Está en la página 1de 3

DEFINICIÓN DE SOLFEO

Se denomina solfeo al proceso y al resultado de solfear. Este verbo,


por su parte, refiere a entonar una canción pronunciando las notas
y marcando el compás.

El solfeo, por lo tanto, es una forma de entrenamiento que se desarrolla


con el objetivo de aprender entonación mientras se lee una partitura. De esta
manera, no sólo se practica la entonación, sino que también se adquiere
destreza para leer música de manera rápida.
A través del solfeo, la persona entona y recita los nombres de cada nota de
una melodía, teniendo en cuenta el tempo y los valores rítmicos (es decir, la
duración de la nota). De forma simultánea, el sujeto debe marcar el compás
con una mano.
Los especialistas afirman que el solfeo ayuda a comprender la teoría
musical, a perfeccionar el reconocimiento de los intervalos de la música, a
determinar la altura de cada nota mientras se las lee por primera vez y a
respetar el ritmo y la dinámica, todos puntos fundamentales para una
correcta ejecución.
Si bien la práctica del solfeo suele resultar tediosa al principio, dado que
puede llegar a ser muy desafiante sin ofrecer el placer de entonar nuestras
melodías favoritas, dominarlo es esencial para la formación de
cualquier músico, tanto para los cantantes como para el resto de los
instrumentistas. La música tiene su propio lenguaje, y es necesario
aprenderlo para comunicación con otros músicos y aprovechar nuestro
potencial.
Es posible distinguir entre dos modos de aplicación diferentes del solfeo.
El solfeo relativo (también llamado do móvil) implica que las
denominaciones de las notas son asignadas a distintas alturas de acuerdo al
contexto. En el solfeo absoluto (o do fijo), en cambio, las notas llevan
nombres que resultan correspondientes a una misma altura.

Dicho de otra manera, leer una melodía


aplicando la técnica del solfeo relativo evita la necesidad de cantar la
verdadera altura de cada nota, algo que permite a personas de cualquier
cuerda (contralto, mezzosoprano, soprano, bajo, barítono o tenor) ejecutar la
música sin incomodidades por falta de rango. Por citar un ejemplo, la vozdel
tenor suele presentar una extensión de dos octavas que va desde un do hasta
otro; si un ejercicio de solfeo le exigiera una extensión de dos octavas pero
cuatro tonos más abajo, le resultaría muy incómodo, ya que se vería forzado
a ir más allá de sus límites y esto podría generarle daños irreparables a largo
plazo.
El solfeo absoluto, por otro lado, se debe cantar cada nota tal y como indique
la afinación oficial de la época y de la región: para cada persona que tome un
ejercicio dado, las notas estarán en la misma altura, por lo cual las melodías
sonarán exactamente igual. Una de las desventajas de este método, más allá
de las potenciales incomodidades relacionadas con la cuerda de cada
cantante, es que requiere de un sonido de referencia para establecer la
afinación.
Las personas con oído absoluto, o sea aquellas con la habilidad y el
entrenamiento necesario para reconocer y entonar el sonido de cada nota sin
necesidad de una referencia externa, pueden encarar sin problema el solfeo
absoluto, siempre que las notas se encuentren dentro de su rango vocal;
quienes solamente poseen oído relativo, en cambio, necesitan siempre de un
diapasón o de algún instrumento bien afinado para ubicarse dentro de la
tonalidad indicada.
Más allá del ámbito de la música, la noción de solfeo puede emplearse
como sinónimo de zurra, golpiza, castigo o paliza. Por
ejemplo: “Cuando era niño, mi madre me dio un solfeo por faltarle al
respeto a mi abuelo”, “Tras el solfeo en el partido de fútbol, estuve dos días
en cama”.

También podría gustarte