Está en la página 1de 17

El arte de no

amargarseel matrimonio

Viki Morandeira
Primera edición:julio 2015

© Derechos de edición reservados.

Editorial Círculo Rojo.

www.editorialcirculorojo.com

info@editorialcirculorojo.com

Colección© Autoayuda

Edición: Editorial Círculo Rojo

© Viki Morandeira

Maquetación: © Viki Morandeira

Fotografía de cubierta: © Fotolia.com

Diseño de portada: © Óscar Gil Raya

Producido por: Editorial Círculo Rojo.

ISBN: 978-84-9115-270-5

DEPÓSITO LEGAL: AL -824-2015

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida,
almacenada o transmitida en manera alguna y por ningún medio, ya sea electrónico, químico,
mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del
autor. Todos los derechos reservados. Editorial Círculo Rojo no tiene por qué estar de acuerdo
con las opiniones del autor o con el texto de la publicación, recordando siempre que la obra que
tiene en sus manos puede ser una novela de ficción o un ensayo en el que el autor haga
valoraciones personales y subjetivas.

«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación


de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo
excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos
Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra
(www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).»

IMPRESO EN ESPAÑA – UNIÓN EUROPEA


INDICE

Prólogo …………………………………………………… 7
Capítulo 1: Amor ingenuo……………………………… 9
Capítulo 2: ¿Pilares del matrimonio?........................ 15
Capítulo 3: ¿Señales de peligro? …………………….. 41
Capítulo 4: ¿Quién le entiende? ……………………... 54
Capítulo 5: Hablar no es comunicar ………………… 69
Capítulo 6: La gota que colma el vaso ………………. 76
Capítulo 7: El desbordamiento emocional ………….. 83
Capítulo 8: Ser asertivo en pareja …………………… 93
Capítulo 9: Expresar sin herir ………………………. 104
Capítulo 10: Pensar nos arruina el matrimonio ….. 116
Capítulo 11: Grabado a fuego ………………………... 130
Capítulo 12: Olvidos que distancian ………………… 144
Capítulo 13: Empatía ………………………………….. 156
Capítulo 14: Frases que evitar ……………………….. 175
Capítulo 15: Cambiar para que todo cambie ……….. 186
Capítulo 16: Técnicas asertivas ………………………. 233
Capítulo 17: No basta con saber, hay que aplicar ….. 246
Capítulo 18: Reflexiones finales ………………………. 255
Prólogo

Tras formar una pareja todos deseamos tener un


matrimonio feliz, sentirnos acompañados, escuchados,
amados y poder amar con esa intensidad que hemos sentido
al enamorarnos. Pero por muy buenas intenciones que
tengamos, el matrimonio perfecto no existe, básicamente
porque somos personas imperfectas, con errores de
comunicación, con faltas de empatía y a veces con escasa
inteligencia emocional.
Luego de varios años trabajando con quienes han tenido
problemas en sus parejas he llegado a sentir frustración,
rabia.
Este libro surge de esa emoción al comprobar, semana
tras semana, como situaciones muy similares han dado lugar
a que otra pareja más esté al borde del divorcio. Surge de la
frustración de llegar a veces demasiado tarde como para
evitar esa separación entre personas que se han amado
mucho y que han sido perfectamente compatibles, que han
vivido 15 o 20 años juntos. Pero también surge de la
esperanza de lograr, con esta humilde aportación, que cada
uno de nosotros asuma la responsabilidad propia para
mejorar su relación.

Plantear un divorcio es buscar salida a una situación emocional


que se ha vuelto difícil. Se ve la separación como

7
una vía de escape, como el oxígeno que se necesita tras una
relación de años, que en un momento dado, puede sentirse
como asfixiante. Pero ¿se han planteado cuál es su propia
responsabilidad en su presente? Mientras permanecemos
cargando sobre nuestro esposo, nuestra esposa, la
responsabilidad de no ser felices, difícilmente podemos
resolver la situación.
No busques en este libro los motivos para culpar a tu
pareja de tu infelicidad. Busca las causas que te han llevado
a sentirte cómo te sientes, busca qué puedes mejorar tú para
así tener una comunicación abierta, emocional, plena.
Vale la pena. Vale el esfuerzo. Invertir en mejorar
nuestra relación de pareja es invertir también en el futuro de
nuestros hijos, en nuestra propia felicidad. Para divorciarse
siempre hay tiempo, pero para salvar una relación y evitarse
ambos el sufrimiento a veces solo hay una única
oportunidad. No la desaproveches. Te lo agradecerás muy
pronto.

Viki Morandeira

8
Capítulo 1
Amor ingenuo

Y fueron felices y comieron perdices.


Muchas de las historias de amor que hemos escuchado,
leído o visto en películas acaban así, tras unirse la pareja,
justo en el instante de mayor plenitud. Y luego, ¿cómo sigue
la historia?
Cuando dos personas se encuentran, se enamoran, se
casan (o no) y deciden formar una familia, lo hacen
ilusionados y pensando que su amor será para toda la vida.
¿Cómo pensar en el divorcio cuando se está enamorado?
Y así, casi sin darnos cuenta, han pasado quince o veinte
años desde aquellos inicios. Nuestro matrimonio es algo que
ya no ponemos en duda, nuestra relación está por encima de
todo. Ingenuamente, vemos a otros separarse, pero seguimos
pensando que eso es cosa de los demás, no nuestra.
Y pasan los años, sin darnos cuenta de los pequeños
grandes detalles que afectan a nuestra relación, sentimos
que es buena, somos felices, aunque nos acostemos enfadados
algunas noches, aunque de vez en cuando nos levantemos la
voz, aunque ciertas actitudes del otro nos hagan daño,

9
aunque a veces, el sexo sea bastante más esporádico de lo
que nos gustaría… Pensamos que un matrimonio “es eso”.

Si, podemos incluso decir, y decirnos: Nos queremos,


discutimos como todo el mundo…
Confiamos demasiado en el amor como algo abstracto.
Algo que está ahí y estará para siempre. Tenemos un exceso
de seguridad en ese amor. Un amor ingenuo que olvida que
una de cada dos parejas se separará. Claro, se separan los
otros. ¿Nosotros? ¡Nunca!
Esta ingenuidad es el principal causante de decenas de
miles de divorcios y rupturas cada año. Vivimos más
conscientes a otros temas importantes, como la logística
familiar, la economía, el trabajo, los parientes y sus
problemas, olvidando lo más valioso que necesitamos cuidar
a diario: nuestra pareja.
Pero, ¿qué entendemos por ingenuo? No me refiero a que
seamos tontos, tontas, faltos de realismo, despistados. Me
refiero a la definición de ingenuidad que sale en el
diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Si
buscamos ingenuidad, la define como “candor”. ¿Y sabes
cuáles son las dos acepciones de esta otra palabra?
Sinceridad, sencillez, ingenuidad, pureza del ánimo. Suma
blancura.
Desde la falta de maldad, desde la falta de intención de
amargarnos el matrimonio, desde ese candor y esa pureza
con la que amamos, inocentemente podemos llegar a una
ruptura. Este libro es un intento por buscar un amor
inteligente en lugar de ese amor ingenuo que cada año hace
infelices a millones de personas en el mundo.

10
Una pareja es mucho más que dos seres que se aman. El
día a día, la vida de cualquier persona, y la vida en común,
tienen infinidad de situaciones a lo largo de los años.
Acontecimientos felices, como la llegada de un hijo, las
fiestas familiares, las vacaciones, los proyectos, comprar
nuestra casa, amueblarla, hacer obras, reformas. Y todas
estas situaciones, aunque gratas, también pueden ser motivo
de conflicto.
Luego vienen las situaciones no tan agradables: una
enfermedad, la relación con la familia política, el exceso de
trabajo, quedarnos sin él, cambiar de casa, las obligaciones y
preocupaciones, pagar impuestos, dificultades económicas, el
cansancio y la falta de intimidad, etc., etc.…
Tanto los buenos momentos (que a priori, parecen no

generar ningún conflicto) como los problemas y


acontecimientos inesperados, pueden poner en situación de
riesgo las relaciones de pareja donde ambos miembros se han
hecho maestros en el arte de amargarse el matrimonio.
Trabajando con personas que están en crisis, en torno a la
edad de 40 años de sus parejas, hay algo que vuelvo a
constatar día a día: esa ingenuidad con la que amamos.
Tras quince o veinte años de matrimonio, a la gran
mayoría de las personas, la crisis en sus parejas les llega de
imprevisto, y sus palabras suelen ser: jamás me imaginaba
que esto me pudiera pasar a mí, a nosotros, tenemos un
matrimonio perfecto no entiendo por qué me dice que no me
quiere, todos están sorprendidos, no lo pueden creer y yo
tampoco, esto es algo que no puedo entender…

11
Estamos tan seguros…el divorcio no nos puede pasar a
nosotros… , y cuando nuestra pareja nos dice que no sabe lo
que siente, que nos quiere pero no nos ama, que necesita otra
cosa, que quiere tiempo o que ya tiene otra persona y nos
pide divorciarse, la situación se vuelve incomprensible.
Resulta como mirar una película donde los protagonistas son
otros y no esa persona a quien tanto amamos y que tanto nos
debería amar.
Olvidamos que existe el divorcio así como los días de sol
olvidamos que existen las tormentas. Con esto no quiero
decir que tengamos que conformarnos y aceptar la ruptura.
Para mí el divorcio no es "algo que pasa" ante lo que no
queda más remedio que afrontarlo.
Me niego a aceptar, si no ha habido malos tratos, si hemos
sido felices en nuestra relación de pareja, que esa relación
tenga que acabar. Hay posibilidad de recuperar y mejorar
nuestra relación. De hecho, en este libro intentaré resumir
aquellos errores que cometemos y que nos han convertido en
maestros en el arte de amargarnos el matrimonio para lograr
que cada uno haga los cambios necesarios.
A través de estos años de trabajar con mujeres al borde de
la ruptura de sus matrimonios y de más de 28 años con mi
marido, 21 de ellos casados, destacan una gran cantidad de
motivos por los que una pareja falla. Es necesario
comprender nuestros errores, aprender de ellos, corregirlos y
cambiar nuestra maestría, para no ser parte del problema,
para no ser quienes nos amargamos el matrimonio, sino
quienes de manera consciente, inteligente, amamos y
construimos una relación donde ambos podamos ser felices.

12
Una crisis de pareja no tiene que ser el final. En muchos
casos lo es, pero no tiene por qué ocurrir así. Una crisis
puede ser el momento para cambiar todo aquello que no ha
beneficiado a nuestra relación.
Podemos quedarnos esperando que nuestra esposa,
nuestro esposo cambie y se adapte a lo que necesitamos,
podemos presionar, exigir, criticar lo que nos disgusta, con la
intención de conseguir esos cambios. Y con esta actitud muy
probablemente lograremos todo lo contrario. Nuestro
compañero, nuestra compañera puede estar en la misma
postura, esperando que seamos nosotros quienes cambiemos
para ser como esperan que seamos.
Puedes imaginar esta situación, como el hecho de estar a
ambas márgenes de un río. Tú esperas de un lado, tu pareja,
del otro. Mientras los dos permanezcan con la expectativa de
que sea el otro quien se meta al río y se acerque, el agua
seguirá siendo una barrera y la relación seguirá
desgastándose.
Para dejar de ser parte del problema y convertirnos en la
solución que necesita nuestro matrimonio, para ser esa
comunión hermosa entre dos personas, es necesario meterse
al río. Quien quiera peces, que se moje los pies.
Este es un punto en el que encontramos resistencia en
algunas personas. Les importa su matrimonio, quieren a su
pareja, sin embargo, les resulta difícil comprender que
pueden tener un punto de vista que está deteriorando la
relación. Les cuesta aceptar con humildad que hay otras
maneras de hacer las cosas y que si su pareja necesita
mejorarse, tendrán que abrir la mente a otras alternativas.

13
Al fin y al cabo, la gran mayoría de los problemas, solo son
por cosas importantes. Solo importantes. Pero te aseguro que
no tan importantes como para que esa persona que amas se
sienta incómoda, presionada, obligada, asfixiada.
Recuerda que no todo es como tú lo ves, que no existe una
realidad que sea igual para los dos miembros de la pareja. Te
sorprendería escuchar las distintas versiones que considera
que ha vivido tu esposo o tu esposa, si te las contara. El
primer paso para mejorar nuestra relación está en no
aferrarnos a una única realidad, para poder abrirnos a la
realidad del otro. En lugar de tener una seguridad absoluta,
es el momento de poner en duda muchísimas cosas, es hora
de abrir la mente y procurar comprender las distintas
realidades que ha vivido o que vive esa persona a la que
amas.
Es el momento de poner lo valioso por encima de lo
importante. Y recuerda que la limpieza, las normas, los
“debería”, lo que tú crees que está bien, lo que crees que es
“normal”, solo es importante y que jamás puede estar por
encima de lo valioso. Esa persona con quien has formado una
familia, estoy segura, es más valiosa que cualquiera de las
cosas importantes por las que puedan tener diferencias de
opinión.

Abramos la mente, dejemos de amar con ingenuidad para


empezar a amar con inteligencia.

14
Capítulo 2
¿Pilares del Matrimonio?

Infinidad de libros y páginas online están repletas de


diferentes versiones donde enumeran cuáles son los pilares
del matrimonio. Se ha escrito en todos los idiomas y desde
puntos de vista muy diferentes sobre las bases que sustentan
una buena relación de pareja. Tenemos teoría para hartarnos
de leer durante varias vidas consecutivas.
¿Pero… por qué resulta tan difícil llevar esa teoría a la
práctica en nuestra relación? Con todo lo publicado sobre el
amor, tendríamos que ser expertos en No amargarnos el
matrimonio, pero las cifras de divorcios no hacen más que
confirmar que ocurre todo lo contrario.
España, por citar las estadísticas del país donde resido,
acumuló entre el 2008 y el 2013 un total de 657.278 divorcios
y separaciones. Más de 130.000 parejas se han roto durante
el 2014 según datos del Instituto Nacional de Estadísticas de
España. Cada año, 110.000 parejas, en promedio, acuden a
los despachos de abogados en la península ibérica, con el
corazón roto, y en muchos casos, con uno o varios hijos que
aún no comprenden lo que ocurre en sus vidas.
Pero esta realidad es evitable. Vivir en pareja no es fácil.
No es el cuento de hadas que muchas mujeres soñamos, ni la
15
historia de pasión desenfrenada que sueñan ellos. Pero no lo
es, no porque no pueda serlo, sino porque desconocemos los
verdaderos pilares del amor en pareja. Con esto no me
refiero a que lo que se ha venido postulando que es el
sustento de una buena relación no lo sea. Sino más bien que
estos pilares no son suficientes. Porque cuando nuestras
relaciones fallan, muy probablemente no los estamos
interpretando de la manera adecuada.
En junio del 2014, el Papa Francisco, en una reunión con
15 parejas, en la Capilla de la Casa Santa Marta, (Roma)
comentaba que los pilares del matrimonio son: fidelidad,
perseverancia y fecundidad.
Seguramente estarás de acuerdo en que la fidelidad es
necesaria. Ser fiel al compromiso hecho en el momento de
unir nuestras vidas da seguridad y estabilidad al
matrimonio. Pero la realidad es, en este caso, algo que no
podemos pasar por alto. En algunas encuestas se ha
constatado que el 85% de las personas son infieles en algún
momento de sus vidas.
Aun así, hay parejas que siguen unidas tras superar una
situación tan traumática como esta. Eso me lleva a una
reflexión. La fidelidad es positiva, pero si no lo hubo en un
momento dado, ¿es el fin de la relación? No necesariamente.
¿Y qué hace que una pareja supere la infidelidad y que
además, sigan siendo felices? Se consigue gracias a las
características de las personas que conforman esa pareja.
Cuando hablamos de los pilares del matrimonio, lo
hacemos detallando lo que debería tener una buena relación
para ser duradera. Pero nos olvidamos que para que se den

16
esas circunstancias, quienes tenemos que velar por mantener
esos pilares somos las personas que formamos esa pareja. En
este libro, me gustaría que analizaras cuáles de tus
comportamientos son los que atentan contra esos pilares
para poder hacer los cambios necesarios y así fortalecer tu
relación.
Otras fuentes, postulan que el matrimonio es una mesa,
sustentada por cuatro patas: comunicación, sinceridad,
confianza y respeto.
¿Pero entendemos correctamente lo que significan estos
pilares?
Permíteme mostrarte como muchas parejas que empiezan
a estar en crisis llegaron a ese punto creyendo que su
relación estaba sostenida por esas patas, cuando en realidad
no era así.
Creemos que comunicarnos es hablar. Si hablamos mucho
con nuestra pareja o poco, si nos contamos las cosas, si
tenemos secretos o no, si nos sentimos escuchados… cuando
en realidad la comunicación es algo muy diferente. Creemos
que nuestra comunicación es buena cuando no hay
discusiones. Pero… estamos equivocados.
Hablar no es comunicar. Hablar, es algo que has hecho
desde que has aprendido, pero aun así, es muy probable que
hayas vivido muchos malos entendidos, frustraciones y
discusiones. Porque hablar no es saber comunicarse.
También pensamos que la sinceridad la estamos
“ejerciendo” bien. Creemos que ser sinceros es decirle a
nuestra pareja que no nos gusta ese vestido que se ha
comprado, o que no creemos que ese negocio que tiene en
17
mente vaya a funcionar. Creemos que decir las cosas como
las pensamos es ser sinceros, cuando en realidad no
pensamos que lo que decimos puede herir a nuestra pareja. A
menudo, al hablar, expresamos nuestro punto de vista sobre
un tema y muy probablemente no es el mismo punto de vista
que tiene la persona con quien compartimos nuestra vida.
Aun así, insistimos. Seguimos reforzando nuestra opinión
con lo que nos hace creer que estamos en lo cierto, sin
intentar comprender qué nos está queriendo decir nuestra
pareja, en qué opina diferente y hasta donde es más
importante tener la razón que nuestra relación.

18
http://editorialcirculorojo.com/el-arte-de-
no-amargarse-el-matrimonio/

También podría gustarte