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Caso de la Mina TESORITO1

Francisco Souza había estado trabajando en la mina Tesorito por casi 15 años. Había sido un
trabajo maravilloso para él. Le gustaba el país; le gustaba la gente y le gustaba el trabajo que
realizaba en la mina; se sentía parte de Montañitas, la comunidad que quedaba a solo 40
kilómetros de distancia. Fue en Montañitas donde conoció a su esposa; fue en Montañitas
donde nacieron sus dos hijos, de dos y cuatro años. Durante los últimos dos años, Francisco
había presidido el Festival Anual que se celebra todos los años en el mes de enero en el pueblo,
para celebrar el final de la estación de lluvias. Este sería su tercer año.

Sin embargo, de buenas a primeras parecía que la burbuja se había reventado. Tal vez,
Francisco no debía de estar demasiado sorprendido. En realidad, cada vez que reflexionaba
acerca de todo lo que se había producido durante la última década, sentía una inquietud cada
vez mayor sobre el futuro de la mina. Sin embargo, siempre había desechado esa inquietud
diciéndose a sí mismo que estaba siendo demasiado aprehensivo. Pensaba que lo mejor era
que otros se preocuparan de este tema para así poder continuar trabajando.

Francisco ingresó a la mina en la primavera de 1999. Fue asignado al Departamento Ambiental


y de inmediato se unió al grupo de trabajo que estaba desarrollando un sistema de calidad de
agua y un sistema de monitoreo y supervisión geotécnica. EI puesto le encajaba bien. Siempre
le había gustado la química y, aunque el trabajo geotécnico era nuevo para él, era fascinante y
no había duda de que tenía la capacidad necesaria para ejecutar dicho trabajo.

Su única queja pudo haber sido (aunque nunca se lo dijo a nadie) que sentía que los
funcionarios gerenciales de más alto nivel nunca tomaban los informes que preparaba este
grupo de trabajo con mucha seriedad. Los presupuestos ambientales siempre habían sido
penosamente limitados y Francisco siempre parecía estar desorganizando algo simplemente
para luego arreglarlo. Esta no era la forma como él prefería trabajar pero, por otro lado, le
había permitido demostrar su creatividad.

Además, con la forma silenciosa en que lograba que se hicieran las cosas a tiempo, se había
ganado el respeto de sus compañeros y el año pasado también había recibido un
reconocimiento de la empresa. Poco tiempo después, y en vista de que su jefe estaba siendo
transferido a la nueva mina del Perú, Francisco había sido nombrado Director de Desarrollo
Sostenible de la mina Tesorito.

En algunas ocasiones, Francisco también se había sentido algo incómodo al tocar el tema de la
comunidad con la oficina principal de la empresa TesoritoCorp S.A. Algunas veces Francisco
sentía que la oficina principal consideraba que este tema era más bien irritante. En la medida
en que la producción se mantuviera alta, poco importaba lo demás. A veces pensaba que sería
bueno que la casa matriz en pleno asistiera al festival que marca el final de la estación de
lluvias y viera personalmente lo importante que la mina era para la comunidad y viceversa.

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Adaptado de Anthony Hodge Consultants Inc
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Más aún, cada vez estaba más preocupado porque la comunidad parecía no entender del todo
el hecho de que la mina no sería eterna. A pesar de las declaraciones explícitas y públicas,
algunos pobladores - sus amigos - continuaban construyendo nuevos edificios de alquiler,
justamente cuando el cierre de la mina parecía inminente. Un poblador incluso había obtenido
con éxito una donación bastante significativa de una entidad internacional para instalar una
panadería, en base a proyecciones de población que el sabía eran sumamente improbables.

La casa matriz parecía no estar consciente de lo mucho que la economía de la comunidad local
dependía de los servicios de la mina. Más aún, en cuanto a la vida agrícola se refiere, se había
producido un giro radical en la comunidad. Se había registrado un descenso general en la
actividad agrícola y, con la atracción que la mina y la industria de servicios conexos
representaba para los pobladores locales, la horticultura también había experimentado un
descenso y estaba siendo reemplazada por actividades ganaderas que requerían de poca mano
de obra. En vista del inminente cierre de la mina, las implicancias de este cambio eran
sumamente preocupantes, pero la casa matriz parecía no estar muy preocupada de este tema.

Luego de una década de perseverancia silenciosa pero bien recompensada, ahora parecía que
este tranquilo mundo se hacia pedazos a sus pies. Miró por un momento a través de la ventana
y apreció la densa vegetación de la cordillera detrás de la mina con una zigzagueante tubería
de suministro de agua que descendía de los escarpados montes en dirección sudeste. Cielo
azul, sol, y un día maravilloso. Un sentimiento terrible. En realidad, todo empezó hace 8 meses
en septiembre....

Primero fue la sociedad de Conservación de Montañitas (SCM). De alguna manera, se habían


enterado de los resultados de las pruebas ARD (drenaje acido de la roca) de los relaves del
nuevo tajo. EI problema de los relaves era conocido - aunque no era tan serio como el
problema que enfrentaban muchas otras minas. Pero ese no era el punto. Lo cierto era que la
SCM se había puesto en contacto con los medios de comunicación y la entrevista posterior que
Francisco tuvo con la prensa fue una de las peores experiencias de su vida. Nunca antes había
estado en una posición tan incómoda. Precisamente ese no era su juego. Carlos Trelles, su jefe
y además el Gerente de la Mina, había hecho todo lo que podía. Pero Francisco era la persona
que realmente comprendía el tema y, al final, fue a él que la prensa se dirigió con mordaces
preguntas. No, no salió bien.

¿Qué puedes decir si alguien te pregunta si el problema continuará después de un siglo? Por
supuesto, la respuesta es sí, ¿pero cómo logras explicar cómo es que el sistema contendrá el
problema? La prensa nunca parece estar interesada en las soluciones. Y luego la prensa centró
su puntería en el tema del cianuro, seguido del tema del arsénico. Luego continuaron con el
incidente de Boliden que se produjo en España y con el incidente del helicóptero ocurrido en
Papúa Nueva Guinea. También querían saber cómo es que el transporte de reactivos a la mina
estaba siendo monitoreado y controlado y con qué planes de contingencia contaba la empresa
para hacer frente a un derrame en el camino. Con respecto a este tema, tanto Francisco como
la empresa fueron agarrados desprevenidos. Él había estado tratando de formular un plan
durante tres años, pero simplemente no pudo obtener los recursos necesarios para hacerlo.

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Para colmo de males, continuaron con el tema de la pluma de contaminantes2 que se
desplazaba desde la antigua poza de relaves hacia el riachuelo. Por supuesto, era un tema
conocido y, efectivamente, la pluma se estaba desplazando y contenía algo malo. Los titulares
del día siguiente fueron lo peor que se podía esperar "Mina de Oro dejará Legajo Ácido". Todo
esto sucedió hace seis meses, pero fue como un presagio de las cosas que sucederían luego.

Lo que Francisco sí no fue obligado a tratar durante la entrevista con la prensa, gracias a Dios,
fue la existencia de una zona que parecía ser una falla alterada por los agentes atmosféricos
entre la posición actual de la pluma y el riachuelo. Uno de sus estudiantes del programa de
verano había descubierto esta falla el verano anterior y luego había descubierto que la zona
estaba claramente marcada en uno de los primeros mapas de exploración que abarcaban esta
área. “¿Por qué no se habían aprovechado esas ideas del programa exploratorio en el proceso
de diseño de la mina?" Francisco terminó preguntándose.

La zona de la falla tenía tres posibles explicaciones: (I) o bien era el resultado de fallas
recientes producidas en el área, (2) o bien reflejaba un plano de deslizamiento; (3) o ambos. En
un inicio se pensó que si verdaderamente existía una zona de inestabilidad, ésta se encontraba
en el lado opuesto del valle, con respecto a los relaves. En todo caso, la falla parecía tener por
lo menos un metro de largo y parecía además tener un alto contenido de arcilla. Si era
continua, podía servir de barrera natural para contener la pluma contaminante y realmente
ayudaría en el caso. Por el contrario, si no era continua, la zona de fractura asociada podía
facilitar un desplazamiento más rápido de la pluma en dirección al riachuelo.

No obstante, no habían tenido la oportunidad de realizar ninguna investigación detallada.


Necesitaban perforar y no se contaba con los recursos necesarios para corroborar las
especulaciones geotécnicas de un estudiante de verano que trabajaba en la antigua pila de
relaves. Además, era necesario tener un sacatestigos con triple revestimiento para tomar la
muestra; y el equipo más cercano disponible que contaba con este dispositivo estaba muy lejos
del lugar. Bueno, tal vez ahora, con todos los demás problemas, Francisco recibiría el apoyo
necesario para realizar el trabajo requerido.

En octubre, lo que desató una verdadera crisis no fue un asunto público, sino más bien algo
que ya se veía venir dentro de la empresa. El Gobierno había estado presionando durante
varios años para que la empresa presentara un plan completo de cierre de la mina. Francisco
nunca había reflexionado mucho acerca de todos los aspectos involucrados; el Director anterior
siempre lo había hecho. Pero un día, mientras una serie de ideas daban vueltas por su cabeza,
efectuó un cálculo de la capacidad que aún quedaba en la nueva poza de relaves, en
comparación con el ciclo de vida proyectado de la mina, incluyendo los nuevos descubrimientos
de agosto. No había suficiente espacio, ni nada por el estilo. " Alguien había efectuado un mal
cálculo o sobreestimado la capacidad de la poza, o algo así!”.

Y, luego los precios del oro y del cobre empezaron a bajar. La mina Tesorito no se veía
amenazada por este descenso: los costos de producción de cada onza de oro y cobre eran

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cuando el derrame de un hidrocarburo se deposita sobre las napas de agua y por eso tiene la
forma de una pluma que va evolucionando.
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menores que los de la industria tomada en su conjunto, y el descubrimiento que se había
efectuado el año anterior de un nuevo depósito de alta ley había despertado nuevas esperanzas
con respecto al ciclo de vida de la mina, que se pensaba se podía extender ligeramente. Pero el
caso era que la empresa tenía una serie de operaciones mucho más marginales y, a medida en
que se tornaran poco rentables, la importancia de la Mina Tesorito para la empresa se
incrementaría. El resultado fue una fuerte presión para reducir los costos. Y todo esto se
producía precisamente cuando los costos de planeamiento e implementación de los programas
ambientales relacionados con las operaciones y con el cierre de la mina se estaban
incrementando, tal vez drásticamente.

Cómo hubiera querido Francisco que la empresa hubiera considerado todos estos aspectos de la
operación en una etapa temprana y que hubiera considerado y resuelto todos estos asuntos a
lo largo del camino. En retrospectiva, se hubieran podido efectuar una serie de cambios de
diseño que hubieran podido hacer la vida mucho más fácil para la mina (y para él) a medida
que se acercaba al cierre.

Estamos hablando del mes de Septiembre. En Diciembre las cosas empeoraron. En primer
lugar, las fuertes lluvias causaron un pequeño descenso en la producción y, con él, la ruptura
de la tubería de relaves. Esto sucedió en la víspera de Navidad, cuando sólo un equipo de
trabajo básico estaba trabajando en el molino. El incidente pasó inadvertido durante
aproximadamente 2 horas, tiempo suficiente para que causara un verdadero problema.
Afortunadamente, el incidente se produjo en una hondonada y el derrame fue contenido. Pudo
haber sido mucho peor pero, nuevamente, la prensa se prendió del tema y convirtió el incidente
en un tema fuera de proporciones. Los dos programas de entrevistas de la comunidad se
abocaron a la discusión del derrame durante más de una semana. Y, nuevamente, Francisco
descubrió que su enfoque silencioso acerca de estos temas no siempre era acogido por la radio.
Francisco pensó que estaba haciendo lo que debía, pero el público pensó que el estaba
esquivando el asunto.

La llamada que recibió el último día aún daba vueltas por su mente. La persona que lo llamó le
explicó que la formación de un grupo asesor con base en la comunidad hubiera ayudado a que
el público se involucrara directamente en los temas de monitoreo ambiental y social
relacionados con la mina. Francisco pensó que poner esta idea en práctica costaría dinero,
aunque no mucho. Pensó además que era poco probable que la gerencia de más alto nivel de la
casa matriz estuviera de acuerdo con esta propuesta, ya que significaba someter a la empresa a
un cierto tipo de escrutinio público. Pero, intuitivamente, Francisco se interesó por esta
propuesta.

Luego, como llovido del cielo, se presentaron una serie de nuevos temas que llegaron
directamente a sus manos. Cuando la operación de la mina empezó en 1985, se llegó a un tipo
de acuerdo informal con la población indígena del área (Yauyos) para contratar parte de su
gente para que proporcione la mano de obra requerida para los trabajos de la mina. Durante la
etapa temprana de la fase de exploración se contrataron a unos cuantos trabajadores y uno de
los geólogos del proyecto tuvo una relación amorosa con la hija del jefe de la comunidad. Pero
a medida que las operaciones de la mina continuaron, la empresa nunca prestó mayor atención
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a este tema. Se contrató a unos cuantos miembros de la comunidad Yauyos, pero nunca por
períodos mayores de seis meses. Debido a las conexiones que Francisco tenía con la
comunidad, estaba al tanto del informe presentado por el funcionario de salud local en donde
se documentaba que el número de madres solteras entre las mujeres de la comunidad de
Yauyos se había triplicado desde el inicio de las operaciones de la mina.
Además, también estaba al tanto de las discrepancias cada vez mayores entre los
"modernistas” de la comunidad, que buscaban nuevas oportunidades de trabajo, y los
"tradicionalistas", que querían preservar su cultura y sus creencias. La división se produjo más
bien entre las distintas líneas generacionales, creando tensión a nivel familiar. Más aún,
Francisco recién se había enterado que cuando la comunidad de Yauyos finalmente autorizó la
operación minera, la empresa sólo había estado sosteniendo conversaciones con un comité
compuesto por Yauyinos jóvenes y que nunca explicaron que el tajo destruiría un lugar sagrado
para sus prácticas espirituales. Los mayores sentían ahora mucha rabia por la élite de miembros
menores, ya que no habían informado a la empresa acerca de este conflicto, y también sentían
rabia por la élite de miembros menores y la empresa por no respetar sus valores tradicionales.

Ahora que la comunidad estaba ejerciendo una presión cada vez mayor y el gobierno central
estaba tratando a regañadientes de negociar algún tipo de acuerdo con esta comunidad, los
compromisos asumidos por la empresa en la etapa inicial del proyecto estaban saliendo a la luz,
mientras la prensa sacaba ventaja de esta situación. Tenemos más ejemplos, afirmaban, de
racismo, discriminación, mala fe y promesas incumplidas.

Nuevamente, el tema de la comunidad de Yauyos había puesto sobre el tapete el tema del
efecto de la contaminación sobre las actividades de pesca en el Río Yauyos y en el Lago
Chirado. Mientras que la comunidad de Montañitas hacia todo lo posible por relacionarse con
los pobladores de Yauyos, el silencio era sepulcral en la Municipalidad, que ya no brindaba a la
empresa el sólido apoyo que le ofrecía en el pasado. Los pobladores de Yauyos incluso habían
llegado más lejos, ya que habían presentado sus quejas al Presidente de las Naciones Unidas.
Todo esto había dejado a Francisco muy triste, incómodo y aislado.

Encima de todo, la entidad reguladora que estaba siendo presionada por las comunidades
indígenas, por los ambientalistas e incluso por algunos miembros de la Cámara de Comercio
del pueblo que estaban preocupados por el futuro de sus negocios (aunque era un grupo
minoritario) habían finalmente conminado a la empresa a presentar su plan de cierre. Ahora la
empresa tenía 6 meses para completar el borrador de un plan que abarcara todos los
mecanismos técnicos, financieros y sociales requeridos para cubrir el período de transición
hasta el cierre, así como el cuidado del área en perpetuidad.

El trabajo que Francisco había realizado con respecto al desarrollo de un sistema de manejo
ambiental nunca había ido más allá de las consideraciones conceptuales. Francisco no había
causado mayor impacto en la gerencia de alto nivel cuando destacó el paralelo que existe entre
el sistema de contabilidad financiera y la necesidad de recolectar, almacenar y analizar
sistemáticamente información ambiental. La importancia de demostrar un nivel de diligencia
adecuado, idea que había escuchado en el curso de la conversación de un abogado de la
comunidad que discutía una serie de inquietudes acerca del molino local de pulpa y papel, no
parecía haber calado en la empresa, como tampoco lo habían hecho las publicaciones cada vez
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más constantes que describían las actividades del sistema de manejo ambiental de las demás
industrias. Poco tiempo atrás se había enterado que una empresa, Baxter International,
elaboraba una Declaración Financiera Ambiental Anual donde documentaba cómo es que los
"costos" ambientales estaban efectivamente generando un retorno positivo sobre la inversión y
que eso era antes de la atención brindada a temas cualitativos como el orgullo de los
empleados, la productividad de la empresa y el espiritu de la comunidad.

Cómo hubiera querido Francisco que la empresa ya contara con un sistema de manejo
ambiental aprobado, para así tener la base necesaria para el diseño e implementación de un
plan de cierre efectivo. Y, en vista de que Francisco había ido comprendiendo lentamente el
alcance de estas responsabilidades "sociales", de buenas a primeras se encontró analizando un
sistema paralelo de datos e información sobre las responsabilidades de la empresa con respecto
a los grupos de interés (stakeholders), tanto internos como externos. Las empresas de otros
sectores industriales ya estaban incursionando en esta área. ¡Había tanto en qué pensar!

El ciclo de vida de la mina había sido originalmente estimado en 15 años y ahora estaba siendo
extendido a 20 años con las nuevas reservas descubiertas como resultado del trabajo
exploratorio, tanto en la operación de tajo abierto, como en la operación subterránea. La mina
se encontraba ya en el año 17, lo que significaba que quedaban 3 años para dejar todo listo
para el cierre, asumiendo que no se descubrieran reservas adicionales. Y si la caída de los
precios continuaba, la empresa podía perder piso incluso antes de este plazo.

Parecía que todo estaba llegando directamente a manos de Francisco.

Ahora el mismo Presidente de la empresa había decidido tomar cartas sobre el asunto
(Francisco había escuchado decir a algunos amigos de la casa matriz que era debido a la fuerte
presión del Directorio). Es más, el Presidente le había pedido a Carlos Trelles, Gerente de la
Mina, que completara una revisión de todos los antecedentes pertinentes y desarrollara un plan
de acción genérico para el enfoque de nuevos proyectos. La mina Tesorito formaría parte de la
primera etapa de un sistema completo de revisión.

Ayer, Francisco se reunió con Carlos Trelles (Gerente de la Mina) y Antonio Solís
(Vicepresidente de Operaciones Mineras) para discutir los pasos a seguir. Por primera vez,
tuvieron un intercambio de ideas sobre sostenibilidad y la forma cómo este concepto podría
aplicarse a la Mina Tesorito.

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