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 LOS ACUERDOS DE CONVIVENCIA SON DECLARACIONES QUE: LOSACUERDOS

DE CONVIVENCIA SIRVEN PARA: Surgen del debate y son aceptadas por todo el
grupo. Crean un ambiente de cordialidad y afecto entre los integrantes. Establecen una
forma de convivir que permite que todos se sientan seguros y cómodos
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Acuerdo de convivencia en las Instituciones educativas


en el marco del ordenamiento jurídico vigente
Enviado por Nohelia Yaneth Alfonzo Villegas

Partes: 1, 2, 3, 4
1.
2. El Problema
3. Objetivos de la Investigación
4. Justificación
5. Alcance de la Investigación
6. Metodología
7. Fases de la Investigación
8. Fundamentos teóricos y legales de la disciplina escolar
9. Las normas de convivencia como instrumentos legales para el logro del bien
común
10. Criterios a considerar en los acuerdos de convivencia escolar, según la
legislación educativa y de los Derechos del niño y adolescente
11. Conclusiones y recomendaciones
12. Materiales de referencia

Acuerdo de convivencia en las instituciones educativas en el marco del


ordenamiento jurídico vigente para el logro del bien común
Introducción
El desarrollo de la civilización, está ligado a la aparición y progreso de las sociedades, en las
que la vida en comunidad se ordena alrededor de instituciones y estructuras complejas bien
elaboradas. Esta realidad convierte a los ciudadanos en dependientes los uno de los otros, y en
consecuencia sus relaciones están reguladas por sistemas de cooperación donde todos los
ciudadanos participen para mantener la armonía y el bien de todos. El ambiente educativo es
una expresión de la convivencia, donde encontramos a los docentes,
estudiantes, personal administrativo y obrero y comunidad en general.
Son imprescindibles, por tanto, unas normas que sirvan de punto de referencia y que ayuden a
lograr un ambiente sereno de trabajo, orden y colaboración; un marco generalmente aceptado,
que precisa los límites que la libertad de los demás impone a la propia libertad.
De allí que el estudio se propuso analizar la importancia de las normativas de convivencia en
las instituciones educativas p ara el logro del bien común. Para lograrlo se plantearon tres
(03) objetivos específicos, el primero fue Conocer los fundamentos teóricos y legales de
la Disciplina Escolar, el segundo, Determinar los acuerdos de convivencia como instrumentos
legales para el logro del bien común y el tercero Describir los criterios a considerar en un
acuerdo de convivencia con pertinencia social en el marco del Ordenamiento Jurídico
Venezolano para el logro del bien común.
El estudio se justificó desde el punto de vista jurídico, en el sentido de propiciar un
mayor conocimiento y comprensión a la normativa relacionada con el niño, y adolescente,
como sujetos de derecho, y su participación, particularmente, dentro del sistema normativo
escolar. Y desde el punto de vista social, en la importancia que representa el establecimiento de
normas en una sociedad, para la convivencia en paz y armonía. Aspectos que en la sociedad
actual están muy deteriorados.

El Problema
La cotidianidad del hombre en el mundo actual, como consecuencia del desarrollo de la
actividad humana en todos los aspectos de la vida, conlleva a su regulación a través de un
importante conglomerado de normas que se encargan de regir los procedimientos a que diere
lugar las consecuencias generadas por esa actividad social y productiva.
A tales fines la legislación venezolana revestida por la relevancia de la norma jurídica que la
compone no escapa de observar las necesidades sociales que deben organizarse y regularse de
manera general.
Particularmente, el hecho educativo representa un sistema en el cual los componentes que lo
integran se rigen por una normativa jurídica, en distintos ámbitos, necesaria para su correcto
desarrollo, como lo establece en la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela (CRBV, 1999):
La educación es un derecho humano y un deber social fundamental… La educación es
un servicio público y está fundamentado en el respeto a todas las corrientes del pensamiento,
con la finalidad de desarrollar el potencial creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de
su personalidad en una sociedad democrática basada en la valoración ética del trabajo y en la
participación activa, consciente y solidaria en los procesos de transformación social
consustanciados con los valores de la identidad nacional, y con una visión latinoamericana y
universal. El Estado, con la participación de las familias y la sociedad, promoverá el proceso de
educación ciudadana de acuerdo con los principios contenidos de esta Constitución y en
la ley (Artículo 102).
De igual manera la Ley Orgánica de Educación (LOE, 1980) en su artículo 3, contempla que el
proceso educativo permite el desarrollo pleno de individuos para su participación en el proceso
social venezolano, como aspecto fundamental para superar las contradicciones del país.

Sin embargo, se observa que las transformaciones producidas por el descontrolado crecimiento
poblacional, la implementación de las nuevas tecnologías de la información y comunicaciones,
la desintegración familiar, entre otros aspectos, el desarrollo del niño en la sociedad venezolana
ha sido impactado negativamente. Expresión de ello son los cada vez más continuos hechos
de violencia, actos ilegales cometidos por niños, niñas y adolescentes.
Esta situación alarmante de conductas inapropiadas, que van desde faltas leves hasta hechos
delictivos, por parte de los niños y adolescente, no escapa a las instituciones educativas. Siendo
la escuela una sociedad en micro cuya función es formar e inculcar valores, y
proporcionar herramientas que le permitan al niño, niña y adolescente desenvolverse
exitosamente en la sociedad en macro, no puede permanecer de brazos cruzados frente a tal
problemática.
Especialmente cuando en los últimos tiempos ha representado un escenario donde cada vez
incrementa situaciones conflictivas tales como: el porte de armas, uso de drogas, riñas entre
bandas, por parte de los estudiantes, situación que incide directamente en la disciplina escolar
de la institución, afectando igualmente la comunidad en la cual se encuentra ubicada la misma,
generando temor y angustia, entre los habitantes de la zona.
Es por lo antes expuesto, que la escuela se ha visto en la necesidad de normar ciertas conductas
en la búsqueda de mantener la armonía institucional, sin embargo, esta normativa denominada
en la actualidad acuerdos de convivencia, muchas veces no tiene pertinencia social, y en otras,
tampoco se encuentra enmarcada en el ordenamiento jurídico venezolano vigente, por lo que
no responde a las necesidades reales que vive la institución y la comunidad, lo cual representa
una debilidad de dicha normativa, impidiendo que se generen irregularidades que se
manifiestan como indisciplina escolar y a su vez un vacío normativo al momento en que se
producen situaciones contrarias a la moral, las buenas costumbres y / o contrarias a derecho.
Frente a este panorama, siendo que los fines que persigue el Derecho son: (a) la paz, armonía y
el orden, (b) mantener la convivencia pacifica entre los hombres, (c) Obtener la justicia y el
bienestar general, (d) el bien común.
Y que el bien común según señala López (2008) implica paz, es decir, estabilidad
y seguridad de un orden justo, lo cual supone que la autoridadgarantiza por medios honestos,
la seguridad de la sociedad y la de sus miembros., para lo cual es necesario que se produzcan
los cuatro elementos que constituyen el Bien Común, a saber: 1.- condiciones sociales de paz,
justicia y libertad; 2.- conjunto de bienes materiales, educativos, religiosos; 3.- equidad en el
reparto de esos bienes; y 4.- una adecuada organización social.
Por lo que se hace imperioso que los acuerdos de convivencia tengan pertinencia social,
respondiendo verdaderamente a la realidad de las instituciones educativas, así como a la
condición del adolescente como sujeto de derechos. En tal sentido, la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela(CRBV, 1999), establece en su artículo 78 que "los niños,
niñas y adolescentes son sujetos plenos de derecho, y estarán protegidos por la legislación,
órganos y tribunales especializados, lo que les da al momento de cometer un delito,
la responsabilidad penal".
Por su parte, la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente (LOPNA, 2007),
contempla entre otros aspectos la vinculación del procesoeducativo con los derechos de niños,
niñas y adolescente. particularmente los artículos del 53 al 68, regulan una nueva situación que
requiere la asimilación de nuevas formas de relacionarse con los niños y adolescentes en el
aula, asumiendo su condición de sujetos de derechos y capaces de asumir responsabilidades
por su conducta.
En consecuencia, el conjunto de responsabilidades y actuar en general del estudiante en el aula
y en cualquier instalación de una institución educativa forma parte de lo que se conoce como la
disciplina escolar. En la actualidad el sistema disciplinario es el conjunto de correctivos ante los
actos o situaciones sancionables.
La disciplina escolar, esta integrada por un conjunto de reglas, que tienen como objetivo el
controlar y mantener el orden en las actividades educativas y en consecuencia un mejor
desarrollo del proceso enseñanza aprendizaje. De igual manera es un principio necesario en las
relaciones de la comunidad estudiantil y debe establecerse según lo señala el Artículo 57 de la
Ley de Protección del niño, niña y adolescente (LOPNA, 2007): "la disciplina escolar debe
establecerse acorde con los derechos garantías y deberes de los niños, niñas y adolescentes."
La disciplina escolar contempla sanciones en cuanto a la comisión, por parte de los estudiantes,
de faltas graves o leves. La Ley Orgánica de Educación(LOE, 1980) en su artículo 123,
específicamente en los numerales 1 y 2 establece que los alumnos incurren en faltas graves en
los casos siguientes:
- Cuando obstaculicen o interfieran el normal desarrollo de las actividades escolares o alteren
gravemente la disciplina escolar.
- Cuando cometan actos violentos de hecho o de palabra contra cualquier miembro de la
comunidad educativa o del personal docente, administrativo u obrero del plantel.
Es importante destacar que el niño, niña, o adolescente y el representante deben
tener conocimiento de las normativas escolares de la institución, como se establece en la Ley
Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente Ley Orgánica para la Protección del
Niño, Niña y Adolescente (LOPNA, 2007) en su artículo 57 literal b, y que su incumplimiento
trae como consecuencia el llevar a acabo una serie de sanciones, de acuerdo a las faltas
cometidas. El niño, niña y adolescente, como estudiante, debe cumplir con sus obligaciones,
establecidas en el Artículo 93 ejusdem.
El no cumplimiento de los acuerdos de convivencia trae la puesta en práctica de
un procedimiento administrativo, que según las faltas cometidas, puede ser llevado a otras
instancias como la zona educativa, ente encargado entre otros, de aspectos concernientes al
rendimiento y disciplina estudiantil; los Consejos de Protección, los cuales como organismos
integrantes del sistema de protección del niño, niña y adolescente, tienen como objetivo
fundamental, la protección y atención de los niños y adolescentes, también según la magnitud
de la falta cabría recurrir a otras instancias.
Estos lineamientos disciplinarios deben estar presente en los acuerdos de convivencia, pero
deben tomarse en cuenta además otros aspectos, e incluirse otros elementos, adaptados a la
realidad social de cada institución, entre ellos aquellos relacionados con la delincuencia, el uso
de drogas, el uso de armas blancas, la homosexualidad, entre otros; situaciones fácticas, que no
han sido tomadas en cuenta en muchos planteles a la hora de elaborar sus acuerdos de
convivencia, generando un vacío normativo, que impide sancionar o implementar correctivos
hacia conductas que contradicen el bien común y generan indisciplina escolar. Parte de aquí,
el interés de la investigadora de analizar los acuerdos de convivencia con pertinencia social en
el marco del ordenamiento jurídico venezolano para el logro del bien común.
Surgiendo las siguientes interrogantes, que se planteó responder la investigación proyectada.
Interrogantes
¿Cuál es la fundamentación legal y teórica de la disciplina escolar?
¿Cuál es la importancia de los acuerdos de convivencia como instrumentos legales para el logro
del bien común?
¿Cuáles son los criterios a considerar en los acuerdos de convivencia, en el marco del
Ordenamiento jurídico venezolano para el logro del bien común?

Objetivos de la Investigación
Objetivo General
Analizar los Acuerdos de Convivencia en las Instituciones Educativas, en el marco del
Ordenamiento Jurídico Venezolano, para el logro del bien común.
Objetivos Específicos
1.- Conocer los fundamentos teóricos y legales de la Disciplina Escolar.
2.- Determinar los acuerdos de convivencia como instrumentos legales para el logro del bien
común.
3.- Describir los criterios a considerar en un acuerdo de convivencia en las Instituciones
Educativas, en el marco del Ordenamiento Jurídico Venezolano para el logro del bien común.

Justificación
El estudio se justificó desde diversas dimensiones. En primer lugar, desde el punto de vista
jurídico, porque pudo propiciar un mayor conocimiento y comprensión de la normativa
relacionada con el adolescente como sujeto de derecho, y en especial sobre la Ley de Protección
al Niño, Niña y al Adolescente, cuya reforma es de reciente data. Lo cual puede contribuir a la
correcta aplicación de la misma y aportar elementos para la reflexión sobre las implicaciones de
su inobservancia, tanto desde el punto de vista legal como social, particularmente en las
instituciones educativas, y de manera especial en la elaboración de acuerdos de convivencia con
pertinencia social para el logro del bien común.
En segundo lugar, desde el punto de vista social por que el tema de la disciplina escolar, es un
tema que se encuentra en el tapete en la actualidad, ya que diariamente se observan episodios
de indisciplina que van desde la comisión de faltas leves, hasta la comisión de hechos punibles,
que requieren la intervención de los organismos de seguridad del estado. En tal sentido
constituye un aporte de importancia fundamental en el área.
Por otra parte, el estudio orientó legalmente a los sujetos que intervienen en la relación
educativa, tales como directivos y docentes de las instituciones educativas, comunidades de
padres y representantes, concejos comunales, organismos de seguridad del estado, y
organismos administrativos y judiciales del sistema de protección de niño, niñas y
adolescentes, quienes requieren llegar a acuerdos, y estar documentados y asesorados
jurídicamente en cuanto a los supuestos de hecho y de derecho.
Por lo que el estudio aportó beneficios desde el punto de vista teórico, doctrinal y jurídico en
relación con la temática tratada. De allí que el trabajo tiene visos de originalidad ya que se
propuso una alternativa de solución enmarcada en el ordenamiento jurídico vigente sobre
la materia, y que responda al problema de indisciplina escolar, al señalar los criterios a
considerar para elaborar acuerdos de convivencia en las Instituciones Educativas, en el marco
del ordenamiento jurídico vigente para el logro del bien común.
En este sentido, el estudio fue igualmente útil a la investigadora por cuanto los aportes teóricos
– legales, le permitieron enriquecer sus conocimientos en lo relativo a la materia de protección
al niño, niña y adolescente, además de la implementación de acuerdos de convivencias con
pertinencia social para el logro del bien común en la institución donde labora la misma. Así
como la satisfacción que representa el hecho de contribuir con aportes cognitivos para motivar
a los estudiantes del derecho y abogados a realizar investigaciones relacionadas con la
problemática planteada.

Alcance de la Investigación
El propósito del presente estudio fue analizar Acuerdos de Convivencia en las Instituciones
Educativas en el marco del Ordenamiento Jurídico Venezolano para el logro del bien común.
De esta manera, el análisis se fundamentó en la normativa legal que regula la temática,
establecida en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV, 1999), Ley
Orgánica de Protección al Niño, Niña y al Adolescente (LOPNA, 2007), Ley Orgánica de
Educación (LOE, 1980), entre otras.
Su alcance metodológico está dado por ser una investigación dogmática - jurídica, de tipo
documental donde la recopilación de información en textos, leyes y documentos permitió
simplificar los datos manejados para sistematizarlos y al mismo tiempo responder a
los objetivos planteados.
Por otra parte, tuvo un alcance geográfico centrado en el ámbito especial de las leyes vigentes
en Venezuela, especialmente las relativas a las normasrelacionadas con el ámbito educativo, en
el marco del sistema de protección de niños, niñas y adolescentes, el cual puede hacerse
extensible a otras unidades educativas dentro y fuera del estado, siempre y cuando cada una de
ellas lo adapte a su propia realidad social.
Por último el estudio tuvo un alcance académico personal al fortificar en la investigadora los
conocimientos doctrinales y jurídicos sobre la temática en estudio, así como el de las personas
interesadas en el mismo. De igual modo la satisfacción personal que representa el hecho de
que la investigaciónsirve de antecedente a futuros estudios relacionados con la norma y la
doctrina venezolana en el marco del sistema legal de protección al niño, niña y adolescente.

Metodología
Tipo y Modalidad de la Investigación
La metodología que se utilizó para el desarrollo de esta investigación fue de tipo Jurídico
Dogmático de carácter analítico – descriptiva, en la modalidad documental, la cual contempla
una revisión bibliografía exhaustiva, que sirvió de base para el estudio y comprensión de las
normativas de convivencia en el ámbito de la legislación que rige la educación y al niño, niña y
adolescente. En tal sentido Witker (1999), una investigación dogmática "Es aquella que concibe
el problema jurídico desde una perspectiva estrictamente formalista descontando todo
elemento fáctico que se relacionen con la institución, normas jurídicas o estructura legal en
cuestión". En este caso, la investigación buscó analizar acuerdos de convivencia con pertinencia
social en el marco del Ordenamiento Jurídico Venezolano para el logro del bien común.
Por su parte, la investigación documental es según Hurtado (1988), el proceso mediante el cual
el investigador recopila, revisa, analiza, selecciona y extrae información de diversas fuentes.
Igualmente Bautista (2004) expone que la búsqueda de datos o información en las
investigaciones documentales se realiza a partir de fuentes referenciales, estas pueden ser
agrupadas en las siguientes categorías:
- Artículos en publicaciones periódicas: revistas especializadas y de divulgación general,
periódicos, catálogos y similares.
- Libros. Documentos o reportes técnicos, divulgativos o de investigación.
- Ponencias y publicaciones derivadas de eventos: conferencias, convenciones, seminarios,
talleres y similares.
- Trabajo y Tesis de Grado. Manuscritos y Datos no publicados o de circulación restringida.
- Programas de Computación, material audiovisual y otras fuentes no impresas.
Asimismo uno de los aspectos más importantes en este estudio, Leyes, decretos, Reglamentos,
Normas, Resoluciones y demás instrumentos de tipo jurídico – normativo.
El método de investigación que se utilizó fue el método analítico. Al respecto Witker (1999),
señala que "utilizando el método de análisis es posible descomponer un problema jurídico en
sus diversos aspectos, estableciendo relaciones que ofrezcan una imagen de funcionamiento de
una norma (p.11).

Fases de la Investigación
De acuerdo con el tipo o modalidad seleccionada, las fases que se cumplieron de manera
sistemática para lograr los objetivos propuestos, así como los procedimientos que se utilizaron
fueron los siguientes:
El instrumento de investigación que se utilizó para obtener la información fue la ficha de
contenido. Se aplicaron igualmente los criterios de inducción, deducción lógica, utilizando la
técnica de análisis de contenido que consiste en extraer las ideas principales del documento
o texto revisado y efectuar un análisis crítico para el desarrollo de la problemática del tema, lo
que posteriormente conllevó a estructurar la presente investigación en capítulos, asimismo, un
cuerpo de conclusiones y recomendaciones del producto de haber relacionado todo lo
relacionado con los fundamentos doctrinales y legales de la disciplina escolar y las normativas
de convivencia en el ámbito educativo y según la legislación que rige al niño, niña y
adolescente.
Para el desarrollo de esta investigación, las técnicas de recolección de información se
orientaron principalmente hacia un registro de observaciones documentales, divididas en
cuatro fases sistemáticamente organizadas, las cuales son:
Fase I: Revisión bibliografía y documental donde se estableció el sustento teórico, basado en la
recopilación y selección del material bibliográfico: doctrinas, jurisprudencia, bases legales,
entre otros relacionados con el estudio. Para ello se utilizó la técnica del fichaje y el subrayado.
Fase II Organización y Actualización de Datos: Se clasificó toda la información recabada
realizándole los ajustes y actualizaciones de conformidad con los pensamientos jurídicos
Venezolanos vigentes, y empleándose los instrumentos de recolección apropiada.
Fase III Análisis y Organización del Esquema de Trabajo: Comprendió la aplicación de las
técnicas lógicas y la realización de la estructura del esquema de trabajo.
Fase IV Redacción y elaboración del trabajo: Consistió en la aplicación de la información
asimilada lo que permitió la realización o composición de la investigación.
Estructura del trabajo
La estructura capitular del presente Trabajo Especial de Grado, quedó conformado de la
siguiente forma:
Capitulo I, titulado Fundamentos teóricos y legales de la disciplina escolar, en el cual se
especificaron conceptos, características generales acerca de la disciplina escolar, su
fundamentación legal, teniendo como base la legislación que rige dicho aspecto como la Ley
Orgánica de Educación, la Ley Orgánica para la protección del Niño y Adolescente, de la misma
manera la legislación internacional al respecto como la Convención Aprobatoria sobre los
Derechos del niño y la declaración universal de los derechos humanos, de igual forma
resoluciones emanadas del Ministerio de Educación.
El Capitulo II titulado Las normas de convivencia como instrumentos legales para el logro d
el bien común, en el cual se expresaron los fundamentos teóricos, y características de las
normativas de convivencia, el papel de la familia en la constitución y cumplimiento de las
mismas, además el establecimiento de las faltas y sanciones como una forma de establecer la
convivencia escolar.
Y el capítulo III, en el cual se especificaron los acuerdos de convivencia en las instituciones
educativas según la legislación al respecto y la referente a los derechos del niño, niña y
adolescente.
CAPÍTULO I

Fundamentos teóricos y legales de la disciplina escolar


Antes de entrar a conocer cuales son los fundamentos teóricos y legales de la disciplina escolar,
se hace necesario tener en cuenta que significa la disciplina escolar.
Al respecto, el diccionario enciclopédico Salvat (1980) define la disciplina escolar como el
"conjunto de leyes o reglamentos que rigen ciertos cuerpos como la magistratura, la Iglesia, el
ejército. Sumisión a un reglamento. Instrumento de flagelación. Azote..." (p 123).
De la misma manera Esté (1999) señala que: "La disciplina es la actitud interna de
cada individuo que le permite dirigir su vida con autonomía y hacer uso responsable de
su personalidad…" (p.25).
En consecuencia ambas definiciones coinciden en que la disciplina conlleva al cumplimento de
una normativa que rige a los individuos integrantes de una sociedad determinada, lo cual se
traduce en una modificación de la conducta de los mismos, en consecuencia requiere de una
actitud interna, y también influye en el contexto general.
Haciendo referencia particularmente a la disciplina en el ámbito educativo, tenemos que
Sureda (2002) la define:
Como el dominio que hace el individuo, en particular el estudiante, de sí mismo para ajustar la
conducta a las exigencias del trabajo y de la convivencia propias de la vida escolar, y no como
un sistema de castigos o sanciones que se aplica a los alumnos que alteran el desarrollo normal
de las actividades escolares con una conducta negativa… (s/p).
En virtud de ello la disciplina escolar se circunscribe al comportamiento del estudiante en las
instalaciones educativas, durante el cumplimiento y /o desarrollo de las actividades escolares, y
todo lo inherente al ambiente educativo, en consecuencia el objetivo de la disciplina, y en este
caso la escolar, debe generar en cada estudiante un hábito interno que facilita el cumplimiento
de sus obligaciones y su contribución al bien común (Rosa y Otros 2003).
Así pues, en el ambiente educativo .la disciplina escolar supone un sistema normativo
orientado a establecer pautas de conductas adecuadas para la escuela, con el objetivo de
alcanzar el bien común.
Así entendida, la disciplina es autodominio, capacidad de actualizar la libertad personal; esto
es, la posibilidad de actuar libremente superando los condicionamientos internos o externos
que se presentan en la vida ordinaria, y de servir a los demás.
La disciplina se expresa a través de pautas, criterios con el objetivo de lograr un fin, objetivo,
desarrollar una actividad, en el ámbito educativo, particularmente se establece a través de las
normativas disciplinarias o de convivencia. Las normas de disciplina escolar han variado a
través del tiempo, ya que como toda norma, debe responder a los cambios o transformaciones
de la sociedad, las instituciones educativas son una expresión, a través de los estudiantes y de
todos los integrantes de la misma, de esa dinámica social.
Los sistemas disciplinarios pueden obedecer en mayor o menor medida a sistemas represivos
basados en la sanción de las transgresiones, la autoridad impuesta o incluso el castigo físico,
aspecto prohibido en la mayoría de los países, o bien inspirarse en sistemas preventivos más
democráticos en donde se favorece la creación de un clima favorable a la convivencia basado en
el diálogo y la búsqueda de acuerdos. La disciplina escolar debe estar orientada hacia la
formación integral del alumnado y a fortalecer su respeto por los derechos de las personas, así
como el cumplimiento de sus deberes.
La disciplina como actitud interna
En virtud de lo señalado, cuando se establece la disciplina como la serie de normas que rige la
vida de un colectivo, es importante estudiar la actitud del individuo. Es decir existe otra
carga semántica de lo que es disciplina, la cual no está ligada a las normas de la colectividad,
que el individuo debe cumplir, sino a las propias reglas que el estilo de vida escogido por
una persona le exigen.
La disciplina en cualquier ámbito y en particular en el escenario educativo, como se ha
mencionado, se expresa tácitamente en el cumplimiento de normas o acuerdos con el fin de
generar un ambiente o situaciones de bienestar social, es por ello que varios autores coinciden
en que, en buena parte, para el cumplimiento de las mismas, se hace necesario considerar el
nivel de compromiso de la persona a disciplinarse, es decir, el docente, como mediador en
los conflictos debe hacer que el estudiante,(niño o adolescente) comprenda y reflexione sobre
su conducta negativa, su repercusión en si mismo y lo que genera en la comunidad estudiantil,
haciéndolo mas responsable de sus actos.
Es por ello que autores como Rosa y Otros (2003), señala que la motivación es un elemento
esencial para acceder al conocimiento y a la experiencia. Esta fuerza que activa y dirige el
comportamiento y que ha sido llamada motivación por la psicología, se basa en que toda
persona debe poseerla para alcanzar cualquier meta. Y para el lo se hace necesario que se den
en medida óptima los siguientes factores:
- Factores biológicos
- Factores aprendidos
- Factores cognitivos
- Factores psicológicos
Estos factores en conjunto conforman la personalidad del individuo, y su actuación en la
sociedad. Si son bien canalizados por la familia y la escuela se evidenciará en un individuo sano
mentalmente, consciente de sus actos y útil a la sociedad.
La indisciplina escolar y su realidad
Se denomina indisciplina escolar a la transgresión de las normas, por parte del estudiantado,
que una determinada institución escolar fija como códigode comportamiento esperado
(reglamento escolar) a fin de facilitar la convivencia en un ámbito que propicie un clima de
aprendizaje.
En los últimos tiempos, el incumplimiento de las normas en las instituciones educativas, por
parte del estudiantado, expresa en primer lugar un desacato, por parte de éstos, a sus deberes,
previstos en la Ley Orgánica de Protección del Niño y Adolescente (LOPNA, 2008), artículo 93
literales b, c, d. en los cuales se hace énfasis al respeto que se merecen todas las personas y al
cumplimiento de las obligaciones escolares.
Particularmente en nuestro país, los niveles de violencia y agresividad estudiantil se han ido
incrementando en los últimos tiempos y esto es de especial interés ya que es una problemática
social la cual hay que considerar y los entes especializados deben tomar los correctivos
disciplinarios, al respecto un artículo publicado en el diario el tiempo por Giuerrero, (2008),
señala lo siguiente:
Entre las manifestaciones violentas que suelen contemplarse en las escuelas y liceos
venezolanos pueden mencionarse agresión física a estudiantes por parte de los docentes y
viceversa, disputas entre niños, niñas o adolescentes que culminan en enfrentamientos físicos,
agresión verbal a docentes, agresión a docentes o estudiantes a través de escritos (grafitos,
periódicos, anónimos), hechos de violencia con deterioro de bienes materiales, deterioro de la
infraestructura y mobiliario entre otros actos que son reprimidos con la suspensión de clases o
expulsión del centro educativo. La niñez yadolescencia venezolana está amparada por la ley que
prohíbe el castigo físico y maltrato en las escuelas, siendo el nuestro uno de los pocos países
latinoamericanos que cuenta con un instrumento de protección a los niños, niñas y
adolescentes en los espacios educativos (p.2).
Al respecto de lo mencionado en el artículo por la autora, la Ley Orgánica para la Protección del
Niño y del Adolescente, (2008), dispone en su artículo 56 el derecho de todo niño, niña y
adolescente, a ser respetado por sus educadores y establece la aplicación de la disciplina escolar
siempre y cuando sea administrada de forma acorde a las garantías, derechos y deberes
expresados en dicha ordenanza. Por su parte, la Convención Internacional sobre los Derechos
del Niño, ratificada en casi todos los países latinoamericanos, incluyendo Venezuela, en el
refiere en su artículo 3 la responsabilidad de los Estados Partes de garantizar el
buen servicio y supervisión de las instituciones comprometidas con la protección y cuidado de
niños y adolescentes.
De la misma manera y en relación a esta problemática de violencia e indisciplina estudiantil, un
artículo publicado en el diario El Siglo, por Amundaray (2008), expresa que:
El tema de la violencia estudiantil, nos preocupa y nos ocupa, tanto así que lanzaron
un plan de acción dirigido a todas las instituciones educativas con mayor problema en materia
de violencia estudiantil, con el fin de reducir los índices. Es muy común encontrar en los liceos
y escuelas casos de riña, agresiones a otras instituciones, también ocurre alteración al orden
público y el irrespeto e incumplimiento de sus deberes cuando se le falta el respeto al
educado,"muchas veces estas conductas son secundadas por los padres"…los adolescentes
desvirtúan el sentido de sus deberes y tratan de abarcar mas los derechos sobre los deberes,
cuando debería existir un equilibrio y eso se ha generado por el desconocimiento de la ley…es
importante resaltar que este desconocimiento de los procedimientos que establecen las normas
de convivencia o la violación de la doctrina de protección por parte de los educadores, genera
aun mas ese índice de violencia…(p.25).
La disciplina escolar, en nuestro país, como bien se enfatiza en las citas señaladas, debe ser
administrada acorde con los principios establecidos en las leyes, en cuanto a los derechos,
garantías y deberes de los niños y adolescentes de acuerdo a lo dispuesto en la Ley Aprobatoria
de la Convención sobre los Derechos del Niño (1990) artículo 2 numeral 2 . "Los Estados partes
tomarán las medidas apropiadas para garantizar que el niño se vea protegido contra toda forma
de discriminación o castigo por causa de la condición, las actividades, las opiniones expresadas
o las creencias de sus padres, o de sus tutores o de sus familiares.
De igual manera, el artículo 56 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente
(LOPNA, 2007) cuando indica que: "Todos los niños y adolescentes tienen derecho a ser
respetados por sus educadores."
Para la puesta en práctica de las normativas disciplinarias, el Estado a través de las
instituciones que lo representan y especializados en materia de niños y adolescentes, deben
velar porque las mismas se adecuen a las realidades y condiciones de éstos. En el caso de los
planteles educativos, el artículo 28 de la Ley Aprobatoria de la Convención sobre los Derechos
del niño (1990) expone que el Estado es garante de adoptar las medidas adecuadas para que la
disciplina escolar sea administrada respetando la dignidad y los derechos de los niños y
adolescentes.
Fundamentación Legal
El sistema educativo es dinamizado por elementos inherentes al mismo, entre los cuales
prevalecen los docentes, estudiantes, padres y representantes comunidad, material didáctico,
planta física, etc. Particularmente y de acuerdo a la temática de estudio, entre estos miembros
se establece una particular relación, fundamentada en un sistema normativo para una
convivencia en armonía, las cuales parten de sus deberes y derechos.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV, 1999), señala en su artículo
103 que "Toda persona tiene derecho a una educación integral, de calidad, permanente,
en igualdad de condiciones y oportunidad, sin más limitaciones que las derivadas de sus
aptitudes, vocación y aspiraciones…". De igual manera en la Ley Aprobatoria de la Convención
sobre los derechos del niño (1990), en su artículo 28 establece que: "Los Estados Partes
reconocen el derecho del niño a la educación y, a fin de que se pueda ejercer progresivamente y
en condiciones de igualdad de oportunidades ese derecho…"
De la misma manera la ley Orgánica de Educación (LOE, 1980) refiriéndose a la finalidad de la
educación establece que:
La educación tiene como finalidad fundamental el pleno desarrollo de la personalidad y el logro
de un hombre sano, culto, crítico y apto para convivir en una sociedad democrática, justa, libre,
basada en la familia capaz de participar activa, consciente y solidariamente en el proceso de
transformación social; consustanciado con los valores de identidad nacional y con la
comprensión, la tolerancia, la convivencia y las actitudes que fortalezcan la paz(…).
(Artículo.3).
Para ello se requiere de un perfil del docente el cual viene definido en la Constitución de la
Republica Bolivariana (CRBV, 1999) de la forma siguiente:
La Educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad. El Estado estimulará su
actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente,
bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y
nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema
educativo, serán establecidos por la ley y responderá a criterios de evaluaciónde méritos, sin
injerencia partidista o de otra naturaleza no académica (Artículo 104).
En consecuencia, gestionar y resolver conflictos en el aula para evitar la violencia, requiere del
establecimiento de una visión del Estado en cuanto a la educación y el ciudadano que se
necesita, y además de recursos humanos calificados, estando justificado cuando el mismo
Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente (1999), establece en su artículo 139 esta
necesidad al puntualizar que: "La actualización de conocimientos, la especialización de
las funciones, el mejoramiento profesional y el perfeccionamiento, tienen carácter obligatorio
y, al mismo tiempo, constituyen un derecho para todo el personal docente en servicio…". En la
actualidad ésta actualización también debe estar fundamentada en el conocimiento sobre la
legislación en materia de niños y adolescentes.
Las autoridades educativas competentes, en atención a las necesidades y prioridades del
sistema educativo, fijarán políticas y establecerán programas permanentes de actualización del
conocimiento, perfeccionamiento y especialización de los profesionales de la docencia, con el
fin de prepararlos suficientemente, en función del mejoramiento cualitativo de la educación y
de los aspectos en cuanto a la convivencia en las instituciones educativas. Asimismo,
organizarán seminarios, congresos, giras de observación y de estudio, conferencias y cualquier
otra actividad de mejoramiento profesional.
En cuanto a las normativas legales que fundamentan la situación del niño y adolescente en su
calidad de estudiante tenemos: La Ley Orgánica para la Protección al Niño y al Adolescente
(LOPNA), es una ley que depende directamente de la Declaración de los Derechos del Niño,
Menores y Adolescente promulgada en Consejo de Naciones por la Organización de Estados
Americanos (OEA), lo que indica que es una ley de carácter Supranacional, esto quiere decir,
que se encuentra por encima de la Constitución y cualquier otra ley propia del país. La LOPNA,
involucra una serie de artículos en el Titulo II de los Derechos Garantías y Deberes que tienen
incidencia directa sobre la labor docente como son: emotividad, trato hacia el alumno,
motivación del alumnado a promover sus deberes y derechos, desarrollo de la clase, asistencia
y puntualidad, cumplimiento de obligaciones entre otras.
Como se observa en las normativas legales señaladas la educación es un sistema en el que
prevalecen principios cuyo objetivos es la formación de un ciudadano con valores,
potencialidades, actitudes acordes con las necesidades de una sociedad y por el bien general; en
consecuencia la disciplina escolar es un factor importante en el proceso de formación de se
individuo en colectividad. Al respecto la Ley Aprobatoria de la Convención sobre los derechos
del niño, (1990) determina en su artículo 29, literal d, que los Estados Partes convienen en que
la educación del niño deberá estar encaminada a "Preparar al niño para asumir una vida
responsable en una sociedad libre, con espíritu de comprensión, paz, tolerancia, igualdad de los
sexos y amistad…" Para el logro de este fin, la familia y la escuela son los elementos claves.
La disciplina escolar, como ya se ha mencionado, contempla el cumplimiento de normativas,
pautas, en el ambiente escolar, para el mejor desarrollo del proceso educativo. Es por ello que
la Ley Orgánica de Educación (LOE, 1980) en su artículo 123 numeral 2 establece que los
estudiantes incurren en faltas graves, "cuando cometen actos violentos de hechos o de palabras
contra cualquier miembro de la comunidad educativa, o del personal docente, administrativo u
obrero del plantel." Estas faltas se complementan con otras situaciones o acciones también
consideradas graves, y que van a depender particularmente de ka realidad de cada institución.
La Ley Aprobatoria de la Convención sobre los derechos del niño (1990) en su artículo 27
numeral 2 se acuerda que: "Los Estados Partes adoptarán cuantas medidas sean adecuadas
para velar por que la disciplina escolar se administre de modo compatible con la dignidad
humana del niño y de conformidad con la presente Convención"
De igual manera la Ley Nacional de la Juventud (2002), expresa que en el artículo26, numeral
3, que el Estado, a través del Ministerio de EducaciónCultura y Deportes, deberá: "Promover
una educación ética y ciudadana para la tolerancia, contra la violencia, por una cultura de paz,
de resguardo y protección de los derechos humanos y ambientales." En consecuencia, el Estado
a través de sus órganos representativos, en materia de niños y adolescente, supervisarán y
serán garantes del cumplimiento de esos deberse y derechos.
Es aquí donde también los padres y representantes tienen una importante participación en el
cumplimiento de las normativas escolares, de la disciplina escolar, por parte de sus
representados, al respecto la Ley Orgánica para la Protección del Niño y Adolescente (LOPNA,
2007), señala en su artículo 54 en cuanto a la Obligación de los padres, representantes o
responsables en materia de educación: "Los padres, representantes o responsables tienen la
obligación inmediata de garantizar la educación de los niños y adolescentes…"
De igual manera la Resolución 669 (1985), establece en su artículo 4 en cuanto a los deberes de
los padres y representantes: "Atender las recomendaciones que les formulen los miembros del
personal directivo y docente del plantel, acerca de sus representados, en cuanto a
comportamiento, asistencia, rendimiento estudiantil, salud…" En consecuencia del
incumplimiento por parte de los padres y representantes, de sus obligaciones ante sus hijos, el
Estado tomará las medidas al respecto.
El cumplimiento de la disciplina escolar por parte del niño y adolescente está previsto en la Ley
Orgánica para la Protección del Niño y Adolescente (LOPNA, 2007), en el Artículo 93 literales
b, c, f, respectivamente, en cuanto a los deberes de los Niños y Adolescente:
- Respetar, cumplir y obedecer todas las disposiciones del ordenamiento jurídico y las órdenes
legítimas, que en la esfera de sus atribuciones, dicten los órganos del poder público.
- Respetar los derechos y garantías de las demás personas-
- Cumplir sus obligaciones en materia de educación
Es importante destacar estos aspectos ya que como se ha hecho mención acerca de la
importancia de considerar los derechos del niño y adolescente, hay que enfatizar también que
los mismos reconozcan y concienticen sus acciones como parte de sus obligaciones.
Como se puede ver, todas estas normativas legales, justifican una investigación que analiza la
formación de valores para la convivencia que se realiza en la educación actual y, en
consecuencia, sugerir posibles alternativas de mejoramiento de la situación.
CAPÍTULO II

Las normas de convivencia como instrumentos legales para el


logro del bien común
Las normas pueden considerarse, como el conjunto de lineamientos, criterios que regulan los
actos y las relaciones humanas en una sociedad, aplicable en determinado tiempo y lugar.
Al respecto Alzadora, citada por López, (2009), señala en cuanto a los elementos a considerar
para la elaboración de las normas, señala que:
…la sustentación teológica, por ejemplo, parte de todas las normas se orientan a regular
la conducta humana, es decir definen, el deber ser, por lo tanto éstas se orientan a la práctica
de los valores de justicia (justicia social), seguridad y convivencia pacífica. Tal fundamento
axiológico hace que las normas sean validas, es decir, que lo que se debe importar al elaborar la
norma es la validez, antes que si éstas son verdaderas o falsas (p. 233).
Abordar la problemática de la convivencia en la escuela demanda necesariamente el análisis de
la misma como institución social, también implica el reconocimiento de una cultura
institucional en la que se reconoce la existencia de conflictos inherentes
a variables individuales, grupales y contextuales. La convivencia nos incluye a todos, por eso
resulta difícil y artificioso tenerla en cuenta sólo en la relación de los docentes y los alumnos,
exige ser considerada en todas las interacciones.
Para que una convivencia sea amena en una institución se debe establecer un reglamento con
normas que sigan o se ajusten a las conductas, tareas, actividades valores y aceptación de
normas de convivencia.
De allí que, la convivencia tiene diversos niveles; desde el familiar hasta el universal. Pues, en
la medida en el ser humano aprende a vivir en familia, ayudándose mutuamente, se podrá
emprender la experiencia de convivir en comunidad la experiencia de convivir en colectivo. Al
respecto el CurrículoBásico Nacional (1999:), señala que "existe un nivel de convivencia con el
medio ambiente. Una actitud que refleja la conciencia con el medio donde se habita. Una
actitud que refleja la cultura de compartir un espacio para la vida en el mundo en el que se
vive" (p.30).
Son imprescindibles, por tanto, unas normas que sirvan de punto de referencia y ayuden a
lograr un ambiente sereno de trabajo, orden y colaboración; un marco generalmente aceptado,
que precisa los límites que la libertad de los demás impone a la propia libertad. Para que esas
normas sean eficaces, es necesario: (a) que sean pocas y coherentes con el Proyecto Educativo,
(b) que estén formuladas y justificadas con claridad y sencillez, (c) que sean conocidas y
aceptadas por todos: padres, profesores y alumnos, (d) que se exija su cumplimiento.
Sin embargo, las normas, por sí mismas, no son suficientes. No se logra la disciplina escolar
mediante una casuística exhaustiva a modo de pequeño código penal escolar y con la aplicación
rigurosa de las sanciones establecidas. La normativa de la convivencia no debe considerarse un
arma en manos del profesor para mantener artificialmente un ambiente de orden aparente.
La convivencia armónica y solidaria entre todos los que integran una institución educativa:
docentes, estudiantes, obreros, administrativos, padres y representantes, es la consecuencia de
un proceso de formación personal que lleva a descubrir la necesidad y el valor de esas normas
elementales de convivencia; que ayuda a hacerlas propias y a aplicarlas a cada circunstancia,
con naturalidad y sin especial esfuerzo, porque se han traducido en hábitos de autodominio que
se manifiestan en todos los ambientes donde se desarrolla la vida personal.
En consecuencia se hace énfasis, en que ciertamente un aspecto esencial dentro de las
normativas de convivencia y por ende del bien común viene a ser la adecuación del individuo al
medio social. Porque en su proceso de socialización cada cual adquiere conciencia de sus
obligaciones con el grupo o sociedad y consecuentemente se ejercita en adaptarse a ella.
De la misma manera se plantea que las normativas de convivencias generan un bien común
reflejado o expresado a través de la disciplina la cual cumple una función instrumental. Y así,
quién se disciplina lo hace primordialmente a fin de alcanzar ciertos logros en el medio social o
para evitarse problemasen el mismo. En consecuencia debe puntualizarse: (a) que lo negativo
de la autoridad está constituido por las arbitrariedades, abusos e injusticias que se cometan, (b)
que es perfectamente posible el dar responsabilidades y disciplinar sin recurrir a castigos
físicos.
Al respecto, Rosa y Otros (2003), establecen los siguientes aspectos a considerar en las
normativas de convivencia, particularmente, en el nivel de educación secundaria:
- Las propuestas de los alumnos deben ser escuchadas aunque no sean del todo adecuadas.
- Aunque no sean de su máximo interés, debemos acordar unas normas específicaman tente de
trabajo.
- El control sobre el cumplimiento de estas normas, puede establecerse también como un
acuerdo más.
- Las normas y acuerdos deben contemplar también las relaciones interpersonaes de los
alumnos.
- Intemtar que todos participen y propongan sus ideas y opiniones.
- Hay que introducir conceptos e ideas como la solidaridad o la tolerancia.
- Acordar el tipo de sanciones a cada transgresión .
- Buscar la manera de hacer respetar tanto los acuerdos como las sanciones.
Las Normas de Convivencia como instrumento legal
La disciplina escolar y las normativas que la integran deben estar sustentadas:
En Los Derechos Humanos: Este diseño considera los Derechos Humanos y el marco jurídico
venezolano enfocándose específicamente en los siguientes:
Declaración Universal de los Derechos humanos (1948)
Los derechos humanos se establecieron en el Derecho Internacional a partir de la
Segunda Guerra Mundial, y se establecieron documentos destinados a su protección por su
importancia y necesidad de respeto. Por ejemplo:
1. La Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada por las naciones Unidas el 10 de
Diciembre de 1948.
2. La Declaración de derechos del Niño de 1959.
3. La Convención sobre los derechos del Niño de 1989, entre otros.
Dentro de la declaración se mencionan los derechos del Niño y del Adolescente; como seres
humanos que están en desarrollo, los cuales se pueden dividir en cuatro grandes grupos:
1. Derechos de supervivencia: Son todos aquellos derechos que son adquirirlos desde el
momento de nacer como:
Derecho a la vida: Es el derecho reconocido que emana de la dignidad inherente al ser
humano, no como una concesión de los Estados, los cuales tienen el deber de respetar, cumplir
y garantizarlo, el cual esta reconocido en el Ordenamiento Jurídico en el artículo 43 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Derecho a la Salud: Este derecho es el que le permite el disfrute del más alto nivel posible de
salud en cuanto a los servicios médicos y de rehabilitación de todo Niño, Niña y Adolescentes
sin discriminación alguna.
Derecho a un Nombre y nacionalidad: Es el derecho que tiene todo niño, niña y adolescente al
momento de nacer a ser registrado inmediatamente después de su nacimiento, a tener un
nombre y una nacionalidad en el país que pertenece. Entre otros.
2. Derechos de Desarrollo: Son todos aquellos derechos que permiten a los niños, niñas y
adolescentes a un crecimiento y desarrollo sano el cual les permite que sean felices, como son:
Derecho a la Educación: este derecho constituye a una educación plena y de forma gratuita en
las mejores condiciones posibles a todos los niños, niñas y adolescente sin ninguna distinción
social ni discriminación.
Derecho a mantener relaciones personales y contacto directo con el padre y la madre: este
derecho permite que los niños, niñas y adolescentes conserven el derecho de mantener el
contacto con sus padres; ninguno de ellos puede impedir, que el progenitor con el cual no
conviven mantenga el contacto con el niño, niña o adolescente. Para que este vínculo no se
origine, debe existir lo que se llama interés superior niño, niña y adolescente o el determinado
por un tribunal.
Derecho a la cultura, deporte, tiempo libre y recreación:Cuando se habla de desarrollo
integral de los niños, niñas y adolescentes, se alude no sólo a lo físico, sino también a lo
intelectual, psicológico y emocional, entre otras muchas cosas, en la que participan de
actividades que estimulen el talento y la creatividad; y que jueguen y participen en actividades
recreativas, deportivas y culturales acordes con a su edad.
Derecho a la integridad personal: Todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a ser
respetados en su dignidad de personal y en su integridad física, psíquica, moral y sexual.
También tienen derecho a pensar de acuerdo con su propia conciencia, ya que nadie use su
imagen ni sus objetos personales. El derecho a la integridad personal de los niños, niñas y
adolescentes el Estado, la familia y la sociedad están en el deber de protegerlos de cualquier
manera de explotación, maltrato, tortura, abuso o negligencia.
3. Derechos de participación: Estos derechos son necesarios en los niños, niñas y adolescentes
para crecer como persona; se consideran sujetos de derecho, pero requieren de la iniciativa
personal; el cual le permite que los niños, niñas y adolescentes se expresen libremente, a recibir
una información adecuada para un buen nivel de desarrollo, de igual manera a opinar sobre los
temas de su interés superior como niños, niñas y adolescentes, y a solicitar peticiones ante
cualquier oficina de la función publica administrativa u organismo jurisdiccional del Estado el
cual les den oportuna respuesta y prontitud, como también, a asociarse con otros niños, niñas,
adolescentes o adultos para realizar actividades que contribuyan con su propio desarrollo, y en
la participación para la protección y defensa de sus derechos.
4. Derechos de protección especial: Son los derechos que prohíben cualquier tipo de maltrato o
trato cruel hacia los niños, niñas y adolescentes, de igual manera también son aquellos
derechos que les garantizan a los niños, niñas y adolescentes ser atendidos con prioridad en
casos de desastres naturales, guerras, conflictos armados, situaciones de emergencia, entre
otros. Estos derechos son los que permiten que cualquier niño, niña y/o adolescente que haya
sido maltratado o violentado en alguno de sus derechos sean protegidos inmediatamente y
atendido para que termine la situación que causó la violación de sus derechos.
Estos derechos dan pie a la Convención sobre los Derechos del Niño (1990), el cual es un
tratado internacional que reconoce los derechos humanos básicos que les corresponden a los
niños y las niñas en todas las partes del mundo.
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999)
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) fundamentada en la
legislación internacional, en cuanto a derechos humanos, hace hincapié en el desarrollo y
consolidación de los mismos en los distintos escenarios sociales, la educación no escapa a ello.
Al respecto, señala:
El Estado garantizará a toda persona, conforme al principio de progresividad y sin
discriminación alguna, el goce y ejercicio irrenunciable, indivisible e interdependiente de los
derechos humanos. Su respeto y garantía son obligatorios para los órganos del Poder Público
de conformidad con la Constitución, los tratados sobre derechos humanos suscritos y
ratificados por la República y las leyes que los desarrollen (Artículo 19).
En cuanto al derecho de libertad, y e acción en la sociedad expone: "Toda persona tiene
derecho al libre desenvolvimiento de su personalidad, sin más limitaciones que las que derivan
del derecho de las demás y del orden público y social" (Artículo 20). Es decir, existe el libre
desenvolvimiento de la sociedad, pero sin menoscabo de los derechos que tiene el resto de los
individuos.
Ley Orgánica para la Protección del Niño y Adolescente (LOPNA, 2007).
La Ley Orgánica para la Protección del Niño y Adolescente (2007), tiene como objeto la
protección y garantía de los derechos de niños, niñas y adolescentes, sin discriminación alguna
a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, a través del Estado como el principal garante,
la familia y la sociedad. En diciembre del año 2007, se publicó la reforma de la Ley, con esta
reciente reforma se amplían, incluyen y perfeccionan muchos artículos, lográndose así una
mayor protección del niño, niña y adolescente, con padres mas responsables, una sociedad
participativa, instituciones más sólidas, vigilantes de que se garanticen y no se vulneren los
derechos a todos y cada uno de los niños, niñas y adolescentes que se encuentren en nuestro
país. Así se evidencia:
Principio de Igualdad y no Discriminación. Las disposiciones de esta Ley se aplican por igual a
todos los niños y adolescentes, sin discriminación alguna fundada en motivos de
raza, color, sexo, edad, idioma, pensamiento, conciencia, religión, creencias, cultura,
opinión política o de otra índole, posición económica, origen social, ético o
nacional, discapacidad, enfermedad, nacimiento o cualquier otra condición del niño o
adolescente, de sus padres, representantes o responsables, o de sus familiares (Artículo 3).
El derecho fundamentado en la doctrina de la protección Integral debe respetar una serie de
principios rectores que constituyen los pilares que garantizan el cumplimiento de la ley; el cual
están consagrados en la Ley Orgánica de Protección del Niño y del Adolescente (2007) son los
siguientes:
1. El niño como sujeto de derecho: Se relaciona jurídicamente por ser titular de un derecho o
deber pautado o regido por una norma jurídica, el cual gozan de todos los derechos y garantías
consagradas e la ley y sobre todo en la Convención sobre los Derechos de los Niños (1990).
2. El interés superior del niño: Es uno de los principios fundamentales de la doctrina de la
protección integral, desarrollada en la Convención sobre los Derechos del Niño (1990) la cual
fue ratificada por Venezuela y además consagrada constitucionalmente y en la Ley Orgánica de
Protección del Niño, y del Adolescente. Dicho principio es la base para la interpretación y
aplicación de la normativa para los niños y adolescentes, establece líneas de acción de carácter
obligatorio para todas las instancias de la sociedad y pone límites a la discrecionalidad de sus
actuaciones. Este principio le asegura a todo niño, niña y adolescente el ejercicio de sus
derechos y garantías y sus deberes en su condición de persona en desarrollo, el bien el valor
supremo del ordenamiento jurídico fundamental de los derechos humanos que posee toda
persona, en cuya realización en la sociedad, que no da espacio a ningún tipo de discriminación
ni de raza, sexo, religión, estatus social en los niños, niñas y adolescentes, tal como se plantea
de igual manera en el articulo 26 de la Constitución de la común y los derechos de las demás
personas.
3. Igualdad y no discriminación: Es el principio más importante para asegurarles a todos los
niños, niñas y adolescentes el pleno goce y disfrute de sus derechos en igualdad para todos,
independientemente de los motivos que le puedan ocasionar incluyendo a la discriminación
contra sus padres, representante y responsables. La Igualdad es Republica Bolivariana de
Venezuela (1999).
4. Prioridad absoluta: Este principio implica en atender antes que nada, las necesidades y
derechos básicos de los niños, niñas y adolescentes, el cual esta ligado al principio del interés
superior del niño, niña y adolescente implicando por parte al Estado, la familia y la sociedad
que tiene como rol fundamental en atender con prioridad en el cumplimiento de la ley, a las
necesidades y derechos de estos sujetos de derecho en el territorio nacional; comprendiendo la
ejecución de las políticas publicas en el área de aseguramiento de los derechos y garantías de
los niños, niñas y adolescentes del país igualmente en el acceso a los servicios públicos y en la
atención en los organismos administrativos y jurisdiccionales del Estado.
 1. El rol fundamental de la familia: La familia tiene una responsabilidad prioritaria,
inmediata e irrenunciable y directa en relación a los niños, niñas y adolescentes de su
núcleo familiar. Todo esto conlleva al Estado a tomar las medidas de diferente naturaleza,
para que la familia pueda a sumir y cumplir apropiadamente las obligaciones y
responsabilidades que se les reconoce; el cual esta fundamentada en el marco
Constitucional.
Ley Aprobatoria de la Convención sobre los Derechos del Niño (1990)
El 20 de Noviembre de 1989, en la Cuadragésima cuarta asamblea de las Naciones Unidas, se
aprobó la Convención sobre Derechos del Niño. Venezuela suscribió la precitada convención y
la hizo Ley de la República el 29 de Agosto de 1990, según Gaceta Oficial N0 34.541.Desde ese
momento nuestro país asume el compromiso de brindarles protección integral a todos los
niños y adolescentes.
En el preámbulo de la Convención se reitera que la libertad, la justicia y la paz en el mundo se
basa en el reconocimiento de la dignidad intrínseca y que los derechos son iguales e
inalienables de toda la familia humana. Como lo establece:
Artículo 2.
1. Los Estados Partes respetarán los derechos enunciados en la presente Convención y
asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a su jurisdicción, sin distinción alguna,
independientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de
otra índole, el origen nacional, étnico o social, la posición económica, los impedimentos físicos,
el nacimiento o cualquier otra condición del niño, de sus padres o de sus representantes
legales.
Esta fundamentación legal debe estar presente en la conformación de la normativa de
convivencia, particularmente de las instituciones educativas, teniendo como objetivo el
cumplimiento de deberes y el respeto a los derechos humanos, por parte de todos los
integrantes de la comunidad educativa, para el logro de la justicia, la paz social y el bien común.
Las normativas de convivencia y el bien común
El desarrollo de un individuo fundamentado en una educación en los valores de participación
cooperación, entre otros, repercute en el bien de la sociedad en general.
Al respecto Mujica (1988), define el bien común como:
El estado o situación social, que por encima de todo, garantiza a cada uno el lugar que le
corresponde en la comunidad, lugar en el cual puede desarrollar sus fuerzas o potencias que le
han sido dadas por el Creador a fin de alcanzar su perfección corporal, intelectual y moral
(p.52).
En consecuencia se considera al bien común, más allá de la concepción jurídica, que trasciende
al ámbito social y si se quiere de dinámica social que genera admirable movimiento que enlaza
valores con realidades.
La definición y análisis de ambos términos permite inferir y establecer la relación entre las
normativas de convivencia, las cuales tienen como objetivo o fin la disciplina escolar y el bien
común.
El bien común está ligado íntimamente a un alto espíritu de cuerpo y éste se presenta en
grupos con alta cohesión. O, lo que es lo mismo, a sistemas sociales orgánicos. En otras
palabras, se trata de grupos o sociedades en que la totalidad de sus miembros se empeñan en
colaborar tras los logros de estas agrupaciones y que comparten un alto espíritu de solidaridad
en relación a todos sus miembros (los que no se pliegan son sancionados o excluidos).
En ellas destaca la existencia de normas que implican derechos y deberes complementarios
para todos los miembros del grupo, y las consiguientes garantías para los individuos y,
asimismo, para la subsistencia del grupo. Puesto que un orden social adecuado asegura la
prevención y control de la mayoría de las perturbaciones que ocurren en un sistema social. Es
obvio que, si no hay orden social, impera la anarquía y la impunidad.
La explicación básica es que los seres humanos reaccionan mal si son perjudicados. En
consecuencia, para disponer de un control social exitoso, éste debe ser simultáneamente
satisfactorio tanto para el grupo como para los individuos. Entonces el orden social demanda el
disminuir al máximo las posibilidades de maltrato para todos y cada uno de sus integrantes,
que es la condición ineludible del llamado bien común. No debe olvidarse que esta condición
implica también el logro de satisfacciones que los individuos consideren necesaria.
Según Pauchard (s/f), existen distintas concepciones de lo que es el bien común. Ellas
dependen de la cultura del respectivo entorno social y sus valores, además del concepto o
representación que se tenga del ser humano. En esta cuestión, la teoría de la acción operativa
plantea un concepto de ser humano específico, en que destaca en un primer plano el
requerimiento de seguridad por respaldo social.
Desde esa perspectiva, el bien común adquiere características particulares, puesto que en
primer término se trata de que todos y cada uno de los miembros del grupo tengan seguridad
por respaldo social. Y ello acarrea una serie de consecuencias transcendentes tanto para los
individuos como para el grupo. Y esta seguridad, protección de los individuos de una sociedad
que establece el bien común, se fundamentan en la creación de normativas basadas en sus
realidades y en el cumplimiento de las mismas por parte de cada uno de los miembros de la
misma, obviamente los individuos la aceptarán sin mayor problema si en efecto ella les aporta
beneficios, lo que resulta del efectivo bien común.
Disciplina y Familia
La Convención Internacional de los Derechos del Niño (1990), establece en su preámbulo la
importancia de la familia dentro de la formación y desarrollo del niño y adolescente y por ende,
en un ciudadano capaz de vivir en armonía y paz en la sociedad:
Convencidos de que la familia, como grupo fundamental de la sociedad y medio natural para el
crecimiento y el bienestar de todos sus miembros, y en particular de los niños, debe recibir la
protección y asistencia necesarias para poder asumir plenamente sus responsabilidades dentro
de la comunidad, Reconociendo que el niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su
personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y
comprensión. Considerando que el niño debe estar plenamente preparado para una vida
independiente en sociedad y ser educado en el espíritu de los ideales proclamados en la
Carta de las Naciones Unidas y, en particular, en un espíritu de paz, dignidad, tolerancia,
libertad, igualdad y solidaridad…
De la misma manera la Ley Nacional de la Juventud (2002), en su título II sobre los deberes y
derechos de la juventud, establece lo siguiente:
El Estado, la sociedad y la familia, proveerán los medios, recursos y condiciones necesarias
para garantizar la plena incorporación de la juventud en la toma de decisiones de la vida
pública, a los asuntos de Estado y a los destinos de las comunidades, así mismo desarrollarán
acciones educativas que fortalezcan la convivencia plural, la práctica de la solidaridad, la
justicia y la equidad entre géneros, y fortalecerán entre los jóvenes y las jóvenes la cultura para
la democracia y la paz (Artículo 8).
En consecuencia se enfatiza en la legislación reseñada la importancia de la sociedad en pleno
en particular la familia y la escuela como base para la formación de un ciudadano que sepa vivir
en convivencia con su entorno.
En virtud de ello los padres tienen particular responsabilidad en la consolidación de valores y
dentro de ello el establecimiento de normas contribuye al afianzamiento de los mismos. En el
quehacer educativo, los padres y representantes, representan uno de los componentes del
sistema educativo, por lo tanto son responsables del ambiente y desarrollo de las actividades
escolares de su(s) representado(s). Al respecto la Ley Orgánica para la Protección del Niño y
Adolescente (LOPNA, 2007), señala en cuanto a la obligación de los padres, representantes o
responsables en materia de educación:
Los padres, representantes y responsables, tienen la obligación inmediata de garantizar la
educación de los niños y adolescentes. En consecuencia deben inscribirlos oportunamente en
una escuela plantel o instituto de educación, de conformidad con la ley, así como exigirles su
asistencia regular a clases y participar activamente en su proceso educativo… (Artículo 54).
Frente a las preocupaciones y contrariedades que ocasionan los niños y adolescentes, es
importante establecer el papel del entorno familiar y su influencia en el nivel de agresividad y
orientación hacia los niños y adolescentes con indisciplina escolar, es por ello que hay que
plantearse en primer lugar las posibles causas que originan la problemática familiar.
Porque normalmente, cuando los niños y adolescentes presentan algún tipo de alteración, la
mayoría de las veces de lo que se trata efectivamente es de la existencia de problemas en la
familia. Y la posible patología de los primeros a menudo es una resultante de conflictos que son
álgidos en otros sectores del sistema. Porque al ser ellos los más débiles, resienten y reaccionan
conforme a sus posibilidades y recursos.
De todas formas, en la época actual lo más usual en la problemática familiar deriva de no
considerar el requerimiento básico de un sistema social. Ya que éste consiste en el disponer de
un adecuado orden social que enmarque el accionar de todos y cada uno de sus miembros,
cualesquiera que sea el tipo o dimensión del respectivo sistema. Además, no olvidemos que este
orden social sólo se encontrará asentado sólidamente si se basa en el bien común (que implica
el considerar los intereses de todos los miembros del respectivo grupo).
Según Pauchard (s/f.), se trata entonces de instaurar en el hogar un orden social regido por el
bien común. La clara conciencia de que el bien común significa algo bueno para todos los que
integren el determinado grupo asegura el que los miembros se plieguen a este orden social, lo
hagan suyo y por lo mismo se conviertan en parte activa del sistema. Se encargarán ellos
mismos de cumplir con el orden social de que se trate y obligarán a los otros a adecuarse a él, es
decir, lo harán realidad. De esta forma los procesos de socialización serán bienvenidos y
estimulados en su desarrollo.
El precisar el bien común y el control social que lo lleve a una práctica efectiva dentro del
hogar, es de responsabilidad de los padres. Y debería estructurarse de manera gradual en la
medida en que la familia se amplíe con el nacimiento de los hijos y su paulatino desarrollo. Los
padres habrán de ponerse de acuerdo y mantener unidad de criterios ante los problemas que se
presenten y explicarle claramente las reglas al niño o al adolescente. Además de tener presente
que es más fácil evitar que el comportamiento indeseable comience que el ponerle fin cuando
ya está presente.
Ahora bien, Pauchard (s/f) destaca que el conocimiento de los sistemas binarios
de interacción nos indica que para establecer un orden social sobre bases sólidas es
indispensable el considerar cuatro normas básicas y una cuarta optativa. Ellas son: (a) Respeto
y consideración por el otro, (b) Justicia y equidad, (c) Espíritu de cuerpo, todos para uno y uno
para todos. (d) Proceder mediante acuerdos, que habrá de aplicarse entre adultos y también
con los niños cuando efectivamente estén, conforme a su proceso de desarrollo, en condiciones
de decidir con racionalidad sobre la problemática que corresponda.
El atenerse a estas normas garantiza a los personas una condición de vida satisfactoria y por lo
mismo una disposición a colaborar en cuanto al orden social. Si cualquiera de estas normas es
pasada por alto, automáticamente se abre la posibilidad de que todo el mundo encuentre
preferible el velar por sus propios intereses.
Para alcanzar un orden social satisfactorio para la familia y sustentado en una base sólida se
requiere que los padres logren acuerdos entre ellos respecto a las normas a instaurar. Lo
mismo es necesario, en cuanto a las sanciones que correspondan a las trasgresiones de las
mismas. De otra forma difícilmente se alcanzarán buenos resultados. Y así en cada espacio en
el que los niños y adolescentes se desenvuelvan se acogerán a las situaciones o normativas que
se establezcan, como es el caso del ambiente educativo.
Las faltas y sanciones: una forma de establecer la convivencia escolar
En las instituciones educativas es muy difícil poder evitar actos de indisciplina, siempre hay
momentos donde los estudiantes incumplen las normativas establecidas, incumpliendo así con
sus deberes, establecidos éstos en la Ley Orgánica para la Protección del Niño y Adolescente
(LOPNA 2007), y mencionados en el capítulo anterior.
La indisciplina se ve como una falta de control, es la evidencia de que algo no funciona. En esos
momentos hace falta poner en acción una respuesta educativa, ésta debe ser clara y coherente.
Porque dentro del quehacer educativo lo importante es convertir los actos punitivos en
educativos, aunque al alumno siempre le debe quedar claro que está cumpliendo una sanción.
No debemos considerar la disciplina como el conjunto de sanciones que se utilizan cuando
alguien no cumple una normativa, en este caso, en la escuela; sino enfocarla como el sistema
que nos permite a todos una mejor convivencia dentro del colectivo. Ciertamente deben existir
unas sanciones para aquellos que no siguen las normas, pero éstas no son el objetivo, sino el
deseo, en este caso de todos los miembros de la comunidad educativa, de que la escuela sea un
lugar agradable, de convivencia y por el bienestar de todos, entendiendo que a su vez esto
repercute en la sociedad en general.
La disciplina escolar, como se ha señalado. no implica castigo corporal, en relación a este
aspecto La Ley Aprobatoria de la Convención sobre los Derechos del Niño (1990), hace énfasis
en el reconocimiento del niño como sujeto de derecho, la noción de corpus juris, así como las
obligaciones especiales de protección de la niñez establecidas en el derecho internacional y la
jurisprudencia, así como en criterios respecto de esta práctica establecidos por el Comité de los
Derechos del Niño.
No obstante, la Comisión Interamericana advierte que no existe en el ámbito interamericano
un estándar que defina claramente que es necesario prohibir la práctica del castigo corporal de
niños, niñas y adolescentes, porque es incompatible con el respeto de los derechos humanos.
En la Ley Aprobatoria de la Convención sobre los Derechos del Niño (1990), se establece en el
Artículo 37, literal a, "ningún niño será sometido a tortura ni a otros tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes…"
Los argumentos de la Comisión respecto del escenario que predomina en la mayoría de los
Estados del hemisferio, el cual configura un ámbito de permisibilidad y aceptación legal para la
aplicación de castigos que no son ni excesivos ni inmoderados. La Comisión afirma que en la
actualidad sólo 23 Estados en el mundo prohíben legalmente el castigo corporal en el hogar,
entre ellos sólo se encuentran tres Estados miembros de la Organización de los Estados
Americanos (OEA) que son Uruguay, Venezuela y Costa Rica.
A pesar de que la gran mayoría de países del hemisferio ha ratificado la Convención sobre los
Derechos del Niño, pocos han adecuado plenamente su derecho interno a los estándares que
establece la citada convención.
En este sentido, en algunos países no está prohibido el castigo corporal de los niños y niñas en
el ámbito familiar y educativo, y en otros el castigo corporal sólo está prohibido en los centros
educativos más no en el ámbito familiar; inclusive, en otros países dicha práctica está permitida
en las escuelas.
En la Ley Orgánica de Protección al Niño y Adolescente (2007), en el artículo 57 se establece,
en cuanto a las sanciones, que la disciplina escolar debe estar acorde con los derechos y
garantías de los niños y adolescentes, en consecuencia: (a) Debe establecerse claramente en el
reglamento disciplinario de la escuela, plantel o instituto de educación los hechos que son
susceptibles de sanción, las sanciones aplicables y el procedimiento para imponerlas…(c) antes
de la imposición de cualquier sanción debe garantizarse a todos los niños y adolescentes el
ejercicio de los derechos a opinar y a la defensa y, después de haber sido impuesta, se les debe
garantizar la posibilidad de impugnarla ante la autoridad superior e imparcial. (d) se prohíben
las sanciones corporales, así como las colectivas (e) se prohíben las sanciones por causa
de embarazo de una niña o adolescente.
El mismo artículo indica que, el retiro o expulsión del niño o adolescente de la escuela, plantel
o instituto de educación solo se impondrá por las causas expresamente establecidas en la ley,
mediante el procedimiento administrativo aplicable. Los niños y adolescentes tienen derecho a
ser reinscritos en la escuela, plantel instituto donde reciben educación, salvo durante el tiempo
que hayan sido sancionados con expulsión.
Como se ha señalado, las sanciones varían de acuerdo a la falta cometida. Las faltas son
consideradas como la expresión del incumplimiento de la norma, a la cual acarrea una sanción.
Pueden establecerse dos tipos de faltas, la falta leve y la falta grave. En primera instancia en las
faltas consideradas leves, son aquellos hechos o acciones cometidos por el estudiante cuando
incurre en: ciertas acciones, según lo considerado en la Resolución 669 (1985):
- Contaminar el ambiente de la institución con basura en baños, patio, salón de clases y otros
espacios.
- Rayar o raspar pupitres, mesas, paredes y otras instalaciones del plantel.
- Contaminación sónica: gritería, pitarías, arrastrar pupitres.
- Lanzar taquitos (papeles tiza, borrador) otros que atenten contra el orden y la disciplina.
- Entrar y salir de clase en desorden: corriendo, gritando,, empujando a los compañeros, sin
esperar la orden del docente.
- No formar correctamente a la entrada y salida de clases.
- Irrespetar el acto cívico: No entonar el Himno Nacional, no mantener postura correcta,
conversar, reírse, gritar y masticar chicle.
- Asumir actitudes de soberbia, ira y burla hacia sus compañeros y personal de la institución.
- No acatar las instrucciones dadas para las actividades dentro y fuera de la institución.
- Jugar con material deportivo traído o de la institución, sin autorización.
-Traer a la institución celulares, discman, walkman, mp3 u otros artefactos electrónicos, tales
como: juegos de video, televisor portátil, entre otros y todo aquello que interfiere el libre
desarrollo de la actividad escolar.
- Llegar tarde a la primera hora después de las 7:00 a.m, sin justificación del representante.
- Llegar tarde al aula después de haber cumplido el receso en horas intermedias.
- Presentar retardos continuos.
- Inadecuada presentación del traje escolar: usar el uniforme con chemisse o franela por fuera,
sin corea, muy arrugado, sin insignia, sin medias, pantalón ceñido y bota ancha, zapatos y
trenzas de colores.
- Asistir con combinaciones del traje escolar mono con chemisse y pantalón escolar con franela
de deporte, incluyendo los zapatos.
- Usar el uniforme fuera del horario de clase en lugares públicos, no aptos para menores de
edad.
- Usar Suéter cerrado y de colores diferentes al indicado en el reglamento.
- Apariencia extravagante:- varones: uso de zarcillos, barbas, cabello largo, corte doble capa,
pintado, gel. Hembras: uso de maquillaje, uñas pintadas, cabello pintado, mechas, zarcillos
extravagantes y de colores. Ambos: uso de pircing, tatuaje, pulseras, collar.
- No realizar las actividades correspondientes a las clases.
- No traer los útiles básicos de trabajo a cada clase.
- Inasistencia a cualquier estrategia de evaluación sin justificación.
- No entregar notificaciones, circulares y citaciones al representante.
- Retirarse del aula sin permiso o autorización del docente.
- Permanecer en pasillos y áreas de la institución en horas de clase, sin justificación
LA CONVIVENCIA EN EL ENTORNO ESCOLAR

Virginia María Baca Mateo (CV)


bacamateo@hotmail.com

Resumen

Al adentrarnos en los entornos escolares de Institutos de Educación Secundaria, se hace cada vez
más palpable el gran interés que ha surgido por la mejora de la convivencia escolar, tema que sin
lugar a dudas, es de suma importancia para mejorar el clima en los centros escolares. A lo largo de
los últimos años se han llevado a cabo numerosas actuaciones para mejorar la convivencia en los
centros, así como para intentar conseguir un clima de respecto y tolerancia entre nuestros
alumnos, e inculcarles la resolución pacifica de los conflictos. De esta forma, se podrían enumerar
diferentes legislaciones tanto a nivel estatal como a nivel autonómico; así, entre las mas
importantes, podemos destacar la Ley 27/2005, de 30 de noviembre, de fomento de la educación y
la cultura de la paz, la Ley 9/1999 de 18 de noviembre, de Solidaridad en la Educación, y a nivel
autonómica es importante destacar el Decreto 19/2007 de 23 de enero, por el que se adoptan
medidas para la promoción de la Cultura de Paz y la Mejora de la Connivencia en los Centros
Educativos con fondos públicos, enmarcadas en la Década Internacional para la Cultura de la Paz
(2001-2010) proclamada por las Naciones Unidas. Vemos, pues, que este tema no es solo de
importancia a nivel autonómico y estatal, sino también a nivel internacional. A lo largo de este
artículo los términos de convivencia y conflicto van a ser analizados, así como las causas de la
aparición de posibles conflictos así como algunas directrices para conseguir evitar los mismos.
Parece ser que lo que más intimida de la docencia son los conflictos inherentes a la convivencia en
el centro escolar. Todos nos hacemos las mismas preguntas: ¿Seré capaz de enfrentarme a los
chicos violentos de una clase de secundaria de cuarenta alumnos? ¿Qué herramientas pueden
ayudarme a mantener la disciplina en clase? ¿Qué necesito saber? Este artículo, que está
enfocado a la realidad del aula, quiere ofrecer algunas estrategias para que no nos veamos
desarmados en el peculiar campo de batalla de un aula masificada de secundaria.

Palabras clave: convivencia, conflictos, respeto, alumnos, secundaria.

Desde hace algunos años, muchos son los centros escolares en los se vienen implantando
numerosas actividades que favorecen la convivencia. Antes de nada, seria importante definir que
entendemos por convivencia. Podríamos definir la convivencia, según el Diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española como “la acción de convivir”, definida, asimismo como “vivir en
compañía de otros”. La convivencia y los conflictos van unidos por una línea muy fina, ya que
cuando convivimos con otras personas, surgen conflictos a través de choque de intereses.

¿Qué entendemos por conflicto? Ortega (2001, 10) nos da la siguiente visión del conflicto: “Existe
una demonización del conflicto que los asocia indiscriminadamente a conductas no deseables, a
veces delictivas. Pero el conflicto es también confrontación de ideas, creencias y valores,
opiniones, estilos de vida, pautas de comportamiento, etc. que en unas sociedad democrática que
se rige por el diálogo y la tolerancia, encuentran su espacio y ámbito de expresión”. Podríamos
afirmar, pues, que los conflictos forman parte de nuestra vida diaria, es mas, el conflicto no es algo
ajeno a la convivencia, sino una parte fundamental de la misma, y estos se hacen mas palpables
en la escuela secundaria, donde los alumnos, debido a su inmadurez y a la vitalidad y
espontaneidad que poseen los adolescentes. Según palabras de la profesora, Díaz Aguado, M.J.
(2009), “Por eso, para mejorar la convivencia educativa y prevenir la violencia es preciso enseñar a
resolver conflictos (incluidos los relacionados con procedimientos de disciplina) de forma
constructiva (pensando, dialogando, negociando, a través de la mediación, de la colaboración, […].
La construcción de la democracia desde la escuela, que permitan aplicar esta enseñanza a los
conflictos que se producen en la escuela, que de lo contrario suelen formar parte del origen de la
violencia” La Conserjería de Educación de Andalucía ha tomado buena nota y, desde hace cinco
años, viene desarrollando el Plan Andaluz de Educación para la Cultura de Paz y No violencia,
como consecuencia de la aprobación del Decreto 19/2007, de 23 de enero, por el que se adoptan
medidas para la promoción de la Cultura de Paz y la mejora de la convivencia en los centros
educativos sostenidos con fondos públicos. Podríamos destacar como sus principios orientadores
los siguientes: promover la paz como acción colectiva e individual, saber convivir con los conflictos
y proponer soluciones creativas y pacíficas a los mismos, y detener, disminuir y prevenir las
manifestaciones de la violencia. Estos principios son los que fundamentan el proyecto, que ahora
es tan conocido como “Escuela, espacio de paz“. Estas “Escuelas, espacio de paz”, podrían ser
definidas como aquellas en las que se viene desarrollando un proyecto integral que tiene como
principal objetivo el desarrollar a los alumnos desde un enfoque de Educación para la Cultura de
Paz. Estas escuelas, implican en sus procesos participativos a toda la comunidad educativa, es
decir, padres, madres, profesores y alumnos, en los que con la unión de todos ellos se constituye
una comunidad de aprendizaje donde se aplican estrategias para la mejora de la convivencia, así
como la prevención y el aprendizaje a través de la resolución pacifica de conflictos.

La pregunta que nos hacemos ahora es: ¿vamos a ser, nosotros como profesores de Educación
Secundaria, capaces de lidiar con estos conflictos? Por supuesto que sí que seremos capaces de
hacer frente a los conflictos de un aula, pero antes debemos tener algunas ideas claras y
reflexionar acerca de la noción de disciplina.

En primer lugar, debemos cambiar la concepción que tenemos de los conflictos. Como
anteriormente se ha señalado en este artículo, los conflictos no son problemas, al contrario,
suponen oportunidades magníficas para analizar la socialización de los sujetos que conforman
toda la comunidad educativa: alumnos, profesores, padres. En estos procesos de socialización,
cada uno de los sujetos asume un rol distinto y es la adopción de un determinado rol lo que permite
al alumno moldear su identidad y relacionarse con los otros roles de la comunidad. Lo que sucede
con los estudiantes conflictivos es que han asumido un rol que les aleja del centro educativo. ¿Es
posible transformar ese desafecto en compromiso? Sí, pero sólo es posible si el alumno conflictivo
asume otro rol dentro de la comunidad educativa, lo que implica que moldee su identidad (la
adolescencia sirve, entre otras cosas, para eso).

El conflicto es una herramienta para generar el consenso del grupo y asegurar la complicidad entre
formadores y jóvenes. Es necesario y productivo conceder a los estudiantes protagonismo en la
resolución de los conflictos. Solo así podremos elevar el grado de implicación del grupo en nuestro
programa educativo y, consecuentemente, asentar normas compartidas. No aportamos nada
nuevo cuando aseguramos que el peso de pertenecer al grupo puede más que el deseo de
desafiar a la institución. Nada nos duele tanto —ni es tan efectivo— como el rechazo del grupo o
de una persona a la que realmente apreciamos. Todos nos hemos sentido terriblemente mal
cuando hemos defraudado a una persona que confía en nosotros. Por eso es importantísimo crear
vínculos entre el alumno y el profesor y entre el centro educativo y la familia. Si facilitamos la
implicación de todos los agentes crearemos expectativas que tienen que ver con cuestiones de
orden social y moral. Hemos de ir más allá de la mera compensación académica. Esa es la
respuesta a las situaciones conflictivas.

Podríamos analizar donde empieza a fallar el sistema y cuando es cuando los alumnos empiezan a
desobedecer a los profesores; para esto seria interesente retroceder en el tiempo y preguntarnos a
nosotros mismo, en que ocasiones, o que circunstancias eran las que nos alentaban o hacían que
desobedeciéramos a nuestros padres o profesores en el instituto; seguro que todos piensan lo
mismo: cuando nos obligaban a hacer algo. Así, deducimos que la imposición de un sistema de
normas rutinarias, autoritarias y memorísticas es contraproducente, y la aplicación del castigo
mondo y lirondo totalmente insuficiente. Si nos valemos de este método con cuya ineficacia
estamos todos familiarizados no solo habremos fracasado en nuestro objetivo de mantener la
disciplina en clase, sino que la rebeldía de nuestros alumnos se intensificará. En cambio, si
optamos por un sistema reglamentario que no sea rutinario, autoritario y memorístico sino
espontáneo, consensuado y flexible será más fácil para los alumnos interiorizar las normas y para
los docentes controlar el aula. Por tanto, según uno de los consejos que a nosotros como docentes
nos propone las normas de Convivencia, elaboradas por las Conserjería de Educación de la Junta
de Andalucía, y que debemos de tener muy en cuenta es: “Las normas, en vez de enumerar
prohibiciones, deben recoger lo que hay que hacer. A veces no es fácil reformularlas en positivo,
pero conviene hacer este esfuerzo”. Es muy importante tener en cuenta como vamos a abordar la
descripción de una norma, ya que, como hemos señalado antes, nosotros las personas, y
especialmente los adolescentes, actuamos de una manera u otra depende de cómo se nos
formulen las peticiones, prohibiciones o normas.

A veces, los conflictos llegan a más, sobre todo cuando nos encontramos con alumnos violentos,
¿Cómo debemos de afrontar, superar y conseguir resolver estos conflictos? Nos podemos
encontrar en nuestro camino como educadores con alumnos violentos, que no respetan ni a sus
compañeros ni a sus profesores, en definitiva, no respetan ninguna autoridad, llegando a la
agresión en algunos casos. Al mismo tiempo carece de motivación alguna para aprender y acudir
al instituto.

En primer lugar, debemos analizar de donde puede provenir la actitud de este alumno. Esta actitud
violenta, por desgracia cada vez más frecuente en los institutos españoles, podría deberse a
diferentes factores:

Primeramente, analizamos el factor familiar: existen multitud de alumnos que llegan a los institutos
con la carga de los problemas que poseen en sus hogares. Las bases familiares cada día son más
frágiles y se encuentran hoy en día con numerosos problemas tales como agresiones, paro o la
disolución familiar, por nombrar algunos. Entre los resultados en sondeos elaborados en varios
institutos en la provincia de Málaga, el mayor temor de los alumnos, se encuentra el miedo al
abandono. Además no podemos olvidar que la familia es un modelo de comportamiento que los
alumnos imitan, aprenden a ser iguales que ellos. Si los padres tienen conductas agresivas o
piensan y hablan en forma violenta, para un hijo, lo que hacen los padres es lo que está bien
aunque éstos sean delincuentes. Por tanto, lo que aprende ese niño es a no respetar a las
autoridades, porque los valores se transmiten con los hechos no con las palabras.

Por otra parte, podríamos destacar entre los factores que hacen que algunos de nuestros alumnos
sean violentos, la falta de valores integrados en la personalidad del alumno provoca que su estado
de angustia y desesperación lo canalice a través de la agresividad, sólo unos pocos pueden
defenderse con mecanismos adecuados, esto, como hemos mencionado anteriormente se acentúa
en la pubertad y la adolescencia, edades que como sabemos, son muy difíciles de afrontar para
muchos de nuestros alumnos.

Además también encontramos la publicidad que recibe la violencia por parte de películas,
videojuegos, etc. Los alumnos, empiezan a considerar la violencia como algo normal. Además, el
problema básico es la dificultad de estos chicos violentos, para establecer vínculos normales,
porque muchas veces las agresiones son la única forma que tienen de comunicarse. Es muy
importante, que nosotros, los docentes, enseñemos a hacer a nuestros alumnos a saber respetar a
los demás, sus ideas, pensamientos, así como enseñemos a expresarse de una manera que
aprendan a resolver conflictos de una manera pacifica.
Para finalizar, vamos a realizar una seria de estrategias para nosotros, como docentes, aplicar en
nuestras aulas para conseguir reducir la violencia en nuestros centros escolares, ya que hoy en
día, muchos docentes y centros escolares se enfrentan a la problemática de la indisciplina por
parte de sus alumnos

En primer lugar debemos establecer y mantener un contacto más personal con los familiares y con
los propios alumnos, tratar de conocer sus problemas y de mejorar las condiciones de los alumnos.
Sabemos que los alumnos no sólo aprenden de sus profesores sino que también se identifican con
ellos, por eso las clases representan una gran oportunidad para que vean nuevos modelos a
seguir. Es decir, como se dice al principio de este artículo, debemos de implicar a todo el conjunto
de la comunidad educativa, ya sean padres, madres, como alumnos y todo el equipo educativo del
instituto.

Es muy importante incentivar la práctica de deporte y organizar competiciones con otros institutos
para fomentar el hábito de la participación en equipo, elevando la autoestima del grupo y
fortaleciendo su sentimiento de pertenencia. No olvidemos que los alumnos, mas en las edad
adolescente, necesitan de la identificación de pertenencia a un grupo. “Sin conciencia de grupo, sin
considerar que quines nos rodean tienen los mismos derechos que nosotros, las normas de
convivencia son mas una imposición que un valor social” (Acosta Mesas, A (2007)).

Dentro de la enseñanza deberíamos utilizar el refuerzo positivo, ya que todos hacemos lo que nos
proporciona placer y evitamos las que nos producen dolor. Igualmente, es frecuente que nuestra
realización personal vaya unida a un reconocimiento de quienes nos rodean respecto a nuestro
esfuerzo. Según el investigador de psicología en educación, Thorndike, la recompensa fortalece
las conexiones estímulo—respuesta y el castigo no las debilita directamente. El castigo es un
método poco valioso para el control de la conducta, ya que produce efectos sólo temporales y
efectos emocionales que pueden resultar indeseables, además de que el alumno siga haciendo la
mala acción a escondidas para evitar el castigo. Según el Cuaderno de Convivencia que nos
ofrece la Junta de Andalucía: “Si se decide utilizar el castigo como corrección, debemos intentar
usarlo con la máxima eficacia, junto a otras estrategias educativas que ilustren en positivo lo que
debe hacerse e intentado reconducir su coste sentimental. El castigo tiene como objetivo disminuir
la frecuencia de un comportamiento inadecuado, pero no es una guía positiva de lo que debe
hacerse. […], por tanto, hay que complementarlo con otras estrategias que ilustren y hagan
explicito el comportamiento deseable”. Por tanto, se debería cambiar el castigo por penitencias
leves, como pueden ser la supresión temporal de algún beneficio u objeto placentero, de manera
que sirva de advertencia frente a una conducta indeseable que puede haber provocado conflicto o
daño. Pero lo que resulta muy importante y necesario para los alumnos es, que además de
corregirles sus conductas, reciban mucho reconocimiento por sus logros.

BIBLIOGRAFIA

- Acosta Mesas, A. (2007). “Normas de Convivencia”. Sevilla: Conserjería de Educación. Junta de


Andalucía.

- Díaz Aguado, M.J. (2009). “Convivencia Escolar y Prevención de la Violencia”. Madrid:


Universidad Complutense.

- Ortega, P.(2001). Presentación. En Ortega, P. (coord) Conflicto, violencia y Educación. Actas del
XX Seminario Interuniversitario de Teoría de la Educación. Murcia. Cajamurcia.

- Lozano Andrade, J.I.(2007) “La disciplina en la escuela secundaria. Significados de alumnos en


riesgo de exclusión”. Actualidades Investigativas en Educación. Costa Rica, 2007 [en línea]
http://revista.inie.ucr.ac.cr/articulos/3—2007/archivos/disciplina.pdf
 NOTICIAS
 ARTÍCULOS
 ENTREVISTAS
 TEMAS
 DOCUMENTOS
 DATOS

VENEZUELA: LA ESCUELA COMO


REFERENTE DE CONVIVENCIA
junio 15, 2017NoticiasAmérica del Sur, Noticia, Venezuela
Venezuela/Junio de 2017/Fuente: MPPE

Semana de reflexión por la convivencia y contra la promoción del odio y la


violencia
“la escuela no puede ser reflejo de la sociedad que tenemos, la escuela
debe ser reflejo de la sociedad que queremos”. Maestro Luís Beltrán
Prieto Figueroa

Seguramente al leer esta frase de nuestro maestro Prieto, cada quien se


paseará por la sociedad que tiene y la que quiere, y seguramente unas
personas soñarán en una sociedad y otras en otra Habrá coincidencias y
habrá diferencias.

La escuela es un espacio colectivo. Convergen y concurren en ella


personas de diversas culturas, religiones, costumbres y valores, distintos
rasgos físicos, personalidades y comportamientos totalmente distintos.
POR ESO LA IMPORTANCIA DE APRENDER A CONVIVIR. Para
aprender a convivir con tanta diversidad, es fundamental VALORAR,
RESPETAR Y RECONOCER LA DIVERSIDAD Y LAS DIFERENCIAS.
Nadie escoge con quien trabaja o estudia en una escuela. Pero ahí están,
juntos y juntas, todos los días. Por ejemplo, un niño católico y un niño
evangélico en el mismo salón. El católico cree que su religión es la mejor y
el evangélico cree que la suya es la mejor. La escuela deberá ser el
espacio para que, por ejemplo, el niño católico aprenda a respetar la
religión evangélica, sin burlarse o descalificarla y el niño evangélico
respete la decisión de una familia a ser católica, sin cuestionarla. Y es así
con todas las diferencias: el joven andino con el joven oriental, la
muchacha del barrio con la muchacha de una urbanización, un hijo de
europeo compartiendo con un afrovenezolano, la niña ciega con la mniña
que ve. PARA ESO ES LA ESCUELA. El maestro Prieto insistía en la
obligatoriedad de la educación para todos y para todas como un acto
colectivo y deber indeclinable del Estado para garantizarla, porque lo que
un hogar no hace, lo debe hacer la escuela, el daño que, por ejemplo, una
mala comunidad pudiese hacer, lo debe poder corregir la escuela y lo que
se hace en la escuela debe poder cambiar a esa comunidad. Por ejemplo,
el hijo blanco de un racista debe aprender a convivir con personas con
otro color de piel, ¿Dónde?, en la escuela; el hijo de un chavista
discutiendo abierta, francamente y sin odio, con la hija de una persona que
se opone al chavismo, ¿Dónde?, en la escuela. ES SU DEBER. Es
necesario enfatizar en EL DEBER

INDECLINABLE que tiene el Estado en la formación integral de sus


ciudadanos y ciudadanas (Art. 102, CRBV). LAS ESCUELAS SUS
DOCENTES SON ESTADO. La escuela como espacio de tregua y de
encuentro. Ahí es donde los educadores y las educadoras, sean docentes
de aula, coordinadores, coordinadoras directores o directoras NO
PUEDEN ROMPER ESTE CÓDIGO ÉTICO. Los niños, las niñas,
adolescentes y jóvenes como prioridad absoluta e interés superior para la
toma de decisiones y para las acciones, no pueden ser vulnerados o
vulneradas en sus derechos, EN SU DERECHO A VIVIR EN UNA
ESCUELA DONDE SE LE ENSEÑE, SE LE CUIDE, SE LE PROTEJA, SE
LE RESPETE, SE LE AME Y SE LE RECONOZCA. Cada maestro y cada
maestra debe estar consciente de su papel EQUILIBRADOR DE
DIFERENCIAS Y FORMADOR EN, POR Y PARA LA CONVIVENCIA. Por
ejemplo, una niña de un colegio de monjas (de solamente niñas), llama a
su mamá, que es chavista, con mucha angustia porque las profesoras las
van a sacar a la avenida a protestar contra el gobierno, le dice la niña a su
mamá “yo voy porque mi profesora va y me da miedo que la agarre
conmigo si no voy”. Los profesores y las profesoras saben que pueden
tener ese poder, en la política, en la cultura, en la religión, en las
creencias, PERO TAMBIÉN SABEN QUE NO LO DEBEN HACER, ES UN
CÓDIGO DE ÉTICA BÁSICO QUE TODO DOCENTE DEBE ASUMIR.
¿Una directora en una institución educativa privada que pone a los y las
estudiantes a cantar el himno sentados y con la bandera al revés, no está
quebrantando toda la ética y la moral educativa?. Por eso, todo el personal
directivo, docente, administrativo y obrero de una institución educativa en
todos sus niveles y modalidades, tanto públicas como de gestión privada,
NO PUEDEN PERDER LAPERSPECTIVA DE SU PAPEL EDUCATIVO,
SOCIAL Y CULTURAL PARA ENSEÑAR A VIVIR EN PAZ Y EN
CONVIVENCIA, sobre todo en una patria que es de hecho, de derecho y
de justicia, democrática, multiétnica y pluricultural. ES
BIOSOCIODIVERSA.

Por otro lado, ¿Qué le permite a una sociedad en cualquier parte del
mundo, encontrarse a pesar de sus diferencias?, SU CONSTITUCIÓN. El
artículo 20 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(CRBV) establece que “toda persona tiene derecho al libre
desenvolvimiento de su personalidad, sin más limitaciones de las que se
derivan del derecho de las demás y del orden público y social”. Es un
ordenamiento jurídico equilibrador de posturas, lógicas, valores, creencias,
culturas, pensamientos, métodos y comportamientos distintos. El derecho
a la manifestación pacífica está en nuestra constitución, pero preguntamos
entonces, ¿Es constitucional llenar a una persona de gasolina y prenderle
fuego con un yesquero?, ¿Es constitucional lanzar piedras y bombas
molotov a una escuela con niños y niñas en susactividades escolares?,
¿Es pacífico sacar mesas sillas de un liceo, romperlas y usarlas para
trancar el libre tránsito o destruir completamente un maternal?, ¿Es
constitucional impedir el goce y ejercicio del derecho humano a la
educación haciendo barricadas impidiendo el libre tránsito para que niños
y niñas no puedan asistir a sus escuelas?. La respuesta a cada
interrogante nos lleva a la evidencia de que los hechos que hemos estado
viviendo en estos meses han roto inescrupulosamente e intencionalmente
este precepto de equilibrio y respeto y ha colocado A UNA MAYORÍA DE
CIUDADANOS Y CIUDADANAS EN SITUACIÓN DE INDEFENSIÓN.
Es en este momento en que se crece la escuela como espacio de
encuentro, de reconciliación, de tolerancia, de comprensión, de estudio de
lo que verdaderamente está pasando. Cuando el ministro del poder
popular para la educación, Elías Jaua, afirma “LA ESCUELA ES
SAGRADA”, no es para aislarla o que se desconozca lo que estamos
viviendo, sino que al contrario, es en la escuela donde podemos mirarnos
cara a cara, desde lo humano, sin intolerancia, con comprensión de
nuestras diferencias, sin discriminaciones ni agresiones. Es el espacio
hermoso para comunicarnos como seres humanos sin acudir a la
incitación al odio y a la violencia. Por eso se hace necesario que leamos y
discutamos la importancia de cumplir con el artículo 10 de la Ley Orgánica
de Educación: “Se prohíbe en todas las instituciones y centros educativos
del país, la publicación y divulgación de programas, mensajes, publicidad,
propaganda y promociones de cualquier índole, a través de medios
impresos, audiovisuales u otros que inciten al odio, la violencia, la
inseguridad, la intolerancia, la deformación del lenguaje; que atenten
contra los valores, la paz, la moral, la ética, las buenas costumbres, la
salud, la convivencia humana. Prohibida toda actividad que promueva el
terror, las discriminaciones de cualquier tipo, el deterioro del medio
ambiente y el menoscabo de los principios democráticos, de soberanía
nacional e identidad nacional, regional y local”. Ya es ilegal que todo esto
se incite en las calles, en comunidades, pero es más ilegal aún que se
haga en las escuelas. LAS ESCUELAS DEBEN SER REFERENTES DE
LA EDUCACIÓN EN, POR Y PARA LA PAZ. DEBEN HACER LA
DIFERENCIA, para crear desde nuestras instituciones educativas,
ciudadanía, cultura de convivencia, solidaridad, bien común y compromiso
social; respeto a la vida y al ambiente; amor y estima a sí mismos, a sí
mismas y a los y las demás; valoración y disfrute por la vida y por el
aprendizaje; respeto al trabajo en colectivo, al ejercicio de una
comunicación permanente y promover un clima escolar caracterizado por
la convivencia y la paz. DESDE LA PEDAGOGÍA DEL AMOR, EL
EJEMPLO Y LA CURIOSIDAD, la escuela se convierte en el espacio
sagrado que emane hacia la sociedad un mundo mejor donde vivir.

Orlando Figuera fue un joven humilde y afrovenezolano que se incorporó a


una manifestación contra el gobierno, al verlo, la gente presente dijo que
era chavista, lo golpearon, lo apuñalaron, lo rociaron con gasolina, y otro
joven, encapuchado, probablemente de su misma edad, le prendió fuego
con el uso de un yesquero. Orlando Figuera falleció luego de sufrir por
muchos días todas las heridas y quemaduras. ¿Cuál fue su delito?, ¿ser
negro?, ¿ser pobre?, ¿ser chavista?. ¿Cuánto odio y cuánta sed de
violencia puede acumularse en un grupo de personas para que desee
quemar a un hombre vivo sin ningún tipo de compasión?. ESO NO
SOMOS LOS VENEZOLANOS Y LAS VENEZOLANAS. ESO ES UNA
ESPECIE DE ENAJENACIÓN (ajeno a sí mismo), PRODUCTO DE UNA
GUERRA MEDIÁTICA. Nuestros abuelos y abuelas nos enseñaron “donde
comen dos comen tres”, nuestros abuelos y abuelas nos enseñaron
“échele agua al sancocho que llegó visita”, nuestros abuelos y abuelas nos
enseñaron a atender al enfermo y asistir al desamparado. ESO SÍ
SOMOS. En paz o en tiempos de guerra económica, política, mediática y
guerra psicológica, eso somos. No podemos permitir que nos quiten
nuestra naturaleza solidaria y de convivencia heredada de nuestros
pueblos indígenas, afrovenezolanos y campesinos en general. Simón
Rodríguez decía “si todos pensamos en todos, no faltará quien piense en
mí”.

Al principio señalábamos acerca de la sociedad que tenemos y la que


queremos y que probablemente toda la población no coincidía en la que
se quiere. Por eso es tan importante seguir los principios y preceptos de la
constitución que es la que nos encuentra como nación. Hay gente, por
ejemplo, volteando la bandera al revés y usando la bandera de siete
estrellas como símbolo de que añora el país que teníamos antes de 1999.
Por otro lado, una indígena Pumé que en la década de los noventa no fue
atendida en el hospital porque “indio no es gente”, seguramente tiene
miedo a que ese país vuelva otra vez, esta Pumé no quiere cambios sino
que continúe la inclusión que ella está viviendo, o la madre que mendigó
un cupo para su hijo en un liceo y se lo negaron por no tener la plata para
la inscripción, espera que ese país no vuelva nunca jamás, ya que hoy
constitucionalmente, la educación es un derecho humano. ESO ES LO
QUE DEBE REFLEXIONARSE EN NUESTRAS ESCUELAS. DE QUÉ SE
TRATA LA REFUNDACIÓN DE LA REPÚBLICA QUE EL PUEBLO
VENEZOLANO DECIDIÓ COMO FÍN SUPREMO EN 1999. Un pueblo
visibilizado e incluido en el goce y ejercicio de sus derechos, en igualdad
en condiciones y oportunidades y en la construcción de una verdadera
justicia social, es un pueblo que lucha por lo conquistado, por la soberanía
y la independencia.

En el marco de los hechos de agresión, violencia, manipulación, zozobra,


angustias que se han generado en el país, la escuela debe ser el espacio
para el encuentro tanto de coincidencias como de diferencias. En el
ámbito educativo hemos vivido focos de destrucción de instituciones
educativas, incendios, saqueos, intimidación, incitación al odio e irrespeto
y desconocimiento de nuestros símbolos patrios. Hechos violentos en los
que han arremetido contra zonas e instituciones educativas, sedes de las
misiones Robinson, Ribas y centros del INCES, el inaceptable desprecio e
irrespeto a nuestro pabellón, símbolo de nuestra identidad y gesta
libertaria, contraviniendo los principios y valores constitucionales, éticos y
morales en perjuicio de la integridad física y emocional de las niñas, los
niños, adolescentes y jóvenes, violentandotodos los preceptos
establecidos al respecto en la CRBV, la Ley Orgánica de Educación (LOE)
y la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes
(LOPNNA)

ESTREMEZCAMOS ENTONCES CON ESTAS REFLEXIONES A


TIEMPO. Si nos importan de verdad todos los hijos y todas las hijas de
esta patria, sin importar región, clase social, color de la piel, culturas,
religiones, con discapacidades o sin ellas. Abramos este espacio genuino.
EL MAESTRO Y LA MAESTRA SON PUEBLO. Como pueblo decidimos
un día ser profesionales de la educación, como tales, no podemos permitir
que toda la guerra mediática nos saque de nuestra perspectiva y nuestro
deber como garantes de los fines de la educación y de la formación
integral de nuestros niños, nuestras niñas, adolescentes y jóvenes como
ciudadanos y ciudadanas que aprendan desde el seno de sus escuelas a
vivir en paz y en convivencia.

Vamos a un PROCESO CONSTITUYENTE, es genuino y necesario para


seguir en el camino derefundación desde LA PIONERA CONSTITUCIÓN
DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA DE 1999, para
CONSTITUCIONALIZAR LO QUE HAYA QUE CONSTITUCIONALIZAR,
hacia la consolidación de un verdadero Estado de derecho y de justicia,
hacia la profundización de la democracia participativa y protagónica en
todos los ámbitos de la vida humana, político, social, cultural, económico y
ambiental y en el derecho humano a la Educación pública y gratuita,
garantía de la formación de nuestro pueblo para los retos de la patria.
Continuar profundizando y perfeccionando nuestra carta magna, no con
meras enmiendas o reformas, sino recoger de estos 18 años de práctica y
experiencias en logros yavances, pero también en dificultades y
obstáculos legales, hacia la MAYOR SUMA DE FELICIDAD POSIBLE
PARA NUESTRO PUEBLO. Sea la escuela un espacio que propicie que
los ciudadanos y las ciudadanas se reencuentren en esta perspectiva de
renovación. Los adultos y las adultas de nuestras escuelas no pueden
permitir que éstas se conviertan en espacios de egoísmo, indiferencia,
intolerancia, individualismo, de pugnas personales, de desidia y estropicio,
del “sálvese quien pueda”, de violencia verbal y física, de indolencia y
discriminación, sino que, al contrario, la escuela emane hacia la sociedad
alternativas societarias de convivencia en familia y en comunidad.
Cada párrafo de estas reflexiones sirven para la conversación, el debate,
las reflexiones, conclusiones, acuerdos y compromisos para ser cada día
mejores escuelas en, por y para la inclusión. Sirva esta lectura para el
sábado pedagógico, para tomar dos horas diarias entre docentes, con el
personal obrero y administrativo, en el aula, cada docente con sus
estudiantes de orientación y convivencia, con los consejos educativos.
Aun enfrentando una guerra económica, política, mediática y psicológica,
nuestros niños, nuestras niñas, adolescentes y jóvenes están estudiando y
merecen una escuela donde puedan desarrollar todo su potencial creador
y productivo y aprendan a ejercer su derecho al libre desenvolvimiento de
su personalidad sin más limitaciones que el respeto al de los y las demás.

ESA ES LA CONVIVENCIA. Y ESE ES EL TRABAJO DE LA


ESCUELA.UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, SI JUNTAS Y JUNTOS LO
HACEMOS POSIBLE

Fuente: http://me.gob.ve/index.php/noticias/83-noticias-2027/mayo-2/2985-
la-escuela-como-referente-de-convivencia
Pedagogía y convivencia escolar para
la paz
NURISNARDA LAMAS // 9 FEB, 2017 // ~ 15 MINUTOS DE LECTURA.

Título original: La pedagogía centrada en la cultura de


convivencia escolar para la paz

Resumen

Las instituciones educativas deben ser concebidas como un


sistema social, generadoras de cambios en los cuales se realizan
procesos de socialización y de formación pedagógica
propiciadores de la construcción social, ante lo cual se ha de
canalizar la consecución de una escuela participativa e
interactiva, comprometida con el mejoramiento del sistema de
relaciones de los implicados en el ejercicio constante de ser,
hacer, pensar, conocer y convivir en la sociedad. Por
consiguiente, la educación tiene una connotación sustancial en el
modelo de valores éticos, morales y emocionales. Este artículo
derivado de una investigación fenomenológica apoyada en la
hermenéutica, cuya intencionalidad fue construir una
aproximación teórica acerca del pensamiento y la acción
mediadora del docente de Educación Primaria centrada en la
cultura de convivencia escolar. Reconoce los fines y propósitos
de la educación, conforme a los principios y valores de la
Constitución de la República Bolivariana transferidas a los
escenarios contextuales del subsistema de educación básica nivel
educación primaria, en ese despliegue de elementos
significantes, que permiten reflexionar entre todos, acerca de la
pedagogía centrada en la cultura de convivencia escolar para la
paz ciudadana. La información se buscó en el escenario empírico
de cuatro escuelas primarias, ubicadas en la Parroquia Sucre del
municipio Libertador, Distrito Capital, de la República Bolivariana
de Venezuela, a través de la entrevista a profundidad,
considerada en cinco actores sociales hasta alcanzar el proceso
de la saturación. Este material transcrito, fue sometido a los
procesos de categorización, codificación y triangulación. Para
efectos de este artículo, sólo se ajustaron a los hallazgos de este
último, en torno a las categorías abiertas: convivencia escolar,
mediación docente, pensamiento y acción docente.

Palabras clave: Pedagogía, convivencia escolar, paz ciudadana,


mediación docente.

Summary

Educational institutions must be conceived as a social system,


generating changes in which socialization processes and
pedagogical training are carried out, conducive to social
construction, to which the achievement of a participatory and
interactive school committed to The improvement of the system of
relations of those involved in the constant exercise of being,
doing, thinking, knowing and living in society. Consequently,
education has a substantial connotation in the model of ethical
and moral values. This article derived from a phenomenological
research supported by hermeneutics, whose intentionality was to
construct a theoretical approximation about the thought and
mediating action of the Primary Education teacher centered on the
culture of school coexistence. It recognizes the aims and
purposes of education, in accordance with the principles and
values of the Constitution of the Bolivarian Republic transferred to
the contexts of the subsystem of basic education at primary level,
in that display of significant elements that allow reflection among
all, about Of pedagogy centered on the culture of school
coexistence for citizen peace. The information was sought in the
empirical scenario of four primary schools, located in the Sucre
Parish of Libertador municipality, Capital District, of the Bolivarian
Republic of Venezuela, through the in-depth interview, considered
in five social actors until reaching the process of The saturation.
This transcribed material was subjected to the processes of
categorization, coding and triangulation. For the purposes of this
article, they only fit the findings of the latter, around the open
categories: school coexistence, teacher mediation, thought and
teaching action.

Keywords: Pedagogy, school coexistence, citizen peace, teacher


mediation.

Introducción
La cultura de la paz y la convivencia constituye un elemento
dinamizador de la realidad interactiva que se apoya en la escuela
el cual constituye el espacio geográfico y social de formación de
ciudadanía y de participación comunitaria donde se asume la
actividad educativa.

En síntesis, este lugar tiene innumerables y complejas


interacciones. Ella debería contribuir con la socialización,
adaptación de las personas a la paz y la convivencia escolar
pacífica, y al proceso de reflexión y acción. Pero, en muchos
casos se desarrollan situaciones que generan intimidación, malos
tratos, intimidación, abusos y agresiones psicológicas (Pérez, E.,
2004)

Bajo este contexto, el escenario educativo debe promover un


sistema de interacciones sinérgicas que posibilite la promoción de
valores de tolerancia, justicia, solidaridad, respeto a los derechos
humanos y la no discriminación cónsonos al desarrollo de una
pedagogía que se despliegue en el ámbito de las relaciones
humanas construidas sobre la plataforma de la cooperación y
participación en función de aprehender la pluralidad de
pensamientos de los otros en un mundo de símbolos y
significantes comunicativos para alcanzar la cultura en paz y la
convivencia ciudadana.

Por consiguiente, la educación, tiene una connotación sustancial


conforme a los principios de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, en el deber de todos, en tanto se
contribuya la pedagogía centrada en la paz y la convivencia
desde la perspectiva de los valores éticos, morales y
emocionales; con profunda conciencia de identidad local,
regional, con una visión indígena, afrodescendiente,
latinoamericana, caribeña y universal.

El proceso educativo, en una sociedad democrática, norma el


comportamiento y la formación de ciudadanía, basada en la
honestidad, el respeto, responsabilidad, solidaridad, amor y
tolerancia. Asimismo, la educación regula y promociona el respeto
a los derechos humanos en un ámbito ideal para asumir
destrezas y herramientas intelectivas en la resolución de los
conflictos emergentes a través de caminos de mediación que
envuelven al ser humano en sus necesidades de comunicación
con los demás, en la dinámica del sistema de relaciones
psicosociales.

Esta posibilidad es propicia para enriquecer el conocimiento


fundamentado en la participación protagónica y fortalecimiento del
Poder Popular en las circunstancias derivadas de la conexión con
la escuela como espacio de formación de ciudadanía y de
participación comunitaria con los hechos sociales que le
circundan al ejercer carácter intersubjetivo focalizan una nueva
cultura de convivencia en su influencia transformativa desde
adentro, para la reconstrucción de paz y ciudadanía en la
convivencia escolar al enfocar las dimensionalidades de
formación del ser humano en el sentido integral, e incluso, para ir
incorporando a la familia en una extensión multisémica de sus
significados de cercanía con los otros.

Dado estas consideraciones, este artículo derivado de una


investigación de tipo fenomenológica apoyada en la
hermenéutica, cuyo propósito orientador fue construir una
aproximación teórica acerca del pensamiento y la acción
mediadora del docente de Educación Primaria centrada en la
cultura de convivencia escolar, ajustada a los términos
mencionados por los actores sociales que aportaron la
información al significar los hechos inherentes a la temática sobre
la posibilidad de fortalecer el marco distintivo de la cultura de
convivencia escolar.

Sustrato teórico
La convivencia en la prevención de la violencia escolar

Los procesos de transformaciones políticas, culturales,


económicas y educativas, que se plantean en el ámbito local,
regional, nacional, indígena, afrodescendiente, latinoamericana,
caribeña y universal de interactuación social, hacia la búsqueda
iluminativa constante de vivencias que cobran fuerza en el
sendero de la pedagogía centrada en la paz y convivencia
ciudadana, sostienen el trasfondo entendido de una educación
posible, que eleve el sentido de la formación en valores, al
resaltar actitudes y conductas de ciudadanía, para reconocernos
como personas que requieren interactuar en la dinámica de
relaciones efectivas y afectivas con los demás, lo cual se
considera un núcleo fundamental que activa la convivencia
escolar como valor íntegro y concomitante de la sociedad.

En este sentido, desde la antigua Grecia la construcción de la


felicidad se consideraba inherente al ser, como un individuo de
paz y afectividad, por ello; estos valores son derechos humanos
básicos, los cuales deben estar orientados hacia una política
educativa integradora que responda a la proximidad de un clima
de convivencia, como aspecto fundamental de la condición
humana basada en la búsqueda de relaciones sensibles con
predominancia de la tolerancia, respeto, compañerismo,
honestidad, solidaridad, diálogo y justicia.

De hecho, el horizonte que apunta hacia la brújula orientadora de


las interpretaciones mencionadas, dominan la condición de un
individuo formado como un ser de convivencia, tal como indica
Yegres Mago (2004), en cuanto a que la “naturaleza humana es
el convivir con la coexistencia en tanto podemos entrar en diálogo
y colaboración con los demás” (p. 24).

Formar parte de una sociedad implica no sólo el reconocimiento y


respeto a las normas sobre las cuales se sustenta el orden social,
sino la plena disposición a la convivencia que comprende el
cumplimiento de deberes y el ejercicio de los derechos humanos
así como el arraigo de principios éticos y morales, que determinan
la formación de un ciudadano solidario, que responde a un clima
de convivencia pacífica basado en las relaciones de paz.

Es de hacer notar, que la educación ha de fomentar los valores


de convivencia y la cultura de paz al atender la prioridad del
desarrollo integral del hombre y dar cabida a un sentimiento de
bienestar y calidad de vida de todos los miembros de la
comunidad educativa.

Bajo esta concepción, la representatividad de las actividades


educativas deben estar sustentadas en el alcance de esta
interrelación que se focaliza desde adentro, en torno a la realidad
que comparten los docentes, estudiantes, personal directivo,
trabajadores administrativos y administrativas, padres, madres,
representantes, responsables, obreros y obreras de las
instituciones y centros educativos, que adicionan todos estos
elementos axiológicos en la prosperidad de interrelaciones
efectivas como parte de la construcción colectiva de la
convivencia.

Esas implicaciones dan a entender que se ha de asumir de


manera cotidiana, las condiciones educativas inherentes a la
sociabilidad, en tanto se admita el hecho de pensar distinto, tener
creencias e intereses multifocales, lo cual es algo común entre
personas que conviven.

Tal como destaca Vinyamata Camp (2012), la principal


característica de la condición humana es la pluralidad, en tanto
sea un hecho que se le otorgue importancia al significado de ser
iguales y diferencias.

"Si no fuéramos iguales no podríamos entendernos. Si no


fuéramos diferentes no habría nada que comunicar, no serían
posibles el discurso ni la acción" (p. 23).

En palabras del autor, la acción consiste en tomar la iniciativa,


comenzar, conducir, gobernar, poner algo en movimiento, a fin
que cada ser humano como agente de cambio revele lo que hace
y en lo que dice cuando las personas se mantengan en
interrelación. Si este puente de contigüidad se rompe, aparece la
violencia como ruptura de un buen sistema de interactuaciones,
puesto que no somos conscientes de la fragilidad de las acciones
y una vez iniciadas, no se reconoce al otro en su pluralidad.

Sin embargo, ante cualquier eventualidad desconfigurada de este


sentir y hacer de la sana convivencia humana, es necesario poner
atención a la forma cómo se ha de asumir la mediación frente a
situaciones de conflictos en la comunidad educativa, ya que
cuando no son abordados a tiempo, o son resueltos por la vía del
poder, se impone un desequilibrio en las fuerzas que llega a
producir agresiones y abusos causantes de malestar entre las
personas, que afectan el clima de convivencia y crean un
ambiente negativo para el aprendizaje.

Encuentros sensibles hacia la paz ciudadana

Al entender la importancia de los encuentros sensibles hacia la


paz ciudadana y la afluencia de expresiones que acompañan al
docente hacia una mirada mediadora de trascendencia social, se
destacan los aportes de García Correa (2008), en el
reconocimiento de aquellas actitudes y comportamientos
perturbadoras del clima de convivencia escolar y el proceso de
aprendizaje, los cuales se deben repensar a fin de contribuir con
una pedagogía centrada en la paz social que reivindique en el
individuo su condición humana.

Esta situación se plantea en términos de conseguir los encuentros


sensibles que contribuyan a la formación de individuos cada vez
más solidarios, tolerantes, respetuosos, comunicativos, honestos,
justos, que sea capaces de convivir sanamente con los otros, que
además ayude al estudiante para que logre controlar sus propias
conductas, se auto dirija y seleccione las mejores oportunidades
hacia la paz ciudadana, como producto derivados de sus
comportamientos.

Es así como se entiende que, los esfuerzos desplegados por


conseguir la paz y la sana convivencia, se han visto amenazados
y trasgredidos por situaciones de responsabilidad no cumplida, lo
cual va generando conflictos que perciben todos los actores
sociales, en términos de confrontación del ser humano con sus
semejantes, en todos los ámbitos de su dinámica.

Este escenario pudiera contraponer el sentido y direccionalidad


que se debe sentir, en los encuentros sensibles hacia la paz
ciudadana, al educar para promover el clima de convivencia como
centro neurálgico del cual se dictan elementos significativos en el
sistema educativo venezolano, circunscrito hacia la interrelación
que se ha de manifestar en el ámbito escolar, familiar y social,
como espacios comprometidos en esta responsabilidad.

Para ello, el docente adquiere significación en su aspecto


sensible, formativo y competencias que aluden a la capacidad de
percepción y visión integral sobre el sentido y significado del
respeto al otro. En la convivencia ciudadana que deberá
contemplar el desarrollo del sujeto como ente social, cognitivo,
espiritual y su coherencia en todos estos ámbitos, se mantienen
explícitos en los distintos elementos que conforman el currículo
(contenidos, criterios de evaluación, actividades), con la
finalidades educativas fundamentales.

Tal como se describe en el currículo del nivel de educación


primaria, según el Ministerio del Poder Popular para la Educación
(2007), en los siguientes términos:

“el currículo del Sistema Educativo Bolivariano (SEB) fue


diseñado para dar respuesta a la formación de un nuevo
ciudadano y una nueva ciudadana afín con el modelo de sociedad
propuesto…” (p. 8).

En fin, el currículo de la Educación Básica, ha de buscar la


preparación en todos los ámbitos de vida social de convivencia de
los miembros de la comunidad educativa, de forma equilibrada en
el sistema de relaciones interpersonales al significar el recorrido
de los estudiantes en el contexto sociocultural, además de
reconocer su identidad y desarrollo personal en la vida cotidiana,
relación personal, familiar y participación social.

La condición reflexiva que transmite el docente a los grupos de


acción en el hecho pedagógico social ajustados a la dinámica
cultural para buscar el entendimiento con los otros, a través del
diálogo, deja ver las necesidades y preocupaciones del centro
escolar, cuando explota algún conflicto como producto de las
conductas disruptivas, desfasadas de los comportamientos
ideales que fomentan un clima de convivencia y paz escolar para
todos.

Por lo tanto, esta misma reflexión activa la intervención del


docente, como promotor de la convivencia escolar, a través de
estrategias sensibles y actitudes expuesta en la manifestación de
una acción mediadora que comienza con la formación en valores,
no solamente desde el punto de vista de los contenidos
curriculares, sino además en las actividades tendentes a mejorar
el conjunto de interrelaciones, tanto en la condición familiar como
en el desenvolvimiento escolar de los niños y las niñas.

Frente a esta situación, la pregunta sobre la naturaleza de la


realidad, caracteriza el dominio de la interrelación permanente en
la zona de influencia social, cultural y educativa, para concretar
una mesa técnica de trabajo permanente que no descuide la
formación para la vida, la conectividad con el ser humano
sensible de transformación y el modelo social que se proyecta
basado en el reconocimiento del otro, sus necesidades y la
prioridad del apoyo afectivo, que se identifica en el amor.

Bajo estas circunstancias quedan expuestos los diversos


elementos relacionados con la conducta humana, la sensibilidad
por el otro y el reconocimiento de los derechos humanos, que no
es suficiente abordarlos en un manual de convivencia para activar
el orden y la disciplina, puesto que el comportamiento ético y el
apego a los lineamientos ministeriales, son el basamento de la
formación que está identificada en la preeminencia de los valores.

Ahora bien, el sólo hecho de ser docente, la sensibilidad


magisterial para tratar a los demás seres humanos, la
educabilidad persistente en el hecho pedagógico social y el
mantenimiento de interrelaciones en los vínculos sensibles de
actuaciones en la praxis cotidiana, es un aval representativo de la
reflexión sobre el hacer de sí mismo, desde el pensamiento y la
acción docente respecto a las actitudes que se han de tomar,
para aportar toda esta potencialidad del hecho de estar ahí, en el
escenario propicio de mancomunidades identificadas para el
hacer conjunto en la revisión de los cambios.

De acuerdo los razonamientos de Egan (1991), la naturaleza de


la realidad educativa suele aceptarse como un niño para ajustar
las experiencias y contemplar la articulación de concepciones
asociadas a la cultura, la utilidad social y el desafío de
interconectar las realidades humanas equilibradas para que
actúen armoniosamente.

En estas consideraciones, pienso como investigadora que se ha


de tener presente que la educación debe asumir los conflictos
emergentes e iniciar las operaciones que procedan en una
perspectiva holística de tratamiento, revisiones recursivas,
aportes de ideas y escenarios posibles para el cambio, además
del término de atender a los niños, también se implica asumir un
nuevo currículum más humano en el amplio proceso formativo.

Aspectos de mediación docente en la convivencia escolar

En el horizonte ideal de la convivencia escolar, se activan


diversidad de signos, circunstancias y estrategias innovadoras,
creadas en un clima social positivo de coordenadas orientadoras
del docente para la negociación y el consenso, con la posibilidad
de dar cabida a la promoción de la participación, al transmitir
información y aprendizaje sobre la base de un modelo de vida
juntos, que detecta a los otros compañeros, en un sistema de
relaciones complejas psicosociales y de preeminencia en los
derechos humanos.

Todas estas expresiones manifestadas en el proceso formativo de


la escuela primeraza, deben constituir una práctica de
contribución a la convivencia escolar, frente a lo cual se pone en
juego el deber ser de las habilidades de negociación y consenso
del docente, para percibir sus actuaciones efectivas en el trabajo
de equipo que fomenta la cultura de paz.
En este sentido, las indicaciones para el fortalecimiento de la
convivencia y la paz, favorecen esta caracterización como fin
último del fenómeno indagado, ya que hace referencia al
subsistema de educación básica a nivel primaria, en la
permanencia del hecho pedagógico social de la convivencia
escolar implícita en los aprendizajes sobre la resolución de los
conflictos en el aula, y cuanto haga falta, la intervención de un
tercero especialista que permita dirimir las discrepancias en el
asunto tratado.

La convivencia escolar atañe a todos los actores sociales del


hecho educativo, por lo tanto, cada uno se ha de incluir como
parte de la construcción social en la escuela que se consolida en
la horizontalidad de la dirección institucional con las comunidades
educativas, como un aval de orientación permanente en la
resolución y negociación de los elementos inherentes a fomentar
un clima de convivencia y paz escolar que no puede ser
postergado.

Finalmente, todas estas categorías inductivas emergentes se


identifican en su ámbito de comprensión subyacente a los ejes:
ontológico, epistemológico y teleológico, en el carácter edificante
de la aproximación teórica acerca del pensamiento y acción
mediadora del docente de educación primaria en la convivencia
escolar. Para los efectos se describen los mencionados ejes.

Las consideraciones de mediación docente en la convivencia


escolar, se ajustan a la idea de un proceso educativo voluntario,
confidencial, sensitivo, participativo y colaborativo, a fin de poder
tomar decisiones congruentes ante ciertas habilidades, actitudes
y reconocimiento interdisciplinario sobre la base de socialización,
comunicación, empatía, ejercicio ciudadano y expresión de
actividades para imaginar la fortaleza de un cumplimiento de
acuerdo entre las partes.

Las experiencias en la mediación de los conflictos vinculados a


los regímenes de convivencia, apuntan según Martínez Zampa
(2008), a significar el rol de los profesores y la preocupación para
que los centros educativos constituyan una fuerza implicadora de
formación, como un modelo social de relaciones personales que
transfiera responsabilidades compartidas.

En consecuencia, la implementación de un programa de


mediación escolar, es mucho más que enseñar una técnica, es
una nueva forma de ver el conflicto creando espacios de
revalorización de la palabra y el protagonismo. Implica reconocer
al otro y el lugar que se ocupa, frente a la capacidad de
autogestionar circunstancias emergentes que pudieran surgir en
contra de la paz escolar, lo cual da a entender además, la idea de
revisar desde el derecho de todos los actores institucionales para
actuar en un sistema que impacta el clima institucional.

Un aspecto significativo que resalta Boqué Torremorel (2005),


sobre la mediación escolar, tienen que ver con el hecho de
aprender a gestionar los conflictos de manera constructiva y no
violenta, a los fines de alcanzar que el centro educativo y la
comunidad en general, puedan disfrutar de un clima de trabajo
saludable en el sistema de relaciones interpersonales para la
convivencia pacífica ante la presencia de una red de mediadores
del centro, los cuales han de organizar y planificar los espacios de
escucha activa, diálogo y voluntad, ante las inquietudes e
intereses de mejoras de los acuerdos entre los participantes del
hecho formativo.

Por tanto, el sentido colaborativo de los docentes, es un requisito


esencial que implica mediar con paciencia. El poder decisorio
recae finalmente en las partes para la construcción de acuerdos.

Una de las responsabilidades del mediador es devolver el


compromiso del acuerdo a las partes, ya que existe una tendencia
natural a querer desvincularse de los convenios.

En definitiva, la actitud del mediador es aprender con humildad,


imparcialidad, independencia ante el conflicto y paciencia cuyas
bases están en la información previa, la presentación inicial del
caso y su reconocimiento que se precisa en la capacidad de
comunicación, transparencia y empatía.

Orientacion metodológica
Esta investigación de corte cualitativo destacó algunos eventos,
situaciones y posturas de cinco docentes de educación básica, en
razón de significar sus interpretaciones y derivaciones en el
ámbito de la convivencia escolar. En tal sentido, las implicaciones
a destacar se asumieron desde estos enfoques propios del
comportamiento humano.

Bajo este contexto, el aspecto ontológico se comprende en esa


naturaleza dialógica de una realidad que se procuró como vínculo
interpretativo, para captar significados y sentidos, de modo
intersubjetivo en la relación sujeto-sujeto, representado en la
conexión humana, en plena confianza, no sólo para hacer derivar
sus pensamientos en la interacción con la investigadora y desde
su propia práctica, sino hacia la búsqueda de la reflexión
percibida sobre la temática.

Al tomar provecho de la fenomenología apoyada en la


hermenéutica, esta condición se ajusta a los escenarios de
conexión con los estados de conciencia, por aquello que se
despliega en toda constitución de unidad depurada que se
descompone en categorías abiertas y categorías axiales,
identificadas en los requerimientos de Husserl (1997), como actos
de depuración, sin solución de continuidad, de secciones en los
cuales se constituyen “las secciones de vivencias de la duración,
y que por ende las nóesis no se limitan a combinarse, sino que
constituyen una nóesis con un nóema” (p. 284).

En la interpretación de esta cita, se destaca la prospectiva de


asumir cada una de las esencias manifestadas en las
conciencias, sobre aquellos eventos y situaciones que se develan
en las voces de los actores sociales, no para yuxtaponerlas, sino
para aprehender los extractos significativos de cada una de ellas
en la sesión totalizante de sus partes combinadas en una unidad
de vivencias.

En cuanto a la hermenéutica, se tomó a Gadamer citado en Navia


y Rodríguez (2008), al indicar que es la teoría propia de
comprender las ciencias humanas, no tiene métodos particulares,
sino que puede y debe concretarse con describir
fenomenológicamente la manera en que se produce esa
comprensión.

Dada esta argumentación, se puede expresar que la idea de una


hermenéutica filosófica conduce a una reflexión permanente
sobre la acción humana susceptible de reivindicar a través de un
giro hermenéutico en su conjunto.

Para recabar la información implementé un escenario de


confianza y acercamiento con los actores sociales a través de la
entrevista a profundidad, la cual según Fernández Nogales
(2004), hace referencia a una interacción dinámica de
comunicaciones entre dos personas: el entrevistador y el
entrevistado bajo el control del primero.

El material informativo así obtenido alcanzó los procesos de


categorización, codificación y triangulación. Así, si la categoría
abierta que emergió fue familia, entonces asumí como las iniciales
de este nombre: FAMI. Asimismo, sí lo dijo el actor social X,
entonces la designación que se añade a lo anterior fue ASX y
además se distinguen las líneas del material textual donde esta
categoría abierta aparece.

Hallazgos
Una de las etapas para la presentación e interpretación de los
hallazgos, se asumió en cuanto a las categorías abiertas,
construidas por la investigadora: Pensamiento y Acción Docente,
Convivencia Escolar y Mediación del Docente.
El sentir y hacer del docente en los escenarios de la mediación
para la convivencia escolar, cobra fuerza en la formación en
valores para el acercamiento humano, en el carácter de la
intersubjetividad con el otro, la no discriminación, el redistribuir de
conexiones sensibles por la dignidad de las personas, en la
legitimidad y presencia de la filosofía humanista, para el
desarrollo de acciones de convivencia afectiva que permitan una
acción educativa exitosa.

Desde este punto de vista, se da a conocer a continuación en el


gráfico 1, las categorías axiales emergentes a partir de la
categoría abierta: Pensamiento y Acción Docente.

Figura 1: Categorías axiales emergentes a partir de la categoría


abierta: pensamiento y acción docente.
Fuente: Lamas (2015)

Síntesis descriptiva sobre la categoría abierta: Pensamiento y


acción docente

La categoría abierta: pensamiento y acción docente, se devela en


las voces mencionadas sobre este aspecto, que en este caso
dominó a través de los sentidos y significados concedidos por los
actores sociales 3, 4 y 5, respectivamente, en las categorías
axiales representativas del escenario del estudio relacionado con
el pensamiento y la acción mediadora del docente de educación
primaria en la convivencia escolar.
En este sentido, la categoría axial: planificación de escenario de
participación, mencionada por el actor social 3, deja ver que el
modo de hacer de la praxis docente ante los esquemas
contraproducentes de la convivencia escolar, deben asomar
actividades alertas ante las situaciones de peligro que reviste de
una mayor precaución, a través de planificación que involucre a la
confluencia de todos y todas, de manera integrada. Igualmente, el
actor social 3, resaltó la intervención de los grupos familiares
organizados de la comunidad.

La complementariedad de esta situación, fue vista por el actor


social 4, en la sinergia de actuaciones entre los docentes y los
padres, madres y representantes, coordinados por los niveles
educativos, en la direccionalidad de actuar conjuntamente en la
zona de influencia colectiva de formación para la vida.

También se hizo énfasis en las normas de convivencia, con la


participación que se ha de asumir desde las organizaciones del
poder popular "consejos estudiantiles, comunidad educativa,
consejos comunales, voceros y voceras de las diversas
organizaciones comunitarias vinculadas al centro educativo"
(PATESP, AS4, L: 78-95).

Asimismo, el actor social 5, destacó la influencia de la pedagogía


social como la línea a desarrollar de manera conjunta en términos
de convivencia afectiva, solidaria y motivadora, en tanto

"la participación planificada, en busca de la maximización del


entorno escolar donde interactúan los actores de la comunidad
educativa, tales como comportamiento, actitudes y relaciones y
que permiten una acción educativa exitosa" (PATESP, AS5, L:
268-276).

En relación a la categoría axial: proyectos educativos,


mencionada por el actor social 3, destaca el proyecto pedagógico
integral comunitario (PPIC), como ámbito de trascendencia social
que activa y vincula las necesidades de convivencia escolar,
como "una alternativa que permite generar una interrelación
positiva y constructiva entre los participantes" (PROYEDU, AS3,
L: 203-207).

Por su parte, el actor social 4, afianza la idea de convicción


acerca de la sinergia del proceso educativo, en razón de las
vivencias, la comunicación de participación social. Se trata de
motivar "a los docentes para desarrollar los proyectos educativos
en función de los valores e integrar a las comunidades la
ejecución de los mismos" (PROYEDU, AS4, L: 448-456).

Asimismo la expresión del actor social 5, complementó lo antes


dicho, bajo la implementación directiva y mancomunada en el
marco de buscar eventos que ayuden a construir la convivencia
escolar en paz. En este sentido, señaló que

"debemos implementar en el aula proyectos educativos que


incentiven la convivencia escolar en paz y la puesta en práctica
de los valores humanos todos en el nivel de educación primaria"
(PROYEDU, AS5, L: 190-194).

Todo ello se interpreta, en la categoría axial relacionada con el


ejercicio de ciudadanía, descrita por el actor social 5, a fin de
"contribuir con la formación de los nuevos ciudadanos y
ciudadanas y fortalecimiento de sus valores éticos" (EJERCIU,
AS5, L: 138-147).

Dentro de estas implicaciones, destaca el actor social 3, el


pensamiento pedagógico social, que incluye la incorporación de
todos los poderes como agentes de socialización, que se "pongan
de acuerdo y planifiquen propuestas, que provoquen un cambio
radical en el modelo social, que es una sociedad educadora para
las futuras generaciones" (PENPEDS, AS3, L: 200-204).

Dentro de tales términos advierte el actor social 4 que "el


problema de socialización en las aulas, patio y el entorno, se ha
mostrado de forma negativa y cada día se prolongan las
situaciones vistas en esta realidad" (PENPEDS, AS4, L: 20-25).
En palabras del actor social 5, ello guarda relación con la
orientación hacia la convivencia en la socialización del ámbito
educativo extendido hacia las familias y las organizaciones del
entorno.

Visto de esta manera por el actor social 4, significó la categoría


axial: lineamientos ministeriales, que consagra la caracterización
de la convivencia escolar bajo un modelo holístico, integral y
humanista, que se debe activar con mayor fuerza ante

"las situaciones básicas para prevenir la violencia, las malas


relaciones interpersonales de todos los actores del proceso
pedagógico en la plantel" (LINMIN, AS4, L: 273-284).

El sembradío de esta ideología, atrae la manifestación de la


corresponsabilidad práctica, ante lo cual se interpreta la categoría
axial develada en la voz del actor social 3, quien destacó la
prioridad para que se "apoyen todas las iniciativas desarrolladas
en pro de la cultura de paz de la y el estudiante y de la y el
educador" (CORRPRA, AS3, L: 148-154).

Respecto a la categoría axial: estrategias, el actor social 3, hace


referencia a la participación, diálogo, mediación, negociación y
compromiso como ámbito de organización y cambio. Esto
concuerda con la categoría axial: diagnóstico, que igualmente
indicó para identificar la aplicación de estas estrategias, de
acuerdo a los conocimientos, valores, actitudes y relaciones
socio-efectivas.

Ahora bien, el pensamiento y la acción del docente, cursa sobre


la base de la categoría axial: sustrato legal de actuaciones,
descrita por el actor social 3 "a la luz de los aspectos de
participación que se sustentan en nuestra Constitución, Ley
Orgánica de Educación y el Currículo del Sistema Educativo
Bolivariano de Educación Básica" (SUSLA, AS3, L: 63-65).
Finalmente, la categoría axial: reflexión, cobra fuerza en la voz del
actor social 3, para dejar ver su preocupación por los
acontecimientos de falta de convivencia que circundan la realidad
escolar, para lo cual el docente debe estar preparado y alerta
ante cualquier situación irregular.

Reflexiones
La percepción inteligible que cristaliza en el reconocimiento del
fenómeno y su caracterización intuitiva de voluntades, intelectos y
espiritualidad, cobra fuerza en la condición de reflexiones para
hacer una similitud sobre los eventos conseguidos que se perfilan
en la realidad de la educación primaria, respecto a la cultura de
convivencia escolar para la paz ciudadana, a partir de los hechos
contextuales que se han de asumir desde la disposición
coherente, en torno a lo establecido en el sistema educativo
bolivariano.

Cumplir con estos argumentos, me impone el afianzamiento sobre


el recorrido interpretativo, de existencia recursiva en las voces de
los actores sociales, que persistentemente, hablaron sobre la
realidad misma en el horizonte de reconocerse implícitos, tanto en
el problema como en la solución, en el escenario de una nueva
postura del hacer frente a la convivencia escolar.

Por lo tanto, es requisito indispensable abordar la cultura de la


convivencia, no solamente como expresión teórica del discurso,
sino además desde el intelecto de las funciones propias de la
mediación del docente, tanto en el aula como fuera de ella, con el
acercamiento humano, con la atención integral de los niños y las
niñas, como también, en los requerimientos de participación y
confluencia de las comunidades organizadas para integrar la
escuela y la comunidad.

Todos estos hechos necesitan de reflexión constante sobre los


acontecimientos que perturban la paz de los estudiantes, en el
marco de enfrentar directamente la situación a través del
pensamiento y la acción del docente fortalecidos en el diálogo,
escenario que refuerza los acuerdos satisfactorios en la
mediación para encontrar el consentimiento mutuo que refuerza
las competencias y habilidades en el hacer educativo.

El diálogo concreta los esfuerzos de la institución para solucionar


las disputas que puedan emerger en la realidad de los
acontecimientos relacionados con la convivencia escolar, y
posibilitan el hecho de pensar en el otro al activar las mejores
apropiaciones en los cambios de conductas, incluso con la
actuación de especialistas si es necesario.

En definitiva, el diálogo concreta el acercamiento humano, otorga


confianza y valora las necesidades del otro para establecer
relaciones fluidas de comunicación eficaz en los centros
educativos y en las familias, por lo tanto, es un aval de concreción
estratégica para la cultura de convivencia en paz, articulado al
sistema de relaciones más horizontales y menos impositivas
sobre los niños y las niñas.

Referencias
 Boqué Torremorel, María Carme. (2005). Tiempo de
mediación. Taller de formación de mediadores y mediadoras
en el ámbito educativo. España, Barcelona: CEAC.
 Egan, K. (1991). La comprensión de la realidad en la
educación infantil y primaria. España, Madrid: Morata.
 Fernández Nogales, Ángel. (2004). Investigación y técnicas
de mercado. (2ª ed.). España, Madrid: ESIC.
 García Correa, Antonio. (2008). La disciplina escolar.
España, Murcia: Universidad de Murcia.
 Husserl, Edmund. (1997). Ideas relativas a una
fenomenología pura y una filosofía fenomenológica. (4
Reimp.). México: Fondo de Cultura Económica.
 Martínez Zampa, Daniel. (2008). Mediación educativa y
resolución de conflictos. Modelos de implementación.
Disputas en instituciones educativas. El lugar del otro. (2ª
ed.). Argentina, Buenos Aires: Centro de Comunicaciones
Educativa y Material Didáctico.
 Ministerio del Poder Popular para la Educación. (2007).
Sistema educativo bolivariano. Caracas: Centro NacioNal
para el Mejoramiento de la Enseñanza de la Ciencia.
 Navia, Mauricio y Rodríguez, Agustín. (2008). Hermenéutica.
Interpretaciones desde Nietzsche, Heidegger, Gadamer y
Ricoeur. Mérida: Universidad de Los Andes.
 Parodi, Jorge César. (2006). Psico-cosmología. La psicología
del hombre futuro. Un enfoque transpersonal de la psicología
de Carl Gustav Jung. Argentina, Córdoba: Brujas.
 Vinyamata Camp, Eduard. (2012). (Coord.). Vivir y convivir en
paz. Aprender a vivir con uno mismo y con el entorno.
España, Barcelona: Graó.
 Yegres Mago, Alberto. (2004). Fundamentos morales de la
modernidad. En: Gaceta de Pedagogía. N° 31. Publicaciones
del Departamento de Pedagogía del Instituto Pedagógico.
Caracas.
Notas:

La autora es licenciada en Educación Inicial, Universidad Simón


Rodríguez. Caracas, Venezuela; Profesora de Educación Integral,
Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio. Universidad
Pedagógica Experimental Libertador. Caracas, Venezuela;
Especialista en Planificación y Evaluación. Universidad Santa
María. Caracas, Venezuela; Magíster en Educación Especial
Integral. Universidad Latinoamericana y del Caribe. Caracas,
Venezuela y Doctora en Ciencias de la Educación en la
Universidad Latinoamericana y del Caribe. Actualmente docente
de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador UPEL de
la República Bolivariana de Venezuela. Email
Clima escolar y la calidad educativa
Por Proantioquia - Fundación para el desarrollo
Clima escolar, Convivencia, Educación, Pedagogía
MAGISTERIO
27/10/2017 - 15:15
0

Foto de javi_indy. Tomada de Freepik

La literatura es extensa y plantea múltiples vías para el mejoramiento de la


calidad educativa. Sin embargo, hay un elemento que se ha vuelto transversal a
toda la discusión: el clima escolar.

Entendemos un ambiente de aprendizaje como un espacio intencionado para el


desarrollo de competencias, por medio de experiencias, interacciones y
colaboración. Por su parte el clima refleja los niveles de interacción en el aula y
las relaciones entre los actores educativos que se dan en los diversos ambientes
de aprendizaje dispuestos en una escuela específica.
En ese sentido, la comprensión y mejoramiento de esta variable hacen parte de la
gestión

estratégica educativa. Su importancia radica en la necesidad de mejorar las


relaciones entre los actores de las comunidades educativas, sus percepciones
sobre la escuela como ambiente protector y las prácticas de convivencia dentro
de los establecimientos educativos. Todos estos enfoques son, en esencia,
reflexiones sobre calidad y pertinencia en los contextos escolares.

+Lea: El clima escolar como primera dimensión de la escuela constructora


de paz

Unesco (2012) hace especial énfasis en la relevancia del clima escolar, porque
existe una asociación directa entre buenas condiciones de esta variable y los
aprendizajes; y el rendimiento académico y el logro. Adicionalmente, López
(2014) señala que el clima escolar incide en la construcción de ambientes
propicios para el intercambio de ideas y saberes, la formación ciudadana y el
desarrollo de prácticas escolares coherentes con el contexto Sandoval (2014),
Unesco (2012), Bosco, E. B. (2012), López (2014), entre otros, señalan una
relación significativa entre la percepción del clima social escolar y el desarrollo
emocional y social de alumnos y profesores. La percepción de la calidad de vida
escolar también se relaciona con la capacidad de retención de estudiantes de los
centros educativos.

Esta correlación se debe principalmente a los siguientes elementos: sensación de


bienestar general, sensación de confianza en las propias habilidades para realizar
el trabajo escolar, creencia en la relevancia de lo que se aprende en la escuela,
identificación con la escuela, interacciones con pares y con los profesores.

Por otra parte, el clima escolar contempla los ambientes de aula como una de las
variables centrales. Estos propician actividades para que los estudiantes sean los
protagonistas del proceso de aprendizaje. En este sentido, ellos pueden
enfrentarse a problemas cotidianos, usar materiales concretos para modelar
situaciones o crear propuestas para el desarrollo comunitario.
+Lea: Los grupos interactivos y el clima escolar

Así pues, como propone Otálora (2010) y Vite (2014) los ambientes cumplen
cuatro principios fundamentales que son:

 Posibilitar el encuentro y las relaciones.

 Facilitar el contacto con materiales diversos para estimular un amplio


abanico de aprendizajes cognitivos.
 Ofrecer distintos sub-escenarios según los objetivos de clase y el
desarrollo de competencias socioemocionales y afectivas.
 Permitir la interacción y participación de todo el grupo en la construcción
del propio ambiente.

ANUNCIO

En estas líneas, nuestras aproximaciones al clima escolar tienen que ver con dos
grandes enfoques: la creación, mantenimiento y mejoramiento de las relaciones;
y la promoción de ambientes innovadores de las escuelas. Lo primero apunta al
reafianzamiento de la escuela como espacio privilegiado para la construcción de
ciudadanía (plenamente pertinente en los marcos del posconflicto) y, lo segundo,
a la dinamización de las prácticas escolares para posicionar a la escuela como un
escenario deseable, en el que se previene la deserción escolar desde acciones que
sitúan a los estudiantes como los protagonistas de su propio proceso educativo.

Esta reflexión hace parte del texto: Hacia una educación para el siglo XXI en
Antioquia: Seis líneas para la dinamización educativa regional en la educación
básica y media. Descargue el texto completo AQUI.

Videoconferencia: Desarrollo emocional y ambiente escolar

El Clima Escolar Como Elemento Fundamental de la


Convivencia en la Escuela
Ketty Herrera Mendoza
Reinaldo Rico Ballesteros

DOI: http://dx.doi.org/10.15665/esc.v12i2.311

Resumen

El clima escolar está definido como la cualidad del ambiente escolar experimentado por los
estudiantes, docentes y directivos, que al basarse en la percepción que poseen sobre el contexto
escolar, determina sus conductas (Hoy y Miskel, 1996). Desde la investigación educativa,
indagar acerca de los procesos de interacción escolar implica involucrarnos en una esfera
subjetiva, caracterizada por la búsqueda de elementos que le dan sentido a la realidad vivida en
la cotidianidad de la escuela; razón por la que se realiza la presente investigación, que tuvo
como objetivo fundamental caracterizar el clima escolar en la Institución Educativa Distrital
(IED), como base para el mejoramiento de la convivencia en las escuelas del Distrito de
Barranquilla. Para lograr tal fin se diseñó una metodología de tipo descriptivo-analítico de corte
transversal, en la que se tomó una muestra de 152 estudiantes e igual número de docentes y
directivos de las instituciones educativas oficiales de la ciudad de Barranquilla, a quienes se les
aplicó una adaptación del “Protocolo para la Medición de la convivencia en los Centros
Educativos no Universitarios de la Comunidad Autónoma de Aragón” (Gómez, Puyal, Sanz, Elboj
y Sanagustin, 2006). Los resultados indican que se percibe un clima escolar bueno (68,7%
estudiantes y 70% docentes y directivos). Un 97.1% de los estudiantes considera que lo que los
motiva a ir a la escuela es su deseo de aprender y que se trata de un escenario para obtener un
mejor futuro (86%). El 78% de la muestra considera que la escuela le proporciona tranquilidad y
un 78% la concibe como un lugar para compartir entre pares. La información cualitativa
obtenida de observaciones y entrevistas indica que la interacción presenta escenarios de
irrespeto que conducen a la generación de conflicto escolar, tales como irrespeto,
enfrentamiento entre pares, egoísmo, ofensas verbales, apodos, burlas y agresiones físicas,
hurto, extorsión, amenaza y daño en el bien ajeno.

Clima escolar
1. 1. I. CLIMA ESCOLAR Módulo 2: Construcción del clima escolar.
2. 2. Clima escolar “Percepción que los distintos individuos tienen del ambiente en el cual
se desarrollan sus actividades habituales, en este caso, el colegio” (Aron y Milicic,
1999).  En general es compartido pero puede haber opiniones diferentes según las
experiencias personales en la situación.  Además del clima social general percibido
en una institución existen microclimas al interior del contexto escolar que pueden
actuar como “protectores” en un clima social más amplio.
3. 3. Clima y calidad de aprendizajes UNESCO: ambiente de respeto, acogedor y positivo
es clave para promover el aprendizaje. OECD: el clima escolar tiene una mayor
incidencia en la calidad de los aprendizajes que los recursos materiales, personales o
la política escolar del establecimiento.  Investigación relacionada con los factores de
éxito de escuelas efectivas, muestra que en dichas escuelas existe un esfuerzo
consciente por construir un clima positivo y seguro.  Arancibia 1992, señala que en
los colegios efectivos la “incorporación” de los estudiantes a la organización del
colegio inhibe el surgimiento culturas “antiescolares” y podría contribuir a un
sentimiento de pertenencia y adhesión al centro.
4. 4. La escuela y la confianza Hevia, R (2009) plantea que un elemento fundamental
para un positivo clima social escolar es la confianza. Algunas carácterísticas de
escuelas basadas en la confianza:  Los alumnos opinan con libertad, crece la
autonomía y la responsabilidad  Los reglamentos y normas son consensuadas y
transparentes.  Se crean mecanismos y canales de participación para todos.  Los
grupos de intereses son abiertos, se mezclan, intercambian, enriquecen y se respetan
las diferencias.  Las sanciones se consideran una reparación moral al colectivo.
5. 5.  Para lograr un proceso enseñanza–aprendizaje exitoso, debiera tender a producir
satisfacción y a favorecer los aspectos personales, motivacionales y actitudinales de
las personas involucradas en el mismo. Esta sensación de satisfacción o bienestar,
debiera expresare en distintos niveles: Nivel organizativo o institucional Nivel de aula
Nivel intrapersonal Tiene que ver con el clima institucional y se relaciona con
elementos como: - Los estilos de gestión. - Las normas de convivencia. - La
participación de la comunidad educativa. Tiene que ver con el «clima de aula» o
ambiente de aprendizaje y se relaciona con elementos como: - Relaciones profesor-
alumno. - Metodologías de enseñanza. - Relaciones entre pares. Tiene que ver con las
creencias y atribuciones personales y se relaciona con elementos como: -
Autoconcepto de alumnos y profesores. - Creencias y motivaciones personales. -
Expectativas sobre los otros.
6. 6. Características de escuelas con clima escolar positivo  Conocimiento continuo,
académico y social  Respeto  Confianza  Moral alta  Cohesión  Oportunidad de
input  Renovación  Cuidado  Reconocimiento y valoración  Ambiente físico
apropiado  Realización de actividades variadas y entretenidas  Comunicación
respetuosa  Cohesión en cuerpo docente Arón y Milicic
7. 7. El clima escolar…  Es una percepción.  Otorga personalidad a la institución. 
Corresponde a una cualidad relativamente estable del establecimiento.  Es frágil, de
ahí la necesidad de cuidarlo e intencionarlo.  Nunca es neutro, siempre impacta.
Tiene un fuerte impacto sobre los comportamiento de los integrantes del centro.
8. 8. El clima escolar…  Influye en el grado de compromiso e identificación de los
miembros con la institución.  Es afectado por los comportamientos e interacciones de
sus miembros y, a su vez, afecta dichos comportamientos y actitudes.  Es posible
evaluarlo.
9. 9. Microclimas  Pueden ir desde pequeños grupos de amigos al interior de un curso,
hasta un curso completo dentro del nivel o algún grupo extraprogramático de la
escuela.  Los microclimas pueden ser:  Positivos  Negativos  Pueden verse
afectados por actores del sistema escolar, que pueden describirse como tóxicos,
nutritivos o invisibles.
10. 10. Microclimas Taller de música Departamento de Historia Sala de clases Además del
clima general percibido en una institución, existen microclimas que a veces actúan
como “protectores” frente al clima social más amplio.
11. 11. Microclima: clima de aula  Es un factor que tiene una alta incidencia en la calidad
de los aprendizajes de los estudiantes. Según el estudio latinoamericano de
enseñanza eficaz, el clima de aula es el factor que más incide en el rendimiento
académico.  Necesidades para un clima emocional positivo:  Necesidades
Fisiológicas  Necesidad de seguridad  Necesidades de aceptación y compañerismo
 Necesidad de logro y reconocimiento  Necesidad de maximizar el propio potencial
12. 12. CLIMAS NUTRITIVOS • Se percibe un clima de justicia. • Reconocimiento explícito
de los logros. • Predomina la valoración positiva. • Tolerancia a los errores. •
Sensación de ser alguien valioso. • Sentido de pertenencia. • Conocimiento de las
normas y consecuencias de su trasgresión. • Flexibilidad de las normas. • Sentirse
respetado en su dignidad, en su individualidad, en sus diferencias. • Acceso y
disponibilidad de la información relevante. • Favorece el crecimiento personal. •
Favorece la creatividad. • Permite el enfrentamiento constructivo de conflictos.
Características de los climas sociales tóxicos y nutritivos (Aron y Milicic, 2011)
13. 13. CLIMAS TÓXICOS • Percepción de injusticia. • Descalificación, ausencia de
reconocimiento. Predomina la crítica. • Sobre focalización en los errores. • Sensación
de ser invisible. • Sensación de marginalidad, de no pertenencia. • Desconocimiento y
arbitrariedad en las normas y consecuencias de su trasgresión. Rigidez de las normas.
• No sentirse respetado en su dignidad, individualidad, en sus diferencias. • Falta de
transparencia en los sistemas de información. Uso privilegiado de la misma. • Interfiere
el desarrollo personal. • Pone obstáculos a la creatividad. • No enfrenta los problemas
o se hace autoritariamente. Características de los climas sociales tóxicos y nutritivos
(Aron y Milicic, 2011)
14. 14. Evaluación del clima escolar  Tan importante es el impacto de la variable “clima”
en el proceso de enseñanza y aprendizaje, que resulta relevante su observación y
conocimiento .  Recientemente se ha incorporado el indicador “Clima de convivencia
escolar” a la prueba de medición nacional SIMCE. Dicho indicador, junto a otros siete,
entregan información relacionada con el desarrollo personal y social de los
estudiantes, complementaria al dominio del conocimiento académico.  El indicador de
convivencia escolar considera:  Ambiente de respeto  Ambiente organizado 
Ambiente seguro

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