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U1B - TPN1; Ayudante: Arq. Adriana Olivera; Alumnos: Aguilar - Francucci - Pais 1
“La ciudad vital, segura, sana y sostenible” 1
Sobre el autor
Jan Gehl es un arquitecto, socio fundador de Gehl Architects, y ex profesor e investigador de la Real
Academia Danesa de Bellas Artes, Escuela de Arquitectura, de donde posee una Maestría en
Arquitectura. Su carrera se ha centrado en la mejora de la calidad de vida urbana al transformar el
paradigma del diseño de la ciudad hacia el peatón y el ciclista. Jan es reconocido por haber convertido
a Copenhague en una ciudad transitable con cultura ciclista durante la década de los 70 y 80. También
es responsable del diseño de la democratización de la estrategia en el espacio público de Nueva York,
convirtiendo las zonas congestionadas como Times Square en un espacio público accesible y
agradable.
Introducción
La ciudad vital es un concepto relativo. En realidad, es un espacio que toma significado cuando es
popular y capaz de atraer gente hacia él, dotado de una compleja y variada vida urbana, debiendo
haber un mínimo de personas para lograr dicha significación.
Las ciudades que quieran tener una vida urbana activa, deben tener espacios públicos
cuidadosamente diseñados, la vida urbana es un proceso que se retroalimenta “la gente va a donde
hay otra gente”, convirtiéndose en un círculo virtuoso que crece rápidamente. Como contra cara, en
las ciudades sin vida las personas no utilizan los espacios públicos, estos son de mala calidad, ya que
no se han creado las condiciones para un círculo positivo de retroalimentación. Ghel (2014) afirma: “El
potencial que tiene la vida urbana para convertirse en un proceso que se retroalimenta está
íntimamente ligado a que haya un cuidadoso planeamiento urbano capaz de concentrar e insuflarle
vitalidad a nuevos sectores de la ciudad” (p. 65).
La trama de las ciudades vitales debe ser sencilla, como es el caso de Venecia, asegurando trayectos
cortos y lógicos, espacios pequeños y una jerarquía espacial urbana clara. Un contra ejemplo son las
prácticas de planeamiento urbano que por lo general construyen demasiados espacios públicos y de
dimensiones exageradas sobre una trama compleja y mal desarrollada.
Los conceptos de “ciudad vital”, “ciudad segura”, “ciudad sostenible” y “ciudad saludable” forman
parte del proceso de planeamiento urbano, y fueron desarrollados a partir de estudios e
investigaciones propias y de terceros. La búsqueda y concreción de estos conceptos, contemplados en
un proceso de planeamiento urbano holístico, ayudarán a desarrollar las ciudades vitales.
La ciudad vital
Una ciudad vital no es necesariamente una ciudad densa, por el contrario, necesita de una densidad
controlada, que respete la escala humana y que a la par desarrolle espacios públicos de buena calidad.
Las dimensiones de estos espacios deben ser las adecuadas para no generar espacios enajenados e
impersonales, como en el caso del centro de Sidney donde está lleno de torres y el sol nunca llega al
suelo desalentando a las personas a permanecer en los espacios públicos. Otro problema es el de los
1 GEHL, Jan (2014). Ciudades para la gente, ONU-HÁBITAT y ediciones Infinito, Buenos Aires, 246
páginas con ilustraciones. Capítulo 3: La ciudad vital, segura, sana y sostenible. Desde página 63
a 115
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rascacielos, donde las personas de los pisos más altos no utilizan tanto los espacios públicos como las
personas de los primeros cuatro pisos, que además tienen mayor contacto visual con el exterior.
Estudios realizados en Dinamarca, demuestran que las personas que viven en edificios residenciales de
hasta tres pisos tienen mayor desarrollo de vida urbana y social que las de mayores pisos. Ghel (2014)
afirma: “construir edificios altos para así dar lugar a una alta densidad y un espacio público de poca
calidad no es una receta adecuada para crear una ciudad vital” (p. 68).
Otro aspecto cuantitativo que definen a una ciudad vital es la cantidad de personas y el tiempo que
ellas permanecen en un espacio público. Por lo tanto, cuanto menor velocidad tengan los flujos
peatonales mayor será el nivel de vitalidad de la ciudad. Ghel (2014) afirma: “es posible influir
cualquier entorno urbano cuantitativamente atrayendo más gente a él, o cualitativamente,
alentándolo a que se queden y disminuyendo la velocidad del tránsito” (p. 75).
Algo que también define el nivel de vitalidad de una ciudad son los tipos de bordes urbanos,
principalmente las plantas bajas de los edificios. Dependiendo de cómo estén constituidos físicamente
estos bordes pueden ser duros, cerrados sin atractivo visual, o blandos, abiertos con atractivo y
estímulo visual. Los bordes urbanos blandos organizan y brindan confort y seguridad dentro de la
ciudad, transformándose en un buen lugar para permanecer.
Los bordes blandos deben tener “fachadas activas”, las cuales son abiertas con resoluciones verticales
entre pisos y buenos ritmos en sus aberturas, evitándose las “fachadas pasivas” que son ciegas o con
poca permeabilidad espacial exterior-interior. Estudios realizados en Copenhague mostraron que las
personas disminuyen la velocidad o se detienen con mayor frecuencia frente a fachas activas que,
frente a fachadas pasivas, esto genera un ciclo de retroalimentación ya que la gente va donde hay otra
gente.
La zona de borde es la más activa del espacio exterior dentro de un área residencial, es un espacio de
transición entre el exterior y el interior, pero muchas veces se lo ha invadido con otras funciones, por
ejemplo, estacionamientos, generando que no exista transición entre lo público y lo privado. Una
solución a este problema es dotar a la zona de borde de un espacio semiprivado, ya sea con galerías o
porches, escaleras o patio inglés. El espacio semiprivado, ubicado generalmente delante de la casa,
inyecta vitalidad al espacio urbano de las zonas residenciales. Como lo afirma Ghel (2014) “un metro
cuadrado pegado a la casa es más útil que diez metros cuadrados a la vuelta de la esquina” (p. 88).
La ciudad segura
Debido al crecimiento desmedido de la cantidad de automóviles en las calles, sustentado por políticos
y planificadores urbanos, caminar se ha vuelto una actividad más dificultosa y complicada. Ghel (2014)
afirma: “el automóvil usurpo el espacio público” (p. 93).
Los objetivos primordiales deben ser lograr espacios de calidad y condiciones seguras para los
peatones. Ghel (2014) dice: “Cuando hay que elegir tipos de calles y soluciones de transporte, es
importante empezar siempre por la dimensión humana” (p. 92).
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Como respuesta a esta problemática contemporánea, ha surgido en los últimos años una tendencia en
el planeamiento urbano, el uso de zonas de transito mixto en una misma calle. Esta planificación
podría reducir el riesgo de accidentes de tránsito. Fundamentalmente se busca que todo suceda más
lento en la calle, mediante propuestas urbanísticas se obliga a los automovilistas a reducir la velocidad
y a los peatones a estar más atentos a lo que sucede en su entorno. En las calles compartidas el
peatón tiene prioridad sobre los otros actores.
Un prerrequisito fundamental para crear ciudades que funcionen bien es lograr que sea seguro
caminar dentro del espacio urbano, teniendo como objetivo central mantener una sociedad abierta e
igualitaria en el uso del mismo. Los intentos por proteger la propiedad privada y la vida personal hacen
que las ciudades se cierren. Si cambiamos el eje de la discusión y, de defender el espacio privado,
pasamos a un debate más amplio sobre la sensación de seguridad que uno debería tener al caminar en
un espacio público, veremos que hay una conexión directa entre la búsqueda de fortalecer la vida
urbana y el deseo de seguridad.
Es necesario reforzar la vida urbana hasta el punto que la gente circule a pie y pase tiempo en los
espacios públicos. Tener una estructura urbana clara mejora nuestra sensación de seguridad. La
existencia de fachas abiertas y zonas de transición, claramente delimitadas, entre lo público y privado
ayudan a mejorar esta sensación. Es fundamental la clara articulación entre el ámbito público y
privado para que, las personas puedan darse relacionarse y a la vez tengan sensación de seguridad.
La ciudad sostenible
Dentro de los factores que se refieren a la sostenibilidad urbana, el tema del transporte es uno de los
principales a tratar por los altos niveles de consumo energético.
Para lograr espacios urbanos de calidad, se debe trabajar fuertemente en políticas que logren un buen
sistema de transporte público. Un buen ejemplo de esto son las ciudades que trabajan en planes para
el Desarrollo Orientado al Transporte (TOD), concentrándose en interrelacionar las estructuras
peatonales y ciclísticas con la red de transporte existente.
Las ciudades vitales deben lograr la sostenibilidad social, referido a la democratización del uso del
transporte, donde todas las personas tengan la misma oportunidad de acceder al espacio público y
transitar en él. La ciudad debe poder acomodar a todos y ser inclusiva. Ghel (2014) dice: “Darle mayor
prioridad al tráfico peatonal y al ciclístico contribuirá a cambiar el perfil del sector de transporte y se
convertiría en un elemento central dentro de cualquier política sostenible” (p. 105).
La ciudad saludable
La calidad de vida en las ciudades contemporáneas se ve afectada por el uso excesivo del automóvil y
la falta de tiempo para realizar ejercicios físicos durante la rutina diaria. El sedentarismo es un mal que
crece día a día y afecta a una gran cantidad de personas, es por esto que la intervención de políticas
urbanas en el desarrollo de ciertos niveles de infraestructura puede reforzar la calidad de vida de una
ciudad, alentando a que la gente camine y ande en bicicleta, además estas son medidas que alcanzan
a todos los usuarios por igual. Ghel (2014) afirma: “Hay que trabajar de forma mancomunada en un
proceso, con numerosos otros actores, donde la concreción de la vida urbana sea el objetivo
primordial” (p. 89).
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FICHA 2
Crecimiento urbano y
acceso a oportunidades: un
desafío para América Latina
(2017). CAF-Corporación
Andina de Fomento, Banco
de Desarrollo de América
Latina, Colombia, 266
páginas
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“Crecimiento urbano y acceso a oportunidades: un desafío para
América Latina” 2
Sobre el autor
La Corporación Andina de Fomento (CAF), es un banco de desarrollo constituido en 1970 y
conformado por 19 países - 17 de América Latina y el Caribe, España y Portugal- y 13 bancos privados
de la región. Dedicados a promover un modelo de desarrollo sostenible, mediante operaciones de
crédito, recursos no reembolsables y apoyo en la estructuración técnica y financiera de proyectos de
los sectores público y privado de América Latina.
Desde el comienzo nos centramos en determinar que se entiende por vivienda: “La vivienda
es una edificación cuya principal función es ofrecer refugio y habitación a las personas,
protegiéndolas de las inclemencias climáticas y de otras amenazas”. 3
• Tasas de déficit cualitativo en zonas urbanas para varios países de América Latina
• Relación entre precio de la vivienda y el suelo.
• Niveles de alquileres.
• Características de hogares según asentamiento.
• Ubicación de vivienda según asentamiento.
• Origen de la población.
• Razones para elegir el vecindario.
• Expectativas de los hogares según asentamiento.
• Alquileres según asentamiento
• Deuda hipotecaria como porcentaje del PBI en diferentes regiones y para países de
América Latina
• Otros.
2
CAF – Corporación Andina de Fomento, Banco de Desarrollo de América Latina, Colombia (Pág. 173 a 227).
3
Definición tomada de la Real Academia Española. https://dej.rae.es/lema/vivienda.
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Teniendo en cuenta y analizando todos estos datos podemos decir que América Latina no ha
respondido con suficiencia al acelerado proceso de urbanización que ha atravesado la región,
con un inventario inmobiliario con importantes déficits en las unidades que habitan hogares
y precios de las viviendas elevados en relación al sueldo.
Poca profundidad de los mercados hipotecarios
Así, las ciudades podrían contar con instrumentos de contribuciones por mejorías
para recuperar parte de la valorización generada a partir de la inversión
pública en infraestructura, particularmente de transporte público.
Como posible solución a estas situaciones de déficit se pueden dar a reconocer posibles
soluciones a tener en cuenta para perfeccionar un plan estratégico:
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FICHA 3
MONTERO, Laetitia y
GARCÍA, Johann (edit) (2017).
Panorama multidimensional
del desarrollo urbano en
América Latina y el Caribe,
CEPAL-Naciones Unidas y
Cooperación francesa,
Santiago de Chile, 94 páginas
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“Dimensión ambiental del desarrollo urbano en América Latina y el
Caribe” 4
Sobre el autor
La Comisión Económica para América Latina (CEPAL), fue establecida por la resolución 106 (VI) del
Consejo Económico y Social, del 25 de febrero de 1948, y comenzó a funcionar ese mismo año. Siendo
una de las cinco comisiones regionales de las Naciones Unidas con sede en Santiago de Chile. Se fundó
para contribuir al desarrollo económico de América Latina, coordinar las acciones encaminadas a su
promoción y reforzar las relaciones económicas de los países entre sí y con las demás naciones del
mundo. Posteriormente, su labor se amplió a los países del Caribe y se incorporó el objetivo de
promover el desarrollo social.
Introducción
En el capítulo IV del texto en cuestión, se hace referencia a la relación entre los ecosistemas urbanos y
la sostenibilidad ambiental, como un factor determinante en la calidad de vida de la población, a la
necesidad de promover el uso responsable de los servicios ambientales, a la vulnerabilidad de la
región con respecto a los eventos extremos, para finalmente abordar una serie de políticas públicas a
abordar para poder vivir en un ambiente sano.
Una de las problemáticas cada vez más frecuentes es la complejidad y el costo para garantizar el
acceso de la población al agua. Las causas de la escases son, entre otras, las siguientes:
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Panorama multidimensional del desarrollo en América Latina y el Caribe, CEPAL- Naciones Unidas y
Cooperación francesa, Santiago de Chile (2017). Capitulo IV
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• Aumento de la demanda, ya sea por el aumento de la población, como del aumento en el
consumo
• Reducción de la oferta hídrica
• Derretimiento de los glaciares
• Desinterés por mantener zonas de recarga y vegetación en las cuencas
• Aumento de la construcción sobre las riveras
• Expansión de la mancha urbana que dificulta el curso del agua
• Aumento de descarga de aguas servidas
• Costos elevados para captar nuevas fuentes de agua
Esta problemática es aún más compleja en las cuencas donde se asientan grandes poblaciones o en
ciudades mineras o industriales. ALyC alcanzo una buena cobertura de agua potable, aunque algunos
países no lo lograron y en cuanto al saneamiento no se alcanzó la meta.
Otra problemática es el escaso tratamiento de las aguas servidas lleva a que muchos cuerpos de agua,
generalmente, cercanos a grandes ciudades, se encuentren contaminados. Actualmente en la región
muchas plantas de tratamiento se encuentran abandonadas o fuera de operación, por no poseer
recursos económicos o por escases de capacidad operativa.
Las áreas verdes juegan un papel muy importante en la salud y el bienestar de la población, ya que
brindan grandes servicios ambientales a las zonas urbanas mas centrales. También analizando la
distribución de las áreas verdes con respecto a la accesibilidad de la población, se puede llegar a la
conclusión de que las zonas de mayores ingresos son las que mayor acceso tienen a dichas áreas
verdes. Debido a la extensión de los parques y espacios públicos, estos suelen ubicarse en zonas
donde residen la población con mayor capacidad económica. Además, las familias con mayores
recursos pueden acceder a viviendas con jardines, aunque sean zonas privadas, aumentan la superficie
de las áreas verdes de la ciudad.
Contaminación atmosférica
Una de las problemáticas más importantes en las metrópolis, que repercute en la salud humana, es la
contaminación atmosférica. Los principales generadores de contaminación atmosférica son las
industrias, los automóviles, las calefacciones residenciales, es decir, los procesos que implican
combustión, siendo el transporte una de las principales fuentes contaminantes. Los gases del efecto
invernadero (principales contaminantes atmosféricos) alteran los patrones de precipitaciones, el nivel
de humedad del suelo, aceleran el derretimiento de los glaciares, afectando el suministro de agua
potable y de las actividades económicas, por ejemplo, la agricultura y la manufactura. Es necesario,
para terminar con la contaminación atmosférica, que se adopten medidas a nivel internacional,
federal y municipal.
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La contaminación es otro ejemplo de la injusta producción y distribución de los daños, ya que en las
zonas de menores ingresos es más aguda, siendo esa parte de la población la que menos contribuye
debido a la escasez de sus ingresos económicos.
Dentro de la sociedad, los sectores de bajos recursos son mas vulnerables. Alguna de las causas de
esta la vulnerabilidad son la ocupación de tierras de alto riesgo y el uso de materiales precarios e
inseguros.
Conclusiones e implicancias
El abordaje de un mejor desempeño ambiental, economías mas productivas y sociedades mas
inclusivas, para generar un modelo urbano mas sostenible. Es necesario que se promueva el uso
eficiente de recursos naturales, que se desarrollen nuevas tecnologías y se potencie la economía del
conocimiento.
Es importante generar sistemas de movilidad mas inclusivos, eficientes y seguros, para generar
conciencia de las externalidades negativas del consumo vehicular privado y que la sociedad pueda
utilizar el transporte público.
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