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BACTERIAS AMBIENTALES

INTRODUCCIÓN
Las bacterias son organismos microscópicos unicelulares. Ellas se encuentran en
el agua, agua servida, suelo, aire, leche, plantas (frutas y vegetación), animales y
seres humanos (piel y tracto digestivo). Las bacterias se reproducen por fisión
binaria y se caracterizan por su forma, tamaño, y estructura. Bacterias individuales
tienen alguna de las siguientes formas: esféricas (cocci), cilíndricas (bacilo), y
espiral (espiral). Las bacterias se agrupan formando pares, racimos y cadenas.
Algunos ejemplos de bacterias que son importantes en el campo ambiental se
indican en la Tabla 1. Un diagrama esquemático de una bacteria se presenta en la
Figura 1. Algunas bacterias son capaces de rápidos movimientos en líquidos.
Algunas bacterias (bacilo o clostridium) forman esporas, las que representan la fase
durmiente o de descanso de la célula. Una célula normal y activa se denomina
vegetativa. Las bacterias que forman esporas pueden vivir en estado vegetativo por
muchas generaciones. Las esporas son extremadamente resistentes a ambientes
químicos o físicos adversos, lo que las hace muy difícil de eliminar. Estas bacterias
son muy comunes en el aire, suelo y agua.

Crecimiento y Muerte de Bacterias


Todos los organismos vivos tienen requerimientos nutricionales y físicos que deben
ser satisfechos para sostener sus vidas. Entre las diferentes especies de bacterias
existe una amplia variación en los requerimientos nutricionales y las condiciones
físicas que ellas pueden soportar. Ciertas bacterias crecen a temperaturas bajo los
0°C, mientras que otras lo hacen a cerca de 99°C. Algunas bacterias requieren
oxígeno, mientras que otras son afectadas por su presencia. Las bacterias se
dividen en dos grandes grupos tomando en consideración sus fuentes de energía y
carbono: heterotróficos y autotróficos. Las bacterias heterotróficas obtienen su
energía y carbono desde un compuesto orgánico o materia orgánica. Las bacterias
autotróficas usan dióxido de carbono como su fuente de carbón y obtienen su
energía desde la luz solar o a través de la oxidación de compuestos inorgánicos. Si
las bacterias autotróficas requieren luz solar como su fuente de energía ellas son
denominadas fotoautotróficas. Si ellas obtienen su energía a partir de la oxidación
de compuestos químicos inorgánicos, ellas son llamadas quemoautotróficas.
Además del carbono los requerimientos nutritivos incluyen nitrógeno, sulfuro,
fósforo, y trazas de elementos metálicos como el magnesio, calcio y fierro. La forma
en que estos elementos son obtenidos son muy variadas. Algunas bacterias pueden
“fijar” u obtener su nitrógeno desde la atmósfera, mientras que otras utilizan
compuestos inorgánicos como el amoniaco o los nitratos. Muchos factores físicos
pueden afectar el crecimiento de las bacterias. Entre otros: temperatura, ambiente
gaseoso, y el pH. Las bacterias pueden ser agrupadas de acuerdo al rango de
temperatura en el cual se desarrollan. Psicotróficas son aquellas bacterias que se
desarrollan entre 0°C y 30°C. Mesófilas son aquellas bacterias que se desarrollan
en el rango 30 a 40°C, mientras que las termófilas pueden soportar hasta 99°C.

Los gases más importantes involucrados en el crecimiento bacterial son el oxígeno,


para la oxidación aeróbica biológica, y el dióxido de carbono como fuente de
carbono para los autotróficos. Debido a la importancia del oxígeno se acostumbra
dividir las bacterias en grupos, de acuerdo a su necesidad de oxígeno libre o
molecular:
• Bacteria aeróbica que requiere oxígeno para su crecimiento.
• Bacteria anaeróbica que puede crecer sin oxígeno libre.
• Bacteria facultativa puede crecer con o sin oxígeno.
• Bacteria microaerofílica, la que crece en la presencia de muy pequeñas cantidades
de oxígeno.
Los adjetivos facultativa y obligada describen el grado de dependencia en una
condición particular. Así por ejemplo, una anaeróbica obligada es una bacteria que
no crecerá en presencia de oxígeno libre. El tercer factor que afecta el crecimiento
bacterial es el pH. La mayor parte de las bacterias muestra una tasa de crecimiento
óptimo en el rango de pH entre 6.5 y 7.5. Sin embargo, las bacterias son capaces
de desarrollarse en forma correcta con un pH entre 4.0 y 10.0. El crecimiento y
reproducción de las bacterias ocurre a medida que nutrientes son procesados e
incorporados como nuevo material de célula. El proceso reproductivo de la célula,
fisión binaria, es una característica del crecimiento bacterial. Las poblaciones
bacterianas pueden alcanzar altas densidades muy rápidamente. Las células
individuales se duplican a una tasa característica para cada organismo. Este
intervalo de tiempo se conoce como el tiempo de generación. El tiempo de
generación a 20°C alcanza a 20 minutos para escherichia coli, hasta algunas horas
para otras especies (11 horas para la nitrosomona europea). El crecimiento de una
población bacteriana se compone de una serie de fases. Durante la primera de ellas,
fase lag, las células se ajustan a su nuevo ambiente. Ellas pueden tener deficiencias
en ciertas enzimas y coenzimas por lo que durante esta etapa se produce la síntesis
de estos materiales. Al final de esta etapa se entra a la fase exponencial o
logarítmica, en la cual la población se duplica a intervalos regulares. Este es el
período de más rápido crecimiento bajo condiciones óptimas. Cuando el número de
células que son producidas iguala al número de células que mueren se establece
un equilibrio dinámico en el cual no existe un mayor crecimiento. Esta etapa se
denomina fase estacionaria y se debe a un agotamiento de algún nutriente. La fase
de muerte o declinación se alcanza cuando la tasa de destrucción supera la tasa de
crecimiento. En la Figura 2 se presenta un esquema que ilustra esta situación. Así
como es posible crear condiciones para el crecimiento óptimo de bacterias, es
también posible crear condiciones para su destrucción. La destrucción de la vida
bacteriana se denomina esterilización, mientras que la destrucción selectiva de
patógenos se denomina desinfección. La forma más simple de esterilización es
mediante un incremento en la temperatura por sobre 100°C. La desinfección se
consigue mediante el uso de agentes bactericidas químicos como el cloro, yodo y
ozono. Estos agentes destruyen la célula o partes de ella con lo que se evita su
posterior duplicación.
MARCO TEÓRICO
Dado el amplio y fundamental papel jugado por las bacterias en la descomposición
de la materia orgánica, tanto en la naturaleza como en las plantas de tratamiento de
aguas, deben conocerse bien sus características funcionales y fisiológicas por lo
que se hace necesario su estudio.

Las bacterias son microorganismos procariotas, unicelulares, cuyo material


genético se encuentra disperso en el citoplasma. Poseen una pared protectora que
las rodea y que a la vez les confiere características especiales.

Pueden ser móviles y muchas de ellas ante condiciones desfavorables pueden


formar estructuras de resistencia.

En el mundo hay millones de bacterias y estamos continuamente rodeados de ellas.


Las hay patógenas, inocuas y también beneficiosas para nosotros y gracias a su
estudio, se han llevado a cabo investigaciones en las cuales se ha descubierto la
importancia que poseen en el campo del agua.

Las bacterias tienen en el agua una vía perfecta de transmisión y, por lo tanto, se
han utilizado como indicadores ideales de contaminación.

A continuación se detalla algunos grupos de bacterias con importancia en la calidad


y estudio del agua.

Al grupo de bacterias coliformes pertenecen la familia de las Entero bacteriáceas


y se definen como el grupo bacteriano aerobio o anaerobio facultativo, que
fermentan la Lactosa con la producción de ácido y gas antes de 48 horas. Se
encuentran en el tracto intestinal del ser humano y cada persona evacua de 100.000
a 400.000 millones de coliformes por día, además de otras clases de bacterias. Los
coliformes no son dañinos para el hombre y, de hecho, son útiles para destruir la
materia orgánica en los procesos biológicos del tratamiento de las aguas residuales.

Desde hace mucho tiempo se han utilizado como indicador ideal de contaminación
fecal. Su presencia se interpreta como una indicación de que los organismos
patógenos pueden estar presentes y su ausencia indica que el agua se halla exenta
de organismos productores de enfermedades.

En las plantas de tratamiento de aguas residuales, quizás sea la única


determinación microbiológica que se realice, prestándose especial interés en los
porcentajes de reducción tras su tratamiento.

Los Streptococos fecales son bacterias anaeróbias o aeróbias facultativas,


conocidas como bacterias del ácido láctico. El hábitat natural de estos
microorganismos es el aparato digestivo de los animales de sangre caliente. Se han
utilizado, junto con los coliformes fecales, para diferenciar la contaminación fecal
humana de la de otros animales de sangre caliente. Se ha observado que la
cantidad de coliformes y streptococos fecales descargados por los seres humanos,
son significativamente diferentes de las cantidades descargadas por el resto de
animales. Así, la relación CF/SF contenidos en una muestra, puede usarse para
demostrar el tipo de contaminación, humana o animal.

CF/SF < 1 procedencia animal


CF/SF > 4 procedencia humana

Los Actinomicetos son bacterias Gram (+), normalmente no móviles pero si lo son
es por la presencia de flagelos. Estas bacterias producen olor a tierra mojada en el
agua, por lo que afectan a la calidad y la aceptación pública de los suministros
municipales de agua en muchas partes del mundo. Son uno de los olores más
difíciles de eliminar en las plantas de tratamientos convencionales. Los
actinomicetos crecen sobre material en descomposición, por lo que transforman una
gran variedad de residuos orgánicos complejos formando parte importante de la
población de lagos, ríos y suelos.

Los Pseudomonas son bacilos flagelados Gram (-) e incluyen un grupo de bacterias
muy heterogéneas de una amplia distribución en la naturaleza, capaces de degradar
una gran variedad de compuestos orgánicos. El grupo zooglea está formado por
bacterias que residen típicamente en aguas contaminadas y reactores aeróbicos de
residuos.

Las bacterias acidogénicas, acetogénicas y metanogénicas son muy


importantes en los procesos de digestión anaeróbia, donde la materia orgánica y los
fangos contenidos en el agua son convertidos, bajo condiciones anaeróbicas, en los
gases dióxido de carbono y metano. Este proceso se desarrolla con detalle en otros
artículos sobre la digestión anaeróbia. A continuación, se detallan algunos de los
géneros patógenos más conocidos relacionados con el agua:

 Género Shigella. Aunque la mayoría de las epidemias de shigelosis se


transmiten por alimentos contaminados o por contagio persona-persona,
también pueden ir vehiculadas por el agua potable. Esto se debe, con frecuencia,
a la interrupción accidental del tratamiento del agua, excretas transportadas por
inundaciones o por coincidencia de una vía de agua tratada con una que no lo
está como es el caso de las aguas residuales.
 Género Campylobacter. Bacteria propia de la flora intestinal de mamíferos y
aves, que puede ser aislada en las aguas con elevado nivel de contaminación
fecal.
 Vibrio cholerae. Microorganismo responsable del cólera, enfermedad diarreica
de leve a grave que está asociada a las epidemias de países en desarrollo
aunque también han aparecido en países en vías de desarrollo. Se trata de un
patógeno autóctono de aguas salobres y es posible que las aguas de los
estuarios contribuyan a la transmisión hídrica del cólera y a su persistencia en el
ambiente.
 Legionella. Estas bacterias se han visto implicadas en brotes a partir de 1947.
Estudios epidemiológicos han demostrado que se transmiten por el aire y que
están vinculados a ambientes húmedos. Los orígenes de la mayoría de los
brotes han sido el agua contaminada de las torres de refrigeración del aire
acondicionado o el sistema de distribución del agua potable.

Las bacterias, buenas aliadas de la ecología


Las bacterias pueden ayudarnos a cuidar el medio ambiente de muy diferentes
maneras. Desde la producción de energías alternativas que en ocasiones incluso
nos permiten deshacernos de nuestros desechos hasta, por ejemplo, la limpieza de
entornos contaminados a consecuencia de catástrofes ambientales.

Usos descontaminantes
El hallazgo se hizo en un vertedero de PET, uno de los plásticos más comunes para
la fabricación de botellas de uso alimentario, así como para la industria textil.

Cada año se producen millones de toneladas y su reciclaje representa un problema


por su dificultad. Sin embargo, el problema podría tener los días contados gracias a
Ideonella sakaiensis, una bacteria que convierte el PET en su principal fuente de
carbono.

A partir de ella, los científicos pueden diseñar enzimas que faciliten el reciclaje de
otros plásticos. Sus descubridores, científicos japoneses del Instituto de Tecnología
de Kyoto y la Universidad de Keio, ahora se enfrentan a la tarea de hacer servir esta
poderosa herramienta para degradar nuestros plásticos.

La degradación de petróleo es otra de las utilidades que las bacterias nos brindan.
También esta vez se partió de un descubrimiento, concretamente de la bacteria
Oleispira antartica RB-8, capaz de obtener carbono de los hidrocarburos.

Su metabolismo la convierte en un auténtico tesoro para limpiar zonas polares y


fondos marinos afectados por derrames de crudo. Aunque hay otras bacterias que
también resultan útiles para este mismo fin, su eficacia para resistir entornos de alta
salinidad y baja temperatura hacen de ella un gran descubrimiento.

La Lysinibacillus sphaericus también es de inestimable ayuda para la


descontaminación de aguas y suelos contaminados. Su uso lleva cosechando éxitos
desde hace más de cinco lustros gracias a su capacidad de acumulación de
hidrocarburos y metales pesados.

A su vez, tanto esta como otras cepas anteriormente se mostraron eficaces para
matar mosquitos sin necesidad de usar pesticidas, un peligroso vector de
enfermedades cuya gravedad se agudiza con el avance del calentamiento global.

Iluminación y biocombustibles
Si queremos iluminar la noche de la forma más "natural", lo suyo es recurrir a la
naturaleza. Sin ir más lejos, a bacterias bioluminiscentes. El proyecto Glowee es un
ejemplo de lo mucho que puede hacerse a partir de este fenómeno natural, en
concreto utilizando las bacterias que descomponen un conocido como luciferina.
Utilizándolas en la iluminación de carteles o escaparates han logrado sustituir la
electricidad por la bioluminiscencia. El proceso de generación de la misma se debe
a la utilización de las bacterias de enzimas para descomponer dicho compuesto,
liberando un brillo azul verdoso. Su potencial para la iluminación nocturna en
ciudades es enorme.

En otro orden de cosas, las bacterias también son claves para la producción de
algunos tipos de biodiesel. Los casos son muy diversos, así como los métodos
empleados. Uno de los más sorprendentes, inventado por la Universidad de
Michigan, en Estados Unidos, lo conocimos hace apenas una década.

Gracias a una encima enzima presente en un microbio que vive en el estómago de


las vacas, cuya función es ayudar a digerir pastos, es clave en la producción de
biodiesel. Según descubrieron estos investigadores, la enzima también puede ser
usada para transformar fibras de plantas en azúcares simples, cuya fermentación
es básica para generar etanol con el que alimentar vehículos.

Además del hallazgo, los investigadores han inventado un método para que las
plantas incluyan este enzima. El gran logro ha sido conseguir que ese gen que
fabrica la enzima pueda trasplantarse en la célula de la planta. Ello abre la puerta a
la fabricación de biocombustibles a partir de la totalidad de la planta, incluyendo lo
que tradicionalmente se desechaba.

El resultado es la reproducción del proceso que se lleva a cabo en el estómago de


las vacas para la obtención de una nueva técnica. Del mismo modo que las vacas
transforman las fibras vegetales o celulosa en energía mediante la intervención de
las bacterias, se consigue lo propio para así facilitar la fabricación de
biocombustibles.

Gracias a esta nueva técnica, se puede utilizar toda la planta y obtener un mayor
rendimiento sin que el precio se dispare. Muy al contrario, transformar la celulosa
en biodiesel implica la utilización de diferentes enzimas, que normalmente se
adquieren a un precio nada económico. Ahora, sin embargo, este coste se evita y
es posible fabricar etanol mucho más barato. Eso sí, para ello se tuvo que hacer un
concienzudo trabajo de laboratorio que resultó costoso. Finalmente, el éxito hizo
que valiera la pena.

Otros proyectos similares se basan en descubrimientos no menos sorprendentes.


La Universidad de Tulane, en Nueva Orleans, descubrió un método realmente
curioso para el reciclaje del papel. Gracias a la acción de una bacteria bautizada
como TU-103, con la celulosa del papel puede producirse butanol, un
biocombustible que se quema de forma limpia, con lo que se reducen las emisiones
de CO2.

La modificación de bacterias, por otra parte, permite su uso en sistemas de


producción de biocombustible que parecen ciencia ficción. Entre otros, nos permiten
acariciar el sueño de convertir la energía solar en combustible líquido.
El descubrimiento científico de Daniel Nocera, científico estadounidense de gran
prestigio, destaca frente a otros intentos similares. Sus constantes intentos por
encontrar combustibles viables inspirados en la fotosíntesis de las plantas
probablemente alcanza con éste su máxima expresión.

Se trata de un sofisticado sistema que aprovecha una bacteria modificada


genéticamente para convertir energía solar en biocombustible. Mediante la energía
solar se obtiene hidrógeno del agua en un primer paso. Es luego cuando entra en
acción la bacteria modificada de la especie Ralstonia eutropha, eficaz para
transformar el CO2 en isopropanol, un alcohol que luego debe convertirse en líquido
para su uso como combustible.

Su éxito daría lugar a una revolución energética planetaria. Por lo pronto, sin
embargo, es un descubrimiento científico. Su comercialización todavía está muy
lejos, pero el laboratorio de Nocera no deja de dar pequeños pero decisivos pasos
para perfeccionar este nuevo combustible.

El impacto de las bacterias en el medio ambiente (agua, suelo, y aire)


perjudiciales y beneficiosas
La bacteria llamada Rhizobium. Estas bacterias además de lasDestaca por ser
patógenas, inocuas ytambién beneficios como para nosotros. Se encuentra en
todos los hábitats terrestres, acuáticos e incluso en el aire Además su tamaño oscila
entre 1 y10 μm (micras, 1 micra = 0,000001 metro). Se estima que hay 40 millones
de células bacterianas en un gramo de nivel y un millón de ellas en un mililitro de
dulce.

En el suelo
Una de las funciones importantes de las bacterias en el suelo es Convertir el gas
nitrógeno del aire en nitratos y nitritos, ya que las plantas no pueden absorber gas
nitrógeno. Pero las bacterias anaeróbicas también pueden tener algunas
consecuencias negativas en el suelo,esta a su vez Producir toxinas que pueden
dañar las estructuras de las raíces de las plantas. Ejemplo:

Desulfovibrio:
Estas bacterias anaerobias proporcionan la energía necesaria para vivir a partir de
laTrasformación de compues tos con azufre. Como consecuencia del proceso,
produce ácido sulfridinco. Una sustancia que reacciona con el hierro y corroe las
cañerías de los desagües destruyéndolas en pocos años.

En el agua
Muchas formas de vida microbiana pueden existir en agua en tanto se satisfacen
las necesidades físicas ynutricionales adecuados para el crecimiento.

Cianobacterias:
son bacterias acuáticas que producen su propio alimento (compuestos orgánicos)
por medio de lafotosíntesis. Además, fijan nitrógeno, es decir, toman nitrógeno
gaseoso del aire y lo convierten enUn compuesto orgánico útil para las plantas. En
las aguas pantanosas donde crecen las cianobacteriass, se desarrolla bien el arroz.

En el Aire
La mayoría sobreviven en el aire durante un breve periodo de tiempo. La
supervivencia depende de: la humedad relativa, la temperatura. Oxígeno, materia
orgánica y radiaciones.

Rizobium: bacterias aerobias que forman simbiosis con ciertas plantas. Penetran
por las raíces y forman nódulos donde se fijan nitrógeno, un nutriente que es
aprovechado por la planta. A su vez, esta aporta compuestos orgánicos para el
desarrollo de las bacterias

CONCLUSIONES
 La bacteria es un microorganismo unicelular procarionte que puede provocar
enfermedades, fermentaciones o putrefacción en los seres vivos o materias
orgánicas.
 Las bacterias también pueden ayudarnos a cuidar el medio ambiente de muy
diferentes maneras. Desde la producción de energías alternativas que en
ocasiones incluso nos permiten deshacernos de nuestros desechos hasta, por
ejemplo, la limpieza de entornos contaminados a consecuencia de catástrofes
ambientales.
 Las bacterias pueden vivir en cualquier hábitat; incluso algunas especies
sobreviven en el espacio exterior. Estas características convierten a las bacterias
en el organismo más abundante del mundo: pueden convivir 40 millones de
células bacterianas en apenas un gramo de tierra.

BIBLIOGRAFÍA
 Bacterias. [consulta: 9 abril 2019]. Disponible en:
https://www.ambientum.com/enciclopedia_medioambiental/aguas/bacterias.asp
 Las bacterias buenas aliadas de la ecología. [consulta: 9 abril 2019]. Disponible
en: https://www.ecologiaverde.com/las-bacterias-buenas-aliadas-de-la-
ecologia-491.html
 Microbiología ambiental. [consulta: 9 abril 2019]. Disponible en:
file:///C:/Users/HP/Downloads/Tema2.06A_Microbiologia_Ambiental.pdf
 Bacteria. [consulta: 9 abril 2019]. Disponible en: https://www.ecured.cu/Bacteria

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