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EXPLOTACIÓN MINERA EN LOS CERROS ORIENTALES DEL SUR DE BOGOTÁ

D.C. ANÁLISIS DESDE LA TEORÍA DE LA JUSTICIA ESPACIAL

Andrés Leonardo Gómez Avellaneda

UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS


FACULTAD DE MEDIO AMBIENTE Y RECURSOS NATURALES
MAESTRIA EN DESARROLLO SUSTENTABLE Y GESTIÓN AMBIENTAL
JULIO DE 2015
EXPLOTACIÓN MINERA EN LOS CERROS ORIENTALES DEL SUR DE BOGOTÁ
D.C. ANÁLISIS DESDE LA TEORÍA DE LA JUSTICIA ESPACIAL

Andrés Leonardo Gómez Avellaneda


Trabajo presentado para optar al título de Magíster en Desarrollo
Sustentable y Gestión Ambiental

Directora:
Doctora: Yolanda Hernández

UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS


FACULTAD DE MEDIO AMBIENTE Y RECURSOS NATURALES
MAESTRIA EN DESARROLLO SUSTENTABLE Y GESTIÓN AMBIENTAL
JULIO DE 2015
Nota de aceptación

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Firma del jurado

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Firma del jurado

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Firma del jurado

Bogotá D.C. ____________________________________


A mi madre Aracelly,
A mi abuela Margarita,
A mi compañera incondicional Adriana,
A Mayerly, mi hermana,
A toda mi familia,
Y a todos los y las que imaginan y trabajan por un
mundo mejor.
Agradecimientos

En primer lugar a mi familia y a mis amigos por su apoyo y cariño permanentes en este
largo proceso.

A la Universidad Distrital Francisco José de Caldas y a todos sus maestros por su


labor, en especial a los y las maestras de la Maestría en desarrollo sustentable y
gestión ambiental por todas las enseñanzas, al maestro Jair Preciado por sus
orientaciones iniciales y a la maestra Yolanda Hernández por su acompañamiento, su
crítica constructiva, su exigencia, paciencia y orientación que contribuyeron en la
realización del trabajo investigativo.

A toda la comunidad de la localidad de Usme y en especial a la comunidad de Gran


Yomasa, de los barrios Tejares, Betania, Villas de Santa Isabel, El Curubo, Arizona,
Olivares, Manzanares, entre otros; por su participación e interés, sin ellos y ellas no
hubiese sido posible la realización de este trabajo de investigación.

A la Institución Educativa Distrital Los Tejares, sus estudiantes, directivos, personal de


apoyo y a todos (as) los maestros y maestras por su respaldo en el desarrollo de
diferentes actividades investigativas.
Contenido

CAPÍTULO 1. DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO ......................................................... 12


Introducción................................................................................................................... 12
Problema Investigación ................................................................................................. 14
Objetivos ....................................................................................................................... 16
Objetivo General ........................................................................................................... 16
Objetivos Específicos .................................................................................................... 16
Capítulo 2. Marco Teórico ............................................................................................. 16
Fundamentos teóricos ................................................................................................... 16
Desarrollo sostenible y minería en el sur de la ciudad. ........................................... 16
Justicia espacial y derecho a la ciudad para el sur de Bogotá ............................... 23
Minería de materiales de construcción en el contexto colombiano y urbano. ......... 26
Capítulo 3. Metodología ................................................................................................ 34
Enfoque cualitativo y estudio de caso ........................................................................... 35
Cartografía social como metodología para la identificación de impactos sociales y
ambientales ................................................................................................................... 38
Identificación de impactos ambientales y sociales ........................................................ 40
Clases de impacto ambiental. ................................................................................. 40
Árbol de impactos.......................................................................................................... 44
Entrevistas .................................................................................................................... 44
Encuestas ..................................................................................................................... 45
Observación directa ...................................................................................................... 47
Capítulo 4. El contexto .................................................................................................. 49
Los cerros orientales y las explotaciones extractivas desde un enfoque geohistórico .. 49
Formación de los cerros orientales. ........................................................................ 51
Los primeros habitantes y las primeras transformaciones: ..................................... 53
El pueblo Muisca: ................................................................................................... 53
Colonización, primeras explotaciones extractivas .................................................. 54
La República: nuevas técnicas de construcción e incremento de las explotaciones
extractivas .............................................................................................................. 56

VI
Siglo XX .................................................................................................................. 59
1950 – Actual. ......................................................................................................... 65
Usme (UPZ Gran Yomasa) ¿territorio minero? ............................................................. 68
Contexto histórico de la localidad de Usme: ........................................................... 69
Características generales. ...................................................................................... 69
Capítulo 5. Resultados y análisis .................................................................................. 79
Caracterización de la explotación minera de materiales de construcción en Gran
Yomasa (Usme) ............................................................................................................ 82
Tipo de explotaciones. ............................................................................................ 86
Legalidad – ilegalidad. ............................................................................................ 88
Categorías de análisis ................................................................................................... 90
Categoría: Implicaciones sociales, ambientales y económicas de la explotación
minera en Gran Yomasa (Usme). ........................................................................... 90
Categoría: Transformaciones urbanas asociadas a la explotación minera en Gran
Yomasa. ............................................................................................................... 115
Categoría emergente: Pasivos ambientales . ....................................................... 123
Categoría: el derecho a la ciudad y la justicia espacial en Gran Yomasa. ........... 125
Capítulo 6. Consideraciones finales ............................................................................ 139
Capítulo 7. Elementos para un análisis prospectivo .................................................... 142
Escenario 1: Presencia actividad minera .................................................................... 143
Escenario 2: Ausencia actividad minera y cierre de las informales ............................. 144
Capítulo 8. Conclusiones ............................................................................................ 145
9. Bibliografía .............................................................................................................. 148
Anexos ........................................................................................................................ 165

VII
Lista de Tablas

Tabla 1. Valores y criterios identificación de impactos………………………….………...44

Tabla 2. Categorías de análisis…………………………………………...………….…...…48

Tabla 3. Tipos de formaciones geológicas cerros orientales……………………….…….52

Tabla 4. Período histórico y transformaciones en Usme………………………….………71

Tabla 5. Análisis por dimensiones localidad de Usme……………………………….……73

Tabla 6. Matriz de resultados……………………………………………………………...…80

Tabla 7. Tipos de explotaciones……………………………………………………………..86

Tabla 8. Lista de control simple…………………………………………………...…………93

Tabla 9. Impactos identificados según su intensidad……………………………..………94

Lista de Figuras

Figura 1. Proceso de investigación ……………………………………………………...…37

Figura 2. Unidades de Planeación Zonal (UPZ) de la localidad de Usme…..…………78


.
Figura 3. Árbol de impactos ambientales..…………………………………………..….. 112

Figura 4. Árbol de impactos socioeconómicos………………………………………….. 114

Figura 5. Creencias instalación, éxito o fracaso actividad minera en Gran

Yomasa y en otras zonas………………………………………….……..……..138

Lista de Imágenes
Imagen 1. Leñadores…………………………………………………………………………54

Imagen 2. Plaza Mayor de Bogotá. Acuarela de Edward Walhouse Mark………….….57

Imagen 3. Plano de Bogotá………………………………………………………………….58

Imagen 4. Chapinero 1918…………………………………………………………………..60

VIII
Imagen 5. Estatuas de Colón y la Reina Isabel, con vista a los cerros orientales,
desde la avenida Colón, 1910……………………………………………….…….…61

Imagen 6. Cañón entre los cerros de Monserrate y Guadalupe, 1897………….………61

Imagen 7. El primer plan para Bogotá: Bogotá Futuro, 1923…………………….………62

Imagen 8. Funicular en el cerro de Monserrate…………………………………………....63

Imagen 9. Arrabales en EL Paseo Bolívar. 1930………………………………………….64

Imagen 10. Siembra del árbol década de 1940…………………………………………....65

Imagen 11. Ladrillera Los Tejares…………………………………………………………..83

Imagen 12. Industrias Gresqui…………………………………………………………….…83

Imagen 13. Fábrica de tubos Santa Isabel………………………………………...........…84

Imagen 14. Ladrillera abandonada Olivares…………………………………………….…84

Imagen 15. Explotaciones mineras en la zona (UPZ Gran Yomasa).............................85

Imagen 16. Frente explotación Ladrillera Yomasa…..………………………………….…95

Imagen 17. Frente explotación Ladrillera Los Tejares…………………………….………95

Imagen 18. Horno en proceso de producción ladrillera “Gresqui”………….……..……..97

Imagen 19. Vehículos de carga ladrillera Yomasa……………………….………..………97

Imagen 20. Estado de la quebrada Santa Librada………………………………….…..…98

Imagen 21. Eliminación cobertura vegetal, frente de explotación ladrillera Los


Tejares…………………………………………………………………..…….……....100

Imagen 22. Al fondo Parque Entrenubes, en la parte inferior


Industrias Gresqui…………………………………………….….…………….........100

Imagen 23. Urbanizaciones nuevas al costado sur de Parque Entrenubes……….….101

Imagen 24. Entrada al barrio Villas de Santa Isabel, al fondo frente explotación
ladrillera Los Tejares………………………………………………….………110

Imagen 25. Barrio Villas de Santa Isabel entre frente de explotación Fábrica de
tubos Santa Isabel e Industrias Gresqui………………………………….…110

IX
Imagen 26. Barrio Arizona, al fondo frente explotación ladrillera Los Tejares……..…110

Imágenes 27. ; 28. y 29. Realización mapas jóvenes…………………………………..116

Imágenes 30. y 31. Realización mapas adultos……………………………..………..…117

Imágenes 32. Y 33. Socialización mapas jóvenes…………………………………..…117

Imagen 34. Socialización mapas adultos mayores……………………………...……….118

Imagen 35. Socialización mapas adultos…………………………………………………118

Imagen 36. Mapa pasado adultos………………………………………………..………118

Imagen 37. Mapa pasado adultos mayores………………………………………………118

Imagen 38. Mapa pasado y presente adultos……………………………………...........119

Imagen 39. Mapa presente jóvenes……………………………………………………….119

Imagen 40. Mapa presente adultos………………………………………………………..119

Imagen 41. Mapa presente adultos mayores ………………………………………….…120

Imagen 42. Jóvenes……………………..…………………………………………………..120

Imagen 43. Adultos mayores…………………………...…………………………………..120

Imagen 44. Villas de Santa Isabel…………………………………………………………121

Imagen 45. Barrios La Peña, La Sureña, entre otros……………………………………121

Imagen 46. Barrios Olivares y Arizona………………………………………………….…122

Imagen 47. Barrios Tejares y Manzanares……………………………………………….122

Imagen 48. Urbanización Altos de Bolonia……………………………………………….122

Imagen 49. Nuevas urbanizaciones……………………………………………………….122

Imagen 50. Suelo de la ladrillera abandonada “Olivares”………………………….……124

Imagen 51. Desechos dejados por la ladrillera “Olivares”………………………………124

Imagen 52. y 53. Alteración del paisaje causado por la ladrillera abandonada…......

“Olivares” en inmediaciones al Paque Entrenubes……........................124

X
Imagen 54. Abandono de edificaciones de la ladrillera “Olivares”………………….….125

Imagen 55. Pozos formados por la explotación minera en inmediaciones


de la ladrillera Yomasa……………………………...........................………125

Tabla de Gráficas

Gráfica 1. Población encuestada ………………………………………………….……...…46

Gráfica 2. Edad población encuestada………………………………………………….….46

Gráfica 3. Principales ocupaciones población Gran Yomasa……………………………47

Gráfica 4. Percepción estado del suelo …………………………………………………....96

Gráfica 5. Percepción calidad del aire…………………………………….……………..…97

Gráfica 6. Percepción calidad fuentes hídricas…………………………………………....99

Gráfica 7. Percepción vegetación presente………………………………………………102

Gráfica 8. Percepción incidencia de enfermedades respiratorias……..……………….103

Gráfica 9. Percepción tránsito vehículos de carga por calles barriales………………..104

Gráfica 10. Percepción oferta de empleo…………………………………………………105

Gráfica 11. Percepción de la generación de desarrollo económico y social de la

actividad minera en la zona ……………...…………………………………107

Gráfica 12. ¿Por qué la minería no genera desarrollo económico y social en Gran

Yomasa?…………………………………….-………………………………..108

Gráfica 13. Percepción estado de las calles o carreteras………………………………109

Gráfica 14. Lugar de nacimiento población encuestada……...…………………………127

Gráfica 15. Razones cambio de domicilio personas………………..………………….128

XI
EXPLOTACIÓN MINERA EN LOS CERROS ORIENTALES DEL SUR DE BOGOTÁ
D.C. ANÁLISIS DESDE LA TEORÍA DE LA JUSTICIA ESPACIAL

CAPÍTULO 1. DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO

Introducción
La actividad minera genera importantes impactos sobre los territorios, convirtiéndose,
en una de las industrias más destructivas y contaminantes del mundo, debido a las
sustancias químicas que utiliza para procesar los minerales, pero también al desmonte
de vegetación y suelo, a la contaminación y desviación de fuentes hídricas, entre otros
(Padilla, 2010). En Colombia la industria minera se ha intensificado en los últimos años,
ya que es concebida como la estrategia por excelencia para acelerar el crecimiento
económico y que a su vez, generará desarrollo en las regiones y en todo el país, por
ello, es necesario prestar atención a la manera como esta actividad en los últimos
años, se ha desarrollado en Colombia (PND 2010-2014, 2011).

En Bogotá la actividad minera se ha concentrado en seis localidades (San Cristóbal,


Ciudad Bolívar, Rafael Uribe Uribe, Tunjuelito, Usme y Usaquén) y se especializa en
minería de materiales de construcción, (Cárdenas & Chaparro, 2004) la problemática
de la actividad se centra en la ilegalidad de un gran número de canteras y ladrilleras,
por ende sus impactos sociales y ambientales son más agudos y más difíciles de
controlar y atender. En la localidad de Usme donde se presenta la mayor cantidad de
explotaciones de canteras, 39 de 144 registros que se presentan en la ciudad,
(Cárdenas & Chaparro, 2004) se demuestra una situación similar, en donde la actividad
minera actúa en la ilegalidad principalmente.

En este contexto, el presente proyecto de investigación pretende problematizar y


abordar las siguientes cuestiones ¿cuáles son las implicaciones sociales y ambientales
de la minería en la población y el territorio de la UPZ-Gran Yomasa (localidad de
Usme)? y ¿cuáles son las transformaciones urbanas conexas a dicha explotación
minera? Para indagar estas problemáticas se propuso analizar las implicaciones
sociales y ambientales de la minería en la población y el territorio de Gran Yomasa, por
lo cual se caracterizó el territorio a través de los planteamientos de justicia espacial y
derecho a la ciudad, luego de ello se identificaron los procesos de producción de las
explotaciones mineras en la zona, se analizaron las transformaciones urbanas a causa
de la minería de materiales de construcción y por último se establecieron las
implicaciones sociales y ambientales de la actividad para la población y el territorio.

El presente proyecto de investigación beneficia a la comunidad de la UPZ Gran


Yomasa ya que reconoce y socializa los impactos sociales y ambientales de la

12
explotación minera en la zona y también las representaciones y nociones que posee la
comunidad sobre esta actividad. La investigación caracteriza el territorio como zona de
explotación minera y a su vez, describe los escenarios posibles en el marco de la
sostenibilidad ambiental para dar luces a una problemática que se repite
históricamente; desde esta perspectiva, es una referencia para planificadores,
instituciones, comunidades, entre otros, para el desarrollo de políticas y programas que
traten la problemática de la minería urbana.

Desde esta perspectiva, la Maestría en Desarrollo Sustentable y Gestión Ambiental,


aborda una de las problemáticas urbanas más importantes en la actualidad, que es la
minería en Bogotá; en este sentido la presente investigación problematiza y comprende
la relación entre la sostenibilidad ambiental del territorio y un fenómeno, como la
minería, que se repite históricamente en los Cerros Orientales de Bogotá D.C.

Para el desarrollo de la investigación se utilizó un método conocido como estudio de


caso, el cual se caracteriza por investigar la complejidad de un fenómeno en su
contexto, su objetivo es comprender el fenómeno para describirlo, analizarlo y
explicarlo, se basa en múltiples fuentes de evidencia y por último, permite extraer
conclusiones generales de un caso particular (Rovira, et al., 2004; Villegas, 2001).
Además se utilizaron varias técnicas y herramientas metodológicas entre las cuales se
destacan las encuestas, las entrevistas semiestructuradas, observación participante y
cartografía social, las cuales permitieron alcanzar los objetivos propuestos en el trabajo
investigativo.

El presente trabajo se compone de ocho capítulos, en el capítulo uno se describe el


proyecto en general, se presenta el problema y los objetivos de la investigación. En el
capítulo número dos se expone el marco teórico que sustenta el proyecto de
investigación, en el capítulo tres se explica la metodología utilizada, así como las
herramientas y técnicas de investigación llevadas a cabo. En el cuarto capítulo llamado
“El contexto” se realiza una breve reseña sobre los cerros orientales, la localidad de
Usme y la UPZ Gran Yomasa, en donde la investigación se efectúa. En el capítulo
cinco se presentan los resultados de la investigación y los análisis de los mismos, se
caracteriza el territorio bajo los planteamientos de la justicia espacial y el derecho a la
ciudad; se detalla y se caracteriza la explotación minera de materiales de construcción
que se desarrolla en el territorio; se analizan las transformaciones urbanas, así como
también, las implicaciones sociales y ambientales y económicas identificadas, debido a
la explotación minera que se realiza en Gran Yomasa. Para el sexto capítulo, unas
consideraciones finales respecto a lo encontrado, en el capítulo número siete se realiza
un ejercicio de prospectiva del territorio en Gran Yomasa describiendo dos escenarios
posibles y por último, en el capítulo número ocho se describen las conclusiones del
proyecto de investigación.

13
Las transformaciones urbanas asociadas a la minería son principalmente los procesos
de urbanización y transformación del paisaje y además de ello se encontraron fuertes
indicios de injusticia espacial y ambiental, respecto a la localización de la industria
minera, así como las cargas y costes que deben soportar el territorio y la población. Por
último, se hallaron cuatro pasivos ambientales que emergen luego del abandono de la
actividad minera en la zona.

Y por último, se presentan las conclusiones encontradas tras el desarrollo del proyecto
de investigación, en donde se describe principalmente la situación de justicia espacial y
ambiental encontrada en el territorio de Gran Yomasa, así como también la correlación
que se muestra entre pobreza, segregación social y localización de este tipo de
actividades. Se señala la situación de ilegalidad y débil institucionalidad minera como
condicionantes y agravantes de los impactos sociales y ambientales de la minería en la
zona, entre otros y se presentan dos escenarios proyectivos para el territorio de Gran
Yomasa.

Problema Investigación
La minería se ha convertido en uno de los temas más sensibles y polémicos en nuestro
país y en América Latina, no sólo por sus efectos ambientales sobre los ecosistemas,
sino también por los impactos sociales que genera. Encontrándose entre ellos
principalmente: cambio de uso de suelo, deterioro permanente del paisaje, eliminación
cobertura vegetal, entre otros (Delgado y Mejía, 2001). Entre los impactos que
podríamos llamar sociales se encuentran, el avance de la explotación hacia sectores
poblados, procesos urbanizadores ilegales alrededor de las explotaciones, exposición
por amenazas de carácter geodinámico, etc. (Cárdenas y Chaparro, 2004)

En los últimos años, la minería en el país ha entrado en el escenario político y


económico con gran fuerza, ya que se le reconoce como un sector que jalona el
crecimiento económico del país en concordancia con la amplia inversión extranjera y
las extraordinarias utilidades que genera dicha actividad. Desde esta perspectiva, el
boom minero en el país se ha propagado a todas las regiones encontrando terreno fértil
y haciéndose público con el anuncio del actual presidente Juan Manuel Santos de
convertir a la minería en una de las locomotoras del desarrollo, consiguiendo la
prosperidad de todos, más empleo, menos pobreza y más seguridad (Departamento
Nacional de Planeación, 2011).

La ciudad de Bogotá no ha sido la excepción a la explotación minera, la cual se


concentra en las localidades de San Cristóbal, Ciudad Bolívar, Rafael Uribe Uribe,
Tunjuelito, Usme y Usaquén, (Cárdenas & Chaparro, 2004) dicha explotación minera se
realiza principalmente en piedras, grava, gravilla y arena. Es importante resaltar que la
cadena productiva de dicha actividad (extracción, procesamiento y comercialización) es
la base para “la fabricación de hormigón, bases estabilizadas, morteros, cementos

14
asfálticos, entre otros usos civiles específicos.” (Cárdenas & Chaparro, 2004, p.19).
Los grandes problemas por lo que atraviesa la actividad minera en Bogotá son
primordialmente: la ilegalidad, la degradación ambiental y la sobreexplotación de la
mano de obra.

En este contexto la localidad de Usme, que posee buena parte de los Cerros Orientales
y gracias a sus formaciones geológicas, que se “caracteriza por presentar tres grandes
conjuntos rocosos, en los que predomina en su parte inferior un conjunto de areniscas
y areniscas guijarrosas (areniscas de la formación regadera), un conjunto medio que
contiene arcillas esquistosas y en la parte superior una capa de areniscas con
intercalaciones de areniscas y arcillas, en partes con incrustaciones de carbón”
(Cámara de Comercio de Bogotá, 2007, p. 15) se ha convertido en una de las zonas
predilectas para la explotación minera en la ciudad.

Gracias a las características geomorfológicas mencionadas anteriormente, en Usme se


han explotado arenas y gravas, lo cual ha sido la base productiva para los
constructores de la ciudad (vivienda, edificios, avenidas, etc.) evidenciando en sus
“lugares de origen los rastros y huellas vivientes de la destrucción en las canteras,
gravilleras, areneras, ladrilleras, que hacen parte del paisaje suburbano del área”
(Cámara de Comercio de Bogotá, 2007).

Por otra parte, hay que resaltar los procesos conexos a la minería, como lo son la
urbanización ilegal y los procesos de autoconstrucción de vivienda alrededor de
canteras y ladrilleras; generación de empleo inestable, en condiciones de alto riesgo y
sobreexplotación de la mano de obra; alteraciones y contaminación de fuentes hídricas,
contaminación auditiva y del aire, flujo vehicular de gran tonelaje por barrios
residenciales, entre otros. En la localidad se presenta la mayor cantidad de
explotaciones de canteras, 39 de 144 registros que se presentan en la ciudad, allí la
actividad minera actúa en la ilegalidad principalmente (Cárdenas & Chaparro, 2004).

Debido a las circunstancias descritas anteriormente, que se presentan en la UPZ-Gran


Yomasa, de la localidad de Usme frente a la minería, el presente proyecto de
investigación pretende problematizar y abordar las siguientes cuestiones, ¿Cuáles son
las implicaciones sociales y ambientales de la minería en la población y el territorio de
la UPZ-Gran Yomasa (localidad de Usme)? Y ¿Cuáles son las transformaciones
urbanas conexas a dicha explotación minera?

El estudio de caso aquí presentado intenta estudiar la particularidad y a su vez la


complejidad del proceso de la minería en la UPZ Gran Yomasa, de la localidad de
Usme, por lo cual el presente trabajo puede definirse como un caso de estudio
intrínseco, simple y explicativo.

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Objetivos

Objetivo General
Analizar las implicaciones sociales y ambientales de la explotación minera en la UPZ
Gran Yomasa para la población y el territorio.

Objetivos Específicos

 Caracterizar las explotaciones mineras presentes en la UPZ Gran Yomasa.

 Establecer las implicaciones sociales, ambientales y económicas de la actividad


minera en la UPZ Gran Yomasa.

 Identificar las transformaciones urbanas conexas a la actividad minera y las


representaciones proyectivas de la comunidad respecto al territorio en la UPZ Gran
Yomasa.

 Caracterizar el territorio y analizar el proceso de la minería en la UPZ Gran Yomasa


a través de los planteamientos de justicia espacial y derecho a la ciudad.

Capítulo 2. Marco Teórico

Fundamentos teóricos

Desarrollo sostenible y minería en el sur de la ciudad. La aparición del


concepto de desarrollo sostenible o sustentable emerge con el famoso y conocido
reporte Nuestro Futuro Común, allí se sostiene que es el desarrollo que “atiende las
necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las generaciones futuras
para atender sus propias necesidades”(p. 22)1 dicha noción sirvió como catalizador y
generador de consensos entre aquellos que atacaban la idea del desarrollo y aquellos
que la impulsaban, como lo afirma Palacio G. “le gusta a tirios y troyanos, a
ambientalistas y desarrollistas, a policías y ladrones, al Banco Mundial y las Ong's” (en
Ángel A., 1998 p.10). Por ello, dicha concepción es objeto de interpretaciones disímiles
y oportunistas con lo cual se ha convertido desde hace mucho tiempo en el contexto
para el debate entre la academia, el Estado, la sociedad civil, entre otros. Pero para
abordar el análisis de dicha concepción se debe tener en cuenta la noción de
desarrollo.

1Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo. Nuestro Futuro Común, en La gallina de los
huevos de oro. Cerec-Ecofondo. (1998).

16
El mito del desarrollo. El desarrollo es un concepto polisémico, debatible y
que representa diferentes significados dependiendo del ámbito de estudio y aplicación,
así como de los actores que participen en dicha construcción o difusión (desarrollados
o desarrollistas). Según Carrizosa (en Ángel A., 1998) la palabra desarrollo se utilizó en
dicho sentido desde hace 60 años, aunque Freud y Shumpeter la habían utilizado
desde la década de 1930 en un sentido muy distinto al que actualmente se utiliza, por
ejemplo “En Colombia, la palabra desarrollo era usada en los cuarentas para ordenar
copias de papel de rollo de películas, o para describir a una niña que llega a la
pubertad;…” (Ángel A., 1998, p. 51).

Al respecto, Escobar afirma que “…Se puede evidenciar que el contexto en el que se
esboza la teoría del desarrollo es a finales de los años 40 y comienzo de la década de
los 50, luego del fin de la Segunda Guerra Mundial y el comienzo de la Guerra Fría
entre Estados Unidos y la URSS” (Escobar, 1996. p. 62). Discurso que se origina en el
contexto de “… la consolidación de los Estados-nación, la emergencia de la Guerra
Fría y la necesidad del capitalismo de encontrar nuevos mercados…” (Monreal y
Gimeno, 2002, p.5).

Luego de ello, el concepto fue utilizado por el presidente de los Estados Unidos, Harry
Truman en su discurso de posesión, para bautizar a la más de la mitad de naciones del
mundo y sus habitantes como “subdesarrollados”, en un sentido político:

“Hemos de consagrarnos a un nuevo y decidido programa para lograr que los


beneficios de nuestro adelanto científico y de nuestro progreso industrial sirvan
también para el avance y crecimiento del mundo subdesarrollado” (Carrizosa, 2003,
p.103).

Esta noción ha tomado fuerza y también se ha mimetizado y adjetivado, hasta


convertirse en un discurso sobre el cual se han sentado las bases de las políticas
públicas para América Latina, como también se ha institucionalizado y profesionalizado
para poder implementar sus estrategias con el fin de buscar el progreso económico de
estas regiones “subdesarrolladas”.

De esta manera, el desarrollo fue una respuesta a la problematización de la pobreza


que tuvo lugar en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, que Escobar
(1996) señala como una construcción histórica que crea un espacio en el cual los
países pobres son conocidos, definidos e inventados y por lo tanto requieren un
análisis de los mecanismos que lo convierten en fuerza real y activa, estructurados por
forma de conocimiento y de poder y reconocidos como el tercer mundo. De esta
manera, el desarrollo se inscribió en los discursos políticos y académicos como la
panacea para las problemáticas presentes en Latinoamérica, Asia y África; se configuró
como la única salida y solución plausible para la pobreza en estas zonas. Era la única

17
vía posible para el progreso, el bienestar y el mejoramiento de la calidad de vida de la
población, el cual era realizable mediante el crecimiento económico sostenido.

Sin embargo, luego de más de setenta años de predicación del desarrollo y de la


implementación de sus estrategias de desarrollo, en el marco del capitalismo y los
procesos del neoliberalismo y globalización, no han logrado culminar ni llevar a cabo
sus objetivos y por el contrario han agudizado las problemáticas en Latinoamérica, es
innegable que se han profundizado las inequidades sociales, económicas y políticas de
sus pobladores, las cuales son causa de la degradación ambiental de los territorios y
de la pérdida cultural de las poblaciones.

En el caso de América Latina el desarrollo se da “en el marco de la abundancia de


recursos naturales que pretenden ser arrebatados a las comunidades, localidades y
regiones por los grandes intereses económicos nacionales e internacionales o al
servicio de estos, en donde el Estado normalmente como actor, juega del lado de los
usurpadores como en el caso del petróleo, el níquel, el carbón y las empresas de
energía” (Avellaneda A. 2007, p. 191). Como consecuencia de ello, mientras la
pobreza, la inequidad y la injusticia social se instalan en estas regiones sus riquezas
abandonan el territorio, para instalarse y hacer parte de la riqueza y el crecimiento
económico de los países autodenominados como desarrollados.

Desde esta perspectiva y para el caso colombiano la situación es aún más compleja, ya
que además, de las problemáticas mencionadas anteriormente, la violencia hace parte
de la dinámica social del país y es uno de los mecanismos utilizados por diferentes
actores (económicos, estatales, políticos, etc.) para instaurar e implementar, a toda
costa, el “desarrollo”, a su manera en regiones que pretenden resistirse a dicho
proceso y que buscan alternativas a ese “desarrollo” extractivista y depredador. Esto
permite que las problemáticas sociales como el desplazamiento forzoso, el
consecuente aumento de la población y la creación de cinturones de miseria en las
ciudades hagan parte de la realidad nacional, además los conflictos sociales y
ambientales que genera se incrementan en el tiempo.

Es en este contexto donde el desarrollo sostenible aparece como el concepto que por
un lado trata de pensar en la equidad de las generaciones futuras (aunque no de las
actuales) y por otro lado (aunque de manera muy ambigua) realiza un llamamiento para
pensar en los límites a un crecimiento que hasta el momento parecía ilimitado y
desmedido.

Desarrollo sostenible- sustentable. Tal y como lo definió el Informe


Brundtland, más conocido así por el apellido de la presidenta de la comisión, la
canciller noruega Gro Harlem Brundtland; el desarrollo sostenible o sustentable

18
propuesto en el informe Nuestro Futuro Común es un desarrollo que satisface las
necesidades de las actuales generaciones sin poner en riesgo la capacidad para que
generaciones futuras satisfagan las necesidades propias. Gracias a la creación del
concepto de desarrollo sostenible, éste se ha incluido en la retórica política,
empresarial y estatal y debido a la polisemia que genera el término sustainability, se ha
intentado proponer dos significados diferentes: sostenible o sustentable. 2 Ya que, el
concepto no posee traducción al español se puede traducir de las dos maneras,
sostenible o sustentable.

Al analizar dicho concepto se pueden encontrar elementos importantes, entre ellos un


componente ético, que hace referencia a la solidaridad con las generaciones futuras y
también un componente ecológico, relativo a la necesidad de que los ecosistemas se
mantengan o regeneren para las generaciones futuras (Ramírez, et al., 2004).

Es preciso afirmar que el desarrollo sostenible no deja de ser desarrollo y que el


adjetivo sustentable o sostenible que lo acompaña solamente lo hace para proporcionar
una serie de atributos o de características que permiten que el discurso desarrollista
permanezca indefinidamente. Desde esta perspectiva, el desarrollo sostenible afianza
la idea del desarrollo como única vía posible para el progreso y la consecución del
bienestar social, a través de la utilización “sostenible” de los recursos naturales
(Ramírez, et al., 2004)

No obstante, a pesar de que la definición del desarrollo sostenible aparece como


simple y de fácil comprensión, el concepto encierra incógnitas y preguntas relevantes
como ¿Qué necesidades deben ser atendidas? ¿Estas necesidades a las que se
refieren están asociadas a la utilidad o al bienestar humano? ¿Cuáles y cuántas
generaciones deben tenerse en cuenta? ¿Quiénes deben sostener o sustentar a
quién? ¿Qué sucede con las necesidades de las generaciones actuales? ¿Qué
necesidades deben priorizarse, con qué criterios? ¿Deben atenderse las necesidades
básicas insatisfechas (NBI) de la mayoría de los pobres o se debe tener en cuenta otro
tipo de necesidades? ¿Se debe priorizar y mantener las necesidades de consumo de
las élites minoritarias? (Arias, 2006; Foladori y Pierri, 2005 y Riechmann J. et al., 1995).

Con lo cual, el concepto crea muchos interrogantes y para poder acercarse a una
solución plausible se necesita tener en cuenta componentes políticos y éticos. Debido a
la sencillez y superficialidad del concepto, hace que éste genere consensos
generalizados ya que ofrece puntos fundamentales imposibles de rechazar como lo son
la protección de la naturaleza y la equidad social intergeneracional (Ramírez, et al,.
2004; Foladori y Pierri, 2005). Además, la unanimidad que genera esta noción no

2En el proyecto de investigación se utilizará el adjetivo sostenible, aunque es importante señalar que el
debate académico diferencia los dos, gracias a los conceptos de sostenibilidad y sustentabilidad, a los cuales
se hará referencia más adelante.

19
permite respuestas integrales a los interrogantes anteriores sino que, por el contrario,
elude responsabilidades y conlleva a la confusión y a un juego de suma cero, frente a
las problemáticas que presenta el Sur, debido a la aplicación del desarrollo desde hace
más de setenta años y actualmente con el arribo y despliegue mediático de un nuevo
concepto, como lo es, el desarrollo sostenible.

En este contexto, las organizaciones y Estados se autoproclaman sostenibles o


sustentables con el objetivo de reverdecer el desarrollo y las actividades de sus
organizaciones económicas y/o sociales y el concepto se ha convertido en el favorito
de empresarios y organizaciones financieras que permiten disfrazar y encubrir sus
actuaciones mediante el impacto mediático del sello del desarrollo sostenible (Mansilla,
2008 y Pascual, 2008).

Por otra parte, el desarrollo sostenible no pretende poner un límite absoluto al


crecimiento económico, al contrario para alcanzar el desarrollo sostenible es necesario
un crecimiento económico, con lo cual los economistas y desarrollistas han justificado
el crecimiento económico como eje fundamental del desarrollo sostenible y a éste
último lo han legitimado y aceptado como régimen de verdad o canónico; en donde los
recursos naturales (finitos y escasos) están subordinados a procesos aparentemente
infinitos e ilimitados como el crecimiento económico (Mansilla, 2008)

Racionalidad ambiental o racionalidad económica. En el contexto de la


globalización los seres humanos y la naturaleza son en esencia lo mismo: capital;
revelando la estrategia de incorporar la naturaleza en la racionalidad económica,
concentrándola en el orden económico, al promover un desarrollo económico sostenido
donde las únicas limitaciones, son las que las leyes del mercado le imponen. En
consecuencia, esta característica omnívora del mercado parece insaciable al tratar de
no solo poner precio a los recursos naturales para ser transados o convertirlos en
mercancía y, además a características de la vida humana, como la cantidad de ocio
que se tiene, la cantidad de hijos que se tenga, el tiempo que se tiene en familia, etc.
en este sentido, se habla de capital natural o capital humano, y en el mercado
neoliberal es importante y trascendental introducir a la naturaleza en esta lógica con el
fin de poder administrar y gestionar los recursos naturales de América Latina, Asia y
África; ya que, al no poder hacerlo mediante la colonización violenta y bárbara utilizada
siglos antes, los nuevos imperios económicos se valen de mecanismos más sutiles y
tecnificados que procuran un gran control (político y económico) de los recursos para
su crecimiento económico sin fin, bajo la batuta del desarrollo sostenible en el marco de
la globalización.

20
En esta dirección se propone que quien contamina paga, que quien quiera explotar y
utilizar ciertos recursos debe pagar, pero también podría llegarse a pensar que quien
tenga con quien pagar puede tener acceso al agua potable, que quien tenga la
suficiente cantidad de dinero puede o no ingresar a un parque natural, que quien tenga
dinero en su cartera puede acceder a ciertos alimentos; por ello, la obsesión del
mercado por internalizar la naturaleza es importante, porque sería el gran logro de la
racionalidad económica regular quien puede o no a través de los mecanismos de valor
y precios acceder a los recursos naturales. El neoliberalismo ambiental propone así
asignar precios de mercado, valores y derechos de propiedad a la naturaleza,
prometiendo que el mercado se encargaría de regular la economía, activar el
crecimiento económico, equilibrar a la ecología y dar equidad a la sociedad y lo hace a
través del desarrollo sostenible que asegura que la destrucción ecológica no se debe a
las fallas e imperfecciones del mercado, sino más bien a la ineficacia y corrupción del
Estado (Leff, 2008, p. 34).

En consecuencia, Enrique Leff propone un cambio de racionalidad de la económica a la


ambiental, en donde la racionalidad económica capitalista se asocia a una racionalidad
científica que pretende aumentar el control social sobre la realidad y una racionalidad
tecnológica que afirma la eficiencia progresiva entre medios y fines. Esta racionalidad
se funda en el principio de escasez y es dirigida por una mano invisible proveniente de
las fuerzas del mercado que sobreexplota los recursos naturales con el fin de aumentar
la producción de bienes (Leff, et al., 1994).

Su contraparte la racionalidad ambiental se define como el “ordenamiento de un


conjunto de objetivos, explícitos e implícitos; de medios e instrumentos; de reglas
sociales, normas jurídicas y valores culturales, de sistemas de significación y de
conocimiento, de teorías y conceptos; de métodos y técnicas de producción” y que
tiene, como fin complejizar los procesos naturales y enarbolar las identidades culturales
con el fin de construir una alternativa al discurso de la sostenibilidad y proponer
acciones para prevenir la degradación ambiental (Leff, et al,. 1994).

Leff propone la deconstrucción de la racionalidad económica para la construcción de


otra racionalidad (ambiental) fundada en principios y valores que complejicen la
cuestión ambiental y los procesos ecológicos de la naturaleza. Que integre los valores
de la diversidad cultural, los potenciales de la naturaleza, la equidad, entre otros (Leff,
2010). Por último, Leff plantea que la racionalidad ambiental se construye mediante la
articulación de cuatro niveles: una racionalidad sustantiva que se refiere al sistema
axiológico; una racionalidad teórica para construir los conceptos que articulen los
valores de la racionalidad anterior; una racionalidad técnica o instrumental referido al
sistema tecnológico, procedimientos jurídicos y medios ideológicos y políticos; y por
último, una racionalidad cultural que se entiende como el sistema de significaciones de
las diferentes formaciones culturales (Leff, et al., 1994).

21
En este contexto surgen los conceptos de sostenibilidad y sustentabilidad como
conceptos fundamentales para el desarrollo sostenible. El concepto de sostenibilidad
se puede definir “como una propiedad inherente de un proceso que lo hace perpetuo en
un sistema dado” (p. 28) (Carrizosa, en DNP, Ministerio de Agricultura y Desarrollo
Rural y IICA, 1998). Este discurso “ha llegado a afirmar el propósito y la posibilidad de
lograr un crecimiento económico sostenible a través de los mecanismos del mercado…
en donde la noción se ha ido divulgando y vulgarizando formando parte del lenguaje
oficial y común” eludiendo las propiedades ecológicas de los ecosistemas para la
apropiación y transformación capitalista de la naturaleza (Leff, 2010) que es lo que en
la actualidad sucede; en donde la palabra es usada indistintamente para referirse o
para justificar el desarrollo a toda costa.

Por su parte la sustentabilidad cobra relevancia y es usada para describir las


propiedades de un sistema sustentable, propiedades como la sustentabilidad social,
ecológica, cultural, política, ética y económica, hacen parte de este concepto, en este
sentido Gudynas (2011), afirma que debido al éxito alcanzado por el concepto de
desarrollo sostenible en amplios sectores, “la palabra “sustentabilidad” se independizó
de sus raíces en la ecología, quedando teñida de una pátina desarrollista, y ahora se la
puede ver en usos insólitos, como la “sustentabilidad social” o el “crecimiento
económico sostenido”.” (Lang y Mokrani, 2011).

Pero en realidad ¿qué debe sustentarse o sostenerse? Como lo afirma Foladori y


Tomassino (2000)

“Sustentabilidad, en términos literales, significa continuación a través del tiempo…


Cuando este término se agrega al de desarrollo se supone que lo que debe
sustentarse es el desarrollo” con lo cual se volvería al mismo punto, ya que lo que
se piensa sustentar es en sí el crecimiento económico, e igualmente es necesario
detenerse a pensar que “no es sólo el cómo no sostenemos esta problemática
mundial, sino quiénes la sostienen a favor de otros, lo cual denota que existe una
relación de poder que está demarcada por ‘efectos de verdad’ en las políticas
prescritas en torno al nuevo desarrollo” (Sepúlveda, 2006),

teniendo como punto de partida las relaciones Sur-Norte en la región y en el mundo,


desde esta perspectiva sostenibilidad y sustentabilidad son similares.

No obstante, Leff propone una diferenciación entre sostenibilidad y sustentabilidad,


afirmando que la sostenibilidad es un discurso que afirma la posibilidad de lograr un
crecimiento económico ilimitado sobre la base de unos recursos naturales finitos y que
se relaciona con el concepto de desarrollo sostenible, por su parte, la sustentabilidad
es un paradigma alternativo que replantea el papel del proceso económico en donde
los recursos naturales reconstruyen y se convierten en la base de una nueva

22
racionalidad productiva, racionalidad que se constituye a partir de la productividad de
la naturaleza, la democracia participativa y la diversidad cultural, así como respuesta al
actual pensamiento neoliberal ambiental que intenta incluir a la naturaleza y la cultura
en la lógica del capital (Leff, 2010).

Justicia espacial y derecho a la ciudad para el sur de Bogotá. La noción


de justicia espacial, se podría decir que viene precedido al de justicia social, según
Harvey (1977), esta última comenzó a ser tratada por diferentes autores en las décadas
de 1960 y 1970 como Rawls, Rescher y Runciman, por otra parte, Musset (2009)
agrega que la noción de justicia espacial se comenzó a desarrollar precisamente con
los trabajos pioneros de John Rawls y David Harvey. El concepto de justicia espacial
comenzó a fundamentarse sobre la base de las relaciones existentes entre justicia
social y el territorio y como se demarcaban territorialmente las injusticias en
comunidades enteras.

Según Musset (2009), en la década de 1980 Alain Reynaud establece también una
relación entre justicia y territorio para lo cual determina que el territorio es codiciado por
su valor económico y por ende es necesario una justicia espacial en los procesos de
desarrollo. Ya para la década de 1990 y 2000, los autores estadounidenses y europeos
comienzan a interesarse más en esta noción, es así como aparecen autores como Iris
M. Young y Edward Soja quienes plantean una justicia para disminuir las
desigualdades sociales mediante políticas planteadas “desde arriba” (Musset, 2009).

Para Musset (2009, p. 63) el concepto de justicia es fundamental para poder legitimar o
criticar cualquier política de ordenamiento territorial o de desarrollo económico, este
concepto permite a su vez poner de manifiesto las desigualdades de una población
frente a las desigualdades sociales y económicas, la segregación social y espacial, el
bajo acceso a los bienes comunes de la sociedad y como es en el caso de Usme el
peso de llevar a cuestas una actividad extractiva que genera impactos ambientales y
sociales en el territorio, para que la urbanización de la ciudad se mantenga y siga
creciendo.

En esta dirección Harvey (1977) plantea la problemática que se deriva de la gestión


territorial en distintas dimensiones de escala, ya que una distribución justa de los
recursos a una escala no supone la distribución justa a otras escalas como la local,
comunitaria o individual, por lo tanto pone énfasis en la distribución de recursos. Desde
esta perspectiva, Harvey (1977) establece unos criterios para la asignación de recursos
escasos en un territorio de modo tal que la justicia social en el territorio sea la máxima,
por lo cual identifica primero ocho criterios: igualdad innata, valoración de los servicios
en función de la oferta y la demanda, necesidad, derechos heredados, mérito,
contribución al bien común, contribución productiva real y esfuerzos y sacrificios. No

23
obstante, elige y desarrolla tres criterios que para él son la esencia de la justicia social
en un territorio y son el de necesidad, contribución al bien común y mérito.

Para Harvey (1977), la justicia social territorial se define como: “la distribución del
ingreso debería ser tal que: a) sean cubiertas todas las necesidades de la población
dentro de cada territorio; b) sean asignados recursos a fin de minimizar los efectos
multiplicadores regionales [reforzamiento de las externalidades positivas], y c) sean
invertidos recursos suplementarios para contribuir a superar dificultades especiales
provenientes del medio físico y social. Los mecanismos (institucionales, organizativos,
políticos y económicos) deben ser tales que las perspectivas de los territorios menos
aventajados sean los más favorables posible. (Harvey [1973] 1977, citado por Santana,
(2012)).

La justicia social se fundamenta según Musset (2010) en que emerge a causa de las
desigualdades que se experimentan como injusticias y que son capaces de movilizar a
los afectados, es por ende, ese componente político que ha adquirido la justicia
espacial, que lo hace tan importante en la actualidad. Es por ello, “que surge la
necesidad de buscar derechos, espacios y procesos sociales utópicos, y por
consiguiente una mayor justicia, a pesar de estar vigentes las condiciones que
perpetúan diversas desigualdades” (p. 471) en este contexto, surgen conceptos como
el de derecho a la ciudad y justicia ambiental.

Desde la geografía cuantitativa contemporánea, se define a “la justicia espacial’como


la óptima distribución espacial de las infraestructuras deseables; mientras que la
“justicia ambiental” representa la adecuada repartición de las infraestructuras no
deseables.” (Santana, 2012. p. 80). Una de las propuestas más amplias y recientes
sobre justicia espacial es la presentada por Soja (2008), en su libro Posmetrópolis y
más adelante (2010) en su libro Buscando la justicia espacial, allí Soja advierte que la
justicia espacial no reemplaza la justicia social, sino que se privilegia el espacio como
“categoría de análisis válida para interpretar tanto las condiciones que producen
injusticias, como los conflictos que surgen por la búsqueda de una mayor justicia”
(Santana, 2012. p. 81).

Desde esta perspectiva, la justicia espacial “es una forma de interpretación geográfica
de la justicia, (pero también) un elemento para la acción política, (y además tiene): una
dimensión concreta y material (espacio percibido), una dimensión abstracta relacionada
con los discursos e ideas (espacio concebido) y otra dimensión vivencial (espacio
vivido)” (Santana, 2012. p. 81). Soja (2010) distingue entre las injusticias espaciales sin
consecuencias y las injusticias espaciales con consecuencias, y son estas últimas
sobre las cuales se debe teorizar y actuar, estas injusticias espaciales tienen un
carácter multiescalar; en las geografías exógenas (de carácter global), mesogeografías
(o escalas regionales) y geografías endógenas.

24
Entonces, la justicia espacial es “la búsqueda social y geográfica de un amplio espectro
de derechos económicos, sociales y culturales... es en sí un ideal urbano, proveniente
de luchas e ideas surgidas dentro del amplio espectro de las potencialidades de la vida
urbana….en cuanto al concepto del derecho a la ciudad, de Lefebvre, Soja menciona
que es equivalente…” (Santana, 2012. p. 82).

Respecto a este último punto, Acebedo (2013 p. 10), afirma (citando a Lefebvre, 1969)
que el derecho a la ciudad se entiende como “la proclamación y la realización de la vida
urbana como reino del uso” desprendido del valor de cambio. Siguiendo a Lefebvre,
(1969) “El derecho a la ciudad no puede concebirse como un simple derecho de visita o
retorno hacia las ciudades tradicionales. Sólo puede formularse como derecho a la vida
urbana, transformada, renovada” (p. 138).

Desde esta perspectiva, según Castellanos (2009), todos los derechos se alojan y se
desarrollan en la ciudad, por ello, el derecho a la ciudad se puede considerar como un
supraderecho porque es en él, en donde se contextualizan los demás derechos
(derecho a la vida, la intimidad, la seguridad, la libertad, la igualdad, la educación, el
trabajo, la vivienda, la salud, la familia, entre otros). Y agrega que el derecho a la
ciudad es “la integración de los derechos en el espacio de vida y en la producción de
territorio, …como un objeto jurídico de naturaleza múltiple” (p.45), ya que es en la
ciudad en donde los demás derechos se hacen plausibles.

Derechos que a su vez, se desarrollan en el marco de un “sistema de producción


dominante (que) propicia la creación y destrucción de estructuras urbanas… (ya que)
resulta funcional a la aceleración de la circulación de capital; proceso crucial para la
acumulación y reproducción del capital a través de la proyección sobre el espacio
urbano” Paulsen (2011. p. 32). Siguiendo a Paulsen quien cita a Lefebvre, menciona
que la ciudad es un espacio urbano “asaltado por los intereses del capital”, es usurpada
de sus verdaderos dueños: “la gente”; lo que Lefebvre critica abogando por posicionar
al ser humano como elemento fundamental y principal, como protagonista de la ciudad
que él mismo ha construido a lo largo de la historia” (p. 40).

En este sentido, el derecho a la ciudad es el “derecho a transformar la ciudad en algo


radicalmente distinto” en donde las personas puedan “hacer ciudad” de acuerdo a las
necesidades humanas, donde el ser humano es el principal protagonista y actor en la
construcción y deconstrucción de la misma, donde se pueda hacer ciudad por y para el
ser humano, teniendo la posibilidad de usufructuar colectivamente los recursos
materiales y simbólicos que la ciudad ofrece, gracias a los espacios urbanos (Harvey,
2008; Paulsen, 2011.)

El caso de la localidad de Usme se debe analizar como resultado de un proceso


histórico con determinantes sociales, culturales y ambientales que hicieron de este

25
territorio propicio para la actividad extractiva minera y la expansión urbana de la ciudad,
principales procesos de producción que impactaron significativamente a la población y
el territorio y que ampliaron las desigualdades sociales y espaciales entre la élite de la
ciudad y la comunidad de la localidad de Usme segregándola social y espacialmente.

Minería de materiales de construcción en el contexto colombiano y


urbano. Colombia es uno de los países que cuenta con una gran riqueza mineral
debida en gran parte a la confluencia geológica del Sistema Andino y el Sistema de
Guyana, lo que permitió unas condiciones adecuadas para la extracción de diferentes
materiales por los habitantes que han poblado el territorio, desde las comunidades
precolombinas, pasando por la sociedad colonial, y las sociedades de los siglos XIX y
XX, hasta la actualidad.

Las raíces históricas mineras en el contexto colombiano. La minería en


Colombia ha estado presente desde el desarrollo de las comunidades precolombinas
dichas sociedades, extraían distintos materiales, como por ejemplo el oro, el cual fue
incorporado a su cosmología y se convirtió en un componente indispensable para las
etnias de los antiguos territorios colombianos (Villamil, 2007).

Luego, durante la colonia, las comunidades indígenas son despojadas de sus tierras,
así como también de su oro, por lo cual son esclavizadas para realizar la explotación
minera y con ello se comienza a crear una industria extractiva que va a definir en gran
parte la configuración social y cultural del país, ya que se hizo necesario traer esclavos
africanos para que trabajaran en las minas, en parte por su fortaleza física, por sus
tecnologías de exploración y explotación minera y en parte al aumento de la mortalidad
de la población indígena (Fierro, 2012).

Gracias a la industria naciente se destruyeron culturas ancestrales, convirtiendo a


muchos indígenas y esclavos africanos en mineros por la fuerza, dejando de lado sus
propias actividades agrícolas, recolectoras o de caza (Villamil, 2007). Todo el oro fue
enviado a España y por vía piratería a Inglaterra, impulsando el desarrollo industrial de
Alemania, Francia e Inglaterra, mientras que en la nación no se realizó ninguna
inversión para mejorar el proceso de extracción, ni tampoco ninguna innovación
tecnológica (Villamil, 2007; Fierro, 2012).

Luego, en la Independencia, a mediados del siglo XIX, se comienza el proceso de


tecnificación en la industria con la llegada de las primeras dragas, y Colombia pasó a
ser uno de los principales productores de oro de la mano de los primeros inversionistas
extranjeros de origen inglés y alemán principalmente, ya que en Europa se empezaban
a conformar los primeros monopolios económicos en el sector (Villamil, 2007; Fierro,
2012).

26
En este contexto y con la naciente República, se expide el primer estatuto minero de
alcance nacional; el gobierno de Núñez expide el Código de Minas del Estado
Soberano de Antioquia el cual se adopta para toda Colombia (Poveda, 2005).

En el siglo XX, el petróleo repunta como una de las principales materias primas en el
mundo y en Colombia las piedras preciosas siguen siendo el material de explotación
por excelencia. Por ese entonces:

En 1920 comenzó a perforarse en Barrancabermeja para producir petróleo. En 1930 y


1937 aparecieron las dos primeras cementeras que iniciaron la explotación de
yacimientos de calizas. En 1941 se llegó al punto máximo de producción de oro, que
desde entonces entró en un largo período de declinación, pero, en compensación,
comenzó a aumentar la de minerales no metálicos de uso industrial: azufre, calizas,
arcillas, cuarzo, yeso y otros… Entre 1950 y 1990 el aporte de la minería (incluyendo el
petróleo) al producto bruto interno del país permaneció por debajo del 5 %. En 1971
Estados Unidos liberó el precio en dólares del oro (que era desde 1934 de 35 dólares la
onza troy) y la minería de este metal volvió a reanimarse. Y a mediados de los años
ochentas comenzó la exportación en grande de carbón de El Cerrejón…. Pese a todo,
renglones como el carbón, el cobre, el petróleo, el gas natural y el mismo oro siguen
ofreciendo un gran potencial de riqueza para el país, si aprendemos a aprovecharlos
bien (Poveda, 2005).

Para esta época el Estado Colombiano también hace parte de esta industria minera,
con la presencia de Minercol y Carbocol, grandes empresas que sacan provecho en
esta actividad, pero en el Siglo XXI por presión del Banco Mundial, se liquidan estas
empresas para darle a paso a transnacionales y emporios mineros extranjeros (Villamil,
2007).

En este contexto, Colombia se ha convertido en uno de los grandes exportadores de


esmeraldas, oro, carbón, níquel, platino y petróleo; con presencia de diferentes
compañías extranjeras como lo son: BHP Billinton Inc., la Anglogold, Glencore, Xtrata,
Drummond Company, Greystar, Corona Goldfields, Holcim, Cemex, la Muriel Mining
Company, Cambridge Mineral Resources PLC, Miniatura, Vale, Votorantim, Continental
Gold Ltd., Ventana Gold Corp., Mega Uranium Ltd., Caribean Copper and Gold Inc.,
Anglo American PLC, Grupo de Bullet S.A., Rio Tinto PLC, Windy Knob Resources Ltd.,
Frontier Pacific Mining Corporation, Galway Resources. (Idárraga, et al., 2010; Villamil,
2007).

Hoy en día el ferroníquel que se produce en Colombia es uno de los mejores en el


mundo y el PIB minero-energético, que incluye minería, petróleo, energía eléctrica y
gas, pasó de US$8.289 millones en el año 2000 a más de US$55.000 millones en el
2012, multiplicándose casi por 7 durante estos 12 años. Gracias a los precios altos en

27
productos como el oro, el carbón y el níquel. Y la participación del sector en el PIB total
aumentó al pasar de un 8% en 2000, a casi un 15% en 2012 (ANDI, 2012).

La regulación legal colombiana a la actividad minera. Es necesario


mencionar aquí la expedición del Código Nacional de Recursos Naturales (CNRN) en
1974 (Decreto 2811), que fue la respuesta de Colombia a los acuerdos realizados en la
Conferencia de Estocolmo sobre Medio Ambiente Humano, que se había realizado dos
años antes (Rodríguez, 2004) el cual se convirtió en la primera ley ambiental que se
promulgó en toda América Latina, dando inicio a la inclusión en el marco jurídico de
cada nación latinoamericana de este tipo de legislación (Fierro, 2012).

Este Decreto 2811 de 1974 (Código Nacional de Recursos Naturales), es el marco


legal en donde se encuentra la normatividad referente a los recursos naturales en
Colombia, por lo tanto, la actividad minera se sujeta a sus disposiciones en lo referente
a la utilización, manejo y explotación de los diferentes recursos naturales. En este
sentido, el Código tiene por objeto “Prevenir y controlar los efectos nocivos de la
explotación de los recursos naturales no renovables sobre los demás recursos”. Y
además en el artículo 39° se mencionan unas condiciones o requisitos con el fin de
“prevenir y controlar los efectos nocivos que puedan producir en el ambiente el uso o la
explotación de recursos naturales no renovables”.

Desde esta perspectiva, es importante referirse aquí al Código de Minas de 2001 o Ley
685 de 2001, el cual aún se encuentra vigente, ya que éste había sido modificado por
la Ley 382 de 2010 en diferentes aspectos como lo son la modernización de la
industria minera, la promoción de la inversión y la agilización de los trámites de
obtención de títulos mineros. Aunque también introducía la prohibición de la actividad
minera en zonas de páramo, reservas forestales protectoras y los humedales Ramsar,
las cuales no estaban excluidas de la minería el Código de Minas de 2001 (Rubiano,
2012).

Luego de promulgada esta ley fue demanda ante la Corte Constitucional, pues no hubo
consulta previa con comunidades afrodescendientes ni indígenas, paso obligatorio,
porque dichas comunidades se ven afectadas por la actividad minera y el 11 de Mayo
de 2011 la Corte Constitucional en su Sentencia C-366, declaro inexequible la Ley
1382 de 2010 por haber omitido la consulta previa. No obstante, debido a la
importancia en materia ambiental de la ley la Corte ordenó mantenerla vigente por dos
años para que se realizará la consulta y así proteger ecosistemas estratégicos, dicho
plazo se cumplió el pasado 11 de mayo de 2013 y la ley quedó sin efecto alguno.

Según Álvaro Pardo (Director de Colombia Punto Medio) y Andrés Bermúdez


(Periodista del Portal lasillavacia.com) la caída de la Ley 1382 de 2010 y la
resurrección del antiguo Código de Minas (Ley 685 de 2001), tiene efectos

28
trascendentales en la explotación minera y el impacto ambiental que genera, dichos
efectos son los siguientes: los títulos mineros se podrían obtener más fácil, sin ningún
requisito más que la cédula de ciudadanía; las prórrogas y renovaciones de las
concesiones a empresas, serán casi que un derecho adquirido y el gobierno pierde
capacidad para hacer exigencias en aspectos técnicos, económicos, sociales y
ambientales; la formalización de los mineros ilegales queda en un limbo, pues el
proceso que se venía realizando era bajo la Ley 1382 de 2010 que quedó sin efecto
alguno.

Otro aspecto, es que aunque páramos y parques naturales quedan protegidos de la


explotación minera, esta protección es transitoria, pues es vigente gracias al Plan
Nacional de Desarrollo del actual presidente y dependerá del siguiente gobierno y una
situación similar presentan las áreas de reserva estratégica minera como el Amazonas.
En cuanto a aspectos laborales, queda sin piso la cláusula de cancelación de contratos
a empresas que contraten menores de edad y solamente quedan expuestas a
sanciones económicas. Como respuesta a todos estos efectos el gobierno ha
planteado la necesidad de expedir decretos para regular temas particulares como los
mencionados anteriormente.

En este contexto la Ley 685 de 2001, es la que se encuentra vigente y en ella se tiene
como principales objetivos “de interés público fomentar la exploración técnica y la
explotación de los recursos mineros de propiedad estatal y privada; estimular estas
actividades en orden a satisfacer los requerimientos de la demanda interna y externa
de los mismos y a que su aprovechamiento se realice en forma armónica con los
principios y normas de explotación racional de los recursos naturales no renovables y
del ambiente, dentro de un concepto integral de desarrollo sostenible y del
fortalecimiento económico y social del país.” El Código de Minas de 2001, presenta 362
artículos que regulan toda la actividad minera en el país, de acuerdo a este Código y
según sus objetivos esta actividad se realizará en el marco del concepto de desarrollo
sostenible y del fortalecimiento económico del país, en donde la segunda se convierte
en una premisa fundamental hasta el punto de nombrar actualmente dicha actividad
como la locomotora minera que jalona el crecimiento económico del país.

Como lo menciona Álvaro Pardo en su artículo “Resurrección del viejo código de


minas” (para la revista digital Razónpublica.com) otro aspecto relevante es el Decreto
0934 del 9 de Mayo de 2013, en el cual se señala que el ordenamiento minero no hace
parte del ordenamiento territorial y por lo tanto, las autoridades regionales y locales no
pueden establecer restricciones ni prohibiciones a la explotación minera. Lo que va en
contravía de la autonomía y la descentralización de los entes territoriales y las
autoridades locales.

29
La institucionalidad minera colombiana. En cuanto a institucionalidad
minera el órgano rector es el Ministerio de Minas y Energía, entre sus funciones se
encuentran la formulación, adopción e implementación de la política pública para el
sector, la estructura del ministerio fue modificada por el Decreto 381 de 2012 en donde
a su vez se definen las funciones del ministerio, del despacho del ministro y de las
oficinas, direcciones, del viceministerio, subdirecciones, etc. funciones que a su vez
fueron modificadas por el Decreto 1617 de 2013.

Según el Decreto 381 de 2012, el Sector Administrativo de Minas y Energía está


integrado por el Ministerio de Minas y Energía y por las siguientes entidades adscritas y
vinculadas:

Entidades Adscritas: Entre ellas se encuentran la Agencia Nacional de Hidrocarburos


(ANH), la Agencia Nacional de Minería (ANM), la Comisión de Regulación de Energía,
Gas y Combustibles (CRES), el Instituto de Planificación y Promoción de Soluciones
Energéticas para las Zonas no Interconectadas (IPSE), el Servicio Geológico
Colombiano (SGC), anteriormente conocido como Ingeominas y la Unidad de
Planeación Minero Energética (UPME)-

Entidades vinculadas: Como lo son Ecopetrol S.A., Interconexión Eléctrica S. A. E.S.P.


–ISA-, Isagen S. A. E.S.P., etc.

Entre las entidades adscritas es importante reconocer la función en el sector de la


UPME, la ANH, la ANM y el SGC.

La planificación del sector minero se encuentra a cargo de la Unidad de Planeación


Minera Energética (UPME), entidad nacional de carácter técnico, adscrita al ministerio y
su objetivo principal es planear en forma integral, indicativa, permanente y coordinada
con las entidades del sector minero energético, tanto entidades públicas como
privadas, el desarrollo y aprovechamiento de los recursos energéticos y mineros,
producir y divulgar la información minero energética requerida.

Otra entidad de suma importancia es el Servicio Geológico Colombiano, SGC, antes


conocido como el Instituto Colombiano de Geología y Minería (Ingeominas) que se
encarga de generar y gestionar el conocimiento geocientífico del territorio, investigar
recursos del subsuelo, fiscalización y auditoría de obras y labores de proyectos
mineros, entre otros. Aunque es de anotar que solamente con la función de
fiscalización y auditoría, ya tiene un gran saldo, ya que debido al bajo presupuesto no
puede cumplir con dicha función a cabalidad.

Por su parte, la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) se encarga de identificar y


evaluar el potencial hidrocarburífero del país y diseñar, evaluar y promover la inversión

30
en las actividades de exploración y explotación de los recursos hidrocarburiferos, entre
otros.

Es de resaltar la problemática de la institucionalidad minera en el país la cual ha


pasado por más de doce estudios (diagnóstico, reestructuración, etc.) y además de
todas las instituciones que han existido en el sector como lo son Ecominas, Ecocarbón,
Econíquel, Carbocol, Mineralco y Minercol. (Pardo). A lo cual se le suma el “boom”
minero por el que atraviesa actualmente el país y su locomotora minera. Desde esta
perspectiva, por el ejemplo la excontralora General de la República, Sandra Morelli,
afirma que “Colombia tiene una debilidad institucional en el aspecto ambiental y
minero”, en este sentido Jorge Garay, investigador y académico, se pronuncia en la
misma línea y dice que “Si hay reglas claras no se necesita nivelación por lo bajo, sino
una institucionalidad regulatoria confiable, creíble, que no se tiene, o si se tiene es
perversa” (Elpais.com.co, 2013).

A lo cual debe agregarse la corrupción en dicho sector en los últimos años,


especialmente en Ingeominas, donde primaba la deficiencia en la capacidad de
fiscalización minera lo cual ha permitido que se dejen de cobrar gran cantidad de
recursos a las grandes empresas mineras (Fierro, 2012).

Por último, el Decreto 4134 del 3 de Noviembre de 2011, crea la Agencia Nacional
Minera (ANM) y su función principal es la de administrar los recursos minerales del
Estado y conceder los derechos para su exploración y explotación, así como promover,
celebrar, administrar y hacer seguimiento a los contratos de concesión y demás títulos
mineros para la exploración y explotación de minerales, por delegación del Ministerio
de Minas y Energía de conformidad con la ley.

Un aspecto importante es la función que cumple la institucionalidad ambiental, función


de regulación y fiscalización frente a la actividad, es de anotar que estas funciones se
realizan a través del Sistema Nacional Ambiental (SINA), donde el Ministerio de
Ambiente y Desarrollo Sostenible define las políticas, y entidades regionales
denominadas Corporaciones Autónomas Regionales (CAR) son las que ejercen la
autoridad. Este control y seguimiento se da en cuanto a volúmenes de producción, la
gran minería es controlada por el Ministerio de Ambiente y la mediana y pequeña
minería es controlada por las CAR. Por lo cual, también se presentan problemas como
la ausencia de dicho control el algunas corporaciones, poco presupuesto y falta de
personal capacitado para hacerlo, entre otros (Fierro, 2012).

Otro aspecto para tener en cuenta, es el papel ejercido por la Autoridad Nacional de
Licencias Ambientales (ANLA), creada por el Decreto 3573 del 27 de Septiembre de
2011, la cual tiene entre sus funciones administrar un instrumento de gestión ambiental
fundamental, como lo son las Licencias Ambientales, requisito indispensable para

31
cualquier actividad minera. Las funciones más importantes de dicha autoridad son:
Otorgar o negar, realizar seguimiento a las licencias, permisos y trámites ambientales
de competencia del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, de conformidad
con la ley y los reglamentos, entre otros.

Actualmente, existe un amplio debate frente al tema, ya que las empresas mineras
aseguran que el tiempo para realizar los trámites se han extendido, afectando las
inversiones a realizar, por lo cual se tiene pensado en crear mecanismos para ofrecer
desde la entidad “licencias exprés”, con lo cual se agilizaría dicho trámite aunque el
interesado debería pagar un mayor costo; las dudas sobre este mecanismo recaen
sobre la confiabilidad de dichas licencias y su credibilidad.

La actividad minera en Bogotá y Usme. La minería urbana es un fenómeno


que ha persistido históricamente en varias ciudades latinoamericanas debido a la
necesidad de algunos materiales y también como base productiva de las sociedades
que se asentaron en dichas ciudades. En Bogotá la minería data del siglo XVI, gracias
a las exigencias hechas por la Real Audiencia para la construcción de casas de la
naciente ciudad, debido a ella se crea un nuevo mercado y la demanda de ladrillos,
tejas y demás materiales de construcción emerge, como también las canteras, tejares y
chircales que se asientan en las faldas de los cerros orientales de Bogotá. (Escovar,
Mariño y Peña, 2004).

Antes de describir los procesos de la actividad minera en la ciudad de Bogotá es


necesario, describir dicha actividad en lo que se conoce hoy como Bogotá región, ya
que este no es un proceso que se circunscriba solamente a la ciudad sino que también
afecta a los municipios vecinos. Hay que tener en cuenta que el artículo 61 de la Ley 99
de 1993, dispone:

Declárese la Sabana de Bogotá, sus páramos, aguas, valles aledaños, cerros


circundantes y sistemas montañosos, como de interés ecológico nacional, cuya
destinación prioritaria será la agropecuaria y forestal.

El Ministerio del Medio Ambiente determinará las zonas compatibles en las cuales exista
compatibilidad con las explotaciones mineras, con base en esta determinación, la
Corporación Autónoma de Cundinamarca (CAR), otorgará o negará las
correspondientes licencias ambientales.

Los municipios y el Distrito Capital, expedirán la reglamentación de los usos del suelo,
teniendo en cuenta las disposiciones de que trata este artículo y las que a nivel nacional
expida el Ministerio del Medio Ambiente. 3

3 Fuente: http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=297

32
Por lo cual, es importante mencionar que gran parte de las actividades mineras
que se desarrollan en la zona son ilegales y no tienen en cuenta el articulado
anterior (CGR, 2012). La mayoría de minas se reducen a explotación de arenas,
gravas y arcillas (materiales de construcción) aunque también se realiza
explotación de caliza, carbón y sal; dicha actividad ha deteriorado el paisaje,
destruido humedales, manantiales, etc. Y existen títulos mineros en zonas de
páramo a lo cual se suma la reducida capacidad de la autoridad ambiental en el
control de dichos proyectos (CGR, 2012).

Por su parte, en Bogotá la actividad minera se especializa en materiales de


construcción, la cual se concentra en las localidades de San Cristóbal, Ciudad Bolívar,
Rafael Uribe Uribe, Tunjuelito, Usme y Usaquén, dicha explotación minera se realiza
principalmente en piedras, grava, gravilla y arena. La actividad minera se realiza sobre
las faldas de los Cerros Orientales, como se ha hecho históricamente, ocasionando
graves problemas sociales y ambientales, como lo son la urbanización ilegal y los
procesos de autoconstrucción de vivienda alrededor de canteras y ladrilleras;
generación de empleo inestable, en condiciones de alto riesgo y sobreexplotación de la
mano de obra; alteraciones y contaminación de fuentes hídricas, contaminación
auditiva y del aire, flujo vehicular de gran tonelaje por barrios residenciales, entre otros
(Cárdenas & Chaparro, 2004).

Actualmente, desde la alcaldía de Bogotá se está promoviendo la prohibición de la


minería en el distrito y la no renovación de las licencias ambientales, debido a los
impactos ambientales sobre el territorio y que de las 108 empresas que operan en la
ciudad, 100 son ilegales (Elespectador.com., 2012); aunque por parte del gobierno
nacional y por medio del Decreto 934 del 6 de mayo de 2013, se prohíbe a los
municipios y entidades territoriales excluir zonas de minería en sus territorios, por lo
tanto deja sin efecto las decisiones que el gobierno distrital intenta en este sentido.

En Bogotá se reconocen tres parques mineros industriales, estos parques son definidos
como “zonas donde se permite desarrollar de manera transitoria la actividad minera,
aprovechando al máximo sus reservas bajo parámetros de sostenibilidad ambiental”
Decreto 469 de 2003 (revisión del POT), los parques mineros industriales son
Mochuelo, Tunjuelo y Usme, los dos primeros fueron establecidos en el Decreto 619 de
2000 (POT, Bogotá) y el último en el Decreto 469 de 2003. En estos tres parques
mineros se asientan empresas como Holcim, Cemex, Cementos Argos y Ladrillera
Santa Fé.

En Usme se ha explotado desde hace muchos años estas arenas y gravas, lo cual ha
sido la base productiva para los constructores de la ciudad (vivienda, edificios,
avenidas, etc.) evidenciando en sus “lugares de origen los rastros y huellas vivientes de
la destrucción en las canteras, gravilleras, areneras, ladrilleras, que hacen parte del

33
paisaje suburbano del área” (CCB, 2007). Además, del parque industrial minero,
existen diferentes canteras y ladrilleras que realizan su actividad en la localidad.

En cuanto a la industria en su mayoría está constituida por explotación de minas,


empresas familiares o microempresas. (SDA, 2009). Se estima que en la localidad
existen unas 39 canteras (Elespectador.com., 2012); las cuales proveen de empleo a
buena parte de la población del sector, situación que se debe tener en cuenta en el
momento de adoptar medidas administrativas de cierre o clausura de las empresas
(Cárdenas & Chaparro, 2004).

Por último, es necesario resaltar que el anterior apartado teórico permite dar un sentido
más amplio para poder abordar la problemática planteada desde el marco de los
conceptos de justicia espacial y derecho a la ciudad, marco conceptual que ofrece
elementos de análisis importantes para poder entender, comprender y brindar
escenarios de solución. Por su parte, el apartado sobre la minería permite entender el
contexto de la actividad en nuestro país y especialmente en la zona objeto de estudio,
con lo cual se identifican sus causas, consecuencias, limitaciones, especificidades
históricas, entre otras.

Finalmente, el apartado teórico sobre desarrollo sostenible nos permite realizar un


rastreo histórico al concepto, para analizar las distintas nociones y las diferencias en la
utilización de la misma por diferentes sectores; además de ello, se realiza una crítica al
mismo y a su implementación, la cual deviene en una mayor y mejor comprensión de la
problemática a abordar y cómo dicho concepto permite o no acercarse a diferentes
escenarios posibles.

Capítulo 3. Metodología

El abordar el estudio de las implicaciones sociales y ambientales desde la óptica de la


justicia espacial y el derecho a la ciudad en el marco del desarrollo sostenible, supone
una labor ardua y compleja debido a: 1) al amplio debate que ha suscitado el concepto
de desarrollo sostenible en las últimas décadas 2) debido a las dinámicas y
particularidades sociales, económicas y culturales que afectan el territorio de Gran
Yomasa y 3) por las especiales condiciones de la zona de estudio en términos
ecológicos y su relación con los aspectos legales que afirman protegerla.

En este contexto, la metodología del trabajo intenta abordar la temática y articularla con
su complejidad, por ello se hizo necesario incluir un apartado teórico que describiera el
contexto histórico de la transformación de los cerros orientales y también de las
circunstancias del desarrollo de la explotación minera tanto en los cerros orientales

34
como en la UPZ Gran Yomasa. En este contexto, el apartado teórico intenta además de
fundamentar el trabajo investigativo, delimitarlo al nivel de las problemáticas urbanas
partiendo de la noción de la justicia espacial y el derecho a la ciudad como elementos
intrínsecos para repensar y analizar las actividades extractivas en el marco del tan
publicitado desarrollo sostenible.

Enfoque cualitativo y estudio de caso


El presente trabajo se desarrolla bajo los preceptos de la investigación cualitativa la
cual “se centra en la importancia del cambio, el contexto, la función y el significado de
los actos humanos y no pretende hacer generalizaciones universales, sino estudiar,
conocer y servir a la comunidad… para comprender las realidades tal como existen, y
describirlas con riquezas de detalles” (Martínez, 1996, citado por Hurtado, 2000).
Además Rodríguez, et al. (1996) agrega que dicha investigación implica la utilización y
manejo de una gran variedad de materiales (encuestas, entrevistas, experiencias
personales, historias de vida, observaciones, imágenes, mapas, etc.) los cuales
además de describir la rutina de las personas también representa las situaciones
problémicas que viven.

Para el análisis investigativo se utilizó el enfoque investigativo conocido como estudio


de caso, el cual se caracteriza por:

 Investigar la complejidad de un fenómeno en su contexto


 Su objetivo es comprender el fenómeno para describirlo, analizarlo y explicarlo
 Se basa en múltiples fuentes de evidencia

Es un método inductivo, que permite extraer conclusiones generales de un caso


particular (Rovira, et al. 2004; Villegas, 2001).

Según Rovira, et al. (2004), citando a Stake R. (1995) y Yin R. (1994), existen
diferentes clases de estudios de caso, por una parte Stake R. (1995) distingue entre
casos de estudio intrínsecos, instrumentales, simples y colectivos. En los intrínsecos se
analizan estudios particulares, los instrumentales son estudios en donde los resultados
van más allá del caso particular, los simples se refieren a un solo caso y los colectivos
a múltiples casos. Y por último, Yin R. (1994), clasifica los estudios de caso en
explicativos, descriptivos y exploratorios, según su objetivo. Explicativos que pretenden
establecer relaciones de causa y efecto, descriptivos si pretenden caracterizar las
categorías del caso estudiado y exploratorios si son casos con poco conocimiento
científico.

El estudio de caso aquí presentado intenta estudiar la particularidad y a su vez la


complejidad del proceso de la minería en la UPZ Gran Yomasa, de la localidad de
Usme, por lo cual el presente trabajo puede definirse como un caso de estudio
intrínseco, simple y explicativo.
35
Debido a la complejidad para abordar la problemática en la que se centra el trabajo de
investigación se utilizan diferentes instrumentos metodológicos que apuntan a la
consecución de los objetivos del trabajo como lo son la cartografía social, lista de
control simple y árbol de impactos para la identificación de impactos sociales y
ambientales, entrevistas semiestructuradas, encuestas y observación participante.

Por otra parte, en el presente estudio se realizó un análisis estadístico no probabilístico,


en donde las muestras no son aleatorias, lo que quiere decir que las muestras son
informales. Según Lastra (2000), existen diferentes tipos de muestreo no probabilístico,
por ejemplo el casual o fortuito en donde las muestras son voluntarias o se obtienen de
forma casual. Muestreo de selección experta conocido como de juicio, en el cual las
muestras son seleccionadas porque son representativas o tienen ciertas
características. Muestreo de poblaciones móviles, el cual se basa en la técnica de
captura-marca-captura y muestreo de cuotas el cual se basa en seleccionar la muestra
después de dividir la población en ciertos grupos o estratos preestablecidos por el
investigador.

Por su parte, Babbie (2000), describe cuatro tipos diferentes de muestreo: confianza en
los sujetos disponibles, como su nombre lo indica implica confiar en los sujetos que se
encuentren disponibles como en una esquina o en cualquier lugar, con lo cual no se
puede generalizar en exceso los datos. El muestreo deliberado o crítico se desarrolla
desde el conocimiento del investigador sobre la población, sus elementos y la
naturaleza de los objetos de la investigación. El muestreo de la bola de nieve se
caracteriza por la acumulación de sujetos propuestos por los sujetos ya localizados y
muestreo por cuota el cual se realiza, como se mencionó anteriormente dividiendo a la
población en grupos y asignándoles un peso de acuerdo a la población total, lo cual
podría ofrecer una representatividad razonable del total de la población.

En este estudio se realizó un muestro no probabilístico por cuotas, en donde la


población se dividió en grupos etarios para la realización de talleres de cartografía
social, así como también se tuvo en cuenta para el desarrollo y análisis de las
encuestas. Los grupos fueron tres: el primer grupo (niños, niñas y jóvenes, que habitan
en la zona, en edades entre 14 y 17 años); el segundo grupo (adultos (hombres y
mujeres) que habitan en la zona, entre 18 y 49 años) y el tercer grupo (adultos
mayores (hombres y mujeres) que habitan en la zona, mayores de 50 años).

A continuación se presenta una breve descripción de cada una de las herramientas y la


manera como fueron utilizados en el trabajo investigativo.

36
Figura 1. Proceso de investigación.

Estudio de caso
¿Cuáles son las implicaciones sociales y ambientales, y las transformaciones urbanas conexas a la explotación minera de materiales de
construcción en la población y el territorio de la UPZ-Gran Yomasa (localidad de Usme)?

Caracterizando el territorio a través de los planteamientos de justicia espacial como escenario de la explotación minera y la
segregación social.
¿
C
Identificando los procesos de producción de la explotación minera en la UPZ Gran Yomasa para reconocer los impactos
Ó ambientales.
M
Analizando las transformaciones urbanas que ha originado la actividad minera en la UPZ Gran Yomasa.
O
? Estableciendo las implicaciones sociales y ambientales y económicas de la actividad minera en la UPZ Gran Yomasa en el
marco de la sostenibilidad ambiental del territorio.

Desarrollo sostenible, justicia espacial y derecho a la ciudad

A través de

Cartografía Entrevista Encuestas Identificación Observación


social s impactos participante
Muestreo no probabilístico - MAXQDA 11

Fuente: Elaboración propia. Listas de control Árbol de impactos


simple
37
Cartografía social como metodología para la identificación de impactos sociales y
ambientales
Es indudable la emergencia de conflictos sociales y ambientales en gran parte del
territorio colombiano, en parte causados por los impactos que las actividades extractivas
generan, afectando los recursos naturales de dichos territorios así como también la salud
y las condiciones socioeconómicas de la población que cohabita con las empresas
mineras que tienen a cargo dichas actividades.

Esas actividades e impactos cobran importancia en la medida que se hacen palpables en


el espacio. Para Fals Borda (2000), el lugar es el bioespacio como el “reflejo de realidades
vivas que aparecen como respuesta a procesos locales y regionales de desarrollo social,
económico y político que vinculan actividades vitales de producción y reproducción con
los recintos en que se ejecutan y de donde se derivan elementos de continuidad y
diversidad cultural (p. 9)”. Es en el espacio en donde se hacen palpables los intereses y
las acciones de los pobladores, es donde se desarrollan las actividades sociales, donde
se expresa la diversidad cultural pero también, es un espacio comercializado, vendido,
donde se desarrollan relaciones de producción y de poder, el espacio es político e
ideológico, moldeado por elementos históricos y naturales, es un producto social, un
producto histórico, Lefebvre (1976).

En el presente trabajo se examinó la oportunidad tangible de caracterizar e identificar las


implicaciones sociales y ambientales, que genera un sistema de producción extractivista,
como los son las canteras y ladrilleras, en los pobladores y el territorio de Gran Yomasa
perteneciente a la localidad de Usme en Bogotá; a través de la utilización y puesta en
práctica con los pobladores de la cartografía social, como una herramienta metodológica y
de producción de conocimiento popular, que permitiera la aproximación al territorio de una
manera distinta y la conceptualización del mismo desde lo local y barrial.

Se partió de proponer a la cartografía social como un “proceso de construcción colectiva


de conocimiento” (López, 2012 p. 2) en donde se implementan diferentes herramientas
con el objetivo de plantear “preguntas y perspectivas críticas para abordar los conflictos
socioambientales” (Vélez, I.; Rétiva, S. & Varela, D., 2012 p. 62) generando a su vez
reflexiones colectivas sobre un territorio determinado (Peña, J. en Zárate, C. 2012). que
permitiera en nuestro caso lograr la identificación, caracterización y análisis de las
implicaciones ambientales de estos sistemas de producción (ladrilleras y canteras) que
desde hace décadas han provocado una serie de transformaciones en el espacio urbano.

Además de ello, se aspiró a que de manera colectiva la comunidad pudiese describir,


discutir, analizar, representar y reflexionar sobre los diferentes procesos que de una u otra
manera afectan a su territorio; con lo cual uno de los principales retos es el
reconocimiento de ese espacio vivido por la comunidad, con el fin de comprender la

38
importancia que cobra ese espacio para sus acciones cotidianas, como un espacio que
los une y representa de una manera identitaria.

Para el presente trabajo de investigación se realizó un taller de cartografía social, para


generar mapas sociales en donde se construyeron conocimientos relativos al territorio que
habita la comunidad, para ello se realizó una sensibilización y motivación con el objetivo
de buscar la dinamización del ejercicio con la comunidad, el grupo se dividió en tres
grupos etarios: el primer grupo: niños, niñas y jóvenes, el segundo grupo: adultos
(hombres y mujeres) y el tercer grupo: adultos mayores (hombres y mujeres), como se
describió anteriormente. Con el primer grupo etario se trabajó dos tipos diferentes de
mapas: el mapa social y ambiental actual y el mapa social y ambiental del futuro,
siguiendo las indicaciones del investigador gracias a la socialización de unas preguntas
guía. Es de resaltar que para el primer grupo etario se hizo necesario el diligenciamiento
de un consentimiento informado y un asentimiento, firmado por los (as) estudiantes y por
los padres, madres de familia o acudientes de los (as) estudiantes lo cuales daban
autorización a sus hijos (as) o acudidos para participar en el taller de cartografía social y
las encuestas a realizar (Anexo 1).

Para el segundo grupo etario se trabajaron también dos mapas un mapa social y
ambiental del pasado y el mapa social y ambiental actual de la zona, y para el tercer
grupo etario se realizó tres mapas, un mapa social y ambiental del pasado, uno actual y
un mapa del fututo del territorio; siguiendo las indicaciones del investigador y las
preguntas guía. Se prestó especial atención al diálogo o conversaciones sostenidas en los
grupos para la generación de los mapas sociales y ambientales ya que son punto de
partida para construcción de conocimiento en relación a la percepción y resignificación del
territorio, como también para determinar los conflictos y los impactos sociales y
ambientales de la actividad extractiva en el territorio.

En los talleres de cartografía social y en los mapas construidos por la comunidad se


prestó atención a las siguientes categorías que permiten un análisis de la problemática a
abordar: categoría percepción en impacto minería, en donde se trata de evidenciar el
impacto de la minería en el territorio y cómo perciben dichos impactos; categoría
transformación territorio, aquí se prestó atención a cómo la actividad minera ha
transformado el territorio para lo cual se realizaron mapas del pasado y del presente y
categoría justicia espacial, en donde los habitantes plantean posibilidades distintas para
el territorio y sus habitantes, exponiendo así sus necesidades en busca de una mayor
justicia y equidad.

39
Identificación de impactos ambientales y sociales

Clases de impacto ambiental. Es importante reconocer que una actividad o


proyecto puede generar gran cantidad de impactos ambientales o sociales, por ende es
sustancial poner atención sobre los impactos significativos, a lo que Toro (2009) señala
que la mayoría de legislaciones y metodologías identifican y evalúan los impactos que son
significativos o importantes. Luego de ello, citando a Durkein y Gordon (1986) Toro (2009)
afirma que existen cuatro perspectivas diferentes para considerar la significancia de los
impactos: perspectiva estadística, perspectiva ecológica, perspectiva social y perspectiva
desde el punto de vista del proyecto. Por lo que para el actual proyecto de investigación
se utilizarán la perspectiva ecológica que es aquella que asocia los impactos con los
cambios producidos en las características del ecosistema y la perspectiva social que es
aquella que presta atención a la aceptación por parte de la comunidad de los cambios
producidos por la actividad y proyecto y que revisten de importancia social y ambiental
para ellos.

Los impactos ambientales según Garmendia (2005) se pueden dividir en positivos y


negativos dependiendo de los efectos que puede causar, aunque también sugiere que los
impactos pueden ser directos e indirectos, siendo estos últimos los más difíciles de
detectar. También divide los impactos en simples, cuando, no actúan con otros impactos
ambientales, acumulativos cuando se producen de manera constante en el tiempo y
espacio y sinérgicos cuando además de ser acumulativos interactúan con otros impactos
o generan otros impactos.

Por otra parte, afirma que los impactos se clasifican dependiendo del tiempo de
manifestación, en cortos (menos de un año) medios (de uno a cinco años) y largo plazo
(más de cinco años), los efectos también pueden ser temporales cuando son de duración
limitada o permanentes cuando permanecen en el tiempo.

Los impactos según este autor, pueden ser reversibles cuando el ecosistema por si sólo
puede volver al estado inicial, lo cual hace referencia a la noción de resiliencia. Pueden
ser no reversibles, aunque el autor afirma que estos impactos pueden ser recuperables
con la intervención humana, por ejemplo con medidas de restauración. No obstante, no
hace una conceptualización de impactos irreversibles o irrecuperables.

Por último, hace referencia a impactos críticos, severos, moderados y compatibles. Esta
última clasificación es retomada según la normatividad española, por ejemplo, los
impactos compatibles son aquellos que al terminar la actividad que lo genera, el factor
ambiental vuelve al estado inicial sin ninguna intervención humana. El impacto moderado
es aquel que requiere implementar ciertas medidas, aunque no intensivas, para recuperar
el factor ambiental en un tiempo determinado. El impacto severo, es cuando las medidas

40
correctivas que se necesitan implementar requieren mucho tiempo, después de terminada
la actividad que lo genera, para recuperar el factor ambiental que se afecta. Y por último,
el impacto crítico que es aquel impacto que hace que el factor ambiental se pierda o no se
pueda recuperar.

Vale la pena resaltar que esta clasificación depende de la valoración que se realice de los
impactos ambientales y también de las metodologías que se utilicen para realizar la
evaluación de los impactos ambientales de los proyectos o actividades a estudiar.

En este sentido. para el presente trabajo se realizó una identificación de los principales
impactos sociales y ambientales, que son significativos para la comunidad de la zona en
donde se ubica la actividad de las canteras y ladrilleras, como metodología para la
identificación de los posibles impactos tanto ambientales como sociales que genera la
actividad de las canteras se utilizó una lista de control simple, tipo cuestionario y además
de ello, se realizó un ejercicio de diagrama de red conocido como “árbol de impactos”
para complementar la lista de control simple.

Según Canter (2000) los métodos simples para identificar impactos se pueden dividir en
matrices, diagramas de redes y listas de control. Las matrices (causa-efecto), son las
primeras y más utilizadas para la identificación de impactos, allí se muestran las
actividades del proyecto en una columna y en otra los factores ambientales adecuados
en la matriz. Cuando una actividad del proyecto afecte un factor ambiental éste se registra
en la intersección de la matriz y se describen las circunstancias dependiendo de la
magnitud e importancia del impacto. Las matrices pueden ser simples (como la
desarrollada por Leopold et al. 1971) o interactivas. Hay dos clases de listas de control:
simples y descriptivas, las primeras no proporcionan información sobre datos o métodos
para predecir o evaluar impactos, mientras que las descriptivas si contienen dicha
información.

Las listas de control varían según el proyecto que las utilice para identificar los impactos y
según la complejidad de las mismas, existen listados de factores ambientales o también
sistemas muy elaborados que incluyen una valoración de los impactos y hasta estrategias
y alternativas para los factores ambientales Canter (2000). En este sentido, Canter (2000),
propone una división de las listas de control en listas de control simples y listas de control
descriptivas; las primeras son listas de factores ambientales sobre los cuales se estudian
los posibles impactos, sin embargo no presentan mayor información respecto al manejo
de los impactos o la valoración o evaluación de los mismos. Por su parte, en las listas de
control descriptivas se incluyen los factores ambientales pero con información respecto a
cómo realizar la estimación, la valoración y hasta alternativas y manejo de los impactos
ambientales.

41
La lista de control simple es una de las metodologías ampliamente utilizadas para la
identificación de impactos en los estudios de impacto ambiental, vale la pena aclarar que
en el presente trabajo no se trató de realizar un estudio de impacto ambiental de la
actividad minera (canteras y ladrilleras) en la zona, ya que no es el objetivo principal del
trabajo. Sin embargo, es importante identificar los impactos ambientales y sociales que se
presentan en el territorio y la población debido a las diferentes actividades realizadas por
la industria de materiales de construcción en la zona.

Desde esta perspectiva, en el presente trabajo de investigación se optó por recurrir a la


lista de control simple como herramienta para identificar los impactos ambientales y
sociales que la minería de materiales de construcción genera sobre el territorio y la
población aledaña de la UPZ Gran Yomasa en la localidad de Usme, ciudad de Bogotá
D.C.

Según Canter (2000) a las listas de control se les pueden realizar cambios con facilidad
para adecuarlas a un proyecto en cierto lugar, también se hace necesario delimitar el
territorio y los factores ambientales a estudiar, como definir los símbolos y terminología a
utilizar. Agrega que es importante exponer las argumentaciones para identificar los
factores e impactos ambientales, así como realizar la ponderación de la importancia de
los mismos para lo cual se debe explicar la metodología para asignar los pesos de
importancia correspondientes.

Por ello, en el presente trabajo se utilizó la lista de control simple (Anexo 2) la cual
presenta en una columna los recursos o factores ambientales afectados o impactados,
seguido, se presentan en otra columna una serie de preguntas respecto al estado actual
de los atributos o componentes del recurso ambiental afectado, que tratan dar lucidez
para poder identificar el impacto sobre ese recurso o factor ambiental o social. Para
establecer esa posible magnitud, se tomó en cuenta tres criterios que permiten identificar
y establecer con mayor precisión la presencia del impacto en el territorio o la población,
estos tres criterios son presencia, carácter e intensidad.

Es necesario recordar en este punto, que el objetivo de este proyecto de investigación no


es realizar una evaluación de impacto ambiental sobre la actividad minera en la UPZ Gran
Yomasa. Lo que se pretende es identificar los posibles impactos ambientales de dicha
actividad en el territorio antes mencionado; por lo cual los criterios de presencia, carácter
e intensidad son criterios que ayudan al proceso de identificación de impactos y que han
sido tomados en cuenta por distintos autores en diferentes estudios (Conesa, 1996;
López, 2004; Toro, 2009. Martínez, 2010 & SDA & Universidad Colegio Mayor de
Cundinamarca, 2011)

42
En cuanto al criterio de presencia se busca establecer por medio de la pregunta si el
impacto se encuentra presente o por el contrario no se encuentra presente afectando de
manera directa o indirecta el atributo o componente del factor ambiental o social.

Por su parte, el criterio de carácter hace referencia, siguiendo a Martínez (2010), a una
valoración positiva (+) si el impacto es favorable o causa un mejoramiento en las
condiciones de calidad ambiental y social para el recurso o factor del territorio y la
población y es negativa (-) si el impacto es desfavorable o causa un desmejoramiento o
disminución de las condiciones de calidad ambiental y social para el recurso o factor del
territorio y la población en cuestión.

Por último, encontramos la intensidad del impacto la cual expresa el grado de alteración
del atributo o característica del recurso o factor que se está identificando, o como lo define
León (2004, p. 4), “representa el grado de incidencia que tiene una acción determinada
sobre un factor ambiental” y Conesa (1996) establece tres categorías “Notable o Muy alto,
Medio y Alto, Mínimo o Bajo” (p.4) siguiendo a Conesa (1996) para el presente proyecto
se determinaron tres posibles grados de alteración: baja, media y alta.

Ahora bien, teniendo en cuenta a Conesa (1996) se toma parte de la definición de cada
grado de intensidad propuesto por este autor para el presente proyecto. Una intensidad
baja indica que el impacto posee una alteración mínima sobre el recurso ambiental o
social al cual afecta. Una intensidad media manifiesta que el recurso o factor ambiental o
social se encuentra afectado, pero que ese impacto no genera una situación de
irreversibilidad o de destrucción total del recurso. Y por último, una intensidad alta se
refiere a aquel impacto que genera que el recurso o factor se vea gravemente dañado o
afectado, lo cual en un futuro posea serias repercusiones para el territorio o la población y
que además de ello, se presente una situación de destrucción total del recurso o factor.

Además de ello, se realizó un ejercicio de asignar valores al criterio de intensidad para


identificar con mayor precisión los impactos más significativos o que generan una mayor
afectación a los recursos o factores ambientales y sociales en el territorio de la UPZ Gran
Yomasa y su población, siguiendo a Toro (2009) y Martínez (2010) el criterio de
intensidad posee una valoración de 0 hasta 12, por lo tanto una intensidad baja es aquella
en la que la valoración se encuentra entre 0 y 4, una intensidad media entre 5 y 8 y por
último una intensidad alta entre 9 y 12 (Tabla 1.).

Teniendo en cuenta el proceso de observación durante las visitas realizadas a la zona y


también el resultado del procesamiento de la información de las encuestas realizadas a la
población, para conocer su percepción sobre los impactos ambientales y sociales; se
realiza la asignación de valores para hacer las comparaciones respectivas, con lo cual se
obtienen los impactos ambientales y sociales más significativos. En la siguiente tabla se

43
presentan los valores para cada criterio adoptado en este trabajo de investigación para la
identificación de impactos ambientales y sociales.

Tabla 1. Valores y criterios identificación de impactos

Criterios Presencia Carácter Intensidad


Factor SI NO + - Baja Media Alta
X X 0a4 5a8 9 a 12
X X
Total

Fuente: Elaboración propia.

Árbol de impactos
Por su parte, esta herramienta es muy útil en el momento de presentar los impactos
identificados, considerada como diagrama de red, y es uno de los “métodos que integran
las causas de los impactos y sus consecuencias a través de la identificación de las
interrelaciones que existen entre las relaciones causales y los factores ambientales que
reciben el impacto, incluyendo aquellas que representan sus efectos secundarios y
terciarios” (Canter, 2000). Por lo cual, esta herramienta nos permite ir un poco más allá en
términos de presentación y análisis con lo cual se puede discutir acerca de las posibles
interrelaciones que pudiesen existir entre impactos identificados.

Entrevistas
Según Hurtado (2000) la entrevista es un proceso en el cual dos personas o más se
sitúan frente a frente, con el objetivo que una de ellas obtenga información mediante
preguntas y la otra u otras respondan a dichas preguntas suministrando la información
necesaria acerca de un fenómeno, situación o eventos que se presentan. Hay dos clases
de entrevistas: estructuradas e inestructuradas.

Las entrevistas estructuradas también llamadas formales o estandarizadas, consisten en


la formulación de preguntas a las personas, manejando “el mismo orden y los mismos
términos”, por lo cual las preguntas han sido previamente establecidas. Y las entrevistas
inestructuradas son aquellas en las cuales las preguntas se realizan de manera libre sin
ningún guión preestablecido, no existe estandarización de las preguntas y puede tomar
tres formas: focalizada, clínica y no dirigida o entrevista libre (Hurtado, 2000).

Para la recolección de información por medio de entrevistas, se realizó una entrevista


semi-estructurada o inestructurada focalizada; como la define Hurtado (2000) es aquella
entrevista en la cual el entrevistador ha preestablecido las temáticas en las cuales se va
a centrar la entrevista, aunque no existe una estandarización del formulario o formato de
la entrevista, por lo cual las respuestas pueden variar de una persona a otra. En el actual

44
trabajo, se realizó una entrevista, a un líder comunal de la zona, ya que no se pudo contar
con la participación de un empresario minero (Anexo 4) y el procesamiento de la
información se realizó utilizando el demo del programa MAXQDA 11.

Encuestas
La encuesta es una herramienta metodológica parecida a la entrevista ya que la
información que se obtiene es por medio de preguntas aunque no se establece un diálogo
con el entrevistado, por ello la interacción es mínima. La encuesta se puede realizar de
maneras diferentes, por medio de un cuestionario, una escala, una prueba de
conocimiento o un test (Hurtado, 2000).

El tipo de encuesta elegida para el trabajo investigativo fue tipo cuestionario, en el cual se
encontraban las preguntas por escrito agrupadas en cinco categorías: histórico-social la
cual trata de explorar el perfil sociodemográfico del encuestado; percepción e impacto
minería en donde se rescata las representaciones que las personas tienen de la actividad
minera y su impacto en el territorio, presencia institucional estatal evidencia cuál y de
qué tipo ha sido el acompañamiento de las instituciones estatales en el tema de la minería
de materiales de construcción, transformación territorio busca evidenciar principalmente
cuáles han sido las transformaciones que el territorio ha sufrido en los últimos años y qué
actividades han aportado para que se dé dicha transformación, y justicia espacial
encaminada a identificar las principales desigualdades del territorio que se convierten en
injusticias sentidas por sus habitantes; dichas categorías representan la intención de
búsqueda de información respecto a la problemática de la extracción minera de materiales
de construcción en la zona y sus impactos ambientales y sociales (Anexo 5), además de
ello, el procesamiento de la información se realizó utilizando el demo del programa
MAXQDA 11.

Por lo tanto, se efectuaron setenta encuestas gracias al cálculo realizado para determinar
la muestra adecuada, para lo cual se utilizó la siguiente fórmula que se utiliza para
población conocida para universos mayores a 120:

donde:

n= tamaño de muestra
Z= nivel de confianza
N= universo
p= probabilidad a favor
q= probabilidad en contra
e= error de estimación

Para el porcentaje de confianza con el cual se generalizaron los datos desde la muestra
hasta la población total, se manejó el que por lo general se utiliza en investigaciones
sociales de un 90% (Z= 1,64). Respecto al porcentaje de error que se pretendió aceptar
en el momento de hacer la generalización se utilizó un (E= 0,1), para p y q que es la

45
probabilidad con la que se aceptó y se rechazó la hipótesis que se quiere investigar o
probabilidad de que el evento ocurra, como no existían antecedentes sobre la
investigación entonces p=q=0,5. El dato de la población para la UPZ Gran Yomasa se
obtuvo gracias a un estudio de la Secretaría Distrital de Planeación (SDP) llamado 21
monografías de las localidades Distrito Capital 2011, en donde se realiza un diagnóstico
de los aspectos físicos, demográficos y socioeconómicos año 2011 para la localidad de
Usme, en donde para Gran Yomasa, para el año 2011, se proyectó una población de
147.506 habitantes.

Siendo así, utilizando la fórmula descrita con anterioridad, se obtuvo un resultado de


sesenta y ocho encuestas, por lo cual se decidió realizar un total de setenta encuestas a
los habitantes de la UPZ Gran Yomasa, las cuales se aplicaron a treinta y dos hombres y
treinta y ocho mujeres, de los cuales pertenecían al grupo de jóvenes veinticuatro
personas, a adultos treinta y seis personas y a adultos mayores diez personas (gráficas
1. y 2.).

Población encuestada

46%
54% Mujeres
Hombres

Gráfica 1. Población encuestada

Edad población encuestada

14%
34%
15 a 30 años
31 a 50 años
≥ 51 años
52%

Gráfica 2. Edad población encuestada

46
Principales ocupaciones población Gran Yomasa
18
15
12

3 3 3 4
1 2 1 1 2 1 1 1 1 1

Gráfica 3. Principales ocupaciones población Gran Yomasa

Observación directa
Para el trabajo investigativo fue imprescindible la utilización de la observación para
recopilar, seleccionar y registrar la información para el posterior análisis de las
circunstancias de los eventos que se presenciaron, para luego poseer una visión más
compleja de la problemática a abordar (Hurtado, 2000).

Para Hurtado (2000), los elementos que intervienen en el proceso de observación son el
observador o persona que se encarga de observar y registrar la información, también la
situación y los eventos o fenómenos a observar, los instrumentos de registro por medio
del cual se recogen las observaciones y por último los instrumentos de observación para
codificar la información recogida. A su vez, plantea varias clases de observación:
participante y no participante; en la primera el observador se integra a las situaciones
estudiadas y puede ser natural si el observador hace parte del grupo o la comunidad y
artificial si se integra al grupo en el cual se realiza la investigación. Este tipo de
observación “permite que el investigador se ubique en el marco de referencia de las
personas observadas y tenga mayor acceso a su forma de ver el mundo” (Hurtado, 2000,
p.452) Otro tipo de observación es la no participante en donde el observador es un sujeto
ajeno tanto al grupo como a los fenómenos, eventos o situaciones estudiadas.

Por su parte, según los medios utilizados para realizar la observación, ésta puede ser
inestructurada o estructurada. Observación inestructurada si los hechos a observar se
realizan sin la utilización de ciertos medios técnicos por lo tanto el registro se hace de
manera anecdótica utilizando el resumen, la síntesis y la simplificación de las

47
descripciones de los eventos. Mientras que en la observación estructurada, si se utilizan
medios detallados para recopilar los datos y se establecen y definen con anterioridad
categorías para ser priorizadas en la observación (Hurtado, 2000).

Por otra parte, Peretz (2000) argumenta que la observación es un método utilizado en
diferentes disciplinas con objetivos distintos y que su concepción varía dependiendo de
los objetivos del investigador, además argumenta que la observación directa “consiste en
ser testigo de los comportamientos sociales de individuos o grupos en los propios lugares
de sus actividades o residencias, sin modificar su marcha ordinaria.” (p. 20). Pero también
permite recolectar y registrar los elementos sociales que percibe el investigador en un
contexto específico, por lo cual no desvía las acciones que se presentan ni intenta
cambiarlas de curso.

Por otra parte, la observación directa se constituye en un fundamento para la construcción


teórica, solamente cuando el espacio se recorre, se observa, se indaga y se indaga a los
actores sociales, es posible tener un acercamiento a la comprensión del problema y sus
posibles soluciones (Jiménez, 2011).

Según la clasificación planteada con anterioridad, la observación que se realizó durante el


trabajo investigativo fue una observación directa, ya que para realizar dicho proceso se
visitó varias veces la zona, se observó los acontecimientos que se presentaban en
relación a la problemática a abordar y se construyó un formato con ciertas categorías para
realizar el registro de las observaciones (Anexo 6).

Debido a la utilización de distintas herramientas metodológicas para abordar la


complejidad de la problemática planteada fue necesario vincular unas categorías de
análisis que permiten organizar los análisis realizados así como también, vincular el
análisis a los objetivos de la investigación. A continuación se presentan las categorías
planteadas para realizar el análisis:

Tabla 2. Categorías de análisis

Objetivo Categoría de Descripción


análisis
Esta categoría permite
Caracterizar el territorio a develar la situación de
través de los injusticia, pero también
planteamientos de justicia Justicia espacial y identificar las posibilidades
espacial como escenario de derecho a la ciudad de transformación del
la explotación minera y la en Gran Yomasa territorio con base a las
segregación social. necesidades de la población
en busca de una mayor
justicia y equidad. (Bosque,
Díaz & Díaz, 2002 Santana,

48
2012; Castellanos , 2009;
Acevedo, 2013)
Analizar las Con esta categoría se trata
transformaciones urbanas Transformaciones de determinar los procesos
que ha originado la urbanas de la de transformación urbana
actividad minera en la UPZ minería conexos a la actividad
Gran Yomasa. minera.

Establecer las Esta categoría señala la


implicaciones sociales y Implicaciones necesidad de identificar las
ambientales y económicas sociales, principales y más sentidas
de la actividad minera en la ambientales y implicaciones tanto en la
UPZ Gran Yomasa en el económicas de la naturaleza, así como
marco de la sostenibilidad minería también en los procesos
ambiental del territorio sociales y económicas de la
UPZ Gran Yomasa.
Fuente: Elaboración propia.

Por último, para la sistematización y procesamiento de la información se utilizó el demo


del programa de análisis cualitativo conocido como MAXQDA 11, que es una herramienta
para el análisis de texto basado en datos cualitativos. La primera versión se creó en 1989,
y ahora es uno de los programas más utilizados y destacados a nivel mundial. En el cual
se pueden analizar los siguientes textos: transcripciones de entrevistas abiertas,
preguntas abiertas de entrevistas semiestandarizadas, observaciones, estudios sobre el
terreno, debates de grupo "focus groups",discursos y documentos, textos procedentes de
la red, textos especiales, entre otros y se utiliza en muchas disciplinas como sociología,
etnografía, ciencias de la educación, economía, etc. Además trabaja con lugares
codificados en los documentos, ofrece varias herramientas visuales para presentar los
datos y variedad de recursos metodológicos. (Revuelta, F. & Sánchez, M., 2003; Romero,
Loza & Machorro, 2013; López, Ordóñez, Hernández & Navarro, 2013).

Capítulo 4. El contexto

Los cerros orientales y las explotaciones extractivas desde un enfoque


geohistórico

El enfoque geohistórico es una propuesta metodológica y teórica para analizar la realidad


de un territorio desde un marco inter y transdisciplinario teniendo en cuenta las
condiciones históricas (Aponte, 2006). Este enfoque surge en la década de 1980, gracias
a los estudios de Ramón Tovar y Ramón Santaella (Sayago, 2000). En este enfoque el

49
espacio “es un producto social, síntesis de la acción de grupos humanos consecuencia de
una realidad histórica” (Tovar, 1986). En este contexto el enfoque geohistórico aporta un
marco teórico necesario para abordar las problemáticas ambientales actuales de los
cerros orientales, como producto histórico de la relación de la sociedad bogotana con
dicho territorio.

Los cerros orientales de Bogotá y sus problemáticas no son diferentes a las que se
evidencian en la región y en el resto del país, son objeto de la presión de ciertos grupos
orientados por la racionalidad económica de acrecentar cada vez más su capital
económico sin importar las consecuencias a las cuales se verían expuestos más de ocho
millones de habitantes de la ciudad de Bogotá al perder este importante corredor
ecológico; también, es objeto de presión por aquellos campesinos muchas veces
desposeídos de su tierra, que vieron en la ciudad y en los cerros un nuevo comienzo, por
aquellas cientos de familias que al no poder obtener un hogar ni un espacio para vivir,
pusieron sus esperanzas en lo que hoy conocemos como los cerros orientales.

Por ello, los cerros orientales y los recursos naturales que posee se han convertido en
fuente de conflicto, por el control, uso y manejo de dichos recursos, de allí la importancia
estratégica de este sector de la ciudad el cual es codiciado por urbanizadores, mineros,
población desplazada, población campesina, etc. En este sentido, es importante
comprender y describir qué son los cerros orientales de Bogotá, desde diversas
perspectivas para tener una aproximación de lo que ese territorio representa para los
bogotanos.

Esta cadena montañosa ha permanecido allí por millones de años, junto a su riqueza y
diversidad, sus nacimientos de ríos con sus aguas puras, con sus sierras, pendientes,
cuchillas, cerros y sus páramos. Lo que conocemos hoy como cerros orientales son el
resultado de gran cantidad de generaciones que han dejado su huella en el territorio,
reflejando ese paisaje construido, transformado, intervenido; el cual depende de quiénes
han ocupado dicho territorio y representa la manera cómo el ser humano se relaciona con
su entorno natural.

Los cerros orientales de Bogotá hacen parte de un sistema de montañas que comienza en
Chile y termina en Venezuela, localizándose en la cordillera oriental de nuestro país. De
dichas montañas nacen ríos y quebradas, albergando gran diversidad de fauna y flora, la
cual se ubica en el oriente de la ciudad y pertenecen:

…al Sistema de Áreas Protegidas de la nación y del distrito capital, y poseen alturas que
van de los 2.800 a los 3.600 metros sobre el nivel del mar. Los cerros comienzan en el
Boquerón de Chipaque, al sur de la ciudad, en la localidad de Usme, en el que se sitúan
los páramos de Cruz Verde, Choachí y Verjón; podemos encontrar boquerones, picos y
páramos de menor altura, como el cerro de La Teta, la cuchilla de El Zuque, los cerros de
Monserrate y Guadalupe, el cerro El Cable, a cuyos pies se encuentra el Parque Nacional,

50
el Alto de los Cazadores, el páramo La Cumbrera y los boquerones de San Francisco y
San Cristóbal, la cuchilla Serrana, y el cerro Pan de Azúcar, hasta terminar en la planicie
de La Caro. Los cerros orientales que bordean la ciudad de Bogotá constituyen 14 mil
hectáreas, es decir, casi el 9% de las 160 mil que tiene nuestro territorio. (SDP, 2007, p.15)

Según la autoridad de Planeación del Distrito, en los cerros orientales viven cerca de
82.000 personas de todos los estratos socioeconómicos. (y)… a través de los años se
adelantaron distintas clases de obras civiles, contrarias a la vocación forestal de los
cerros; sobre ellos existen más de 65 barrios y 22 incorporaciones (Personería de Bogotá,
2007).

En relación a la explotación minera en total se presentan 33 canteras, las cuales ocupan


un área de 32,08 ha. Y algunas cuentan con títulos mineros y dependiendo de la
ubicación y de su dimensión, la autoridad ambiental responsable varía, a algunas le
corresponde la Corporación Autónoma Regional (CAR), a otras la Secretaría Distrital de
Ambiente (SDA) y en otros casos el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible.
(CINEP, 2009)

En el presente capítulo se abordará las principales transformaciones del territorio en los


cerros orientales del sur de Bogotá, a través de la historia, desde su formación
geomorfológica, hasta las realizadas por la acción humana. Para ello, se realiza una
periodización temporal debido a la escasez de la información y con el fin de una mejor
presentación.

Formación de los cerros orientales. Los cerros orientales de Bogotá, presentan


un origen marino y continental, toda la Sabana de Bogotá y sus alrededores se
encontraban sumergidos bajo el mar el cual estaba compuesto por depósitos de arcillas,
arenas y areniscas. Luego de ello, el mar cede, disminuye su profundidad y se comienzan
a formar los cerros orientales.

Los cerros orientales se crearon gracias a la constitución de varias formaciones las cuales
aparecieron en períodos diferentes, según varios estudios (Contraloría, 2006; SDP, 2007;
CCB, 2007; Lobo-Guerrero, 1992; INGEOMINAS, 2005) las edades de dichas rocas
oscilan entre los períodos del Cretáceo y el Paleógeno, y depósitos del Pleistoceno. Las
formaciones geológicas que conforman los cerros, desde la más antigua son las
siguientes: la formación Chipaque (Ksch) y el grupo Guadalupe el cual está compuesto
por la Formación Arenisca Dura (Ksgd), Plaeners (Ksgpl) y Labor - Tierna (Ksglt).
También se encuentra presente la Formación Guaduas (TKgu), la Formación Cacho (Tpc)
y la Formación Bogotá (Tpbi, Tpbs). Asimismo, aparecen importantes depósitos
cuaternarios del más antiguo al más reciente, Formación Sabana (Qs), Depósitos
Coluviales (conformados por coluviones y depósitos de talus) y Depósitos aluviales
recientes (Qal).

51
Gracias a estas formaciones y dependiendo del tipo geológico, se explotan ciertos
recursos, los cuales se clasifican en VIII tipos según el estudio de POMCO – DAMA
(2003) citado en Contraloría de Bogotá (2006). A continuación se presenta la clasificación
realizada por dicho estudio:

Tabla 3. Tipos de formaciones geológicas cerros orientales

FORMACIÓN GEOLÓGICA CLASIFICACIÓN TIPO DE RECURSO – USO


COMERCIAL
Formación Bogotá Superior Materiales Tipo I Arcillas para fabricación de
(Tpbs) ladrillos, bloques, tejas
ateriales Tipo II Arcillas para fabricación de
Formación Guaduas (TKgu) ladrillos, bloques, tejas y
arenas para construcción
Formación Arenisca Dura Arenas para construcción,
(Ksgd) Materiales Tipo III agregados, recebo para vías
Formación Cacho (Tpc)
Arenas para construcción,
Formación Labor – Tierna Materiales Tipo IV localmente arenas para vidrio,
(Ksglt) piedra y enchapados
Depósitos Aluviales (Qal) Materiales Tipo V Gravas y arenas para
construcción
Material de recebo para vías,
agregados en los niveles de
Formación Plaeners (Ksgpl) Materiales Tipo VI areniscas y liditas, arcilla para
cerámica en los niveles
caoliníticos
Depósitos Coluviales (Qc) Utilización parcial de los
Formación Chipaque (Ksc) Materiales Tipo VII bloques para extracción de
piedra
Formación Bogotá Inferior Sin importancia comercial
(Tpbi) Materiales Tipo VIII
Formación Sabana (Qs)
Tomado y adaptado de Contraloría de Bogotá (2006).

Por lo cual, dichas características geológicas de los cerros hacen que la explotación de
los recursos naturales se concentre en localidades como San Cristóbal, Usaquen, Usme y
Tunjuelito, desde hace varias décadas, sobre todo en los tipos de materiales I, II y III.

La localidad de Usme se encuentra sobre la formación que lleva su nombre (Formación


Usme, Teu) caracterizándose por poseer conjuntos rocosos como: areniscas y areniscas
guijarrosas (areniscas de la formación regadera) presentes en su parte inferior, arcillas
esquistosas que se encuentran en su parte media y por último areniscas intercaladas con
arcilla e incrustaciones de carbón en su parte superior (CCB, 2006); convirtiéndose en

52
una de las zonas predilectas para la explotación minera en la ciudad, gracias a las
características mencionadas anteriormente, por su presencia de arenas y arcillas.

Gracias a estas formaciones geológicas los cerros orientales de Bogotá presentan una
importancia trascendental como zonas de recarga acuífera debido a su nivel de porosidad
y capacidad de infiltración, además son unidades almacenadoras de agua subterránea,
con la presencia de dos grandes acuíferos: Acuífero Cuaternario (Ac) y Acuífero
Guadalupe, los cuales no han sido explotados. Por último, se puede mencionar que los
cerros presentan una gran importancia a nivel científico, educativo, ambiental y recreativo,
por ende existen zonas de importancia para la comunidad científica y la ciudadanía las
cuales deben ser excluidas de cualquier explotación económica, como por ejemplo, el
cerro de Monserrate, el cerro de Guadalupe, entre otros, (Contraloría de Bogotá, 2006).

Debido a estas potencialidades que presentan los cerros orientales las poblaciones
humanas que se han asentado en la sabana de Bogotá o en ellos, le han dado diferentes
usos a los bienes y recursos del territorio, con lo cual han dejado huella sobre los mismos,
transformándolos según la necesidad de los pobladores, por ello, a continuación, se
analizará que tipo de transformaciones han sufrido los cerros orientales de Bogotá a
causa de la acción humana.

Los primeros habitantes y las primeras transformaciones: (Hace 20.000


años a 700 d.C. período Herrera).

Actores sociales: Primeros habitantes.

Condiciones sociales: Vivían en abrigos rocosos, en comunidades de 25 a 50


personas como máximo y se dedicaban a cazar venados, curís, caballos, mastodontes,
roedores, aves, tortugas, crustáceos, o a recolectar algunos frutos, raíces y vegetales
como las hibias, el cubio, maíz y la arracacha. Explotación de la sal, creaciones con
cerámica. (UN-IDU, 2011; Rodríguez, 2010).

Transformaciones a los cerros orientales: Se producen gracias a factores


climáticos que empiezan a suceder en el período Holoceno (período en el cual aún nos
encontramos) a nivel planetario. Inicia el proceso de sedentarización, lo que produjo la
búsqueda de alimento (animales y plantas) y de agua en los cerros (UN-IDU, 2011).

El pueblo Muisca: 700 d.C. a 1600 d.C., Muisca Temprano (700 d.C. a 1000 d.C.)
y Muisca Tardío (1000 d.C. a 1600 d.C.) (Langebaek en ICANH-Ministerio de Cultura,
2000).

Actores sociales: Indígenas.

Condiciones sociales: Aumento de la población (20.000 hab.) y organización


social y política con base en la producción de la chicha. Cultivaban maíz, papa, arracacha,

53
cubios, ibias, chuguas, fríjol, ahuyama, calabaza, frutales, etc. respecto a la dieta animal,
consumían curís, patos, conejos y peces. También tenían varias minas de sal y oro, para
realizar intercambios con otras comunidades vecinas. (Langebaek en ICANH-Ministerio de
Cultura, 2000; UN-IDU, 2011).

Transformaciones a los cerros orientales: Las faldas de los cerros fueron


utilizadas para la agricultura y también para el asentamiento de algunas viviendas,
aunque en mayor importancia se utilizaron como sitios sagrados en donde el Zipa
cazaba, realizaba rituales y tomaba sus baños; para el pueblo muisca los cerros eran
lugares sagrados destinados al encuentro con sus dioses, donde las montañas y bosques
eran respetados y se aprovechaba su fauna sin destruirla (SDP, 2007; Contraloría de
Bogotá, 2006; CAR, 2006).

Es importante señalar que los muiscas le daban un papel importante a los ecosistemas,
principalmente al agua, por ello sus dioses hacían referencia a “dioses ambientales” como
el sol, la luna, el agua, los bosques, etc. Probablemente los cerros estaban cubiertos por
bosques, conservando la vegetación nativa y la fauna propia, como los venados (Guío y
Palacio en Palacio, 2008).

Colonización, primeras explotaciones extractivas (desde 1537).

Actores sociales: Indígenas, colonizadores y criollos.

Condiciones sociales: Inicia con proceso de colonización al mando de Gonzalo


Jiménez de Quesada y con la creación del primer barrio de invasión en las faldas de los
cerros, llamado Pueblo Viejo. Fundación de Santa Fé de Bogotá en 1538. (Iriarte, 1988;
Wilches, 2006). A comienzos de la colonia, la leña era un artículo de primera necesidad
para la cocción de los alimentos, los habitantes de la ciudad se abastecían gracias a la
mita urbana impuesta a los indígenas, que era como un servicio obligatorio que debían
prestar los indígenas asentados
cerca de la ciudad, aportando una
cuota obligatoria de leña, tiempo
después los indígenas serían
reemplazados por leñateros
independientes, como se puede
apreciar en la imagen 1. El
comercio de leña, carbón de
encenillo y tuno se extendió hasta
1950 (Iriarte, 1988; Meza, 2008).

Imagen 1. Leñadores. Fuente:


Archivo General de la Nación.

54
Es necesario resaltar, que todo el proceso de producción de tejas, ladrillos y adobes en
los chircales y tejares estaba a cargo de los indígenas y se calcula que para construir la
ciudad colonial se necesitaron (en promedio) más de 40 millones de ladrillos, 5 millones
de tablones y 4 millones de tejas de cerámicas, a lo que se pregunta ¿cuántos árboles
fueron talados para hornear la cerámica y cuántas generaciones de alfareros muiscas
pasaron su vida produciendo dichos materiales? (Molina, 2010). Con lo cual crecieron
barrios para los indígenas que vivían en casuchas en condiciones insalubres y
deplorables, cerca de las actividades extractivas.

Transformaciones a los cerros orientales: Los cerros proporcionaban diversos


materiales a los españoles como “la piedra caliza, que quemada al aire libre se transformaba
en cal; la arena de peña, que mezclada con la cal generaba morteros de pega; la piedra de labor
para reforzar cimientos y muros; las maderas duras para la estructura de muros y cubiertas; la
leña para los chircales, las herrerías, las fundiciones y las cocinas; y por supuesto, la generosa
arcilla, a partir de la cual se fabricaban, en los chircales, tablones, ladrillos y tejas de barro cocido
además de adobes secados al sol” (Martínez, (1976) en Molina, 2010). Los cerros también
prestaban distintos favores como un “…amplio y seguro abrigo no sólo contra los vientos,
sino contra posibles incursiones de aborígenes hostiles.” (Iriarte, 1988 p. 32).

Ya establecida y fundada la ciudad entre los ríos Vicachá (San Francisco) y Manzanares
(San Agustín) los cerros comienzan a utilizarse como la fuente inagotable de recursos
para el abastecimiento diario de los santafereños. En donde las actividades principales se
relacionaban con la explotación de maderas y la extracción de arenas y chircas, así como
también el aprovechamiento del agua (Bohórquez, 2008).

Por otra parte, las transformaciones más importantes en los cerros orientales de la ciudad
se dieron a partir del cambio de las construcciones de las viviendas, ya que las casas se
construían en madera y paja, según Escovar, Mariño y Peña (2004), para el año 1556 la
Real Audiencia dictó medidas sobre la construcción de casas, exigiendo que fuese
hechas de piedra y tejas; y para cumplir con dichas determinaciones, se incrementa la
demanda de dichos materiales y los cerros orientales se convierten en el primer
proveedor de las materias primas de construcción para la ciudad, incrementándose la tala
de bosques en los cerros orientales de la ciudad, esto gracias al aumento de chircales y
tejares que produjo las consideraciones de la Real Audiencia (Molina, 2010).

No obstante, las trasformaciones a los cerros orientales, no se realizaron solamente a


causa de la explotación maderera o de materiales de construcción, sino que además, se
produjo una transformación en cuanto a los símbolos religiosos, cambiando los símbolos
de la cosmología indígena por emblemas provenientes de la, en ese entonces, fervorosa
fe católica y comienza así la dominación religiosa fundamentada en dicha religión
(Bohórquez, 2008). Ejemplo de este tipo de dominación son los templos de oración de
Monserrate y Guadalupe y la iglesia nuestra señora de La Peña.

55
En este sentido, la transformación de los cerros estuvo a merced de las necesidades de
los españoles, necesidades que implicaban leña en gran cantidad para la cocción de los
alimentos pero también para los chircales y tejares, piedra caliza, agua en gran cantidad y
arcilla para la fabricación de tejas, adobes y ladrillos. Gracias a los cerros de la ciudad, al
agua de sus ríos, la leña de sus bosques, la arcilla de sus laderas y el trabajo de los
muiscas, se construyó la ciudad colonial. Con ello los cerros perdían sus recursos, pero
también su sentido espiritual que en la época muisca era preponderante, el cual fue
transformado por emblemas de la fé católica. Se puede afirmar que la dominación se
extendió en todos los niveles de la vida muisca, destruyendo no solo sus costumbres y su
cultura, sino también destruyendo el territorio ambiental hasta ahora construido por ellos,
para instaurar una nueva lógica en el territorio.

La República: nuevas técnicas de construcción e incremento de las


explotaciones extractivas (comienzos del siglo XIX).

Actores sociales: Indígenas, criollos, Iglesia, instituciones del Estado y


empresarios criollos.

Condiciones sociales: El médico Manuel Cote, demostró la difícil situación de los


jornaleros que vivían de la explotación de la leña, ya que para la época la oferta del
recurso no había cambiado notablemente, mientras que para finales del siglo, en la
década ochenta, la demanda por este recurso se había cuadruplicado, debido al aumento
de la población, por lo que los jornaleros y la población pobre no tenían acceso a la leña
(Meza, 2008).

Por otro lado, los chircales eran causa de desastres debido a los derrumbes que
provocaban, los cuales sucedieron a finales del siglo XVIII y en 1805, 1826, 1844,
afectando la conducción del agua del acueducto, aunque tal vez los más recordados son
los de 1872 y 1890 por su dimensión, el primero destruyó parte del barrio Egipto y el
puente de Quevedo sobre el Paseo Bolívar y el último alcanzó la carrera cuarta dejando
víctimas y daños materiales, por esta razón mediante el Acuerdo 29 de 1894 se realiza la
primera prohibición para explotar canteras en los cerros orientales dentro del perímetro
urbano entre Chapinero y San Cristóbal (Osorio, 2009).

En este período las construcciones de edificios se incrementaron notablemente a cargo


principalmente del Estado y la Iglesia, edificaciones como el Capitolio Nacional, la
Catedral Primada, el Panóptico (actual Museo Nacional), la iglesia Nuestra Señora de
Lourdes, el Teatro Colón, la iglesia de Egipto; por otra parte, construcciones privadas
como las galerías Arrubla (hoy Palacio Liévano), se realizaron gracias a la construcción
de miles de piezas producidas en los chircales, tejares y canteras asentadas en los cerros
orientales de Bogotá (Molina e Hinojosa de Parra, 2011).

56
Una obra para resaltar por su relación con los chircales y canteras de los cerros, es el
Hospital de La Misericordia, ya que fue construido gracias a las donaciones hechas por
los chircales y canteras de la ciudad (alrededor de veinte mil piedras y cuarenta mil
ladrillos, además de arena y cal), este hospital sería el primero al que podría ingresar un
niño que trabajara en las canteras o chircales de Bogotá, niños que vivían en condiciones
de pobreza y explotación extremas (Molina e Hinojosa de Parra, 2011).

Al igual que en la época de la Colonia las condiciones de los trabajadores de las canteras,
chircales, tejares, leñadores y minas de carbón, eran deplorables y extremas y se
mantuvieron más allá de la primera mitad del siglo XX; la población de trabajadores en
esta época estaba compuesta por familias provenientes de Boyacá y Cundinamarca
(Molina e Hinojosa de Parra, 2011).

Transformaciones a los cerros orientales: Para la época, el impacto ambiental


sobre los cerros orientales por la invasión de los españoles era tal que Humboldt, anotaba
con tristeza y dolor que casi no había arboles ya que se habían talado para alimentar
chircales, chimeneas y cocinas o para dar paso a potreros, aunque no era el único que
anotaba dichas apreciaciones, (Molano, 2005) y a mediados del siglo (1850) Cordovez de
Moure, en sus crónicas, llamaría la atención sobre la pobreza vegetal de los cerros debido
a los cuatrocientos años de explotación de los mismos. Así mismo, el cronista Eugenio
Díaz, en el periódico El Bien Social, afirmaba que a causa de las actividades de los
carboneros y leñadores, los “bosques van desapareciendo, porque los leñadores los talan
sin discernimiento, y al propio tiempo que el paisaje toma un aspecto más triste” la ciudad
va perdiendo la abundancia y pureza de sus aguas, lo cual se hacía evidente, por ejemplo
en las acuarelas de Edward Mark, (imagen 2). (Osorio, 2009).

Imagen 2. Plaza Mayor


de Bogotá. Acuarela de
Edward Walhouse Mark.
Mediados del siglo XIX.
Fuente: Colección
Banco de la República,
Bogotá. Tomado de
Osorio, (2009).

En la imagen anterior se puede apreciar al fondo, los cerros de la ciudad, aunque no se


aprecia la existencia de árboles en las montañas y si se denotan procesos de erosión.

57
Estos fenómenos eran producidos por la tala de árboles para el uso de la madera como
leña y también por las actividades de chircales, canteras y tejares, según Osorio (2009),
para remover la arcilla de las montañas primero se removían todos los árboles de la zona
y luego se realizaban cortes en las laderas de las montañas para extraer el material, el
cual era conducido hacia los tejares o alfarerías en donde se cocía la arcilla y se
elaboraban tejas y ladrillos en grandes hornos que eran alimentados con chusque o
chircal, un árbol nativo que se utilizaba para esta actividad, por lo tanto, los cerros fueron
desprovistos de su cobertura vegetal, mermando así el caudal de las aguas y afectando
su calidad.

Por ese entonces, la producción de tejas, adobes y ladrillos aún se hacía de manera
manual y no existía un proceso de tecnificación (proceso que comenzaba a gestarse),
aunque los tejares y chircales aumentaron en número, ocupando manzanas completas.
Durante este período, los tejares se asentaron principalmente en los sectores de Santa
Bárbara, San Cristóbal y Las Cruces en el sur, en el norte entre Sucre y Chapinero y en el
centro entre el Paseo Bolívar y los barrios La Perseverancia y Egipto, como se puede
apreciar en la imagen número 3 (Escovar, Mariño y Peña, 2004; Osorio 2009).

Imagen 3. Plano de Bogotá. Fuente: Secretaría de Obras Públicas Municipales, 1947.


Biblioteca Luis Ángel Arango, Bogotá. 1. Chircales de la Perseverancia, 2. Chircales del
centro, Santa Bárbara y San Cristóbal, 3. Río San Agustín, 4. Río San Francisco, 5. Río
Tunjuelo. Tomado de Osorio, (2009).

Por otra parte, se empieza a dar un importante cambio en las técnicas de construcción,
los ladrillos comenzaron a ser muy importantes respecto a cuestiones estéticas, esto
obligó a la evolución en las técnicas de producción de ladrillos; con la creación de las

58
primeras fábricas se comenzaron a prensar con máquinas y a hornear a altas
temperaturas a partir del carbón mineral (Molina e Hinojosa de Parra, 2011).

La construcción del primer horno en la ciudad para la fabricación de los ladrillos fue
realizada por la Fábrica de ladrillos Calvo en 1886, gracias a ello se fabricaban ladrillos
prensados y cocidos a altas temperaturas, uniformes en tamaño, color y forma, por ende
el “ladrillo Calvo” fue muy utilizado en las construcción de las casas del centro de la
ciudad, se dice también que la fábrica Calvo habría comprado una mina de carbón muy
cerca para garantizar el combustible para los hornos (Escovar, Mariño y Peña, 2004; De
la Pedraja, 1985 en Molina e Hinojosa de Parra, 2011).

Siglo XX (Finales siglo XIX a 1950)

Actores sociales: Fábricas, instituciones estatales, familias desplazadas,


haciendas.

Condiciones sociales: A comienzos del siglo XX, se encontraban chircales


asentados en lo que hoy conocemos como las localidades de Teusaquillo y Chapinero, allí
familias provenientes de municipios, de los departamentos de Boyacá y
Cundinamarca, amasaban la greda que extraían de los cerros cercanos para
convertirla en ladrillos que darían forma a nuevas edificaciones en la creciente ciudad, así
comienzan las familias a asentarse en los Cerros Orientales para vivir y trabajar
(Chaparro, J.et al., 1997).

La industria se tecnifica y se construye la primera fábrica o ladrillera de Horno Continuo,


el cual permite producir las 24 horas del día sin interrupción y en cantidades superiores a
las del Horno de Pampa que eran los más utilizados en esa época (Chaparro, J. et al.,
1997).

Se implantaron medidas para la época, en el contexto del movimiento conocido como


higienismo, en donde se creía que las principales causas de las enfermedades y
epidemias eran los malos hábitos de las clases populares, por lo cual se hacían
necesarios el control y vigilancia de estos sectores para eliminar la suciedad, los malos
olores y las infecciones, manteniendo así una buena higiene de la ciudad. Es preciso
indicar que las prácticas higienistas se relacionaban con recursos naturales como el aire y
el agua, ya que éstos eran los que se encontraban en estados lamentables a causa de la
contaminación (Jiménez, 2011).

Transformaciones a los cerros orientales: Los chircales y las ladrilleras


aumentan, así como la producción y la demanda por ladrillo y tejas; entonces, las grandes
haciendas a las afueras de la ciudad (Teusaquillo y Chapinero) entran al negocio (imagen
4), haciendas como las de los Ferré Amigo, los Muñoz y los Pardo Rubio, comienzan a
explotar lo que anteriormente se conocían como los páramos de San Luis y San Cristóbal;

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en dichos terrenos se encuentran hoy día los barrios Paraíso, San Martín, Pardo Rubio,
Mariscal Sucre y Villa del Cerro, así como los asentamientos Villa Anita y Las Acacias.
Los chircales que aparecen en aquel tiempo, eran porque habían sido construidos por los
dueños de las haciendas o porque eran construidos por familias que arrendaban predios
en las haciendas (Chaparro, J. et al., 1997).

A medida que la industria se tecnifica en algunos chircales y se hace tan importante para
la ciudad; las familias de los chircaleños, mineros, canteros, crecen y se asientan cerca a
sus trabajos en las faldas de los cerros, algo importante es la instalación de la central de
mezclas de las fábricas Cementos Samper y Diamante, (hoy Universidad Javeriana) ya
que los trabajadores explotaban los materiales arriba en los cerros y luego de ello los
transportaban a través del Parque Nacional hasta la Central de Mezclas donde era
procesada la materia prima para convertirla en cemento (Chaparro, J. et al., 1997). En
consecuencia, crecen las familias de los chircaleños, canteros, mineros y ladrilleros, que
trabajan y habitan los cerros con la esperanza de alcanzar, algún día, un futuro digno
para ellos y sus familias (Chaparro, J. et al., 1997).

Imagen 4. Chapinero
1918. Se puede
apreciar en el fondo
la erosión del suelo
posiblemente por la
explotación de los
chircales. Fuente:
Antonio Gómez
Restrepo 1918.
Tomado de Preciado,
Leal & Almanza,
(2005).

Más adelante, para la década de 1940 se prohíbe la actividad minera en dicha zona, por
lo tanto, para pagar las deudas adquiridas con bancos y con los trabajadores “las familias
dueñas de los predios donde se desarrollaban estas actividades deciden pagar con tierra
los derechos laborales de sus trabajadores, o bien fraccionarlos y venderlos por partes a
diferentes postores” estas primeras fragmentaciones del territorio en los cerros
determinarán los primeros terrenos que serán objeto del mercado y también se
desarrollarán barrios como el Mariscal Sucre, el Paraíso, entre otros (Bohórquez, 2008, p.
136).

60
Otros barrios surgían como consecuencia de la migración a causa de la violencia en las
zonas rurales y también gracias a las posibilidades de trabajo que las minas ofrecían a los
campesinos que se asentaban cerca a sus fuentes de trabajo y es allí cuando se inicia un
proceso de urbanización en el área conocida como el Paseo Bolívar, con barrios como
Egipto, San Cristóbal, Belén, Las Cruces, etc. todos estos barrios se ubicaban en los
cerros o en las faldas de los mismos, ya que para la época existía una fuerte segregación
social donde los cerros se convirtieron en los espacios predilectos para la conformación
de barrios pobres y obreros, mientras que en el centro y la recién conformada Chapinero
se encontraban los barrios de las clases más pudientes (Ruíz y Cruz, 2007; Bohórquez,
2008,).

El estado de los cerros orientales de la ciudad para la época (finales del siglo XIX y
comienzos del siglo XX) era ya lamentable, como se puede apreciar en las imágenes 5 y
6; después de siglos de ocupación y de explotación gracias a los chircales, ladrilleras,
tejares y minas, por parte de los colonos y los santafereños los procesos de degradación
y erosión del suelo se hicieron cada vez más evidentes para los habitantes de la ciudad.

Imagen 5. Estatuas de Colón y la


Reina Isabel, con vista a los cerros
orientales, desde la avenida Colón,
1910. Donde se aprecia el proceso de
erosión del suelo de los cerros
orientales. Tomado de Alcaldía Mayor
de Bogotá (2000).

Imagen 6. Cañón entre los


cerros de Monserrate y
Guadalupe, 1897. Allí se
observa la escasa
vegetación y una casa en las
faldas de los cerros
orientales. Tomado de
Alcaldía Mayor de Bogotá
(2000).

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Todas estas transformaciones sobre el territorio se mantienen y se intensifican, la
planeación urbana y la preocupación por lo ambiental es casi que inexistente en la época,
hasta que la cobertura forestal de los cerros orientales casi desapareció por completo, y lo
que antes eran un extenso bosque, ahora no era más que hierba y tierra (Bohórquez,
2008). Y es en este momento, cuando comienzan las primeras acciones
gubernamentales para proteger los cerros.

La planeación herramienta para el cuidado de los cerros: A inicio de la


década de 1920 el debate sobre la expansión urbana de la ciudad fue tomando fuerza,
por causa de distintas preocupaciones como el cuidado de las hoyas hidrográficas, los
problemas de salubridad e higiene para el saneamiento de barrios obreros y la insistencia
por controlar la proliferación de los mismos, el ideal de progreso y el afán por dejar a un
lado el atraso que representaba la colonia, etc. En este contexto, surge el proyecto
“Bogotá Futuro” el cual era el primer intento de planificación urbana para Bogotá y donde
se tienen en cuenta los cerros de la ciudad, como se aprecia en la imagen 7. Sin
embargo, este plan nunca fue ejecutado debido a la inexistencia de una entidad
encargada de los temas de urbanismo y planificación (Beuf, 2012).

Imagen 7. El primer
plan para Bogotá:
Bogotá Futuro, 1923.
Donde se observa
aún la intención de
mantener una ciudad
más compacta,
controlando los
ensanches de la
ciudad. Fuente:
Museo de Bogotá,
reconstitución para
el CEAM. Tomado
de Beuf, (2012).

Ya en la década de 1930, el arquitecto y urbanista Karl Brunner, es invitado a participar


en la creación de un plan regulador para la ciudad y es nombrado como director del
departamento de planeación de Bogotá en 1933. En dicho plan regulador prima la
concepción de articular lo natural a lo urbano y es así como se sugieren acciones para el
cuidado de los cerros orientales como el saneamiento del Paseo Bolívar, la construcción
del Parque Nacional y la reforestación de algunas zonas de los cerros. Por otra parte, se
planean avenidas, como la avenida Caracas y de barrios como el Park Way, el Palermo,
Bosque Izquierdo, el Campín, el Centenario y el Inglés (Beuf, 2012; Preciado, Leal &
Almanza, 2005; Serna & Gómez, 2012).

62
En la década de 1940, aparecen varios planes viales y de zonificación para Bogotá, entre
ellos, el primer plan para integrar a los cerros como una zona de reserva, conocido como
Plan Soto Bateman, en 1944, que fue una de las primeras estrategias para su
conservación y de donde se desprenden la prohibición de los chircales en la ciudad como
medida para protegerlos4.

Luego de ello, el reconocido urbanista Le Corbusieur realizará un plan para Bogotá, plan
que se conformaría en dos partes un Plan Piloto realizado por Le Corbusieur, entregado
a la ciudad en 1950 y legalizado mediante el Decreto 185 de 1951 y por último un Plan
Regulador realizado por los arquitectos Paul Wiener y José Luis Sert, para el año de
1953, el objetivo de este último, era operativizar los lineamientos del Plan Piloto (Beuf,
2012; Prieto, 2005; Tarchópulos, 2006). En el Plan regulador se puede ver la importancia
de los cerros orientales y la necesidad de que la ciudad adquiera algunos predios para su
conservación, igualmente se considerna como un sector para uso recreativo dentro de un
nuevo modelo de ciudad, pensado por Wiener y Sert (Preciado, Leal & Almanza, 2005).

Respecto a las construcciones que comienzan a impactar los cerros, es importante


señalar la construcción del funicular de Monserrate llevada a cabo en 1929 (imagen 8), la
inauguración del Parque Nacional Enrique Olaya Herrera considerado como un espacio
urbano que integra los cerros a la estructura de la ciudad, inaugurado en 1934, también,
se construye en 1938 el escenario La Media Torta en inmediaciones a los cerros y la
planta de tratamiento de agua Vitelma, en San Cristóbal, declarada como patrimonio
histórico y artístico de la nación 5.

Imagen 8. Funicular en el cerro de


Monserrate. Se evidencia la
deforestación ocasionada en la zona.
Fuente: Instituto Distrital de Cultura y
Turismo IDTC. Tomado de
http://cerrosdebogota.org/galeria/historic
as/index.html

Otras edificaciones importantes que impactaron los cerros son las residencias el Nogal, la
Escuela de Caballería, el Colegio San Bartolomé, la Universidad de Los Andes y por

4 Tomado de www.cerrosdebogota.org
5 Íbid

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último, el restaurante El Venado de Oro hoy Instituto de Ortopedia Infantil Roosevelt,
todas estas construcciones realizadas en la década de 1940.

Para la década de 1920, se inicia un proceso de reforestación en el barrio Paseo Bolívar y


en las hoyas hidrográficas ubicadas en los cerros orientales, se incorporaron especies
foráneas como pinus, eucaliptos y acacias, que causaron un gran impacto ambiental por
su gran erodabilidad sobre el suelo de los cerros, así mismo, la plantación del retamo
espinoso generó mayores problemas, tantos que hoy en día persisten; también en 1938
se reforestaron las laderas de los cerros del recién inaugurado Parque Nacional,
Monserrate y Guadalupe, con pinos, eucaliptos y acacias 6 (Preciado, Leal & Almanza,
2005).

Imagen 9. Arrabales
en EL Paseo Bolívar.
1930. Fuente: Bogotá
DC. Tomado de
Preciado, Leal &
Almanza, (2005).

Luego, en la década de 1940 Francisco Wiesner pone sobre la palestra el error cometido
al arborizar con especies foráneas los cerros orientales al igual que varios técnicos
colombianos que descubren que la mejor técnica para reforestar es conservar y reproducir
la vegetación nativa. Por lo tanto, para 1945 para reforestar las hoyas de los ríos
Arzobispo, San Francisco y San Cristóbal y las quebradas La Vieja y Las Delicias se
recomienda desarrollar la vegetación nativa que posee mejores condiciones para
almacenar y regular el agua (Preciado, Leal & Almanza, 2005).

Así mismo, para esta década (1940), según Chaparro, J. et al., (1997) los impactos de la
explotación minera sobre el territorio de los cerros, son cada vez más evidentes y por ello
se ordena el cierre de las canteras y chircales entre 1943 y 1949; gracias al aumento de
la población y la presión del desarrollo urbano, se utilizaron grandes áreas de los cerros
para extraer arenas, arcillas y grava con destino a la construcción, lo cual llevó al

6 Tomado de www.cerrosdebogota.org

64
exterminio total de la vegetación en estas zonas. Por ende, administración municipal
decide trasladar dichas empresas al norte (Usaquén) y sur (San Cristóbal, Tunjuelito y
Usme) de la ciudad en donde actualmente persisten (SDP, 2007; Preciado, Leal &
Almanza, 2005).

Imagen 10. Siembra


del árbol década de
1940. Fuente: Diego
Uribe Vargas. Tomado
de Preciado, Leal &
Almanza, (2005).

Pero no solamente las canteras, minas, chircales y ladrilleras ubicadas en los cerros
orientales fueron objeto del traslado, también lo fueron las empresas Cementos Samper y
Cementos Diamante que se ubicaban en inmediaciones de lo que hoy es la Universidad
Javeriana, ya que a causa de sus operaciones afectaron la malla vial cercana, entre
carrera 7 a 16 con calle 50. Por ello, dichas empresas se trasladan también al sur y norte
de la ciudad donde aún existen (Preciado, Leal & Almanza, 2005).

1950 – Actual. (Los cerros orientales urbanización y marco jurídico).

Actores sociales: ciudadanos, instituciones gubernamentales, haciendas.

Condiciones sociales: En este período, las transformaciones del territorio en los


cerros orientales de Bogotá se dan origen en el contexto de la época conocida como “La
violencia”, como consecuencia de la compleja situación por la cual atravesaba el país
originada por la violencia bipartidista del momento. Lo cual se tradujo en las ciudades en
un aumento poblacional acelerado fortalecido por el desplazamiento forzado; en
consecuencia, la ciudad se urbaniza creando nuevos barrios tanto al sur como al norte.

Transformaciones a los cerros orientales: Es necesario recordar que aún para


la década de 1950 el bosque de los cerros orientales, seguía abasteciendo a la ciudad de
recursos energéticos, mediante la compra y venta de leña de cuartillo, carbón de encenillo
y tuno; hasta que aparece la energía eléctrica y el cocinol a finales de 1970, sin embargo,
para 1955 la recién creada Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB)

65
adquiere predios en los cerros orientales para protegerlos, también para la época se
instalan las antenas para la recién llegada televisión en los cerros La Teta y El Cable
(Ramírez, 2003 en Meza, 2008;).

Se realiza la construcción del Hospital Militar y se desarrollan barrios y edificaciones sobre


canteras abandonadas. En este contexto, por la vía al Llano, los nuevos barrios son
ocupados principalmente por familias desplazadas quienes de manera ilegal acceden a
los predios para reconstruir sus hogares y su vida; otra forma de acceder a los predios,
fue el proceso de división de las grandes haciendas que se dedicaban a la agricultura; al
parcelar y lotear las tierras muchas de ellas fueron destinadas para la explotación
artesanal de materiales de construcción, dando origen a la creación de ladrilleras y la
explotación minera al sur de la ciudad para suplir la demanda de la urbanización de
Bogotá (Fundación Cerros de Bogotá, 2004; SDP, 2007).

Un proceso que coadyuvó en el ímpetu urbanizador fue la división y el loteo de las


antiguas quintas de recreo y haciendas coloniales; aprovechando los altos costos de la
tierra los urbanizadores de la ciudad vieron en el occidente de la ciudad una oportunidad
inigualable para sus intereses económicos.

Por otra parte, la urbanización se orientó principalmente hacia el sur oriente donde se
desarrollaban diversas actividades artesanales a lo largo de las laderas y fuentes que
descendían de los cerros con lo cual la expansión del casco urbano continuó desde las
Cruces hacia San Cristóbal y surgían nuevos núcleos hacia Tunjuelo, respecto al norte de
la ciudad los barrios construidos en las faldas de los cerros se caracterizan por ser de
estratos altos, su construcción fue jalonada por el desarrollo del sistema de transporte
urbano y el tranvía, por lo cual entre las décadas de 1950 y 1960 se amplió el barrio Chicó
y se construyeron otros barrios como Santa Ana, Santa Bárbara, Los Rosales, Chapinero
Alto, Bosque Medina, entre otros. Otros barrios obreros fueron construidos en esta época
como lo son Pardo Rubio (construido en los predios de los antiguos chircales de la familia
Pardo Rubio) Calderón Tejada, entre otros; al norte, Pedregal, San Cristóbal Norte, San
Gabriel, etc. Barrios como Los Rosales y Calderón Tejada, fueron construidos sobre
antiguas canteras aprovechando especialmente las zonas planas (Contraloría, 2006;
SDP, 2007).

Este proceso de ocupación de los cerros tuvo causas distintas; como la cercanía de los
terrenos a las fuentes de trabajo; areneras, chircales, minas y/o canteras y también el
desplazamiento forzado a causa de la violencia bipartidista, barrios que surgieron gracias
a luchas urbanas y comunitarias y también a la intervención de distintos agentes. Por otra
parte, al nororiente de la ciudad (en estratos altos) la urbanización se produjo
básicamente por la oferta de una vista inigualable de la ciudad y su sabana, la calma que
representaba vivir en las laderas de los cerros, agregando un valor al paisaje y a la
naturaleza de los mismos; en este sentido, se inició un proceso de construcción de bienes

66
de lujo, para personas dispuestas a pagar por estos servicios que ofrecían los urbanistas
de la ciudad.

La tendencia urbanizadora en la ciudad se incrementa a partir de la década de 1960,


entre otros, por la creación de vías y autopistas, como por ejemplo el Programa Integral
para el Desarrollo Urbano de la Zona Oriental de Bogotá (PIDUZOB), la antigua vía al
Llano, etc. por entonces, los barrios surgían debido a parcelaciones de antiguas fincas,
programas de vivienda estatales, creación de barrios clandestinos, etc. Sin embargo, en
1961 se amplía el Parque Nacional hasta el Camino de Monserrate con el fin de proteger
parte de los cerros orientales (Contraloría, 2006; SDP, 2007).

Ya para la década de 1970, al norte y centro de la ciudad los cerros comienzan a ser
ocupados por centros educativos y aún por constructores de apartamentos de lujo para
estratos altos; mientras que al suroriente de la ciudad el proceso de urbanización ilegal se
origina por los intereses de promotores de vivienda piratas e inescrupulosos o también
por familias que al no poder acceder a la vivienda, por sus altos precios, ocupan terrenos
ilegalmente para luego pedir su legalidad y demandar servicios básicos (agua,
alcantarillado, etc.) a la ciudad. En esta década, se realiza la construcción de la avenida
circunvalar o avenida de los cerros, pese a la inmensa oposición del Concejo y de la
sociedad civil al desarrollo de la misma y se realiza un proceso de reforestación llevado a
cabo por la CAR, proceso que genera críticas al utilizar nuevamente especies como pinos
pátula y pinos candelabro que son exóticas y nocivas para los ecosistemas de bosque alto
andino (Contraloría, 2006, Ramírez, 2005 en Meza, 2008).

Para la década de 1980, el suroriente de la ciudad continúa su urbanización, aparecieron


nuevos asentamientos de vivienda popular y muchos de ellos se legalizaron y se
integraron al área urbana en contravía de la normatividad ya existente. En este contexto,
aumenta la presión urbana sobre los cerros orientales y el desarrollo urbano coincide con
la segregación social, al norte para la década de 1990, aparecen “urbanizaciones como
Montearroyo, Sierras del Moral,…de estratos altos” así como también Bosque de
Orquídeas y Bosque de Torca, las cuales no son informales, pero son ilegales (según
acuerdos y resoluciones, actuales) y también aparecen urbanizaciones al sur de la ciudad
cerca a la salida de Villavicencio consideradas como informales, todas estas de estratos
bajos. La construcción urbana en los cerros comparte la especulación del suelo por parte
de los urbanizadores y constructoras, tanto ilegales como legales (SDP, 2007).

Otro aspecto importante para entender las trasformaciones realizadas a los cerros en este
lapso de tiempo proviene de la normatividad jurídica ya que aparecen mecanismos para
protegerlos, aunque también como lo veremos aparecen reglamentaciones que pretenden
dar legalidad a desarrollos urbanísticos y de infraestructura, tanto de propiedad privada
como públicos. Este marco jurídico se sintetiza en el Anexo 7.

67
Como se puede apreciar en el anexo 7 en la década de 1970, se inician las intervenciones
jurídicas en los cerros orientales, la primer intervención jurídica fue lo que se conoció
como PIDUZOB que preveía la construcciones de ciertos equipamientos, entre ellos la
Avenida de los cerros o circunvalar, con lo cual el impacto a los cerros fue grande, ya que
la construcción de dicha avenida impulsaría la urbanización y la construcción de
edificaciones para diferentes fines(educativas, recreativas, entre otras).

Luego de ello, uno de los aspectos más relevantes fue el acuerdo 30 de 1976 del Instituto
de Desarrollo de los Recursos Naturales Renovables –Inderena–, aprobado por la
resolución 076 de 1977 del Ministerio de Agricultura, en el cual se declara a los cerros
orientales de Bogotá como Reserva Forestal Protectora, desde ese momento los cerros
son vistos como parte de la estructura ecológica regional y son tomados en cuenta desde
una perspectiva distinta a nivel urbano. En este acuerdo también se definen los límites de
la reserva, se delega a la Corporación Autónoma Regional (CAR) como autoridad y
administradora de la reserva, se definen condiciones para el uso del área y por último las
sanciones para las acciones que afecten los recursos naturales y el modo de aplicarlas
(Maldonado, 2005).

Luego de esta declaración se realizan constantes sustracciones a la reserva e


incorporaciones de áreas de los cerros a la estructura urbana por parte del concejo de
Bogotá, la CAR y también la alcaldía de Bogotá, a través de los distintos planes de
ordenamiento territorial (POT), así como suceden varios litigios y batallas legales por la
preservación de los cerros orientales como un ecosistema estratégico para la ciudad y la
anulación de las licencias de construcción en el mismo.

En este contexto, se dejan por fuera grandes territorios que habían comenzado a ser
transformados por asentamientos urbanos y por la industria minera urbana. Para el caso
de Usme se dejan por fuera ecosistemas y corredores ecológicos importantes como lo
son el Parque Ecológico Distrital de Montaña Entrenubes (conformado por los cerros
Guacamayas, Juan Rey y Cuchilla del Gavilán), separado de los cerros orientales por
barrios de la localidad de San Cristóbal; y también se encuentra por fuera el Corredor de
Restauración Santa Librada-Bolonia. Con lo cual la urbanización y la minería han
despojado de varias hectáreas a los ecosistemas tanto de los cerros como del parque
Entrenubes y del corredor Santa Librada-Bolonia.

Usme (UPZ Gran Yomasa) ¿territorio minero?

La localidad de Usme y en particular la UPZ Gran Yomasa no escapan al fenómeno de la


minería urbana que se presenta en la localidad y en localidades contiguas como lo son
Ciudad Bolívar y Tunjuelito, a pesar de su gran riqueza rural, Usme en su mínimo
porcentaje de territorio urbano contiene numerosas canteras y explotaciones que hacen

68
que el paisaje del territorio cambie abruptamente y que causan un gran impacto social y
ambiental sobre el mismo y la población.

Características generales. La localidad de Usme se encuentra situada en el sur de


Bogotá y limita al norte con las localidades San Cristóbal, Rafael Uribe Uribe y Tunjuelito;
al oriente con los municipios de Chipaque y Une; al sur con la localidad de Sumapaz; y al
occidente con la localidad Ciudad Bolívar, con el Río Tunjuelo de por medio y los
municipios de Pasca y Soacha. Posee una extensión total de 21.556,16 hectáreas (ha),
de las cuales 2.063,84 se clasifican en suelo urbano, 1.185,65 corresponden a suelo de
expansión y 18.306,52 se clasifican en suelo rural, que equivale al 85% del total de la
superficie de la localidad (SDP, 2011a; SDH-DAPD, 2004; Salamanca, 2011).

Contexto histórico de la localidad de Usme:

Período prehispánico. La historia de la localidad de Usme, está ligada a los


indígenas muiscas que habitaban dichos territorios, según la tradición oral Usme proviene
de la palabra Useme, que en lengua Muisca significa “Nido de amor” o del nombre de
Usminia, la hija del cacique Saguanmachica (SDA, 2009; SDH-DAPD, 2004). Se dice que
en Usme, vivió el cacique Saguanmachica, padre de la princesa Usminia y sucesora del
primer zipa y princesa de Bacatá (Localidad de Usme, 2011). Otra de las historias afirma
que “hacia el año 1480, se enfrentó Saguanmachica, el cacique de Usme, con el cacique
de Ubaque y el zaque de Tunja, quienes invadieron el pueblo, raptando a Usminia la hija
de Saguanmachica. Finalmente el cacique de Usme recuperó el control del pueblo, y se
convirtió en el primer zipa de Bacatá, aunque nunca pudo recuperar a su hija.” (SDH-
DAPD, 2004).

Período colonial y republicano. Luego del proceso de colonización llevado a cabo


en toda América, la población indígena se ve sometida a la esclavitud, la encomienda, la
mita y a las costumbres religiosas y sociales impuestas por los europeos. Para el año
1650 se fundó la población de San Pedro de Usme como poblado de carácter rural, y en
1711 se erigió como parroquia (Localidad de Usme, 2011). Por esa época, la hacienda
emerge como una estructura de poder, que además proveía de servicios agrícolas a la
ciudad, pero también como unidad de dominio del territorio y sus habitantes. Otra
importante historia es la que hace referencia a “la leyenda de las “marichuelas”, María
Petronila y María Lugarda, dos hermanas que compartían en Usme una residencia
cercana al Palacio de Gobierno, que a finales de 1740 estaba habitado por el virrey Solís,
quien se enamoró de María Lugarda (la cual fue desterrada por la sociedad santafereña
hacia el territorio de Usme) y en honor a ella mandó construir la hacienda Las Manas
(para visitarla).” (SDH-DAPD, 2004).

69
Estas haciendas decayeron debido a varios factores entre los que se encuentra la
violencia bipartidista y la acción de las guerrillas liberales, el rápido crecimiento urbano, la
demanda de tierras en contravía al sistema de la gran hacienda, entre otros (SDH-DAPD,
2004; CCB, 2006).

Período moderno. Para 1911 Usme se convierte en municipio y alcanza su


autonomía y en 1954 se crea el Distrito Especial de Bogotá (SDP, 2011a; CCB, 2006;
SDH-DAPD, 2004) gracias a una enmienda constitucional de 1945 que convierte a Bogotá
de municipalidad a Distrito Especial y que sólo se aplica hasta el gobierno de Gustavo
Rojas Pinilla (Preciado, Leal & Almanza, 2005) luego de ello, mediante la ordenanza
séptima de la Asamblea de Cundinamarca, se suprime como municipio anexándose a la
ciudad; en este lapso de tiempo “se parcelan las tierras que eran destinadas a la
producción agrícola para dar paso a la explotación en forma artesanal de materiales para
la construcción, convirtiendo la zona en fuente importante de recursos para la
urbanización de lo que es hoy Bogotá” (SDP, 2011).

Luego, mediante el Acuerdo No. 26 del 9 de diciembre de 1972 se crean 16 Alcaldías


Menores, de las cuales hacía parte Usme y, posteriormente mediante el Acuerdo 8 de
1977 se reglamentan sus funciones. En 1993 mediante el Acuerdo No. 15 de Octubre 22,
se aclaran los linderos de la localidad de Usme (SDP, 2011a). Hay que recordar que ya
para la fecha la ciudad de Bogotá había recuperado su carácter de Distrito Capital perdido
en el año de 1910, cuando se convierte de nuevo a municipalidad, éste carácter fue
devuelto gracias a la promulgación de la Constitución política de 1991(Preciado, Leal &
Almanza, 2005).

Por otra parte, es necesario indicar que la localidad de Usme ha tenido gran importancia
para Bogotá, debido a que es allí en donde se concentrará la expansión urbana de la
ciudad con la Operación Estratégica Nuevo Usme, esta operación tiene su origen en el
Decreto No. 190 de Junio 22 de 2004, en donde se reformula el Plan de Ordenamiento
Territorial (POT) de Bogotá D.C., allí en el artículo 24 se enuncia a Usme como una nueva
centralidad llamada Eje de integración Llanos/Nuevo Usme.

Luego de ello, en al año 2007, mediante el Decreto 252 del 21 de Junio se adopta la
Operación Estratégica Nuevo Usme - Eje de integración Llanos y el Plan de
Ordenamiento Zonal de Usme, en los cuales se presentan las estrategias para la
intervención, así como, los planes parciales en los cuales se desarrollará la Operación
estratégica Nuevo Usme.

Debido a la importancia de esta zona de la ciudad para el desarrollo urbanístico, este


megaproyecto ha tenido varias complicaciones como lo son el enfrentamiento con parte
de la comunidad, la obtención de los predios por parte de Metrovivienda y recientemente
la aparición de la Declaratoria de la Reserva Forestal de la Cuenca Alta del Río Bogotá

70
en 1977, en donde gran parte del área donde se sitúa la Operación Estratégica Nuevo
Usme hace parte de la Reserva Forestal mencionada anteriormente (Londoño, V. &
Maldonado, J., 2011). Por lo cual, para el desarrollo del proyecto se hace necesario
resolver dichas problemáticas.

Para una mejor comprensión del contexto histórico de la localidad de Usme, se decidió
realizar el análisis en cinco períodos de tiempo: prehispánico, colonial, republicano
moderno y por último 1950 hasta la actualidad. Teniendo en cuenta cuatro categorías
como lo son: actores sociales, que representan los principales actores que inciden en los
procesos sociales, económicos, culturales, políticos y ambientales en Usme; la segunda
categoría hace referencia a las transformaciones al territorio y allí se describen cuáles han
sido los principales cambios a lo largo de la historia en Usme; otra categoría es la de
ruralidad, categoría esencial para describir y comprender los impactos que se han
efectuado sobre un territorio eminentemente rural como lo es Usme. Y finalmente, la
categoría institucional hace referencia a las divisiones y representaciones territoriales de
carácter administrativo por las cuales ha transcurrido Usme, hasta convertirse el día de
hoy en localidad de la capital de Colombia.

Tabla 4. Período histórico y transformaciones en Usme.

Categorías Actores Transformaciones al Ruralidad Institucional


sociales territorio
Período
Indígenas Mínimos cambios, alto grado Agricultura principal Cacicazgo
Prehispáni- de conocimiento del territorio, actividad para la
co se enfatiza en la agricultura población (SDH-
(SDA, 2009). DAPD, 2004).
Indígenas Comienzan por el Emerge hacienda Poblado rural,
y poblamiento del territorio bajo como estructura de San Pedro de
colonizado la denominada hacienda, poder y unidad de Usme
Colonial res. acentuándose la agricultura dominio del territorio y (Localidad de
de la población, Usme, 2011).
principal proveedor de
servicios agrícolas
(SDH-DAPD, 2004).
Indígenas, Incremento poblamiento del Mayor intensidad de la Poblado rural,
colonizado territorio, mayor intensidad de agricultura (CCB, San Pedro de
res, y la agricultura, inicio 2006). Usme
Republicano criollos. actividades extractivas por
traslado de las mismas
(SDH-DAPD, 2004).

71
Campesin Incremento poblamiento del Decaimiento En 1911 se
os, territorio, extensión del casco haciendas por convierte en
guerrillas, urbano, intensificación guerrillas liberales y municipio
Moderno desplazad actividades extractivas (SDP, demanda de tierras; y (Preciado,
os, 2011). se fraccionan (SDH- Leal &
DAPD, 2004; CCB, Almanza,
2006). 2005).
Ciudadano Aumenta poblamiento del Zonas rurales En 1954 se
s, territorio, extensión casco afectadas por anexa a
campesino urbano, se intensifica la incremento Bogotá.
1950 - s, mineros, minería, construcción vías, urbanización formal e Actualmente
Actualidad empresas, asiento población informal, y actividades localidad
entidades desplazada, aumento extractivas. quinta (SDP,
distritales, comercio (Londoño, V. & 2011a).
etc. Maldonado, J., 2011).
Fuente: Elaboración propia.

Como lo vemos en la en la Figura 2 la parte en rosado corresponde al área urbanizada


siendo la vía de acceso a los Llanos y que en los últimos años ha permitido la extensión
urbana de Bogotá. En el anterior mapa podemos apreciar que la localidad de Usme tiene
un carácter agrícola ya que su suelo es predominantemente rural (en verde) y que la parte
es rosado hace referencia al suelo urbanizado mucho menor que el rural, esto hace que la
localidad sea tenida en cuenta en las políticas distritales como un área para la expansión
y desarrollo urbano.

Luego de realizar una consulta intensiva acerca de los diagnósticos realizados y de


realizar su lectura y análisis, se utiliza la siguiente tabla (5) para sintetizar dicho análisis al
territorio de Usme teniendo en cuenta varias dimensiones como la ambiental, socio-
cultural, económica, gubernamental – institucional, y transformaciones territoriales. Este
análisis dimensional permite comprender de manera integral la situación actual de la
localidad de Usme como resultado de las interacciones de las dimensiones, las cuales
determinan cambios trascendentales en la dinámica territorial y por ende incide en las
características de las poblaciones y sus maneras de actuar.

72
Tabla 5. Análisis por dimensiones localidad de Usme

Análisis por Ambiental Socio - Cultural Economía Gubernamental - Transformaciones


dimensiones Institucional Territoriales

Ambiental Bajo conocimiento de Las principales Se realiza seguimiento Son en gran parte
potencial y actividades, son la esporádico a consecuencia a la
características agricultura, el actividades riqueza ambiental que
ambientales. Mal comercio y la minería extractivas ilegales, posee la localidad, lo que
manejo de basuras, de materiales de haciendo sellamientos ha permitido la
contaminación hídrica construcción, en a las mismas; no explotación sistemática
pese a su potencial. donde esta última obstante la presencia de los recursos desde
genera impactos y el seguimiento son décadas atrás. Como
negativos sobre los insuficientes para cambio del paisaje,
recursos naturales y contrarrestar los descapote del suelo,
la salud de la perjuicios a los deforestación de zonas y
población. recursos naturales. turbiedad de fuentes
hídricas cercanas, etc.

Socio - Formación geológica Debido al porcentaje Los equipamientos de Se producen debido a


Cultural y unidades de paisaje de población salud son insuficientes que es la población la
permiten y desplazada los para la zona y para la que produce y reproduce
representan la forma niveles de desempleo población; en cuanto el territorio, por lo tanto,
de poblamiento del subempleo y empleo a educación existen las costumbres sociales y
territorio y sus informal son altos; equipamientos de culturales son
transformaciones. por lo cual la educación básica determinantes en el
Temperaturas oscilan población joven se ve secundaria y media proceso de
entre los 7° y 14° C, sometida a incurrir aunque son transformación del
fuertes aguaceros en delitos como insuficientes los de territorio, máxime
contribuyen a robos y pandillismo. educación superior. cuando la localidad es
procesos de erosión y La agricultura es una receptora de la
arrastre de material de las actividades que población desplazada del
en zonas de canteras. genera
73 mayor empleo país.
en la zona rural.
Análisis por Ambiental Socio - Cultural Economía Gubernamental - Transformaciones
dimensiones Institucional Territoriales

Economía Gracias a su Empleo informal, Insuficiente presencia Las transformaciones


geomorfología subempleo, empleo de entidades territoriales son
presencia de rural, comercio gubernamentales para producto en gran parte
ladrilleras, canteras, pequeño y centrificado que promueva de las actividades
minas artesanales de en zona urbana cerca a diferentes actividades económicas que en la
materiales de la Av. Caracas. Mayor económicas y brinde zona se desarrollan entre
construcción, etc. fuente de empleo el distintas alternativas a ellas se encuentran la
Carácter rural más comercio y las la minería y el industria extractiva, la
del 80 % territorio en canteras. Comercio se comercio. agricultura, la
dicha condición. ubica en la zona urbanización y el
urbana. Usme es una comercio; actividades
de las localidades que que inciden directa e
cuenta con mayor indirectamente sobre el
índice de pobreza, su territorio y la población
población se concentra que allí vive.
en los estratos 1, 2 y
sin estratificar.

Guberna- Por sus Presencia de entidades Insuficiente Usme se divide en siete


mental e características y su distritales, comedores presencia de unidades de
Institucional potencial ambiental comunitarios, en entidades del planeamiento zonal
debería haber más cuanto a salud: UBA – gobierno para (UPZ). Dichas unidades
presencia de la SDA, UPA Subsidios organizar la son concebidas para
DPAE, entre otras. monetarios – Acción población en torno a planear políticas sobre el
social, ONGs, etc. actividades territorio de acuerdo a
productivas. la población, sus
necesidades,
expectativas y realidad
ambiental.

74
Análisis por Ambiental Socio - Cultural Economía Gubernamental - Transformaciones
dimensiones Institucional Territoriales

Transforma- Transformación del La llegada de La minería de Anteriormente Usme


ciones paisaje y del suelo población desplazada materiales de era un pueblo, luego
Territoriales por descapote o por al territorio incide de construcción genera en 1954 se convierte
deforestación, para manera directa en la arraigo y en alcaldía menor
extracción minera. apropiación y dependencia formando parte de la
transformación del económica de las ciudad lo que
territorio debido a sus familias que laboran contribuye al proceso
concepciones en dicha actividad, en de urbanización de la
culturales. condiciones de zona. Actualmente
subempleo, ya que es Usme es una de las 20
la única alternativa localidades de Bogotá
posible. y es administrada por
un alcalde local
nombrado por el
alcalde mayor y
también por la
asamblea local
formada por ediles,
elegidos (as)
popularmente.

Fuente: Elaboración propia. Con base en Salamanca (2011), SDP (2011ª), SDH-DAPD (2004), Londoño, V. & Maldonado, J. (2011), CCB
(2006), SDA (2009), Preciado, Leal & Almanza, (2005).

75
Como se denota en la tabla anterior (5), las principales transformaciones
territoriales que suceden en la localidad de Usme se presentan debido a la
explotación minera producto del descapote y la transformación del paisaje por la
explotación del material; aunque la urbanización es otra actividad generadora de
transformaciones importantes, esto en gran parte por el efecto del proceso de
especulación del suelo reinante en la ciudad, con lo cual cada vez se necesitan
mayor cantidad de predios.

Respecto al tema ambiental, en la localidad de Usme se presenta una gran


riqueza de recursos naturales, sin embargo, uno de las problemáticas es el
desconocimiento de sus habitantes de dichas riquezas. Por otra parte, los
impactos más representativos provienen de las actividades económicas como lo
son el comercio, la urbanización y la minería de materiales de construcción.

En relación a la dimensión económica, las principales actividades presentes en la


localidad son el comercio, que se reduce a locales contiguos a la avenida
Caracas, otra de las actividades importantes es la actividad minera que genera
empleo en los barrios cercanos a los frentes de explotación. Es necesario
mencionar que en la localidad la regla es el desempleo y subempleo, y que su
población, en más de un ochenta por ciento, pertenece a los estratos
socioeconómicos uno y dos, por lo tanto las condiciones económicas de las
familias son precarias. En el tema socio-cultural se resalta que un buen porcentaje
de la población pertenece a diferentes departamentos y regiones del país, por lo
tanto Usme se convierte en una de las localidades que mayor población recibe de
otra parte de las regiones, no obstante, las principales causas de esta recepción
son el desplazamiento forzado y la falta de oportunidades en sus regiones de
origen.

Por último, la dimensión gubernamental-institucional se resalta por su ausencia y


poca efectividad para resolver los problemas del día a día de los habitantes de la
localidad; se encuentran insuficientes equipamientos en cuanto a salud,
recreativos, educativos, bibliotecas y de seguridad, y la regulación a la actividad
minera, al espacio público, entre otros son también insuficientes.

La presente investigación se desarrolla en la localidad de Usme de la ciudad de


Bogotá, y más específicamente en el territorio conocido como Gran Yomasa que
es una de las siete UPZ (Unidades de Planeación Zonal) pertenecientes a Usme.
En Gran Yomasa se encuentra una cantidad de 94 barrios siendo la UPZ con
mayor cantidad de los mismos en la localidad.

Por lo cual a continuación se presenta un mapa de la localidad con las unidades


de planeación zonal, allí podemos observar que limita con las otras seis unidades

76
como Danubio, Comuneros, Alfonso López, Ciudad Usme, La Flora y Parque
Entrenubes; al limitar con esta última es importante analizar dichas relaciones, ya
que la actividad minera se asienta en los límites de este parque y los riesgos y
consecuencias de los impactos ambientales aumentan.

También podemos observar que Gran Yomasa es la segunda unidad de


planeación con mayor cantidad de área lo que supone que es allí es en donde se
asienta la mayor cantidad de población de la localidad, además al ser atravesada
por la avenida Caracas hace que tenga un proceso de urbanización alto y que la
mayoría de actividades comerciales se asienten en la UPZ, estas características
hacen que sea una de las unidades de planeación más importantes en cuanto a
equipamientos educativos, de salud, sociales, etc.

77
Figura 2. Unidades de Planeación Zonal (UPZ) de la localidad de Usme.
Tomado de SDP (2009)

78
Capítulo 5. Resultados y análisis

La presentación de resultados obedece a las categorías que se determinaron para


realizar el análisis de la información, los datos y resultados obtenidos, luego de
implementar las estrategias y herramientas metodológicas para comprender y
realizar una aproximación a la problemática planteada. La primera parte hace
referencia a la descripción de la explotación minera en la UPZ Gran Yomasa para
conocer en qué condiciones se realiza dicha actividad; luego de ello, se presentan
las categorías de análisis planteadas con anterioridad y las subcategorías de
análisis encontradas en el proyecto de investigación.

Para una mejor comprensión y claridad se presenta la siguiente matriz de


resultados en la cual se presenta una relación entre el problema, los objetivos
propuestos, las categorías determinadas y subcategorías encontradas en el
proceso de investigación, los instrumentos metodológicos utilizados para hallar los
resultados y por último, el resumen de los resultados del presente trabajo
investigativo.

79
Tabla 6. Matriz de resultados

Problema Objetivos Categorías Subcategorías Instrumentos Resultados


metodológicos
Caracterizació  Identificadas nueve
Caracterizar n de la  Tipo de  Observación explotaciones mineras.
las explotación explotaciones directa  Explotaciones en Gran
explotaciones minera de Yomasa: chircales manuales y
mineras materiales de mecanizados, pequeña y
presentes en construcción  Legalidad- mediana industria.
¿Cuáles son los la UPZ Gran en Gran ilegalidad  Revisión  Explotaciones en su mayoría
principales Yomasa. Yomasa documental ilegales.
impactos (Usme)
sociales y Establecer las Implicaciones  Observación
ambientales de implicaciones sociales, directa  Identificados veinte impactos,
la minería en la sociales, ambientales y  Lista de diecinueve negativos uno
población y el ambientales y económicas  Impacto control simple positivo.
territorio de la económicas de de la ambiental  Árbol de  Recursos afectados: suelo,
UPZ-Gran la actividad explotación impactos aire, agua y cobertura vegetal.
Yomasa minera en la minera en  Encuestas  Árbol de impactos ambientales,
(localidad de UPZ Gran Gran Yomasa  Entrevista sociales y económicos.
Usme)? Yomasa. (Usme).
Emergente: Pasivo ambiental  Observación  Identificados cinco pasivos
Pasivos directa ambientales.
ambientales
Identificar las  Cartografía
transformacion social  Identificadas representaciones
es urbanas  Afectación y  Observación del territorio.
conexas a la Transformacio cambio del directa
¿Cuáles son las actividad nes urbanas paisaje  Lista de
transformacione minera y las asociadas a la control simple  Identificado proceso de

80
s urbanas representacion explotación  Proceso de  Árbol de urbanización como conexo al
conexas a dicha es proyectivas minera en urbanización impactos proceso de minería.
explotación de la Gran Yomasa  Encuestas
minera? comunidad  Entrevista
respecto al
territorio en la
UPZ Gran
Yomasa.
Caracterizar el  Población de  Identificada situación de
territorio y Gran Yomasa injusticia espacial en Gran
analizar el  Injusticia  Revisión Yomasa.
proceso de la espacial documental  Análisis relación injusticia
minería en la El derecho a la como espacial y minería de
UPZ Gran ciudad y la producto  Observación materiales de construcción.
Yomasa a justicia histórico directa  Análisis dos escenarios
través de los espacial en  Injusticia proyectivos en Gran Yomasa.
planteamiento Gran Yomasa espacial y  Encuestas  Análisis sostenibilidad actividad
s de justicia minería de minera en Gran Yomasa.
espacial y materiales de  Entrevista
derecho a la construcción
ciudad.
Fuente: Elaboración propia.

81
Caracterización de la explotación minera de materiales de construcción en
Gran Yomasa (Usme)
Los materiales de construcción son elementos de primera necesidad para el
desarrollo de la ciudad y la región, pero no solo actualmente, sino que, desde hace
muchísimo tiempo la humanidad se ha servido de ellos para utilizarlos de
diferentes maneras y en distintos contextos. Desde hace más de un siglo el uso de
estos materiales ha variado, ya no solo se utilizan para producir ladrillos o tejas,
sino también para la infraestructura vial, como estructuras de relleno, para el
concreto, como mezcla asfáltica, etc. Ahora bien, este recurso representa un valor
unitario bajo en el mercado, se utiliza en grandes cantidades y su cercanía a los
centros de consumo hace que por un lado los costos de transporte y otros, sean
mínimos; pero que a su vez los impactos sociales y ambientales sean más
evidentes y más sensibles para la comunidad (Cárdenas & Chaparro, 2004).

Vale la pena aclarar que en los inicios esta minería se practicaba en zonas rurales
de la ciudad, luego de ello, debido al crecimiento demográfico de la ciudad de
Bogotá estas zonas fueron incluidas en el área distrital de la ciudad y actualmente
se presentan como “minería urbana”, justo al lado de las casas de miles de
habitantes bogotanos (Defensoría del pueblo, 2010).

Como se mencionó anteriormente, esta actividad se desarrolla en la ciudad


fundamentalmente sobre las faldas de los Cerros Orientales de Bogotá y se realiza
principalmente en seis zonas: San Cristóbal, Ciudad Bolívar, Rafael Uribe Uribe,
Tunjuelito, Usme y Usaquén, dicha explotación minera se realiza principalmente
en piedras, grava, gravilla y arena.

En la localidad de Usme como se ha mencionado anteriormente, la industria de la


minería de materiales de construcción posee una fuerte presencia en el ámbito
social y económico; según Cárdenas & Chaparro (2004) en Bogotá se puede
clasificar esta industria según el tipo de monto en la inversión o por el volumen de
producción en gran minería, mediana minería y pequeña minería; las cuales se
ubican principalmente en seis localidades de la ciudad: Usme, Ciudad Bolívar, San
Cristóbal, Rafael Uribe Uribe, Usaquén y Tunjuelito.

Por ejemplo, la Contraloría de Bogotá D.C. (2004), en su “Plan de Auditoria


Distrital – PAD 2003 - 2004”, practicó una auditoría al “Control y seguimiento a la
recuperación morfológica y ambiental de las explotaciones mineras de Bogotá, D.
C.”. en donde sostiene la misma clasificación: gran minería para aquellas que
extraen volúmenes que sobrepasan las 150.000 ton/año, mediana minería
aquellas que extraen entre 10.000 y 150.000 ton/año y pequeña minería aquellas
que extraen hasta 10.000 ton/año. Para el caso de Usme según esta clasificación

82
se presenta en el territorio la pequeña y mediana minería, explotaciones que en su
mayoría son microempresas o negocios familiares, tradicionales y hereditarios
(Delgado y Mejía, 2001; SDA, 2009).

En la localidad de Usme existen alrededor de treinta y nueve empresas que


desarrollan su actividad minera, con el 36% de participación de este tipo de
organizaciones en la ciudad. Estas empresas se encuentran ubicadas
principalmente en las UPZ: Gran Yomasa, Parque Entrenubes, Danubio y La Flora
(SDA, 2013).

Para el caso de la UPZ Gran Yomasa, figuran en el territorio alrededor de quince


empresas entre ladrilleras, areneras y fábricas de tubos. Estas empresas son las
siguientes Fábricas de tubos Santa Isabel, Industrias Gresqui Ltda., Ladrillera
Esperanza del Sur, Fábrica Arquigres Ltda., Ladrillera El Rosal, Ladrillera Prisma
S.A., Ladrillera Framar Ltda., Ladrillera Helios S.A. (antes Ladrillera Famorú Ltda.),
Ladrillera Los Olivares Ltda., Ladrillera Alemana S.A., Ladrillera Zigurat S.A.,
Ladrillera Helios S.A., Ladrillera Los Tejares Ltda., Ladrillera Yomasa S.A. y
Arenera San Germán. Vale la pena aclarar que algunas organizaciones
mencionadas anteriormente figuran en dos o tres UPZ diferentes debido a que su
actividad se realiza en los límites de las mismas, es el caso de Industrias Gresqui
Ltda. que desarrolla su actividad en la UPZ Gran Yomasa y en la UPZ Parque
Entrenubes (SDA, 2012).

Imagen 11. Ladrillera Los Tejares Imagen 12. Industrias Gresqui


(2014). Elaboración propia. (2015). Elaboración propia.

83
Imagen 13. Fábrica de tubos Santa Isabel (2015). Elaboración propia.

Imagen 14. Ladrillera abandonada Olivares (2015). Elaboración propia.

84
Imagen 15. Explotaciones mineras en la zona (UPZ Gran Yomasa). Imagen tomada con Google Earth y adpatada.

1. Industrias Gresqui 2. Fábrica de tubos 3. Ladrillera Tejares 4. Ladrillera Framar 5. Ladrillera Yomasa
Santa Isabel
6. Ladrillera Helios 7. Ladrillera Zigurat 8. Ladrillera Alemana 9. Ladrillera Prisma

85
Tipo de explotaciones. Se debe tener en cuenta que la principal materia
prima para la elaboración de ladrillos es la arcilla, aunque la composición química
y mineralógica de la misma puede variar, dependiendo de las capas de la
formación rocosa; esa composición también determina las propiedades y la
calidad de los ladrillos (García, Ibarra & López, 2013). El proceso de producción
de ladrillos generalmente se da en varias etapas: descapote, extracción,
preparación de arcillas, moldeo, secado, cargue, cocción o quema, enfriamiento y
descargue (Cárdenas & Chaparro, 2004).
Ahora bien, el tipo de tecnología utilizada en la producción de ladrillos (la
preparación de la arcilla, el moldeo, el sacado y el tipo de hornos y de combustible
utilizado para la cocción de los ladrillos) incide directamente en la calidad y la
cantidad de ladrillos producidos por las ladrilleras

El tipo de explotaciones de materiales de construcción que se realiza en Bogotá


dependen esencialmente del monto de la inversión de los dueños de los predios o
las personas encargadas de explotar los predios y desde luego el recurso a
explotar y el producto a obtener; en la tabla No. 7, se encuentra una adaptación
de la clasificación de explotaciones mineras y sus características principales que
se encuentra en Cárdenas & Chaparro (2004) de un estudio realizado por Delgado
& Mejía (2001).

Tabla 7. Tipos de explotaciones

Tipo de Características
desarrollo
Explotaciones manuales de material arcilloso antitécnicas y
desordenadas que socavan la base del talud para provocar derrumbes
Chircal de la parte superior del talud. Emplean hornos discontinuos, de fuego
artesanal dormido y tipo baúl, que se cargan en promedio una vez por mes,
produciendo una hornada de ladrillos por mes.
Chircal Extracción de material arcilloso mediante, topadora (buldózer) de
mecaniza- manera antitécnica y desordenada, que provocan derrumbes. Se
do emplean hornos de fuego dormido, baúl y algunos hornos de colmena
sin cargadores o “stokers”. Los métodos de cargue, el tipo de
combustión y el volumen de producción del producto crudo determinan
que solo se desarrollen dos procesos de quema o cocción por mes.
Pequeña Método de explotación cielo abierto, empleando topadora (buldózer).
industria Para el beneficio del mineral se emplean molinos, tolva de alimentación
y clasificadores de tipo vibratorio. Para la transformación en productos
terminados, se utilizan hornos de tipo discontinuo, de llama invertida
sin “stokers”. Se tiene una producción máxima hasta de 1000 ton /
mes.
Mediana Arranque de los niveles arcillosos en operaciones a cielo abierto,
industria sistema mecanizado con buldózer. Poseen tolvas, extrusoras con
cámara de vacío. Los hornos empleados son de tipo Hoffman con

86
alimentador neumático de carbón. Que permiten procesos de quema
cada ocho a diez días, pudiendo cocerse varios productos en forma
simultánea. En canteras de arena y recebo se emplea el método cielo
abierto con buldózer y retroexcavadoras, trituradores, zarandas, tolvas
y bandas de selección.
Gran Son explotaciones de grava con una producción mayor de 150.000
minería m3/año. Con hornos tipo Túnel; utilización de tecnología para los
procesos de moldeo, secado, etc. Con máquinas como extrusoras,
bandas transportadoras, molinos, etc.

Fuente: Delgado & Mejía (2001) Tomado y adaptado.

Es importante resaltar que la cadena productiva de dicha actividad (extracción,


procesamiento y comercialización) es la base para “la fabricación de hormigón,
bases estabilizadas, morteros, cementos asfálticos, entre otros usos civiles
específicos.” (Cárdenas & Chaparro, 2004). Además de ello, las explotaciones de
la UPZ Gran Yomasa, se realizan a cielo abierto de “forma indiscriminada y
antitécnica, sin proceso técnico minero, ni manejo ambiental, ni restauración y
recuperación morfológica y ambiental adecuados, ni simultánea ni posterior a la
culminación del proceso de extracción” y entre los efectos adversos que generan
estas actividades a cielo abierto, se encuentran (Contraloría de Bogotá D.C., 2004;
Fierro, 2012):

 Afectación y desaparición de vegetación, fauna y suelo, degradación del


paisaje.
 Cambios microclimáticos y de las funciones de los ecosistemas.
 Cambios en la calidad del aire; el viento genera transporte de partículas
desde las canteras y las dispersa en el aire, causando enfermedades
neurológicas, dermatológicas, oftalmológicas y respiratorias.
 Pérdida y contaminación del recurso agua; por degradación de acuíferos,
desvío de corrientes subterráneas y de ríos, cambios en el nivel freático y
contaminación del líquido con materiales ácidos.
 Producción de grandes volúmenes de residuos altamente contaminantes:
degradación del paisaje, contaminación de los cuerpos de agua por
escorrentías ácidas, contaminación visual de las escombreras, degradación
de grandes áreas que necesitan mucho tiempo para poder restaurarse.

El tipo de explotaciones en la UPZ Gran Yomasa se caracterizan por ser


pequeñas industrias, los hornos utilizados en la mayoría de las empresas son
hornos de fuego dormido o tipo baúl, los cuales causan una gran contaminación
del aire. Por otra parte, la extracción del material se realiza con maquinaria
(bulldozer y/o retroexcavadoras) sin embargo, de manera desordenada y
generando problemas como la contaminación de fuentes hídricas cercanas; en la
mayoría (como se describirá más adelante) la actividad no presenta manejo

87
ambiental y menos con ningún tipo de plan de recuperación o restauración
ambiental.

Legalidad – ilegalidad. La legalidad de la actividad minera en el distrito


capital se da por el incumplimiento de ciertos requisitos, como son: ubicarse en un
área compatible con la minería o parque minero industrial (PMI), contar con título
minero expedido por Ingeominas (o actualemente el Servivio Geológico
Colombiano, SGC), contar con un plan de manejo ambiental (PMA) y un plan de
manejo, recuperación o restauración ambiental (PMRRA) aprobado por la
autoridad ambiental competente, así como también contar con los permisos para
emisiones atmosféricas y demás permisos, concesiones o autorizaciones
necesarias para el funcionamiento de estas empresas.

En este contexto, la actividad se desarrolla en muy pocos casos en la legalidad,


cumpliendo con los requisitos mínimos para funcionar; y en la mayoría de casos
funciona en la ilegalidad y la informalidad, jalonada por la demanda de materiales
que nutre a los constructores urbanos. Por lo tanto, las características productivas
de esta actividad dependen tanto de su naturaleza como también del capital que
cuentan para desarrollar la extracción del material.

Frente al problema de legalidad o ilegalidad de estas empresas, la Contraloría de


Bogotá estimaba en el 2004 que tan solo un 14% de la totalidad de las
extracciones mineras en Bogotá eran actividades legales, y aproximadamente el
80% de las 144 minas no poseían título minero y apenas el 6% había hecho el
trámite de su correspondiente título en el marco del primer proceso de legalización
minera. Luego, en 2009 la misma entidad aseguraba que de 107 predios
dedicados en la ciudad para tal actividad, tan sólo siete contaban con la licencia o
permiso para funcionar y de los cien restantes, noventa y seis tenían resoluciones
de cierre o suspensiones temporales de sus actividades y se les requirió presentar
los PMRRA y de estos últimos veinticinco incumplían las medidas y seguían con la
actividad minera (Contraloría de Bogotá D.C., 2004 y 2009).

En este sentido, en 2012 un artículo del diario el Espectador agregaba que de las
108 empresas que operan en la ciudad, 100 eran ilegales; “los anteriores datos
permiten deducir que cerca del 91.2% de la industria extractiva de Bogotá -que a
la fecha se encuentra inventariada- no está dentro de los términos de legalidad
minera ni ambiental” cifras realmente preocupantes porque la ilegalidad o
informalidad de estas empresas viene de la mano con complejos problemas e
impactos ambientales, sociales y económicos, que hacen aún más difícil su
situación (Delgado y Mejía, 2001; Elespectador.com., 2012).

88
Con lo cual, se puede afirmar con toda seguridad que la actividad minera en
Bogotá yen Usme se desarrolla en la ilegalidad y se mantiene por encima del 90%;
ilegalidad que se origina debido a varias razones entre ellas, gran cantidad de
recursos disponibles, “facilidad” de obtención de los mismos, falta de mecanismos
efectivos de control por parte de autoridades, la propiedad de los predios y las
interpretaciones jurídicas de las instituciones encargadas de autorizar las
actividades extractivas, que en el pasado permitieron su funcionamiento con
menor rigor. Respecto a la propiedad de los predios, el problema más evidente es
el arrendamiento de los predios a familias o grupos de familias de escasos
recursos que dependen económicamente de dicha actividad. (Cárdenas &
Chaparro, 2004; Fedesarrollo, 2006; Defensoría del pueblo, 2010).

Para el caso de Gran Yomasa, se repite la misma situación de ilegalidad


representada anteriormente, con continuos cierres y sellamientos de ladrilleras
como Los Olivares, Framar, Arquigres, El Rosal, Industrias Gresqui, Yomasa,
Esperanza del Sur, Zigurat, Fábrica de tubos Santa Isabel, Arenera San Germán,
y hasta la ladrillera Helios se ha visto involucrada en este tipo de medidas
administrativas, esta última considerada como legal, en donde de las quince
presentes, once empresas estarían funcionando bajo la ilegalidad (Contraloría de
Bogotá D.C., 2004 y 2009; www.ambientebogota.gov.co).

Para el año 2010, la Secretaría Distrital de Ambiente realizaba sellamiento a cinco


ladrilleras en la localidad de Usme, de las cuales tres se encontraban en Gran
Yomasa, esas ladrilleras eran Los Olivares, Arquigres y El Rosal tenían
suspensión de actividades desde el año 2005 y El Rosal tenía orden de cierre
definitivo. Luego en 2012, de nuevo se sellaron las ladrilleras Los Tejares, Gresqui
y Los Cerezos, las dos primeras ubicadas en Gran Yomasa, por haber desacatado
las medidas preventivas de suspensión de actividades impuestas años atrás por la
SDA. En este mismo año, la SDA emitió medidas preventivas de suspensión de
actividades a la ladrillera Zigurat por haber afectado cerca de cincuenta metros del
Parque Ecológico Entrenubes que es una de las áreas protegidas de la ciudad
pero que se encuentra cercada por las ladrilleras y finalizando este año, en un
operativo conjunto de la SDA y la policía nacional se captura al propietario de
Industrias Gresqui y a tres empleados por presuntos delitos contra el ambiente y
los recursos naturales por no haber acatado las medidas de suspensión de
actividades impuestas en los años anteriores. Después, en 2013, de nuevo le
imponen las medidas de prevención de suspensión de actividades a la ladrillera
Los Tejares y el año pasado en 2014, también le imponen las mismas medidas a
la ladrillera Helios por no contar con el permiso de emisiones atmosféricas,
sellando cuatro hornos marca Hoffman.7

Es importante mencionar que el señor Alberto Quiroga Moreno, es propietario de


las ladrilleras Gresqui, Arquigres y Roa, las tres presentes en la localidad de Usme

7 Información tomada de www.ambientebogota.gov.co el 14 de Noviembre de 2014.

89
y las dos primeras en la UPZ Gran Yomasa, y las tres presuntamente funcionan en
la ilegalidad (SDA & Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, 2011).

Debido a esta situación se hace imprescindible exigir el fortalecimiento de la


institucionalidad ambiental que permita el desarrollo de las acciones de
seguimiento y control de la actividad minera en la localidad y en la zona; las cuales
deben ser efectivas para la disminución de los impactos que genera dicha
actividad en los recursos naturales y la población. Así mismo, ejercer un control
más eficaz sobre la minería que no se encuentra dentro del parque minero
industrial (PMI) de Usme que es la minería considerada ilegal y la que más
afectaciones y daños causa sobre la naturaleza y la salud de la población,
representado una seria amenaza para el Parque Entrenubes que es considerado
parte de la estructura ecológica de la zona y el cual se ve seriamente afectado por
la actividad minera ilegal.

Por otro parte, la autoridad ambiental distrital debe considerar realizar el


acompañamiento para que tanto las empresas mineras legales e ilegales
construyan el plan de manejo ambiental (PMA) y el plan de manejo, recuperación
o restauración ambiental (PMRRA). Así mismo, Ingeominas, la Agencia Nacional
Minera (ANM) y la Secretaría Distrital Ambiental (SDA) deben velar por el
cumplimiento del pago de las regalías al distrito y deberán revisar los títulos
mineros entregados fuera del Parque minero industrial (PMI) si los hubiere, como
también cerrar definitivamente las actividades que no cuentan con el mismo.

Categorías de análisis
Las categorías de análisis aquí planteadas permiten organizar la información, los
datos y los análisis realizados a los mismos, estas categorías se relacionan
fundamentalmente con los objetivos del proyecto de investigación, en ellas surgen
también subcategorías que permiten de manera detallada enunciar los resultados
y el análisis en los mismos, de las categorías planteadas, las cuales son las
siguientes:

Categoría: Implicaciones sociales, ambientales y económicas de la


explotación minera en Gran Yomasa (Usme). Esta categoría permite
identificar las transformaciones urbanas conexas a la actividad minera en el
territorio, con base en la percepción de la población, los recorridos realizados en la
zona, los ejercicios de cartografía social y la entrevista al líder comunal. Además
de ello, conduce a revelar la situación de injusticia social, espacial y ambiental e
identificar las posibilidades de transformación del territorio teniendo en cuenta las
necesidades de la población en busca de una mayor justicia y equidad.

En este sentido, para determinar cuáles han sido las principales transformaciones
urbanas que han surgido conexas o como fruto de la actividad minera en Gran

90
Yomasa, se debe primero indagar acerca de cuáles son los principales impactos
tanto sociales como ambientales que afectan a la comunidad en la zona, por ello
es necesario acercarnos a un concepto de impacto ambiental.

Impacto ambiental (enfoques conceptuales). Para la identificación de


los impactos socioambientales primero hay que hacer un repaso por la definición y
conceptualización de impacto ambiental, el cual es un “conjunto de posibles
efectos negativos sobre el medio ambiente de una modificación del entorno
natural, como consecuencia de obras u otras actividades” según el diccionario de
la lengua española (DRAE, 2003), mientras que para Conesa (1996) el impacto
ambiental es el producto de una acción o actividad que produce una alteración que
puede ser favorable o desfavorable, en el medio ambiente o en alguno de los
componentes del medio ambiente.

En este sentido, Garmendia (2005), asegura que un impacto ambiental se produce


cuando se altera la calidad ambiental del medio ambiente producto de una
actividad humana. Y agrega que debe ser producido directa o indirectamente por
una actividad humana y debe ser necesaria una valoración positiva o negativa
respecto al cambio de calidad ambiental.

Por su parte, la ONU (1994) en un convenio sobre la evaluación del impacto


ambiental en un contexto transfronterizo, define al impacto de una manera más
integral incluyendo los efectos causados “…a la salud, la seguridad de los seres
humanos,…a monumentos históricos u otras estructuras materiales… (así como
también)…la repercusión sobre el patrimonio cultural o las condiciones
socioeconómicas que se deriven de las alteraciones de los factores
(ambientales).” Es importante mencionar allí que esta definición no se restringe a
los efectos causados a los factores ambientales, sino que, también integra los
efectos causados a los seres humanos como causa de una actividad, efectos que
van desde la salud, a la seguridad y las condiciones socioeconómicas, derivadas
precisamente de los efectos de la actividad que causan alteraciones a los factores
ambientales en un territorio.

En esta misma línea, Acuña, et al. (2003) aportan una definición similar,
contribuyendo que además, un impacto ambiental incluye las alteraciones al
ambiente en general como los cambios en la sociedad o llamados impactos
sociales. Y afirma que un impacto ambiental es el resultado de un impacto natural
sumado a un impacto social, con lo cual asumen que un impacto ambiental “hace
referencia cualquier alteración que se produce en las propiedades físicas,
químicas, biológicas y sociales del ambiente” producto del desarrollo de un
proyecto o actividad humana.

91
En el contexto colombiano el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo
Territorial (MAVDT) define un impacto ambiental como “cualquier alteración en el
sistema ambiental biótico, abiótico y socioeconómico, que sea adverso o
beneficioso, total o parcial, que pueda ser atribuido al desarrollo de un proyecto,
obra o actividad.” Definición adoptada en el Decreto 2820 de 2010, que recoge
algunos aspectos importantes propuestos por Conesa (1996) y Garmendia (2005).

Impactos ambientales y sociales de la actividad minera en Gran Yomasa. Para la


identificación de los impactos ambientales y sociales producidos por la minería en
la UPZ Gran Yomasa se utilizaron varias herramientas que permitieron dar cuenta
de los mismos, entre las herramientas utilizadas encontramos los talleres de
cartografía social, las encuestas realizadas, así como también la entrevista
realizada a líder comunal y las observaciones realizadas durante los recorridos por
la zona (que fueron un total de tres, de alrededor de tres a cuatro horas), todo ello
permitió que mediante una lista de chequeo se identificaran los impactos
ambientales y sociales más relevantes.

En la lista de chequeo (Anexo 2) se encuentran cinco columnas, en la primera se


encuentra el “recurso o factor” que hace relevancia al recurso ambiental (natural) o
social que puede ser impactado por la actividad minera en alguna de sus
actividades, para ello se identificaron cinco recursos o factores (Conesa, 1996):
suelo, aire, agua, cobertura vegetal y socioeconómico, como se utilizó en el
estudio de SDA & Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca (2011) donde a
éstos se les llamaba elementos ambientales o en la propuesta para Colombia de
Martínez (2010) donde a éstos se les conoce como factores ambientales
susceptibles.

La segunda columna se refiere a la pregunta o cuestionamiento que se realiza


para verificar o mejor aún identificar un posible impacto (positivo o negativo) sobre
el recurso o factor que es susceptible del mismo, estos “interrogantes son relativos
a la posible ocurrencia de impactos sobre los factores producidos por un
determinado proyecto” (León, 2004, p.23) para lo cual se seleccionaron veintitrés
preguntas con el objetivo de reconocer un posible impacto ambiental sobre el
recurso (Anexo 2).

Luego de ello, se presentan tres columnas en donde se encuentran los tres


criterios para identificar con mayor precisión los impactos ambientales y sociales
en el territorio o la población, estos tres criterios son presencia, carácter e
intensidad los cuales fueron descritos anteriormente en el capítulo de metodología.
Luego de realizar la lista de control simple se identificaron los siguientes impactos,
dependiendo del recurso o factor ambiental que impactan (Tabla 7.).

92
Tabla 8. Lista de control simple

LISTA DE CONTROL SIMPLE PARA IDENTIFICACIÓN DE IMPACTOS SOCIALES Y AMBIENTALES


Presencia Carácter Intensidad
RECURSO Pregunta o Cuestionamiento SI NO + - Baja Media Alta
O FACTOR
¿Cambios en el uso del suelo? X X 4
¿Alteración de la textura, estructura y del X X 8
Suelo relieve?
¿Eliminación de la capa orgánica? X X 8
¿Deterioro del paisaje? X X 8
¿Aumento procesos de erosión? X X 7
¿Incremento emisión de gases por parte X X 12
Aire chimeneas de hornos?
¿Aumento emisión de gases por X X 2
vehículos de carga?
¿Incremento material particulado en X X 9
Agua fuentes hídricas?
¿Afectación de las rondas de quebradas X X 10
y ríos?
Cobertura ¿Eliminación de la cobertura vegetal? X X 12
vegetal ¿Afectación cultivos o bosques X X 6
remanentes?
¿Empleos directos o indirectos? X X 5
¿Riesgos a la salud humana? X X 7
¿Incremento comercio en la zona? X
¿Aumento y mejoramiento X
equipamientos sociales?
¿Procesos de urbanización alrededor de X X 12
las explotaciones?
Socioeconó ¿Resistencia y/o conflictos con la X X 4
mico comunidad y la actividad minera?
¿Altas expectativas de la comunidad? X X 10
¿Incremento de riesgos por transporte X X 6
vehículos de carga por calles barriales?
¿Molestia por vibraciones y ruidos X X 3
generados por la actividad minera?
¿Accidentes sobre la población local? X X 2
¿Cambio en el ingreso de la población? X
¿Deterioro y/o daño de vías? X X 9
Fuente: Elaboración propia.

Vale la pena aclarar que los impactos no se encuentran clasificados respecto a la


etapa de los procesos de la actividad minera, se encuentran presentes veinte
impactos en el territorio, la mayoría de impactos son negativos (diecinueve de los
veintitrés posibles), en cuanto a la intensidad encontramos que de los veinte
impactos presentes, tienen una intensidad baja cinco impactos, intensidad media

93
ocho impactos e intensidad alta siete impactos, como se puede observar en la
tabla 8.

Tabla 9. Impactos identificados según su intensidad


Impactos identificados en UPZ Gran Yomasa según su intensidad
Baja Media Alta
Cambios uso en el Alteración de la textura, estructura y Incremento emisión de
suelo del relieve gases por parte
chimeneas de hornos
Aumento emisión Eliminación de la capa orgánica Incremento material
de gases por particulado en fuentes
vehículos de carga hídricas
Resistencia y/o Incremento de riesgos por Procesos de
conflictos con la transporte vehículos de carga por urbanización alrededor
comunidad y la calles barriales de las explotaciones
actividad minera
Accidentes sobre la Aumento procesos de erosión Eliminación de la
población local cobertura vegetal
Molestia por Afectación cultivos o bosques Afectación de las rondas
vibraciones y remanentes de quebradas y ríos
ruidos generados Empleos directos o indirectos Altas expectativas de la
por la actividad comunidad
minera Riesgos a la salud humana Deterioro y/o daño de
Deterioro del paisaje vías
Fuente: Elaboración propia.

De los impactos sólo tres no se encuentran presentes en el territorio, éstos fueron:


incremento del comercio en la zona, aumento y mejoramiento de equipamientos
sociales y cambio en el ingreso de la población, los cuales hacen referencia al
factor socioeconómico, por lo tanto no se valoró su intensidad; aunque es
importante mencionar que su presencia pudiese mejorar la calidad de vida de los
habitantes de Gran Yomasa.

Para una mejor descripción y presentación de los impactos identificados en el


presente trabajo, éstos se organizaron de acuerdo a los recursos o factores
ambientales o sociales sobre los que incidían según la tabla 7 y según su
intensidad según la tabla 8.

Recurso afectado: Suelo. Respecto al suelo encontramos que todos los


impactos (cinco en total) que se presentan son de carácter negativo, de éstos,
cuatro impactos son de intensidad media y un impacto de intensidad baja, los
impactos de intensidad media son los siguientes: alteración de la textura,
estructura y del relieve; eliminación de la capa orgánica; deterioro del paisaje y
aumento procesos de erosión; por su parte, el impacto de intensidad baja hace
referencia al cambio en el uso del suelo. Estos impactos se generan durante el
proceso de explotación del recurso a utilizar, que inicia con el descapote del área
94
a intervenir, así como su intervención lo cual suele realizarse por medio de
explosivos o por medios mecánicos como retroexcavadoras, bulldozer o manual
(pico, pala, etc.), estos impactos son identificados en diferentes estudios (SDA &
Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, 2011; Mesa, 2009; Claro &
Trespalacios, 2009; Ramírez, 2008; Barragán, 2004; Cárdenas & Chaparro, 2004)
y la existencia de dichos impactos puede agravarse y generar otros como lo afirma
Ramírez (2008, p. 47) “El avance de este proceso (erosión) genera otros
fenómenos como surcos, cárcavas y cuando no se toman ciertas medidas se
generan deslizamientos”.

Imagen 16. Frente explotación Imagen 17. Frente explotación


Ladrillera Yomasa. Ladrillera Los Tejares.

Este es uno de los recursos ambientales que más se ve afectado y que las
personas perciben constantemente (imágenes 16. y 17.), por lo tanto se les
preguntó acerca de la calidad del suelo en la zona, en donde la mayoría respondió
que su estado era bajo (gráfica 5.). En este sentido, un operario afirma, que una
de las desventajas de la minería es “que daña el suelo y contamina el aire”
(Ramírez, P. encuesta, noviembre, 2014), al igual que una maestra de la zona,
que afirma que la actividad minera causa “contaminación, erosión…” (Parrado, E.
encuesta, noviembre, 2014), por otra parte, Castellanos, S. (encuesta, noviembre,
2014), agrega que se produce “contaminación, destrucción del paisaje…”.

95
Gráfica 4. Percepción estado del suelo

Percepción estado del suelo


54
60

50

40

30
14
20
1 2
10

0
Malo Bueno Excelente NS/NR

Por lo cual el suelo es uno de los recursos que se ve más afectado por la actividad
minera en Gran Yomasa y la población lo percibe de la misma manera, al notar
como los procesos de erosión, eliminación de la capa orgánica y deterioro
permanente del paisaje se agravan a medida que el tiempo transcurre y la
actividad continúa.

Recurso afectado: Aire. Este factor ambiental es impactado negativamente


principalmente por la emisión de gases realizada tanto por las chimeneas de los
hornos como también por los vehículos de carga que son utilizados; siendo la
emisión de gases de las chimeneas de los hornos un impacto con intensidad alta,
mientras que el realizado por los vehículos de carga posee una intensidad baja
(imágenes 18. y 19.). En cuanto a la emisión de gases generada por las
chimeneas de los hornos, en 2008 la SDA gracias a un estudio contratado a la
Universidad de los Andes, anunciaba que el 40% del material particulado
producido en la ciudad provenía de la localidad en Usme, en total unas 560
toneladas 8 . Del funcionamiento de los hornos para la cocción de los ladrillos,
proceso que dependiendo del tipo de horno que se utilice puede tardar de 8 a más
de 24 horas (Claro &Trespalacios, 2009). Estos hornos son en su mayoría de
fuego dormido, hay otros llamados hornos loco o árabe y por último tipo Hoffman y
funcionan con carbón.

8 Tomado de www.ambientebogota.gov.co

96
.

Imagen 18. Horno en proceso de Imagen 19. Vehículos de carga


producción ladrillera “Gresqui” (2015). ladrillera Yomasa (2015).
Elaboración propia. Elaboración propia.

Por otra parte, respecto a la percepción de la calidad del aire la mayoría de las
respuestas de las personas se encuentran entre una calidad baja y media (gráfica
6.), al respecto Ovalle, G. (encuesta, noviembre, 2014), constructor, argumenta
que una de las desventajas de la minería es “la contaminación del aire por las
chimeneas”, así mismo, Rodríguez, L. (encuesta, noviembre, 2014), empleada,
afirma que “la desventaja de pronto el humo de la ladrillera contamina el aire” y por
último, Acosta I. (encuesta, noviembre, 2014), ama de casa, afirma que “la
contaminación, las enfermedades respiratorias” por lo que se relaciona la
contaminación del aire con las enfermedades respiratorias de la población y los
trabajadores de las empresas mineras sustentado las observaciones realizadas,
así como también los estudios mencionados anteriormente(Ramírez, 2008; Mesa,
2009 & Barragán, 2004).
Gráfica 5. Percepción calidad del aire

Percepción calidad de aire


47
50

40

30 20

20

10 0 3

0
Baja Media Alta NS/NR

97
Recurso afectado: Agua. Para este factor ambiental se identificaron dos
impactos negativos que tienen una intensidad alta, por lo cual sus consecuencias
son notables sobre este recurso, estos impactos son: incremento de material
particulado en las fuentes hídricas y afectación de las rondas de quebradas y ríos,
para la zona objeto de estudio se evidencia afectación de las rondas y cauces de
las quebradas El Curí y Santa Librada causando sedimentación del cuerpo de
agua por los vertimientos generados por la actividad minera 9 y también por
arrastre de partículas y sedimentos producidos en las diferentes etapas de la
actividad, otro de los impactos es la utilización del recurso para la preparación de
la arcilla en donde se utiliza el agua para mezclarla y darle la consistencia
requerida (SDA & Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, 2011; Claro
&Trespalacios, 2009; Mesa, 2009; Ramírez, 2008; García, Santacoloma, &
Sánchez, 2004; Barragán, 2004; Cárdenas & Chaparro, 2004)

Imagen 20. Estado de la quebrada Santa


Librada en inmediaciones de las
ladrilleras, cerca a los barrios Olivares,
Manzanares y Arizona. (2014).
Elaboración propia.

Frente a este punto también se les preguntó a las personas sobre la calidad de las
fuentes hídricas presentes en la zona, a lo cual un alto porcentaje respondió que
su calidad era baja (gráfica 7). Frente a ello, por ejemplo Barragán Y. (encuesta,
noviembre, 2014), habitante del barrio Compostela afirma que las desventajas de
la actividad minera son “la contaminación del agua, del aire y de las montañas” y
Hernández, D. (encuesta, noviembre, 2014), afirma que “contaminan el agua y
destruyen las montañas”. En esta misma dirección, en la entrevista al líder
comunal de la zona afirmaba lo siguiente, respecto al tema:

9 Íbid

98
AG: Don Jaime, ¿qué problemáticas ambientales usted cree que se presentan acá
en la zona?

JS: Problemas ambientales que se presentan: la problemática por las ladrilleras, la


contaminación del aire y la erradicación de los suelos que se están esterilizando y
acabando con el agua de las quebradas que existen en la localidad.

AG: ¿Qué quebradas afectan?

JS: Están afectando las quebradas El Curí que queda cerca a la ladrillera Gresqui,
sigue la ladrillera Santa Librada.

AG: La quebrada Santa Librada

JS: … que la están contaminando varias construcciones como es la Bolonia, Altos


de Bolonia que están contaminando la quebrada, botando las aguas negras a esta
quebrada.

AG: O sea que los principales causantes de esas problemáticas son..?

JS: Las ladrilleras y las constructoras.

Soto, J. (entrevista, noviembre, 2014).

Gráfica 6. Percepción calidad fuentes hídricas

Percepción calidad fuentes hídricas


56
60

50

40

30

20 12

10 0 3

0
Baja Media Alta NS/NR

Por lo tanto la comunidad reconoce a las ladrilleras y constructoras como las


principales responsables de la contaminación de las quebradas El Curí y Santa

99
Librada, que se encuentran muy cerca a las explotaciones mineras y es uno de los
recursos más afectados en el territorio.

Cobertura vegetal. Para este factor se identificaron dos impactos, uno que
hacía referencia a la eliminación de la cobertura vegetal, el cual es considerado
como un impacto con una intensidad alta y la afectación de cultivos o bosques
remanentes, que es un impacto con intensidad media. Impactos generados
principalmente en la etapa de explotación de los materiales necesarios para la
actividad minera (imagen 21.) los cuales desencadenan procesos como la
migración de aves e insectos en el área, procesos erosivos, afectación del paisaje,
entre otros (SDA & Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, 2011; Ramírez,
2008; Cárdenas & Chaparro, 2004).

Es necesario exponer aquí el impacto negativo que se causa al área protegida


conocida como Parque Entenubes (imagen 22.), la cual es afectada con la tala de
árboles, así como también, por la explotación de materiales de construcción en
algunas zonas realizadas por ladrilleras como Industrias Gresqui, Fábrica de tubos
Santa Isabel y Ladrillera Zigurat.

Imagen 21. Eliminación cobertura Imagen 22. Al fondo Parque


vegetal, frente de explotación Entrenubes, en la parte inferior
ladrillera Los Tejares (2015). Industrias Gresqui (2015).
Elaboración propia. Elaboración propia.

Pero no sólo la actividad minera genera presión sobre esta área protegida,
también la urbanización genera un gran efecto sobre la misma, ya que el precio y
el uso del suelo cambian para entrar al mercado de la vivienda y se venden
proyectos de apartamentos y casas, con precios desde los cincuenta y tres
millones de pesos; a cambio de una “buena vista o la cercanía al área protegida”.
Un ejemplo es el proyecto “Colores de Bolonia, parque residencial” promocionado
por la firma Arquitectura y propiedad, en donde presenta el proyecto y los límites
son “al norte con la Quebrada Santa Librada y el Parque Entrenubes”, en este
proyecto se pretenden construir un total de 82 torres de apartamentos, mil sesenta
100
y seis (1066) vivendas. 10 Una situación parecida presenta la urbanización “Rincón
de Bolonia”, de la firma GC Constructora SAS, que ofrece casas y apartamentos
en el sector. Estas casas hacen parte de las viviendas de interés prioritario (VIP)
entregadas a la población más necesitada de la ciudad, aunque se han
presentado varios problemas en el diseño, incumplimiento en entrega de vías y
equipamientos, problemas de fisuras, humedad, etc. 11 sin nombrar lo diminutas
que son ya que sólo alcanzan los 43 metros cuadrados, discusión que debe darse
en otro espacio, acerca del derecho a una vivenda digna comenzando por un
espacio adecuado.

Imagen 23. Urbanizaciones nuevas al costado sur de Parque Entrenubes (2015).


Elaboración propia.

En este contexto, al preguntar acerca de las desventajas de la minería a la


población local, argumentan que la eliminación de la cobertura vegetal es sin duda
alguna, una de las desventajas más importantes, por ejemplo, Flórez, M.
(encuesta, noviembre, 2014), estudiante de la zona, afirma que la minería causa
“deforestación de bosques”, al igual que Martínez, L. (encuesta, noviembre,
2014), empleado de la zona, quien afirma que las desventajas de la minería son
“la destrucción de las zonas verdes y la tala de árboles”, otra afirmación
interesante es la de don Pineda, H. (encuesta, noviembre, 2014), empleado,
quien piensa que las desventajas de la minería son “la devastación de las
montañas y la tala de árboles”.

Además de ello, las respuestas de las personas acerca de la percepción que


poseen de la calidad y presencia de vegetación (árboles, arbustos, pastos y
rastrojos) en la zona son relevantes, para el 75,7% la calidad y presencia es baja
(gráfica 8), lo que da cuenta de la eliminación constante de la cobertura vegetal y
el cambio o transformación del paisaje en la zona como lo demuestran las

10 Información tomada de la página de internet www.arquitecturaypropiedad.com/coloresdebolonia


11 Información tomada del artículo “Alertan graves irregularidades en viviendas de interés social y
prioritario” del 8 de Mayo de 2015, en el diario El Espectador.

101
imágenes (21. 22. y 23.), donde se denotan los frentes de explotación y de
construcción de viviendas.

Gráfica 7. Percepción vegetación presente

Percepción vegetación presente


53
60

50

40

30

20 10
5
10 2

0
Baja Media Alta NS/NR

Factor Socioeconómico. Para este factor se identificaron un total de nueve


impactos: empleos directos o indirectos, riesgo a la salud humana, procesos de
urbanización alrededor de las explotaciones, resistencia y/o conflictos con la
comunidad y la actividad minera, altas expectativas de la comunidad, incremento
de riesgos por transporte vehículos de carga por calles barriales, molestia por
vibraciones y ruidos generados por la actividad minera, accidentes sobre la
población local y deterioro y/o daño de vías.

De los cuales solamente uno es positivo que es el que hace referencia a la oferta
de empleos directos e indirectos entre los negativos, tres son de intensidad baja,
tres de intensidad media y tres de intensidad alta. Por lo tanto describiremos estos
impactos de acuerdo a su intensidad.

Impactos de intensidad baja. En los impactos de intensidad baja


encontramos la resistencia y/o conflictos con la comunidad y la actividad minera,
molestia por vibraciones y ruidos generados por la actividad minera y accidentes
sobre la población local. Respecto al primer impacto que hace referencia a la
resistencia o conflictos con la comunidad y la actividad minera se puede afirmar
que es de intensidad baja porque la misma oferta laboral hace que parte de la
comunidad no se resista a los impactos ambientales y sociales que genera dicha
actividad, uno de los conflictos generados recientemente fue por el daño a las
vías, el cual será abordado más adelante, al igual que la oferta laboral.

102
Otro de los impactos que hace parte de esta categoría es la molestia por
vibraciones y ruidos generados por la actividad minera, el cual no fue considerado
tan importante por la comunidad, una de las razones puede ser que las personas
terminan acostumbrándose a este tipo de ruidos. Y por último, el impacto referente
a los accidentes sobre la población local considerado como un impacto de
intensidad baja ya que no se encontró evidencia de la gravedad o presencia
continua de este impacto.

Impactos de intensidad media. Por su parte los impactos de intensidad


media son los siguientes: empleos directos o indirectos, riesgos a la salud humana
e incremento de riesgos por transporte vehículos de carga por calles barriales. El
primero es un impacto de carácter positivo y los últimos dos de carácter negativo.

Respecto a los impactos negativos de intensidad media tenemos los riesgos a la


salud humana, en donde encontramos que muchas de las personas encuestadas
exponen esta preocupación como uno de los impactos negativos que genera la
actividad sobre la población debido a la inhalación de humo y gases que se
desprenden de las chimeneas de los hornos de las empresas principalmente
(gráfica 10.). En este contexto, Acosta, I. (encuesta, noviembre, 2014), ama de
casa, menciona que una de las desventajas de la minería es la “contaminación, las
enfermedades respiratorias” al igual que la maestra Parrado. E. (encuesta,
noviembre, 2014), que afirma que entre las desventajas se encuentran “la
contaminación, la erosión y las enfermedades”, en este sentido al preguntar
acerca de la afectación de las actividades económicas en la zona, Chalá, M.
(encuesta, noviembre, 2014), estudiante de la zona afirma que “afectan en la salud
de la población” y en este sentido Pineda, H. (encuesta, noviembre, 2014),
desempleado, sostiene que “contaminan y generan enfermedades a las personas,
sobre todo a los niños”. Por lo tanto, este impacto aunque es de intensidad media
es uno de los impactos más percibidos por la población como se demuestra
también en la siguiente gráfica (10).

Gráfica 8. Percepción incidencia de enfermedades respiratorias

Percepción incidencia enfermedades


respiratorias
30 29

30
25
20
15 9
10 2
5
0
Baja Media Alta NS/NR

103
Al respecto, en un estudio realizado en Soacha, Barragán (2004), sugiere que el
alto nivel de enfermedades respiratorias se encontraba relacionado con la
contaminación atmosférica realizada por la actividad minera de las ladrilleras en la
zona, al igual que Ramírez (2008) en la zona de las ladrilleras presentes en el
Valle de Aburrá y Mesa (2009) en el municipio de Puerto Salgar; mientras que
García, Santacoloma, & Sánchez (2004) sostienen que dichas enfermedades
también se presentan en mayor medida en los trabajadores y operarios de las
empresas, por lo que la percepción de la población de Gran Yomasa, acerca del
aumento de las enfermedades, en buena medida queda sustentado por la
actividad minera como causante de las mismas.

Por su parte, el incremento de riesgos por el tránsito de vehículos de carga por


calles barriales es otro de los impactos negativos de intensidad media que se
presentan en la UPZ Gran Yomasa, el cual es una constante porque la totalidad
de los vehículos debe transitar por dichas calles para sacar el material y llevarlo a
los centros de venta. Lo cual se puede observar en la siguiente gráfica (12.),
donde al preguntarle a la comunidad acerca de la percepción de la movilidad de
los vehículos de carga se encuentra que dicha movilidad es alta por los barrios de
la zona para la mayoría de las personas encuestadas.

Gráfica 9. Percepción tránsito vehículos de carga por calles barriales

Percepción tránsito vehículos de


carga por calles barriales
38
40
27
30

20

10 3 2

0
Bajo flujo Medio Alto flujo NS/NR

Dicho tránsito constante de vehículos de carga pesada por las calles de los barrios
generan un riesgo para la comunidad, principalmente para los niños, niñas y
jóvenes que utilizan las calles como punto de encuentro para distintas
actividades, como juegos, alterando la tranquilidad de los vecindario (Claro &
Trespalacios, 2009; Ramírez, 2008; Barragán, 2004; Cárdenas & Chaparro, 2004)
lo cual se observó en los diferentes recorridos por la zona.

104
El último impacto de intensidad media identificado es un impacto positivo que se
refiere a la oferta de empleos directos e indirectos (gráfica 9), por ello, la población
se ve agradecida porque las empresas ofrecen una oportunidad laboral a los
habitantes de la zona. La cual, es una de las pocas oportunidades laborales para
la población en una actividad ancestral, tanto para sus dueños como para los
trabajadores, que ven como varias generaciones laboran allí soportando el humo
intenso de los hornos en el lugar de trabajo y luego en sus viviendas. La
generación y aumento de empleo conlleva por sí al mejoramiento de la calidad de
vida y el aumento del ingreso de las familias beneficiadas (SDA & Universidad
Colegio Mayor de Cundinamarca, 2011; Claro &Trespalacios, 2009; Mesa, 2009;
Barragán, 2004; Cárdenas & Chaparro, 2004).

Aunque el impacto de esta oferta laboral en la comunidad es poco significativo, ya


que, la generación de empleo es limitada y se convierte en un conflicto con la
comunidad (Ramírez, 2008), además de ello, solo algunas empresas cuentan con
un adecuado manejo de salud ocupacional como lo es la afiliación a EPS
(entidades promotoras de salud) y ARL (aseguradoras de riesgos laborales)
además de ello, las empresas que realizan la explotación de manera artesanal,
son empresas familiares que no poseen ningún manejo en cuanto a seguridad
social de sus trabajadores (Contraloría de Bogotá D.C., 2004).

En relación a esto, este impacto se convierte en un problema como se mencionó


anteriormente, debido a que “la población que habita en el área de influencia,
generalmente se ve incrementada por las expectativas creadas por este tipo de
proyectos por encima de las posibilidades reales de generación de empleo directo
o indirecto.” (CGR, 2013, p. 128) aumentando los riesgos sobre la población local
por deslizamientos, movimientos de remoción, transporte de vehículos de carga,
etc. “Situación que reproduce conflictos y criminalidad, si no hay una respuesta
adecuada de la institucionalidad del Estado.” (CGR, 2013, p. 128).

Gráfica 10. Percepción oferta de empleo.

Percepción oferta de empleo según


comunidad
45
50

40

30
17
20
7
10 2

0
Mínima Buena Excelente NS/NR

105
En la gráfica anterior podemos ver el conglomerado de las respuestas acerca de la
percepción que poseen los pobladores sobre la oferta laboral de las empresas
mineras que su ubican cerca a sus casas, en donde se observa que la mayoría de
las personas encuestadas cree que la oferta de empleo es baja, al preguntar
acerca de las ventajas de la minería en la zona, ésta se convierte en la ventaja
más enunciada en todas las respuestas. Por ejemplo, Espinosa, J. (encuesta,
noviembre, 2014), empleado, menciona que la ventaja de la minería es que
“genera empleos en la zona”; Quevedo, L. (encuesta, noviembre, 2014), se
pronuncia en la misma dirección “La gente se beneficia del trabajo”, por último,
Rosales, F. (encuesta, noviembre, 2014), constructor, afirma que la ventaja dela
minería es “el trabajo a algunas personas” enunciando la oferta limitada de la
misma.

Por otra parte, en una auditoría realizada por la Contraloría de Bogotá (2004) se
describen los riesgos a los cuales se ven sometidos los trabajadores de esta
industria: riesgos físicos por niveles de ruido altos (utilización maquinaria y
explosivos) o por altas temperaturas (a causa de hornos de fuego dormido, árabe,
loco o tipo Hoffman); riesgos ergonómicos por ejercer fuerza en el cargue o
transporte del material (ladrillos, bloques, tejas, etc.); riesgos químicos, entre ellos:
aspiración de material particulado y exposición a gases y vapores, lo cual generan
enfermedades respiratorias; riesgos mecánicos a causa de la inadecuada
utilización de maquinaria; riesgos psicosociales ya que del empleo de estas
personas dependen numerosas familias de la zona que se verían afectadas por el
cierre de las mismas; riesgos locativos ya que no se encuentra una adecuada
señalización, no existe una buena organización de los espacios, las instalaciones
eléctricas son precarias, etc.; y por último, riesgos naturales a causa de una
explotación antitécnica pueden generar deslizamientos o fenómenos de remoción
en masa.

Impactos de intensidad alta. Por último, los impactos de intensidad alta


identificados para el factor socioeconómico son en total tres, estos son: procesos
de urbanización alrededor de las explotaciones, altas expectativas de la
comunidad y deterioro y/o daño de vías.

En cuanto a las altas expectativas de la comunidad, impacto que se genera debido


a que la comunidad cree que la actividad minera generará suficiente empleo para
los habitantes del sector, por ejemplo, Viviana, piensa que “podrían trabajar más
obreros en la minería” con lo cual se demuestra las altas expectativas laborales
que genera la actividad minera en los vecinos; y que la actividad generará
desarrollo económico y social en el territorio, aunque la realidad es muy distinta ya
que las condiciones de pobreza, desempleo, subempleo, inseguridad, entre otros;
priman en los distintos barrios de Gran Yomasa; y el desarrollo social y económico
no se vislumbran ni a corto, ni a mediano plazo, y así lo piensan las personas que
al respecto afirman que “Aunque dan trabajo, dan muchos problemas y
contaminación y el trabajo es para pocas personas” o “Están acabando con el
medio ambiente y no nos están dejando nada para un futuro”, en este sentido
también afirman que “Porque generan poco trabajo y las ganancias se las llevan
106
los dueños y los daños los dejan acá” en donde las respuestas más frecuentes se
refieren a que la actividad minera no genera desarrollo económico y social debido
a contaminación e insuficiente oferta de empleo, (gráficas 11. y 12.).

Gráfica 11. Percepción de la generación de desarrollo económico y social de


la actividad minera en la zona

Percepción desarrollo minería


52
60
50
40 21
30
20 7
10
0
Genera desarrollo No genera desarrollo NS/NR
socioeconómico socioeconómico

Como se puede evidenciar en la anterior gráfica, tan solo un 26% de las personas
encuestadas cree que la minería si genera desarrollo económico y social y la
razón principal es la oferta de empleo; mientras que un 65% cree que por el
contrario la minería no genera desarrollo ni económico ni social para los habitantes
de la zona.

Por ello, se les preguntó acerca de las razones por las que se cree que la minería
no genera desarrollo económico y social y se encontraron las siguientes razones:
beneficio solo para propietarios, contaminación, daño a vías, inseguridad,
insuficiente oferta de trabajo, no genera regalías para la zona y otras repuestas
indeterminadas; los resultados fueron los siguientes:

107
Gráfica 12. ¿Por qué la minería no genera desarrollo económico y social en
Gran Yomasa?

¿Por qué la minería no genera desarrollo en la zona?


24
25
20
11 8
15
10 5
1 1 2
5
0

Como se puede ver en la gráfica anterior (12.) la contaminación, el daño a las vías
y la insuficiente oferta de trabajo son las principales causas de porque no se
genera desarrollo económico y social en el territorio percibidos por la comunidad.

Otro impacto identificado en el factor socioeconómico de intensidad alta, es el


deterioro y/o daño de las vías, impacto generado por el tránsito de vehículos de
carga pesada por las calles barriales del sector, los cuales han causado daños
considerables en las vías (SDA & Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca,
2011; Claro & Trespalacios, 2009; Ramírez, 2008; Cárdenas & Chaparro, 2004);
es por ello que se ha generado recientemente un conflicto entre las empresas
mineras y la comunidad hasta el punto de que la comunidad decidió cerrar las vías
para no permitir el tránsito de los mismos, medida que no se mantuvo por mucho
tiempo, ya que al ser una vía pública no puede ser objeto de cerramiento por lo
tanto, se tuvo que levantar el cerramiento. En la entrevista realizada al líder
comunal de la zona éste exponía al respecto que se había presentado un conflicto
debido al constante daño a las vías por el paso de camiones y volquetas:

JS: “Por ejemplo, el cierre de las vías, la gente está cerrando las vías, no
permitiendo sacarle los productos a los señores de las ladrilleras cerrando las
vías, colocando canecas, canecas llenas de concreto, obstaculizando el paso.

108
Pero entonces, ya hubo convenio con la alcaldía y movilidad.” Soto, J. (entrevista,
noviembre, 2014).

Por lo que es uno de los impactos más sentidos por la comunidad, como lo vemos
en las gráfica (13.) las personas encuestadas creen que el estado de las calles y
carreteras del sector es bajo y medio en su gran mayoría, por lo tanto, este
impacto es uno de los más visibles para las personas ya que a diario perciben los
efectos de los camiones con carga pesada sobre las vías de los barrios, al
preguntar por las desventajas de la minería, por ejemplo, Núñez, L. (encuesta,
noviembre, 2014), ama de casa, argumenta que una de las desventajas son “las
máquinas, volquetas y demás dañan el piso”, Bohórquez, L. (encuesta, noviembre,
2014) empleado, afirma en este sentido que “…el daño a las vías por las volquetas
tan pesadas” Castañeda, M. (encuesta, noviembre, 2014), empleada, asegura que
una de las desventajas de la actividad minera es “El ruido, el paso de los
camiones y la contaminación”.

Gráfica 13. Percepción estado de las calles o carreteras

Percepción estado calles-carreteras


45
45
40
35
30 23
25
20
15
10
2
5 0
0
Bajo Medio Alto NS/NR

Por último, otro de los impactos de intensidad alta, hace referencia a los procesos
de urbanización alrededor de las explotaciones, los cuales aparecen a medida que
la explotación minera se asienta en el territorio (Ramírez, 2008), dichas
urbanizaciones son objeto de los demás impactos ambientales y sociales que la
explotación genera y causan cambios en el uso y precios del suelo debido a la
especulación de los precios y los procesos de concentración de la población en las
ciudades (Escobar, 2002), muchos de estos barrios o urbanizaciones fueron
ilegales en el pasado y han pasado por procesos de legalización en las últimas
décadas (imágenes 24. 25. y 26.).

109
Imagen 24. Entrada al barrio Villas de Imagen 25. Barrio Villas de Santa
Santa Isabel, al fondo frente Isabel entre frente de explotación
explotación ladrillera Los Tejares Fábrica de tubos Santa Isabel e
(2015). Elaboración propia. Industrias Gresqui (2015).
Elaboración propia.

Imagen 26. Barrio Arizona, al fondo frente explotación ladrillera Los Tejares
(2015). Elaboración propia.

Al preguntar a las personas acerca de su percepción sobre la transformación del


territorio por el proceso de urbanización, los pobladores comentan serios
problemas como el aumento de la contaminación de las fuentes hídricas y del
aumento de la basura en las callles, la tala de árboles, mayor erosión, la presión
al Parque Entrenubes, la afectación a los cultivos, entre otros; al respecto Soto, C.
(encuesta, noviembre, 2014), ama de casa, asegura “Pues ha llegado más gente,
hay más basura en las calles y más contaminado el río, también hay más calles”,
Beltrán, C. (encuesta, noviembre, 2014), vendedor ambulante, afirma “Porque ya
110
no hay zonas verdes y cada vez se acercan más al parque Entrenubes”,
Hernández, A. (encuesta, noviembre, 2014), empleada de la zona, afirma que “Ya
no hay casi cultivos cercanos” ; Bohórquez, L. (encuesta, noviembre, 2014),
empleador sostiene que “Actualmente los apartamentos que construyeron arriba
contaminan el río con las aguas negras”, Díaz, A. (encuesta, noviembre, 2014),
celador, afirma que “Han talado muchos árboles y ya no hay casi zonas verdes” y
por último, Duarte, V. (encuesta, noviembre, 2014), empleada, argumenta que la
urbanización “Disminuye los cultivos y lo rural es más ciudad” en donde se denota
el cambio de uso del suelo y el continuo proceso de urbanización que sufre la
localidad.

En cuanto a las transformaciones que las personas consideran positivas


principalmente se encuentra el aumento del comercio; al respecto Isabel, afirma
que se tienen “más zonas verdes, más comercio”; una de las razones del aumento
de la urbanización la expone el señor Soto, J., líder de la comunidad que sostiene
que la urbanización “Ha aumentado porque se hacen donaciones de materiales y
se incrementa la urbanización” entrevista, noviembre, 2014) actividad de donación
que realizan las empresas cercanas a los barrios como estrategia para disminuir
los conflictos con la comunidad.

Finalmente, se identificaron un total de veinte impactos de los cuales diecinueve


son de carácter negativo y uno es de carácter positivo, de intensidad baja se
identificaron cinco, de intensidad media ocho y de intensidad alta siete. Ahora
bien, se identificaron un total de once impactos ambientales y nueve impactos
socioeconómicos, los cuales se relacionan e interactúan entre sí, por lo que fue
necesario reconocer y determinar dichas relaciones mediante dos árboles de
impactos que a continuación se presentan.

Árbol de impactos ambientales y sociales en Gran Yomasa. Gracias


a la identificación y análisis de los impactos tanto socioeconómicos como
ambientales de la minería de materiales de construcción para Gran Yomasa, se
pudo relacionar y determinar cuáles eran los puntos de sinergia entre los
impactos, estas relaciones demuestran que los efectos de los impactos pueden
ser aún mayores para la comunidad y el territorio. Por lo tanto se construyeron dos
árboles de impactos (figuras 5. Y 6.) que permiten evidenciar las relaciones entre
los impactos identificados.

111
Figura 3. Árbol de impactos ambientales

Fuente: Elaboración propia.

112
En la anterior figura se pueden observar los factores ambientales afectados que
son: el suelo, aire, cobertura vegetal y agua; también se presentan los impactos
ambientales identificados en el presente proyecto de investigación, para la
actividad minera en Gran Yomasa, para cada factor ambiental, en total son diez
impactos, en donde el suelo es el factor ambiental más afectado.

Dentro de los diez impactos ambientales tenemos: para el factor aire, emisión de
gases; para el factor agua, incremento del material particulado y afectación rondas
de quebradas y ríos. Para el factor cobertura vegetal se encontraron dos impactos:
afectación cultivos y bosques y eliminación cobertura vegetal. Por último, para el
factor suelo, el más afectado, tenemos un total de cinco impactos: cambio uso del
suelo, eliminación capa orgánica, alteración textura, estructura y relieve, aumento
procesos de erosión y finalmente, deterioro del paisaje, el cual presenta gran
interacción con los demás impactos ambientales.

Como se mencionaba anteriormente, en el árbol de impactos (figura 5.) se


encuentra gran interacción con el impacto denominado deterioro del paisaje, el
cual es generado a su vez, por otros impactos, como la eliminación de la
cobertura vegetal y de la capa orgánica que ocurren en el proceso de explotación
y extracción de la arcilla. Aumentando así, los procesos de erosión en el suelo,
que a su vez incide en el deterioro del paisaje. Otro de los impactos que tiene una
profunda interacción con el deterioro del paisaje es la afectación de las rondas de
quebradas y ríos, como Santa Librada y El Curí, ya que permanentemente se ven
con material particulado, basura, entre otras. Por lo que el deterioro al paisaje es
una constante con la que tienen que convivir los habitantes de la UPZ Gran
Yomasa.

Por su parte, el impacto principal al factor ambiental aire, es la emisión de gases


de las chimeneas de los hornos, que ocurre en el proceso de la cocción de los
ladrillos y tejas, el cual puede tardar más de 20 horas, dependiendo de la carga y
del tipo de horno que se utilice, este impacto se relaciona o mejor aún, genera otro
impacto muy importante de carácter social como lo son los riesgos a la salud
humana, impacto que es muy sentido por la comunidad como se evidenció
anteriormente.

En la siguiente figura (6.) se puede observar la interrelación de los impactos


sociales y económicos identificados.

113
Figura 4. Árbol de impactos socioeconómicos

Fuente: Elaboración propia.

114
En la anterior figura (6.) se pueden observar los impactos socioeconómicos
identificados en el presente proyecto de investigación, por lo tanto tenemos que se
encuentra sólo un impacto positivo que hace referencia a la generación de empleo
y por su parte se encuentran un total de siete impactos negativos, los cuales son:
riegos a la salud humana, altas expectativas de la comunidad, molestia por ruido o
vibraciones, accidentes sobre la población local, incremento riesgos por transporte
de vehículos de carga, conflictos con la comunidad y deterioro de vías.

Frente a las altas expectativas de la comunidad éstas tienen varias causas,


aunque la fundamental es el posible aumento de la oferta de empleo que es un
impacto positivo. No obstante, la poca o baja oferta de empleo, genera a su vez,
un impacto negativo, que son los conflictos con la comunidad, ya que, al
generarse altas expectativas por parte de la comunidad, las cuales no son
satisfechas, comienzan a surgir ciertos conflictos con los empresarios mineros.

Por su parte, el tránsito de los vehículos de carga por las calles barriales, genera
un incremento en los riegos por el transporte del material y también incrementa
los riesgos de posibles accidentes sobre la población local, los cuales, son
impactos negativos. Y por último, también se genera el deterioro a las vías, que
por lo que se describió anteriormente es uno de los impactos negativos más
importantes, porque es generador de constantes conflictos con la comunidad,
siendo este último el impacto social más importante porque posee mayor número
de relaciones dentro del árbol y también porque es generado por otros impactos.

Categoría: Transformaciones urbanas asociadas a la explotación


minera en Gran Yomasa. Respecto a las transformaciones urbanas realizadas
por la explotación minera en la UPZ Gran Yomasa se identifican dos que son a su
vez los impactos ambientales y sociales que más se destacan y que hacen parte
de los más sentidos por los habitantes del sector, estas transformaciones urbanas
son la afectación y cambio del paisaje (causado por la minería) y el proceso de
urbanización que se apalanca cada vez más gracias al mercado de la vivienda en
la capital.

Respecto a la afectación y cambio del paisaje, primero habría que tratar de


acercarnos a un concepto de paisaje, el cual se retoma de Ardila (2011, p. 175)
quien afirma que el paisaje es “la cara visible del territorio,… como el reflejo de
unas relaciones de poder determinadas y de sus pugnas y soluciones. A toda
transformación del paisaje subyace siempre el triunfo de un modelo de vida sobre
el otro.” Y agrega que en los cambios de esa transformación del paisaje se pueden
identificar “las nociones de territorio, el impacto de esas luchas y los mecanismos
de pervivencia de las nociones derrotadas”. Quiere decir que en el paisaje
podemos analizar las características de una sociedad, su noción sobre territorio,
las diferencias existentes entre la sociedad, la historia del territorio, etc.

Por esta razón, se utilizó la herramienta de cartografía buscando identificar la


transformación del territorio, por lo tanto, se obtuvo mapas del pasado, presente y
115
futuro, allí se puede apreciar como la actividad minera ha transformado el paisaje
debido a la presencia de los frentes de explotación y la ausencia de cobertura
vegetal, así como también se aprecian las nociones de paisaje en pugna ya que
los mapas del futuro realizados por la comunidad muestran claramente sus
expectativas frente al territorio en un futuro cercano. Se realizaron talleres de
cartografía social con jóvenes (Imágenes 27, 28, 29, 32 y 33) adultos (Imágenes
30, 31 y 35) y adultos mayores (Imagen 34)12.

Imágenes 27. 28. y 29. Realización mapas jóvenes (2014) Elaboración propia.

El taller de jóvenes se realizó el día 20 de Noviembre de 2014, en la IED Los


Tejares, en donde se construyeron mapas del presente y del futuro. El taller

12Las fotografías fueron tomadas en los talleres de realización y socialización de los mapas
construidos, en la sede A de la IED Los Tejares, el taller de adultos mayores se realizó el día 29 de
Noviembre de 2014

116
comenzó a las 2:30 pm y la construcción de los mapas duró alrededor de dos
horas.

Imágenes 30. y 31. Realización mapas adultos (2014) Elaboración propia.

Por su parte, el taller de adultos se realizó el día 22 de Noviembre de 2014 en la


IED Los Tejares, en donde se construyeron mapas del pasado y del presente. El
taller comenzó a las 10:30 am y la construcción de los mapas duró alrededor de
una hora y media. En dicho taller no se contó con la participación esperada, no
obstante, se logró el objetivo del taller con la construcción de los mapas
planeados.

Imágenes 32. y 33. Socialización mapas jóvenes(2014) Elaboración propia.

La socialización de los mapas permitió identificar las percepciones acerca del


impacto de la minería en el territorio por parte de los y las jóvenes, en donde se
surtieron discusiones en cuanto a las ventajas de la presencia minera en la zona,
como también se identificó las representaciones de un futuro distinto para el
territorio en donde se privilegia la naturaleza, como lo veremos más adelante.
117
Imagen 34. Socialización mapas Imagen 35. Socialización mapas
adultos mayores (2014) Elaboración adultos (2014) Elaboración propia.
propia.

Igualmente en la socialización de los mapas de adultos y adultos mayores se


identificaron nociones de paisaje y de territorio distintas a las que actualmente se
imponen. En consecuencia, a continuación se presentan algunos de los mapas
realizados en los talleres de jóvenes, adultos y adultos mayores. En los mapas se
observa en círculos rojos la actividad minera, en líneas azules las fuentes hídricas,
en círculos amarillos los cultivos y en círculos verdes los bosques o zonas verdes.
En los mapas del futuro se agregaron círculos naranja que representan
equipamientos recreativos y educativos, ya que se evidencia un cambio notable
con los mapas actuales y del pasado; y por último, círculos de color café que
representan el proceso de urbanización.

Mapas del pasado.

Imagen 36. Mapa pasado adultos Imagen 37. Mapa pasado adultos
(2014) Elaboración propia. mayores (2014) Elaboración propia.

118
Imagen 38. Mapa pasado y presente adultos (2014) Elaboración propia.

Como podemos observar los mapas del pasado se caracterizan por enunciar la
presencia de dos fuentes hídricas importantes que son El Curí y Santa Librada las
cuales tenían unas condiciones ambientales muy diferentes a las actuales. Por
otra parte, es importante destacar la presencia de dos empresas mineras que en
la actualidad no existen, las cuales son Ladrillera Altigres y Ladrillera Los Olivares,
que en el pasado funcionaban en la zona. También es necesario mencionar la
presencia de cultivos de haba, arveja, entre otros, en la zona que en el pasado
eran importantes para las relaciones económicas de la comunidad. En cuanto a
las zonas verdes vemos que éstas eran más abundantes en el pasado y
representaban una buena parte del territorio.

Mapas actuales o del presente.

Imagen 39. Mapa presente Imagen 40. Mapa presente adultos


jóvenes(2014) Elaboración propia. (2014) Elaboración propia.

119
Imagen 41. Mapa presente adultos
mayores (2014) Elaboración
propia.

En los mapas del presente encontramos ya diferencias marcadas con los


anteriores mapas, por ejemplo, el proceso de urbanización se ve más marcado en
zonas en las cuales antes no existía, también encontramos que las zonas verdes
sólo se encuentran presentes en inmediaciones al Parque Entrenubes. En cuanto
a la actividad minera vemos que está continúa presente. Respecto a los cultivos
sólo se observa su presencia en uno de los mapas lo cual quiere decir que su
disminución ha sido notable, así como también las fuentes hídricas en la zona, en
dos de los tres mapas que se observan se encuentra representada solo una fuente
hídrica que corresponde a la quebrada Santa Librada, por lo que se puede decir,
que la quebrada El Curí, debido a su afectación por parte de la actividad minera,
no es considerada como una fuente hídrica importante para los habitantes de la
zona.

Mapas del futuro.

Representaciones proyectivas del territorio


Imagen 42. Jóvenes (2014) Imagen 43. Adultos mayores (2014)
Elaboración propia. Elaboración propia.

120
Respecto a los mapas del futuro realizados por la comunidad, se pueden
evidenciar perspectivas importantes en las representaciones del territorio que las
personas poseen, en la mayoría de los mapas encontramos que la actividad
minera no se encuentra en los mapas y si se encuentra, se encuentra “cerrada”,
en su reemplazo se encuentran equipamientos sociales recreativos como parques,
canchas, juegos, etc. Otro aspecto importante, es la recuperación y aumento de
los bosques y zonas verdes para el territorio, que en los mapas se encuentran en
aumento, en las zonas que antes se encontraban ocupadas por la actividad
minera. Por su parte, el proceso de urbanización en el territorio se hace notable en
dichos mapas, porque se encuentran en zonas que antes estaban dedicadas o a
la actividad minera o a cultivos, porque es considerado un fenómeno importante
para el desarrollo económico y social de la zona y sus pobladores.

En este contexto, la noción de paisaje de los habitantes, entra en conflicto con la


representación actual, y esa pugna subyace en el territorio con las problemáticas
enunciadas en el presente trabajo, tanto ambientales como sociales; sin embargo,
las personas creen en la posibilidad de un territorio distinto, a su vez, de un
paisaje diferente, en el cual las expectativas de habitar en un territorio libre de la
actividad minera es posible, así como también una zona con equipamientos
recreativos y educativos para el disfrute de todos y todas.

En cuanto a la continua urbanización en la zona, debe distinguirse entre la


urbanización producto de la actividad minera, en la cual sin lugar a dudas
podríamos afirmar que en el pasado los barrios Arizona, La Peña, Los Tejares,
Olivares, Manzanares, Villas de Santa Isabel, etc. Fueron barrios que crecieron
gracias a la actividad minera. Y como producto de la misma, se alimentaba (y aún
lo hace) de mano de obra barata que provenía de los departamentos de Boyacá,
Cundinamarca, Tolima, entre otros, por lo tanto; estos barrios nacen en
condiciones de ilegalidad, y luego se va produciendo su legalidad por parte de la
alcaldía de la ciudad, gracias a las luchas de las organizaciones de vecinos; estos
barrios van creciendo cada vez más, así como su población.

Imagen 44. Villas de Santa Isabel (2014) Elaboración propia.


Imagen 45. Barrios La Peña, La Sureña, entre otros (2014) Elaboración propia.
121
Imagen 46. Barrios Olivares y Arizona (2014) Elaboración propia.

Imagen 47. Barrios Tejares y Manzanares (2014) Elaboración propia.

Es necesario recordar que muchas de estas viviendas se encuentran en riesgo de


deslizamiento o remoción en masa, debido a que las explotaciones de la actividad
minera se encuentran cercanas a las mismas.

Imagen 48. Urbanización Altos de Imagen 49. Nuevas urbanizaciones


Bolonia (2014) Elaboración propia. (2014) Elaboración propia.

122
En los últimos años, la urbanización conocida como legal, ha entrado en la zona
construyendo edificios de cinco o seis pisos en conjuntos cerrados, ofertando al
mercado de la vivienda una vista sobre una buena parte de la ciudad y la cercanía
al área protegida del Parque Entrenubes, además, los habitantes denuncian, que
las aguas residuales de estas viviendas están siendo vertidas a la quebrada Santa
Librada y El Curí.

Por último, este fenómeno de urbanización (legal o ilegal), es un factor de


transformación urbana constante y uno de los más agresivos en la zona, debido
en gran parte al mercado del suelo en la ciudad, que busca terrenos baratos para
ofrecer soluciones de vivienda a un alto valor en comparación con la inversión
inicial. Este proceso pone en grave riesgo al área protegida, conocida como
Parque Entrenubes, ya que las construcciones se encuentran cada vez más cerca
al parque. Este proceso se reconoce en los mapas del futuro o representaciones
proyectivas del territorio realizadas por jóvenes y adultos mayores (imágenes 42 y
43).

Categoría emergente: Pasivos ambientales. Esta categoría surge como


una categoría emergente, luego de realizar la organización y análisis de la
información, por lo cual es importante traerla a colación y realizar un análisis a la
misma, ya que es una de las temáticas que se discute en la actualidad acerca de
las implicaciones de la minería en el país.

La definición de pasivos ambientales ha ido avanzando en el aspecto jurídico y


normativo en países como Chile, Perú México y Bolivia, países pioneros en este
aspecto (CGR, 2012; Arango & Olaya, 2012). En Colombia como lo mencionan
Andrade, Rodríguez & Wills (2012) es preocupante que no se cuente con una
normatividad y metodología para identificar los posibles pasivos ambientales de
las actividades como la minería. Aunque en términos de conceptualización, se ha
avanzado, gracias a estudios contratados por la Unidad de Planeación Minero
Energética (UPME), por la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), el Ministerio
de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el Ministerio de Minas y Energía y estudios
realizados por investigadores de distintas universidades del país (UPME, 2014).

Por lo tanto, para el contexto minero, se cuenta ya con una conceptualización


realizada por Econometría, para el Ministerio de Minas y Energía en el año 2010,
en donde se establece que un pasivo ambiental minero “…es una obligación que
se origina en pérdidas significativas de bienestar o riesgos inminentes para las
personas, que se presentan como consecuencia del detrimento de los recursos
naturales renovables, cuando éste detrimento supera los niveles social, técnica o
legalmente aceptables y ha sido causado por una actividad minera”(Min. Minas,
2010. Conceptualización que se comparte en el presente proyecto de
investigación ya que hace referencia a los pasivos ambientales mineros.

123
Para el caso de la minería de materiales de construcción en la UPZ Gran Yomasa,
se identificaron cuatro pasivos ambientales, que se presentan luego de la
explotación de los recursos por actividades mineras abandonadas, estos pasivos
son la alteración física del paisaje, edificios abandonados, afectaciones al suelo
por los procesos de erosión y pozos abiertos (Arango & Olaya, 2012).Uno de los
pasivos ambientales más frecuentes encontrados en los recorridos, es la
afectación al suelo debido a los procesos erosivos generados por la explotación
minera (imagen 50.) Lo que genera “la pérdida del suelo con potencial productivo,
debido a la contaminación del suelo o al entierro de los desechos de la mina” y
también por el abandono de los mismos en la zona (imagen 51.); (Arango, 2011).

Imagen 50. Suelo de la ladrillera Imagen 51. Desechos dejados por la


abandonada “Olivares” (2014) ladrillera “Olivares” (2014)
Elaboración propia. Elaboración propia.

La alteración física del paisaje (imágenes 52. y 53.) es uno de los pasivos más
notorios y que se presentan debido a la generación de diversos impactos como
por la deforestación, eliminación de la capa orgánica y eliminación de la coertura
vegetal, entre otros.

Imagen 52. y 53. Alteración del paisaje causado por la ladrillera abandonada
“Olivares” en inmediaciones al Paque Entrenubes (2014) Elaboración propia.

124
También se resalta el abandono de las estructuras o edificaciones de las
ladrilleras (imagen 54.), como pasivos ambientales y sociales que afectan el
paisaje, pero también la seguridad de la comunidad, porque se convierten en
refugio para personas que consumen drogas y se convierte en territorio de nadie.

Imagen 54. Abandono de edificaciones de la ladrillera “Olivares” (2014)


Elaboración propia.

Otro pasivo ambiental identificado en los recorridos por la zona fue el abandono de
algunas explotaciones, que se convierten gracias a la lluvia en pozos (imagen 23.),
que son peligrosos para los habitantes de la zona, lo cual se conoció luego de
escuchar la historia de un niño que se ahogó cuando fue a jugar cerca a uno de
los pozos y se lanzó a él, con tan mala suerte de quedar atrapado en el fondo.

Imagen 55. Pozos formados por la explotación minera (2014) Elaboración propia.

Categoría: el derecho a la ciudad y la justicia espacial en Gran


Yomasa. Bogotá es una de las ciudades más importantes del país, ya que cuenta
con el mayor número de habitantes y además oferta la mayor cantidad de

125
empleos; no obstante, en los últimos años ha sufrido grandes transformaciones: se
han construido sistemas de transporte masivo a lo largo y ancho de la ciudad, la
construcción de edificios tanto de apartamentos como de oficinas ha crecido, así
como también la de grandes centros comerciales que ahora acaparan cada
espacio disponible en la ciudad en pro de su función productora de capital, en
donde la ciudad ha sido coaptada por el mismo, integrándose como una simple
mercancía que atiende a la acumulación y reproducción del capital, desligándose
de la idea de función social de la ciudad, como lo afirma Lefebvre (1969).

Población de Gran Yomasa. En este contexto, Gran Yomasa, UPZ de la


localidad de Usme en Bogotá; no escapa a estas dinámicas, sino que además las
problemáticas se profundizan aún más; por ejemplo, respecto a la población que
habita la localidad en su mayoría es de un estrato socioeconómico que oscila
entre 1 y el 3. Sin embargo, las personas encuestadas, en Gran Yomasa,
pertenecen en su totalidad a los estratos socioeconómicos 1 y 2, por lo tanto
poseen escasos recursos económicos, y además, no poseen estudios de
educación superior, reafirmando lo que distintos diagnósticos han identificado en
la localidad (SDP, 2011a; CCB, 2006; SDH-DAPD, 2004). Según las encuestas
realizadas, estas personas viven en la zona, en mayor medida porque un familiar
ya vivía en la misma o porque el arriendo y los servicios son económicos, o
también, porque tuvieron una opción de compra económica, o como producto del
desplazamiento forzado.

En la zona y en la localidad se evidencian problemáticas de diversa índole social,


económica, ambiental, de salud, etc. A lo cual, Bogotá debe hacerle frente
atendiendo las necesidades de esta población por medio de políticas y estrategias
encausadas a minimizar las complicaciones que las familias sufren a diario. Estas
familias por lo general se ubican en los cinturones de pobreza de la ciudad en las
localidades de Suba, Kennedy, Bosa, Ciudad Bolívar y Usme.

Gracias a las encuestas se pudo determinar que de las setenta personas


encuestadas, treinta y cuatro provienen de otras regiones del país como de los
departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Tolima, Meta, Córdoba, Santander,
Arauca y Valle del Cauca (figura 3.), reforzando la idea que Bogotá y la zona de
Usme son receptoras de población de diferentes regiones del país, ya que la
procedencia de la misma en Usme, según un documento de la SDS (2010), es en
un 36,2% de otro municipio, lo cual confirma que esta localidad recibe habitantes
emigrantes de diferentes partes del país y también familias desplazadas por la
violencia, fenómeno que se viene presentando en las últimas décadas.

126
Origen población encuestada Gran Yomasa
34

12 12

3 1 2 2 1 1 2

Gráfica 14. Lugar de nacimiento población encuestada.

Es importante señalar que Usme es una de las localidades con mayor extensión
en la ciudad y que la mayor parte de su territorio (más de un 80%) corresponde a
una zona rural cada vez más amenazada “por la presión del crecimiento urbano
debido a la gran cantidad de población desplazada que se está ubicando en esta
localidad… (y por eso mismo) el perímetro urbano local se ha expandido
notablemente (pero también) la pérdida de territorio rural se hace más evidente
con la normatividad del Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá determinando
que parte de las veredas El Uval, La Requilina y Olarte sean para desarrollo
urbano” gracias a la implementación de la Operación Estratégica Nuevo Usme que
consiste en la urbanización de gran parte del territorio rural de la localidad (SDA,
2009, p. 8).

En este sentido, es reprochable que la vocación agrícola (una de las


potencialidades del territorio) se encuentre amenazada por los planes
“estratégicos” y políticas distritales, que por supuesta falta de suelo urbano
plantean la urbanización de gran parte de la zona rural, afectando no solo la
producción agrícola de familias campesinas y su supervivencia, sino también las
fuentes hídricas que tienen su paso por la zona.

Otro aspecto a resaltar, es que esta política pública distrital de soluciones de


vivienda al sur y al occidente de la ciudad ha sido puesta en práctica desde
décadas atrás por distintos alcaldes, llevando a vivir a las personas pobres cada
vez más lejos de la ciudad y creando nuevos bordes de pobreza, aumentando la
desigualdad y la segregación social de aquellas familias; porque intencionalmente,
las ubican lejos de los centros políticos y administrativos, de los centros de salud y
educativos, y de los puestos de trabajo; la infraestructura vial es escasa y de
pésima calidad, así como el transporte público, haciendo que estas zonas se

127
conviertan en “zonas dormitorio” debido a que una persona que entra a laborar a
las 8:00 am debe salir de su casa a las 6:00 am para poder transportarse y al
finalizar su jornada a las 5:00 pm o 6:00 pm de nuevo debe transportarse unas dos
horas promedio llegando a su hogar entre las 7:00 u 8:00 pm. Quiere decir, que
una persona que se encuentre empleada en el centro o norte de la ciudad, se
encuentra cerca de doce horas o más fuera de su casa. “El transporte se vuelve
entonces una manera de garantizar el derecho a la ciudad y asegurar la
“integración”, la “inclusión” de los territorios, brindando a la población un acceso a
la ciudad y a sus bienes.” (Leibler & Musset, 2010).

Es por ello, que es necesario reivindicar el derecho a la ciudad, desde la idea que
los ciudadanos tienen derecho a participar en todas las redes y circuitos de
dominación, de información y de intercambios lo cual depende de una propiedad
del espacio urbano: la centralidad. Propiedad que se ha visto afectada debido a la
profundización del capitalismo en su etapa neoliberal, con lo cual se ha extendido
en la ciudad la segregación social y económica de la población en el espacio,
disolviendo e invalidando la capacidad integradora de la ciudad (Lefebvre, 1972;
Borja, 2001; Paulsen, 2011).

En Gran Yomasa, las personas constantemente cambian de domicilio, debido


principalmente a la inseguridad que se vive en la zona, por la contaminación o
porque los hogares quedan muy lejos de los sitios de trabajo13(figura 4.), respecto
a este último, se refuerza la tesis de la segregación espacial a la cual se ven
confinadas las familias y como se mencionó anteriormente el tiempo que gastan al
trasladarse de casa al trabajo y viceversa, en promedio es más de una hora y
media por trayecto, por lo cual las familias deciden cambiar de domicilio y
acercarse más a sus sitios de trabajo.

Gráfica 15. Razones cambio de domicilio personas

¿Por qué las personas cambian de


domicilio?
7%
17% Inseguridad

53% Contaminación
23%
Lejos ciudad

No sabe/No responde

13 Respuestas dadas por la mayoría de personas encuestadas.

128
Otra de las causas, importantes de cambio de domicilio, es por las condiciones de
contaminación que se viven en la zona, como problemáticas con las basuras,
contaminación de ríos y quebradas, contaminación del aire por vehículos y hornos
de ladrilleras, etc.

Injusticia espacial como producto histórico. Para establecer las


condiciones de injusticia espacial en la UPZ Gran Yomasa, hay que determinar
cómo fue producida esta injusticia espacial, por ello es necesario rememorar el
contexto del proceso histórico para la instauración y posterior desarrollo de las
explotaciones mineras de materiales de construcción, que es el caso que nos
concierne. Sin embargo, hay que resaltar que ésta no es la única forma de
injusticia espacial que padece la población de la localidad, se podría mencionar
también la convivencia con el relleno sanitario Doña Juana debido al gran impacto
ambiental que genera en la zona, la insuficiente infraestructura vial para el
transporte público, la escasa y deplorable calidad de las dotaciones escolares, de
salud, administrativas, deportivas y de ocio, entre otras. Uno de los conceptos
importantes que hay que mencionar es el de eficiencia espacial que es la
localización de instalaciones en el cual se hace referencia a “los costes de diverso
tipo que la creación y el uso de esa instalación va a ocasionar en ese punto
concreto” (Bosque, Díaz & Díaz, 2002).

Por su parte, las explotaciones mineras de materiales de construcción comienzan


a hacer su aparición en Bogotá en la Colonia ubicándose en los cerros orientales
de la ciudad debido a la necesidad de materiales de construcción para las
viviendas de la creciente ciudad, proceso que se desarrolla con más hincapié
luego del año 1556, según Escovar, Mariño y Peña (2004), cuando la Real
Audiencia dicta medidas sobre la construcción de casas, y exige que “todos los
vecinos de la ciudad de Santa Fe hagan casas de piedra y teja, para prevenir
incendios y accidentes por la manufactura inadecuada de sus viviendas”, y para
cumplir con dichas determinaciones, se incrementa la demanda de dichos
materiales, convirtiendo a los cerros orientales en el primer proveedor de materias
primas de construcción para la ciudad, aumentando así los chircales y tejares
(Molina, 2010).

Esta pujante industria comienza a crecer y los chircales y tejares pueblan las
faldas de los cerros orientales desde el sur de la ciudad, hasta el norte por
diferentes barrios de la ciudad (Escovar, Mariño y Peña, 2004; Osorio 2009). Para
finales del siglo XIX y principios del XX, distintas fábricas se asientan en lo que
hoy conocemos como las localidades de Teusaquillo y Chapinero, en grandes
haciendas que colindan con las montañas de los cerros orientales; pero entre
1943 y 1949 se ordena el cierre de todas las canteras, minas, tejares, ladrilleras,
cementeras y minas de carbón, que se ubicaban en inmediaciones de lo que hoy

129
se conoce como las localidades de Chapinero y Teusaquillo, ya que afectaban la
malla vial cercana. Es por ello, que dichas empresas se trasladan al sur y norte de
la ciudad donde aún existen. Es en este contexto que las explotaciones mineras
de materiales de construcción llegan a Usme y en concreto a Gran Yomasa, en
donde hacen parte de la industria (Preciado, Leal & Almanza, 2005: SDA, 2009).

Como producto de una orden o decisión gubernamental las actividades extractivas


abandonan sus actividades en la ciudad para ubicarse en las inmediaciones de la
misma, sin contar que el proceso de urbanización de la ciudad y de aquellos
territorios aumentaría rápidamente, poblando de nuevo las zonas cercanas a las
explotaciones de las canteras y ladrilleras, tanto al norte como al sur de la ciudad.
Generando así, los mismos problemas que en el pasado habían generado a la
población y el territorio.

Injusticia espacial y minería de materiales de construcción. Al


indagar acerca del origen y del por qué estas empresas se instalaron
precisamente allí y si esas actividades tendrían el mismo éxito si estuviesen
ubicadas en otras zonas de la ciudad, se encontraron respuestas que se
enmarcaban en cuatro líneas o categorías distintas que dan cuenta de la
percepción y de las creencias que poseen las personas respecto a la actividad
minera de materiales de construcción en el territorio. Esas categorías son las
siguientes: naturaleza como recurso explotable, minería como actividad
contaminante, control, seguimiento y regulación institucional y percepción de
injusticia espacial.

Naturaleza como recurso explotable. Esta categoría se refiere a las


representaciones que la población tiene acerca de la naturaleza, de la existencia
de la misma, como una razón para su utilización, apropiación y uso, por parte de
los seres humanos desconociendo que precisamente los seres humanos somos
parte de la naturaleza.

Al indagar acerca del posible origen de la instalación de las actividades extractivas


en el territorio, las personas en su gran mayoría creen que es por la simple
presencia de las montañas por ejemplo Acosta, M. (entrevista, noviembre, 2014),
ama de casa, cree que es “porque el material se encuentra en las montañas” y
Beltrán, Z. (encuesta, noviembre, 2014), otra ama de casa, también piensa que la
razón es “por la cercanía a las montañas, para sacar más fácil el recurso”
creencias que reflejan la noción de que la actividades extractivas se desarrollan
debido a la simple existencia de los recursos naturales, desconociendo las
condiciones históricas de la extracción minera en la zona y también de las
condiciones económicas.

130
En este sentido, la relación de la población con la naturaleza muestra un
distanciamiento o como lo expone Ardila (2011) una creencia de la separación
entre naturaleza y la cultura; entre naturaleza y mente, donde todo “está adecuado
para que nos cuente, de manera reiterada, que la única relación posible con la
naturaleza es la de propiedad” (p.161).

En este mismo sentido al preguntar acerca de la posibilidad de éxito de esta


actividad en otras zonas de la ciudad, la mayoría de respuestas se encaminaron
de nuevo a la existencia del material en las montañas o zonas rocosas de la
ciudad evidenciando el conocimiento que tienen las personas acerca de la riqueza
del material tanto en los cerros orientales como también al sur de la ciudad
(Ciudad Bolívar o Soacha); al respecto Díaz, L. (encuesta, noviembre, 2014),
empleada de servicios generales afirma que sí “porque Bogotá tiene muchas
montañas”. Aunque algunas personas se referían de forma negativa a dicha
posibilidad, a su vez Ramírez, P. (encuesta, noviembre, 2014), operario de la zona
afirma que no “porque las montañas no están en todo lado” y Hernández, M.
(encuesta, noviembre, 2014), ama de casa, afirma que no “porque no tienen el
material”.

Por su parte, Maldonado, (2003, citada por Ardila 2011) reitera que esta imagen
de propiedad es “una relación abstracta, desacralizada e impersonal, un puro
vínculo de poder; un vínculo en la que la cosa depende del hombre pero el hombre
no depende de la cosa y donde todos los derechos están del lado del hombre y
todas las obligaciones del lado de las cosas, y donde las cosas sólo tienen un
valor utilitario, no constituyen sino la materialización de una suma de servicios,
una relación en la que se instituyen a la vez del poder sobre las cosas y la
supremacía del presente sobre el pasado y el futuro. La unidad de esta doble
dominación del hombre y del presente se traduce en permanente, es decir, en el
derecho siempre presente del individuo vivo a cambiar el uso, alienar o usar.
(p.46). Esta representación de la naturaleza ha prevalecido en los últimos años e
impregna no sólo los medios de comunicación, sino también los libros de texto, la
planeación de las políticas públicas, etc. Con lo cual se reproduce la indiferencia
hacia nuestros medios principales de subsistencia.

Sin embargo, otras respuestas se inclinaban principalmente a cuestiones de


producción, o demanda y oferta del material, por ejemplo el señor Luis, sastre de
profesión, afirma que si es posible el desarrollo de las actividades en otras zonas,
porque “en todo lado se construyen casas y hay desarrollo de viviendas”.

Minería como actividad contaminante. Esta categoría describe la percepción


de las personas acerca de la actividad minera como generadora de contaminación
y por ende, como una de las razones por las que se justifica la presencia de dicha

131
actividad en ciertas áreas de la ciudad, invisibilizando la posible distribución
equitativa de los riesgos que genera la misma.

En este contexto al indagar por la posibilidad de éxito o traslado de la actividad


minera a otras zonas de la ciudad, las respuestas se enmarcaban en
argumentaciones sobre los efectos de la contaminación, por ejemplo, Ospina, D.
(encuesta, noviembre, 2014), estudiante de la zona, piensa que no podrían tener
el mismo éxito en otras zonas debido a que “las ladrilleras contaminan mucho el
medio ambiente” y Astroza, K. (encuesta, noviembre, 2014), enfermera, explica
que no porque “allá no aceptarían toda esa contaminación, humo y tizne que
expulsa”.

Igualmente, y en relación con la justicia espacial, se trata de que la localización de


dichas instalaciones (sean deseables o no) no sean desiguales respecto a toda la
población, en donde solo una parte de la población pueda acceder a dichos
beneficios o también que los costes estén desigualmente repartidos, en la misma.
Precisamente, la justicia ambiental irrumpe para discutir y problematizar la
concentración en ciertas áreas de actividades o instalaciones que producen daños
o riesgos a la población compuesta principalmente por grupos étnicos y población
en situación de pobreza y vulnerabilidad social (Bosque, Díaz & Díaz, 2002).

Al respecto, uno de los grandes impactos generados por contaminación son las
emisiones de gases al aire “es evidente que aquellas zonas donde existe
combustión de carbón para actividades de transformación de arcillas, se
encuentren clasificadas entre los diez sitios más contaminados con PM10” (CGR,
2011, p.107.). Del mismo modo, la SDA (2008), gracias a un estudio contratado a
la Universidad de los Andes, para conocer el panorama de la contaminación
generada por fuentes móviles y fijas, afirmaba que de las 1.400 toneladas de
material particulado (hollín, polvo y humo) por fuentes fijas, 560 toneladas
provenían de las ladrilleras de la localidad de Usme, quiere decir un 40% del total,
constatando la compleja situación en cuanto calidad de aire con la cual tienen que
convivir los habitantes de la localidad a diario. Dicha situación se presenta
fundamentalmente por los gases emitidos por las chimeneas de los hornos en el
proceso de cocción de los ladrillos en la localidad de Usme.

Como en la localidad se produce el 40% de las emisiones por fuentes fijas,


fundamentalemente por las ladrilleras, es preciso afirmar que se presenta una
excesiva concentración de estas fuentes móviles en la localidad, y en especial en
Gran Yomasa, describiendo una distribución desigual de los efectos e impactos
negativos que genera la actividad minera de los materiales de construcción al
territorio y a la población. Mientras la población y las demás localidades se
benefician de la construcción de vivienda, oficinas, centros comerciales, etc. Por lo

132
que la población de la localidad de Usme y de la UPZ Gran Yomasa, debe convivir
con los impactos ambientales generados por la actividad que generan graves
riesgos para la salud humana como el incremento de enfermedades respiratorias
en la población. Condiciones con las cuales no tienen que lidiar la mayoría de la
población de la ciudad.

Además de ello se puede afirmar que existe y prevalece cierta discriminación por
razones de tipo económico en el disfrute de las condiciones de calidad ambiental a
las cuales todos tenemos derecho; exponiéndolos los riesgos a la salud humana,
precisamente a quienes tienen mayores dificultades y presentan mayor grado de
vulnerabilidad para afrontarlos, debido a su falta de poder económico, de
desempleo, etc. (Bosque, Díaz & Díaz, 2002).

Control, seguimiento y regulación institucional. Esta categoría hace


referencia a la presencia y acción institucional en la UPZ Gran Yomasa, respecto
al funcionamiento de la actividad minera en el territorio. Por lo tanto, al preguntar
acerca de la posibilidad de éxito o traslado de la actividad minera a otras zonas de
la ciudad, se puede leer en las respuestas de los habitantes de la zona, que las
empresas mineras no se asientan en otra parte de la ciudad sencillamente porque
existiría más control y su funcionamiento se vería afectado; Bohórquez, L.
(encuesta, noviembre, 2014), empleado de la zona, afirma que no “porque la
alcaldía no las dejarían”, Ramírez, P. (encuesta, noviembre, 2014) expone que
“…en otras zonas harían más controles”, y Rojas, J. (encuesta, noviembre, 2014)
desempleado argumenta que no “porque ya se instalaron y porque en otras zonas
las molestarían y las cerrarían más”.

Como vemos, las personas en su mayoría sienten un vacío u olvido por parte de
las instituciones gubernamentales que tienen a cargo la regulación y vigilancia de
las explotaciones de materiales de construcción en la zona, sienten que
precisamente por estar ubicadas en el sur de la ciudad, en zonas pobres de la
misma, estas empresas no son controladas de manera adecuada, sin embargo
creen que si estuviesen en otras zonas el control sería más eficaz por ubicarse tal
vez en zonas pudientes, perdiendo credibilidad y confianza. Por lo que, los
mecanismos institucionales se han quedado cortos en el cumplimiento de sus
funciones.

El fracaso de la institucionalidad minera y sus funciones no sólo se denotan a nivel


distrital, como lo afirma Ana operaria de 43 años, “Bogotá tiene muchas montañas,
lo que pasa es que allá no las dejan y acá así” denunciando la poca efectividad del
control y regulación de la actividad en la zona sur de la ciudad; sino que se replica
con gran preocupación a nivel nacional en pleno “boom minero” “En efecto, el
Estado y su institucionalidad minera se replegaron, no sólo vendiendo todos sus

133
intereses en el sector de la minería, sino en sus funciones de regulación, control y
fiscalización de la actividad. Pasaron en el silencio la prórroga escondida de títulos
mineros con toda suerte de irregularidades (Cerro Matoso 1996); la entrega
masiva y sin debido escrutinio de contratos a multinacionales (AngloGold Ashanti y
Mineros S.A.); la ausencia total de control y fiscalización de los más de 9.500
títulos mineros expedidos hasta 2010 y del pago del canon superficiario y las
regalías; el represamiento de más de 19.000 solicitudes mineras, la inoperancia
del catastro minero, la dependencia absoluta de la información del sector privado
para la liquidación de sus obligaciones económicas y tributarias, la total desidia del
Ministerio de Minas y Energía para exigir a sus entidades adscritas y vinculadas el
cumplimiento de sus funciones, la descoordinación de la autoridad minera nacional
y sus delegadas en los departamentos, la titulación en páramos y humedales, etc.,
para no mencionar sino algunas de las falencias más importantes en el
cumplimiento de los deberes y obligaciones del Estado en el desarrollo del sector
minero.” (CGR, 2011, p.194.).

En este contexto, Fierro (2012, p. 41) describe “el desgreño institucional, tanto en
indicios fuertes de corrupción como en debilidad e idoneidad técnica de los
funcionarios y contratistas.” En donde se detallan los problemas de corrupción en
Ingeominas (hoy Servicio Geológico Colombiano, SGC) en cuanto a la expedición,
control y fiscalización de títulos mineros.

Además de ello, es necesario resaltar que la institucionalidad minera no ha sido la


única que brilla por su ausencia sino que, “la omisión e inacción de la
institucionalidad relacionada con la salud pública en Colombia adquiere mayor
relevancia, sobresaliendo sus exiguas respuestas ante los requerimientos de la
CGR45 (2011) y las advertencias planteadas en el Informe del “Estado de los
recursos naturales 2010-2011” al Congreso de la República, en donde se concluye
que “desde el punto de vista de salud epidemiológica, salud ocupacional y
seguridad industrial asociadas con (la minería), la respuesta se limitó a señalar un
contrato (…) sin proporcionar mayores detalles sobre los resultados e impacto de
la misma en la actividad minera (…)” (CGR, 2011, p.108.). Con lo cual se visibiliza
la inacción y la apatía por parte de las instituciones gubernamentales ante los
problemas de salud pública que ocasionan las actividades mineras en la
población cercana a las mismas.

Percepción de injusticia espacial. En esta categoría se encuentran las


percepciones que posee la población respecto a las sensaciones de injusticia,
inequidad, falta de atención, entre otros, que agudizan las condiciones y la calidad
de vida de los habitantes del territorio; pero que a su vez, permiten problematizar,
denunciar, analizar las problemáticas y generar posibles alternativas a la actividad
minera, es por ello que es necesario describir y analizar dichas percepciones.

134
Al indagar acerca del origen o la presencia de la actividad minera en la zona, se
identificaron nociones que van más allá de la simple idea de la ubicación de los
recursos, como por ejemplo: Acosta, I., ama de casa piensa que una de las
razones es “…porque siempre es en las zonas más vulnerables” o Beltrán, A.
(encuesta, noviembre, 2014), empleada de la zona, cree que es “porque queda
más cerca de las montañas y lejos del centro de la ciudad” igualmente Martínez,
Y. (encuesta, noviembre, 2014), celadora, argumenta que es “porque están más
alejadas de la ciudad” lo cual sugiere que algunas personas no solo identifican que
dichas extracciones se asientan generalmente en zonas apartadas de la ciudad,
sino que también lo hacen en zonas donde la pobreza es la regla, aumentando así
la segregación y la exclusión social, en donde para el caso de Gran Yomasa la
población en su gran mayoría (más del 90%) hace parte de los estratos
socioeconómicos más bajos el uno y dos.

En otra respuesta, de una ama de casa llamada Pineda, Y. (encuesta, noviembre,


2014), se puede leer que se asientan allí “porque el alcalde y la comunidad lo
permitieron” elevando la discusión a un nivel político y haciendo un llamado a la
participación y la acción política de la “comunidad”, teniendo en cuenta que dicha
acción política para lograr la justicia puede tener un mayor éxito e impacto si el
espacio pudiese ser considerado más allá de un escenario inerte de lucha (Soja,
2010). Es notorio el rechazo de la población en las expresiones descritas
anteriormente, con lo cual “manifiestan su derecho a un proceso decisorio
transparente, a conocer los criterios que se han adoptado para la ubicación de las
mismas” en esta caso la ubicación de las empresas mineras, del relleno sanitario o
de las escombreras (Bosque, Díaz & Díaz, 2002).

Respecto al éxito o posibilidad de funcionamiento de las actividades en otras


zonas de la ciudad, es importante rescatar respuestas que van más allá de la
enunciación de la presencia de los recursos; por ejemplo, Duarte, V. (encuesta,
noviembre, 2014), afirma que si porque “hay más zonas de la ciudad que pueden
aportar” expresando su desacuerdo en que el territorio se convierta en el único o
uno de los pocos proveedores de los materiales de construcción.

Por último, siete de las respuestas van encaminadas no sólo desde una posición
crítica, sino también a manifestar su inconformismo respecto a la ubicación de las
mismas, por ejemplo Rosales, F. (encuesta, noviembre, 2014)manifiesta que no
“porque las prefieren poner en el sur”, Soto, C. (encuesta, noviembre,
2014)vendedor ambulante de la zona, afirma que no “porque las quitarían, es
mejor tener las canteras en el sur” y Rojas, J. (encuesta, noviembre, 2014)agrega
que no “por la desigualdad económica”. Lo cual se fundamenta revisando
precisamente la localización de la actividad minera en la ciudad de Bogotá, las
cuales se ubican en su gran mayoría en zonas con un alto grado de vulnerabilidad

135
social y al sur de la ciudad, principalmente en las localidades de Tunjuelito, San
Cristóbal, Ciudad Bolívar, Rafael Uribe Uribe, Usme y por último Usaquén al norte
de la ciudad; por lo que resulta un hecho indiscutible, la injusticia espacial y
ambiental a la cual se ve sometida la población y los territorios debido a las cargas
ambientales y sociales que deben soportar, precisamente la población con menos
recursos económicos (Cárdenas & Chaparro, 2004; delgado & Mejía, 2001;
Contraloría de Bogotá D.C., 2004 y 2009).

En estas respuestas, destacamos claramente el sentimiento de injusticia espacial,


cuando las personas indican que “hay más zonas de la ciudad que pueden
aportar”, “porque las prefieren en el sur”, “porque las quitarían, es mejor tener las
canteras en el sur” o “por la desigualdad económica” manifestando su
inconformismo por la ubicación de las mismas y también demostrando que la
concentración de las mismas se da precisamente en zonas deprimidas económica,
política y socialmente. Por lo tanto, el sentimiento de injusticia social, de ser objeto
de una arbitrariedad comienza a adquirir potencia política entre los habitantes de
Gran Yomasa al percatarse de la situación de desigualdad socio espacial a la cual
se encuentran sometidos (Musset, 2010; Álvarez, 2013).

Como podemos observar en las encuestas y en la Figura 6; la injusticia espacial y


la presencia de los recursos naturales, tanto en Gran Yomasa como en otras
zonas, son para la población razones importantísimas que tratan de explicar el
funcionamiento de dichas actividades en los territorios, así como también el éxito o
fracaso de la minería de materiales de construcción. Por lo tanto, las relaciones
entre las respuestas son evidentes y exponen que en buena parte de la población
se empieza a reconocer una situación de injusticia constante frente a la ubicación
y funcionamiento de estas actividades en cercanía a los lugares que habitan.

Por ejemplo, en la figura (6.) la injusticia espacial aparece como una de las
razones para explicar tanto la instalación de las actividades mineras en la zona
como también el fracaso de las mismas en otras zonas de la ciudad. Como se
describió anteriormente dicha percepción refleja los sentimientos de injusticia
espacial para dar explicación al surgimiento y desarrollo de la industria minera de
materiales de construcción en la zona. Sentimientos que se arraigan con el tiempo
y se convierten en desigualdades, las cuales se comienzan a percibir como
injusticias por las personas que habitan la localidad (Musset, 2010).

Por otro lado, cobra relevancia la presencia de los recursos naturales como
explicación pausible de la instalación de las empresas mineras en Gran Yomasa, y
el éxito o posible fracaso de las mismas en otras zonas de la ciudad (figura 6.).
Presencia de los recursos, que como se mencionó anteriormente hace referencia y
es explicada como una imagen o representación de la naturaleza en donde esta

136
última es utilizada, tomada, usada o alienada por el ser humano para suplir sus
necesidades básicas y de consumo, concibiendo dicha relación como una
interacción entre el ser humano y una cosa o una propiedad (Maldonado, 2005).

137
Figura 5. Interrelación creencias de la instalación, el éxito o fracaso de la actividad minera.

Fuente: Elaboración propia (MAXQDA 11).

138
Esta condición o situación de injusticia espacial es producto de los intereses y las
relaciones socioeconómicas que se entretejen en Gran Yomasa, entre distintos
actores, que producen espacialidades funcionales para la actividad minera,
reproduciendo a su vez dinámicas sociales de desigualdad e injusticia (Jiménez,
2011). Estos actores son los empresarios mineros, los habitantes de Gran
Yomasa, los empleados de las empresas mineras (que son habitantes de la zona
en su mayoría), las organizaciones sociales y ambientales, los comerciantes de
los materiales de construcción, las empresas constructoras y las entidades
distritales, entre otros.

Por su parte, uno de los aspectos que llama especialmente la atención es el papel
de los instrumentos de planificación (que personifican la acción del Estado) como
POT, planes parciales, zonales, planes maestros, etc. ya que estos instrumentos
se pueden convertir en herramientas que producen injusticias socioespaciales, al
favorecer los intereses de los más poderosos en detrimento de los intereses de la
comunidad; o también de acelerar la explotación minera para incentivar el
desarrollo económico de la ciudad en contra de la protección y conservación de
recursos naturales y con consecuencias graves para la salud de la población,
acentuando las desigualdades económicas y sociales (Jiménez, 2011).

Un ejemplo claro es la implementación de la Resolución 1197 de 2004 (por la cual


se establecen las zonas compatibles con la minería de materiales de construcción
y de arcillas en la Sabana de Bogotá, se sustituye la Resolución número 0813 del
14 de julio de 2004 y se adoptan otras determinaciones) analizado por Osorio
(2011) en donde encuentra que “la localización de las áreas con licencias mineras
vigentes hacia los sectores periféricos y marginales del Distrito Capital y de los
municipios de la Sabana de Bogotá, agrava las condiciones de vida de los grupos
sociales más vulnerables.”

Con lo cual la resolución no resuelve ni atenúa las dificultades sociales,


ambientales y económicas de los territorios seleccionados, ni de su población, sino
que incentiva y acentúa la complejidad de la situación de marginalidad y miseria
de dichas poblaciones.

Capítulo 6. Consideraciones finales

Se supone que para que una actividad, empresa o institución posea un “desarrollo
sostenible” debe ser sostenible en tres ámbitos: en lo económico, lo social y en el
ecológico (Aguado, 2005 citando a Dooris, 1999; Burgillo, 2002; Ludwig, 2002) por
lo que se tendrá en cuenta estos tres ámbitos para analizar la actividad minera en
la UPZ Gran Yomasa, localidad de Usme.

139
En cuanto al ámbito social se debe tener en cuenta varios aspectos de la actividad
minera como lo es la oferta de trabajo. Aunque la minería de materiales de
construcción es sin lugar a dudas una solución de empleo para los pobladores de
Gran Yomasa, no posee una gran oferta (como lo vimos en los resultados
anteriores) ni tampoco condiciones laborales adecuadas, esta misma situación
hace que se multipliquen estas explotaciones en condiciones precarias para la
seguridad y de ilegalidad, aumentando los impactos ambientales y sociales, ya la
Defensoría del Pueblo (2010) había advertido sobre esta situación en el pasado
“…las extremas condiciones de pobreza, el bajo nivel tecnológico y la vocación
minera de las áreas periféricas en donde hay asentamientos humanos marginales,
hacen que estas personas encuentren en estas industrias una fuente de trabajo
que les permite satisfacer sus necesidades básicas, razón que explica la
proliferación de estas explotaciones artesanales que utilizan tecnologías
anticuadas y de muy bajo costo…”

Otro de los aspectos a tener en cuenta en este ámbito es el desarrollo social que
experimenta la comunidad al presentarse en su territorio una actividad económica
como la minería, frente a este punto es clara la posición de la población al
responder en su mayoría que la actividad minera no genera desarrollo económico
y social argumentando distintas razones como que el beneficio es solo para los
propietarios, por la contaminación, por el daño a las vías, por el incremento de la
inseguridad, por la insuficiente oferta laboral , entre otras (Figura 6.)

Por tal razón la minería de materiales de construcción no es de por sí una industria


que genere un verdadero desarrollo social y económico para el territorio y su
población, como lo demuestran los impactos negativos asociados a este ámbito en
los capítulos anteriores.

Finalmente, uno de los aspectos discutidos ampliamente en este ámbito, es la


percepción de injusticia espacial sentida por la población, en donde se cuestionan
el porqué de la presencia de la actividad minera en el territorio con las
consecuencias ambientales y sociales que la misma genera, y también el porqué
de la poca efectividad en las instituciones encargadas de regular y vigilar la
actividad minera. En respuesta y como expresión de esta injusticia espacial y
ambiental, se han conformado organizaciones como Hycha Gauia y el Colectivo
Rokha; este último perteneciente a la Plataforma Social de Usme, que trabaja
desde la educación popular y la formación política, en pro de los derechos
humanos. Colectivos que vienen estudiando y empoderando a la comunidad
acerca de las maneras para ejercer presión y buscar alternativas a la actividad
minera en la zona, así como también evidenciando las problemáticas ambientales
y sociales que generan como a su vez el impacto social y ambiental que conllevan,
para finalmente reclamar sus derechos al disfrute de la ciudad en condiciones
dignas y a la distribución equitativa de los pasivos ambientales de la actividad
minera.

140
En el ámbito económico de la actividad, debe tenerse en cuenta no sólo las
utilidades o el desarrollo económico de las empresas, sino también de las
comunidades cercanas, de sus colaboradores y del distrito como entidad pública;
como lo mencionamos anteriormente, la población cree que los beneficios
económicos recaen en su mayoría en los dueños de las empresas, según SDA
(2010) “Las ganancias hablan por sí solas. Cada ladrillo es vendido a 450 pesos
en promedio. Si una ladrillera produce 20 mil ladrillos cada 10 días, es decir, 80 mil
al mes, ganarían hasta $27 millones”14. Desde esta perspectiva, las ganancias de
la actividad se quedan en las familias empresarias.

Mientras que el Distrito “Para la caracterización de la actividad minera en las cinco


localidades…cuenta con un presupuesto de $647 millones; $447 para evaluación,
control y seguimiento, y $200 para alternativas de recuperación de las zonas
afectadas por estas actividades (para 2010)” (SDA, 2010)15 Para un total de 1.294
millones de pesos. En el año 2009 tan solo diecisiete empresas habían pagado
regalías a la Secretaría Distrital de Hacienda (SDH) quien es la responsable de
hacer el recaudo; además de ello, por concepto de regalías el Distrito entre los
años 2007, 2008 y parte de 2009 recibió tan solo alrededor de 637 millones de
pesos aproximadamente, quiere decir que en un solo año la administración distrital
gasta el doble de lo que recibe en dos años y medio ; por lo tanto en este contexto
la minería en Gran Yomasa, en Usme y en Bogotá no es un negocio, los costos
que asume la administración son mayores que las ganancias, los gastos son casi
diez veces mayores a los que se recibe por regalías anualmente, sin contar los
impactos ambientales y sociales, como el incremento de enfermedades
respiratorias, el aumento de estrés, las inversiones para reparar las vías de las
calles barriales, o lo que los economistas llaman las externalidades negativas
producto de la actividad minera.

En este contexto, es necesario reconocer, identificar y hacerle frente a los pasivos


ambientales que surgen luego del cierre y abandono de la actividad minera,
pasivos que hasta ahora no se asumen con la efectividad ni la capacidad
necesaria, y que deberían ser asumidas por las empresas luego de haber
explotado por tantos años el territorio, estos pasivos ambientales son asumidos en
parte por las entidades del distrito y en gran parte por la población que tiene
convivir con ellos, con los riesgos sociales que representan.

Y por último, frente al ámbito ecológico según la identificación de los impactos


ambientales se encontraron un total de once impactos, todos de carácter negativo,
dos de ellos de intensidad baja, seis con intensidad media y tres con intensidad
alta; en donde los factores ambientales impactados son el aire, el agua, el suelo y
la cobertura vegetal. Frente a la recuperación de estas zonas ya se han hecho
ejercicios de este tipo en otras localidad de la ciudad como lo muestra el estudio

14 Tomado de
http://www.ambientebogota.gov.co/c/journal/view_article_content?groupId=10157&articleId=28998&version=1
.1
15 Tomado de

http://ambientebogota.gov.co/c/journal/view_article_content?groupId=10157&articleId=28874&version=1.0

141
realizado por la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) y la Universidad Colegio
Mayor de Cundinamarca (2011), lógicamente con una buena inversión al respecto.
Otro de los puntos a resaltar es la función de regulación realizada por la SDA en
donde los sellamientos realizados a empresas de la zona como se comentó en
capítulos anteriores, se realizan en su mayoría por no contar con los permisos
ambientales para emisiones atmosféricas, afectación al parea protegida Parque
Entrenubes y quebradas El Curí y Santa Librada.

Otro de los aspectos relevantes en este ámbito es el referente a los pasivos


ambientales que deja la actividad minera luego de realizar la explotación de los
recursos, pasivos ambientales que terminan siendo parte del diario vivir de la
comunidad de Gran Yomasa y que no son atendidos ni por los empresarios
mineros (que deberían atenderlos), ni tampoco por las entidades públicas
distritales, con lo cual incrementa los riesgos a la población, como por ejemplo, la
tragedia de un niño ahogado en uno de los cráteres que dejan abiertos estas
empresas, formando pozos gracias a la lluvia, como se comentó anteriormente.
Por lo que es urgente que a nivel nacional y/o distrital se tomen cartas en el
asunto para tratar el tema de pasivos ambientales de la actividad minera.

Como vemos, utilizando la clásica distinción del desarrollo sostenible en tres


ámbitos social, ecológico y económico se puede concluir que la actividad minera
en Gran Yomasa dista mucho de ser una actividad sostenible económica, social y
ambientalmente, en consecuencia es imprescindible que la institucionalidad
minera se fortalezca para cumplir con los ordenamientos que la ley le expone a
nivel distrital dentro de sus competencias.

Capítulo 7. Elementos para un análisis prospectivo

Respecto a la prospectiva de la actividad minera en la UPZ Gran Yomasa, hay que


entender como prospectiva una serie de condiciones sociales, económicas,
ambientales, etc. Propias de un escenario futuro, en este caso, en relación con la
actividad minera en la UPZ Gran Yomasa, de la localidad de Usme. Por lo cual se
plantean una serie de opciones o recomendaciones para la disminución de los
riesgos e impactos generados por la actividad, así como también, para una posible
recuperación de las zonas afectadas y gestión de los pasivos ambientales
creados. Teniendo en cuenta varios estudios como lo son los adelantados por la
SDA & Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, (2011); García,
Santacoloma, & Sánchez, (2004); entre otros.

Es por ello, que se toman dos escenarios posibles, el primer escenario con la
presencia y persistencia de la actividad minera y el segundo, con la ausencia y
eliminación de la actividad minera en la zona.

142
Escenario 1: Presencia actividad minera
Para el primer escenario que es la persistencia de la actividad minera, es
necesario recordar que esta adolece de un grave problema y es la ilegalidad de la
misma, por lo cual los empresarios mineros deben en primer lugar, formalizar y
legalizar su situación ante las entidades correspondientes dependiendo de los
requisitos que les falten por obtener, como lo son títulos mineros, aprobación por
parte de la SDA de un plan de manejo ambiental (PMA) y plan de manejo,
recuperación o restauración ambiental (PMRRA), gestionar permisos para emisión
de gases y de residuos líquidos, entre otros.

Por otra parte, el mejoramiento de las condiciones de contratación laboral, así


como también de las condiciones de seguridad y salud ocupacional para los
colaboradores de las empresas mineras, minimizarían los riesgos sobre los
empleados, ya que esta es una falencia permanente en muchas de las industrias y
se estaría atacando uno de los aspectos que causa desconfianza y falta de
credibilidad a la actividad minera por parte de la población.

Como tercer aspecto importante a trabajar, es la reconversión tecnológica y la


modernización de los procesos de producción; lo cual debe hacerse con el
acompañamiento de la SDA, organizaciones ambientales, facultades de
tecnología, ingeniería y ambientales de las universidades de la ciudad, el sistema
financiero, etc. Con el objetivo principal de reducir notablemente las emisiones
producidas por las chimeneas de los hornos en el proceso de cocción de los
ladrillos, minimizando así el impacto ambiental al aire y el impacto social de
generación de riesgos a la salud humana por posibles enfermedades respiratorias.

Un punto importante allí es la sustitución de los hornos por hornos tipo túnel que
reducen casi un 80% la emisión de gases y la sustitución del carbón como
principal combustible por madera industrial16 de esta manera también aumentaría
su producción.

Por otra parte, es necesario incentivar en los empresarios mineros la oportunidad


de generar programas de responsabilidad social empresarial en donde se tenga
más contacto con las comunidades que se encuentran cerca a sus actividades, en
primera medida; con lo cual generarían un mejor ambiente, oportunidades de
diálogo directo con la población y disminución de conflictos con la comunidad en
general. Apoyando con los programas la recuperación de zonas verdes, el
mejoramiento de las rondas de quebradas y ríos cercanos, mejoramiento de las
vías barriales, mejoramiento de equipamientos y escenarios recreativos y
deportivos, etc.

16Tomado de www.elespectador.com, el día 24 de Mayo de 2015. Transformación verde en las


ladrilleras. Juliana Gutiérrez.

143
Respecto a la explotación de las minas es imprescindible reducir los riesgos por
deslizamiento sobre la población, lo cual se hace urgente para el barrio Villas de
Santa Isabel que literalmente se encuentra entre y rodeado por las explotaciones
de varias empresas mineras, es por ello, que debe hacer presencia el IDIGER
(Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático), la SDA, la
Secretaría Distrital de Gobierno, la alcaldía local, entre otras; para analizar los
riegos a los que se expone la población y las posibles alternativas como
reubicación o traslado temporal o definitivo de la comunidad.

Las empresas deben realizar la estabilización de los taludes y realización de


canales o cunetas para el manejo de aguas de escorrentía, con el objetivo de
minimizar posibles riegos de deslizamiento de los mismos.

Finalmente es necesario mencionar que se debe fortalecer la institucionalidad


minera y ambiental para un mayor y mejor control y regulación de la actividad
minera en la ciudad, uno de los componentes importantes es la fiscalización de los
recursos generados por regalías, los cuales no son pagados por varias empresas
y además de ello no compensan las inversiones que realiza la ciudad para
recuperar las zonas luego de que son abandonadas (como se mencionó
anteriormente).

Escenario 2: Ausencia actividad minera y cierre de las informales


El segundo escenario es la ausencia de la actividad minera en la zona, con lo cual
se presupone el cierre de las actividades mineras ilegales o informales, quiere
decir, con aquellas que no cumplen con los requisitos exigidos por la ley (descritos
con anterioridad). Por lo tanto debe existir un fortalecimiento de la institucionalidad
minera y ambiental con el objetivo de controlar y regular la actividad minera en la
ciudad para así responder a las funciones que la ley les da y cumplir con las
necesidades y demandas que la población local les exige.

En dicho escenario las organizaciones sociales y ambientales (barriales y


populares) deben buscar mecanismos efectivos para la formación política de los
jóvenes y de toda la comunidad, con el objetivo principal de exigir el derecho a
transformar su barrio y en últimas su ciudad en lo que ellos creen y sueñan, de
denunciar la injusticia espacial y ambiental a la cual se encuentran sometidos
desde hace décadas, de exigir la distribución equitativa de los impactos y riesgos
ambientales, sociales y económicos a los cuales por el momento sólo ellos cargan
a cuesta, etc. Pero también tienen el gran reto de crear redes y programas de
concientización y formación para la población en cuanto a la recuperación y
mantenimiento de las zonas afectadas por la minería.

144
La alcaldía local, así como también la Secretaria de Gobierno, estarán pendientes
para buscar y ofrecer alternativas de empleo a aquellas personas y familias que se
empleaban en las empresas mineras cerradas, con el objetivo de ofrecer una
estabilidad laboral, una mejora en las condiciones de vida y un mayor ingreso
económico a estas familias. Por lo que se podrá contratar a una buena parte de la
población en las actividades de recuperación de dichas zonas.

Las actividades y proyectos de recuperación ambiental de los predios objetos de la


explotación minera, se podrán realizar en convenio con las facultades ambientales
de las universidades de la ciudad, con lo cual se harán procesos de
revegetalización, mejoramiento y recuperación del paisaje, protección de suelo
contra la erosión, iniciación de procesos edáficos, etc. (SDA & Universidad Colegio
Mayor de Cundinamarca, 2011).

Por otra parte, es adecuado que se cuente con las JAC, así como con la
participación de organizaciones barriales y/o populares en la planeación de las
actividades y planes de recuperación y restauración ambiental y social de las
zonas que eran objeto de la explotación minera. Las entidades distritales deberán
realizar todos los estudios necesarios (análisis de suelos, análisis de amenazas y
riesgos, planes de mitigación de riesgos, etc.) para contemplar las posibilidades de
proyectos en las zonas recuperadas, luego de esto y de identificar las necesidades
de la población se podrán diseñar y definir los equipamientos que más impacto
tendrán en la comunidad, como la construcción y desarrollo de zonas recreo
deportivas, centros de salud, colegios, salones comunales, etc. Espacios que
permitirán la integración y un verdadero desarrollo social de la comunidad (SDA &
Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, 2011).

Para un posible proceso de construcción de vivienda y urbanismo en estos predios


debe contarse con la participación de las empresas constructoras para el proceso
de recuperación de los predios y Metrovivienda será la entidad encargada de
gestionar el proyecto que en su totalidad ofrecerán viviendas de interés prioritario
y viviendas de interés social para la población más necesitada del sector.

Capítulo 8. Conclusiones

Es evidente la situación de injusticia espacial y ambiental que experimenta el


territorio de Gran Yomasa en la localidad de Usme, en donde la localización de la
actividad minera y el relleno sanitario Doña Juana, representan serios riesgos a la
salud humana, concentrándose en el territorio en las zonas más segregadas
social, económica y espacialmente de la ciudad; donde los beneficios de la
actividad como construcción de vivienda, centros comerciales, etc. Los disfrutan la

145
mayoría de la población mientras que los riesgos e impactos los soporta la
población de Usme y Gran Yomasa.

La actividad minera se ha enraizado en la zona gracias a condiciones como la


pobreza, una de las pocas ofertas laborales de la zona, la donación de materiales
para la construcción de viviendas y por último, que son empresas y negocios
familiares que desde varias décadas se han ganado un espacio en la comunidad
como representantes del desarrollo económico, gracias a las ayudas económicas
a la comunidad, construcción de vías, donaciones de regalos, mercados, etc.

Las empresas mineras que se encuentran en la zona son un total de nueve y la


mayoría de explotaciones mineras son ilegales, lo cual, asociado a la débil
institucionalidad minera y ambiental del distrito genera mayor riesgo e intensidad
de los impactos sociales, ambientales y económicos, ya que al ser ilegal no tienen
en cuenta las afectaciones a la naturaleza, el pago de regalías, las afectaciones a
la salud de la población, etc.

Es necesario que las entidades distritales fortalezcan su institucionalidad minera y


ambiental para proteger de la actividad minera y urbanizadora, el área del Parque
Entrenubes y las quebradas El Curí y Santa Librada.

De los veinte impactos identificados, tanto ambientales como sociales y


económicos, diecinueve son de carácter negativo y uno solo positivo, que es la
oferta de trabajo que, gracias a las encuestas, se puede deducir que es mínima y
su impacto no ayuda al desarrollo social y económico del territorio. Por lo tanto, se
puede concluir que la actividad minera en Gran Yomasa es generadora de
impactos negativos al territorio y a la población local. Además de ello, genera
pasivos ambientales que no son atendidos ni manejados por las empresas
mineras ni tampoco por las entidades distritales generando más riesgos a la
población.

Las principales transformaciones urbanas asociadas a la minería son la afectación


al paisaje a causa de la explotación minera la cual se da en varias etapas de la
actividad y el proceso de urbanización que se desarrolla en inmediaciones a las
explotaciones mineras, las cuales se encuentran en riesgo de deslizamiento a
causa de los fuertes procesos de remoción y erosión de los suelos.

El proceso de urbanización legal que se está desarrollando en la zona en


inmediaciones del área protegida conocida como Parque Entrenubes, además de
ser un factor que genera presión y riesgo ambiental al área protegida, también
impacta negativamente las fuentes hídricas al descargar las aguas residuales a las
quebradas cercanas como El Curí y Santa Librada.

La actividad minera en Gran Yomasa, no se puede concebir como un proceso que


se caracteriza por ser sostenible (ni en el ámbito ecológico, ni en el social, ni
tampoco en el económico). Por lo que es necesario fortalecer los procesos de

146
cierre y sellamientos a las empresas ilegales y aquellas que incumplan con la
normatividad ambiental y minera.

Es necesario reflexionar y discutir acerca de la utilización del concepto de


desarrollo sostenible para caracterizar ciertas propiedades de una actividad o
proceso, ya que, actualmente se utiliza sin restricción alguna, hasta el punto de
que se hace un uso oportunista e interesado del concepto para disfrazar de
“sostenible” toda actividad empresarial e industrial. Por lo tanto, es oportuno
examinar esta noción y preguntarnos acerca de su utilidad en el contexto
latinoamericano, para comprender la trascendencia de las acciones encaminadas
en el marco del desarrollo sostenible como política pública.

Es particularmente importante investigar acerca de la sinergia de los impactos


ambientales y sociales que generan tanto la actividad minera, así como también el
relleno sanitario Doña Juana y los procesos de urbanización que se adelantan en
el territorio, con lo cual se puede obtener un contexto más amplio de la situación
de injusticia espacial y ambiental, que soporta la población.

Las entidades distritales deben fortalecer los procesos de formación y movilización


de diferentes organizaciones con el objetivo de empoderar a la comunidad acerca
de sus problemas sociales y ambientales en su territorio para que se planteen
diferentes alternativas de origen popular. Además de ello, el distrito debe
comenzar a realizar el tránsito hacia el escenario proyectivo número 2, descrito en
el capítulo siete, para minimizar la situación de injusticia espacial y ambiental que
percibe la comunidad.

Por último, la cartografía social se presenta como estrategia válida para identificar
las representaciones que la comunidad posee de su territorio permitiendo analizar
las transformaciones urbanas y sus implicaciones a través del tiempo; así como
también, las causas de esas transformaciones, que en este caso principalmente
son la urbanización y la minería de materiales de construcción. Gracias a ello,
también se pudo constatar que la cartografía social es un proceso de construcción
de conocimiento popular que contribuye a la aproximación y conceptualización del
territorio actual de una manera distinta, identificando posibilidades futuras
diferentes de vivir y convivir en el territorio, que van en contravía de la actual forma
de conocer el territorio.

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 SECRETARÍA DISTRITAL DE PLANEACIÓN (SDP). 2011. a. 21 Monografías


de las localidades Distrito Capital 2011. Diagnóstico de los aspectos físicos,
demográficos y socioeconómicos año 2011. Bogotá D.C.

 SECRETARÍA DISTRITAL DE PLANEACIÓN (SDP). 2011. b. Bogotá ciudad


de estadísticas. Boletín No. 42 Método integrado de pobreza Bogotá 2011.

 SECRETARÍA DISTRITAL DE PLANEACIÓN (SDP), SECRETARÍA


DISTRITAL DE AMBIENTE (SDA), UNIDAD ADMINISTRATIVA ESPECIAL DE
SERVICIOS PÚBLICOS (UAESP), SECRETARIA DISTRITAL DE HÁBITAT
(SDH) & UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
(UDFJC). 2010. Diagnóstico de las áreas rurales de Bogotá D.C. Tomo II. Vol.
2.

 SECRETARÍA DISTRITAL DE PLANEACIÓN (SDP). 2009. Conociendo la


Localidad de Usme: Diagnóstico de los aspectos físicos, demográficos y
socioeconómicos año 2009. Bogotá D.C.

 SECRETARÍA DISTRITAL DE PLANEACIÓN (SDP). 2007. Los caminos de los


Cerros. Bogotá D.C.

 SECRETARÍA DISTRITAL DE SALUD (SDS). 2010. Localidad Usme:


diagnóstico local de salud con participación social 2009-2010. Bogotá D.C.

 SECRETARÍA DISTRITAL DE SALUD (SDS) Hospital Usme. 2009. La salud y


la calidad de vida en la Localidad 5 - Usme. Bogotá D.C.

 SECRETARÍA DISTRITAL DE SALUD (SDS). 2003. Localidad Usme:


diagnóstico local de salud con participación social. Bogotá D.C.

 SEPÚLVEDA N. 2006. El acontecer del desarrollo contemporáneo: Discursos,


sostenibilidades y ecología. Manizales.

 SERNA, A. & GÓMEZ, D. 2012. El Carmelo: Historia de una antigua barriada


bogotana en la cuenca del río Arzobispo (1900 – 1934). Revista Historia
Crítica. No. 47. Mayo – Agosto. Páginas 161 – 186.

 SOJA, E. 2010. Seeking Spatial Justice. Minneapolis: Minnesota University.

 SOTO, J. 2014. Líder comunal Gran Yomasa. Entrevista personal.Bogotá.

162
 TARCHÓPOLUS, D. (2006). Las huellas del plan para Bogotá de Le Corbusier,
Sert y Wiener. Scripta Nova, Revista electrónica de Geografía y Ciencias
Sociales. Universidad de Barcelona. Vol. X. Núm. 218 (86).

 TORO, J. (2009). Análisis constructivo del proceso de evaluación de impacto


ambiental en Colombia. Propuesta de mejora. Tesis Doctoral. Universidad de
Granada. Granada, España.

 TOVAR, R. (1986). El enfoque Neohistórico. Caracas. Academia nacional de la


historia.

 UNIVERSIDAD NACIONAL (UN); INSTITUTO DE DESARROLLO URBANO


(IDU). (2011). Historia del poblamiento del norte de Bogotá. Bogotá D.C.

 VÉLEZ, I.; RÉTIVA, S. & VARELA, D. (2012). Cartografía social como


metodología participativa y colaborativa de investigación en el territorio
afrodescendiente de la cuenca alta del río Cauca. Revista colombiana de
geografía (Cuadernos de geografía). Vol. 21. No. 2. Julio -diciembre de 2012.
pp. 59 – 73. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá.

 VILLAMIL, J. (2007). Aproximación a los recursos minero-energéticos


nacionales y el capital extranjero en Colombia. Revista Gestión y Ambiente.
Vol. 10. No. 3. Pp. 61 – 72. Universidad Nacional de Colombia. Medellín,
Colombia.

 WILCHES, G. (2006). ¿Hoy hay más desastres que antes? Tomado el 15 de


mayo de 2014 de http://wilchesespecieurbana.blogspot.com/2006/07/hoy-hay-
ms-desastres-que-antes.html

 Elespectador.com. (2012), 11, 3. Personería advierte que el 92% de la minería


en Bogotá es ilegal. El Espectador. Recuperado de
http://www.elespectador.com/noticias/bogota/articulo-385135-personeria-
advierte-el-92-de-mineria-bogota-ilegal.

 Elpais.com.co. (2013), 5, 6. Minería en Colombia carece de institucionalidad,


según expertos. Diario El País. Recuperado de
http://www.elpais.com.co/elpais/economia/noticias/mineria-colombia-carece-
institucionalidad-segun-expertos.

Páginas web consultadas

163
 http://institutodeestudiosurbanos.info/endatos/0100/0110/0111-cfisicas/0111-
1.html Consultada el 15 de septiembre de 2013.
 www.ambientebogota.gov.co Consultada el 25 de julio de 2014.

164
Anexos

Anexo 1. Consentimiento informado y asentimiento

Consentimiento informado

Proyecto: Explotación minera en los cerros orientales del sur de Bogotá D.C.:
¿minería sostenible?

¿Por qué se realiza este estudio? El objetivo principal del trabajo es establecer
el conocimiento que los (as) estudiantes poseen sobre su territorio y los impactos
que la minería ejerce sobre el mismo, para comprender las maneras en las que los
niños y jóvenes piensan su territorio.

¿Qué hará mi hijo o acudido (a)? Si su hijo o acudido (a) participa se le solicitará
junto con otros (as) estudiantes del colegio que trabaje en equipo, participe y
desarrolle un taller de cartografía social sobre el territorio donde vive y que
conteste unas preguntas sobre una encuesta. La duración del taller será
aproximadamente de una hora y de la encuesta diez minutos. Es posible que se
tomen fotos o se realicen videos en algún momento de la actividad. Su hijo o
acudido (a) puede solicitar no aparecer en los mismos.

¿Qué riesgo hay? No hay ningún riesgo de participar en el trabajo, todos los
materiales a utilizar en el taller son seguros.

¿Qué se hará con la información? Los resultados del taller de cartografía y de la


encuesta serán utilizados para identificar posibles impactos sociales y ambientales
que la actividad minera ejerce sobre el territorio y las posibles soluciones que la
comunidad plantea sobre la problemática. La información de su hijo o acudido (a)
como nombre, identificación, edad, etc. se mantendrá privada y no se revelará a
ninguna persona, solo el docente Andrés Gómez tendrá acceso a la información.

Si tiene alguna pregunta éstas serán resultas por el docente Andrés Gómez Cel:
300 663 21 60.

Declaración consentimiento informado y asentimiento

Bogotá D.C., día ___ de octubre de 2014

Yo, ______________________________________ madre ___ padre ____


Acudiente_____ del estudiante __________________________________ leí y he
entendido la información sobre el taller de cartografía y la encuesta y estoy de
acuerdo con que se realicen las mismas.

165
DOY MI CONSENTIMIENTO VOLUNTARIO PARA EL TALLER DE
CARTOGRAFÍA Y LA ENCUESTA

Nombre del padre, madre o acudido ___________________________


Número de identificación ______________________
Firma _________________________
¿Está de acuerdo? Si___ No___
Nombre del niño (a) o joven ___________________________
Número de identificación ______________________
Firma _________________________
Dirección ______________________
Teléfono_______________________

166
Anexo 2. . Lista de control simple

LISTA DE CONTROL SIMPLE PARA IDENTIFICACIÓN DE IMPACTOS AMBIENTALES Y SOCIALES


RECURSO Pregunta o Cuestionamiento Presencia Carácter Intensidad
O FACTOR SI NO + - Baja Media Alta
¿Se presentan cambios en el uso del suelo?
¿Alteración de la textura, estructura y del relieve?
Suelo ¿Eliminación de la capa orgánica?
¿Deterioro del paisaje?
¿Aumento procesos de erosión?
¿Incremento emisión de gases por parte chimeneas de
Aire hornos?
¿Aumento emisión de gases por vehículos de carga?
¿Incremento material particulado en fuentes hídricas?
Agua ¿Uso de fuentes de agua superficiales o subterráneas?
Cobertura ¿Eliminación de la cobertura vegetal?
vegetal ¿Afectación cultivos o bosques remanentes?
¿Empleos directos o indirectos?
¿Riesgos a la salud humana?
¿Incremento comercio en la zona?
¿Aumento y mejoramiento equipamientos sociales?
¿Procesos de urbanización alrededor de las
explotaciones?
Socioeconó ¿Resistencia y/o conflictos con la comunidad y la
mico actividad minera?
¿Altas expectativas de la comunidad?
¿Incremento de riesgos por transporte vehículos de
carga por calles barriales?
¿Molestia por vibraciones y ruidos generados por la
actividad minera?
¿Accidentes sobre la población local?
¿Cambio en el ingreso de la población?

167
Anexo 3. Ficha de campo

FICHA DE CAMPO
Lugar: Fecha: Investigador/observador: Hora:
Categoría Comentarios

Efectos / impactos
recursos ambientales

Efectos / impactos
sociales

Injusticia espacial

Otros

168
Anexo 4. Entrevista a líder comunal Gran Yomasa

 ¿Cuáles son sus nombres y apellidos?


 ¿A qué se dedica?
 ¿Hace cuánto vive en la zona?
 ¿En qué barrio vive?
 ¿Cuáles cree que son las principales problemáticas de la zona?
 ¿Qué problemáticas ambientales se presentan en la zona?
 ¿Qué o quienes cree usted que son los causantes de dichas problemáticas
ambientales?
 ¿Cómo ha actuado la comunidad para transformar la situación actual?
 ¿Qué papel juega la extracción minera en las problemáticas ambientales?
 ¿Qué recursos naturales afecta o contamina la actividad minera?
 ¿Cuáles y cuántas empresas mineras se ubican en la zona?
 ¿Qué materiales producen las empresas mineras?
 ¿Qué tipo de conflictos se han presentado entre la comunidad y las
empresas mineras?
¿se han resuelto o persisten?
 ¿Por qué cree que estas empresas se han instalado en esta zona?
 ¿Creería usted que si se trasladan estas empresas tendrían el mismo
éxito? ¿por qué?
 Si las empresas mineras no estuviesen en la zona ¿qué cree usted que
podría haber en dichas zonas?
 ¿En veinte años cree usted que aún persista la actividad minera? ¿por
qué?
 ¿Cuáles son las ventajas de convivir con empresas mineras?

169
Anexo 5. Transcripción entrevista a líder comunal Gran Yomasa

Entrevistador: Andrés Gómez (AG)


Entrevistado: Jaime Soto (JS)

AG: Buenas tardes, mi nombre es Andrés Gómez y nos encontramos el día de


hoy con un líder comunal del barrio los Olivares al cual vamos a realizarle unas
preguntas sobre la actividad minera en la UPZ Gran Yomasa.

AG: ¿Cuál es su nombre?

JS: Jaime Soto Rodríguez

AG: ¿A qué se dedica don Jaime?

JS: Actualmente no estoy trabajando pero me salen por ahí chicharroncitos,


trabajitos, para hacer y los hago.

AG: ¿Hace cuánto vive en la zona?

JS: Hace treinta años

AG: ¿En qué barrio vive?

JS: En el barrio Los Olivares

AG: ¿Usted cuáles cree que son las principales problemáticas que se evidencian
en la zona?

JS: La principal problemática es la inseguridad, falta de tolerancia, mucho


vandalismo… eee que más le dijera, falta de trabajo, escasez de trabajo, la gente
se dedica a atracar, a robar por falta de trabajo.

AG: Muy bien don Jaime, ¿qué problemáticas ambientales usted cree que se
presentan acá en la zona?

JS: Problemas ambientales e presentan la problemática por las ladrilleras, la


contaminación del aire y la erradicación de los suelos que se están esterilizando y
acabando con el agua de las quebradas que existen en la localidad.

AG: ¿Qué quebradas afectan?

JS: Están afectando las quebradas El Curí que queda cerca a la ladrillera Gresqui,
sigue la ladrillera Santa Librada.

AG: La quebrada Santa Librada

170
JS: … que la están contaminando varias construcciones como es la Bolonia, Altos
de Bolonia que están contaminando la quebrada, botando las aguas negras a esta
quebrada.

AG: O sea que los principales causantes de esas problemáticas son..?

JS: Las ladrilleras y las constructoras.

AG: ¿Cómo actúa la comunidad para poder transformar esta situación? ¿qué ha
hecho la comunidad?

JS: Bueno, la comunidad está trabajando junto con medio ambiente y la empresa
del acueducto y alcantarillado, haciendo que, haciendo rondas de quebrada
mirando posibles medios para tratar de recuperar las quebradas.

AG: ¿Qué papel juega la extracción minera en esas problemáticas ambientales?

JS: ¿Cómo es tan amable..?

AG: O sea ¿cuál es el papel de esas empresas mineras en las problemáticas


ambientales? En el problema del aire, del agua, ¿cuál es el papel de ellas?

JS: No, no, pues ellos, en sí ellos no han tomado mediación ante eso, pero
entonces ya la alcaldía tomó cartas en el asunto y estas sellando estas empresas
por el motivo de la contaminación.

AG: ¿Cuáles son los principales recursos que esta actividad minera afecta? Ya
nos había dicho.

JS: El suelo, el acabose de las quebradas que las acaban por el completo, el aire
contaminado con su humo.

AG: Muy bien, ¿cuáles y cuántas empresas se ubican acá en la zona?

JS: Hay varias las cuales son: Industrias Gresqui con la fabricación de ladrillos y
bloques, sigue Industrias Malagón con la fabricación de tubos de arcilla, sigue la
Industria Framar con la fabricación de bloque, sigue Helios Yomasa con también
la fabricación de bloque, la Ladrillera Tejares en el momento se encuentra cerrada
por contaminación también no cumplió con las normas.

AG: Bien ¿qué materiales producen ellos principalmente?

JS: Ellos principalmente producen lo que es ladrillo, bloque, bloque de varias


denominaciones, bloquelón, producen la baldosa industrial.

171
AG: ¿Usted sabe si se han presentado conflictos entre la comunidad y las
empresas mineras?

JS: Sí, si se han presentado problemas.

AG: ¿Cómo cuáles?

JS: Por ejemplo, el cierre de las vías, la gente está cerrando las vías, no
permitiendo sacarle los productos a los señores de las ladrilleras cerrando las
vías, colocando canecas, canecas llenas de concreto, obstaculizando el paso.
Pero entonces, ya hubo convenio con la alcaldía y movilidad.

AG: ¿En qué consistió ese convenio?

JS: Ese convenio consistió en que alcaldía y movilidad daban permiso, paso, de
esos materiales siempre y cuando las empresas se comprometan al arreglo de las
vías.

AG: Muy bien don Jaime, o sea que ¿ese es principal conflicto que se ha
presentado?

JS: Y lo hay todavía.

AG: ¿Y todavía sigue el conflicto?

JS: Todavía sigue el conflicto.

AG: O sea persiste.

JS: Si señor.

AG: ¿Hay otro tipo de conflictos? ¿o ese ha sido como el principal?

JS: Ese es el principal.

AG: ¿Por qué cree, que esas empresas se han instalado precisamente acá en la
zona?

JS: Pues estas empresas existen aquí desde hace muchos años, esto ya viene de
muchos años atrás, se radicaron aquí por la facilidad de conseguir el material.

AG: O sea ¿desde hace treinta años que usted llegó ya esas empresas estaban?

JS: Ya esas empresas existían.

AG: ¿Cree usted que si esas empresas se trasladan tendrían el mismo éxito?

172
JS: Puede que tengan el mismo éxito, pero siguen con la misma problemática , si
con la misma problemática de contaminación

AG: Si las empresas mineras no estuvieran en la zona ¿usted qué cree que podría
haber en dichas zonas?

JS: Yo creo que si esto no existiera, podrían existir más megacolegios.

AG: En veinte años ¿cree usted que aún exista esa actividad minera?

JS: Yo no creo, yo no creo que existan esas mineras porque ya la empresa del
medio ambiente, el DAMA, está erradicando estas empresas.

AG: ¿Cuáles son las ventajas de convivir con las empresas mineras?

JS: Pues, unas de las ventajas de empresas, es que ellos al pedirles una
colaboración, ellos aceptan, la dan en cualquier momento y uno pues está al
lado de ellos.

AG: ¿En cuánto a trabajo?

JS: En cuánto a trabajo también le dan, le participan, pues no ha todo el mundo le


dan trabajo, es contadito.

AG: ¿Es difícil?

JS: Y eso que va recomendado por la junta.

AG: En cuánto a seguridad social de esas personas, ¿usted conoce algo?

JS: Sí, están… los empresarios cumplen con las normas.

AG: ¿Todos?

JS: Con todo.

AG: ¿pago de riesgos profesionales…?

JS: Pago de riesgos profesionales, inclusive conozco un muchacho que se


lesionó, se partió una pierna y lo tienen en buenos médicos.

AG: Don Jaime ¿usted por qué cree que tal vez las empresas mineras no se
instalaron en el centro o en el norte de la ciudad? ¿por qué precisamente en Usme
o Ciudad Bolívar?

JS: Pues yo creo que por la zona rural, que se facilitan mejor instalar los chircales.

173
AG: ¿Y usted cree que si de pronto la comunidad estuviera un poco más
organizada podría hacer un poquito mayor de presión a las empresas?

JS: Si claro, ya la comunidad está haciendo mucha presión para que estas
empresas desaparezcan. Es más Industrias Gresqui ya tiene que, como de plazo
dos años para erradicar aquí en la zona .

AG: ¿Y si no lo hacen?

JS: Ya tiene problema con la alcaldía y el del medio ambiente.

AG: ¿Qué instituciones estatales se han presentado a solucionar ese problema, a


remediarlo? Y ¿qué han hecho?

JS: Ha estado presente lo que es la Policía, Alcaldía y el medio ambiente y es


más la Personería.

AG: ¿Personería también?

JS: También.

AG: Ah muy bien, bueno don Jaime muchísimas gracias por su colaboración

JS: Ah bueno profesor, siempre a la orden.

174
Anexo 6. Encuesta

Categoría histórico social

Nombre: ______________________________________ Edad:______ Sexo: ____


Lugar de nacimiento ___________ Ocupación _______ ¿Vive en la zona? _____
 ¿En qué barrio? ________________________ ¿Hace cuánto?___________
 ¿Por qué decidió vivir en esta zona? Marque con una X. Si no se encuentra a
opción por favor escríbala.

Familiar ya Centros de Servicios y Opción Opción


vivía en la educación arriendo compra laboral en
zona cercanos económicos económica las
canteras
Cercanía Producto del No tuvo Otra
al desplazamiento otra opción ¿cuál?
comercio forzado

 Recuerda usted ¿cómo eran…? en la zona? Describa los cambios que ha


notado:

Montañas: Mayor erosión ( ) Iguales ( )


El río: Más contaminado ( ) Menos contaminado ( ) Más abundante ( )
Menos abundante ( )
El aire: Más contaminado ( ) Menos contaminado ( )
La vegetación: Mayor cobertura ( ) Menor cobertura ( ) Iguales ( )
Actividad minera: Más canteras ( ) Menos canteras ( ) Igual ( ) Sin canteras ( )
Cultivos: Incremento del área ( ) Disminución del área ( ) Igual ( ) No había
cultivos ( )
Clima: Incremento lluvias ( ) Incremento época seca ( )

 ¿Ha observado que la gente de la zona cambia de domicilio constantemente?


¿por qué cree que eso ocurre?______________________________________
_______________________________________________________________

Categoría percepción e impacto minería

 ¿Cuáles cree usted que son las ventajas de la presencia de la minería en la


zona? __________________________________________________________
 ¿Cuáles cree usted que son las desventajas de la presencia de la minería en la
zona? __________________________________________________________
 ¿Cómo ha sido la relación de la comunidad con las canteras y/o ladrilleras?
Descríbala: _____________________________________________________

175
 Evalué de la siguiente manera: bajo, medio o alto; según el estado o calidad de
los siguientes recursos en el territorio en relación con la actividad de las
canteras y ladrilleras:

Calidad Estado del Modificación Árboles, Calidad Presencia de


fuentes suelo de los arbustos, y aves,
hídricas terrenos pastos y cantidad mamíferos y
rastrojos de reptiles
Cultivos
Presencia Calidad del Estado Emisión de Oferta Enfermedades
de peces y Aire calles o ruido de respiratorias
anfibios carreteras empleo
Incremento Incremento Movilidad Urbanización
del del estrés vehículos
comercio de carga

Categoría presencia institucional estatal

 ¿Qué entidades se han hecho presentes en la zona para tratar el tema de la


actividad de canteras y ladrilleras?
_______________________________________________________________
 ¿sabe por qué o para qué han hecho presencia? ________________________
_______________________________________________________________
 ¿Ha escuchado sobre el cierre de algunas canteras? SI ___ NO ___
¿Sabe por qué motivos las han cerrado? ______________________________
_______________________________________________________________
 Luego del cierre o sellamiento de canteras o ladrilleras, ¿sabe usted si han
seguido su actividad? Describa:______________________________________
_______________________________________________________________

Categoría transformación territorio

 ¿En qué estado cree usted que se encontrará el territorio dentro de veinte
años? Respecto a:

Las montañas: Mayor erosión ( ) Iguales ( ) Con vegetación ( )


El río: Más contaminado ( ) Menos contaminado ( ) Más abundante ( )
Menos abundante ( )
El aire: Más contaminado ( ) Menos contaminado ( )
La vegetación: Mayor cobertura ( ) Menor cobertura ( ) Iguales ( )
La actividad minería: Más canteras ( ) Menos canteras ( ) Igual ( ) Sin canteras
( )

176
Actividades económicas: Incremento comercio ( ) Disminución comercio ( )
Diferentes actividades ( ) Las mismas actividades ( )
Urbanización: Más urbanizado ( ) Menos urbanizado ( )
Las calles: Vías pavimentadas y señalizadas ( ) Vías sin pavimentar ( )
Incremento de vías ( ) Igual ( )
Empleo: Mayo oferta ( ) Menor oferta ( ) Incremento desempleo ( )
Disminución desempleo ( )
Ingreso: Mayor ingreso ( ) Menor ingreso ( ) Igual ( )
Enfermedades respiratorias: Mayor número de casos ( ) Menor número de
casos ( )

 ¿Cómo cree usted que las actividades económicas que se desarrollan en la


zona afectan el territorio? __________________________________________
_______________________________________________________________
 En los últimos años ¿cómo la construcción de casas ha transformado el
territorio? _______________________________________________________
_______________________________________________________________

Categoría justicia espacial

 ¿Por qué cree que las canteras y las ladrilleras se han instalado precisamente
en Usme?_______________________________________________________
_______________________________________________________________
 ¿Cree usted que las canteras y ladrilleras tendrían el mismo éxito en otras
zonas de la ciudad? SI ___ NO ___ ¿Por qué?__________________________
_______________________________________________________________
 ¿Cree usted que las canteras y ladrilleras contribuyen al desarrollo económico
y social de la zona? SI ___ NO ___ ¿Por qué?_________________________
_______________________________________________________________
 Si el territorio estuviese libre de la actividad de las canteras y ladrilleras ¿cómo
cree usted que se encontraría el territorio? Describa
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________

177
Anexo 7. Intervenciones jurídicas en los cerros orientales de Bogotá

1972 19 1976 1977 19 19 19 198 19 1988 19 19 199 19 199 199 199 2000 2001 2004 2005 2006 200 20
74 78 81 85 6 87 89 90 2 93 6 7 8 7 13
PIDU De Dec. Dec. De Ac Re Acd Ac Dec. Le Ac Dec. Le Dec. Ley Dec. Cons Conv Fallo Res. Dec. Dec
ZOB c. 877 622 c. do. s. o. do. 484 y9 do. 320 y 179 388 150 ult. . 12 327 463 122 .
Le 17 53 23 01 59 Distri 38 Distr 99 1 4 Cons DAM Trib. MAV Distrit 124
y 15 CA 77 Dist CA to CA ital . A – Adm. DT o Dist
28 R CA rito R R Esta CAR C/ma rito
11 R do. - rca
MAVI
DT
Acdo. Res. Ac Re Acd Acd Acd Dec. Conv Dec. Fallo Res.
30 76 do. s. o. o. o. 619 . 13 190 945Tr 1141
Inder Min. 24 31 02 16 Distri DAM Distrt ib. CAR
ena Agricul 13 Distr Distr CA tal A – al Adm.
tura CA ital tial R CAR C/mar
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Ley do. o. o de ecto 1582 Trib.
133 19 Bor POM MAV Adm.
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29926 Con.
SEC. Estad
Gen. o.

Tomado y adaptado de Bohórquez, 2008.

178
Anexo 8. Observaciones taller cartografía jóvenes

179
Anexo 9. Observaciones taller cartografía adultos

180
Anexo 10. Observaciones taller cartografía adultos mayores

181
Anexo 11. Observaciones primer recorrido zona

182
Anexo 12. Observaciones segundo recorrido zona

183

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