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II) LO QUE HEMOS DE CONOCER

Costumbres que matan

Vivimos inmersos en una rutina muy fuerte, incluso los fines de semana
tendemos a realizar las mismas actividades. Por ello esperamos con muchas
ganas los paréntesis en el trabajo o los estudios, que tienen una mayor o
menor duración, pero que exceden de algún modo “lo que siempre hacemos”.
La rutina es como la polilla, carcome por dentro e invade todos los campos de
nuestra vida, también la vida matrimonial. Sabemos que el hombre es un
animal de costumbres, pero cuidado con que la costumbre termine matando al
hombre.

La rutina< forma parte de la vida

Todos nos quejamos de la rutina y buscamos la forma de evadirla porque nos


da la sensación de “no estar vivos”. En parte es verdad porque -según la
definición del diccionario- una rutina es “una costumbre arraigada o un hábito
adquirido por mera práctica, que permite hacer las cosas sin razonarlas”.
Significa que una rutina es un automatismo que podemos hacer mientras
estamos pensando en otra cosa. Por lo tanto, la rutina de alguna manera nos
impide ser conscientes del momento presente y, queramos o no, forma parte de
nuestra vida, pues a la larga, terminamos acostumbrándonos a lo que siempre
hacemos. ¿Pero qué pasa si intentamos cambiar la rutina? Resulta fatigoso
porque tenemos que prestar atención a todo lo que estamos haciendo. En
consecuencia algunos automatismos son necesarios para no volvernos locos.

El peligro de la rutina

La posibilidad de valernos de los automatismos hace que muchos extiendan


esta actividad a todos los ámbitos de su existencia, porque es más cómodo, y
eso si que es peligroso, porque quiere decir que como seres humanos ya hace
rato que están muertos. Y es que la rutina es como un sedante que enfría y
adormece nuestra vida, haciendo perder color, pasión y entusiasmo. ¿Por qué
los seres humanos usamos esta forma de hacer las cosas? Seguramente por
una cuestión de economía de tiempo, porque resulta más rápido que estar
pensando en cada uno de nuestros movimientos y en cada una de nuestras
palabras ante una situación concreta.

La rutina en la vida matrimonial

Cuando la vida entre los esposos se ha convertido en una desidia donde el


elemento que brilla por su ausencia es la sorpresa, y que pronto da lugar al
desencanto y distanciamiento, estamos presente ante los signos de la rutina.
Otros de los indicios a los que le debemos prestar atención son detalles como
por ejemplo: empezar a sentir decepción con la relación, que ya no hay cosas
en común, las dudas con respecto a los sentimientos, que el cónyuge deje de
ser interesante. Y hasta puede darse el caso de sentirse atraídos por otras
personas. A pesar del mal pronóstico, son cosas que pueden ser remediables
ya que estamos frente a los primeros indicios de la rutina. La vida matrimonial
pasa por ciclos y muchos pueden desembocar en la monotonía que conlleve al
distanciamiento o desencuentro. Para evitar la rutina es necesario tener una
postura abierta para salir del bloqueo mental y principiar iniciativas que puedan
ayudarnos a salvar la relación.

Consejos prácticos

La primera razón de existir de los esposos es su mutuo amor, del cual nacen
los hijos. Pero si éste se enfría o se acaba, todo lo demás es
formal. Brindamos algunos pequeños consejos para evitar esta situación
dolorosa:

 Muchos desencuentros y rupturas se pueden evitar poniendo atención y


dedicando tiempo a nuestra esposa(o), especialmente buscar siempre la
manera que fluya diáfano el intercambio, tanto verbal como
afectivo. Cuando la comunicación forma parte del código de los esposos,
y gracias a ella se comprenden y respetan, no se agreden ni se lanzan
dobles mensajes contradictorios. Al contrario, pueden escucharse y
alimentar el cariño en las pequeñas cosas de cada día y con simples
gestos que dicen mucho.
 Dejar de juzgar al otro, romper los juicios de valor nos ayuda a
mantenernos más abiertos y atentos a los pequeños detalles del cónyuge.
Si nos encasillamos en que ya sabemos cómo reacciona o puede llegar a
actuar nuestro compañero/a, nosotros mismos estamos predisponiendo la
actuación del otro.
 Hablar claro, dejar el jueguito de lo sobrentendido y las suposiciones, la
comunicación debe nacer del respeto y debe apuntar a mantener la
amistad, receptividad.
 Cuando haya discrepancias o peleas (que son normales de toda
convivencia), lo mejor es no ventilarlas en algún sitio fuera de la casa, ya
que nada soluciona con esto, sin embargo, lo único que logra es exponer
la relación. Contenga las emociones y no opte por la soberbias. Los
problemas entre esposos deben solucionarlos ellos mismos, no con
terceros que, sin querer, pueden dañar con sus opiniones.
 Compartir la responsabilidad. No ganamos nada volcándole la culpa al
otro por nuestro aburrimiento. Es importante que las decisiones se
tomen de a dos y que cada uno asuma las responsabilidades que esa
toma de decisiones implica.
 Buscar actividades novedosas que se puedan realizar en común (buscar
aficiones y crear distracciones) y compartir mediante el diálogo las
experiencias individuales.

El salmo de la mantis religiosa


Un día la Rana fue a aconsejarse con la Mantis Religiosa, gurú espiritual de
todos los animales del bosque. La Rana ya no sabía qué cantar en el estanque,
pues se sentía desmotivada de la vida. La Mantis estaba en su típica posición
de encogimiento místico, de rodillas y con las manos juntas como en oración.

La Rana se acerca respetuosamente y le expone su inquietud:


- "¡Oh, Mantis! Tú que lo sabes todo y lo que no, lo inventas, dime: ¿para qué
es la vida?"

- "La vida es para vivirla y nada más" - responde la Mantis, estirando las
piernas y abriendo las alas como despertándose de su sopor. Después
comenzó a recitar la letra de un salmo "mantístico":

"Las ranas hacen submarinismo, comen, beben y se reproducen; las hormigas


se organizan socialmente a la perfección, comen, beben y se reproducen;
los escarabajos siempre andan con una pelota entre las patas, comen, beben y
se reproducen; las mariposas comercian con el polen de las flores, comen,
beben y se reproducen; las abejas hacen arquitectura en cera, comen, beben y
se reproducen; las ardillas hacen acrobacia, comen, beben y se reproducen;
los lobos cuidan lo suyo como centinelas, comen, beben y se reproducen; los
caballos hacen atletismo y maratones, comen, beben y se reproducen; los osos
duermen mucho, comen, beben y se reproducen; los pájaros cantan, comen,
beben y se reproducen; los patos silvestres hacen viajes intercontinentales,
comen, beben, y se reproducen; los pavo reales coquetean haciendo moda,
comen, beben y se reproducen; los papagayos hablan y declaman sin saber lo
que dicen, comen, beben y se reproducen. Y la Mantis religiosa se arrodilla e
implora sin creer en Dios, pues sólo come, bebe y se reproduce". Vivir como si
Dios no existiese es vivir como si el hombre no se fuese.

La rutina son hábitos adquiridos de hacer las cosas sin necesidad dereflexión!
La rutina en el matrimonio es una actitud lamentablemente muy común en muchos
matrimonios hoy en día. Es una especie de adormecimiento de la relación conyugal.

La ajetreada vida moderna, el estrés, los compromisos sociales, tantas noticias y tantas
cosas que estimulan tu pensamiento, hace que muchas personas caigan en una rutina de
vida.

Muchas personas simplemente existen; trabajan, estudian, corren, compran, viajan, pero
su vida es una vacía rutina.

La rutina es una manera tediosa y vacía de vivir y tiene mucho que ver con el egoísmo.
Cada quien se concentra en sus propias actividades y descuida la actividad más
importante de la vida: relacionarse bien con su familia. No toman en cuenta la opinión o el
interés del otro en algún tema específico.

La rutina hace que te olvides de los detalles que mantienen viva una relación. Por ejemplo
nos olvidamos de prepararle un desayuno especial a nuestro cónyuge de vez en cuando.
Nos olvidamos de decirle a nuestro cónyuge cuanto le amamos y cuán importante es para
nosotros. Los hombres nos olvidamos de traerle unas flores a la esposa, o alguna muestra
de afecto. Las mujeres se olvidan de acariciar a su esposo.

Una de las áreas mas afectadas por la rutina es el área sexual. Cuando la rutina afecta
esta área, se lesionan las emociones del matrimonio y la pareja tiende a separarse
emocionalmente.

Proverbios 5:18-19: ¡Sea bendito tu manantial y alégrate con la mujer de tu juventud,


cierva amada, graciosa gacela! Que sus caricias te satisfagan en todo tiempo y en su amor
recréate siempre.

1 Corintios 7:5: No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo
consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración. Luego volved a juntaros en
uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.

Para vencer la rutina, deben tomarse decisiones radicales que los saquen de ese aburrido
medio de vida. Una de nuestras primeras sugerencias es que tomen la decisión de sacar
un día a la semana para la pareja. Hagan que para esa noche les cuiden los niños y la
pareja haga una cita a cenar, a caminar por un parque, a compartir unas horas en la noche
solamente para ellos dos. Debe ser planificada con detalles y sorpresas bonitas. Es una
noche con fines románticos.

Los hombres vuelvan a ser románticos con su esposa, tenga detalles con ella,
exactamente como cuando la conquistó. Las mujeres pónganse lindas, arréglense para su
esposo, prepárenle esa comida que a él le gusta. Ambos, procuren acciones de amor a
favor del otro, para incentivar la llama del amor y vencer la rutina.

Vencer la rutina trae muchos beneficios al matrimonio y la familia. Traerá gozo a la


relación, estimulará el buen trato, mantiene la llama de la pasión viva, trae mejor
salud al cuerpo.

Si tu matrimonio sufre de rutina, habla con tu cónyuge hoy mismo y decidan tomar
decisiones de cambio para volver a poner la relación en un plano de gozo y alegría.

Tú matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!


“Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidadque
te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en
la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol”
Eclesiastés 9:9
Este día quiero comenzar una serie de devocionales para matrimonios, ya que considero que un
matrimonio bendecido, será un matrimonio explosivo para la obra del Señor. Tratare cada
semana de orientar un devocional especialmente para matrimonios, esperando con todo mi
corazón que el Señor pueda bendecidnos y ministrarnos.
Realmente no acostumbro escribir para matrimonios, no porque no tenga conocimiento, pues
yo mismo estoy casado desde hace pocos años, pero no se necesita estar casado cincuenta años,
para poder ver que áreas del matrimonio se tienen que fortalecer para no caer en fracasos.
El matrimonio es lindo, cuando era soltero oía del matrimonio, veía matrimonios, tenia una idea
de lo que podría ser el matrimonio, pero cuando ya estuve en los zapatos del Matrimonio me di
cuenta que NO SABIA NADA. Que era otro mundo y que lo que me habían contado o yo había
especulado, era TOTALMENTE distinto a lo que realmente el Matrimonio era.
Cuando novio solo pensaba en pasar tiempo con la novia, frente al televisor tomados de la mano,
comiendo bocadillos, mientras se daba la hora de despedirnos. Ahora ya casados hay muchas
cosas de que preocuparse para mantener un hogar y sobre todo una familia.
Pero considero que una de las cosas importantes para que un Matrimonio pueda mantenerse
siempre fortalecido y que la llama del amor nunca se apague es: SALIR DE LA RUTINA.

SALIR DE LA RUTINA.
La verdad es que todos aquellos que estamos en la barca del Matrimonio no me dejaran mentir,
que hay algún momento dentro de la relación que todo se convierte en una rutina que se repite
semana a semana.
Levantarse, cambiarse, desayunar y salir a trabajar, es una rutina que no podemos cambiar,
trabajar durante el día, llegar a casa cuando el sol se esta ocultando, cenar y luego descansar
para terminar el día durmiendo, se puede convertir en una rutina que al no darnos cuenta puede
ser dañino para nuestro Matrimonio.
Es necesario comprender que necesitamos salir de esas rutinas, de esas rutinas que quieren
llevar nuestro matrimonio a algo monótono que a su tiempo aburre, estresa y sobre todo hace
perder el encanto que un día hubo.
¿No te ha pasado que has visto parejas que de novios eran un amor el uno para el otro y que
ahora después de unos meses o años de casado, no se soportan el uno al otro?, si se da, es duro
decirlo, pero a veces hasta es normal, el esposo por eso quiere pasar el mayor tiempo
posible fuera de la casa para no tener que pelear cada vez que llega, o la esposa trata por todos
los medios de hacer cualquier cosa para no estar atendiendo a su esposo para no pelear con el.
Es extraño que esto se de en un matrimonio cristiano, pero ¡Ojo! Los matrimonios cristianos
tienen la misma probabilidad de caer en esto que cualquier otro matrimonio, el hecho de que
seamos cristianos no quiere decir que vamos a estar exentos de esto, es por esa razón que
personalmente recomiendo algunas cosas para no caer en esa rutina aburrida y que roba
bendición:
1. Llámale a tu cónyuge en algún espacio en el día: Quizá tengas un día muy atareado
como muchos los tenemos, pero te aseguro que si en el transcurso del día le llamas a tu cónyuge
y le dices lo mucho que la amas, eso hará que la rutina cambie. A veces los pequeños detalles son
los mas importantes, tu puedes tener todo el dinero del mundo y querer ganar su amor y respeto
a base de bienes y cosas materiales, pero no hay como los pequeños detalles que además de no
tener grandes costos crean un respeto, una admiración y sobre todo hacen crecer ese amor que
los unió desde un principio. Por esa razón te invito a que apartes un tiempo del día para hacer
una corta llamada, algo como: “Hola amor, solo te llamaba para decirte lo mucho que te amo y lo
importante que sos en mi vida”. Te aseguro que esas cortas palabras harán que el corazón de tu
amada o tu amado se escape a salir, seguramente tendrás una cena deliciosa.
2. Llévale rosas de vez en cuando: pareciera de película, pero no te imaginas lo importante
que son las rosas para las mujeres. Todavía recuerdo la primera vez que le regale rosas a mi
esposa Yamita, ¡Lloro!, y es que yo era de esos que pensaban: “Las rosas ¿Para que?, es
demasiado cursi”, pero cuando lo hice me di cuenta que ese detalle puede cambiar por completo
tu perspectiva de las rosas. No hay nada mejor que llegar un día de trabajo con un ramo de
lindas rosas y obsequiarlas a tu esposa. ¡Eso es salir de la rutina!
3. Salgan a cenar o a comer fuera de casa: Yo se que muchas veces la economía no da para
mucho, pero hay lugares a los que podemos salir sin necesidad de gastar grandes cantidades de
dinero. Una buena forma de salir de la rutina es salir a comer a fuera, que tu esposa descanse de
hacer comida una noche o un día y salir a comer, pero hacerlo especial, ir a disfrutar y no solo
por compromiso o por hacerlo. Salir a comer tendría que ser algo especial, tener tiempo para
platicar y para pasar momentos juntos que seguramente mucho lo necesitan. ¿Y los niños que
los hago?, busquemos a un familiar o a una persona de confianza que nos ayude con ellos, es
importante que se dediquen tiempo el uno para el otro, una noche o un rato en el día que dejes a
tus hijos con alguien de confianza no hará que tus hijos te olviden o te dejen de querer. Tenemos
que comprender que los hijos cuando crezcan y se casen se irán de casa, pero nuestra esposa y
nosotros los esposos siempre estaremos juntos.
4. Una Carta escrita o un Correo Electrónico: Cuando andábamos de novios le
escribíamos cartas y cosas lindas para conquistarlas, ahora de casados no escribimos ni un “Te
amo” ni siquiera en una servilleta. Una buena manera de salir de la rutina es sentarte en tu
computadora y escribir unas líneas a tu amada o a tu amado, expresarle en pocas palabras lo
impórtate que es en tu vida y lo mucho que lo amas o la amas. Esa Carta tiene que ser escrita con
mucho amor y tiene que ser sincera, escribir lo que tú sientes realmente, sin esconder nada. Te
aseguro que esa carta o correo electrónico hará que tu día sea más placentero, tu esposa te
recibirá como un rey.
Estos son cuatro cosas muy sencillas y que te ayudaran a salir un poco de la rutina del
Matrimonio, recuérdate que cada día que pasa es un nuevo día en donde no debemos de dejar de
conquistar el corazón de nuestro cónyuge, vivamos cada día tomados de la mano de Dios para
que su amor pueda resplandecer en nuestra vida y podamos trasmitirlo a nuestro ser querido.
El matrimonio no es solo un día feliz, como lo fue nuestra boda, sino que el matrimonio es todos
los días que Dios nos ha permitido vivir junto a esa persona, hasta que la muerte nos separe.

¿Quieres darle un nuevo aire a tu Matrimonio?,

Entonces SAL DE LA RUTINA.

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