El dolo, para el derecho penal, supone la intención tanto en el obrar del sujeto
como en la abstención cuando la obligación legal es la actuación (comisión por
omisión).
Dolo eventual
Teoría de la probabilidad
Esta teoría exige menos requisitos que la teoría del consentimiento para
afirmar la existencia del dolo. Es suficiente que el autor se haya planteado la
posibilidad de que el resultado pudiera producirse y a pesar de ello haya
actuado. Prescinde pues, de indagar si el sujeto consintió o no consintió, por
entender ante todo que no es preciso político criminalmente saberlo y, en
segundo lugar, porque esta averiguación psicológica ofrece dificultades
enormes.
Teoría ecléctica
Un sector de la doctrina se inclina por una postura ecléctica que combina los
criterios anteriores. Se exige, por una parte que el sujeto "tome en serio" la
posibilidad de la producción de un delito y por otra que el mismo "se conforme"
con dicha posibilidad, aunque sea a disgusto.
Teoría normativa
Josué Fossi ha argumentado que el dolo eventual es un modelo de imputación
subjetiva límite. Con esto, el autor venezolano (siguiendo a autores como Pérez
Barberá), quiere significar, que este modelo no depende de estado mental
alguno en el agente, sino que es estructuralmente dependiente de la
configuración normativa que establece la ley para actos que puedan ser
reconducidos a los enunciados condicionales que se pueden deducir del
cualquier tipo penal. Por tanto, lo que determina el dolo eventual es la norma, y
no la voluntad, deseo, aceptación, indiferencia, probabilidad, representación,
riesgo, que tal vez pueden (y deben) estar denotados en la norma como
criterios para su constatación2(Josué Fossi).
Dolo de peligro
Esta clase de dolo, suficiente para la realización dolosa de algunas clases de
delito (delitos contra la salud pública, contra la seguridad del tráfico, etc.), se da
cuando el sujeto quiere o acepta la puesta en peligro de bienes jurídicos,
aunque no quiere su lesión (según Sainz Cantero).
Dolo genérico
Dolo específico
Es la intención de causar un daño con la especial voluntad que la norma exige
en cada caso, de modo que deberá ser objeto de prueba (según Griselda
Amuchategui Requena