Está en la página 1de 9

Oración compuesta

Una oración compuesta, es aquella oración que tiene dos o más proposiciones. Esto es,
con más de un verbo y de un predicado: por ejemplo, las constituidas por la unión de
dos oraciones simples mediante un conector.
Pedro quiere que vengas pronto.
La Luna brilla en el río y el toro canta a la Luna.

¿Cómo se forman las oraciones compuestas? Las oraciones compuestas pueden formarse
mediante los procedimientos siguientes:

1. Unión mediante un nexo o conector de dos oraciones independientes. Este


procedimiento recibe el nombre de coordinación.
Andrés estudia y Laura asiste al ballet.
Enrique trabajó toda la noche, pero no pudo terminar el discurso.

2. La coordinación entre las oraciones puede producirse sin los enlaces o conectores. Este
procedimiento recibe el nombre de yuxtaposición . En las oraciones compuestas por
yuxtaposición se producen las mismas relaciones (adversativas, distributivas) que vemos
en las coordinadas.
Eva no fue a la fiesta; su madre estaba mala.
Sara no está; se marchó ayer.

3. También se forman oraciones compuestas uniendo dos proposiciones, de modo que


una queda incorporada a la otra y la completa. Este procedimiento recibe el nombre
de subordinación.

Definición
A aquellas oraciones, que se formen de otras dos frases, llamadas proposiciones, se les
llama oraciones compuestas. A diferencia de las simples, tienen más de un verbo, por
tanto, más de un sintagma verbal predicado, y las dos o más proposiciones, van unidas
mediante partículas de enlace, o nexos. Sintácticamente se llaman nexos, las palabras
que sirven para nexar o unir. Son lo que llamamos morfológicamente, conjunciones.

Oración compuesta por subordinación

Las oraciones subordinadas existen porque se halla una oración principal o regente,
de la cual ellas forman parte y guarda con ella la misma relación que los verbos de
una oración simple guardan con los elementos que la conforman. De ahí que para
comprender la existencia de las oraciones subordinadas lo primero que se debe saber
es que ellas forman parte de una oración subordinante y que realizan en ella cualquier
función sintáctica, igual que cualquier elemento de carácter sustantivo, es decir,
sujeto, complemento del sujeto; atributo, complemento del atributo; complemento del
verbo: directo,; complemento de sustantivo de un adjetivo, por esa razón es que se
clasifican en subordinada sustantiva, adjetiva y adverbial. Esto demuestra que ellas no
son un elemento ajeno dentro de la principal, sino están “incrustadas “en la oración
principal, ellas se insertan en segmentos más amplios que las contienen.

Oraciones subordinadas sustantivas: Son aquellas que realizan dentro de la


principal las mismas funciones que un sustantivo dentro de la oración simple, por lo
que pueden encontrarse funcionando como SNs, como CD, CI, C. prep. de un
sustantivas o de un adjetivas. Ellas no designan personas, animales, lugares ni
objetos físicos, sino nociones más abstractas, en particular hechos, contingencias o
estados de cosas.

Para su estudio, la nueva gramática propone que se agrupen atendiendo a la


estructura y a la función que desempeñan. Los autores de este libro consideran
prudente conocer estos criterios por considerarlos actualizados.

Por su estructura pueden ser clasificadas en: declarativas o enunciativas: introducen


contenidos que se declaran o se enuncian, ya sean afirmativos o negativos, en el
sentido de que no se interrogan; interrogativas indirectas: denotan, en cambio,
preguntas, alternativas y otras formas de seleccionar opciones, pueden ser divididas
en parciales y totales, (véase el capítulo referido a las oraciones por la actitud del
hablante); exclamativas indirectas.

Esta clasificación de las oraciones subordinadas atendiendo a su estructura guarda


estrecha relación con la clasificación de las oraciones por la actitud del hablante, por
esa razón se hizo necesario tenerla en cuenta.

Se caracterizan desde lo formal por estar introducidas por una conjunción


subordinante, la cual no relaciona elementos a un mismo nivel, sino que hace
depender el segmento al que preceden (generalmente oracional) de otro (verbal u
oracional). Este segmento que se introduce con la conjunción subordinante, que, no
es más que la oración subordinada, complementa en muchas ocasiones a la oración
principal y en otras ella es uno de los dos miembros de algún período.

Desde el punto de vista funcional o sintáctico se asimilan a los demás segmentos


nominales: En función de sujeto: Conviene que aproveches el tiempo – Conviene
aprovechar el tiempo. Fíjese que pueden estar estructuradas por una forma no
personal.

En función de CD: Esperamos que llegues atiempo. Funcionan como CD dentro de la


oración principal. El hablante al emitir su discurso puede hacerlo de dos maneras en
estilo directo o en estilo indirecto, es decir, el que habla refiere de manera textual
alguna idea o criterio sobre algo que recibe de manera directa la acción que expresa
la forma verbal de la oración regente, sin embargo, en ocasiones el que habla se
refiere a lo dicho por otro utilizando sus propias palabras.

Cuando aparecen en estilo directo, se expresan, desde lo formal, en relación


yuxtapuesta, es decir, la regente y la regida se presentan una junto a la otra sin que
haya nexo. Ej.: Martí dijo: Los niños son la esperanza del mundo. En las de estilo
indirecto se caracterizan por tener presente la conjunción subordinante que, que
puede, en ocasiones ser sustituido por como. Ej.: Martí dijo que los niños eran la
esperanza del mundo.

A veces se omite la conjunción que en las subordinadas sustantivas, casi siempre


cuando funcionan como complemento directo. Esta omisión era mucho más frecuente
en el lenguaje epistolar, en el jurídico y en el administrativo, pero también en otras
variedades formales de la lengua escrita. Esta omisión puede darse con subordinadas
en subjuntivo y con subordinadas en indicativo. Entre los verbos que admiten la
omisión de que con subordinadas en subjuntivo se destacan los que denotan petición,
mandato y otras formas de influencia. Ej. : Solicito responda mi carta. A este grupo se
puede agregar el verbo agradecer que puede omitir la conjunción que cuando
introduce peticiones que se agradecen por anticipado. Véase el ejemplo: Agradeceré
haga conocer nuestra satisfacción con la investigación realizada.

En función de término de preposición: La cuestión de cómo se sale exitosamente es la


preparación; La cuestión de cómo salir exitosamente es la preparación. En este caso,
la oración subordinada sustantiva puede ejercer diversas funciones sintácticas:
complemento del nombre (la idea de que recojan toda la mercancía); del adjetivo
(partidario de que mejoren la comida).

Cabe aclarar que existen oraciones independientesde carácter optativo o exhortativo


con valor exclamativo, en especial con subjuntivo: ¡Qué se repita! ¡Qué te esperes!
Deben ser consideradas oraciones subordinadas sustantivas, pues supone que el que
habla las utiliza y se sobreentiende que ellas dependan de alguna forma verbal como
decir, repetir o algún verbo de naturaleza volitiva como querer o desear.

Otro rasgo que caracteriza a las oraciones subordinadas sustantivas es la


concordancia temporal que se da entre las oraciones, es decir, entre la principal y la
subordinada sustantiva.

Subordinadas adjetivas: También se denominan subordinadas de relativo, están


encabezadas por un pronombre o adverbio relativo, o bien por los grupos sintácticos
que estas voces forman. Ellos son que, quien y cuanto (el último también usado como
adjetivo o determinante: Préstame cuantos libros tengas), el cual/ la cual/ lo cual/ las
cuales / los cuales. El relativo que no posee flexión, es decir número ni género; el
pronombre quien se flexiona en número (quien / quienes), mientras que cuanto lo
hace en género y número (cuanto / cuanta / cuantos / cuantas).También son relativos
el cuyo, que presenta variantes flexivas de género y número y que actúa siempre
como adjetivo, concordando con el sustantivo que le sigue. Como se puede apreciar
reciben también el nombre de oraciones de relativo, pues reproducen al sustantivo y
además sirven de nexo conjuntivo entre la oración principal y la subordinada.

Se caracterizan por modificar a un segmento (sustantivo, palabra sustantivada,


etcétera.) que las precede en el discurso donde aparecen y que recibe el nombre de
antecedente. Los pronombres y los adverbios relativos son los que van a reproducir a
este antecedente. El antecedente de la subordinada es en muchos casos un grupo
nominal, pero pueden serlo asimismo los pronombres o toda una oración. El
antecedente de la oración subordinada puede además, estar incorporado en el
significado del pronombre. Entre el antecedente y el elemento relativo se da una
relación anafórica de manera que el contenido léxico de aquel, del pronombre relativo,
se reproduce en la subordinada y realiza en ella determinada función sintáctica, por
ejemplo: el libro que consulté, el relativo que reproduce el contenido de su
antecedente (libro) en la subordinada subrayada el libro que consulté. En cambio,
entre la oración subordinada y su antecedente nominal se da la misma relación que
entre un adjetivo y el sustantivo, por ejemplo: La niña que tiene los cabellos largos
miraba la obra atentamente, la oración subrayada, funciona como un adjetivo dentro
de la oración, pues es ella quien modifica al sustantivo la niña que funciona como
sujeto y núcleo del sujeto de esa oración.

Las sub. Adj. aparecen expresadas de dos maneras diferentes, que dependen de la
forma en que la oración ejerce su función modificadora. Si la subordinada aparece
directamente junto al grupo nominal constituye un modificador del antecedente y por
lo tanto se obtiene una subordinada especificativa, como la subrayada en Los
exámenes que entregaron a los estudiantes estaban muy bien elaborados. Si se trata
de un modificador, que después de una pausa explica una característica o elemento
del sustantivo o elemento nominal al que acompaña, se está en presencia de una
subordina adjetiva explicativa, como la subrayada en Los exámenes, que entregaron a
los estudiantes, estaban muy bien elaborados. Algunos gramáticos llaman a esta
oración subordinada explicativa, ellas se limitan a añadir una cualidad al antecedente.
La diferencia fundamental entre ambas radica en que las primeras precisan la
denotación del grupo nominal del que forman parte, es decir, están restringiendo el
concepto del antecedente mientras que las segundas agregan cierta información,
externa a ese grupo, que la completa, añaden una cualidad al antecedente. Ambas se
caracterizan, además, por rasgos entonativos diferentes. Las explicativas se
distinguen en la escritura por ir entre comas, como sucede generalmente con los
elementos explicativos.

Como se ha señalado son introducidas por un pronombre relativo, que reproduce a su


antecedente y que realiza dentro de la subordinada una determinada función
sintáctica diferente de la que tiene en la oración principal.

Es conveniente aclarar que se sigue el criterio de Bello, para algunos gramáticos,


calificado de historicista en que el artículo recobra su valor de pronombre
demostrativo y se erige en antecedente de construcciones como: Los que llegaron
temprano, lo tendrán. Los será el sujeto de lo tendrán; lo mismo sucede en este
ejemplo: Lo que te digo, es lo correcto. Estos ejemplos corresponden a cuando el
artículo y el pronombre relativo corresponden a dos palabras diferentes.

Otro caso sería: Leo unos libros en los que los protagonistas son invencibles en la
lucha. Ahí el artículo forma parte del pronombre relativo: los que, por medio del cual
“se determina si es sustantivo o adjetivo, y cuál es, en cuanto adjetivo, su género y
número.” (Bello, 1978:121) Por lo tanto, son un solo elemento gramatical. El
antecedente de este pronombre relativo es libros.

En el siguiente ejemplo: La jefa de disciplina no realizó la actividad metodológica, lo


que incidió en que el resto de los profesores no estuviera preparado.
En el ejemplo citado, lo que es un pronombre relativo, expresa el carácter neutro del
relativo. En ocasiones a la persona que habla no le interesa dar a conocer un
antecedente y aun así emplea una oración de relativo, lo hace porque lo desconoce o
porque quiere callarlo o bien porque es sobreentendido por la persona con quien se
habla, por lo tanto el hecho de que no aparezca explícito no ofrece dudas para el que
escucha, lee o intercambia. Véase los siguientes ejemplos: Quien merece, no pide;
Quienes quieran quedarse, que se queden. Como se puede apreciar ofrecen ideas
muy generales de ahí que se le denomine relativa de generalización.

A estos casos se les llama de antecedente callado y así decía Bello:”la culpa no fue
tuya; sino de quien te aconsejaba:”; este quien quiere decir la persona que; y es un
relativo que lleva en sí mismo su antecedente.”

Otro aspecto a tener en cuenta en el estudio de la subordinada adjetiva es la


concordancia. Como se ha explicado el relativo cuyo concuerda con la cosa poseída y
el resto de los pronombres relativos concuerdan con su antecedente. Muchos
gramáticos plantean que cuando la oración principal es de predicado nominal, el verbo
de la subordinada puede concertar con los relativos el que y quien, o bien con el
sujeto de la principal. Véase el siguiente ejemplo: Yo fui el que contestó o Yo fui el
que contesté; Yo soy quien lo niega o Yo soy quien lo niego. Existen otros aspectos
discursivos que se han de tener presente, que son presentados por la Nueva
gramática de la lengua española y que son oportunos tenerlos en cuenta en este
estudio, si bien se ha planteado en este libro el estudio de cada estructura desde lo
semántico, sintáctico y pragmático.

Como tienen carácter de modificadores del nombre o sustantivo, las relativas


especificativas tienen valor temático o remático en función de las propiedades del
grupo nominal en el que se encuentran. Si estas subordinadas concurren en el interior
de grupos nominales que constituyen el tema de la oración, entonces su valor es
temático, por ejemplo: Al caballero que vamos a ver sus compadres le llaman Bejarilí.

Resulta frecuente que las subordinadas adjetivas especificativas se interpreten como


REMA cuando aparecen en el interior de un grupo nominal indeterminado situado al
final de la oración, sobre todo si la subordinada expresa alguna valoración. Así, la
contribución informativa del antecedente de la relativa es mínimo en el texto siguiente,
y el de la subordinada, máximo: Una amante es una persona que entra y sale sin
tener que dar explicaciones, y mucho menos de carácter sentimental. También es
remática la relativa especificativa que aparece en el ejemplo siguiente: Candela es
una señora que me gusta muchísimo de siempre, en la que forma parte igualmente de
un atributo.

De igual forma plantea la Academia que es asimismo posible interpretar como remas
las relativas especificativas que forman parte de grupos nominales definidos, como en
Viajaremos en el tren que llega a las doce y cuarto. El rema puede ser aquí todo el
grupo nominal que funciona como término de la preposición locativa en, si el
interlocutor ignorara previamente el medio de locomoción del viaje (por ejemplo, si la
oración fuera respuesta a ¿Cómo vendrán ustedes?), pero también puede estar
representado únicamente por la subordinada, si el oyente ya conocía dicho medio (por
ejemplo, si se usara como respuesta a ¿En qué tren vienen?).
Sobre las relativas explicativas aseguran que estas forman una unidad de contenido
independiente de naturaleza incidental, lo que permite que la información que
introducen se pueda interpretar como un acto verbal diferente del que introduce la
oración principal, quiere esto decir que puede ser posible que en la oración
subordinada explicativa el que habla emita un juicio no verdadero, sin embargo, esto
no cambia el valor de verdad de la oración principal, sin embargo, si la oración relativa
fuese especificativa y fuese falso el criterio que en ella se expone entonces quedaría
alterado todo el valor de verdad de toda la oración.

Asimismo explican que las relativas especificativas aparecen en ocasiones sin su


antecedente formando un enunciado independiente. Ejemplo de ello son muestras de
esta pauta en los contextos de respuesta, en los títulos de los capítulos, en las
acotaciones de las obras teatrales y en otros contextos similares: Aquellos ojos
tiernos, acuosos, esperadores, que lo bañaban siempre en su cercanía y en su
lejanía. Que tenían esa facultad sorprendente y única: le acercaban lo lejano, le
alejaban lo cercano

Las relativas con antecedente oracional no suelen formar enunciados independientes,


pero pueden hacerlo cuando constituyen fórmulas estereotipadas que se añaden, a
modo de coletillas, para expresar la opinión del hablante: que no es poco, que no está
mal, que no es cualquier cosa, etc.

Subordinadas adverbiales: La Academia considera a la oración subordinada


adverbial como el grupo más complejo dentro del estudio de la subordinación en el
idioma español, por lo polémico de ese contenido. Ellos reconocen que existen tres
problemas fundamentales a tener en cuenta en el estudio de las adverbiales, los
cuales son: El primero es el hecho de que el paralelismo con los adverbios en los que
se basa esa denominación es inexacto y puede estar forzado. El segundo se
fundamenta en que la clase de las subordinadas adverbiales da lugar a cruces,
solapamientos o traslapes con otras clases de oraciones. El tercero alude a la
estructura interna de las llamadas subordinadas adverbiales.

Las oraciones subordinadas adverbiales actúan como un adverbio, modifican


cualitativa y cuantitativamente a la oración principal. Sucede lo mismo que con el resto
de las subordinadas, el que habla no logra expresar su criterio con solo un adverbio,
sino se vale de una estructura más compleja, es decir una subordinada con verbo
conjugado que modifica a la forma verbal de la oración principal de la que forma parte
y no solo a esta sino a toda la oración. Por tanto, ellas se enlazan entre sí mediante la
relación entre un elemento de la oración principal y otro que figura en la subordinada.

Las oraciones subordinadas adverbiales de lugar: usualmente van introducidas


por el adverbio relativo donde. Ej.,: El deber de un hombre está allí donde es más útil.

Son diferentes los términos que pueden introducir las adverbiales de lugar, es decir,
donde puede ir acompañado de preposiciones que desde el punto de vista semántico
le da determinado significado: adonde, cuando se escribe en una sola palabra indica
lugar de destino:(Iré adonde tú sabes); de donde, de procedencia u origen: (Viene de
donde nació); por donde, el lugar de tránsito: (Todavía no sabemos por donde ha
entrado); hacia donde, dirección:(Tú sabías hacia donde nos dirigíamos); hasta
donde, el límite del movimiento(Todos conocíamos hasta donde la crecida del río
podía llegar); en donde y donde expresa permanencia o reposo (Nos dimos cita en
donde estaba el teatro América).

Las oraciones subordinadas adverbiales de tiempo: Su función es situar


temporalmente la acción principal en relación con la subordinada. Si los tiempos del
verbo utilizados por el hablante son insuficientes para expresar los matices de esa
relación entonces los adverbios que en estas oraciones se emplean se ocupan no
solo de señalar que la relación existe sino de indicarnos, también, si las acciones
expresadas en el mismo tiempo se conciben como simultáneas o sucesivas y si esta
última es mediata, inmediata o reiterada, por ejemplo: Cuando expuso no se escuchó
una voz (simultaneidad); Después que expuso no se escuchó una voz (sucesión
mediata); Siempre que exponía no se escuchaba una voz (reiterada). Si los tiempos
empleados por el que habla son diferentes y no pueden coincidir, la función de los
adverbios se limita a expresar matices de la sucesión.

Los nexos que expresan la simultaneidad de los hechos son: cuando, mientras,
mientras que, mientras tanto; en tanto que, tanto… cuanto, cuanto, entretanto que. Si
los tiempos del verbo no pudieran ser simultáneos el adverbio cuando pasa a
significar anterioridad inmediata: Cuando hubo terminado se calló. Igualmente puede
ocurrir si se tratase de acciones perfectivas que lógicamente han de sucederse:
Cuando concluya su discurso hablaré.

La sucesión más o menos mediata se expresa con los siguientes nexos conjuntivos:
en cuanto, apenas, apenas… cuando, aun no, no bien, ya que, luego que, así que, tan
pronto como, etc. La sucesión de anterioridad se expresa por primero que y antes (de)
que. La posterioridad por después (de) que. En el caso de desde que indica el punto
de partida del tiempo subordinado: Hasta que, el término.

En relación con el uso de los tiempos verbales puede explicarse que se emplea el
subjuntivo cuando se trata de tiempo futuro. Las oraciones con el adverbio mientras
admiten con frecuencia el modo indicativo, aun tratándose del tiempo futuro: Mientras
les durará el dinero todo irá bien. Sin embargo, las oraciones en las que se emplea
antes (de) que llevan siempre el verbo en subjuntivo: Antes de que me lo dijeras ya
alguien lo había hecho. La razón del empleo del subjuntivo se debe a que la oración
principal es anterior a la subordinada, y por lo tanto esta resulta relativamente futura.

Las oraciones subordinadas adverbiales de modo: Son aquellas en las que el


interlocutor expresa circunstancias de modo en relación con la oración principal, es
decir, relaciones de comparación y relaciona modificaciones modales de la acción
verbal, es decir, conceptos adverbiales. Esta comparación que es empleada en estas
oraciones denota siempre igualdad o semejanza.

Se enlazan por medio de como: Habló como lo imaginaba/ Lo anoté según me lo


fueron explicando. / Explicó mesuradamente, como corresponde a un hombre de su
cultura; Lo hizo así como se le había indicado; Contesto con la firmeza, como era de
esperar.

Si el verbo de la oración principal y el de la subordinada son iguales, pueden


repetirse, pero lo normal es que no se repita, sino que se enuncie una sola vez: Mi
verso es como un puñal. Existe momentos en que como puede ir unido a la
conjunción condicional si seguida de subjuntivo formando oraciones intermedias
modales- condicionales: Lo dijo como si fuese el fiscal del caso.

Oración compuesta por yuxtaposición

Es conveniente recordar que se está en presencia de una unidad psíquica


determinada por el intervalo descendente de la entonación antes de la pausa. Por lo
que se van a clasificar así a las oraciones asindéticamente incluidas en una oración
psicológica.

Uno de los rasgos que la caracteriza es la presencia de dos o más oraciones


sucesivas en las que existe una estrecha relación y que para ello es indispensable
que la inflexión final de los grupos fónicos, anteriores al último si existiese más de
uno, sean ascendentes o que su entonación termine en semicadencia.

Cabe recordar que para el estudio de las oraciones yuxtapuestas desde el lenguaje
escrito, la existencia de la oración compuesta por yuxtaposición dependerá de la
interpretación que el lector le dé al discurso y solo el contexto y la puntuación
empleada por el escritor le permitirá al lector determinar el sentido que el autor le ha
dado.

Este rasgo permite asegurar que se clasificará en oración compuesta por


yuxtaposición, aquellas oraciones asindéticas que forman período, es decir, sin nexos
gramaticales que las relacionen.

Otro rasgo que distingue a la oración yuxtapuesta es que en todo período compuesto
por oraciones asindéticamente relacionadas, hay en ella una oración fonéticamente
reforzada, y este refuerzo fonético expresa mayor importancia psíquica. Por lo que se
puede plantear que no es justamente por el orden de colocación de las ideas que se
exponen.

Explíquese lo anterior con el objetivo de que sea comprendido mejor. En ocasiones se


piensa que las palabras y las ideas en un discurso ocupan un lugar en la estructura
formal en dependencia de los intereses de la persona que habla, criterio que no es
errado, es decir, el hablante en ocasiones suele poner en primer lugar aquello más
importante que quiere significar y esto se hace más evidente en aquellos discursos
donde lo afectivo es más marcado y el lector o el que escucha puede descubrirlo o
reconocerlo. Sin embargo, cuando el período está compuesto por relaciones
asindéticas son los rasgos fonéticos de la elocución quienes indican siempre la
oración que se ha sentido como más importante del período. Los caracteres fonéticos
que permiten asegurar lo anterior son: refuerzo del acento intensivo; elevación de la
entonación; alteración del tempo, acelerando o retardando. Esta oración
fonéticamente reforzada expresa mayor importancia psíquica, por lo tanto el contexto,
la intención y finalidad con la que se comunique el hablante es lo que permite
confirmar lo expuesto.

Puede concluirse con la seguridad de que dentro del período hay siempre una oración
psíquicamente dominante a la cual el resto se va a supeditar.
Para que una oración psicológica sea considerada compuesta por yuxtaposición, la
relación asindética no solo ocurrirá dentro de cada período, por lo tanto, la relación
existente entre período y período, separados por punto y seguido es considerada
como relación de yuxtaposición, si se cumplen las condiciones con respecto a la
oración psicológica.

//¿Quién despierta a ese pueblo sin ventura? ¿Quién reanima a ese espíritu
aletargado?-está dormido. No rehúye, espera. Él tomará la mano que le tiendan; él se
ennoblece con el conocimiento de sí mismo…//

//¡Pronto, remero! ¡Bate la espuma! ¡Rompe la bruma! ¡Parte veloz! ¡Vuela la barca!
¡Dobla la fuerza! ¡Canta y esfuerza brazos y voz!

La pesca en el mar, de Gertrudis Gómez de Avellaneda

Ambos textos transmiten vigor, fuerza emocional y es que precisamente la unión


asindética de las oraciones constituye un exponente de la sintaxis emotiva.

La yuxtaposición es propia de la oratoria, del discurso literario en que se pretende


conmover al receptor. Son diferentes los usos en los que el que hablante necesita de
la yuxtaposición para expresar sus juicios.

Como se ha podido observar no son complejas las estructuras que el emisor emplea
para la construcción de este tipo de oración. Son oraciones que mantienen cierta
independencia y que cada uno de ellas por sí mismas pueden expresar ideas
completas.

También podría gustarte