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03CAPITULO2 Metodologia PDF
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2.1 Introducción
La vulnerabilidad sísmica de una estructura, grupo de estructuras o de una zona
urbana completa, se deÞne como su predisposición intrínseca a sufrir daño ante la
ocurrencia de un movimiento sísmico y está asociada directamente con sus caracte-
rísticas físicas y estructurales de diseño (Barbat, 1998).
El concepto de vulnerabilidad sísmica es indispensable en estudios sobre riesgo
sísmico y para la mitigación de desastres por terremotos. Se entiende por riesgo
sísmico, el grado de pérdidas esperadas que sufren las estructuras durante el lapso
de tiempo que permanecen expuestas a la acción sísmica. A dicho lapso de tiempo se
le denomina período de exposición o período de vida útil de la estructura. Por otra
parte, la mitigación de las desastres, en el ámbito de la ingeniería, corresponde a
la totalidad de las acciones que tienen como objetivo la mejora del comportamiento
sísmico de los ediÞcios de una zona, a Þn de reducir los costes de los daños espera-
dos durante el terremoto (Barbat, 1998). Así, es evidente que para mitigar el riesgo
sísmico de una zona, es necesario disminuir la amenaza, la vulnerabilidad y el costo
de reparación de las estructuras afectadas. El conocimiento adecuado de la amenaza
sísmica existente, permite deÞnir tanto la acción que debe considerarse en el diseño
de nuevas estructuras como el sitio donde pueden ser construidas, de tal forma que
las condiciones de los emplazamientos sean óptimas, esto es: alejados de las fallas,
evitando los rellenos, los lugares con posibles asentamientos o deslizamientos y los
de alto potencial de licuefacción. Sin embargo, poco puede hacerse para reducir
la amenaza a la que están expuestas las estructuras existentes, por lo tanto, si se
desea disminuir el riesgo, se requiere una intervención directa sobre la vulnerabili-
dad. El conocimiento del comportamiento sísmico de las estructuras, permite deÞnir
los mecanismos y acciones de refuerzo requeridos para la reducción de los efectos
provocados por los movimientos del terreno. Para el caso de construcciones nuevas,
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10 CAPÍTULO 2. VULNERABILIDAD Y DAÑO SÍSMICOS: CONCEPTO Y EVALUACIÓN
pueden plantearse nuevos sistemas constructivos y/o nuevas Þlosofías de diseño que
garanticen el buen desempeño de cada uno de los elementos expuestos.
Técnicas directas
Estas técnicas predicen, con un solo paso, el daño causado por un sismo a una
estructura, a partir de dos tipos de métodos: los tipológicos y los mecánicos.
principal limitación es que no permite tener en cuenta las modiÞcaciones que han
sufrido las estructuras a lo largo de su vida útil, como por ejemplo reparaciones.
Estado Daño Daño Relación Intensidad del sismo
daño estructural no estructural de daño V VI VII VIII IX
0 Ninguno Ninguno 0 - 0.05 ... ... ... ... ...
1 Ninguno Menor 0.05 - 0.3 ... ... ... ... ...
2 Ninguno Puntuales 0.3 - 1.25 ... ... ... ... ...
3 No apreciable Distribuidos 1.25 - 3.5 ... ... ... ... ...
4 Menor Substanciales 3.5 - 4.5 ... ... ... ... ...
5 Substancial Severo 7.5 - 20 ... ... ... ... ...
6 Mayor Casi total 20 - 65 ... ... ... ... ...
7 Construcción en ruinas 100 ... ... ... ... ...
8 Colapso 100 ... ... ... ... ...
Tabla 2.1. Formato de la matriz de probabilidad de daño para una tipología dada.
Una de las primeras aplicaciones de este tipo de métodos fue el trabajo realizado
por Whitman et, al. (1974). A partir de un levantamiento de daños causados por el
sismo de San Fernando, el 9 de Febrero de 1971, cubriendo aproximadamente 1600
construcciones de 5 o más niveles, se generaron matrices de probabilidad de daño
para cada tipo de construcción. La forma general de estas matrices se muestra en
la Tabla 2.1 (Whitman et al., 1974). Cada número en la matriz (indicado por ...)
expresa la probabilidad que una construcción de una determinada clase, experimente
un nivel de daño por causa de una intensidad sísmica dada. La relación de daño se
deÞne como la relación entre el costo de reparación y el costo de reposición. Este
formato ha llegado a ser el más utilizado para deÞnir la distribución probable del
daño. No obstante, el número de estados de daño considerados generalmente varía
entre cuatro y seis, con una tendencia a no utilizar demasiados estados ya que es
difícil distinguirlos.
2. Métodos de análisis detallados: estos métodos sólo son aplicables a las cons-
trucciones que puedan ser representadas por modelos mecánicos y, general-
mente, son utilizados para la evaluación de estructuras individuales, debido
a que involucran análisis detallados y modelos más reÞnados que no son ade-
cuados para proyectos de escenarios sísmicos, donde es necesario evaluar la
14 CAPÍTULO 2. VULNERABILIDAD Y DAÑO SÍSMICOS: CONCEPTO Y EVALUACIÓN
Técnicas indirectas
Técnicas convencionales
Datos de entrada
Se consideran 5 tipos de datos de entrada:
Métodos
Ésta clasiÞcación considera tres tipos de métodos:
Resultados
Hay dos clases de resultados:
- Elementos estructurales: son los elementos que componen los sistemas re-
sistentes de cargas verticales (gravitatorias) y cargas laterales.
- Contenidos: son los elementos que están dentro del ediÞcio pero no hacen
parte de la estructura, tales como: maquinarias, equipos, mobiliario, artículos
de decoración, etc.
ID = ID (Qi ) (2.1)
Los parámetros de daño pueden dividirse en dos clases principales: (a) pa-
rámetros basados en el nivel alcanzado por la demanda de un cierto recurso
(deformación, resistencia, disipación de energía, etc.) y (b) parámetros basa-
dos en la degradación experimentada por ciertas variables (rigidez, frecuencia
fundamental, etc.).
Una de las funciones más empleadas de este tipo de representación del daño,
en estructuras de hormigón armado, corresponde al índice propuesto por Park
y Ang (1985). Este índice expresa el daño en función de la ductilidad de
deformación y de la energía inelástica disipada.
- Representaciones físicas: son representaciones directas que no requieren de un
modelo analítico pre-establecido. Se basan en los ”estados discretos de daño”,
esto es, descripciones cualitativas del daño por medio de palabras de diag-
nóstico (menor, sustancial, moderado, entre otras). Su inconveniente, desde
el punto de vista de la interpretación del daño, radica en la ambigüedad en
la deÞnición de los estados, conduciendo de esta forma a incertidumbres en
las operaciones de campo a la hora de valorar los daños en una estructura
mediante una simple palabra.
- Representaciones orientadas a pérdidas: requieren la deÞnición de modelos de
pérdidas que expresen el daño por medio de ”relaciones de daño”, las cuales
cuantiÞcan el valor relativo de una pérdida como la relación entre el costo de
reparación y el costo de reposición. Igualmente, existen también relaciones de
daño funcional, que expresan la degradación de alguna función en el sistema
dañado. Estas representaciones son las que se utilizan con más frecuencia,
debido a su relación con una especie de contexto socio-económico.
- Representaciones orientadas a reglas de deducción: se apoyan en la teoría
de la inteligencia artiÞcial para expresar el daño a través de un ”estado de
daño”, deÞnido en términos lingüísticos. Es un representación muy versátil,
2.3. DAÑO SÍSMICO 23
• Colapso
del sismo. Para ello, deÞnen tres categorías, las cuales son aplicables a estructuras
de hormigón armado y mampostería estructural:
• Utilizable: los daños estructurales son leves, lo cual permite que la estructura
puede ser utilizada inmediatamente después de ocurrido el sismo.
• Reparable
• Irreparable
• Colapso
A pesar que esta propuesta puede ser más difícil de aplicar desde el punto de
vista práctico, es mucho más útil como una herramienta para la toma de decisiones
de reforzamiento o para la planiÞcación y la valoración económica de las actividades
de reconstrucción después de ocurrido un sismo.
Clasificaciones combinadas
EERI (1994) adopta una escala de 5 estados discretos que incluyen los daños no
estructurales, el tiempo que permanece fuera de funcionamiento la estructura y el
riesgo al que se encuentran expuestos los ocupantes, esto es:
• Sin daño
• Total - Colapso o muy severo: los daños son irreparables y hay una probabili-
dad muy alta que se produzcan pérdidas de vidas humanas.
(EI)0 (Mm − My )
ID = 1 + (2.7)
(EI)1 My
2.3. DAÑO SÍSMICO 27
Figura 2.1. Parámetros que intervienen en el modelo propuesto por Banon et al. (1981)
para evaluar el daño.
donde Mm y My son el momento máximo y de cedencia, respectivamente.
Por otra parte, el modelo de Bracci et al. (1989) relaciona la curvatura residual
máxima Φm con la curvatura residual última Φu , mediante la siguiente ecuación:
Mm
Φm − (EI)m
ID = Mu
(2.8)
Φu − (EI)u
Figura 2.2. Parámetros del modelo de daño propuesto por Bracci et al. (1989).
Relaciones demanda - capacidad de resistencia Hasselman et al. (1980)
proponen utilizar un índice que relaciona la demanda con la capacidad de resistencia.
Para ello, utilizan los diafragmas bilineales de Momento - Curvatura (M vs φ) (ver
Figura 2.2) o Cortante - Desplazamiento (V vs D), obtenidos mediante la aplicación
de cargas monotónicas crecientes. El modelo se deÞne como:
Mm − My
ID = (2.9)
Mu − My
Vm − Vy
ID = (2.10)
Vu − Vy
los subíndices y, u y m corresponden respectivamente a los niveles de cedencia,
capacidad última y capacidad máxima del elemento debido al sismo. Las ecua-
ciones (2.9) y (2.10) están normalizadas, es decir, que un valor de ID igual a cero
corresponde a no daño y un valor igual a uno representa el colapso de la estructura.
(EI)y
ID = (2.11)
(EI)m
DeÞniendo las rigideces de la ecuación (2.11) en función del momento y curvatura
de la sección, se obtiene:
My Φm
ID = (2.12)
Φy Mm
donde Mm y My son el momento máximo y de cedencia y Φm , Φy son la curvatura
máxima y de cedencia.
Cuando un elemento se encuentra en el rango elástico, el valor de este índice de
daño es uno y a partir de éste valor crece indeÞnidamente conforme se degrada su
rigidez.
Banon et al. (1981) modiÞcaron ligeramente el modelo de Lybas y Sozen, me-
diante lo que denominaron, factor de daño a ßexión o FDR (”Flexural Damage
Ratio”), que relaciona la rigidez a ßexión en el punto de rotura y la rigidez a ßexión
máxima alcanzada en la respuesta sísmica. De esta forma, los valores obtenidos son
menores que uno. La expresión para este índice de daño ID en función del momento
y la curvatura es:
Mu Φm
ID = F DR = (2.13)
Φu Mm
En la Figura 2.2 se muestran los parámetros utilizados en los modelo de daño
propuestos por Lybas y Sozen (1977) y Banon et al. (1981).
Posteriormente, Roufaiel y Meyer (1987) sugieren una forma modiÞcada del
FDR, deÞniendo el factor de daño a ßexión modiÞcado MFDR (modified flexural
damage ratio), el cual relaciona las ßexibilidades de la sección de la siguiente forma:
! + −"
ID = MF DR = máximo de ID , ID (2.14)
Φ+ Φ+
y
m
+
Mm
− Mm+
+
ID = + (2.15)
Φ+ Φy
u
Mu+
− My+
Φ− Φ−
y
m
−
Mm
− Mm−
−
ID = − (2.16)
Φ− Φy
u
Mu−
− My−
el signo + y − tiene que ver con la forma como trabaja a ßexión el elemento, en
el sentido de si es cóncava o convexa. Este índice está normalizado, es decir que, un
valor nulo representa no daño y un valor igual a la unidad corresponde al colapso.
30 CAPÍTULO 2. VULNERABILIDAD Y DAÑO SÍSMICOS: CONCEPTO Y EVALUACIÓN
Índices acumulativos Para modelar la acumulación del daño que ocurre cuando
una estructura se ve afectada por una carga cíclica, generalmente se utiliza una
formulación de fatiga de ciclos bajos, en la cual el daño se considera como una función
de la deformación plástica acumulada o incorporando un término relacionado con la
energía histerética absorbida durante el sismo. Se analizan a continuación 3 tipos
de índices acumulativos: los basados en la deformación, los basados en la energía y
los mixtos.
es1 b2 − 1
ID = (2.19)
es1 − 1
$ dm,i
b = c1 (2.20)
df
2.3. DAÑO SÍSMICO 31
Figura 2.3. Parámetros del modelo de daño sísmico propuesto por Stephens y Yao (1987).
s1 y c1 son constantes deÞnidas por el usuario y b2 es un parámetro de ductilidad
de desplazamiento acumulada escalada. Con base en las comparaciones de ensayos
de uniones viga - columna, Wang y Shah sugieren tomar c1 = 0.1 y df = 5 dy . El
valor del parámetro s1 depende de la relación profundidad-luz y del nivel de refuerzo
de cortante. Se recomienda tomar s1 = 1.0 para uniones fuertemente reforzadas y
s1 = −1.0 para uniones pobremente reforzadas. Este índice básicamente es una
medida de la degradación de resistencia, donde la fuerza de cedencia Fy en un ciclo
de deformación se deÞne como la fuerza máxima en el ciclo anterior multiplicada por
(1 − ID ) (ver Figura 2.4). El uso de este modelo está condicionado a la necesidad
de calibración frente a daños observados durante un sismo.
Jeong e Iwan (1988) proponen una expresión para medir el daño ID , calibrada
a partir de daños observados en columnas de hormigón armado, la cual se obtiene
utilizando las reglas de Coffin-Manson y Miner para combinar los efectos de ciclos
que varían en amplitud, esto es:
$
n
ni µs2
i
ID = (2.21)
i=1
c2
Figura 2.5. Parámetros del modelo de daño sísmico propuesto por Chung et al. (1987):
Mu , My y Mf son los momentos último, de cedencia y de fallo, respectivamente, φy y φf
son las curvaturas de cedencia y de fallo y ∆Mi es la pérdida de resistencia debida a un
ciclo de carga.
2.3. DAÑO SÍSMICO 33
(Mi − Mf,i )
nf,i = (2.24)
∆Mi
Mf,i es la envolvente de fallo (ecuación 2.25), ∆Mi es la pérdida de resistencia
debida a un ciclo de carga (ecuación 2.26) y Mf es el momento de fallo.
2Φi
Mf,i = Mf (2.25)
Φi + 1
% &1.5
Φi − Φy
∆Mi = ∆Mf (2.26)
Φf − Φy
Φy y Φf son las curvaturas de cedencia y de fallo y ∆Mf es la pérdida de
resistencia en el instante donde se produce el fallo.
los cuales Fi ≥ 0.75Fy . Varios autores han propuesto expresiones similares a ésta
para deÞnir el daño en elementos de hormigón armado, sin embargo, las dispersiones
encontradas en los ensayos y pruebas realizadas, fueron bastante altas.
Para considerar la geometría del elemento, la carga axial y la armadura del
elemento analizado, Gosain et al. (1977) proponen utilizar la siguiente ecuación:
% &% &
hef ec 0.0005N
ID = IW 1 − 1+ (2.28)
a Acore
+ − + −
ID = ID + ID − ID ID
Este índice fue calibrado mediante ensayos dominados por la ßexión, y se obtuvo
un valor cercano a la unidad para el fallo del elemento, no obstante no se realizaron
pruebas para niveles intermedios de daño.
Hwand y Scribner (1984) propone un índice de daño ID en función de la energía
disipada, de la siguiente forma:
$
n
Ki d2i
ID = Ei (2.31)
i
Ke d2y
n es el número de ciclos, Ei , Ki y di son la energía disipada, la rigidez secante
a ßexión y la máxima deformación alcanzada en el ciclo i, respectivamente y Ke es
la rigidez a ßexión en el rango elástico. Los ciclos histeréticos que intervienen en la
evaluación de la ecuación (2.31) son aquellos cuya resistencia no disminuye del 75
% de la resistencia de cedencia.
2.3. DAÑO SÍSMICO 35
Figura 2.6. Parámetros del modelo de daño sísmico propuesto por Kratzig et al. (1989).
Índices combinados La mayor parte de los modelos que calculan el daño a
nivel local de elementos, corresponden a índices combinados, los cuales toman en
cuenta tanto los efectos de la relación demanda - capacidad como los efectos de la
acumulación del daño. Banon y Veneziano (1982) proponen uno de los primeros
modelo de daño combinado mediante la siguiente ecuación:
)
*%
* dm &2 ' % &0.38 (2
E
ID = +
h
− 1 + 1.1 2 (2.32)
dy Fy dy
$
n
ID = C (∆dpi )αi (2.33)
i=1
$
n % &2
Ki di
ID = Ei (2.34)
i=1
Ke dy
Ei es la energía disipada durante el ciclo i, Ke y dy son la rigidez elástica y la
deformación de cedencia, mientras que Ki y di son la rigidez a ßexión y la máxima
deformación alcanzada en el ciclo i; n es el número de ciclos para el cual la resistencia
no disminuye en más del 75 % de su valor máximo.
El índice combinado más utilizado para la deÞnición del daño acumulado, es el
propuesto por Park y Ang (1985). Éste consiste en una combinación de la deforma-
ción normalizada y la energía de absorción, esto es:
,
dm dE
ID = + βe (2.35)
du Fy du
du y dm son respectivamente las deformaciones últimas y la correspondiente
al punto de capacidad máxima, β e es un parámetro que representa la pérdida de
resistencia, E es la energía disipada y Fy es la fuerza de cedencia. El primer término
de la ecuación (2.35) es una simple medida del desplazamiento seudo-estático. El
segundo término tiene en cuenta la acumulación del daño. La ventaja de este modelo
es su simplicidad y que ha sido calibrado con una cantidad considerable de daños
observados durante varios sismos. Park et al. (1985) sugieren un valor de ID igual a
0.4 como límite entre un daño reparable e irreparable. Varias expresiones han sido
desarrolladas a partir del índice de Park y Ang, entre las cuales, está la propuesta
de Kunnath et al. (1991):
,
Φm − Φy dE
ID = + βe (2.36)
Φu − Φy My Φu
Φu , Φy y Φm son las curvaturas última, de cedencia y la correspondiente al mo-
mento máximo y My es el momento de cedencia.
Bracci et al. (1989) proponen otro índice de daño combinado. Este índice se
deÞne como la combinación del daño asociado a la pérdida de resistencia DS , el
daño correspondiente a una deformación irrecuperable Dd y la potencia de daño Dp ,
la cual se deÞne como el área entre el diagrama Momento - Curvatura (M − Φ) y la
envolvente de fallo (ver Figura 2.7). El índice de daño ID se calcula como:
DS + Dd
ID = (2.37)
Dp
Para obtener de manera simpliÞcada los valores de DS , Dd y Dp , Bracci et al.
(1989) utilizan una relación bilineal para el diagrama momento - curvatura (ver
Figura 2.8), a partir de la cual proponen las siguientes relaciones:
DS = ∆M (Φf − Φy ) (2.38)
2.3. DAÑO SÍSMICO 37
Figura 2.8. Modelo simpliÞcado de daño propuesto por Bracci et al. (1989).
38 CAPÍTULO 2. VULNERABILIDAD Y DAÑO SÍSMICOS: CONCEPTO Y EVALUACIÓN
Dp = My (Φf − Φy ) (2.40)
Reemplazando las ecuaciones (2.38), (2.39) y (2.40) en la ecuación (2.37), se
obtiene:
ID = DM + DΦ − DM DΦ
Reinhorn y Valles han propuesto para ciclos bajos de fatiga, el siguiente modelo
de daño:
dmax − dy 1
ID = - . (2.44)
du − dy 1 − Eh
4(du −dy )Fy
$N
E
IDglobal = # j IDj (2.47)
j=1
Ej
#
wi I b+1
IDpiso = # Dbi (2.48)
wi IDi
donde un valor alto de la constante b resalta los elementos más severamente
dañados del piso. Utilizando esta deÞnición se consigue que el daño ocurrido en la
base de la estructura tenga mayor incidencia en la estimación del índice de daño
global, disminuyendo dicha incidencia en los pisos superiores.
% &2
Td
IDpl =1− (2.50)
Tm
% &2
Ta
IDF =1− (2.51)
Td
Ta y Td son los períodos antes y después del sismo y Tm es el período máximo
obtenido de la respuesta temporal de la estructura (ver Figura 2.9).
2
K2,m
D2 = 1 −
K2,a
los valores de K son la rigidez de un sistema de dos grados de libertad, que tiene
las masas y los dos primeros períodos iguales a los de la estructura original. Así,
K1 y D1 representan la parte baja de la estructura y K2 y D2 la parte más alta.
Estas dos expresiones permiten establecer la distribución probable del daño. Los
subíndices ”m” y ”a” se reÞeren respectivamente al valor máximo durante el sismo
y al valor inicial de la rigidez del sistema de dos grados de libertad.
dm − dy
IDglobal = GDP = (2.52)
du − dy
Vm − Vy
IDglobal = (2.53)
Vu − Vy
Tabla 2.3. Correlación entre el índice de daño total de Park y Ang y cinco
estados discretos de daño.
Intervalo de Estado discreto
variación de ID de daño
ID < 0.11 Sin daño
0.11 ≤ ID < 0.40 Reparable
0.40 ≤ ID < 0.77 Irreparable
ID ≥ 0.77 Colapso
Tabla 2.4. Correlación entre el índice de daño global de Park y Ang y cuatro
estados discretos de daño.
Posteriormente, Ang et al. (1993) sugieren usar un valor de ID = 0.8 para re-
presentar el colapso. El mismo índice de Park y Ang ha sido utilizado por otros
investigadores para obtener sus propias correlaciones. Stone y Taylor (1993) apli-
caron este índice a 82 ensayos de columnas circulares de puentes y obtuvieron la
correlación que se muestra en la Tabla 2.4.
Bracci et al. (1989) propone una correlación entre el índice de daño de la ecuación
(2.41) y los estados de daño propuestos por los mismos autores, utilizando los ensayos
realizados sobre columnas y ensayos de modelos a escala de pórticos de 3 y 6 niveles
(ver Tabla 2.5).
los daños producidos por los terremotos a las estructuras. En cuanto a los índices de
daño global, estos básicamente se obtienen a partir de tres formas: 1) utilizando los
índices de daño local y factores de ponderación o coeÞcientes de importancia, 2) a
partir de los parámetros modales y 3) mediante los parámetros de la representación
bilineal de la curva de capacidad.
El valor de un índice de daño por sí solo, no representa ningún tipo de evaluación
de la vulnerabilidad sísmica. Para que estos índices puedan ser interpretados, es
necesario establecer una relación entre su rango de variación y los estados discretos
de daño, los cuales describen de forma cualitativa, los daños físicos que se producen
en los elementos de una estructura, el riesgo al que se encuentran expuestos los
ocupantes y la forma como afectan los daños a la funcionalidad de una estructura.
No son muchas las propuestas de las cuales se dispone para establecer esta relación,
sin embargo en este capítulo se presentan las más utilizadas y conocidas dentro de
la comunidad internacional. Es importante anotar, que estas relaciones a pesar que
utilizan observaciones de los daños ocurridos después de un sismo y resultados de
ensayos de laboratorio, tienen un carácter con un remanente de subjetividad.