Está en la página 1de 12

El Cannabis marihuana en Colombia

variedades autoctonas
Blog Cannabico de Paisa Grow Seeds, Turismo cannabico

El Cannabis colombiano ha jugado un papel fundamental en la historia, desde


las grandes exportaciones de marihuana a los Estados Unidos durante los
años 60-70, hasta su legado que permanece en las variedades modernas a
través de variedades omnipresentes como Haze o Skunk.

Colombia es el primer país que encontramos tras atravesar el Istmo de


Panamá, que une Centroamérica con América del sur. Se encuentra
atravesada por la línea del Ecuador, en pleno eje tropical. Es un país de
vegetación exuberante y gran diversidad geográfica, ya que podemos
encontrar en él desde cadenas montañosas cercanas a los 3000m de altitud
(Bogotá o Cundinamarca) hasta extensas selvas tropicales y zonas
casi desérticas. Contiene muchos terrenos aislados y microclimas en
sus montañas que originarían nichos muy concretos y una gran
diversidad de ecotipos diferentes de Cannabis, cada cual más exótico
y particular.
Antecedentes históricos y la Bonanza Marimbera
Table of Contents
 Antecedentes históricos y la Bonanza Marimbera
 Los cultivares colombianos marihuana morada o de Colores
 El Cannabis marihuana en Colombia variedades autoctonas
 Antiguamente las variedades de montaña como Colombian Gold eran generalmente
conocidas por su efecto estimulante,
 La Punto Rojo la semillas feminzadas mas deseadas:
 Santa Marta Gold de los tipos landrace mas sativos :
 Mango Biche colombiana de las marihuana sativas mas productivas :
 Corinto de las mas resinosas en exterior:
 El papel de las colombianas en los híbridos modernos:

Es comúnmente aceptado que el Cannabis llegó a la región de Colombia


desde las vecinas islas caribeñas, en donde sabemos que se implantó gracias
a los trabajadores hindúes que habían sido llevados para trabajar tras la
abolición de la esclavitud en el s. XIX. Desde entonces la planta estuvo muy
presente en Jamaica y se extendió fácilmente por todo el archipiélago de las
Antillas.
Sin embargo, también se baraja la opción de que el país haya recibido
importantes aportaciones genéticas de diferentes lugares como Brasil, que
fue uno de los puntos clave en la introducción de la planta en el Nuevo
Mundo.
A partir del siglo XVIII ya se observaron a esclavos de origen africano
fumando liamba (“tabaco angoleño” o maconha como se conoce localmente
aún hoy en día) a lo largo de toda el área de Pernambuco en Brasil. Los
esclavos también llegaron desde las colonias portuguesas,
fundamentalmente Angola, para trabajar en las plantaciones de caña de
azúcar. De Brasil habrían podido ascender hacia el norte del continente.
Igualmente existe documentación que recoge como el gobierno
estadounidense financió en tierras colombianas un proyecto de investigación
con la planta en 1930. Para ello se importaron semillas originarias de
Borneo, que compartía el mismo clima y una latitud similar. Sin embargo, en
1937, con la ilegalización de la planta, estos proyectos se cancelaron, pero las
plantas pueden haber permanecido, tras aclimatarse a su nuevo hogar.

Históricamente ha sido uno de los mayores y más reconocidos productores


de Cannabis a nivel mundial; en la misma categoría que
México, Tailandia o Sudáfrica, por ejemplo. En el pasado, el principal
productor y exportador de cannabis a los Estados Unidos era México.
Sin embargo, tras las presiones conjuntas de los gobiernos mexicano y
estadounidense por terminar con el tráfico de marihuana y la exportación de
su producto estrella al país vecino, la producción se resintió y esto favoreció
a que Colombia cobrase protagonismo en el cultivo y exportación
de cannabis de calidad hacia los Estados Unidos, atravesando durante
unos pocos años una época dorada conocida como la Bonanza
Marimbera.
Entre 1976 y 1985 tuvo lugar este fenómeno que impulsó la economía agraria
de todo el país. Mientras que los colombianos se centraban en la producción,
la mafia norteamericana se enfocaba más en el tráfico y la logística;
controlando las rutas, comerciando al por mayor y manejando las redes de
distribución a su país.
Los norteamericanos colaboraron con los traficantes colombianos para
impulsar en negocio y organizaban su transporte en aviones y barcos hacia
los Estados Unidos. Esto proporcionó una gran riqueza por ambos lados y
unos beneficios anuales que superaban los 2200 millones de dólares, muy
por encima de los que reportaba la producción de café. Sentaría precedente
para la consolidación de las mafias de la cocaína en el país, que todavía
siguen en boga en la actualidad.
Durante la época dorada marimbera, millares de campesinos se ganaban la
vida en los plantíos o vigilando la cosecha, tarea por la que recibían hasta
100 mil pesos. Esto llegó a provocar incluso una migración interna desde los
Llanos Orientales. Cientos de americanos llegaban cargados de dinero
demandando cantidades ingentes de mercancía y asegurando que
comprarían toda la marimba disponible. Se dice que en 1979 la marihuana
colombiana suponía el 90% del total consumido en los EEUU (frente al 40%
actual).
Sin embargo, con la nueva guerra contra las drogas en la que se estaban
enfrascando los americanos, el comienzo de producción de marihuana en
interior y las dificultades para transportar grandes cantidades y abastecer el
mercado, poco a poco llegó el fin de los tiempos de la marimba colombiana.

Se dice que el fin fue causado por la alianza del presidente Turbay Ayala con
el Departamento de Estado Norteamericano. A raíz de este pacto, la DEA
pasó a operar en Colombia y los norteamericanos financiaron numerosas
operaciones, redadas, hundieron barcos de traficantes e incluso organizaron
fumigaciones de los plantíos con el pesticida conocido como Paraquat (un
herbicida altamente tóxico que también sería empleado en las sierras
mexicanas por el mismo motivo y con terribles consecuencias).
Esto causó la desaparición de la red marimbera y solamente unos pocos,
aquellos con más recursos, continuaron con el negocio y pudieron seguir
progresando.Es posible que, durante los años 70, con el boom marimbero y
las grandes organizaciones de cultivo y distribución de marihuana (redes
internacionales como la Brotherhood of Eternal Love), se hayan podido
introducir cultivares externos en el país. Se dice que en 1977 llegaron
semillas de Tailandia a las montañas del país, donde los indios Arahuaco
cultivaban varias variedades rubias e híbridos de gran potencia (“Blue Sky
Blonde”).
También que campesinos de Afganistán y Pakistán fueron llevados a
Colombia para mostrar los secretos del hachís e introducir nuevas plantas.
En cualquier caso, el Cannabis apenas lleva un siglo en Colombia, donde
como hemos visto se conoce popularmente como marimba o bareta.

Algunos historiadores sugieren que el uso psicoactivo del cannabis en


Colombia data de los tiempos del Canal de Panamá, que separó ambos países
en el primer tercio del siglo. Durante estas obras hubo un intercambio muy
intenso entre todos los países caribeños y posiblemente también de
diferentes mercancías, entre las que podríamos encontrar semillas. Las
primeras notas de prensa recogen noticias acerca de las primeras
plantaciones y el aumento del consumo de marihuana desde finales de los
años 60.

Los cultivares colombianos marihuana morada o de Colores


Las variedades locales colombianas son una buena representación de los
cultivares tropicales de montaña, tienen una gran fama internacional.
Especialmente codiciadas en Estados Unidos, más incluso que la sinsemilla
mexicana de mayor calidad, alcanzando la calidad superior precios de hasta
70-85$/oz (1oz = 28g), solo superados por las mejores jamaicanas o
tailandesas, posiblemente debido a su escasez y exotismo. También han
servido de base fundamental a híbridos modernos que han marcado la
historia de las variedades psicoactivas modernas, al igual que otros como los
cultivares mexicanos o afganos.
Son plantas de crecimiento muy vigoroso y floraciones bien largas debido a
la latitud y el fotoperiodo anual originario de Colombia, donde la variación
de la longitud de los días es mínima (de 13 a 11h aproximadamente), por lo
que las plantas no tienen que madurar antes del invierno y de que se acorten
los días. Gracias a este hecho, son plantas que se pueden pasar la mitad del
año floreciendo de forma interminable.

Las flores son airadas y finas en forma de espigas, bien adaptadas a un clima
tan húmedo y lluvioso. En un clima así, las variedades más productivas o
híbridos de flores más cerradas se deteriorarían completamente devoradas
por la humedad y los hongos. Es lógico, pues los genes propios de las
hashplants del Hindu Kush provienen de climas mucho más áridos y secos,
donde no hay peligro de que se condense la humedad dentro de unas flores
mucho más compactas.
Las colombianas tienen fama de ser muy estimulantes, aunque también de
efecto pesado y un poco narcóticas en algunos casos. Sin embargo, muy
posiblemente esto también se debe a las malas condiciones en las que se
secaba, conservaba y exportaba la hierba, llegando con frecuencia a su
destino bastante deteriorada. Es sabido que la mala conservación, la edad o
el secado al sol producen la degradación del THC en CBN, un cannabinoide
de efectos más narcóticos y sedantes que el THC.
Además del deterioro por la descuidada manipulación y transporte, muchas
veces eran secadas al sol para acelerar el proceso y evitar que la cosecha se
pudiese comprometer por las lluvias.

El Cannabis marihuana en Colombia variedades


autoctonas
Las variedades se pueden dividir fundamentalmente en dos grupos: por una
parte, las líneas de zonas costeras húmedas de la costa atlántica y cercanas a
Panamá (lowland); por otro lado, las líneas de las zonas montañosas
próximas a Santa Marta (highland). Sin embargo,
En la actualidad las principales zonas de producción se han desplazado hacia el sur por las
cordilleras y el Eje Cafetero. Antioquía, Bogotá, Tolima, Corinto, Cauca
Son lugares montañosos y bien conocidos, en los que todavía se pueden
encontrar bastantes plantíos y algunos marimberos.

Antiguamente las variedades de montaña como Colombian


Gold eran generalmente conocidas por su efecto estimulante,
Mientras que las variedades de las regiones húmedas de menor altitud solían
tener efectos más sedantes que estas. En la actualidad casi todas las
variedades colombianas están contaminadas e hibridadas con
cultivares modernos, introducidos de forma similar a lo que sucede
en México o Jamaica.
Los narcos buscan la máxima productividad, no les interesa
mantener variedades tradicionales tan tardías, sino explotar al
máximo las cosechas para incrementar sus ganancias. Por tanto, cada vez es
más complicado encontrar variedades tradicionales puras o intactas como la
legendaria Punto Rojo, Mangobiche, Corinto, Dorada de Santa
Marta, Manizales Black, Antioquía, Mona Amarilla, Wacky Weed, Rainbow
Colombian, Colombian Red, etc…

En la actualidad predominan en los plantíos los híbridos modernos,


conocidos como “cripi” o “cripa”. Por este motivo el afamado pedigrí
colombiano se encuentra muy diluido en una gran mezcla de diferentes
líneas, tanto locales como importadas. Algunos campesinos de la
región siguen cultivando cannabis a pequeña escala para obtener
unos pequeños ingresos extra respecto a la producción de café o banano.
Normalmente estos campesinos tienen sus propias semillas, sin embargo, en
el pasado eran los narcos los que proporcionaban las semillas, alquilaban los
terrenos y gestionaban todo.
Todavía siguen predominando hacia el sur las líneas rojas o negras,
variedades que toman colores morados, violáceos, púrpuras y granates
durante la maduración. Estas contrastan con las líneas verdes, doradas o
“rubias” como la antigua Santa Marta, también llamada Mona
Amarilla, más comunes al norte del país. Este color dorado podría deberse a
que antiguamente se secaban uno o dos días al sol antes de guardarlas
debido a la altísima humedad, para evitar que la cosecha se pudiese
comprometer.
La Punto Rojo la semillas feminzadas mas deseadas:
Esta es una de las líneas rojas americanas más conocidas en todo el
mundo, es una variedad que también está extendida por Panama, Perú y
otras regiones de América del Sur, en las que se cultivaba asiduamente
cannabis de calidad. Los americanos las conocen como Colombian Red Hair,
por los colores rojizos y anaranjados que adquieren los pistilos de las flores
femeninas, al dejar de ser fértiles y marchitarse. Aunque debemos tener en
cuenta que son denominaciones populares, poco rigurosas a la hora de
clasificar líneas o ecotipos de una especie.

Es una variedad propia de montaña, posiblemente esté emparentada con


la también afamada Panamá Red (panameña roja)
Ambos países compartan líneas o vías de introducción de la planta, como
hablábamos anteriormente. No obstante, el origen exacto de todas estas
líneas rojas americanas todavía sigue siendo un misterio, así como si
provenían originariamente de Brasil, el Caribe, México, etc. Resulta curioso
observar que en África o la India no existe una gran variedad de líneas
rojas o moradas, aunque se presume que este es el origen ancestral y
evolutivo de la mayoría de cultivares de marihuana tropical.

En México, sin embargo, si existe mucha bibliografía que habla de líneas


moradas y púrpuras, aunque su origen no debiera ser muy diferente. En
general todas estas son líneas de efectos muy eufóricos y estimulantes para la
mente. Las mejores Punto Rojo tienen fama de ser un incluso un
poco alucinógenas o lisérgicas; produciendo distorsiones visuales o
auditivas, como muchas otras buenas líneas de cannabis tropical.

Santa Marta Gold de los tipos landrace mas sativos :


La legendaria Santa Marta Colombian Gold y otras líneas rubias o
amarillas son originarias de las montañas al norte del país, en la
costa que se encuentra frente a Jamaica y otras islas caribeñas. Desde allí
se exportaban a menudo a través del puerto hacia los Estados
Unidos, donde eran muy apreciadas por su color tostado que elevaba su
estatus a la categoría “oro”.
Dice la leyenda que, ante la demanda de colombianas doradas en el
mercado norteamericano, los granjeros practicaban cortes alrededor del tallo
de las plantas cuando estaban a punto de ser cosechadas para favorecer a
una muerte lenta de la planta que provocaba ese amarilleo clorótico en las
hojas, esto originaría las cotizadas y doradas flores.

Fue una de las primeras variedades de la vieja escuela en desaparecer tras


la Bonanza Marimbera,
en el presente apenas sobrevive a través de algunos híbridos que se han
realizado con ella.
Mango Biche colombiana de las marihuana sativas mas
productivas :
La Mango biche es otra línea colombiana muy afamada, bautizada así
por sus olores afrutados y ácidos que recuerdan al fruto de mango verde y a
otras frutas tropicales o incluso melocotón. Mango “biche” es el nombre que
le dan los locales al mango verde o poco maduro, que se consume
habitualmente con sal y limón toda la región.

Tiene un olor muy ácido y perfumado que también podemos encontrar en


esta línea tan afamada en Colombia.
Junto con la Punto Rojo es posiblemente una de las variedades más
cultivadas en las montañas del país.
Tiene una floración muy larga también, pero su aroma exquisito y su
finura hacen que sea una de las más apreciadas.
Corinto de las mas resinosas en exterior:
Estas líneas proceden de regiones más sureñas, en la región de Corinto y el
Valle del Cauca, un municipio con bastante fama local por la marihuana
que produce, conocida por sus colores morados y púrpuras. También son
líneas predominantemente rojas, aunque no tan tardías como las
Punto Rojo.

Posiblemente porque se trata de una zona de gran producción donde ha


tenido lugar cierta hibridación.
Las líneas tradicionales están muy mezcladas y diluidas en una gran
cantidad de variedades, cuyo origen es difícil de trazar con certeza.

El papel de las colombianas en los híbridos modernos:


Los colores de todas estas colombianas rojas y negras recuerdan mucho a los
fenotipos de esos mismos colores encontrados en las líneas tradicionales
Haze. Como bien sabemos, la Haze fue un cultivar legendario creado a
finales de los años 60 en California. Inicialmente, las primeras Haze de Santa
Cruz (Haze tardía) fueron el resultado de hibridar tres líneas colombianas
diferentes: una Punto Rojo, una Magenta y una dorada (Colombian Gold).
Las plantas resultantes tenían floraciones interminables, a veces se
cosechaban cercanas al día de Año Nuevo. Eran plantas vigorosas de
efectos muy psicoactivos, especialmente deseadas por los fumadores de
esa época y circulaban a sus anchas por los primeros Harvest Festival de
California. Aunque difícilmente era posible cosecharlas con éxito en
esa región a menos que fuese con ayuda de un
invernadero. Posteriormente se les sumarían genes de Tailandia o
la India, para acabar así conformando uno de los híbridos más
legendarios de la historia.

SKUNK
La Skunk ha sido otro de estos híbridos fundamentales, uno de los
primeros y únicos trabajos de fitomejoramiento a gran escala de Cannabis,
llevado a cabo por David P. Watson, fundador de Sacred Seeds,
Cultivator’s Choice y Hortapharm. Se basa en un híbrido inicial de
afgana de Mazar-I-Shariff con colombiana dorada, al que posteriormente se
le añadieron genes mexicanos de Acapulco para mejorar la relación
cáliz/hoja de las flores y acortar los tiempos de maduración.
Fue el primer proyecto serio de hibridación y mejora de Cannabis, que tenía
como objetivo originar un cultivar con el aroma y la calidad de efecto de las
viejas marihuanas importadas o las mejores Haze, a la vez que presentaba
una maduración más temprana y buena producción que permitiese cosechar
las plantas en California, antes de la llegada de las primeras heladas
otoñales.

Las variedades colombianas generalmente no son muy comunes ni


deseadas, debido a que la dificultad de su cultivo, su floración
interminable y crecimiento desmesurado, suelen imponer bastante a los
cultivadores, especialmente en interior. Sin embargo, tienen muchas
ventajas: la gran facilidad con la que se pueden clonar, no es necesario darles
crecimientos largos ni fotoperiodos superiores a 12h y son muy resistentes a
la lluvia, o incluso el frío, debido a su rusticidad. Asimismo, proporcionan
efectos muy estimulantes y experiencias pocas veces encontrados en las
variedades comerciales más rápidas, para aquellos que gusten de las
variedades más activas y de disfrutar del Cannabis sin la sensación de
pesadez proporcionada por la sangre del Hindu Kush.

Estas plantas, como la mayoría de tropicales, muestran su mayor potencial y


esplendor bajo en sol. Sin embargo, para los aventureros que quieran
probarlas en interior, recomendamos el uso de macetas pequeñas de 1l o 2l
como máximo y otros sistemas para controlar su tamaño y altura como el
cropping o pinzado de tallos, poda de raíces, las mallas y el atado.
Todos se han mostrado muy efectivos para restringir el desarrollo.
Igualmente, para una correcta floración se recomienda un fotoperiodo de 11h
de luz y 13h de oscuridad, normalmente poniendo los esquejes directamente
a florecer para evitar crecimientos desmesurados. Con estas claves, estamos
seguros de que podréis disfrutar de la experiencia y catar flores exóticas, sin
necesidad de viajar a Colombia, ni demasiadas complicaciones.
Queremos agradecer a los diversos cultivadores colombianos y
especialmente a Enrique, que han compartido sus experiencias
personales en Colombia y con estas líneas tan queridas por ellos.
Nos despedimos hasta el próximo artículo con recomendaciones de algunas
variedades, para aquellos que deseen probar una buena representación de
los genes colombianos disponibles en la actualidad

 Punto Rojo (Cannabiogen): Clásica colombiana de la región de Cauca,


recogida, preservada y algo refinada por los mayores expertos en variedades
americanas del país. Presenta gran potencial para aquellos curiosos de
probar colombianas en estado puro o elaborar sus propias variedades.
Floración larga y colores dignos de la realeza. De 16 a 24 semanas de
floración.

 Mangobiche (Cannabiogen): Otra colombiana tropical poco domada,


con un peculiar aroma a mangos y frutas tropicales. Procede de la región de
Cali en la zona centro del país, es una línea particular que llevaba
generaciones siendo mantenida. Su efecto es también muy estimulante y
activo, aunque agradable y balanceado. Es una línea bastante lenta, de 18 a
24 semanas de floración. Pero conserva la cálida de aromas y efectos, lo que
le proporciona un gran potencial para ser explorada o usada para crear
nuevos híbridos. Sólo para valientes y climas subtropicales.

También podría gustarte