Está en la página 1de 49

EXPEDIENTE Nº

ESCRITO Nº
SUMILLA: DENUNCIA DELITO CONTRA EL PATRIMONIO.

A LA FISCALÍA PROVINCIAL PENAL DE TURNO DE PISCO.


HERLINDA SUSANA VÁSQUEZ GÓMEZ, con D.N.I. Nº 22295501 y domicilio real
en calle San Clemente Nº 120, distrito San Clemente y procesal en calle Fermín
Tangüis Nº 106, Pisco Pueblo, casilla electrónica del Poder Judicial Usuario Nº
7821, correo pjroccaleon@hotmail.com. Teléfono 314634 Celular 956606345, dice:
Que, al amparo del D.L. 52, presento denuncia por DELITO CONTRA EL
PATRIMONIO, en la modalidad de ESTAFA, contra el representante legal de la
empresa EDICIONES AMERICANAS.
I.- DATOS PERSONALES DEL DENUNCIADO:
Nombre y apellidos: Ocaña Guerrero Victor Humberto.
Documento de identidad 16662371,
Sexo Masculino
Grado de instrucción no tengo datos
Lugar de nacimiento No tengo datos
Fecha de Nacimiento No tengo datos
Edad No tengo datos.
Estado Civil No tengo datos
Domicilio Av. Las. Nazarenas N° 912, Urb. Las
Gardenias Santiago de Surco.
Nombre del Padre No tengo datos
Nombre de la Madre No tengo datos
Hijos No tengo datos.
Otras instituciones en las que participa el denunciado: DON QUIJOTE S.C.R.L -
SOCIO - VENTA MAYORISTA DE OTROS PRODUCTOS TRANSPORTES
PACIFICO E.I.R.L - GERENTE - OTROS TIPOS TRANSPORTE REGULAR VIA
TERRESTRE CREDICOM S.A.C - GERENTE GENERAL - OTRAS
ACTIVIDADES DE TIPO SERVICIO NC ASIA AMERICA CORPORATION S.A.C
- GERENTE GENERAL - VENTA MAYORISTA DE OTROS PRODUCTOS
ASOCIACION INTERNATIONAL HOUSE - PRESIDENTE - OTRAS
ASOCIACIONES NCP EDICIONES EUROLATINA E.I.R.L - GERENTE - OTRAS
ACTIVIDADES EMPRESARIALES NCP EDICIONES AMERICANAS S.A.C
- GERENTE GENERAL - EDICION LIBROS, FOLLETOS Y OTROS V & N
SERVICIOS EMPRESARIALES S.A.C - GERENTE GENERAL - OTRAS
ACTIVIDADES EMPRESARIALES NCP
II RELACIÓN CLARA Y PRECISA DEL HECHO QUE SE ATRIBUYE AL
DENUNCIADO CON SUS CIRCUNSTANCIAS PRECEDENTES,
CONCOMITANTES Y POSTERIORES:
A) Hechos objeto de la denuncia: En el mes de junio los profesores de la
I.E.UNITARIO 22476 LETRAYOC, donde trabajo como docente, fui sorprendida
por unas personas que llegaron muy bien vestidos, en un carro, tres personas,
diciendo que eran del Ministerio de Educación, que venían de parte de la
UGEL Pisco, Y después sacaron a relucir que eran de la empresa EDICIONES
AMERICANAS S.A.C. que tenían convenio con el Ministerio de Educación, la
Región y la UGEL, y que estaban visitando la zona, que habían llegado hasta
Humay, Hualla Grande y Letrayoc, que los profesores se estaban inscribiendo en el
curso de inglés virtual, que en Julio empezaban las clases, por Internet, por lo que
firmé el contrato de compra venta Nº 025626, dándome la clave de usuario TVE,
fijando como cronograma de pago desde la primera hasta la cuota 18, por el monto
de S/. 98.00, por un sistema educativo que es inútil, siendo el caso que se me ha
descontado por planilla, en la UGEL, las cuotas de Julio y Agosto de 2012, por lo
que he reclamado que no tienen por qué hacerme dicho descuento por planillas,
recibiendo como respuesta por la Directora de la UGEL Pisco, Rosa Massco
Pacheco, que ella no tenía nada que hacer, que me busque mi abogado por mi
cuenta, porque no existe convenio con la empresa EDICIONES AMERICANAS SAC,
PERO SIN EMBARGO SE NIEGA A SUSPENDER LOS DESCUENTOS POR
PLANILLAS.
Habiendo presentado a la empresa EDICIONES AMERICANAS SAC, mi solicitud
de RESOLUCION del CONTRATO DE COMPRA VENTA Nº 025626, que ingresó a
la denunciada el 24 de Julio de 2012, entregada por notaría Gutiérrez Pradel, lejos
de darme una respuesta satisfactoria, la denunciada EDICIONES AMERICANAS
SAC me ha remitido la carta de fecha 21 de Agosto de 2012, en que declara
IMPROCEDENTE mi solicitud de resolución del contrato de compra venta Nº
025626 y me amenaza con tomar medidas drásticas en mi contra, por lo que me
siento estafada por el denunciado, quien mantiene su actitud estafadora,
amenazándome para que desista de mi propósito de resolver el contrato en
mención, que me causa perjuicio.
B) Circunstancias precedentes.
Téngase en cuenta que el denunciado ha utilizado como pretexto para engañarme,
que cuenta con CONVENIO, para proporcionar el curso de aprendizaje, con el
MINISTERIO DE EDUCACIÓN, LA REGIÓN Y LA UGEL, mostrando para el
efecto, un contrato de compra venta del sistema, en el cual se lee, con propósito de
engañar, “EDICIONES AMERICANAS S.A.C. EN CONVENIO CON UNIVERSIDAD
SAN PEDRO, y el correo www.theuniversalenglish.com con lo cual me hicieron
entrar en confianza, de la que posteriormente han abusado para perjudicarme.
C) CIRCUNSTANCIAS CONCOMITANTES:
Fui engañada en el mes de Junio de 2012, por unas personas bien vestidas,
con terno y corbata, que llegaron hasta mi centro de trabajo, en la
InstituciónEducativa Nº 22476, del Centro Poblado Letrayoc, afirmando ser del
Ministerio de Educación, luego que tenían convenio educativo con la Región y la
UGEL, por lo que podía adquirir el sistema educativo para aprendizaje del inglés,
para pagar por cuotas haciéndome firmar el contrato de compra venta PLLA Nº
025626, en el cual se consigna el pago de 18 cuotas mensuales de S/. 98.00 cada
una.
D) CIRCUNSTANCIAS SUBSIGUIENTES:
El sistema que he adquirido es inútil, cuando se
accesa www.theuniversalenglish.com se cubre con un cuadro negro, tanto el lugar
donde se debe colocar el usuario y también el cuadro del password, POR LO QUE
ES IMPOSIBLE INGRESAR AL CURSO, por lo que al parecer, la empresa también
ha estafado al proveedor del programa www.theuniversalenglish.com y sin embargo
en la UGEL, pese a que afirman que no existe convenio con el estafador, se niegan a
suspender los descuentos por planilla de las cuotas comprometidas, inclusive
colocando en el rubro de descuentos, para encubrir a los estafadores, en mi boleeta
de pago el nombre “coopsmilag” 98.00 y al preguntar a la UGEL, por qué ese
encubrimiento, sólo atinan a decir que así es con lo cual demuestro que se está
utilizando otro medio defraudatorio para hacerme los descuentos por planillas.
III ELEMENTOS DE CONVICCIÓN QUE FUNDAMENTAN LA DENUNCIA:.
Tomando en consideración los hechos hasta aquí expuestos, queda en
evidencia que el denunciado OCAÑA GUERRERO VICTOR HUMBERTO ha
desarrollado una acción típicamente antijurídica y culpable, que sanciona con pena
privativa de libertad el artículo 196º del Código Penal, encontrándose el tipo penal,
y la culpabilidad, plenamente demostrada con los siguientes elementos de
convicción:
3.1 El contrato de compra venta Plla N 025626, copia amarilla, del mes de Junio de
2012, celebrado con EDICIONES AMERICANAS S.A.C. con domicilio en Av. Las
Nazarenas Nº 912, Urbanización Las Gardenias. Santiago de Surco, en CONVENIO
CON UNIVERSIDAS SAN PEDRO, con objeto de probar el instrumento utilizado
para estafarme, donde aparece el correo www.theuniversalenglish.com pero que no
cumple su función, con lo cual me hicieron entrar en confianza, y lograr estaferme.
3.2 La fotocopia de la carta notarial que remití a la estafadora que fue entregada
con fecha 24 de Julio de 2012, por notaría Gutiérrez Pradel al denunciado, con
objeto de probar que se le requirió la Resolución del contrato de compra venta
utilizado para estafarme.
3.3 La respuesta en original que la denunciada ha dado a mi pedido de resolver el
contrato de compra venta Plla, Nº 025626, de fecha 21 de agosto de 2012, con
objeto de demostrar que el denunciado no muestra arrepentimiento y por el
contrario, se ratifica en la estafa.
3.4 La fotocopia de boleta de pago que me entrega la UGEL PISCO, en la cual
conste que la cantidad de S/. 98.00 que corresponde a las cuotas pactadas con
EDICIONES AMERICANAS SAC. Se descuentan bajo el nombre
“COOPSMILAG” con objeto de demostrar que se sigue utilizando el engaño, para
consumar el delito de estafa en mi agravio, ocultando el nombre de la favorecida
con el descuento por planilla, bajo otro nombre, que no es el de EDICIONES
AMERICANAS SAC.
3.5 El FUT Nº 010759, que ingresé el 26 de junio de 2012, a la UGEL, con objeto de
demostrar que pedí a la UGEL el no descuento por planilla de mis haberes según
convenio con EDICIONES AMERICANAS SAC, por haber sido estafada, al no
existir la contraseña, ni los números telefónicos que dicha empresa hizo constar en
el contrato de compra venta Plla, Nº 025626. Sin respuesta hasta la fecha.
3.6 El FUT Nº 013829, que ingresé el 09 de agosto de 2012, a la UGEL, con objeto
de demostrar que pedí a la UGEL desautorización del descuento por planilla de mis
haberes según convenio con EDICIONES AMERICANAS SAC, por haber sido
estafada, y se tomen las medidas correctivas. Sin respuesta hasta la fecha.
3.7 El FUT que ingresé el 27 de agosto de 2012, a la UGEL, con objeto de demostrar
que pedí a la UGEL la RESOLUCION de CONVENIO con EDICIONES
AMERICANAS SAC, por haber sido estafada. Sin respuesta hasta la fecha.
IV ASPECTOS JURÍDICOS DEL DELITO:
1. BASE LEGAL: Los hechos descritos se encuadran en el tipo penal previsto en el
artículo 196º del Código Penal, que sanciona: “El que procura para sí o para otro un
provecho ilícito en perjuicio de tercero, induciendo o manteniendo en error al
agraviado mediante engaño, astucia, ardid u otra forma fraudulenta, será reprimido
con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de seis años.”
2. BIEN JURÍDICO PROTEGIDO:
Se protege el patrimonio de las personas, que puede ser afectado mediante engaño,
astucia, ardid, o cualquier otra forma fraudulenta. Es irrelevante que el objeto
material del delito sea mueble o inmueble, puede ser cualquiera. Como anota
BAJO, en el delito de estafa no busca la protección de la propiedad, posesión, etc,
sino de los valores económicos que se encuentran bajo la relación de señorío.
3 TIPICIDAD OBJETIVA:
El delito de estafa consiste en el empleo de artificio o engaño, a fin de procurar para
sí o para terceros un provecho patrimonial en perjuicio ajeno.
El delito de estafa es una forma de defraudación, vale decir, la defraudación es el
género y la estafa, una de sus modalidades típicas.
En suma, la estafa es la conducta engañosa, con ánimo de lucro injusto, propio o
ajeno, que habiendo determinado un error en una o varias personas, les induce a
realizar un acto de disposición, consecuencia del cual en un perjuicio en su
patrimonio o en el de un tercero.
Por otra parte debemos citar a MUÑOZ CONDE "Que sobre la estafa define, que
lesiona, al mismo tiempo, la buena fe o las relaciones fiduciarias que surgen en el
tráfico jurídico. Normalmente se espera que se cumplan las obligaciones contraídas
y que sí, por ejemplo, se compra un kilo de pan sea efectivamente un kilo y, además,
de pan. Pero si la sustancia o cantidad del objeto comprado no corresponde a lo
pactado, se frustra una legítima expectativa que debe ser protegida de algún modo,
para asegurar y garantizar un normal tráfico económico. Ahora bien aunque la
finalidad político-criminal perseguida con la tipificación del delito de estafa sea
ésta, el delito como tal se castiga en tanto lesiona un derecho patrimonial
individual. Este contenido patrimonial de la estafa no debe ser olvidado, para no
castigar indebidamente hechos que frustran expectativas de comportamiento en el
tráfico jurídico económico, pero que no producen perjuicios económicos para nadie
en concreto.
3.1 SUJETO ACTIVO: Puede ser cualquier persona desde que la ley no requiere
calidad especial alguna, bajo la expresión “El que”.
3.2 SUJETO PASIVO: Puede ser cualquier persona física o jurídica. Igualmente,
una corporación. La persona natural puede ser afectada en su patrimonio.
3.3 ACCIÓN TÍPICA
Tal como lo establece unánimemente la doctrina, la estafa es un delito contra el
patrimonio que requiere para su configuración, la consecuencia de los siguientes
elementos engaño: error -disposición patrimonial, perjuicio patrimonial, provecho
ilícito.
Esta cadena de elementos debe seguir ese orden secuencial, de lo contrario no se
realizaría el tipo objetivo, siendo la conducta atípica.
El nexo que existe entre los elementos que configuran la estafa no es de causalidad
material, sino de causalidad ideal o motivación: el engaño ha de motivar (producir)
un error que induzca a realizar un acto de disposición que persiga un perjuicio. Para
que exista estafa no basta que, en un hecho determinado, aparezcan todos y cada
uno de sus componentes, sino que, además, ha de hallarse exactamente en la
relación secuencial descrita por la ley.
- Engaño Es un concepto amplio y comprensivo del ardid y la astucia, pues el
primero, es un medio hábil y mañoso para lograr algo en la víctima, y, el segundo es
una habilidad audaz para conseguir algún provecho. Se puede definir al engaño
como una simulación o disimulación de sucesos y situaciones de hecho, materiales
y psicológicos, con las que se logra que una persona siga en error, o como falta de
verdad en lo que se piensa y se dice o se hace creer con la finalidad de producir e
inducir al acto de disposición patrimonial.
El proceso ejecutivo de la estafa, en el que el engaño constituye el primer y principal
factor, podría diferenciarse otras figuras afines mediante la siguiente imagen: en el
robo y en el hurto el autor toma la cosa que no tiene, en la apropiación indebida se
adueña de lo que ha recibido; en la estafa, engaña para que el propio poseedor le
entregue lo que desea hacer suyo.
Ahora bien, el engaño no debe ser cualquiera, éste debe ser idóneo, es decir, lo
suficiente para mantener en error a la víctima.
Los engaños que no producen error no son típicas, sino irrelevantes, aun en el caso
de que refuercen el que ya existe en el perjudicado. En consecuencia -como
ejemplifican Vives Antón, Gonzáles Cussac: los magos, curanderos, adivinos, etc.,
aún cuando lleven a cabo maniobras engañosas para obtener un beneficio
patrimonial, no cometen el delito de estafa, porque quienes acuden a ellos tienen ya
la falsa creencia (error) en sus poderes sobrenaturales.
- Inducción a error. La conducta engañosa debe traer como consecuencia un error
en el sujeto pasivo; obviamente, el error debe ser idóneo para lograr que la persona
que lo padece disponga de su patrimonio.
El maestro Cornejo, nos ilustra que la mentira o artificio apto para el engaño debe
obrar induciendo a otros a error, acertó del que desprende dos conceptos
calificados de importancia fundamental:
Que el provecho (o la entrega del bien) debe ser determinado por la mentira (o
artificio), lo que significa que ésta debe encontrarse respecto al primero en una
relación de medio a fin.
Que la mentira (o artificio) debe ser la razón determinante de la entrega en cuanto
produce un error. El medio fraudulento del engaño debe haberse pre-ordenado
para procurar al culpable, o a otro, un provecho injusto con daño ajeno.
Inducir a Error es el que el agente promueve intencionalmente en la imaginación
del agraviado un interés cualquiera con resultado aparente favorable. Esto anima
en la víctima a despojarse del bien en perjuicio patrimonial suyo.
Mantenerse en Error se refiere a que ya existía en la mente de la víctima una
situación falsa y lo que hace el agente es seguir conservando en ese estado erróneo
del agraviado.
- Disposición Patrimonial La disposición patrimonial, por parte de la víctima del
engaño, se produce como consecuencia del error en que se encuentra recae sobre
un valor económicamente apreciable sobre el que incide el derecho de propiedad.
La víctima, corno consecuencia del error generado por el agente, procede a
disponer un bien. Debe de haber una disposición del bien en forma voluntaria, pero
consecuencia del error. Ahora bien, este desplazamiento puede tener lugar en forma
de entrega, sesión o prestación del bien, derecho o servicios de que se trate, ya que
el delito de estafa puede recaer sobre cualquier elemento del patrimonio, e incluso,
los expectativos legítimos -las ganancias- y Económicos valuables.
En suma, debe de haber necesariamente, disposición patrimonial de parte del
agraviado, de lo contrario, no se configurará el delito de estafa.
- Perjuicio Patrimonial Implica que el sujeto pasivo deberá sufrir un daño real en su
patrimonio, pues sufre una disminución del conjunto de valores económicos.
Siguiendo a Vives Antón, explica que no debemos confundir el perjuicio de tipo
penal y el perjuicio de índole civil indemnizable, que es absolutamente necesario
para deslindar lo penalmente relevante de lo que no lo es.
- Beneficio patrimonial ilícito Implica que el sujeto activo se procura una ventaja
económica corno resultado de la disposición patrimonial realizada por la víctima
del engaño. El beneficio que el agente espera deberá ser el resultado directo del
acto nocivo de disposición patrimonial. De manera que, no cometerá el delito de
estafa si el que tiene la promesa de un tercero de recibir una cantidad de dinero
para el caso que consiga por medios engañosos que una cierta persona se
perjudique, lo que hace así y consigue su propósito recibiendo la merced prometida.
4 TIPO SUBJETIVO
El delito es absolutamente doloso, el actor tiene conciencia y voluntad de realizar
los elementos objetivos del tipo, vale decir, engañar para inducir o mantener en
error a la víctima para que ésta disponga de su patrimonio.
Conforme a la doctrina, en los llamados contratos civiles criminalizados, es
el contrato mismo el instrumento del engaño y no precisa de ningún otro artificio
satélite o coadyuvante. El agente se vale precisamente, de la confianza y buena fe
que sigue la inmensa mayoría de los contratos, sin los que el tráfico jurídico se haría
imposible; existe un dolo antecedente, inicial o contrayendo para conseguir el
desplazamiento patrimonial a su favor.
Consumación de la estafa Según Peña Cabrera, el delito de estafa se consuma
cuando existe un perjuicio patrimonial para la víctima, y, no así, cuando el agente
obtiene el provecho ilícito.
Refuerza esta postura Mezger, explica que la estafa se consuma cuando se ha
producido el daño en un patrimonio ajeno, sin que para tal efecto sea necesario que
la ventaja patrimonial a la que aspiraba el actor haya sido obtenida, por tratarse de
una tendencia interna trascendente.
Es posible la tentativa, en la medida que el agente realiza las maniobras
conducentes a inducir o mantener en error al agraviado, obteniendo la disposición
patrimonial sin llegar a hacer efectivo del patrimonio.
En este caso concreto la modalidad usada ha sido la de Abuso de Confianza: Aquí, el
agente se aprovecha de la confianza generada a través de la astucia, ardid o engaño
para que la agraviada disponga de su patrimonio.
V. JURISPRUDENCIA PERUANA
1) En los delitos instantáneo como es el delito de estafa, que además es un delito de
resultado material, el plazo de prescripción de la acción penal comienza a partir del
día en que se consumó; en este caso el delito de estafa se entiende consumado
cuando el sujeto pasivo, al ser inducido o mantenido en error por el sujeto activo,
realiza el acto de disposición patrimonial que provoca el daño en el patrimonio, esto
es, se consuma con el perjuicio a partir del cual el desvalor de resultado adquiere su
plenitud.
R.N. Nº 3344-2003-Ayacucho. Jurisprudencia Penal, T II. Normas legales.

2) Configuran estafa los actos que se cometen con la intención de causar un


perjuicio económico a un tercero, manteniendo en error al afectado, cuestión que
no ocurre en autos, al haberse formalizado un contrato de compra-venta, bajo la
modalidad de alquiler con opción de compra, más aún si los procesados han
cancelado parcialmente el importe, y la finalidad del agraviado es obtener el cobro
de su crédito.
Exp. Nº 049-2001. Jurisprudencia Penal, Ed. Normas Legales, T. 1, pág. 283

3) El delito de estafa consiste en el empleo de artificio o engaño a fin de procurar


para sí o para terceros un provecho patrimonial en perjuicio ajeno, y requiere para
su configuración, de ciertos elementos constitutivos como: engaño, error,
disposición patrimonial y provecho ilícito, los mismos que deben existir en toda
conducta prevista en el artículo 196 del Código Sustantivo Peruano, es decir cuando
el agente tiene la conciencia y voluntad de realizar los elementos objetivos del tipo,
engañar para inducir o mantener en error a la víctima para que ésta disponga de su
patrimonio, circunstancias que no concurren en el caso de autos por cuanto las
operaciones realizadas por ella cuando se deben a un sobregiro otorgado por
funcionarios autorizados de la entidad bancaria, lo que constituiría una relación
contractual materia de una acción extrapenal.
VI. VALORACIÓN DE LOS MEDIOS PROBATORIOS:
El delito se encuentra plenamente acreditado con los fundamentos expuestos
arriba.

VII. DETERMINACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL:


De conformidad con lo prescrito por el artículo 92º del Código Penal, todo delito
acarrea como consecuencia la imposición de una pena, y también da lugar al
resarcimiento de una indemnización por responsabilidad civil por parte del autor,
relacionado con el daño moral, circunscrito a la lesión de derechos o intereses
legítimos, que en este caso concreto, vengo a cuantificar en TRES MIL Nuevos
Soles, como consecuencia de la agresión ilegítima que he sufrido por parte del
DENUNCIADO, tomando en consideración que soy una profesora, por lo que el
monto reclamado en este proceso cubre el monto de lo estafado y los gastos que me
ha obligado a realizar para lograr justicia, son TRES MIL Y 00/100 NUEVOS
SOLES.

VIII RELACIÓN DE LOS MEDIOS DE PRUEBA OFRECIDOS: De conformidad con


los elementos de convicción que contiene la presente, anexo los medios de prueba
siguientes:
1.- El contrato de compra venta Plla N 025626, copia amarilla, del mes de Junio de
2012, celebrado con EDICIONES AMERICANAS S.A.C. con domicilio en Av. Las
Nazarenas Nº 912, Urbanización Las Gardenias. Santiago de Surco, en CONVENIO
CON UNIVERSIDAS SAN PEDRO, con objeto de probar el instrumento utilizado
para estafarme, donde aparece el correo www.theuniversalenglish.com pero que no
cumple su función, con lo cual me hicieron entrar en confianza, y lograr estaferme.
3.2 La fotocopia de la carta notarial que remití a la estafadora que fue entregada
con fecha 24 de Julio de 2012, por notaría Gutiérrez Pradel al denunciado, con
objeto de probar que se le requirió la Resolución del contrato de compra venta
utilizado para estafarme.
3.3 La respuesta en original que la denunciada ha dado a mi pedido de resolver el
contrato de compra venta Plla, Nº 025626, de fecha 21 de agosto de 2012, con
objeto de demostrar que el denunciado no muestra arrepentimiento y por el
contrario, se ratifica en la estafa.
3.4 La fotocopia de boleta de pago que me entrega la UGEL PISCO, en la cual
conste que la cantidad de S/. 98.00 que corresponde a las cuotas pactadas con
EDICIONES AMERICANAS SAC. Se descuentan bajo el nombre
“COOPSMILAG” con objeto de demostrar que se sigue utilizando el engaño, para
consumar el delito de estafa en mi agravio, ocultando el nombre de la favorecida
con el descuento por planilla, bajo otro nombre, que no es el de EDICIONES
AMERICANAS SAC.
3.5 El FUT Nº 010759, que ingresé el 26 de junio de 2012, a la UGEL, con objeto de
demostrar que pedí a la UGEL el no descuento por planilla de mis haberes según
convenio con EDICIONES AMERICANAS SAC, por haber sido estafada, al no
existir la contraseña, ni los números telefónicos que dicha empresa hizo constar en
el contrato de compra venta Plla, Nº 025626. Sin respuesta hasta la fecha.
3.6 El FUT Nº 013829, que ingresé el 09 de agosto de 2012, a la UGEL, con objeto
de demostrar que pedí a la UGEL desautorización del descuento por planilla de mis
haberes según convenio con EDICIONES AMERICANAS SAC, por haber sido
estafada, y se tomen las medidas correctivas. Sin respuesta hasta la fecha.
3.7 El FUT que ingresé el 27 de agosto de 2012, a la UGEL, con objeto de demostrar
que pedí a la UGEL la RESOLUCION de CONVENIO con EDICIONES
AMERICANAS SAC, por haber sido estafada.

POR LO EXPUESTO:
Al señor Juez pido se me tenga por apersonado, por señalado el domicilio procesal.

ANEXOS:
1.- El contrato de compra venta Plla N 025626, copia amarilla, del mes de Junio de
2012, celebrado con EDICIONES AMERICANAS S.A.C.
2 La fotocopia de la carta notarial que remití a la estafadora que fue entregada
con fecha 24 de Julio de 2012, por notaría Gutiérrez Pradel al denunciado
3. La respuesta en original que la denunciada ha dado a mi pedido de resolver el
contrato de compra venta Plla, Nº 025626, de fecha 21 de agosto de 2012.
4. La fotocopia de boleta de pago que me entrega la UGEL PISCO, en la cual conste
que la cantidad de S/. 98.00 que corresponde a las cuotas pactadas con
EDICIONES AMERICANAS SAC. Se descuentan bajo el nombre “COOPSMILAG”.
5 El FUT Nº 010759, que ingresé el 26 de junio de 2012, a la UGEL, con objeto de
demostrar que pedí a la UGEL el no descuento por planilla de mis haberes según
convenio con EDICIONES AMERICANAS SAC.
6 El FUT Nº 013829, que ingresé el 09 de agosto de 2012, a la UGEL, con objeto de
demostrar que pedí a la UGEL desautorización del descuento por planilla de mis
haberes según convenio con EDICIONES AMERICANAS SAC.
7. El FUT que ingresé el 27 de agosto de 2012, a la UGEL, con objeto de demostrar
que pedí a la UGEL la RESOLUCION de CONVENIO con EDICIONES
AMERICANAS SAC.
8.- Fotocopia del D.N.I. del actor.
9.- Comprobante de pago de la tasa judicial por ofrecimiento de pruebas.
10.- Comprobante de pago de la tasa judicial por cédulas de notificación

El delito de estafa en el Código Penal


peruano
POR
JELIO PAREDES INFANZÓN
-
MARZO 11, 2018

Share
1. Introducción

La estafa es una especie dentro del género defraudación, toda estafa es siempre
una defraudación, pero no toda defraudación es siempre una estafa. Para que
haya estafa debe mediar siempre la artimaña, el encubrimiento de la verdad.

Lea también: El delito de apropiación ilícita en el Código Penal Peruano. A


propósito de la Casación 301-2011, Lambayeque

La estafa puede describirse, como el hecho por medio del cual una persona toma,
a raíz de un error provocado por la acción del agente, una disposición patrimonial
perjudicial, que dicho agente pretende convertir en beneficio propio o de un
tercero.[1]

2. Descripción legal

Artículo 196.- «El que procura para sí o para otro un provecho ilícito en
perjuicio de tercero, induciendo o manteniendo en error al agraviado mediante
engaño, astucia, ardid u otra forma fraudulenta, será reprimido con pena privativa
de libertad no menor de uno ni mayor de seis años.»
Lea también: Casación 421-2015, Arequipa: Supuestos de estafa con fines
ilícitos no son tutelados por el derecho penal

3. Concepto

El delito de estafa es el uso de artificio o engaño, a fin de procurar para sí o para


terceros un provecho patrimonial en perjuicio ajeno.

Sebastián Soler,[2] considera como estafa «la disposición patrimonial perjudicial


tomada por un error determinado mediante ardides, tendientes a obtener un
beneficio indebido.»

Se debe tener presente que, en la estafa, hay una lesión del patrimonio ajeno,
mediante engaño o artificio apto para engañar y ánimo de lucro. En la estafa el
sujeto activo, empleando maniobras fraudulentas, ardides y cambiando el modo
de pensar de una persona -le induce al error-.

Lea también: R.N. 2504-2015, Lima: Precedente vinculante sobre el delito de


estafa

En el delito de estafa se sanciona al que se vale del engaño para aprovecharse del
patrimonio de otro.

ESTAFA HURTO ROBO

 Por  Maña
engaño,  Distracción o ausencia  Fuerza bruta,
astucia, del sujeto pasivo. intimidación.
ardid u otra  Apoderamiento del  Actos contra la
forma bien del sujeto pasivo. voluntad de la
fraudulenta  Recae sobre bienes víctima.
se indujo o muebles. (artículo 185  Apoderamiento del
mantiene CP). bien ajeno.
en error.
 Ingenuidad  Recae sobre bienes
del muebles (artículo 188
estafado. CP).
 Acto de
disposición
del sujeto
pasivo.
 Recae
sobre los
bienes
muebles e
inmuebles
(artículo
196 CP).

 Cuadro comparativo de los delitos de estafa, hurto y robo.

4. Bien jurídico protegido

Se protege el patrimonio, es el delito patrimonial por antonomasia. El delito


de estafa está considerado como una infracción al patrimonio dentro de casi
todos los códigos contemporáneos, el objeto jurídico del delito de estafa es un
bien o interés relativo al patrimonio. Se protege el patrimonio, pero de manera
específica, la situación de disposición que tiene un objeto sobre un bien, derechos
o cualquier otro objeto, siempre que tal situación tenga una protección jurídica y
sea de relevancia económica.

Lea también: Casación 4148-2015, Apurímac: Acción de mejor derecho de


propiedad es imprescriptible

Buompadre,[3] menciona que la doctrina discute si lo protegido por este delito es


el patrimonio en su conjunto, concebido como universitatis iuris, o si por el
contrario los que se ven afectados son los elementos integrantes del patrimonio,
la doctrina mayoritaria se ha pronunciado a favor de la segunda postura.
5. Tipicidad objetiva

5.1 Sujeto activo

Conforme al Código Penal de 1991, el sujeto activo en el delito de estafa puede


ser cualquier persona física, el agente activo del delito es el autor del engaño,
astucia, ardid u otra forma fraudulenta, mediante el cual induce en error al sujeto
pasivo, a fin de obtener, en perjuicio de éste un provecho patrimonial ilícito a su
favor o para un tercero.

5.2 Sujeto pasivo

En el delito de estafa, el sujeto pasivo es la persona que sufre el perjuicio


patrimonial, es el titular del patrimonio.

5.3 Elementos constitutivos del delito de estafa

Engaño, astucia, ardid u otra forma fraudulenta

a) El engaño

Consiste en la mutación o alteración de la verdad, tendiente a provocar o


mantener el error ajeno, como medio de conseguir la entrega del bien. En si, el
engaño consiste en una simulación o disimulación capaz de inducir a error a una
o varias personas. El engaño, no debe ser cualquiera, debe ser idóneo, lo
suficiente para mantener en error a la víctima.

Buompadre[4], señala que la doctrina penal ha definido al engaño en dos


concepciones: una restringida y otra abierta o amplía. En cuanto a la concepción
restringida de engaño, «no toda falsedad o ardid debe ser computable a título de
engaño, sino solo el que se lleve a cabo mediante el empleo de maniobras
exteriores y artificios materiales», agrega el autor, que queda fuera del tipo
de estafa los engaños verbales, las mentiras o los engaños implícitos. En cuanto a
la concepción amplia o abierta de engaño, «habrá estafa cuando el engaño sea lo
suficientemente apto para producir el error en la víctima, aunque no vaya
rodeado de maniobras objetivas o maquinaciones exteriores, y el engaño haya
tenido la virtualidad de provocar el error de la víctima y causar un daño
patrimonial.»

El día 19 de mayo de 2017, se publicó en el diario oficial El Peruano, el


precedente vinculante sobre el delito de estafa, expedido por la Segunda Sala
Penal Transitoria. Recurso de Nulidad N° 2504-2015, Lima; del fundamento
vigésimo sexto podemos concluir lo siguiente:

Si se configura el delito de estafa por infracción


Si no se configura el delito de estafa,
a un deber de veracidad y la realización del
deben ventilarse en la vía extrapenal.
riesgo en el resultado.

Engaños, en las relaciones


contractuales, civiles o mercantiles, hay El autor conforme al deber de veracidad debe
situación de error de la víctima, brindarle los conocimientos necesarios para la toma
incumbía a está agenciarse de la de decisión de la víctima respecto de la disposición
información normativamente accesible. patrimonial, se le bloquea a la víctima el acceso a
Aquí el perjuicio patrimonial es de la información normativamente accesible.
competencia de la víctima.

Por su parte, en el fundamento vigésimo tercero se expresa: «los compradores


adquirieron los vehículos sin comprobar previamente su titularidad registral. La
información sobre la titularidad de un vehículo, estaba normativamente
accesible al comprador, pues se encontraba a su disposición en el registro de la
propiedad, que es público; y el acceso al registro no les suponía a los
compradores un esfuerzo desproporcionado. En consecuencia, en este caso, la
conducta de la procesada no puede ser considerada engaño típico, ya que no
tenía un deber de veracidad respecto a los compradores; en la medida en que
incumbía a estos últimos tomar la precaución de acudir al registro de la
propiedad, para acceder a la información sobre la titularidad de los vehículos.
La cuestión, por tanto, deberá dilucidarse en la vía extrapenal que
corresponda.»

En consecuencia, los operadores del derecho deben necesariamente distinguir el


engaño, si la misma tiene origen, en relaciones civiles, mercantiles, o es una
infracción del deber de veracidad y la realización del riesgo en el resultado.

b) La astucia
Es la habilidad, carácter mañoso y audaz con que se procede para conseguir un
provecho ilícito creando error en la victima.

c) El ardid

Es un medio empleado, hábil y mañosamente, para el logro de algún intento.

Soler,[5] señala que la teoría del ardid constituye el punto central de la teoría de
la estafa, y agrega: «ardid es el astuto despliegue de medios engañosos.»

d) Otra forma fraudulenta

Convierte al precepto en un tipo penal abierto o numerus apertus.

5.4 Error

Conforme con Torres Vásquez[6], el error consiste en la ausencia de


conocimiento (ignorancia) o crecimiento equivocado de la realidad, el error, es la
falsa representación mental de la realidad (del hecho o derecho) o de la
ignorancia de la misma.

Se produce un error cuando, a consecuencia de la acción engañosa se ha causado


una suposición falsa, el engaño sea causa adecuada para producir error.

5.5 Actos de disposición patrimonial

Es aquella acción positiva, omisiva o de tolerancia que produce, en forma directa


e inmediata, una disposición del patrimonio.[7]

El engañado, a consecuencia del error debe realizar una disposición patrimonial,


como es la entrega de un bien o la prestación de un servicio; el error, el engaño y
la disposición patrimonial deben recaer sobre la misma persona. Si no hay
disposición patrimonial no hay estafa.

5.6 La disposición patrimonial tiene que producir un perjuicio estimable


económicamente, porque es un delito contra el patrimonio. Debe existir un
perjuicio económico cierto y real.
6. Tipicidad subjetiva

El delito de estafa es doloso, el sujeto activo tiene conocimiento y voluntad de


engañar a alguien, causando un perjuicio patrimonial al engañado u a otra
persona, se exige además el elemento subjetivo del tipo, como es el ánimo de
lucro.

7. Consumación

La estafa es un delito material y de resultado, el delito de estafa se consuma en


el momento en que el sujeto pasivo por error realiza el acto de disposición
patrimonial perjudicial y el autor obtiene de ese modo, la disposición del bien
ajeno.

Es admisible la tentativa, en todos los actos ejecutivos que no se concluyan en la


disposición patrimonial.

8. Concurso

La estafa concurre frecuentemente con el delito de falsificación.

No se configura estafa si la víctima


podía acceder a información
(precedente vinculante) [R.N. 2504-
2015, Lima]
POR
SANDRA GUTIERREZ IQUISE
-
MARZO 17, 2018
Share

Sumilla: 1. La sola constatación de un engaño, vinculado causalmente a una


disposición patrimonial perjudicial, con déficit de información –error–, no
implica, per se, la configuración del delito de estafa. 2. Solamente existirá un
engaño típico de estafa, cuando la superación del déficit de información –error–
no es competencia de la víctima disponente sino del autor del hecho o suceso
fáctico; esto es, cuando la víctima carece de accesibilidad normativa a la
información. 3. En estos casos, el autor es garante de brindar a la víctima la
información que a ésta no le competía recabar o descifrar.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

SEGUNDA SALA PENAL TRANSITORIA


R.N. N° 2504-2015, LIMA

Lima, siete de abril del dos mil diecisiete

VISTOS;

El recurso de nulidad interpuesto por la Octava Fiscalía Superior Penal de


Lima, y por la defensa técnica de la procesada Hilda Cecilia Chacaltana
Pacheco, contra la sentencia de fecha once de mayo de dos mil quince, obrante a
folios once mil novecientos cincuenta y cinco, emitida por la Segunda Sala Penal
para procesos con reos en cárcel, de la Corte Superior de Justicia de Lima, que
falló absolviendo a la acusada Hilda Cecilia Chacaltana Pacheco de la
acusación fiscal por los delitos contra el Patrimonio -Estafa-, en agravio de José
Antonio Requejo Morales y otros; y, contra la Fe Pública -Falsedad Genérica-, en
agravio de José Antonio Requejo Morales y otros; y, condenando a Hilda Cecilia
Chacaltana Pacheco como autora del delito contra el patrimonio -Estafa-, en
agravio de Jorge Jesús Salas Gutierrez, Juan Pablo Pérez Olivos y Giancarlo
Sarria Iraola; imponiéndole cuatro años de pena privativa de libertad efectiva; y,
fijando en cinco mil soles el monto que por concepto de reparación civil deberá
pagar la condenada a cada uno de los agraviados Jorge Jesús Salas Gutierrez,
Juan Pablo Pérez Olivos y Giancarlo Sarria Iraola; sin perjuicio de devolver lo
estafado.

Con lo expuesto en el dictamen del señor Fiscal Supremo en lo Penal. Interviene


como ponente el señor Juez Supremo Hinostroza Pariachi.

CONSIDERANDO

§. HECHOS IMPUTADOS

PRIMERO: De la acusación obrante a folios siete mil doscientos dos, se


desprende que el Ministerio Público atribuye a la procesada Hilda Cecilia
Chacaltana Pacheco la realización de dos hechos ocurridos entre enero a octubre
de 2007, en los cuales esta empleó “engaño” y ocasionó perjuicio patrimonial en
agravio de diversas personas:
i. El primer hecho consiste en haber “engañado” a los propietarios de las
empresas Menzala Motors S.A.C. –Néstor Menzala Huahuasonco–, y Grupo
“Escarabajo” –integrado por los agraviados Cristian Cabrera Torres, Fidel
Vasconzueío Zorrilla, Benito Quispe Salas, Henry Cabrera Mayorga, Ulises
Gonzales Ramírez, José Antonio Requejo Morales y Marco Mazza Corso–;
empresas cuyo giro comercial era la venta y alquiler de vehículos motorizados;
resultando que la procesada se presentó ante estos agraviados como una persona
solvente y confiable; logrando que, bajo error, la primera empresa le entregara
seis y la segunda cuarenta y nueve vehículos, en su mayoría camionetas cuatro
por cuatro, con el objetivo de ser llevados a empresas mineras con sede en la
ciudad de lea, a efectos de ser dados en alquiler o alquiler-venta; para lo cual la
procesada solamente abonó una parte del dinero pactado y, posteriormente, sin
tener la condición de propietaria ni las facultades jurídicas para ello, procedió a
venderlos a terceras personas.

ii. El segundo hecho está referido al “engaño” en perjuicio de Jorge Jesús Salas
Gutiérrez, Fernando Augusto Campos Pacheco, Juan Pablo Pérez Olivos, Julio
Roger Zamora Chunga, Cristian Karlo Rivero Schoster, Ana María Méndez de
Espejo, Alejandro Sayón Fetzer, María Ofelia Soriano Barrantes, Carlos
Encarnación Echevarría Cabrera, Marvin Ornar Alva Acra, Alcira Maruja Ávila
Concepción y Giancarlo Sarria Iraola; a quienes la procesada les vendió los
vehículos sin tener la condición de legítima propietaria y manifestándoles que
provenían de remates judiciales. Dichos “agraviados adquirientes”, motivados
por los precios bajos en que los vehículos eran ofrecidos procedían a adquirirlos
mediante contrato de compra-venta a plazo con reserva de Dominio de Vehículo
Usado, cuyo pago se garantizaba también con letras de cambio. Sin embargo, al
momento que estos agraviados adquirientes solicitaban la entrega de las Tarjetas
de Propiedad, la procesada les decía que estaba realizando los trámites hasta que
culminen con pagar la totalidad del vehículo; todo lo cual no constituía más que
un ardid o engaño de su parte, pues las compañías vendedoras no iban a entregar
la Tarjeta de Propiedad debido a que, en algunos casos, la procesada solamente
pagaba un adelanto e incumplía con los abonos mensuales, y, en otros casos, los
vehículos habían sido entregados solamente en alquiler; es decir, en ambos casos
la acusada no podía disponer sobre la propiedad de los vehículos. Por esa razón,
los agraviados adquirientes tuvieron, finalmente, que devolver los autos, sin que
les hayan devuelto el dinero que pagaron por los mismos.
§. FUNDAMENTOS DE LA SALA PENAL SUPERIOR

SEGUNDO: La Segunda Sala Penal para procesos con reos en cárcel de la Corte
Superior de Justicia de Lima, emitió su sentencia sobre la base de los siguientes
fundamentos:

i. Respecto de la acusación fiscal por delito de estafa en agravio del grupo


comercial “Escarabajo” y “Menzala Motors Sociedad Anónima Cerrada” -
Agraviados Otorgantes-, la conducta de la acusada Chacaltana Pacheco es
atípica; dado que el mérito de las obligaciones contenidas en los contratos
denotan un incumplimiento de índole civil. Asimismo, debe considerarse que la
referida procesada firmó los referidos contratos con su propio nombre, y
revistiendo las formalidades de ley; no configurándose los elementos del tipo
penal de Estafa.

ii. Respecto de los “agraviados adquirientes”: Jorge Jesús Salas Gutierrez, Juan
Pablo Pérez Olivos y Giancarlo Sarria Iraola, ha quedado acreditado que la
procesada Chacaltana Pacheco los engañó de forma idónea y eficaz, pues les
ofreció en venta vehículos a un precio por debajo del mercado, aduciendo que los
vehículos provenían de remates judiciales; aparentando cualidades supuestas
(bienes, créditos, comisión); provocando un error en los agraviados quienes,
viciados en su voluntad, contrataron con la procesada la compra de vehículos. El
resto de “agraviados adquirientes”, sin embargo, no cumplió con presentar los
elementos de prueba originales que acrediten sus afirmaciones en contra de la
procesada, a pesar de que ello les fue ordenado por la Corte Suprema mediante
Ejecutoria recaída en el Recurso de Nulidad N° 2372-2012, en mérito del cual se
ordenó la realización de un nuevo Juicio Oral.

iii. La alteración de la verdad por parte de la procesada Chacaltana Pacheco, en


perjuicio de los “agraviados adquirientes”, fue precisamente para conseguir la
disposición patrimonial de éstos; fundamentos por los cuales el supuesto táctico
imputado como Falsedad Genérica, quedaría absorbido por el delito de Estafa;
correspondiendo, en consecuencia, absolver a la acusada de la acusación fiscal
por el referido delito contra la Fe Pública.

§. FUNDAMENTOS DEL RECURSO DE NULIDAD –AGRAVIOS–


TERCERO: La Octava Fiscalía Superior Penal de Lima, en su recurso de
nulidad fundamentado a folios once mil novecientos ochenta y tres, expresa
como agravios lo siguiente:

i. El Superior Colegiado no ha tomado en cuenta que los “agraviados otorgantes”


se desprendieron de sus vehículos al considerar que se trataba de transacciones
regulares, pues la procesada Chacaltana Pacheco generó un estado de confianza
para procurarse un provecho ilícito; sin embargo, los agraviados no recibieron
sus pagos, puesto que la procesada disponía de tales bienes como si fuera su
legítima propietaria. Asimismo, se afectó el patrimonio de los “agraviados
adquirientes”, quienes se desprendieron de su patrimonio bajo error, esto es,
pensando que hacían adquisiciones legítimas, cuando en realidad la procesada no
tenía la facultad de disponer de tales bienes.

ii. Tampoco se ha valorado el perjuicio económico ocasionado, el cual se


encuentra acreditado con el Informe Pericial Contable N° 002-2015-VS/CO, de
techa doce de febrero de dos mil quince, obrante a folios nueve mil cuatro cientos
cincuenta y nueve.

iii. Respecto de los “agraviados adquirientes” que no presentaron elementos de


prueba que acrediten sus dichos, el Superior Colegiado no ha valorado las
declaraciones preventivas de aquellos, y tampoco las prestadas en Juicio Oral;
tampoco ha tomado en cuenta que gran parte de dichos vehículos fueron
incautados por la Policía; perdiendo así, los agraviados adquirientes, además de
dichas unidades, su dinero correspondiente a la cuota inicial.

iv. Con respecto al quantum de la pena impuesta, el Superior Colegiado no ha


considerado la magnitud del desvalor de la conducta de la procesada, quien no ha
tenido reparos en perjudicar a los agraviados, a sabiendas de que no tenía
legitimidad para disponer de los vehículos; consecuentemente, la responsabilidad
del accionar de la procesada no se ve reflejada en la pena impuesta.

CUARTO: La defensa técnica de la procesada Chacaltana Pacheco, en su


recurso de nulidad de folios once mil novecientos noventa y uno, expresa los
siguientes agravios:
i. El hecho por el cual ha sido condenada la recurrente es atípico, por cuanto se
trata de actos de compraventa de vehículos; acto jurídico que, al ser suscrito por
ambas partes, se presume que fue otorgado con total libertad; por tanto, se trata
de asuntos que deben dilucidarse en la vía civil-comercial.

ii. No puede considerarse víctima de un delito de estafa a quien paga por un


automóvil, a alguien que no se encuentra inscrito como propietario en el Registro
de Propiedad Vehicular; y ello independientemente de la responsabilidad civil
que pueda imputarse a la procesada Chacaltana Pacheco; a no ser que haya
mediado suplantación de identidad o falsificación documental; máxime cuando, a
la luz de la presunción iure et de iure establecida en el artículo 2012° del Código
Civil[1], la mera afirmación de ser propietario de automóvil no es idónea para
generar un estado de error.

iii. Existe una valoración incongruente de los hechos por parte del Superior
Colegiado; toda vez que, con respecto al caso de los “agraviados otorgantes”, ha
señalado que el hecho es atípico; mientras que, con respecto a los “agraviados
adquirientes”, ha concluido que existe delito de estafa; y ello sin tener en cuenta
que ambos hechos son similares.

§. ANTECEDENTES DEL CASO

QUINTO: Como antecedente del presente caso se tiene, a folios ocho mil ciento
ochenta y dos, la Sentencia de fecha veinte de diciembre de dos mil once, por la
cual la Segunda Sala Penal con reos en cárcel de la Corte Superior de Justicia de
Lima, falló condenando a Hilda Cecilia Chacaltana Pacheco, como autora de los
delitos contra el patrimonio –Estafa– y, contra la Fe Pública -Falsedad Genérica-,
en agravio de José Antonio Requejo Morales y otros. Contra dicho
pronunciamiento, la defensa técnica de la procesada interpuso el recurso de
nulidad obrante a folios ocho mil doscientos uno. Elevados los autos a la Corte
Suprema, la Sala Penal Permanente, mediante Ejecutoria Suprema de fecha
diecinueve de febrero de dos mil trece, recaída en el Recurso de Nulidad N°
2372-2012-Lima, declaró, por mayoría, la nulidad de la sentencia recurrida y –
disponiendo la actuación de una serie de diligencias– ordenó la realización de un
nuevo juicio oral por otro colegiado.
SEXTO: Una vez culminado el nuevo juicio oral, se condenó a la procesada
Chacaltana Pacheco como como autora del delito contra el patrimonio –Estafa–,
por los hechos suscitados en agravio de Jorge Jesús Salas Gutiérrez, Juan Pablo
Pérez Olivos y Giancarlo Sarria Iraola. Esta decisión del Superior Colegiado, sin
embargo, es cuestionada nuevamente por la sentenciada recurrente; quien aduce
que los hechos atribuidos son atípicos, conforme se ha expuesto en el
considerando cuarto de la presente Ejecutoria Suprema.

§. PRINCIPIO DE JERARQUÍA INSTITUCIONAL DEL MINISTERIO


PÚBLICO RESPECTO DEL RECURSO DE NULIDAD INTERPUESTO
POR LA FISCALÍA SUPERIOR

SÉPTIMO: Antes de realizar el análisis de fondo, corresponde señalar que, en


relación a los agravios expuestos por la Octava Fiscalía Superior Penal de Lima –
véase el considerando tercero de la presente Ejecutoria Suprema–, debe
prevalecer la posición del señor Fiscal Supremo en lo penal; quien ha
dictaminado a favor de no haber nulidad en el extremo absolutorio de la
sentencia venida en grado. Al respecto, conforme ya ha sido señalado por este
Tribunal Supremo: “El Ministerio Público está sujeto al PRINCIPIO DE
JERARQUÍA INSTITUCIONAL, cuya relevancia normativa dimana del
artículo 5o de la Ley Orgánica del Ministerio Público, que estipula: ‘Los fiscales
actúan independientemente en el ejercicio de sus atribuciones, las que
desempeñarán según su propio criterio y en la forma que estimen más arreglada a
los fines de su institución. Siendo un cuerpo jerárquicamente organizado deben
sujetarse a las instrucciones que pudieren impartirle sus superiores”. Acorde con
ello, conviene destacar que el Tribunal Constitucional ha reconocido la
relevancia jurídica de este principio. Así, en la sentencia número 2920-2012-
PHC/TC-Lima, de fecha veintitrés de agosto de dos mil rece, se estableció: “(…)
los fiscales de menor grado o rango, deben suputarse a las instrucciones de sus
superiores, dado que (…) el Ministerio Público es un órgano orgánica y
jerárquicamente estructurado, de modo que las competencias (…) atribuidas
puedan ser ejercidas por los funcionarios determinados para tal efecto, quienes
puedan actuar conforme a su criterio o conforme a lo ordenado o dispuesto por
sus superiores (…)” [FJ octavo]; y al mismo tiempo, se determinó: “(…) en
aplicación del (…) artículo 5o de la LOMP –Ley Orgánica del Ministerio
Público– cuando un actuado llega a conocimiento del Fiscal Superior o Supremo,
es el criterio de éste el que debe primar sobre el criterio de los Fiscales de menor
jerarquía (…)” [FJ noveno, literal c]»[2]. En este sentido, no hay otra alternativa
constitucional que hacer prevalecer el dictamen del señor Fiscal Supremo en lo
penal, debiendo desestimarse los agravios del Fiscal Superior impugnante, en
este extremo absolutorio.

§. FUNDAMENTOS DEL TRIBUNAL SUPREMO RESPECTO AL


RECURSO DE NULIDAD DE LA PROCESADA

OCTAVO: Precisado lo anterior, el presente pronunciamiento se limitará al


análisis de los agravios expuestos por la defensa técnica de la procesada, quien
cuestiona la sentencia venida en grado en el extremo que la condenó como autora
del delito de estafa, por el hecho de haber vendido vehículos -mediante contratos
de compra-venta con pactos de reserva de dominio- a los agraviados Jorge Jesús
Salas Gutiérrez, Juan Pablo Pérez Olivos y Giancarlo Sarria Iraola; resultando
que éstos, motivados por el bajo precio en que se ofertaban los vehículos,
procedían a adquirirlos desconociendo que la procesada Chacaltana Pacheco no
era la propietaria.

NOVENO: Corresponde, por tanto, determinar si estos hechos se subsumen en el


delito contra el patrimonio en la modalidad de Estafa, tipificado en el artículo
196° del Código Penal, que sanciona con pena privativa de libertad no menor de
uno ni mayor de seis años; la conducta de quien «procura para sí o para otro un
provecho ilícito en perjuicio de tercero, induciendo o manteniendo en error al
agraviado mediante engaño, astucia, ardid u otra forma fraudulenta». Cabe
mencionar que el supuesto específico de defraudación, recogido en el inciso 4 del
artículo 197° del mismo texto sustantivo, requiere la concurrencia de los
presupuestos típicos del artículo 196° del Código acotado.

DÉCIMO: Como puede observarse de los actuados, el engaño empleado por la


procesada -respecto de la titularidad de los vehículos y sobre el origen de éstos
(provenientes de remate judicial)- resultó eficaz para inducir a error a los
agraviados y procurarse un provecho económico a partir de la disposición
patrimonial que éstos realizaron. Incluso, conforme consta del Informe Pericial
Contable N° 002-2015-VS/CO, que obra a folios nueve mil cuatrocientos
cincuenta y nueve; los peritos concluyen que el perjuicio económico ocasionado
al agraviado Jorge Jesús Salas Gutiérrez, asciende a 25,500.00 dólares
americanos; en tanto el perjuicio en agravio de Juan Pablo Pérez Olivos asciende
a 18,860.00 dólares americanos; y, finalmente, el perjuicio de Giancarlo. Sarria
Iraola asciende a 7,000.00 dólares americanos.

DÉCIMO PRIMERO: La hermenéutica jurídica, sin embargo, reconoce de


manera mayoritaria que el método jurídico, no se agota en una simple
constatación silogística de un hecho concreto en relación con una formulación
legal abstracta[3]. En ese sentido, por ejemplo, resulta incorrecta la forma en que
cierto sector de la doctrina nacional desarrolla el delito de estafa, esto es, como
una mera secuencia de elementos [engaño, error, disposición patrimonial y
provecho ¡lícito] Vinculados por un nexo causal[4]. El juez penal no se limita a
verificar una conducta causalmente vinculada a un resultado lesivo, sino que
fundamentalmente determina, con base en criterios jurídico-penales; si a
conducta del autor ha generado un riesgo penalmente prohibido y si ese riesgo es
el que se ha realizado en el resultado acaecido[5].

DÉCIMO SEGUNDO: En el presente caso, sin embargo, el Tribunal de grado


inferior se ha limitado a constatar la existencia de un engaño Causal, esto es, un
engaño que resultó eficaz para producir un error, un perjuicio patrimonial, y un
provecho ilícito. Ahora bien, si se exige que el “engaño” propio de la estafa,
constituya un “riesgo típicamente relevante” para el patrimonio, podrá llegarse a
la conclusión de que hay engaños causales que son típicos y otros engaños
causales que no lo son. La tipicidad del engaño, por tanto, no es cuestión de
causalidad, sino de imputación objetiva[6].

DÉCIMO TERCERO: Al momento de analizar la tipicidad en los procesos por


estafa, el juez penal no debe preguntarse “¿quién causó el error de la víctima?”
sino “¿quién es competente por el déficit de conocimientos –error– de la
víctima?”[7]. Aunque un caso llegue a los tribunales y el juzgador o el fiscal sepan
(inevitablemente) a qué condujo en efecto el engaño (si hubo error o no y, en
consecuencia, perjuicio patrimonial), pues el enjuiciamiento de los hechos tiene
los conocimientos adquiridos ex post; esos conocimientos deben suprimirse a la
hora de enjuiciar si el comportamiento del autor fue típico. Que se produzca el
resultado, es una cuestión que está en un nivel de análisis distinto y posterior, en
el que se trata simplemente de ver sí el riesgo de perjuicio patrimonial se
cristalizó o no en el resultado[8]. Lo que debe verificarse, en primer término, es si
el engaño de la víctima puede imputarse objetivamente al autor[9].
DÉCIMO CUARTO: El delito de estafa protege el patrimonio, como poder
jurídicamente reconocido de interacción en el mercado. De acuerdo con la
configuración normativa de este mercado, en el contexto de nuestra sociedad
actual, el sujeto que realiza un acto de disposición, muchas veces, no accede
personalmente a toda la información que necesita para tomar sus decisiones
económicas. En ese sentido, aquél que interactúa económicamente, se ve en la
necesidad de confiar en otros que sí tienen acceso a esa información[10]. Es por
ello, precisamente, que mediante el tipo penal de estafa se busca garantizar un
cierto grado de información veraz, para que el acto de disposición sea libre y, con
ello, el patrimonio sea fuente de libertad para el titular; conservando, así, la
estructura normativa del mercado.

DÉCIMO QUINTO: Ahora bien, ¿qué criterio orienta el reparto de


incumbencias respecto a la averiguación de la información? De acuerdo con la
más recientemente elaborada dogmática jurídico-penal es el criterio de la
accesibilidad normativa, el que permite delimitar los ámbitos de competencia
respecto de la superación del déficit de información que permita interactuar de
forma libre en el mercado. Hay accesibilidad normativa cuando el disponente
tiene, por una parte, acceso a la información que necesita para tomar su decisión
de disposición y goza, por otra, de los conocimientos necesarios para descifrarla.
En caso de que haya accesibilidad normativa de la información para el
disponente, incumbe a este último averiguarla[11].

DÉCIMO SEXTO: Corresponde determinar, por tanto, si, con independencia


del “engaño”, empleado por la procesada Chacaltana Pacheco, los agraviados
Jorge Jesús Salas Gutiérrez, Juan Pablo Pérez Olivos y Giancarlo Sarria Iraola,
tenían accesibilidad normativa a la información necesaria, para tomar una
decisión verdaderamente libre frente al ofrecimiento de venta de vehículos que
les hizo la encausada; de ser así, tendrá que descartarse la configuración de un
engaño típico de estafa, y, en consecuencia, afirmarse la existencia de un caso de
competencia de la víctima. Por el contrario, si los referidos agraviados no tenían
accesibilidad normativa a la información, corresponderá afirmar la relevancia
penal de un engaño típico de estafa. El patrimonio merece protección solo frente
aquellos engaños cuya detección no pueda esperarse del propio titular del
patrimonio (o bien de su representante)[12].
DÉCIMO SÉPTIMO: De autos se tiene que los tres agraviados [Jorge Jesús
Salas Gutiérrez, Juan Pablo Pérez Olivos y Giancarlo Sarria Iraola], celebraron
contratos de compra-venta a plazo, con pactos de reserva de Dominio de
Vehículo Usado; con una persona que afirmaba ser la propietaria de los
vehículos, sin serlo realmente. ¿Tenían, los agraviados, accesibilidad normativa a
la información respecto de la titularidad de los vehículos que pretendían adquirir?
La concreción del criterio de la accesibilidad normativa, es más sencilla cuando
existe una regulación que define los parámetros de diligencia propios de ese
sector del tráfico económico[13]. En ese sentido, corresponde revisar las
principales reglas jurídicas que regulan el sector mercantil automotriz.

DÉCIMO OCTAVO: El artículo 2012° del Código Civil consagra el Principio


de publicidad registral, según el cual: “Se presume, sin admitirse prueba en
contrario, que toda persona tiene conocimiento del contenido de las
inscripciones”. Se trata de un disposición normativa que consagra una presunción
iure et de iure, esto es, una presunción que no admite prueba en contrario. Por
tanto, quien interactúa en el mercado de bienes registrables -en este caso, de los
automóviles-, tiene la carga de conocer el contenido de las inscripciones; lo cual
es una información que se encuentra normativamente accesible a la persona que
pretende realizar una disposición patrimonial. Esta carga de cuidado fue
infringida por los afectados. En consecuencia, existe competencia de la víctima.

DÉCIMO NOVENO: Conforme se tiene de la declaración preventiva del


agraviado Jorge Jesús Salas Gutiérrez; éste manifiesta, a folios mil doscientos
setenta y dos, que tiene nivel de instrucción superior y se dedica a la venta de
carros, siendo también propietario de un taller de mecánica de autos y una
empresa de ropa; por su parte, el agraviado Juan rabio Pérez Olivos, en su
preventiva de folios seis mil quinientos noventa y ocho, señala que tiene grado de
instrucción superior técnica, y que durante el tiempo que estuvo negociando con
la procesada Chacaltana Pacheco, nunca constató la información que ésta le daba
sobre la adquisición de los vehículos en remates judiciales. Con respecto al
agraviado Giancarlo Sarria Iraola, en autos se observa que nunca se recabó su
declaración preventiva.

VIGÉSIMO: Lo expuesto en el considerando anterior, reafirma la tesis de que a


los agraviados Jorge Jesús Salas Gutiérrez y Juan Pablo Pérez Olivos, les
incumbía averiguar la información respecto a la titularidad de los vehículos que
adquirieron en compra-venta. En ambos casos, se trataba de dos profesionales –
incluso, de un comerciante de autos, en el caso del agraviado Salas Gutiérrez–,
esto es, de personas que podían normalmente haber accedido al registro público
vehicular y descifrar la información allí existente. En consecuencia, corresponde
afirmar que el engaño sobre datos inscritos en los Registros de Propiedad, es
típicamente irrelevante, ya que la consulta de datos regístrales es el deber mínimo
de autotutela a quien interactúa en el mercado automotriz; a no ser que se trate de
víctimas estructuralmente débiles, como las señaladas en el inciso 1 del artículo
196°-A del Código Penal; o, que exista un acto de bloqueo de la información
normalmente accesible.

VIGÉSIMO PRIMERO: Respecto de esto último, la existencia de un acto de


bloqueo –por parte de la procesada Chacaltana Pacheco; por ejemplo, a través de
la falsificación de documentos– que hubiese impedido a los agraviados Jorge
Jesús Salas Gutiérrez, Juan Pablo Pérez Olivos y Giancarlo Sarria Iraola,
agenciarse de la información que en principio les era normativamente accesible,
queda descartada a partir del contenido del dictamen fiscal acusatorio N° 309-
2011, de folios siete mil doscientos uno, donde el Ministerio Público sostiene
que: «en autos no se ha llegado a determinar que la procesada Chacaltana
Pacheco haya falsificado y/o adulterado algún documento que perjudique a los
agraviados, cuando estos últimos adquirieron en supuesta “compraventa” los
vehículos (…), tanto más si se tiene en cuenta que en autos no arece alguna
pericia grafotécnica en la cual se acredite que se haya falsificado algún
documento con relación a la compra-venta de vehículos». A ello, cabe agregar
que la procesada ofertaba la venta de los vehículos a título personal y en la
cochera de su propio domicilio; siendo ella misma quien se vinculaba
contractualmente con los adquirientes. Distinto hubiese sido el caso, por
ejemplo, si la procesada hubiera conseguido que el Registrador expida una
certificación falsa, según la cual el bien mueble (vehículo) se encontraba bajo su
titularidad; en tal caso, se produciría un bloqueo que determina el nacimiento
para el autor, de un deber de veracidad respecto a esa información; deber que
debe cumplir antes de que la víctima (adquiriente de los vehículos) realice el acto
de disposición»[14].

VIGÉSIMO SEGUNDO: «Puede que la configuración de un contacto social


competa no sólo al autor, sino también a la víctima, y ello, incluso, en un doble
sentido: puede que su comportamiento fundamente, que se le impute la
consecuencia lesiva a ella misma, y puede que se encuentre en la desgraciada
situación de estar en la posición de víctima, por obra del/destino; por infortunio.
Existe, por tanto, una competencia de la víctima»[15]. En el caso de los agraviados
Jorge Jesús Salas Gutiérrez, Juan Pablo Pérez Olivos y Giancarlo Sarria Iraola;
éstos han dado con su propio comportamiento, la razón para que la consecuencia
lesiva –perjuicio patrimonial– les sea imputada a ellos mismos; como
consecuencia de una lesión de su deber de autoprotección.

VIGÉSIMO TERCERO: Los compradores Jorge Jesús Salas Gutiérrez, Juan


Pablo Pérez Olivos y Giancarlo Sarria Iraola, adquirieron los vehículos sin
comprobar previamente su titularidad registral. La información sobre la
titularidad de un vehículo, estaba normativamente accesible al comprador, pues,
se encontraba a su disposición en el Registro de la Propiedad, que es público; y el
acceso al Registro no les suponía a los compradores un esfuerzo
desproporcionado. En consecuencia, en este caso, la conducta de la procesada no
puede ser considerada engaño típico, ya que no tenía un deber de veracidad
respecto a los compradores; en la medida en que incumbía a estos últimos tomar
la medida de acudir al Registro de la Propiedad para acceder a la información
sobre la titularidad de los vehículos. La cuestión, por tanto, deberá dilucidarse en
la vía extra penal que corresponda.

VIGÉSIMO CUARTO: De otro lado, corresponde hacer una precisión respecto


al delito de estafa, cometido en el contexto de relaciones contractuales (actos
jurídicos en general). Al respecto, es necesario señalar que, «lo que aisladamente
considerado es una estafa, no deja de serlo si se acompaña de otros pactos
válidos. Si no, se abriría una sencilla vía para la elusión de la pena: acompañar la
estafa de otros actos razonables y con causa, integrándolos todos en un negocio
complejo. (…) Hay sin duda estafa, en los casos de negocios vacíos o puramente
aparentes que sólo encubren un fraude; pero también pueden darse estafas en el
seno de una relación negocial real»[16].

VIGÉSIMO QUINTO: La delimitación entre delito de estafa e ilícito civil,


derivado del incumplimiento de obligaciones contractuales, no se encuentra
supeditada al elemento subjetivo; esto es, resulta incorrecto establecer una
delimitación atendiendo a si el autor tenía dolo antes o después de celebrar el
contrato. Esta posición resulta incorrecta, por cuanto la determinación de la
relevancia penal de un comportamiento, no empieza por la esfera interna del
autor. El Derecho Penal, recién se pregunta por la esfera interna –dolo,
imprudencia y culpabilidad en sentido estricto– después que ha tenido lugar un
comportamiento externo socialmente perturbador. En otras palabras, la
delimitación entre estafa e incumplimiento contractual se verifica en el ámbito de
la tipicidad objetiva.

VIGÉSIMO SEXTO: El engaño es un elemento que se presenta, no solamente


en la estafa sino también en las relaciones contractuales civiles o de carácter
mercantil. En estos casos, el operador de justicia tiene que delimitar quien es
competente por la situación de error de la víctima; esto es, si incumbía a esta
última agenciarse de la información normativamente accesible; o si era
competencia del autor, en virtud de un deber de veracidad, brindarle a la víctima
los conocimientos necesarios para su toma de decisión respecto de la disposición
de su patrimonio. En el primer caso, no se configurará el delito de estafa, por
cuanto el perjuicio patrimonial es competencia del propio disponente
(competencia de la víctima); por tanto, los hechos serán ventilados en la vía extra
penal que corresponda. En el segundo caso, una vez verificado que ha existido la
infracción a un deber de veracidad, y la realización del riesgo en el resultado,
entonces podrá imputarse la comisión del delito de estafa, atendiendo a criterios
objetivos como la idoneidad del contrato, o su forma de celebración, para
bloquear el acceso de la víctima a la información normativamente accesible; o
para generar en aquella una razón fundada de renuncia a ciertos mecanismos de
autoprotección relevantes para su toma de decisión.

VIGÉSIMO SÉPTIMO: En consecuencia, no habiéndose acreditado la


\omisión del delito de Estafa ni la responsabilidad penal de la referida acusada;
cabe absolverla de la acusación fiscal, de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 284° del Código de Procedimientos Penales.

VIGÉSIMO OCTAVO: Dada la trascendencia de este caso, que resuelve un


tema jurídico que continuamente se presenta en nuestros Tribunales, y vista la
doctrina que desarrolla; es pertinente aplicar lo dispuesto en el artículo 301-A del
Código de Procedimientos Penales, para afirmar su efecto de precedente
vinculante.

§. DECISIÓN
Por estos fundamentos, DECLARARON: I. HABER NULIDAD en la
sentencia de fecha once de mayo de dos mil quince, obrante a folios once mil
novecientos cincuenta y cinco, emitida por la Segunda Sala Penal para procesos
con reos en cárcel de Lima, de la Corte Superior de Justicia de Lima, en el
extremo que condenó a Hilda Cecilia Chacaltana Pacheco como autora del delito
contra el patrimonio –Estafa–, en agravio de Jorge Jesús Salas Gutierrez, Juan
Pablo Pérez Olivos y Giancarlo Sarria Iraola; imponiéndole cuatro años de pena
privativa de libertad efectiva; y, fijó en la suma de cinco mil soles el monto que
por concepto de reparación civil deberá pagar la condenada a cada uno de dichos
agraviados; sin perjuicio de devolver lo estafado; con lo demás que contiene;
y REFORMÁNDOLA, la absolvieron de la acusación fiscal por el delito contra
el patrimonio –Estafa–, en agravio de Jorge Jesús Salas Gutierrez, Juan Pablo
Pérez Olivos y Giancarlo Sarria Iraola; MANDARONanular los antecedentes
policiales y judiciales de la absuelta, que se hayan generado con motivo del
presente juzgamiento; archivándose definitivamente el presente proceso; II.
ESTABLECIERON que los fundamentos jurídicos décimo primero, décimo
segundo, décimo tercero, décimo cuarto, décimo quinto, décimo octavo,
vigésimo quinto y vigésimo sexto, de esta Ejecutoria, constituyen precedente
vinculante para todos los órganos jurisdiccionales correspondientes del Poder
Judicial. III. ORDENARON se publique esta Ejecutoria Suprema en el Diario
Oficial “El Peruano” y en la página web del Poder Judicial; y los devolvieron.

SS.
Hinostroza Pariachi
Ventura Cueva
Pacheco Huancas
Cevallos Vegas
Chávez Mella

Artículo 2012° del Código Civil (Principio de publicidad).- “Se presume, sin
[1]

admitirse prueba en contrario, que toda persona tiene conocimiento del contenido
de las inscripciones”.

Ejecutoria Suprema dictada en el Recurso de Nulidad 2803-2015, Lima, F.J.


[2]

séptimo.
Cfr. García Cavero, Percy, “La aplicación del tipo penal de hurto al
[3]

apoderamiento de acciones desmaterializadas de una sociedad anónima”, en


Nuevas formas de aparición de la criminalidad patrimonial. Una revisión
normativa de los delitos contra el patrimonio. 1ra ed., Lima: Jurista Editores,
2010, p. 36.

[4]
En la doctrina nacional, sin embargo, todavía defienden esta posición
causalista, Salinas Siccha, Ramiro, Delitos contra el Patrimonio, 5ta ed., Lima:
Instituto Pacífico, 2015, p. 266; Reátegui Sánchez, James, Manual de Derecho
Penal. Parte Especial, 1ra ed., Lima: Instituto Pacífico, 2015, p. 442.

[5]
García Cavero, Percy, Derecho Penal. Parte General, 2da ed., Lima: Jurista
Editores, 2012, p. 386.

Al respecto, vid., Pastor Muñoz, Nuria, «El engaño típico en el delito de


[6]

estafa», en Kindháuser, Urs et al, Cuestiones actuales de Derecho Penal General


y Patrimonial, Lima: Ara Editores, 2005, p. 119-120.

Pastor Muñoz, Nuria, «El engaño típico en el delito de estafa», en Kindháuser,


[7]

Urs et al. Cuestiones actuales de Derecho Penal General y Patrimonial, Lima:


Ara Editores, 2005, p. 127.

Pastor Muñoz, Nuria, «El engaño típico en el delito de estafa», en Kindháuser,


[8]

Urs et al, Cuestiones actuales de Derecho Penal General y Patrimonial, Lima:


Ara Editores, 2005, p. 123.

Vid. Pawlik, Michael, «¿Engaño fraudulento por medio del envío de cartas de
[9]

oferta similares a una facturación? A la vez, un análisis del fallo BGHSt


47,1=StV2001,680», en Derecho Penal Contemporáneo. Revista internacional,
32 (2010), p. 109 y ss.

Pastor Muñoz, Nuria, «El engaño típico en el delito de estafa», en Kindháuser,


[10]

Urs et al, Cuestiones actuales de Derecho Penal General y Patrimonial, Lima:


Ara Editores, 2005, p. 131.

Pastor Muñoz, Nuria. La determinación del típico engaño típico en el delito de


[11]

estafa, Marcial Pons, 2004, p. 226 y ss.


Vid. Pawlik, Michael, «¿Engaño fraudulento por medio del envío de cartas de
[12]

oferta similares a una facturación? A la vez, un análisis del fallo BGHSt


47,1=StV2001,680», en Derecho Penal Contemporáneo. Revista internacional,
32 (2010), p. 109 y ss.

Pastor Muñoz, Nuria. La determinación del típico engaño típico en el delito de


[13]

estafa, Marcial Pons, 2004, p. 229.

Cfr. Pastor Muñoz, Nuria. La determinación del típico engaño típico en el


[14]

delito de estafa, Marcial Pons, 2004, p. 240.

Jakobs, Gunther, La imputación objetiva en Derecho Penal, (trad. Cancio


[15]

Meliá), 3° reimp., Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 1998, p. 38.

Dopico Gómez-Aller, Jacobo, «Estafa y dolo civil: criterios para su


[16]

delimitación», en Dereito: Revista Jurídica da Universidad de Santiago de


Compostela, vol. 21, N°, 2012, p. 12.

Descarga aquí en PDF la R.N. 2504-2015, Lima

Cuál es el «iter criminis» en el delito


de estafa que el operador jurídico
debe valorar?
POR
NELVIN ESPINOZA GUZMÁN
-
FEBRERO 25, 2018

Share
Escribe: Nelvin Espinoza Guzmán

1. Nociones generales

El delito de estafa surgió en el derecho romano, bajo la denominación


de stellionatus (que proviene de la conjunción de stellio y onis), término con el
que se designaba al estelión o salamanquesa. Bajo el nombre de estelionato se
castigaban todos los actos cometidos en perjuicio del patrimonio de otro, el cual
hacía referencia a una pluralidad de hechos que dañaban la propiedad y que se
encontraban entre la falsedad y una comprensión larga de ciertos hechos graves
del furtum:

Los juristas romanos no definieron el delito de estelionato ya que estimaban


imposible enumerar los casos particulares. Por tanto, quedaba al arbitrio del
Pretor determinar cuándo un hecho en particular debía ser reprimido
penalmente. Las decisiones de los Pretores consagraron algunos hechos que
constituyeron estelionatos, tales como: empeñar, vender, permutar o dar
insolutum una cosa ya obligada; sustituir mercaderías después de haberlas
vendido o hacerlas desaparecer antes de la tradición[1].

Si bien el delito de estafa en la actualidad atenta contra el patrimonio de las


personas, debemos tener presente que en este tipo de delitos no existe violencia
o amenaza como en el robo, la usurpación o la extorsión. Se trata de un delito
donde el agente actúa coninteligencia engañosa a través de medios
fraudulentos para hacer que la víctima le entregue a él o a otro voluntariamente
el «bien» para de esta manera obtener un provecho o beneficio perjudicando a la
víctima o un tercero.

Lea también: El delito de estafa en el Código Penal peruano

En ese sentido, abordaremos los elementos del delito de estafa y la forma como
aparecen de forma consecutiva en la comisión del delito, desde el momento en
que el estafador decide inducir en error a la víctima hasta el aprovechamiento
indebido o ilícito por parte del mismo estafador.

¿Cuándo realmente se configura el delito de estafa?, ¿cuáles son los


elementos del tipo penal que establece nuestro Código para que se configure
el delito de estafa?, y ¿cuál es el camino o iter del delito de estafa para que
esta se pueda configurar?

Comencemos por abordar este delito analizando su iter criminis. Esto implica la
aparición estrictamente secuencial de cada uno de los elementos para que se
produzca este ilícito penal, ya que si no se presentan en el orden que
mencionaremos, no podrá hablarse del delito de estafa, o en el mejor de los
casos, de tentativa.

En esa línea, debemos tener presente, en primer lugar, el engaño, la astucia, el


ardid, la artimaña, y otros medios fraudulentos que emplea el
estafador. En segundo lugar, que todos esos medios fraudulentos mencionados
estén destinados a crear y mantener en error a la víctima. En tercer lugar, que
exista una disposición patrimonial por parte del agraviado sobre el bien.
En cuarto lugar, que exista un desprendimiento del bien de la esfera del
agraviado y pase al dominio del estafador o de un tercero ajeno al bien,
produciéndose de esta manera un perjuicio. Y por último, en quinto lugar, que
exista un perjuicio a través del aprovechamiento ilícito o indebido por parte del
actuar doloso del estafador.

Teniendo en cuenta el párrafo anterior, en caso de que uno de los elementos del
delito de estafa no aparezca de manera secuencial, el delito de estafa no se habrá
cometido.

2. El delito de estafa

Este ilícito penal se encuentra regulado en el artículo 196 del Código Penal[2] y
podemos definirlo como un delito que se perpetra a través de actos fraudulentos
(engaño, astucia, ardid, artimaña y otros), que dan una verdad aparente, que
conduce al agraviado del delito, a creerse esa falsa verdad como si fuera
verdadera. Esta mentira es utilizada para poder inducir y mantener en error al
agraviado, creándole un perjuicio para así poder obtener un beneficio o
provecho económico, ya sea para sí mismo o para un tercero.

El efecto directo de los medios fraudulentos es la generación del error. En ese


sentido, la conducta de estafa implica la inducción a error del perjudicado
patrimonial. La producción del error en la víctima implica que esta represente la
falsa realidad creada por el agente delictivo mediante su medio fraudulento:

El error para que tenga relevancia en el delito de estafa debe haber sido
provocado o propiciado por la acción fraudulenta desarrollada por el agente. El
error debe surgir inmediatamente a consecuencia del acto fraudulento. Si no hay
acción fraudulenta de parte del agente, es imposible hablar de error y menos de
estafa[3].

En esta misma idea, Bajo Fernández (2006) afirma que la estafa es un delito de
«autolesión», sobre la base de que en estos casos la víctima contraviene el
principio de autorresponsabilidad y, a consecuencia de ello, causa su propio
detrimento patrimonial. Siendo más arriesgado, aunque no por ello faltándole
razón, Pawlik (2008) sostiene que la estafa es una autoría mediata tipificada
donde el autor (el hombre de atrás) utiliza a la víctima (hombre de adelante) para
lesionar el patrimonio de esta última[4].

En el delito de estafa no solo participan en ocasiones el estafador y la víctima,


sino que también podría darse el empleo de otros documentos falsos u
artimañas que sirvan para inducir a error, que el estafador en complicidad con
otros sujetos puede perjudicar al agraviado del delito o a una tercera persona con
su actuar doloso.

Lea también: R.N. 2504-2015, Lima: Precedente vinculante sobre el delito de


estafa

3. Iter criminis del delito de estafa

Para poder entender mejor este ilícito penal en la práctica jurídica, hemos visto
por conveniente crear un pequeño cuadro, que nos permita apreciar los elementos
secuenciales que el operador jurídico debe tomar en cuenta. Como criterio
personal, no digo que es lo correcto, pero sin embargo, considero que el primer y
segundo elemento del iter criminis en la estafa, necesariamente, de manera
obligatoria, debe aparecer de manera secuencial uno tras el otro.

Primero deben aparecer los medios fraudulentos empleados por el estafador y


luego estos deben ser utilizados por el agente para inducir a error (o mantener en
el error) al agraviado. Si estos hechos no se producen de manera secuencial,
simplemente se rompe la cadena del delito y la estafa desaparece. Así, pues,
debemos ser muy cautelosos al momento de poder verificar las testimoniales de
cada agraviado.
3.1. Medios fraudulentos empleados en el delito de estafa

Vienen a ser los primeros elementos que el operador debe verificar. Estos
elementos deben concurrir secuencialmente, de modo que el engaño idóneo y
eficaz precedente o concurrente a la defraudación, maliciosamente provocado por
el agente del delito y proyectado a la víctima (que se puede constituir en usar un
nombre fingido, atribuirse poder, influencia o cualidades supuestas, aparentar
bienes, créditos, comisión, saldo de cuenta corriente, empresa, negociaciones
imaginarias o cualquier otro engaño semejante), debe provocar error en el
sujeto pasivo, viciando su voluntad, cimentada sobre la base de dar por ciertos
los hechos mendaces, simulados por el agente del delito. Todo ello provocando el
desprendimiento de un patrimonio que se materializa con el desplazamiento de
los bienes o intereses económicos de la víctima, sufriendo así una disminución
de sus bienes, perjuicio o lesión de sus intereses económicos, pasando los
bienes o intereses al patrimonio del agente o a poder de un tercero, quien se
aprovecha o enriquece indebidamente[5].

Lea también: El necesario control del poder punitivo de las agencias


judiciales en los delitos contra el patrimonio

Estos medios fraudulentos deberán siempre aparecer antes de que el agraviado


sea inducido al error, por lo que si este tenía conocimiento de ciertos actos
irregulares sospechosos por parte del agente causante, el delito de estafa no
aparece. Por ejemplo, el predio materia de litis se encontraba en una situación
litigiosa, sin embargo el estafador vende el predio valiéndose de algunos
documentos fraudulentos, cuando realmente el agraviado tenía conocimiento de
esos hechos. En el presente caso, el delito de estafa no aparece.

3.1.1. Engaño

Según la RAE, el engaño es la «falta de verdad en lo que se dice, hace, cree,


piensa o discurre». En ese sentido viene a ser aquel acto por medio del cual el
estafador manipula a la víctima, creando una apariencia de algo que no es
verdadero, haciendo creer una «falsa verdad», como si fuera verdadero para
inducirlo a error.
El engaño supone una determinada simulación o maquinación por parte del
sujeto, que tiene que tener la aptitud suficiente para inducir al error a otro, siendo
que lo decisivo en el engaño es dar, de cualquier modo concluyente y
determinado, la apariencia de lo verdadero a un hecho falso. Por otra parte, el
engaño de la estafa ha de ser anterior al error y la disposición patrimonial, de
modo que si ésta se produce antes del engaño, tampoco habrá estafa[6]. Así
también, para nuestra jurisprudencia nacional, el engaño debe ser un engaño
bastante o suficiente, como ha sido recogido en el Código Penal gracias a la
doctrina española[7].

Este engaño debe ser anterior a todos los elementos del iter criminis del delito de
estafa. Asimismo, este medio fraudulento no es cualquier tipo de engaño, sino
que debe permitir que realmente el agraviado no tenga esa posibilidad de poder
evidenciar o conocer que está siendo engañado. En caso contrario, si el agraviado
evidencia o sospecha que los «hechos aparentes o la falsa verdad” no son ciertos,
entonces, no se estaría configurando el delito de estafa puesto que el agraviado
tenía cierto grado de conocimiento de los hechos y este debió ser más diligente
con su patrimonio y con el mismo estafador.

En ese sentido, el operador jurídico, al momento de calificar la conducta, deberá


verificar si el mecanismo fraudulento es lo suficientemente idóneo y capaz de
vencer las normas provisionales de la víctima, debiendo tener en cuenta las
especiales circunstancias de tiempo, modo, ambiente social, lugar y las aptitudes
intelectuales de la víctima[8]. Por ello, el engaño debe producir un error esencial
en el sujeto pasivo desconocedor o con conocimiento deformado e inexacto de la
realidad, por causa de la mendacidad, fabulación o artificio del autor del delito,
lo que le lleva a actuar bajo una falsa presuposición, a emitir una manifestación
de voluntad viciada por la que dispone de su patrimonio en beneficio del
autor[9]. Así también, el engaño debe ser conducido a crear un grado de
error en la víctima. Si solo se trata de una mentira y no resulta creíble, el delito
de estafa no se configura, ya que todas las personas podrían mentir.

Lea también: El delito de apropiación ilícita en el Código Penal Peruano. A


propósito de la Casación 301-2011, Lambayeque

3.1.2. Astucia
Otro de los mecanismos o medios que puede ser utilizado es la astucia, que
consiste enciertas habilidades para engañar y evitar el engaño, inducir a error y
no ser descubierto por el agraviado que está siendo utilizado a través de una
habilidad de la que goza un sujeto.

Por ejemplo, es el caso del estafador que se viste con la misma ropa perteneciente
a un banco, portando su identidad como «trabajador» o «empleador» con
un fotochek y otros documentos aparentemente verdaderos, e ingresa a un
establecimiento comercial y se hace pasar como si fuera x, y o z. Logra hacer
creíble que es tal persona frente a los demás, pero en realidad después que
consigue su objetivo, se dan con la sorpresa que este sujeto no era trabajador o
empleador.

En ese sentido, el profesor Salinas Siccha considera que la astucia es la


simulación de una conducta, situación o cosa, fingiendo o imitando lo que no se
es, lo que no existe o lo que se tiene con el objeto de hacer caer en error a otra
persona. El uso de nombre supuesto o el abuso de confianza son formas en los
cuales el agente actúa con astucia[10]. Debe tenerse presente que este medio
fraudulento debe ser también anterior al error, caso contrario, si esto aparece
posteriormente el delito no existe.

3.1.3. Ardid

Este medio fraudulento que se usa en el delito de estafa viene a ser el medio
empleado hábil y mañosamente para el logro de algún intento[11], utilizando
maniobras o artificios destinados a engañar. Para el engaño basta solo la
afirmación o la negación contraria a la verdad, y si la primera forma de fraude no
ofrece mayores dificultades en torno a su idoneidad típica, sí las ofrece la
segunda[12].

Los ardides son tretas o timos. La intención es provocar una confusión en otra
persona para que malinterprete una situación y haga algo que, en realidad, no
desea hacer. Tomemos el caso de una editorial que anuncia la organización de un
concurso literario cuyo premio se supone que es la publicación de un libro. Los
escritores que desean participar deben abonar una inscripción de 30 dólares para
estar habilitados a presentar sus textos. Cien autores deciden inscribirse al
certamen y la editorial, de este modo, recauda $ 3.000 dólares. Al anunciar el
fallo, los organizadores informan que el premio queda “desierto”. De este modo,
se demuestra que el concurso era un ardid para que la editorial obtuviera dinero
sin siquiera publicar una obra[13]. Así también por ejemplo, en el ardid entra
en juego la astucia de la persona que quiere cometer el engaño. Un anciano puede
recibir la visita de un hombre que asegura ser amigo de uno de sus hijos. A través
de un discurso con idas y vueltas, logra que la víctima le permita ingresar a su
casa. Una vez dentro, el delincuente le informa que necesita cobrarle una deuda a
su hijo: de este modo, el anciano, creyendo que ayuda a su descendiente a
resolver un problema, le da el dinero al estafador[14].

Lea también: Tesis: La tipificación del delito de tráfico de influencias en la


legislación peruana

3.2. Inducir o mantener en error a la víctima

Una vez que el operador jurídico ha advertido los medios fraudulentos


mencionados en el punto anterior, debe analizarse si la víctima creyó que la
«falsa verdad o aparente de un hecho», es real o verdadera.

El error en la víctima no solo puede ser prolongado, es decir, durante un buen


tiempo, sino que también podría darse de manera circunstancial, en un debido
momento o de manera instantánea que hace que se desprenda de su patrimonio.

Por otro lado, el error en la víctima debe tener un inicio y un final, donde se
pueda dar el error completo, hasta que se desprenda de su patrimonio, porque si
la víctima se da cuenta que está siendo inducido a un engaño, sería un error
incompleto, y desaparece el delito de estafa.

En ese sentido, se deberá realizar un juicio de tipicidad de los hechos y ser muy
diligente al momento de realizar la calificación jurídica, para ver si el agraviado
ha sido inducido o mantenido en error por parte del estafador y se evidencia o no
el error que fue producido por el agente, caso contrario, el delito de estafa no se
configura. Así, pues, no se trata de cualquier error, sino de un error del cual la
víctima no tenga la posibilidad de poder salir.

Por ejemplo, es el caso del estafador que decide engañar a una persona,
utilizando un aparato de teléfono celular con su respectiva caja haciéndosela ver
al agraviado, aparato que decide cambiar por un objeto de contextura parecida
como un jabón u otro material en el interior; pero que el agraviado detecta antes
que se desprenda de su patrimonio. En ese caso no existe el delito de estafa aún,
puesto que no hubo un desprendimiento de su patrimonio y el error quedó
inconcluso (error incompleta), pese a ser un error circunstancial (en cuestión de
segundos).

El error existe cuando se produce un falso conocimiento de la realidad que es


producto del engaño y que, a su vez, motiva la disposición patrimonial
perjudicial[15]. Debe ser causa; es decir, el engaño realizado por el sujeto activo
debe ser el que genere el error en la víctima[16]. Por ejemplo; inducir y
mantener en error a los agraviados (error completo y prolongado), cuando una
persona se presenta a un centro poblado, aduciendo ser propietario de unos
predios abandonados, para vendérselos, haciéndoles creer, mediante documentos
falsos, que una vez cancelado el íntegro de las cuotas del pago de los predios, se
les entregaría el bien.

Asimismo, debemos tener presente dos situaciones al momento de verificar que


el agraviado fue inducido hacia el error. Primero, debe ser consecuencia del
engaño, dependiendo su relevancia típica si es que es suficiente para alterar los
elementos de juicio que dispone la víctima para comprender la intensión dolosa
del agente; segundo, debe motivar la disposición patrimonial (que es el tercer
elemento que debemos verificar del iter criminis), lo que permitirá verificar la
relación de causalidad entre la acción y el resultado directamente provocado por
la disposición patrimonial. Debemos analizar si es que el error, lejos de ser causa
del comportamiento engañoso, aparece como consecuencia de la propia
negligencia o falta de cuidado.[17]

Así, pues, resulta importante precisar lo establecido en el Recurso de Nulidad


2504-2015, Lima, en relación con el engaño y el error, donde se hace referencia
a ciertos aspectos importantes:

a) La sola constatación de un engaño, vinculado causalmente a una disposición


patrimonial perjudicial, con déficit de información –error–, no implica, per se, la
configuración del delito de estafa.
b) Solamente existirá un engaño típico de estafa, cuando la superación del déficit
de información –error– no es competencia de la víctima disponente sino del autor
del hecho o suceso fáctico; esto es, cuando la víctima carece de accesibilidad
normativa a la información.

c) En estos casos, el autor es garante de brindar a la víctima la información que a


ésta no le competía recabar o descifrar[18].

3.3. Disposición patrimonial

Otro elemento que debemos tener presente en el delito de estafa es la disposición


patrimonial. Una vez que la víctima ha sido engañada mediante alguno de los
medios fraudulentos, a cusa de lo cual fue inducido a error, pensado o creyendo
que lo afirmado por el estafador era cierto, se debe verificar si la víctima
actuó haciendo caso al estafador, esto es, si dispuso de su patrimonio.

También debemos verificar si el agraviado tenía la disposición patrimonial del


bien materia de litis, de poder realizar los actos de disposición patrimonial, para
lo cual debe acreditarse la posesión o titularidad del bien, conforme a lo
establece el artículo 201, inciso 1, del Código Procesal Penal:

En los delitos contra el patrimonio deberá acreditarse la preexistencia de la


cosa materia del delito, con cualquier medio de prueba idóneo, asimismo que; la
valorización de las cosas o bienes o la determinación del importe del perjuicio o
daños sufridos, cuando corresponda, se hará pericialmente, salvo que no resulte
necesario hacerlo por existir otro medio de prueba idóneo o sea posible una
estimación judicial por su simplicidad o evidencia.

En ese sentido, debemos entender por disposición patrimonial, aquella facultad


del titular de un derecho real, de poder transmitir, enajenar o disponer e incluso
extinguirlo con su renuncia, también de gravarlo con otros derechos[19]. Así, el
engañado deberá tener la titularidad o la posesión de bien, acreditando de
manera idónea la preexistencia de los bienes. Siempre la disposición patrimonial
debe producirse después del engaño, ya que si primero está la disposición
patrimonial y luego aparece el engaño, no existe el delito de estafa.
En caso de advertirse que el presunto agraviado de estafa no ostenta la titularidad
o la posesión del bien con medios probatorios, y en caso de no acreditarse de
manera idónea la preexistencia de los bienes con medios probatorios suficientes,
no podrá evidenciarse los «actos de disposición» que ejercía la víctima sobre el
bien objeto del delito. Sin embargo, puede darse el caso que, pese a tener la
titularidad del bien y realizar los actos de disposición, la víctima los realiza con
fines ilícitos. Por ejemplo, el estafador, por medio de una llamada telefónica, se
hace pasar como policía, aduciendo que la hija de la víctima se encuentra
detenida en una comisaría por conducir en estado de ebriedad y haber atropellado
a una persona, y a cambio de su libertad, el supuesto policía le solicita la suma de
diez mil soles.

En el presente caso es muy discutida esta posición por muchos operadores


jurídicos, si realmente este tipo de engaños puede constituir o no un delito de
estafa y ser amparado por el derecho penal. Si analizamos el mismo tipo penal de
estafa, no se da la figura delictiva que se establece para el delito, porque el
agraviado tiene conocimiento de los hechos que son para fines ilícitos y no
para actos lícitos orientados por el agraviado. Así lo ha establecido la Corte
Suprema en la Casación 421-2015, Arequipa[20], en donde establece que los
supuestos de estafa con fines ilícitos no son tutelados por el derecho penal (ver
en el pie de página los fundamentos de la sentencia casatoria).

Lea también: Condenan a estudiante de derecho que se hizo pasar por


abogada para estafar a anciano

La disposición patrimonial es todo comportamiento que realiza el titular del


patrimonio, con el objeto de cumplir determinados fines, generando que el objeto
patrimonial salga de su esfera de dominio, introduciéndose ilícitamente en la
esfera de dominio del autor del delito (lo que constituye un desprendimiento de
su patrimonio), y existiendo una disminución en el patrimonio del sujeto pasivo
por su propia voluntad como consecuencia del error en su representación de
la realidad producto del engaño[21], el cual constituye el perjuicio económico
que genera al agraviado del delito de estafa.

Es por ello importante que el titular del bien advierta al fiscal para corroborar con
otros medios probatorios conforme a los hechos, si se ha cometido el delito de
estafa, acreditando su titularidad o la posesión del bien. Si esto no es posible, el
delito de estafa no resultaría ser típico o justiciable penalmente, porque no
tendríamos el «objeto» sobre el cuál recae el delito, pese a que exista una víctima
de este tipo de delito muy común en la modernidad, sobre todo en los «actos
jurídicos de predios». Es por ello que al delito de estafa también se le denomina
delito de «autolesión», «delito de relación», es decir, aquel donde el autor no
puede alcanzar su propósito criminal sin la «colaboración» de la víctima,
que en el caso concreto viene dado por el acto de disposición patrimonial[22].

3.4. Desprendimiento patrimonial y perjuicio

En este tramo corresponde analizar si es suficiente contar con la «disposición


patrimonial» que ostenta el agraviado del delito de estafa o resulta ser
innecesario que exista desprendimiento patrimonial, asimismo si solo a través de
la disposición patrimonial se genera perjuicio económico, o si para que exista
perjuicio económico debe existir desprendimiento patrimonial.

Desprendimiento patrimonial es aquel acto a través del cual el agraviado decide


de manera «libre y voluntaria» desprenderse de su patrimonio y transferirlo hacia
un tercero. Pero resulta que el acto de desprendimiento del agraviado de manera
libre y voluntaria debe ser un «acto lícito» en la esfera de dominio del agraviado.
Sin embargo, en el delito de estafa, este desprendimiento está viciado por medios
fraudulentos, es decir, por «actos ilícitos» que son determinados por el estafador,
haciendo que el estafado pueda despojarse de su patrimonio y traslade su
patrimonio a la esfera de dominio del estafador o un tercero, dándose de esta
manera un perjuicio hacia el agraviado.

Por ejemplo, A se pone de acuerdo con B para estafar a C. Ambos se presentan


ante C como cónyuges y aducen ser copropietarios de un predio (aunque lo cierto
es que usaron documentos falsos para inducir a error a C), haciéndole creer que
lo estaban vendiendo por urgencia a S/. 50.000.00 soles, luego de lo cual C opta
por comprar el terreno, aprovechando la oferta. En este caso hipotético que
muchas veces se presenta, el acto de comprar la oferta de A y B, por parte de C,
una vez que hace entrega del monto pactado, implica un desprendimiento de su
patrimonio (dinero de C).

El perjuicio patrimonial se produce como consecuencia del desprendimiento


patrimonial, es decir, el agraviado una vez que desplazó de su esfera de dominio
su patrimonio, hacia el estafador o una tercera persona que se hizo valer de actos
fraudulentos, resulta perjudicado precisamente a través de ese desprendimiento
de su patrimonio.

Así como lo sostiene el profesor Salinas Siccha, con el desprendimiento


patrimonial se ocasiona un perjuicio hacia la víctima y en caso de que no exista
un perjuicio patrimonial, el delito de estafa solo podría quedar en grado de
tentativa.

3.5. Beneficio indebido para sí o para un tercero

Otro de los aspectos que debe tener en cuenta el operador jurídico es que el
estafador debe hacerse valer de actos fraudulentos para poder obtener un
beneficio ilícito, es decir, aprovechándose de la situación del agraviado, para
finamente obtener el objetivo.

Como hemos dicho, para que se pueda dar el delito de estafa, necesariamente los
actos ilícitos a realizarse deben ser desplegados por la conducta del agente
causante. Caso contrario, si los actos indebidos o ilícitos frente al requerimiento
del estafador, son realizados para fines ilícitos por parte del mismo agraviado, el
delito de estafa no aparece.

En el delito de estafa siempre debe existir un beneficio ilícito para el estafador o


para un tercero y en caso de que no se llegue a dar el provecho indebido o ilícito
por parte del estafador, el delito de estafa solo podría quedar en grado de
tentativa. Así como lo ha sostenido Edgardo Donna, «este provecho es el fin
último que busca el agente al desarrollar su conducta engañosa, al punto que si
no logra tal provecho para sí o para un tercero, la estafa no se consuma,
quedándose en grado de tentativa»[23].

4. Conclusiones

 En el delito de estafa se emplea inteligencia engañosa no solo para estafar al


agraviado, sino también para poder evitar evidencias en la investigación de
manera que no puedan ser descubiertas tan fácilmente.
 El empleo de los medios fraudulentos por el estafador son diversos y no solo
los que establece nuestro Código Penal en su artículo 196.
 El error en la víctima deber ser suficiente, circunstancial o prolongado,
capaz e idóneo de producir un error en la victima a través de los medios
fraudulentos.
 No hay estafa si el agraviado se desprende de su patrimonio con fines ilícitos.
 No hay estafa si el agraviado tenía conocimiento de la situación engañosa por
parte del estafador antes de desprenderse de su patrimonio.
 No hay estafa si el agraviado no tenía disposición patrimonial.
 Se causa perjuicio al agraviado a través del desprendimiento patrimonial.
 No hay estafa si el agraviado aduce haber sido engañado, pero en el fondo
del asunto, el problema es de situación litigiosa que pueda ser vertido en la
vía civil.
 En el delito de estafa siempre deberá haber un beneficio ilícito o
aprovechamiento indebido para el mismo estafador o un tercero.

[1] Yubero Canepa, Julio. El engaño en el delito de estafa, p. 14, disponible aquí.

[2] «El que procura para sí o para otro provecho ilícito en perjuicio de tercero,
induciendo o manteniendo en error al agraviado mediante engaño, astucia, ardid
u otra forma fraudulenta, será reprimido con pena privativa de libertad no menor
de uno ni mayor de seis años».

[3] Rojas Vargas, Fidel. Jurisprudencia Penal. Tomo I. Lima: Gaceta Jurídica,
1999, p. 298.

[4] Encontrado aquí.

[5] Salinas Siccha, Ramiro (2015). Delitos contra el patrimonio. Editorial


Instituto Pacífico, p. 268.

[6] Exp. 726-97-Lima en Jurisprudencia del proceso penal sumario, p. 285

[7] Artículo 248, inciso 1, del Código Penal español:


Comenten estafa los que, con ánimo de lucro, utilizaren engaño bastante, para
producir error en otro, induciéndolo a realizar un acto de disposición en perjuicio
propio o ajeno.

[8] Ibid., p. 271.

[9] Disponible aquí.

[10] Salinas Siccha, Ramiro. Derecho Penal. Parte Especial. Lima: Editora
IDEMSA, p. 803.

[11] Diccionario de la Real Academia Española.

[12] Reátegui Sánchez, James (2015). Manuel de Derecho Penal. Parte


Especial. Lima: Editorial Instituto Pacífico, p. 443.

[13] Disponible aquí.

[14] Idem.

[15] Ibid., p. 443.

[16] Etcheberry, Alfredo. Derecho Penal. Parte Especial. Tomo III. (reimp. de la
3a ed. Santiago, Editorial Jurídica de Chile), 2010, p. 392.

[17] Expediente N° 2618-Lima, citado por Ramiro Salinas Siccha. Ibid., p. 272.

[18] Legis.pe (mayo del 2017). R.N. 2504-2015, Lima: Precedente vinculante
sobre el delito de estafa. publicado por Sandra Gutiérrez, disponible aquí.

[19] La Rosa Regalado. A. (2013). Derechos reales, p. 25.

[20] Décimo Segundo: (…) en contraposición a lo señalado un sector de la


doctrina afirma que los supuestos de estafa con fines ilícitos no son tutelados por
el derecho penal. Principalmente porque niegan un perjuicio típico del delito de
estafa. Esta posición se sustenta por un lado alegando la armonía jurídica que
debe existir entre el derecho civil y el derecho penal, afirmando que conforme a
la normativa civil -inciso 3 del artículo 140 del Código Civil Peruano-, un
requisito imprescindible del acto jurídico es su fin lícito. Así, sólo merecerá
protección del derecho penal aquellas disposiciones patrimoniales fue tienen
lugar dentro de un marco jurídico lícito o de una situación que no contradiga los
valores del orden jurídico.

Décimo Tercero: De igual forma, bajo los preceptos de la moderna teoría de la


imputación objetiva, se puede afirmar que en los supuestos de estafa ilícita existe
un error que no es típico, por lo que no es tutelado por la norma penal. Nos
referimos a cuando es la víctima quien pone en riesgo su patrimonio
voluntariamente con el fin de realizar una contraprestación para la ejecución de
una acción ilícita, la cual no está reconocida ni protegida por el Ordenamiento
jurídico; por lo que, no cuenta con los medios legales previstos en supuesto de
incumplimiento de contraprestaciones con fin licito.

[21] Idem.

[22] Mattos Rázuri, Sergio. La intervención de la víctima en el delito de estafa,


p. 5.

[23] Donna, Edgardo. Derecho Penal. Parte Especial. Tomo II-B. Editora
Rubinzal Culzoni. Argentina, p. 329.





 ETIQUETAS

 actos de engaño

 beneficio ilícito

 estafa

 iter criminis
Share

NELVIN ESPINOZA GUZMÁN


Estudiante del XII Ciclo en la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universidad Nacional José Faustino
Sánchez Carrión. Secigrista en la Fiscalía de Investigación de la Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Barranca.
Exvoluntarista Fiscal de la Fiscalía Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios del Distrito Fiscal de
Huaura.

ARTÍCULOS RELACIONADOSMÁS DEL AUTOR

Jurisprudencia
Determinación judicial de la pena en concurso real homogéneo [R.N. 343-2018, El Santa]

Penal
¿Se debe vigilar a quien no quiere ser vigilado? Breves apuntes a la p

También podría gustarte