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Juarez Jurado

 Es una institución que nace de la autonomía de la voluntad y que encuentra elementos


equivalentes a la función jurisdiccional.

Primer mecanismo

 Es la autotutela o defensa privada basada esta en la imposición de la decisión de uno de


los contendientes sobre el otro a través de la fuerza física y la violencia.

Segundo Mecanismo

 Es un mecanismo mucho más racional y eficaz como es la autocomposición (conciliación,


transacción, negociación, etc.), pero esta muchas veces deviene en ineficiente dado que
requiere no solo de la voluntad de someter el conflicto a tal mecanismo sino a su vez su
eficacia requiere del arribo a una solución consensuada del conflicto, lo cual muchas
veces deviene en imposible.

Tercer mecanismo

 Recurre a otro mecanismo esta vez heterocompositivo, también racional pero mucho
más eficaz, apareciendo así el arbitraje como primer mecanismo de este tipo a través
del cual las partes contendientes acuerdan voluntariamente someter un conflicto
disponible a un tercero ajeno a ellos y con virtudes y cualidades especiales (el árbitro)
quien a su vez es el encargado de resolver el conflicto.

ARBITRAJE

 Es un mecanismo heterocompositivo muy anterior al Estado que obedece a la razón


humana para enfrentar a los conflictos.

l. Teorías que buscan explicar la naturaleza jurídica del arbitraje


Teoría privatista o contractualista
Características, según Fernando Vargas García
1) El arbitramiento tiene una naturaleza privada. Deriva de un acuerdo de voluntades entre
las partes, que convienen en someter su diferencia a la decisión de los árbitros.
2) Los árbitros son particulares designados por las partes, que igualmente son personas
privadas. El vínculo entre árbitros y partes es privado y contractual.
3) El árbitro, en consecuencia, no ejercita acto jurisdiccional alguno, deriva su poder de la
facultad que le han conferido las partes en virtud de un contrato, no tiene poder de
coacción, es remunerado por las partes y, en fin, no es funcionario sino un individuo
privado.
4) El laudo no es una verdadera sentencia, sino que deriva su obligatoriedad de la voluntad
misma de las partes que han querido someterse a ella.
 Conclusión: No constituye una función jurisdiccional; que sus principios no son los
correspondientes al PJ, sino básicamente anclados en l autonomía de la voluntad
privada y la libertad contractual deben respetar la autonomía plena de la función
arbitral.
Teoría publicista o jurisdiccionalista
Características, según Fernando Vargas García
1) Los árbitros son jueces que realmente ejercitan actividad jurisdiccional del Estado
2) Los árbitros quedan revestidos de jurisdicción, porque la ley les ha conferido a las partes
la facultad de colocar en cabeza de ellos.
3) El laudo es una verdadera sentencia
4) La responsabilidad de los árbitros es idéntica a la que pesa sobre los jueces del Estado

El profesor Roque J. Caivano expresa que: "El arbitraje es una forma de 'justicia privada'. Lo que
pretende significar a través de esta expresión es que se trata de una actividad jurisdiccional
ejercida por particulares que no integran los órganos del Poder Judicial de un Estado. Y su
naturaleza es incuestionable.

Teoría mixta o ecléctica


- Para reconciliar las teorías anteriores, surge la posición mixta o ecléctica que sostiene
que el arbitraje es una institución de naturaleza contractual en su origen, pero
jurisdiccional en sus efectos

Teoría negocial procesal


- Carlos Matheus López es quien la defiende con convicción al sostener que: "Frente a las
teorías ya mencionadas es preciso sostener el carácter procesal del arbitraje, pues
resulta obvio que este no importa propiamente una actividad jurisdiccional.
- lLa función que asume el árbitro es procesal pero no jurisdiccional. El arbitraje es un
ejemplo de una actividad en la que se resalta la sustantividad del proceso a través de la
técnica adjetiva que se prefiera, pero sin que ello suponga una conceptuación
jurisdiccional ni del proceso ni del procedimiento arbitral

Teoría de la autonomía
Francisco González De Cossío:

Sostiene que el carácter del arbitraje podría ser determinado mediante la observación de su uso
y finalidades. Bajo esta luz, el arbitraje no puede ser clasificado como contractual o
jurisdiccional, y tampoco como una 'institución mixta'. La teoría autónoma observa al arbitraje
lo que hace, lo que busca lograr, cómo y por qué funciona en la forma en que lo hace; por último
reconoce que es una versión refinada de la teoría mixta.

II. Nuestra posición acerca de estos postulados doctrinarios


- consideramos que la teoría contractualista resulta ser insuficiente para explicar la razón
de ser del arbitraje al reducir a este a un contrato.
- la teoría jurisdiccionalista, atribuye erradamente al arbitraje naturaleza jurisdiccional sin
importarle su fundamento contractual.
- el arbitraje no es solo contrato sino también un medio para hacer justicia entre los
hombres, este último, similar a la función jurisdiccional que cumple el Estado.
- Consideramos que la función arbitral no puede ser catalogada como jurisdicción ni
tampoco ser equivalente a ella. La jurisdicción se fundamenta en el poder que el Estado
ejerce sobre las personas, es decir, tiene su causa-fuente en el denominado ius
imperium y la llamada soberanía popular.
- La potestad de impartir justicia es impuesta por el Estado sobre la base de dichos
principios fundamentales expuestos por el constitucionalismo clásico. El arbitraje en
cambio se fundamenta en la libertad y la autonomía de la voluntad de las personas.

Conclusiones:

- La teoría contractualista resulta insuficiente para tales propósitos, pues reduce al


arbitraje a un mero contrato, obvia el atisbo de su causa-fin. La teoría jurisdiccionalista
comete también el yerro de equiparar el arbitraje con la jurisdicción, estableciendo
categorías absurdas como "jurisdicción arbitral", cuando la jurisdicción es una sola
- La teoría mixta o ecléctica nada aporta al respecto, postula una mera mezcolanza de las
anteriores teorías. La teoría negocial-procesal pretende hallar la naturaleza del arbitraje
en la actividad procesal que desarrollan los árbitros. Nada más errado.
- consideramos que la que mejor explica la naturaleza del arbitraje es la teoría de la
autonomía. El arbitraje es simple y llanamente eso: arbitraje. Una institución que nace
de la autonomía de la voluntad (causa-fuente), y que en su operatividad hacia su causa-
fin (la justicia, equidad), tiene elementos equivalentes a la función jurisdiccional, pero
sin ser tal, sino la de ser un medio privado, autónomo y alternativo de impartición de
justicia.
- La Constitución de 1993 ha incorporado al arbitraje como derecho constitucional en el
artículo 139, equiparándola sin embargo en su interpretación lógico-literal como una
forma de jurisdicción de excepción, adhiriéndose de este modo el constituyente a la
teoría jurisdiccionalista. considera que su origen y límite está en el artículo 139.
- Los principios y derechos de los que goza el arbitraje no son consecuencia de su
reconocimiento como jurisdicción por parte del constituyente; sino, por ser condición
necesaria e imprescindible para la operatividad funcional y eficiente de cualquier
mecanismo heterocompositivo de solución de conflictos.

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