría contribuido a detener la epidemia.
Esta técnica, que tenía la ventaja de purificar el aire y que también podía desinfectar los objetos, vestidos,
etc., fue recomendada en el siglo V por Végèce y después en el siglo XVIII en la lucha contra la peste bovina;
precisamente, en 1745, después de la epidemia de peste bovina que tuvo lugar en Montpellier, la Facultad
de Medicina recomendó la fumigación de los establos con madera de enebro y vapores de vinagre.
Conclusiones
El objetivo de los servicios sanitarios debe ser la salud de la población animal en su totalidad, y la
de sus miembros individualmente le corresponde a los propietarios, ofreciendo y llevando a cabo
unos y otros programas preventivos
Si deseamos mejorar el nivel sanitario, es necesario establecer un reordenamiento de las actuales
prioridades de la atención sanitaria, poniendo mayor énfasis en la prevención de las enfermedades
y en la promoción de la salud animal.
Una de las principales prioridades estratégicas en la mitigación del riesgo en las situaciones endémicas,
es la aplicación de los diferentes métodos de profilaxis como el medio más apropiado para satisfacer la
necesidad de garantizar un nivel elevado de seguridad epidemiológica y detener consecuentemente la
transmisión de la enfermedad en cuestión.
Por otra parte, la experiencia adquirida ha mostrado que las modalidades de puesta en práctica y
aplicación de estos métodos son muy variadas, lo que significa que nadie puede tener la certeza de
Referencias