O HISTORIA DE AMERICA LATINASURV SONG IC VRIVLISUIAIND WIHOLIGSE @] en VNILV'T VOTHRINV ad VIYO.LSIH nuneug esald ANLINSOUV NIGIIN = VNLLNSOUV VINA Osawaii THELO-ET-0S6 ‘NEST Soppasosos soqoou9c] £ZLTT Aaya] xorew anb onsodap [> 04204 epand sunuoBiy sanandag ‘saity souang (¢E01) ELST/ILST WaePary “ay “UIA BULOUOD ap pEPa!o0s, Sony souang 2p sumsioAlUn [BONE - WAS VESGN F661 ‘oupo jap o1aid ostunad 9 wis “Soporpul sono n vde00) ISIS uN UD 0} uorsonposdes ey saury souang op pepisisaiup, vp sod wpepung, was vasana 9661 9p oz1eur : upyDIpa eyUNbOMDIg (ronypony 211y) oraiiond un op yooesoy us vynisisg cede} ap eYpRITOIOR uypiefeoyy oopapag Jod “p96 1 “uploipa vx 09 & “961 “epezienine uojaipa epunes ¥| 2p wplonpesy 6hOE ‘shed “oouEtg ap soupersionu s9ssorg aupory anbupuy,) ap aaoisizy syeuiBs0 ego ef ap oF HurEINA TI9q so}AeD -wdey 9p oUDsIC,AMERICA INTRODUCCION AL ENGUENTRO DE DOS MUNDOS Desde los 32° de latitud norte hasta los 54° de lati- tnd sur, América latina abarca 91.173.000 kam? aproxi- madamente, es decir el 15,9 % de las tierras emergidas, expresin ésta con la que habitualmente se designa la inmensa fraccién del continente americano descubierta, poblada y colonizada por los pueblos ibéricos (espaticles Y portugueses). Hablar de América latina es afirmar la unidad de este mundo, en oposicién a la América anglosejona, y de los doscientos quince millones de seres que, en su in- mensa mayorfa, hablan las lenguas castellana y portugue- sa, mas o menos deformadas por bocas extranjeras, Podria escribirse la historia de las Américas latinas, pero escri- Diremos la de una América latina porque consideramos que la unidad prevalece sobre la diversided América latina participa, con la anglosajona, del pro- ‘0 continente entre las dos jas del Antico y del Pacifico. La més gran- de de todas las islas, al decir de los historiadores norte- americanos. Construidas sobre el mismo esquema orogré- fico Norte-Sur, las dos Américas presentan la misma alternancia de Oeste a Este: gran masa montafiosa ter- cioria, gran Ianura reciente, contrafuertes antiguos. Inmensidad también. Pero ahi concluye la analogia entre ambas. La latina, en oposicién a la anglosajona, es un con- tinente tropical, con las consignientes limitaciones que esto 7