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EN SU NOMBRE
JUZGADO PRIMERO DE PRIMERA INSTANCIA EN LO CIVIL MERCANTIL Y
AGRARIO DEL SEGUNDO CIRCUITO DE LA CIRCUNSCRIPCION JUDICIAL DEL
ESTADO BOLIVAR.
COMPETENCIA CIVIL.
VISTOS.
I
DE LAS PARTES Y SUS APODERADOS
PARTE ACTORA: CENTRAL SANTO TOME I, C.A, inscrita por ante el Registro
Mercantil Primero de la Circunscripción Judicial del estado Bolívar en fecha 08 de
noviembre de 1988, bajo el Nº 42, Tomo A-Nº 55, y en el Registro de Información Fiscal
baje el Nº RIF J-09513002-9.-
APODERADA JUDICIAL: Abogada en ejercicio HILMARY LUZ GONZALEZ, de este
domicilio e inscrita en el Inpreabogado bajo el Nro. 125.430.
Por cuanto la parte actora sostiene que la parte demandada incurre en confesión ficta
respecto a la pretensión de la demandante y en base a ella solicita se decida la presente
causa pasa este Tribunal a examinar si en el presente caso efectivamente se dan los
supuestos previstos en la norma invocada por el accionante, esto es el artículo 362 del
Código de Procedimiento Civil a los fines de determinar si ha operado o no plenamente la
“FICTA CONFESSIO” del demandado previa las consideraciones siguientes:
“Si el demandado no diere contestación a la demanda dentro de los plazos indicados en este
Código, se le tendrá por confeso en cuanto no sea contraria a derecho la petición del
demandante, si nada probare que le favorezca. En este caso, vencido el lapso de promoción
de pruebas sin que el demandado hubiese promovido alguna, el Tribunal procederá a
sentenciar la causa....”
Como se observa de la norma antes transcrita para que ocurra la confesión del demandado
se requieren tres requisitos concurrentes, a saber:
Cabe destacar, que la actuación del Juzgador que tiene ante sí un proceso con una parte
demandada rebelde y contumaz, se limita a constatar los tres elementos antes señalados, ya
que la presunción iuris tamtum producida por la falta de contestación a la demanda que
permite al demandado la prueba limitada, no ya de excepciones sino de hechos que enerven
la acción del demandante, deviene, con la confesión ficta y la falta de probanza, una
consecuencia legal impuesta por la misma disposición que sustituye la prueba que pudiera
sustanciar el Tribunal.
En el presente caso, conforme consta del cómputo efectuado por Secretaría en fecha 05 de
Febrero de 2016, el lapso de promoción de pruebas en la presente causa, se inició el 18 DE
FEBRERO DE 2015 (inclusive) y venció el 11 DE MARZO DE 2015 (inclusive) y dentro
de dicho lapso, tampoco la parte demandada compareció al Tribunal a promover prueba
alguna para enervar la pretensión de la parte actora; por lo que el demandado de autos, al no
promover prueba alguna en el lapso probatorio, se cumple el segundo de los requisitos que
se examinan en orden a la Confesión Ficta, y así se declara.
3) Pasa a examinar el tercero de los indicados requisitos, o sea, si la pretensión del
demandante no es contraria a derecho. En este sentido, el procesalista patrio, Dr.
ARISTIDES RENGEL ROMBERG, en su obra Tratado de Derecho Procesal Civil
Venezolano, Tomo III, 2º Edición, p. 132, nos refiere lo siguiente:
La primera cuestión supone que la acción propuesta está prohibida por la ley; no está
amparada o tutelada por ella (cuestión de derecho) y consecuencialmente, aunque el
demandado no haya comparecido a la contestación, la cuestión de los hechos alegados por el
demandante en el libelo pierde trascendencia porque la cuestión de derecho se presenta
como prioritaria, y si resulta en sentido negativo, no tiene objeto entrar al examen de la
veracidad o falsedad de los hechos o a la trascendencia de los mismos. En cambio, la
desestimación de la demanda, por ser improcedente o infundada en derecho, supone que aún
siendo verdaderos los hechos y debidamente probados, ya en el período de pruebas por el
actor, o bien presuntamente por la confesión ficta del demandado, la demanda debe
rechazarse si la ley no atribuye a los hechos comprobados o presuntamente admitidos, la
consecuencia jurídica (petición) solicitada en la demanda.
“... que no sea contraria a derecho la pretensión del demandante debe entenderse en el
sentido que la misma no está prohibida por la Ley, sino al contrario amparada por ella. Esto
no depende de los medios probatorios que hubiere presentado el demandante en el libelo,
según el cual la pretensión deducida esté o no amparada por el sistema jurídico (...) el
análisis del juez debe limitarse a determinar si la demanda “es contraria de derecho per se”
sin poder plantearse su procedencia en virtud de las leyes de fondo”. (Vid. PIERRE TAPIA.
Jurisprudencia del Tribunal Supremo de Justicia. Año 2001, Nº 2, pp. 613-615)