Está en la página 1de 8

Sobre los fundamentos lógicos que subyacen en Estructuras sintácticas de Noam Chomsky

Víctor Andrés Arévalo Cabra

Universidad Nacional de Colombia

Resumen:

Mi objetivo en esta ponencia es analizar algunos pasajes de la obra temprana de Noam Chomsky en busca de los fundamentos
lógicos que subyacen a ella. Para esto, analizaré algunos pasajes seleccionados de Estructuras Sintácticas y Aspectos de la Teoría de la
Sintaxis, trabajos que inaugura el cambio de paradigma en lingüística y que establece a la gramática generativa como una de las
corrientes de más desarrollo en la lingüística en la segunda mitad del siglo XX, con el fin de comprobar o refutar algunos
postulados planteados por Geoffrey Pullum en torno al papel que tuvo el trabajo de Emil Post dentro de la fundamentación
matemática del trabajo del lingüista norteamericano. Al respecto, me interesa analizar en particular la manera en que se construye la
noción de regla de formación y de transformación en Chomsky y cómo dicha concepción puede verse reflejada en el desarrollo de
su teoría lingüística. A partir de este análisis, busco analizar como dichos conceptos afectan o no la creación de los conceptos de
estructura profunda y estructura superficial.

Con base en este análisis, intento mostrar dos resultados: el primero que me interesa señalar es que si bien el marco matemático de
esta primera etapa de Chomsky se debe al trabajo de Post, las reflexiones chomskianas en torno a la lingüística y al lenguaje en
general, se deben enmarcar dentro de la tradición analítica más pura, y, por ello, los fundamentos lógicos de su obra deben ser
rastreados no solo en la obra de dichos lógicos sino también en los trabajos de autores como Russell, el primer Wittgenstein o el
mismo Frege.

Introducción

El trabajo de Noam Chomsky en lingüística, al menos en su rama estructuralista, es para varios autores
“revolucionario” (Newmeyer, 1986, Searle, 1972). En palabras de Searle “Chomsky's work is one of the most
remarkable intellectual achievements of the present era, comparable in scope and coherence to the work of Keynes
or Freud. It has done more than simply produce a revolution in linguistics; it has created a new discipline of
generative grammar and is having a revolutionary effect on two other subjects, philosophy and psychology. Not the
least of its merits is that it provides an extremely powerful tool even for those who disagree with many features of
Chomsky's approach to language”. (Searle 1972: 17 - 18). Newmeyer considera que Chomsky revolucionó la
lingüística en la medida en que “What makes Syntactic structures revolutionary is its conception of a grammar as a
theory of a language, subject to the same constraints on construction and evaluation as any theory in the natural
sciences” (Newmeyer, 1986: 2). La mayoría de autores están de acuerdo en que sus primeros trabajos abrieron el
camino para que la lingüística formal invadiera, al menos durante algunos años del siglo XX, las facultades y
departamentos de lingüística, psicología y, en menor medida, de filosofía, aunque otros consideren más bien lo
contrario, como Anderson (XXX: 225).

La primera etapa del trabajo de Chomsky consta de tres documentos: el artículo “Tres modelos de descripción del
lenguaje” (Tres modelos, en adelante) y los libros Estructuras sintácticas (en adelante SS) y Aspectos de la teoría de la
sintaxis. En particular en los dos primeros, Chomsky se encarga de analizar algunas de las teorías formales previas a
su trabajo, que intentaban explicar el lenguaje desde los procesos comunicativos (Shannon) o desde su génesis
(Bloomfield, Harris). El primer artículo, basado en su trabajo de doctorado en el MIT llevó a Chomsky a criticar
matemáticamente algunos de los postulados de dos teorías de explicación del lenguaje: aquella que considera que el
lenguaje se puede explicar por medio de un autómata de estados finitos (o de procesos markovianos) y aquel que
considera puede explicar el lenguaje desde la sintaxis únicamente recurriendo a la llamada gramática de estructura de
frase (o la estructura ahormacional).

Chomsky considerará estas aproximaciones “insuficientes” para alcanzar el objetivo de explicar problemas como la
adquisición del lenguaje en los niños o la capacidad de aprender una lengua de la que no tenemos un conocimiento.
Su trabajo será, pues, desarrollar una gramática que permita entender los procesos de generación y transformación
sintácticas.
Chomsky además considera insuficiente la concepción de teoría lingüística. Así que la gramática generativa –
transformacional también busca fundamentar una teoría lingüística general en la que el modelo descriptivista sea
reemplazado por una visión en la que la teoría explica la adquisición del lenguaje.

Esta “revolución” está relacionada con la influencia que Chomsky recibió de una tradición filosófica particular: la
filosofía analítica. Y, además, de las reflexiones y concepciones de la ciencia que dicha tradición planteó. En lo que
sigue, intentaré mostrar las influencias que la lógica ha dado a la obra de Chomsky. Haré algunas referencias al
asunto sobre la concepción científica, que son también consecuencia de la cercanía del lingüista norteamericano con
dicha tradición.

Parte I: La lógica de Estructuras sintácticas

En su artículo, On Mathematical foundations of Syntactical Structures, Geoffrey Pullman se encarga de exponer algunos de
los fundamentos lógicos de la obra de Chomsky. Una de las afirmaciones más fuertes de su artículo se da en las
conclusiones y se refiere al trabajo de Emil Post, uno de los lógicos más importante en el desarrollo de la lógica
formal en el siglo XX, como fundamento de Estructuras sintácticas: “Post is mentioned without a bibliographical
citation in two other places (Chomsky 1962: 539, and 1965: 9), but Chomsky has never cited Post’s technical papers
on production systems” (Pullman, 2011: 12, 13). Esta es una de las razones para que Pullman asegure que “SS is
credited with a degree of originality, explicitness, and technical coherence that it does not actually exhibit” (Ibid).

Quiero hacer énfasis en la importancia de Post. Aparte de sus aportes a la teoría de la computabilidad, es mejor
conocido en lógica por su trabajo de doctorado en Princeton donde probó el teorema de validez del cálculo
proposicional de los Principia Mathematica de Russell y Whitehead. Además, es considerado el padre de las tablas de
verdad, junto con Wittgenstein y Peirce. Es en este contexto que se debe entender el trabajo posterior de Post. Al
respecto, hay dos artículos clave para entender el trabajo de Post: su influyente Finite Combinatory Processes-Formulation
1, donde Post desarrolla un sistema formal que, en líneas generales, es equivalente a una máquina de Turing. Y su
Introducción a la teoría general de las proposiciones elementales (Post, 1921. En adelante, ITGPE) donde desarrolla la noción
de regla de producción e introduce simbolismos como ├ y notación actual de las tablas de verdad 1. Este sistema,
como él lo expuesto en su (1921) se basan en la creación de la noción de “reglas de producción” para indicar la
manera en que se producirán y transformaran expresiones en un sistema determinado.

Quiero mostrar que si bien el trabajo de Post no es señalado en la obra de Chomsky, tiene una indudable referencia,
como lo señala Pullman, pero las diferentes concepciones de ciertas reglas formales hacen que sea difícil aceptar que
todo el andamiaje formal de Chomsky se deba a Post. Una de las razones que tengo para argumentar esto se debe
también a que el mismo Chomsky incluye, entre sus deudores intelectuales, a Quine. Además, el trabajo de Post
tiene sus raíces en Russell y Frege, lo que hace muy difícil que Chomsky no estuviera al menos familiarizado con los
adelantos formales y filosóficos de ambos pensadores.

Post explora en ITGPE la relación entre las valuaciones y la consistencia de los Principia. En nuestro caso particular,
extiende las consecuencias de sus investigaciones para sistemas más allá de los Principia, esto es, sistemas que,
formalmente, tenga similitudes estructurales con dicho sistema. En particular, define el siguiente conjunto de
“reglas de producción” para sistemas formales (cf. Post, 1921: 176 – 177):

Si p1 ... pm1 son proposiciones elementales, f (pi, ... Pm1) es proposición elemental.
Si p1 ... pm son proposiciones elementales, f (p1, ... pm) es proposición elemental.
“├ g11 (P1, P2, … Pk1)” … “gk1 (P1, P2, … Pk1)”
… …. ….
1 Aunque Post señala con claridad que él no inventa el método de notación. Señala a Jevons y Venn como
los que hicieron un trabajo más exacto y, entre todos ellos, señala a Boole como el fundamento de dicha
notación. También señala que la idea se encuentra ya inmersa en los mismos Principia (cf. Post 1921:
166).
“├ g1k1 (P1, P2, … Pk1)” … “gkkk (P1, P2, … Pkk)”

produce

“├ g1 (P1, P2, … Pk1)” … “gk (P1, P2, … Pkk)”

donde las P son cualquier combinación de las funciones, incluyendo el caso especial de la variable inmodificada,
mientras que las g’s son las combinaciones particulares de símbolos que no necesitan todos los argumentos
indicados.

Al respecto, Pullman dice: “The gi symbols in this (orden) array are metasymbols that in actual productions would
be specific strings of symbols… The Pi symbols are very different: they are free variables, the values of which are
arbitrary sequences of symbols present in the formulas to which the inference rules are applied” (Pullman, 2011: 4).

El objetivo de crear este esquema de postulados es mostrar, al menos en el contexto de los Principia, que “As other
systems are in a sense degenerate forms of complete systems we can conclude that no new logical systems are
introduced” (Post, 1921: 175). Y, claro está, según Post, todos los sistemas completos son sistemas “equivalents a
los Principia” (Ibidem).

El esquema permite establecer:

1. Por I y II, la definición de los símbolos primitivos del sistema.


2. Por II y III, la manera de crear nuevos símbolos a partir de los símbolos dados.

A través de todo el artículo, Post llama a esta propiedad producción y al esquema anterior reglas de producción. Al menos
en términos actuales, I y II son reglas de formación que dependen de la definición propiamente dicha de cualquier gi y
Pj como símbolo del sistema. Y III actuaría como regla de transformación, pues permitiría obtener nuevas expresiones
en el sistema, mientras que las primeras reglas solo definen y estipulan con qué se operará.

Parte II: La teoría lingüística y la noción de regla de transformación en Three models y SS.

En Tres modelos Chomsky analiza tres modelos posibles de explicación de la estructura del lenguaje:

1. La gramática entendida como un proceso markoviano de estados finitos, esto es, la gramática vista como un
autómata finito no-determinístico.
2. La gramática basada en la estructura de frase.
3. La gramática transformacional.

El objetivo del artículo será dar cuenta de tres cuestiones:

a) ¿Hay lenguajes interesantes que están fuera del rango de descripción de las teorías lingüísticas actuales? En
particular, Chomsky quiere saber si el inglés es una de esas lenguas.
b) ¿Podemos construir gramáticas simples para todos los lenguajes interesantes?
c) ¿Son tales gramáticas reveladoras en el sentido en el que la estructura sintáctica que exhiben puede apoyar
los análisis semánticos, el uso y el entendimiento del lenguaje, etc?

Las respuestas de Chomsky a a) y b) son formales y se basarán en la construcción de una teoría de la estructura
lingüística basada en la sintaxis y su autonomía y que la gramática así establecida de cuenta del sistema de
representación de esa teoría (esto es, que responda a c).

Chomsky amplia estos objetivos en SS al explicar el concepto de “gramatical” en un idioma dado y qué “gramática”
es capaz de generar las oraciones intuitivamente aceptadas (y aceptables) por un nativo de un idioma determinado.
Chomsky definirá “lengua” como el conjunto L de cadenas (oraciones) formadas por símbolos que pertenecen a un
alfabeto. Al hacer explícita la distinción entre lengua y lenguaje, asignando al primero el conjunto de lenguajes
naturales y artificiales y al segundo exclusivamente el conjunto de lenguajes naturales (cf. Chomsky, 1997, p. 27.
Nota al pie), define también a la lingüística como la teoría que se encarga de estudiar los lenguajes, sean ellos o no
naturales. De entrada, la definición va a chocar con la visión estructuralista – conductista de autores como C.F.
Hockett y Shannon y, más atrás en el tiempo, con la visión de Saussure sobre el carácter conductista del lenguaje.

Si la lengua L se define como la diada L=<l, A> donde l=conjunto de cadenas y A=alfabeto, l puede definirse
también como el conjunto potencia de A, pues l acepta todas las combinaciones de elementos de A posibles (al
menos así puede verse en las gramáticas libres de contexto si l se define como A*). Si es el caso, entonces A es
determinado por la teoría lingüística general para esa lengua, en particular por la fonética de aquella. La fonética
sobre A se encarga de definir el conjunto de símbolos (es decir, definirá a qué debe llamarse símbolo de A en L) y
participará de la forma en que se explica cómo se unen algunos de los símbolos de A, esto es, ayudará a explicar
parcialmente por qué la unión de ai, aj, forma una cadena aiaj que pertenece a un subconjunto Aij de A manteniendo
su condición de cadena de A. Pero una explicación completa de este asunto se hará a través de lo que Chomsky
llama una descripción estructural de ai  A, que define los componentes de A, su organización y el uso apropiado que
se le dé en esa lengua.

Y es de estas descripciones de donde surge la estructura de L: ella es el conjunto de las descripciones estructurales
de las oraciones de L2.

Teniendo esto en mente se define la gramática de L: ella debe ser considerada como una representación del
conocimiento que tiene el L–hablante3 sobre L.

Existen dos criterios de generación de la lengua desde la gramática:

1. uno débil, basado en el conocimiento de las oraciones que se saben están bien formadas y las que no. Según
este criterio, la gramaticalidad resuelve los casos límite. La teoría lingüística que dio origen a esta gramática
se basó en la relación oración gramatical – oración observada, haciendo que la última fuera la base de la
definición de la primera. Se le llama débil porque desde esta visión, la gramática es producto de la
investigación empírica que busca entender el concepto de “gramatical” en una lengua y no en el conjunto de
todas ellas.

2. El otro, más fuerte, basado en que una gramática da cuenta de las oraciones de una lengua en la medida en
que ella es una construcción basada en un método (teoría lingüística) que aplica a todas las lenguas. Es
llamado fuerte porque se aspira a que esa teoría funja como una gramática universal, o al menos permita
llegar a ella.

Es por lo anterior que entre la teoría lingüística y la estructura se plantea una relación especial: la teoría lingüística
debe dar cuenta de los niveles de representación estipulados por Chomsky (fonética, fonología, dicción, categoría
sintáctica, morfología, morfofonémica, estructura ahormacional, transformaciones) y del conjunto de gramáticas
posibles para los lenguajes naturales, y debe, de igual forma, proporcionar los principios generales que determinan,
para cada una de esas gramáticas, los conjuntos débiles y fuertes generados por esa gramática. La preocupación
central de estos trabajos iniciales, dice Chomsky, recae en estudiar la generación fuerte (cf. Chomsky, 1997, p. 7).

Entonces, la teoría lingüística general tiene que caracterizar las gramáticas, los niveles lingüísticos, los principios que
determinan la capacidad generativa fuerte y débil, los principios de idealización que son aplicados por el que
aprende la lengua para llegar a una gramática explícita y el método para seleccionar un conjunto de gramáticas
2 En este punto se está suponiendo o que el conjunto de oraciones de L es finito o que ese conjunto es realmente el conjunto de las
descripciones de las oraciones observadas de L. Chomsky aboga por lo segundo, al aceptar sin mayores inconvenientes, que el
conjunto de oraciones de cualquier lenguaje es infinito, lo que no debería ser impedimento para hallar una respuesta al problema de
encontrar una definición intensional de L. Pero el lingüista, al no poder enfrascarse en dicho dilema, parte de que la construcción de
dichas estructuras se basa en el conjunto de oraciones observadas.
3 L-hablante será, en adelante, todo aquel hablante de L.
potenciales para ser evaluadas. El objetivo de esta teoría será, en lo que a la sintaxis se refiere, a la construcción de
una gramática que pueda ser considerada como una especie de “dispositivo” (device) para generar las oraciones de
la lengua.

La gramática [, F] puede también ser considerada como un proceso muy elemental que genera oraciones no de
"izquierda a derecha" sino de "arriba a abajo". Supongamos que tenemos esta gramática de estructura ahormacional:

1.  = {S}

2. F: S  Y0
X1  Y1
X2  Y2
…. …. …
Xn  Yn
3. Verbal (V)  Aux + V
4. V  {verbos del inglés}
5. Aux  T (M) (have + en) (be + ing) (be + en)
6. M  will, can, may, shall, must
7. T  {s en el contexto FNsing}
8.  en el contexto FNplural pasado
9. Si AF = {ing, en, s, , pasado} y v={Verbal – afijos} entonces,
Af + v  v + Af #
10. Reemplace + por # menos en v______AF y agregue # al principio y al final.

A estas reglas se deben agregar las reglas “transformacionales” que son, en líneas generales, similares a las reglas de
cualquier gramática libre de contexto. De hecho, la gramática generativa transformacional surge como una
gramática no libre de contexto sino sensible al contexto.

1. FN - T - V
2. FN - T+M - ...
3. FN – T+have - .
4. FN – T+be

Para Chomsky, una derivación es, en el análisis de constituyentes inmediatos, de manera muy general, análoga a una
prueba en lógica formal, donde el conjunto de axiomas será el conjunto de cadenas iniciales de ellas se “derivan”
las secuencias terminales de cadenas. Así mismo, hay reglas de transformación (Chomsky solo dice que son reglas
cuya orden es: “rescriba x como y”). El problema de los constituyentes inmediatos es un problema en la
complejidad de las derivaciones. Dos derivaciones iguales producen oraciones iguales. Pero dos derivaciones
diferentes con secuencias terminales iguales producirán oraciones sintácticamente iguales pero semánticamente
distintas.

Parte IIIa: Las influencias lógicas de Chomsky

Hasta este punto, el trabajo tanto de Chomsky como de Post son similares en la medida en que la construcción
formal de ambos sistemas expuestos es muy cercana. Pullman asegura que: “Clearly, (el esquema anterior) is a
special case of a production system donde SIGMA son las primitive assertions, and F is the set of productions” (Pullman, 2011:
6) con matices, pues, por ejemplo, el sistema de Chomsky tiene menor poder expresivo (Ibidem).

Pullman se encargará de argumentar por qué de hecho las dos teorías no son solo parecidas sino que la una depende
matemáticamente de la otra. Mi interés es mostrar aquí que hay cosas que Chomsky no puede (ni le interesa tomar)
de Post. En primera instancia, la noción de producción es Post se basa en el esquema producto de entrada argumento –
producto de salida consecuencia. Y los argumentos, como ocurre en la lógica formal, deben hacer parte exclusiva de los
conjuntos de salida. Así, por ejemplo, para una conclusión como “si p entonces q. Es el caso que P. Luego, Q” los
llamados “argumentos” componen la consecuencia. Y lo mismo aplica para todos los casos en los que se utilizan
reglas al estilo Post. Esta es una condición necesaria para su trabajo.

Es importante tener en cuenta que las reglas de transformación en Post son aquellas que nos permiten, a partir de
las anteriores, generar nuevas fórmulas bien formadas. Recuérdese la expresión usada por Lakatos para referirse a la
forma de comprender los sistemas formales en el logicismo: en él, la “verdad” se encuentra en la cima de la
pirámide y es transmitida hacia abajo por medio de los canales de transmisión de la verdad (las reglas de deducción)
que la permiten preservar.

En lógica formal la “gramaticalidad” de las fórmulas (es decir, el hecho de que sean o no fórmulas bien formadas)
viene dada por la definición recursiva del conjunto de fbf. En este sentido, la gramaticalidad se define en Post, no
se transmite, como en la lingüística chomskiana. Además, en Chomsky, las reglas de transformación requieren que
partes de los argumentos modifiquen la consecuencia, sin modificar toda ella su estructura.

En SS existe además un primer rompimiento con la lógica matemática, que no es del todo expuesto: para Chomsky,
lo “gramatical” no puede ser identificado con lo “significativo”. De allí que existe una clara distinción entre sintaxis
y semántica. De hecho, la primera puede analizarse independientemente de la segunda. ¿Es eso posible? ¿Por qué
no? En lógica formal, al menos eso es lo que trata de mostrar Post, es que la distinción, si bien puede hacerse, es
innecesaria. De hecho, los modelos sintácticos y semánticos resultan isomórficos. ¿Cómo, si la base de SS es la
lógica matemática, hay un abismo tan grande entre sintaxis y semántica?

Pienso que estas consideraciones son importantes para señalar la diferencia en el andamiaje lógico de Post y
Chomsky y señalan que si bien la influencia de Post en el trabajo de Chomsky es innegable, hay variaciones a las
ideas de Post que provienen de las necesidades propias del trabajo del lingüista norteamericano.

Esta es una de las conclusiones iniciales de este trabajo exploratorio.

La segunda tiene que ver con la noción de teoría lingüística en Chomsky. Para él, una teoría lingüística es una
metateoría que busca solucionar el problema de cómo escoger una gramática para cada lengua particular sobre la
base de un corpus finito de oraciones (sentences).

Lo primero es, entonces, remitirnos a las posiciones históricas sobre la lingüística previas al trabajo del lingüista
estadounidense. Chomsky encuentra dos grandes visiones sobre la teoría lingüística que van en contravía de sus
resultados de investigación. La primera de ellas es la posición conductista, según la cual el lenguaje y su proceso de
adquisición se dan por procesos conductuales, los cuales deberían ser estudiados por la psicología. Por ejemplo,
para C.F. Hockett, el lenguaje se define como un conjunto de hábitos (cf. Hockett, 1955). El mismo Saussure, dice
Chomsky, mantiene la idea de que el lenguaje es “el uso de las palabras” (Chomsky, 1997, p. 5). El problema yace,
para Chomsky, en la falta de claridad conceptual entre los términos actuación – competencia (performance –
competence). Este último es el conocimiento de un hablante sobre una lengua. La actuación en cambio es el uso
que hace esa persona del lenguaje (un uso que en su gran mayoría del tiempo es y depende de lo social). La
actuación tiene muchas más variables de análisis que la competencia, pero ella subyace a la competencia porque la
segunda es una descripción del conocimiento que un hablante tiene de esa lengua (gramática de la competencia).
Por esta razón, Chomsky dirá que una gramática generativa – transformacional es una teoría de la competencia y así,
asimilará el criterio de aceptabilidad de una oración al concepto de actuación, mientras que el concepto de
gramaticalidad estará atado al de competencia, a pesar de que las gramáticas transformacionales son procesos del
mismo tipo elemental que las gramáticas de estructura de frase (Chomsky, 1956: 113). Y por esta razón, la teoría de
la estructura ahormacional (el análisis en constituyentes inmediatos) no es suficiente porque no caracteriza el
conocimiento que tiene un hablante de una lengua.

Una gramática estructuralista tipo Saussure se enfrenta a otro inconveniente, según Chomsky. Este tipo de teorías
busca describir elementos y categorías que le permitan al hablante “determinar por sí mismo” la estructura gramatical.
Pero ello supone que el hablante tiene un concepto de gramaticalidad, que será el que aplique para comprender esos
elementos. Es decir, no se comprende cómo es que el hablante realiza dicho proceso. Pero justamente el objetivo
de una teoría lingüística en general es dar cuenta de esa noción de gramaticalidad. Así, el estructuralismo no brinda
una teoría lingüística aceptable. Una consecuencia de esta visión es que la lingüística como ciencia se encarga de
estudiar la facultad humana del lenguaje, en el sentido anterior de ser la que dé cuenta de cómo es que el hablante
puede comprender la gramática de una lengua y cómo es que se hace al conocimiento de ella. Es un problema
claramente enmarcado en la psicología cognitiva (cf. Chomsky, 1997, p. 8).

El cambio de posición epistemológica permite ampliar los horizontes explicativos de la teoría lingüística. Chomsky
cree que una teoría lingüística que merezca tal nombre debe “explicar” la facultad del lenguaje en un niño mientras
que una gramática de una lengua debe encargarse de describir el conocimiento posterior. Es decir, una teoría
lingüística explicaría las condiciones a priori del lenguaje mientras que la gramática se encargaría de analizar a
posteriori el conocimiento producto de esas condiciones. La teoría lingüística en este sentido puede entenderse como
trascendental en el sentido kantiano porque ella da las condiciones de posibilidad del lenguaje. La gramática de una
lengua estudia cómo esas condiciones generaron un lenguaje en particular. Esto significa, por ejemplo, que una
gramática debería reflejar la conducta de los hablantes respecto a la lengua.

Al tener este matiz trascendental, la teoría lingüística explica cómo los niños pueden adquirir una lengua en
particular, aprendizaje que no está condicionado al lugar donde nacen (hay niños que nacen en un lugar pero, desde
pequeños, aprenden otro idioma). Chomsky cree que lo que hacen los niños no es más que adquirir la gramática del
lenguaje, esto es, ni más ni menos, que adquirir un conocimiento de la lengua que les permita desarrollar su facultad
de lenguaje. Por esta razón, el lingüista debe ser como un niño si quiere aprender y desarrollar una teoría lingüística
en general, y una gramática en particular. La teoría general del lenguaje, que trata de descubrir y poner de
manifiesto los principios, condiciones y procedimientos que el niño aplica para conocer su lengua, es entendida,
entonces, como la justificación de la metodología de la investigación lingüística.

El lingüista transformacional enfoca el problema de la adquisición del lenguaje (problema central de la lingüística
según Chomsky) en establecer un esquema a priori que determine las propiedades generales de la lengua de la que
tiene sus datos disponibles y también determina las propiedades generales de las gramáticas que pueden ser
construidas para dar cuenta de esos datos. La tarea del lingüista será escoger la gramática más altamente “valuada”
de un conjunto de gramáticas posibles (principios de idealización). Chomsky encuentra aquí ecos de una vieja
discusión filosófica entre dos escuelas epistemológicas: el racionalismo y el empirismo. Chomsky, que no descartará
el estructuralismo sino que lo profundizará, apelará por una “fusión” de ambas, pero indicando que muchos de los
problemas “clásicos” del racionalismo hoy son problemas empíricos, por lo que considera que los problemas de la
teoría lingüística son básicamente problemas que el empirismo debería solucionar pero cuyos esquemas de solución
surgen de la razón del investigador. Así, podríamos decir que la obra de Chomsky se enmarca en el racionalismo
crítico al estilo de Popper.

Pienso que este giro racionalista, que requiere de lo empírico, tiene sus raíces no en el mismo Popper sino en la
influencia que Quine ejerció en la obra de Chomsky. En SS, Chomsky cita como uno de sus deudores intelectuales
a Quine. En un nota al pie (Chomsky, SS: 28) hace mención del ensayo de Quine “El problema del significado en
lingüística”. En este ensayo, Quine se encarga de estudiar el problema de cómo puede el lexicógrafo dar cuenta de
su trabajo sin tener una teoría del significado que le permita tener una noción de sinonimia acorde con ella. Así que,
por vía de Quine, podría plantearse que los antecedentes lógicos iniciales en SS se hallan en una concepción cercana
a la de Quine, que rechaza la injerencia de la semántica al estilo Kripke (una semántica intensional) y propende por
una primacía de la sintaxis.

Además, es indudable que Chomsky leyó otros trabajos de Quine, por ejemplo, el célebre Dos Dogmas del
Empirismo. Esta influencia se ve claramente marcada en la concepción científica de la lingüística de Chomsky, y
permite comprender la manera en que Chomsky concibe la lingüística.

Esta es otra de las conclusiones a las que quiero llegar con este paper.

Debo señalar, además, que en el marco de estas influencias, es claro que Chomsky no solo es deudor intelectual de
Quine y Post, sino que también lo es de Russell y Frege. Es claro que la idea de que la competencia lingüística es
independiente al uso y ella es la clave para la comprensión de la lingüística como teoría científica. De hecho, cuando
surge el concepto de estructura profunda, varios autores la asemejaran a lo que, con posterioridad Chomsky llamará
forma lógica. Esta idea no es nueva y debe remitirse a la idea de Arnaud y los gramáticos de Port-Royal y al mismo
Leibniz y su characteristica universalis. En lógica formal, remite a los trabajos de Boole y Frege. De hecho, la
noción de forma lógica, se encuentra en casi todos los filósofos analíticos de principios del siglo (Wittgenstein, en el
Tractatus, por ejemplo, reconoce en Russell la paternidad de la idea de forma lógica (Tractatus 4,0031)).

Podríamos cerrar este bosquejo inicial de trabajo con la conclusión de que la influencia de Post parecería reducirse
prima facie a los componentes más formales de SS, en particular, a la construcciones de las reglas de transformación
para la gramática del inglés (porque las críticas a las otras dos posibles teoría lingüísticas no se basan, propiamente
en la lógica, sino en una crítica a la posibilidad de realizar una teoría lingüística que tuviese como base la estadística
o la probabilidad (en general, una lógica inductiva) mientras que la influencia de la tradición analítica más pura se ve
reflejada en la concepción de la teoría lingüística del mismo Chomsky.

También podría gustarte