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Directora:
Doctora: Yolanda Hernández
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En primer lugar a mi familia y a mis amigos por su apoyo y cariño permanentes en este
largo proceso.
VI
Siglo XX .................................................................................................................. 59
1950 – Actual. ......................................................................................................... 65
Usme (UPZ Gran Yomasa) ¿territorio minero? ............................................................. 68
Contexto histórico de la localidad de Usme: ........................................................... 69
Características generales. ...................................................................................... 69
Capítulo 5. Resultados y análisis .................................................................................. 79
Caracterización de la explotación minera de materiales de construcción en Gran
Yomasa (Usme) ............................................................................................................ 82
Tipo de explotaciones. ............................................................................................ 86
Legalidad – ilegalidad. ............................................................................................ 88
Categorías de análisis ................................................................................................... 90
Categoría: Implicaciones sociales, ambientales y económicas de la explotación
minera en Gran Yomasa (Usme). ........................................................................... 90
Categoría: Transformaciones urbanas asociadas a la explotación minera en Gran
Yomasa. ............................................................................................................... 115
Categoría emergente: Pasivos ambientales . ....................................................... 123
Categoría: el derecho a la ciudad y la justicia espacial en Gran Yomasa. ........... 125
Capítulo 6. Consideraciones finales ............................................................................ 139
Capítulo 7. Elementos para un análisis prospectivo .................................................... 142
Escenario 1: Presencia actividad minera .................................................................... 143
Escenario 2: Ausencia actividad minera y cierre de las informales ............................. 144
Capítulo 8. Conclusiones ............................................................................................ 145
9. Bibliografía .............................................................................................................. 148
Anexos ........................................................................................................................ 165
VII
Lista de Tablas
Lista de Figuras
Lista de Imágenes
Imagen 1. Leñadores…………………………………………………………………………54
VIII
Imagen 5. Estatuas de Colón y la Reina Isabel, con vista a los cerros orientales,
desde la avenida Colón, 1910……………………………………………….…….…61
Imagen 24. Entrada al barrio Villas de Santa Isabel, al fondo frente explotación
ladrillera Los Tejares………………………………………………….………110
Imagen 25. Barrio Villas de Santa Isabel entre frente de explotación Fábrica de
tubos Santa Isabel e Industrias Gresqui………………………………….…110
IX
Imagen 26. Barrio Arizona, al fondo frente explotación ladrillera Los Tejares……..…110
Imagen 52. y 53. Alteración del paisaje causado por la ladrillera abandonada…......
X
Imagen 54. Abandono de edificaciones de la ladrillera “Olivares”………………….….125
Tabla de Gráficas
Gráfica 12. ¿Por qué la minería no genera desarrollo económico y social en Gran
Yomasa?…………………………………….-………………………………..108
XI
EXPLOTACIÓN MINERA EN LOS CERROS ORIENTALES DEL SUR DE BOGOTÁ
D.C. ANÁLISIS DESDE LA TEORÍA DE LA JUSTICIA ESPACIAL
Introducción
La actividad minera genera importantes impactos sobre los territorios, convirtiéndose,
en una de las industrias más destructivas y contaminantes del mundo, debido a las
sustancias químicas que utiliza para procesar los minerales, pero también al desmonte
de vegetación y suelo, a la contaminación y desviación de fuentes hídricas, entre otros
(Padilla, 2010). En Colombia la industria minera se ha intensificado en los últimos años,
ya que es concebida como la estrategia por excelencia para acelerar el crecimiento
económico y que a su vez, generará desarrollo en las regiones y en todo el país, por
ello, es necesario prestar atención a la manera como esta actividad en los últimos
años, se ha desarrollado en Colombia (PND 2010-2014, 2011).
12
explotación minera en la zona y también las representaciones y nociones que posee la
comunidad sobre esta actividad. La investigación caracteriza el territorio como zona de
explotación minera y a su vez, describe los escenarios posibles en el marco de la
sostenibilidad ambiental para dar luces a una problemática que se repite
históricamente; desde esta perspectiva, es una referencia para planificadores,
instituciones, comunidades, entre otros, para el desarrollo de políticas y programas que
traten la problemática de la minería urbana.
13
Las transformaciones urbanas asociadas a la minería son principalmente los procesos
de urbanización y transformación del paisaje y además de ello se encontraron fuertes
indicios de injusticia espacial y ambiental, respecto a la localización de la industria
minera, así como las cargas y costes que deben soportar el territorio y la población. Por
último, se hallaron cuatro pasivos ambientales que emergen luego del abandono de la
actividad minera en la zona.
Y por último, se presentan las conclusiones encontradas tras el desarrollo del proyecto
de investigación, en donde se describe principalmente la situación de justicia espacial y
ambiental encontrada en el territorio de Gran Yomasa, así como también la correlación
que se muestra entre pobreza, segregación social y localización de este tipo de
actividades. Se señala la situación de ilegalidad y débil institucionalidad minera como
condicionantes y agravantes de los impactos sociales y ambientales de la minería en la
zona, entre otros y se presentan dos escenarios proyectivos para el territorio de Gran
Yomasa.
Problema Investigación
La minería se ha convertido en uno de los temas más sensibles y polémicos en nuestro
país y en América Latina, no sólo por sus efectos ambientales sobre los ecosistemas,
sino también por los impactos sociales que genera. Encontrándose entre ellos
principalmente: cambio de uso de suelo, deterioro permanente del paisaje, eliminación
cobertura vegetal, entre otros (Delgado y Mejía, 2001). Entre los impactos que
podríamos llamar sociales se encuentran, el avance de la explotación hacia sectores
poblados, procesos urbanizadores ilegales alrededor de las explotaciones, exposición
por amenazas de carácter geodinámico, etc. (Cárdenas y Chaparro, 2004)
14
asfálticos, entre otros usos civiles específicos.” (Cárdenas & Chaparro, 2004, p.19).
Los grandes problemas por lo que atraviesa la actividad minera en Bogotá son
primordialmente: la ilegalidad, la degradación ambiental y la sobreexplotación de la
mano de obra.
En este contexto la localidad de Usme, que posee buena parte de los Cerros Orientales
y gracias a sus formaciones geológicas, que se “caracteriza por presentar tres grandes
conjuntos rocosos, en los que predomina en su parte inferior un conjunto de areniscas
y areniscas guijarrosas (areniscas de la formación regadera), un conjunto medio que
contiene arcillas esquistosas y en la parte superior una capa de areniscas con
intercalaciones de areniscas y arcillas, en partes con incrustaciones de carbón”
(Cámara de Comercio de Bogotá, 2007, p. 15) se ha convertido en una de las zonas
predilectas para la explotación minera en la ciudad.
Por otra parte, hay que resaltar los procesos conexos a la minería, como lo son la
urbanización ilegal y los procesos de autoconstrucción de vivienda alrededor de
canteras y ladrilleras; generación de empleo inestable, en condiciones de alto riesgo y
sobreexplotación de la mano de obra; alteraciones y contaminación de fuentes hídricas,
contaminación auditiva y del aire, flujo vehicular de gran tonelaje por barrios
residenciales, entre otros. En la localidad se presenta la mayor cantidad de
explotaciones de canteras, 39 de 144 registros que se presentan en la ciudad, allí la
actividad minera actúa en la ilegalidad principalmente (Cárdenas & Chaparro, 2004).
15
Objetivos
Objetivo General
Analizar las implicaciones sociales y ambientales de la explotación minera en la UPZ
Gran Yomasa para la población y el territorio.
Objetivos Específicos
Fundamentos teóricos
1Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo. Nuestro Futuro Común, en La gallina de los
huevos de oro. Cerec-Ecofondo. (1998).
16
El mito del desarrollo. El desarrollo es un concepto polisémico, debatible y
que representa diferentes significados dependiendo del ámbito de estudio y aplicación,
así como de los actores que participen en dicha construcción o difusión (desarrollados
o desarrollistas). Según Carrizosa (en Ángel A., 1998) la palabra desarrollo se utilizó en
dicho sentido desde hace 60 años, aunque Freud y Shumpeter la habían utilizado
desde la década de 1930 en un sentido muy distinto al que actualmente se utiliza, por
ejemplo “En Colombia, la palabra desarrollo era usada en los cuarentas para ordenar
copias de papel de rollo de películas, o para describir a una niña que llega a la
pubertad;…” (Ángel A., 1998, p. 51).
Al respecto, Escobar afirma que “…Se puede evidenciar que el contexto en el que se
esboza la teoría del desarrollo es a finales de los años 40 y comienzo de la década de
los 50, luego del fin de la Segunda Guerra Mundial y el comienzo de la Guerra Fría
entre Estados Unidos y la URSS” (Escobar, 1996. p. 62). Discurso que se origina en el
contexto de “… la consolidación de los Estados-nación, la emergencia de la Guerra
Fría y la necesidad del capitalismo de encontrar nuevos mercados…” (Monreal y
Gimeno, 2002, p.5).
Luego de ello, el concepto fue utilizado por el presidente de los Estados Unidos, Harry
Truman en su discurso de posesión, para bautizar a la más de la mitad de naciones del
mundo y sus habitantes como “subdesarrollados”, en un sentido político:
17
vía posible para el progreso, el bienestar y el mejoramiento de la calidad de vida de la
población, el cual era realizable mediante el crecimiento económico sostenido.
Desde esta perspectiva y para el caso colombiano la situación es aún más compleja, ya
que además, de las problemáticas mencionadas anteriormente, la violencia hace parte
de la dinámica social del país y es uno de los mecanismos utilizados por diferentes
actores (económicos, estatales, políticos, etc.) para instaurar e implementar, a toda
costa, el “desarrollo”, a su manera en regiones que pretenden resistirse a dicho
proceso y que buscan alternativas a ese “desarrollo” extractivista y depredador. Esto
permite que las problemáticas sociales como el desplazamiento forzoso, el
consecuente aumento de la población y la creación de cinturones de miseria en las
ciudades hagan parte de la realidad nacional, además los conflictos sociales y
ambientales que genera se incrementan en el tiempo.
Es en este contexto donde el desarrollo sostenible aparece como el concepto que por
un lado trata de pensar en la equidad de las generaciones futuras (aunque no de las
actuales) y por otro lado (aunque de manera muy ambigua) realiza un llamamiento para
pensar en los límites a un crecimiento que hasta el momento parecía ilimitado y
desmedido.
18
propuesto en el informe Nuestro Futuro Común es un desarrollo que satisface las
necesidades de las actuales generaciones sin poner en riesgo la capacidad para que
generaciones futuras satisfagan las necesidades propias. Gracias a la creación del
concepto de desarrollo sostenible, éste se ha incluido en la retórica política,
empresarial y estatal y debido a la polisemia que genera el término sustainability, se ha
intentado proponer dos significados diferentes: sostenible o sustentable. 2 Ya que, el
concepto no posee traducción al español se puede traducir de las dos maneras,
sostenible o sustentable.
Con lo cual, el concepto crea muchos interrogantes y para poder acercarse a una
solución plausible se necesita tener en cuenta componentes políticos y éticos. Debido a
la sencillez y superficialidad del concepto, hace que éste genere consensos
generalizados ya que ofrece puntos fundamentales imposibles de rechazar como lo son
la protección de la naturaleza y la equidad social intergeneracional (Ramírez, et al,.
2004; Foladori y Pierri, 2005). Además, la unanimidad que genera esta noción no
2En el proyecto de investigación se utilizará el adjetivo sostenible, aunque es importante señalar que el
debate académico diferencia los dos, gracias a los conceptos de sostenibilidad y sustentabilidad, a los cuales
se hará referencia más adelante.
19
permite respuestas integrales a los interrogantes anteriores sino que, por el contrario,
elude responsabilidades y conlleva a la confusión y a un juego de suma cero, frente a
las problemáticas que presenta el Sur, debido a la aplicación del desarrollo desde hace
más de setenta años y actualmente con el arribo y despliegue mediático de un nuevo
concepto, como lo es, el desarrollo sostenible.
20
En esta dirección se propone que quien contamina paga, que quien quiera explotar y
utilizar ciertos recursos debe pagar, pero también podría llegarse a pensar que quien
tenga con quien pagar puede tener acceso al agua potable, que quien tenga la
suficiente cantidad de dinero puede o no ingresar a un parque natural, que quien tenga
dinero en su cartera puede acceder a ciertos alimentos; por ello, la obsesión del
mercado por internalizar la naturaleza es importante, porque sería el gran logro de la
racionalidad económica regular quien puede o no a través de los mecanismos de valor
y precios acceder a los recursos naturales. El neoliberalismo ambiental propone así
asignar precios de mercado, valores y derechos de propiedad a la naturaleza,
prometiendo que el mercado se encargaría de regular la economía, activar el
crecimiento económico, equilibrar a la ecología y dar equidad a la sociedad y lo hace a
través del desarrollo sostenible que asegura que la destrucción ecológica no se debe a
las fallas e imperfecciones del mercado, sino más bien a la ineficacia y corrupción del
Estado (Leff, 2008, p. 34).
21
En este contexto surgen los conceptos de sostenibilidad y sustentabilidad como
conceptos fundamentales para el desarrollo sostenible. El concepto de sostenibilidad
se puede definir “como una propiedad inherente de un proceso que lo hace perpetuo en
un sistema dado” (p. 28) (Carrizosa, en DNP, Ministerio de Agricultura y Desarrollo
Rural y IICA, 1998). Este discurso “ha llegado a afirmar el propósito y la posibilidad de
lograr un crecimiento económico sostenible a través de los mecanismos del mercado…
en donde la noción se ha ido divulgando y vulgarizando formando parte del lenguaje
oficial y común” eludiendo las propiedades ecológicas de los ecosistemas para la
apropiación y transformación capitalista de la naturaleza (Leff, 2010) que es lo que en
la actualidad sucede; en donde la palabra es usada indistintamente para referirse o
para justificar el desarrollo a toda costa.
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racionalidad productiva, racionalidad que se constituye a partir de la productividad de
la naturaleza, la democracia participativa y la diversidad cultural, así como respuesta al
actual pensamiento neoliberal ambiental que intenta incluir a la naturaleza y la cultura
en la lógica del capital (Leff, 2010).
Según Musset (2009), en la década de 1980 Alain Reynaud establece también una
relación entre justicia y territorio para lo cual determina que el territorio es codiciado por
su valor económico y por ende es necesario una justicia espacial en los procesos de
desarrollo. Ya para la década de 1990 y 2000, los autores estadounidenses y europeos
comienzan a interesarse más en esta noción, es así como aparecen autores como Iris
M. Young y Edward Soja quienes plantean una justicia para disminuir las
desigualdades sociales mediante políticas planteadas “desde arriba” (Musset, 2009).
Para Musset (2009, p. 63) el concepto de justicia es fundamental para poder legitimar o
criticar cualquier política de ordenamiento territorial o de desarrollo económico, este
concepto permite a su vez poner de manifiesto las desigualdades de una población
frente a las desigualdades sociales y económicas, la segregación social y espacial, el
bajo acceso a los bienes comunes de la sociedad y como es en el caso de Usme el
peso de llevar a cuestas una actividad extractiva que genera impactos ambientales y
sociales en el territorio, para que la urbanización de la ciudad se mantenga y siga
creciendo.
23
obstante, elige y desarrolla tres criterios que para él son la esencia de la justicia social
en un territorio y son el de necesidad, contribución al bien común y mérito.
Para Harvey (1977), la justicia social territorial se define como: “la distribución del
ingreso debería ser tal que: a) sean cubiertas todas las necesidades de la población
dentro de cada territorio; b) sean asignados recursos a fin de minimizar los efectos
multiplicadores regionales [reforzamiento de las externalidades positivas], y c) sean
invertidos recursos suplementarios para contribuir a superar dificultades especiales
provenientes del medio físico y social. Los mecanismos (institucionales, organizativos,
políticos y económicos) deben ser tales que las perspectivas de los territorios menos
aventajados sean los más favorables posible. (Harvey [1973] 1977, citado por Santana,
(2012)).
La justicia social se fundamenta según Musset (2010) en que emerge a causa de las
desigualdades que se experimentan como injusticias y que son capaces de movilizar a
los afectados, es por ende, ese componente político que ha adquirido la justicia
espacial, que lo hace tan importante en la actualidad. Es por ello, “que surge la
necesidad de buscar derechos, espacios y procesos sociales utópicos, y por
consiguiente una mayor justicia, a pesar de estar vigentes las condiciones que
perpetúan diversas desigualdades” (p. 471) en este contexto, surgen conceptos como
el de derecho a la ciudad y justicia ambiental.
Desde esta perspectiva, la justicia espacial “es una forma de interpretación geográfica
de la justicia, (pero también) un elemento para la acción política, (y además tiene): una
dimensión concreta y material (espacio percibido), una dimensión abstracta relacionada
con los discursos e ideas (espacio concebido) y otra dimensión vivencial (espacio
vivido)” (Santana, 2012. p. 81). Soja (2010) distingue entre las injusticias espaciales sin
consecuencias y las injusticias espaciales con consecuencias, y son estas últimas
sobre las cuales se debe teorizar y actuar, estas injusticias espaciales tienen un
carácter multiescalar; en las geografías exógenas (de carácter global), mesogeografías
(o escalas regionales) y geografías endógenas.
24
Entonces, la justicia espacial es “la búsqueda social y geográfica de un amplio espectro
de derechos económicos, sociales y culturales... es en sí un ideal urbano, proveniente
de luchas e ideas surgidas dentro del amplio espectro de las potencialidades de la vida
urbana….en cuanto al concepto del derecho a la ciudad, de Lefebvre, Soja menciona
que es equivalente…” (Santana, 2012. p. 82).
Respecto a este último punto, Acebedo (2013 p. 10), afirma (citando a Lefebvre, 1969)
que el derecho a la ciudad se entiende como “la proclamación y la realización de la vida
urbana como reino del uso” desprendido del valor de cambio. Siguiendo a Lefebvre,
(1969) “El derecho a la ciudad no puede concebirse como un simple derecho de visita o
retorno hacia las ciudades tradicionales. Sólo puede formularse como derecho a la vida
urbana, transformada, renovada” (p. 138).
Desde esta perspectiva, según Castellanos (2009), todos los derechos se alojan y se
desarrollan en la ciudad, por ello, el derecho a la ciudad se puede considerar como un
supraderecho porque es en él, en donde se contextualizan los demás derechos
(derecho a la vida, la intimidad, la seguridad, la libertad, la igualdad, la educación, el
trabajo, la vivienda, la salud, la familia, entre otros). Y agrega que el derecho a la
ciudad es “la integración de los derechos en el espacio de vida y en la producción de
territorio, …como un objeto jurídico de naturaleza múltiple” (p.45), ya que es en la
ciudad en donde los demás derechos se hacen plausibles.
25
territorio propicio para la actividad extractiva minera y la expansión urbana de la ciudad,
principales procesos de producción que impactaron significativamente a la población y
el territorio y que ampliaron las desigualdades sociales y espaciales entre la élite de la
ciudad y la comunidad de la localidad de Usme segregándola social y espacialmente.
Luego, durante la colonia, las comunidades indígenas son despojadas de sus tierras,
así como también de su oro, por lo cual son esclavizadas para realizar la explotación
minera y con ello se comienza a crear una industria extractiva que va a definir en gran
parte la configuración social y cultural del país, ya que se hizo necesario traer esclavos
africanos para que trabajaran en las minas, en parte por su fortaleza física, por sus
tecnologías de exploración y explotación minera y en parte al aumento de la mortalidad
de la población indígena (Fierro, 2012).
26
En este contexto y con la naciente República, se expide el primer estatuto minero de
alcance nacional; el gobierno de Núñez expide el Código de Minas del Estado
Soberano de Antioquia el cual se adopta para toda Colombia (Poveda, 2005).
En el siglo XX, el petróleo repunta como una de las principales materias primas en el
mundo y en Colombia las piedras preciosas siguen siendo el material de explotación
por excelencia. Por ese entonces:
Para esta época el Estado Colombiano también hace parte de esta industria minera,
con la presencia de Minercol y Carbocol, grandes empresas que sacan provecho en
esta actividad, pero en el Siglo XXI por presión del Banco Mundial, se liquidan estas
empresas para darle a paso a transnacionales y emporios mineros extranjeros (Villamil,
2007).
27
productos como el oro, el carbón y el níquel. Y la participación del sector en el PIB total
aumentó al pasar de un 8% en 2000, a casi un 15% en 2012 (ANDI, 2012).
Desde esta perspectiva, es importante referirse aquí al Código de Minas de 2001 o Ley
685 de 2001, el cual aún se encuentra vigente, ya que éste había sido modificado por
la Ley 382 de 2010 en diferentes aspectos como lo son la modernización de la
industria minera, la promoción de la inversión y la agilización de los trámites de
obtención de títulos mineros. Aunque también introducía la prohibición de la actividad
minera en zonas de páramo, reservas forestales protectoras y los humedales Ramsar,
las cuales no estaban excluidas de la minería el Código de Minas de 2001 (Rubiano,
2012).
Luego de promulgada esta ley fue demanda ante la Corte Constitucional, pues no hubo
consulta previa con comunidades afrodescendientes ni indígenas, paso obligatorio,
porque dichas comunidades se ven afectadas por la actividad minera y el 11 de Mayo
de 2011 la Corte Constitucional en su Sentencia C-366, declaro inexequible la Ley
1382 de 2010 por haber omitido la consulta previa. No obstante, debido a la
importancia en materia ambiental de la ley la Corte ordenó mantenerla vigente por dos
años para que se realizará la consulta y así proteger ecosistemas estratégicos, dicho
plazo se cumplió el pasado 11 de mayo de 2013 y la ley quedó sin efecto alguno.
28
trascendentales en la explotación minera y el impacto ambiental que genera, dichos
efectos son los siguientes: los títulos mineros se podrían obtener más fácil, sin ningún
requisito más que la cédula de ciudadanía; las prórrogas y renovaciones de las
concesiones a empresas, serán casi que un derecho adquirido y el gobierno pierde
capacidad para hacer exigencias en aspectos técnicos, económicos, sociales y
ambientales; la formalización de los mineros ilegales queda en un limbo, pues el
proceso que se venía realizando era bajo la Ley 1382 de 2010 que quedó sin efecto
alguno.
En este contexto la Ley 685 de 2001, es la que se encuentra vigente y en ella se tiene
como principales objetivos “de interés público fomentar la exploración técnica y la
explotación de los recursos mineros de propiedad estatal y privada; estimular estas
actividades en orden a satisfacer los requerimientos de la demanda interna y externa
de los mismos y a que su aprovechamiento se realice en forma armónica con los
principios y normas de explotación racional de los recursos naturales no renovables y
del ambiente, dentro de un concepto integral de desarrollo sostenible y del
fortalecimiento económico y social del país.” El Código de Minas de 2001, presenta 362
artículos que regulan toda la actividad minera en el país, de acuerdo a este Código y
según sus objetivos esta actividad se realizará en el marco del concepto de desarrollo
sostenible y del fortalecimiento económico del país, en donde la segunda se convierte
en una premisa fundamental hasta el punto de nombrar actualmente dicha actividad
como la locomotora minera que jalona el crecimiento económico del país.
29
La institucionalidad minera colombiana. En cuanto a institucionalidad
minera el órgano rector es el Ministerio de Minas y Energía, entre sus funciones se
encuentran la formulación, adopción e implementación de la política pública para el
sector, la estructura del ministerio fue modificada por el Decreto 381 de 2012 en donde
a su vez se definen las funciones del ministerio, del despacho del ministro y de las
oficinas, direcciones, del viceministerio, subdirecciones, etc. funciones que a su vez
fueron modificadas por el Decreto 1617 de 2013.
30
en las actividades de exploración y explotación de los recursos hidrocarburiferos, entre
otros.
Por último, el Decreto 4134 del 3 de Noviembre de 2011, crea la Agencia Nacional
Minera (ANM) y su función principal es la de administrar los recursos minerales del
Estado y conceder los derechos para su exploración y explotación, así como promover,
celebrar, administrar y hacer seguimiento a los contratos de concesión y demás títulos
mineros para la exploración y explotación de minerales, por delegación del Ministerio
de Minas y Energía de conformidad con la ley.
Otro aspecto para tener en cuenta, es el papel ejercido por la Autoridad Nacional de
Licencias Ambientales (ANLA), creada por el Decreto 3573 del 27 de Septiembre de
2011, la cual tiene entre sus funciones administrar un instrumento de gestión ambiental
fundamental, como lo son las Licencias Ambientales, requisito indispensable para
31
cualquier actividad minera. Las funciones más importantes de dicha autoridad son:
Otorgar o negar, realizar seguimiento a las licencias, permisos y trámites ambientales
de competencia del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, de conformidad
con la ley y los reglamentos, entre otros.
Actualmente, existe un amplio debate frente al tema, ya que las empresas mineras
aseguran que el tiempo para realizar los trámites se han extendido, afectando las
inversiones a realizar, por lo cual se tiene pensado en crear mecanismos para ofrecer
desde la entidad “licencias exprés”, con lo cual se agilizaría dicho trámite aunque el
interesado debería pagar un mayor costo; las dudas sobre este mecanismo recaen
sobre la confiabilidad de dichas licencias y su credibilidad.
El Ministerio del Medio Ambiente determinará las zonas compatibles en las cuales exista
compatibilidad con las explotaciones mineras, con base en esta determinación, la
Corporación Autónoma de Cundinamarca (CAR), otorgará o negará las
correspondientes licencias ambientales.
Los municipios y el Distrito Capital, expedirán la reglamentación de los usos del suelo,
teniendo en cuenta las disposiciones de que trata este artículo y las que a nivel nacional
expida el Ministerio del Medio Ambiente. 3
3 Fuente: http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=297
32
Por lo cual, es importante mencionar que gran parte de las actividades mineras
que se desarrollan en la zona son ilegales y no tienen en cuenta el articulado
anterior (CGR, 2012). La mayoría de minas se reducen a explotación de arenas,
gravas y arcillas (materiales de construcción) aunque también se realiza
explotación de caliza, carbón y sal; dicha actividad ha deteriorado el paisaje,
destruido humedales, manantiales, etc. Y existen títulos mineros en zonas de
páramo a lo cual se suma la reducida capacidad de la autoridad ambiental en el
control de dichos proyectos (CGR, 2012).
En Bogotá se reconocen tres parques mineros industriales, estos parques son definidos
como “zonas donde se permite desarrollar de manera transitoria la actividad minera,
aprovechando al máximo sus reservas bajo parámetros de sostenibilidad ambiental”
Decreto 469 de 2003 (revisión del POT), los parques mineros industriales son
Mochuelo, Tunjuelo y Usme, los dos primeros fueron establecidos en el Decreto 619 de
2000 (POT, Bogotá) y el último en el Decreto 469 de 2003. En estos tres parques
mineros se asientan empresas como Holcim, Cemex, Cementos Argos y Ladrillera
Santa Fé.
En Usme se ha explotado desde hace muchos años estas arenas y gravas, lo cual ha
sido la base productiva para los constructores de la ciudad (vivienda, edificios,
avenidas, etc.) evidenciando en sus “lugares de origen los rastros y huellas vivientes de
la destrucción en las canteras, gravilleras, areneras, ladrilleras, que hacen parte del
33
paisaje suburbano del área” (CCB, 2007). Además, del parque industrial minero,
existen diferentes canteras y ladrilleras que realizan su actividad en la localidad.
Por último, es necesario resaltar que el anterior apartado teórico permite dar un sentido
más amplio para poder abordar la problemática planteada desde el marco de los
conceptos de justicia espacial y derecho a la ciudad, marco conceptual que ofrece
elementos de análisis importantes para poder entender, comprender y brindar
escenarios de solución. Por su parte, el apartado sobre la minería permite entender el
contexto de la actividad en nuestro país y especialmente en la zona objeto de estudio,
con lo cual se identifican sus causas, consecuencias, limitaciones, especificidades
históricas, entre otras.
Capítulo 3. Metodología
En este contexto, la metodología del trabajo intenta abordar la temática y articularla con
su complejidad, por ello se hizo necesario incluir un apartado teórico que describiera el
contexto histórico de la transformación de los cerros orientales y también de las
circunstancias del desarrollo de la explotación minera tanto en los cerros orientales
34
como en la UPZ Gran Yomasa. En este contexto, el apartado teórico intenta además de
fundamentar el trabajo investigativo, delimitarlo al nivel de las problemáticas urbanas
partiendo de la noción de la justicia espacial y el derecho a la ciudad como elementos
intrínsecos para repensar y analizar las actividades extractivas en el marco del tan
publicitado desarrollo sostenible.
Según Rovira, et al. (2004), citando a Stake R. (1995) y Yin R. (1994), existen
diferentes clases de estudios de caso, por una parte Stake R. (1995) distingue entre
casos de estudio intrínsecos, instrumentales, simples y colectivos. En los intrínsecos se
analizan estudios particulares, los instrumentales son estudios en donde los resultados
van más allá del caso particular, los simples se refieren a un solo caso y los colectivos
a múltiples casos. Y por último, Yin R. (1994), clasifica los estudios de caso en
explicativos, descriptivos y exploratorios, según su objetivo. Explicativos que pretenden
establecer relaciones de causa y efecto, descriptivos si pretenden caracterizar las
categorías del caso estudiado y exploratorios si son casos con poco conocimiento
científico.
Por su parte, Babbie (2000), describe cuatro tipos diferentes de muestreo: confianza en
los sujetos disponibles, como su nombre lo indica implica confiar en los sujetos que se
encuentren disponibles como en una esquina o en cualquier lugar, con lo cual no se
puede generalizar en exceso los datos. El muestreo deliberado o crítico se desarrolla
desde el conocimiento del investigador sobre la población, sus elementos y la
naturaleza de los objetos de la investigación. El muestreo de la bola de nieve se
caracteriza por la acumulación de sujetos propuestos por los sujetos ya localizados y
muestreo por cuota el cual se realiza, como se mencionó anteriormente dividiendo a la
población en grupos y asignándoles un peso de acuerdo a la población total, lo cual
podría ofrecer una representatividad razonable del total de la población.
36
Figura 1. Proceso de investigación.
Estudio de caso
¿Cuáles son las implicaciones sociales y ambientales, y las transformaciones urbanas conexas a la explotación minera de materiales de
construcción en la población y el territorio de la UPZ-Gran Yomasa (localidad de Usme)?
Caracterizando el territorio a través de los planteamientos de justicia espacial como escenario de la explotación minera y la
segregación social.
¿
C
Identificando los procesos de producción de la explotación minera en la UPZ Gran Yomasa para reconocer los impactos
Ó ambientales.
M
Analizando las transformaciones urbanas que ha originado la actividad minera en la UPZ Gran Yomasa.
O
? Estableciendo las implicaciones sociales y ambientales y económicas de la actividad minera en la UPZ Gran Yomasa en el
marco de la sostenibilidad ambiental del territorio.
A través de
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importancia que cobra ese espacio para sus acciones cotidianas, como un espacio que
los une y representa de una manera identitaria.
Para el segundo grupo etario se trabajaron también dos mapas un mapa social y
ambiental del pasado y el mapa social y ambiental actual de la zona, y para el tercer
grupo etario se realizó tres mapas, un mapa social y ambiental del pasado, uno actual y
un mapa del fututo del territorio; siguiendo las indicaciones del investigador y las
preguntas guía. Se prestó especial atención al diálogo o conversaciones sostenidas en los
grupos para la generación de los mapas sociales y ambientales ya que son punto de
partida para construcción de conocimiento en relación a la percepción y resignificación del
territorio, como también para determinar los conflictos y los impactos sociales y
ambientales de la actividad extractiva en el territorio.
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Identificación de impactos ambientales y sociales
Por otra parte, afirma que los impactos se clasifican dependiendo del tiempo de
manifestación, en cortos (menos de un año) medios (de uno a cinco años) y largo plazo
(más de cinco años), los efectos también pueden ser temporales cuando son de duración
limitada o permanentes cuando permanecen en el tiempo.
Los impactos según este autor, pueden ser reversibles cuando el ecosistema por si sólo
puede volver al estado inicial, lo cual hace referencia a la noción de resiliencia. Pueden
ser no reversibles, aunque el autor afirma que estos impactos pueden ser recuperables
con la intervención humana, por ejemplo con medidas de restauración. No obstante, no
hace una conceptualización de impactos irreversibles o irrecuperables.
Por último, hace referencia a impactos críticos, severos, moderados y compatibles. Esta
última clasificación es retomada según la normatividad española, por ejemplo, los
impactos compatibles son aquellos que al terminar la actividad que lo genera, el factor
ambiental vuelve al estado inicial sin ninguna intervención humana. El impacto moderado
es aquel que requiere implementar ciertas medidas, aunque no intensivas, para recuperar
el factor ambiental en un tiempo determinado. El impacto severo, es cuando las medidas
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correctivas que se necesitan implementar requieren mucho tiempo, después de terminada
la actividad que lo genera, para recuperar el factor ambiental que se afecta. Y por último,
el impacto crítico que es aquel impacto que hace que el factor ambiental se pierda o no se
pueda recuperar.
Vale la pena resaltar que esta clasificación depende de la valoración que se realice de los
impactos ambientales y también de las metodologías que se utilicen para realizar la
evaluación de los impactos ambientales de los proyectos o actividades a estudiar.
En este sentido. para el presente trabajo se realizó una identificación de los principales
impactos sociales y ambientales, que son significativos para la comunidad de la zona en
donde se ubica la actividad de las canteras y ladrilleras, como metodología para la
identificación de los posibles impactos tanto ambientales como sociales que genera la
actividad de las canteras se utilizó una lista de control simple, tipo cuestionario y además
de ello, se realizó un ejercicio de diagrama de red conocido como “árbol de impactos”
para complementar la lista de control simple.
Según Canter (2000) los métodos simples para identificar impactos se pueden dividir en
matrices, diagramas de redes y listas de control. Las matrices (causa-efecto), son las
primeras y más utilizadas para la identificación de impactos, allí se muestran las
actividades del proyecto en una columna y en otra los factores ambientales adecuados
en la matriz. Cuando una actividad del proyecto afecte un factor ambiental éste se registra
en la intersección de la matriz y se describen las circunstancias dependiendo de la
magnitud e importancia del impacto. Las matrices pueden ser simples (como la
desarrollada por Leopold et al. 1971) o interactivas. Hay dos clases de listas de control:
simples y descriptivas, las primeras no proporcionan información sobre datos o métodos
para predecir o evaluar impactos, mientras que las descriptivas si contienen dicha
información.
Las listas de control varían según el proyecto que las utilice para identificar los impactos y
según la complejidad de las mismas, existen listados de factores ambientales o también
sistemas muy elaborados que incluyen una valoración de los impactos y hasta estrategias
y alternativas para los factores ambientales Canter (2000). En este sentido, Canter (2000),
propone una división de las listas de control en listas de control simples y listas de control
descriptivas; las primeras son listas de factores ambientales sobre los cuales se estudian
los posibles impactos, sin embargo no presentan mayor información respecto al manejo
de los impactos o la valoración o evaluación de los mismos. Por su parte, en las listas de
control descriptivas se incluyen los factores ambientales pero con información respecto a
cómo realizar la estimación, la valoración y hasta alternativas y manejo de los impactos
ambientales.
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La lista de control simple es una de las metodologías ampliamente utilizadas para la
identificación de impactos en los estudios de impacto ambiental, vale la pena aclarar que
en el presente trabajo no se trató de realizar un estudio de impacto ambiental de la
actividad minera (canteras y ladrilleras) en la zona, ya que no es el objetivo principal del
trabajo. Sin embargo, es importante identificar los impactos ambientales y sociales que se
presentan en el territorio y la población debido a las diferentes actividades realizadas por
la industria de materiales de construcción en la zona.
Según Canter (2000) a las listas de control se les pueden realizar cambios con facilidad
para adecuarlas a un proyecto en cierto lugar, también se hace necesario delimitar el
territorio y los factores ambientales a estudiar, como definir los símbolos y terminología a
utilizar. Agrega que es importante exponer las argumentaciones para identificar los
factores e impactos ambientales, así como realizar la ponderación de la importancia de
los mismos para lo cual se debe explicar la metodología para asignar los pesos de
importancia correspondientes.
Por ello, en el presente trabajo se utilizó la lista de control simple (Anexo 2) la cual
presenta en una columna los recursos o factores ambientales afectados o impactados,
seguido, se presentan en otra columna una serie de preguntas respecto al estado actual
de los atributos o componentes del recurso ambiental afectado, que tratan dar lucidez
para poder identificar el impacto sobre ese recurso o factor ambiental o social. Para
establecer esa posible magnitud, se tomó en cuenta tres criterios que permiten identificar
y establecer con mayor precisión la presencia del impacto en el territorio o la población,
estos tres criterios son presencia, carácter e intensidad.
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En cuanto al criterio de presencia se busca establecer por medio de la pregunta si el
impacto se encuentra presente o por el contrario no se encuentra presente afectando de
manera directa o indirecta el atributo o componente del factor ambiental o social.
Por su parte, el criterio de carácter hace referencia, siguiendo a Martínez (2010), a una
valoración positiva (+) si el impacto es favorable o causa un mejoramiento en las
condiciones de calidad ambiental y social para el recurso o factor del territorio y la
población y es negativa (-) si el impacto es desfavorable o causa un desmejoramiento o
disminución de las condiciones de calidad ambiental y social para el recurso o factor del
territorio y la población en cuestión.
Por último, encontramos la intensidad del impacto la cual expresa el grado de alteración
del atributo o característica del recurso o factor que se está identificando, o como lo define
León (2004, p. 4), “representa el grado de incidencia que tiene una acción determinada
sobre un factor ambiental” y Conesa (1996) establece tres categorías “Notable o Muy alto,
Medio y Alto, Mínimo o Bajo” (p.4) siguiendo a Conesa (1996) para el presente proyecto
se determinaron tres posibles grados de alteración: baja, media y alta.
Ahora bien, teniendo en cuenta a Conesa (1996) se toma parte de la definición de cada
grado de intensidad propuesto por este autor para el presente proyecto. Una intensidad
baja indica que el impacto posee una alteración mínima sobre el recurso ambiental o
social al cual afecta. Una intensidad media manifiesta que el recurso o factor ambiental o
social se encuentra afectado, pero que ese impacto no genera una situación de
irreversibilidad o de destrucción total del recurso. Y por último, una intensidad alta se
refiere a aquel impacto que genera que el recurso o factor se vea gravemente dañado o
afectado, lo cual en un futuro posea serias repercusiones para el territorio o la población y
que además de ello, se presente una situación de destrucción total del recurso o factor.
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presentan los valores para cada criterio adoptado en este trabajo de investigación para la
identificación de impactos ambientales y sociales.
Árbol de impactos
Por su parte, esta herramienta es muy útil en el momento de presentar los impactos
identificados, considerada como diagrama de red, y es uno de los “métodos que integran
las causas de los impactos y sus consecuencias a través de la identificación de las
interrelaciones que existen entre las relaciones causales y los factores ambientales que
reciben el impacto, incluyendo aquellas que representan sus efectos secundarios y
terciarios” (Canter, 2000). Por lo cual, esta herramienta nos permite ir un poco más allá en
términos de presentación y análisis con lo cual se puede discutir acerca de las posibles
interrelaciones que pudiesen existir entre impactos identificados.
Entrevistas
Según Hurtado (2000) la entrevista es un proceso en el cual dos personas o más se
sitúan frente a frente, con el objetivo que una de ellas obtenga información mediante
preguntas y la otra u otras respondan a dichas preguntas suministrando la información
necesaria acerca de un fenómeno, situación o eventos que se presentan. Hay dos clases
de entrevistas: estructuradas e inestructuradas.
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trabajo, se realizó una entrevista, a un líder comunal de la zona, ya que no se pudo contar
con la participación de un empresario minero (Anexo 4) y el procesamiento de la
información se realizó utilizando el demo del programa MAXQDA 11.
Encuestas
La encuesta es una herramienta metodológica parecida a la entrevista ya que la
información que se obtiene es por medio de preguntas aunque no se establece un diálogo
con el entrevistado, por ello la interacción es mínima. La encuesta se puede realizar de
maneras diferentes, por medio de un cuestionario, una escala, una prueba de
conocimiento o un test (Hurtado, 2000).
El tipo de encuesta elegida para el trabajo investigativo fue tipo cuestionario, en el cual se
encontraban las preguntas por escrito agrupadas en cinco categorías: histórico-social la
cual trata de explorar el perfil sociodemográfico del encuestado; percepción e impacto
minería en donde se rescata las representaciones que las personas tienen de la actividad
minera y su impacto en el territorio, presencia institucional estatal evidencia cuál y de
qué tipo ha sido el acompañamiento de las instituciones estatales en el tema de la minería
de materiales de construcción, transformación territorio busca evidenciar principalmente
cuáles han sido las transformaciones que el territorio ha sufrido en los últimos años y qué
actividades han aportado para que se dé dicha transformación, y justicia espacial
encaminada a identificar las principales desigualdades del territorio que se convierten en
injusticias sentidas por sus habitantes; dichas categorías representan la intención de
búsqueda de información respecto a la problemática de la extracción minera de materiales
de construcción en la zona y sus impactos ambientales y sociales (Anexo 5), además de
ello, el procesamiento de la información se realizó utilizando el demo del programa
MAXQDA 11.
Por lo tanto, se efectuaron setenta encuestas gracias al cálculo realizado para determinar
la muestra adecuada, para lo cual se utilizó la siguiente fórmula que se utiliza para
población conocida para universos mayores a 120:
donde:
n= tamaño de muestra
Z= nivel de confianza
N= universo
p= probabilidad a favor
q= probabilidad en contra
e= error de estimación
Para el porcentaje de confianza con el cual se generalizaron los datos desde la muestra
hasta la población total, se manejó el que por lo general se utiliza en investigaciones
sociales de un 90% (Z= 1,64). Respecto al porcentaje de error que se pretendió aceptar
en el momento de hacer la generalización se utilizó un (E= 0,1), para p y q que es la
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probabilidad con la que se aceptó y se rechazó la hipótesis que se quiere investigar o
probabilidad de que el evento ocurra, como no existían antecedentes sobre la
investigación entonces p=q=0,5. El dato de la población para la UPZ Gran Yomasa se
obtuvo gracias a un estudio de la Secretaría Distrital de Planeación (SDP) llamado 21
monografías de las localidades Distrito Capital 2011, en donde se realiza un diagnóstico
de los aspectos físicos, demográficos y socioeconómicos año 2011 para la localidad de
Usme, en donde para Gran Yomasa, para el año 2011, se proyectó una población de
147.506 habitantes.
Población encuestada
46%
54% Mujeres
Hombres
14%
34%
15 a 30 años
31 a 50 años
≥ 51 años
52%
46
Principales ocupaciones población Gran Yomasa
18
15
12
3 3 3 4
1 2 1 1 2 1 1 1 1 1
Observación directa
Para el trabajo investigativo fue imprescindible la utilización de la observación para
recopilar, seleccionar y registrar la información para el posterior análisis de las
circunstancias de los eventos que se presenciaron, para luego poseer una visión más
compleja de la problemática a abordar (Hurtado, 2000).
Para Hurtado (2000), los elementos que intervienen en el proceso de observación son el
observador o persona que se encarga de observar y registrar la información, también la
situación y los eventos o fenómenos a observar, los instrumentos de registro por medio
del cual se recogen las observaciones y por último los instrumentos de observación para
codificar la información recogida. A su vez, plantea varias clases de observación:
participante y no participante; en la primera el observador se integra a las situaciones
estudiadas y puede ser natural si el observador hace parte del grupo o la comunidad y
artificial si se integra al grupo en el cual se realiza la investigación. Este tipo de
observación “permite que el investigador se ubique en el marco de referencia de las
personas observadas y tenga mayor acceso a su forma de ver el mundo” (Hurtado, 2000,
p.452) Otro tipo de observación es la no participante en donde el observador es un sujeto
ajeno tanto al grupo como a los fenómenos, eventos o situaciones estudiadas.
Por su parte, según los medios utilizados para realizar la observación, ésta puede ser
inestructurada o estructurada. Observación inestructurada si los hechos a observar se
realizan sin la utilización de ciertos medios técnicos por lo tanto el registro se hace de
manera anecdótica utilizando el resumen, la síntesis y la simplificación de las
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descripciones de los eventos. Mientras que en la observación estructurada, si se utilizan
medios detallados para recopilar los datos y se establecen y definen con anterioridad
categorías para ser priorizadas en la observación (Hurtado, 2000).
Por otra parte, Peretz (2000) argumenta que la observación es un método utilizado en
diferentes disciplinas con objetivos distintos y que su concepción varía dependiendo de
los objetivos del investigador, además argumenta que la observación directa “consiste en
ser testigo de los comportamientos sociales de individuos o grupos en los propios lugares
de sus actividades o residencias, sin modificar su marcha ordinaria.” (p. 20). Pero también
permite recolectar y registrar los elementos sociales que percibe el investigador en un
contexto específico, por lo cual no desvía las acciones que se presentan ni intenta
cambiarlas de curso.
48
2012; Castellanos , 2009;
Acevedo, 2013)
Analizar las Con esta categoría se trata
transformaciones urbanas Transformaciones de determinar los procesos
que ha originado la urbanas de la de transformación urbana
actividad minera en la UPZ minería conexos a la actividad
Gran Yomasa. minera.
Capítulo 4. El contexto
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espacio “es un producto social, síntesis de la acción de grupos humanos consecuencia de
una realidad histórica” (Tovar, 1986). En este contexto el enfoque geohistórico aporta un
marco teórico necesario para abordar las problemáticas ambientales actuales de los
cerros orientales, como producto histórico de la relación de la sociedad bogotana con
dicho territorio.
Los cerros orientales de Bogotá y sus problemáticas no son diferentes a las que se
evidencian en la región y en el resto del país, son objeto de la presión de ciertos grupos
orientados por la racionalidad económica de acrecentar cada vez más su capital
económico sin importar las consecuencias a las cuales se verían expuestos más de ocho
millones de habitantes de la ciudad de Bogotá al perder este importante corredor
ecológico; también, es objeto de presión por aquellos campesinos muchas veces
desposeídos de su tierra, que vieron en la ciudad y en los cerros un nuevo comienzo, por
aquellas cientos de familias que al no poder obtener un hogar ni un espacio para vivir,
pusieron sus esperanzas en lo que hoy conocemos como los cerros orientales.
Por ello, los cerros orientales y los recursos naturales que posee se han convertido en
fuente de conflicto, por el control, uso y manejo de dichos recursos, de allí la importancia
estratégica de este sector de la ciudad el cual es codiciado por urbanizadores, mineros,
población desplazada, población campesina, etc. En este sentido, es importante
comprender y describir qué son los cerros orientales de Bogotá, desde diversas
perspectivas para tener una aproximación de lo que ese territorio representa para los
bogotanos.
Esta cadena montañosa ha permanecido allí por millones de años, junto a su riqueza y
diversidad, sus nacimientos de ríos con sus aguas puras, con sus sierras, pendientes,
cuchillas, cerros y sus páramos. Lo que conocemos hoy como cerros orientales son el
resultado de gran cantidad de generaciones que han dejado su huella en el territorio,
reflejando ese paisaje construido, transformado, intervenido; el cual depende de quiénes
han ocupado dicho territorio y representa la manera cómo el ser humano se relaciona con
su entorno natural.
Los cerros orientales de Bogotá hacen parte de un sistema de montañas que comienza en
Chile y termina en Venezuela, localizándose en la cordillera oriental de nuestro país. De
dichas montañas nacen ríos y quebradas, albergando gran diversidad de fauna y flora, la
cual se ubica en el oriente de la ciudad y pertenecen:
…al Sistema de Áreas Protegidas de la nación y del distrito capital, y poseen alturas que
van de los 2.800 a los 3.600 metros sobre el nivel del mar. Los cerros comienzan en el
Boquerón de Chipaque, al sur de la ciudad, en la localidad de Usme, en el que se sitúan
los páramos de Cruz Verde, Choachí y Verjón; podemos encontrar boquerones, picos y
páramos de menor altura, como el cerro de La Teta, la cuchilla de El Zuque, los cerros de
Monserrate y Guadalupe, el cerro El Cable, a cuyos pies se encuentra el Parque Nacional,
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el Alto de los Cazadores, el páramo La Cumbrera y los boquerones de San Francisco y
San Cristóbal, la cuchilla Serrana, y el cerro Pan de Azúcar, hasta terminar en la planicie
de La Caro. Los cerros orientales que bordean la ciudad de Bogotá constituyen 14 mil
hectáreas, es decir, casi el 9% de las 160 mil que tiene nuestro territorio. (SDP, 2007, p.15)
Según la autoridad de Planeación del Distrito, en los cerros orientales viven cerca de
82.000 personas de todos los estratos socioeconómicos. (y)… a través de los años se
adelantaron distintas clases de obras civiles, contrarias a la vocación forestal de los
cerros; sobre ellos existen más de 65 barrios y 22 incorporaciones (Personería de Bogotá,
2007).
Los cerros orientales se crearon gracias a la constitución de varias formaciones las cuales
aparecieron en períodos diferentes, según varios estudios (Contraloría, 2006; SDP, 2007;
CCB, 2007; Lobo-Guerrero, 1992; INGEOMINAS, 2005) las edades de dichas rocas
oscilan entre los períodos del Cretáceo y el Paleógeno, y depósitos del Pleistoceno. Las
formaciones geológicas que conforman los cerros, desde la más antigua son las
siguientes: la formación Chipaque (Ksch) y el grupo Guadalupe el cual está compuesto
por la Formación Arenisca Dura (Ksgd), Plaeners (Ksgpl) y Labor - Tierna (Ksglt).
También se encuentra presente la Formación Guaduas (TKgu), la Formación Cacho (Tpc)
y la Formación Bogotá (Tpbi, Tpbs). Asimismo, aparecen importantes depósitos
cuaternarios del más antiguo al más reciente, Formación Sabana (Qs), Depósitos
Coluviales (conformados por coluviones y depósitos de talus) y Depósitos aluviales
recientes (Qal).
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Gracias a estas formaciones y dependiendo del tipo geológico, se explotan ciertos
recursos, los cuales se clasifican en VIII tipos según el estudio de POMCO – DAMA
(2003) citado en Contraloría de Bogotá (2006). A continuación se presenta la clasificación
realizada por dicho estudio:
Por lo cual, dichas características geológicas de los cerros hacen que la explotación de
los recursos naturales se concentre en localidades como San Cristóbal, Usaquen, Usme y
Tunjuelito, desde hace varias décadas, sobre todo en los tipos de materiales I, II y III.
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una de las zonas predilectas para la explotación minera en la ciudad, gracias a las
características mencionadas anteriormente, por su presencia de arenas y arcillas.
Gracias a estas formaciones geológicas los cerros orientales de Bogotá presentan una
importancia trascendental como zonas de recarga acuífera debido a su nivel de porosidad
y capacidad de infiltración, además son unidades almacenadoras de agua subterránea,
con la presencia de dos grandes acuíferos: Acuífero Cuaternario (Ac) y Acuífero
Guadalupe, los cuales no han sido explotados. Por último, se puede mencionar que los
cerros presentan una gran importancia a nivel científico, educativo, ambiental y recreativo,
por ende existen zonas de importancia para la comunidad científica y la ciudadanía las
cuales deben ser excluidas de cualquier explotación económica, como por ejemplo, el
cerro de Monserrate, el cerro de Guadalupe, entre otros, (Contraloría de Bogotá, 2006).
Debido a estas potencialidades que presentan los cerros orientales las poblaciones
humanas que se han asentado en la sabana de Bogotá o en ellos, le han dado diferentes
usos a los bienes y recursos del territorio, con lo cual han dejado huella sobre los mismos,
transformándolos según la necesidad de los pobladores, por ello, a continuación, se
analizará que tipo de transformaciones han sufrido los cerros orientales de Bogotá a
causa de la acción humana.
El pueblo Muisca: 700 d.C. a 1600 d.C., Muisca Temprano (700 d.C. a 1000 d.C.)
y Muisca Tardío (1000 d.C. a 1600 d.C.) (Langebaek en ICANH-Ministerio de Cultura,
2000).
53
cubios, ibias, chuguas, fríjol, ahuyama, calabaza, frutales, etc. respecto a la dieta animal,
consumían curís, patos, conejos y peces. También tenían varias minas de sal y oro, para
realizar intercambios con otras comunidades vecinas. (Langebaek en ICANH-Ministerio de
Cultura, 2000; UN-IDU, 2011).
Es importante señalar que los muiscas le daban un papel importante a los ecosistemas,
principalmente al agua, por ello sus dioses hacían referencia a “dioses ambientales” como
el sol, la luna, el agua, los bosques, etc. Probablemente los cerros estaban cubiertos por
bosques, conservando la vegetación nativa y la fauna propia, como los venados (Guío y
Palacio en Palacio, 2008).
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Es necesario resaltar, que todo el proceso de producción de tejas, ladrillos y adobes en
los chircales y tejares estaba a cargo de los indígenas y se calcula que para construir la
ciudad colonial se necesitaron (en promedio) más de 40 millones de ladrillos, 5 millones
de tablones y 4 millones de tejas de cerámicas, a lo que se pregunta ¿cuántos árboles
fueron talados para hornear la cerámica y cuántas generaciones de alfareros muiscas
pasaron su vida produciendo dichos materiales? (Molina, 2010). Con lo cual crecieron
barrios para los indígenas que vivían en casuchas en condiciones insalubres y
deplorables, cerca de las actividades extractivas.
Ya establecida y fundada la ciudad entre los ríos Vicachá (San Francisco) y Manzanares
(San Agustín) los cerros comienzan a utilizarse como la fuente inagotable de recursos
para el abastecimiento diario de los santafereños. En donde las actividades principales se
relacionaban con la explotación de maderas y la extracción de arenas y chircas, así como
también el aprovechamiento del agua (Bohórquez, 2008).
Por otra parte, las transformaciones más importantes en los cerros orientales de la ciudad
se dieron a partir del cambio de las construcciones de las viviendas, ya que las casas se
construían en madera y paja, según Escovar, Mariño y Peña (2004), para el año 1556 la
Real Audiencia dictó medidas sobre la construcción de casas, exigiendo que fuese
hechas de piedra y tejas; y para cumplir con dichas determinaciones, se incrementa la
demanda de dichos materiales y los cerros orientales se convierten en el primer
proveedor de las materias primas de construcción para la ciudad, incrementándose la tala
de bosques en los cerros orientales de la ciudad, esto gracias al aumento de chircales y
tejares que produjo las consideraciones de la Real Audiencia (Molina, 2010).
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En este sentido, la transformación de los cerros estuvo a merced de las necesidades de
los españoles, necesidades que implicaban leña en gran cantidad para la cocción de los
alimentos pero también para los chircales y tejares, piedra caliza, agua en gran cantidad y
arcilla para la fabricación de tejas, adobes y ladrillos. Gracias a los cerros de la ciudad, al
agua de sus ríos, la leña de sus bosques, la arcilla de sus laderas y el trabajo de los
muiscas, se construyó la ciudad colonial. Con ello los cerros perdían sus recursos, pero
también su sentido espiritual que en la época muisca era preponderante, el cual fue
transformado por emblemas de la fé católica. Se puede afirmar que la dominación se
extendió en todos los niveles de la vida muisca, destruyendo no solo sus costumbres y su
cultura, sino también destruyendo el territorio ambiental hasta ahora construido por ellos,
para instaurar una nueva lógica en el territorio.
Por otro lado, los chircales eran causa de desastres debido a los derrumbes que
provocaban, los cuales sucedieron a finales del siglo XVIII y en 1805, 1826, 1844,
afectando la conducción del agua del acueducto, aunque tal vez los más recordados son
los de 1872 y 1890 por su dimensión, el primero destruyó parte del barrio Egipto y el
puente de Quevedo sobre el Paseo Bolívar y el último alcanzó la carrera cuarta dejando
víctimas y daños materiales, por esta razón mediante el Acuerdo 29 de 1894 se realiza la
primera prohibición para explotar canteras en los cerros orientales dentro del perímetro
urbano entre Chapinero y San Cristóbal (Osorio, 2009).
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Una obra para resaltar por su relación con los chircales y canteras de los cerros, es el
Hospital de La Misericordia, ya que fue construido gracias a las donaciones hechas por
los chircales y canteras de la ciudad (alrededor de veinte mil piedras y cuarenta mil
ladrillos, además de arena y cal), este hospital sería el primero al que podría ingresar un
niño que trabajara en las canteras o chircales de Bogotá, niños que vivían en condiciones
de pobreza y explotación extremas (Molina e Hinojosa de Parra, 2011).
Al igual que en la época de la Colonia las condiciones de los trabajadores de las canteras,
chircales, tejares, leñadores y minas de carbón, eran deplorables y extremas y se
mantuvieron más allá de la primera mitad del siglo XX; la población de trabajadores en
esta época estaba compuesta por familias provenientes de Boyacá y Cundinamarca
(Molina e Hinojosa de Parra, 2011).
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Estos fenómenos eran producidos por la tala de árboles para el uso de la madera como
leña y también por las actividades de chircales, canteras y tejares, según Osorio (2009),
para remover la arcilla de las montañas primero se removían todos los árboles de la zona
y luego se realizaban cortes en las laderas de las montañas para extraer el material, el
cual era conducido hacia los tejares o alfarerías en donde se cocía la arcilla y se
elaboraban tejas y ladrillos en grandes hornos que eran alimentados con chusque o
chircal, un árbol nativo que se utilizaba para esta actividad, por lo tanto, los cerros fueron
desprovistos de su cobertura vegetal, mermando así el caudal de las aguas y afectando
su calidad.
Por ese entonces, la producción de tejas, adobes y ladrillos aún se hacía de manera
manual y no existía un proceso de tecnificación (proceso que comenzaba a gestarse),
aunque los tejares y chircales aumentaron en número, ocupando manzanas completas.
Durante este período, los tejares se asentaron principalmente en los sectores de Santa
Bárbara, San Cristóbal y Las Cruces en el sur, en el norte entre Sucre y Chapinero y en el
centro entre el Paseo Bolívar y los barrios La Perseverancia y Egipto, como se puede
apreciar en la imagen número 3 (Escovar, Mariño y Peña, 2004; Osorio 2009).
Por otra parte, se empieza a dar un importante cambio en las técnicas de construcción,
los ladrillos comenzaron a ser muy importantes respecto a cuestiones estéticas, esto
obligó a la evolución en las técnicas de producción de ladrillos; con la creación de las
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primeras fábricas se comenzaron a prensar con máquinas y a hornear a altas
temperaturas a partir del carbón mineral (Molina e Hinojosa de Parra, 2011).
La construcción del primer horno en la ciudad para la fabricación de los ladrillos fue
realizada por la Fábrica de ladrillos Calvo en 1886, gracias a ello se fabricaban ladrillos
prensados y cocidos a altas temperaturas, uniformes en tamaño, color y forma, por ende
el “ladrillo Calvo” fue muy utilizado en las construcción de las casas del centro de la
ciudad, se dice también que la fábrica Calvo habría comprado una mina de carbón muy
cerca para garantizar el combustible para los hornos (Escovar, Mariño y Peña, 2004; De
la Pedraja, 1985 en Molina e Hinojosa de Parra, 2011).
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en dichos terrenos se encuentran hoy día los barrios Paraíso, San Martín, Pardo Rubio,
Mariscal Sucre y Villa del Cerro, así como los asentamientos Villa Anita y Las Acacias.
Los chircales que aparecen en aquel tiempo, eran porque habían sido construidos por los
dueños de las haciendas o porque eran construidos por familias que arrendaban predios
en las haciendas (Chaparro, J. et al., 1997).
A medida que la industria se tecnifica en algunos chircales y se hace tan importante para
la ciudad; las familias de los chircaleños, mineros, canteros, crecen y se asientan cerca a
sus trabajos en las faldas de los cerros, algo importante es la instalación de la central de
mezclas de las fábricas Cementos Samper y Diamante, (hoy Universidad Javeriana) ya
que los trabajadores explotaban los materiales arriba en los cerros y luego de ello los
transportaban a través del Parque Nacional hasta la Central de Mezclas donde era
procesada la materia prima para convertirla en cemento (Chaparro, J. et al., 1997). En
consecuencia, crecen las familias de los chircaleños, canteros, mineros y ladrilleros, que
trabajan y habitan los cerros con la esperanza de alcanzar, algún día, un futuro digno
para ellos y sus familias (Chaparro, J. et al., 1997).
Imagen 4. Chapinero
1918. Se puede
apreciar en el fondo
la erosión del suelo
posiblemente por la
explotación de los
chircales. Fuente:
Antonio Gómez
Restrepo 1918.
Tomado de Preciado,
Leal & Almanza,
(2005).
Más adelante, para la década de 1940 se prohíbe la actividad minera en dicha zona, por
lo tanto, para pagar las deudas adquiridas con bancos y con los trabajadores “las familias
dueñas de los predios donde se desarrollaban estas actividades deciden pagar con tierra
los derechos laborales de sus trabajadores, o bien fraccionarlos y venderlos por partes a
diferentes postores” estas primeras fragmentaciones del territorio en los cerros
determinarán los primeros terrenos que serán objeto del mercado y también se
desarrollarán barrios como el Mariscal Sucre, el Paraíso, entre otros (Bohórquez, 2008, p.
136).
60
Otros barrios surgían como consecuencia de la migración a causa de la violencia en las
zonas rurales y también gracias a las posibilidades de trabajo que las minas ofrecían a los
campesinos que se asentaban cerca a sus fuentes de trabajo y es allí cuando se inicia un
proceso de urbanización en el área conocida como el Paseo Bolívar, con barrios como
Egipto, San Cristóbal, Belén, Las Cruces, etc. todos estos barrios se ubicaban en los
cerros o en las faldas de los mismos, ya que para la época existía una fuerte segregación
social donde los cerros se convirtieron en los espacios predilectos para la conformación
de barrios pobres y obreros, mientras que en el centro y la recién conformada Chapinero
se encontraban los barrios de las clases más pudientes (Ruíz y Cruz, 2007; Bohórquez,
2008,).
El estado de los cerros orientales de la ciudad para la época (finales del siglo XIX y
comienzos del siglo XX) era ya lamentable, como se puede apreciar en las imágenes 5 y
6; después de siglos de ocupación y de explotación gracias a los chircales, ladrilleras,
tejares y minas, por parte de los colonos y los santafereños los procesos de degradación
y erosión del suelo se hicieron cada vez más evidentes para los habitantes de la ciudad.
61
Todas estas transformaciones sobre el territorio se mantienen y se intensifican, la
planeación urbana y la preocupación por lo ambiental es casi que inexistente en la época,
hasta que la cobertura forestal de los cerros orientales casi desapareció por completo, y lo
que antes eran un extenso bosque, ahora no era más que hierba y tierra (Bohórquez,
2008). Y es en este momento, cuando comienzan las primeras acciones
gubernamentales para proteger los cerros.
Imagen 7. El primer
plan para Bogotá:
Bogotá Futuro, 1923.
Donde se observa
aún la intención de
mantener una ciudad
más compacta,
controlando los
ensanches de la
ciudad. Fuente:
Museo de Bogotá,
reconstitución para
el CEAM. Tomado
de Beuf, (2012).
62
En la década de 1940, aparecen varios planes viales y de zonificación para Bogotá, entre
ellos, el primer plan para integrar a los cerros como una zona de reserva, conocido como
Plan Soto Bateman, en 1944, que fue una de las primeras estrategias para su
conservación y de donde se desprenden la prohibición de los chircales en la ciudad como
medida para protegerlos4.
Luego de ello, el reconocido urbanista Le Corbusieur realizará un plan para Bogotá, plan
que se conformaría en dos partes un Plan Piloto realizado por Le Corbusieur, entregado
a la ciudad en 1950 y legalizado mediante el Decreto 185 de 1951 y por último un Plan
Regulador realizado por los arquitectos Paul Wiener y José Luis Sert, para el año de
1953, el objetivo de este último, era operativizar los lineamientos del Plan Piloto (Beuf,
2012; Prieto, 2005; Tarchópulos, 2006). En el Plan regulador se puede ver la importancia
de los cerros orientales y la necesidad de que la ciudad adquiera algunos predios para su
conservación, igualmente se considerna como un sector para uso recreativo dentro de un
nuevo modelo de ciudad, pensado por Wiener y Sert (Preciado, Leal & Almanza, 2005).
Otras edificaciones importantes que impactaron los cerros son las residencias el Nogal, la
Escuela de Caballería, el Colegio San Bartolomé, la Universidad de Los Andes y por
4 Tomado de www.cerrosdebogota.org
5 Íbid
63
último, el restaurante El Venado de Oro hoy Instituto de Ortopedia Infantil Roosevelt,
todas estas construcciones realizadas en la década de 1940.
Imagen 9. Arrabales
en EL Paseo Bolívar.
1930. Fuente: Bogotá
DC. Tomado de
Preciado, Leal &
Almanza, (2005).
Luego, en la década de 1940 Francisco Wiesner pone sobre la palestra el error cometido
al arborizar con especies foráneas los cerros orientales al igual que varios técnicos
colombianos que descubren que la mejor técnica para reforestar es conservar y reproducir
la vegetación nativa. Por lo tanto, para 1945 para reforestar las hoyas de los ríos
Arzobispo, San Francisco y San Cristóbal y las quebradas La Vieja y Las Delicias se
recomienda desarrollar la vegetación nativa que posee mejores condiciones para
almacenar y regular el agua (Preciado, Leal & Almanza, 2005).
Así mismo, para esta década (1940), según Chaparro, J. et al., (1997) los impactos de la
explotación minera sobre el territorio de los cerros, son cada vez más evidentes y por ello
se ordena el cierre de las canteras y chircales entre 1943 y 1949; gracias al aumento de
la población y la presión del desarrollo urbano, se utilizaron grandes áreas de los cerros
para extraer arenas, arcillas y grava con destino a la construcción, lo cual llevó al
6 Tomado de www.cerrosdebogota.org
64
exterminio total de la vegetación en estas zonas. Por ende, administración municipal
decide trasladar dichas empresas al norte (Usaquén) y sur (San Cristóbal, Tunjuelito y
Usme) de la ciudad en donde actualmente persisten (SDP, 2007; Preciado, Leal &
Almanza, 2005).
Pero no solamente las canteras, minas, chircales y ladrilleras ubicadas en los cerros
orientales fueron objeto del traslado, también lo fueron las empresas Cementos Samper y
Cementos Diamante que se ubicaban en inmediaciones de lo que hoy es la Universidad
Javeriana, ya que a causa de sus operaciones afectaron la malla vial cercana, entre
carrera 7 a 16 con calle 50. Por ello, dichas empresas se trasladan también al sur y norte
de la ciudad donde aún existen (Preciado, Leal & Almanza, 2005).
65
adquiere predios en los cerros orientales para protegerlos, también para la época se
instalan las antenas para la recién llegada televisión en los cerros La Teta y El Cable
(Ramírez, 2003 en Meza, 2008;).
Por otra parte, la urbanización se orientó principalmente hacia el sur oriente donde se
desarrollaban diversas actividades artesanales a lo largo de las laderas y fuentes que
descendían de los cerros con lo cual la expansión del casco urbano continuó desde las
Cruces hacia San Cristóbal y surgían nuevos núcleos hacia Tunjuelo, respecto al norte de
la ciudad los barrios construidos en las faldas de los cerros se caracterizan por ser de
estratos altos, su construcción fue jalonada por el desarrollo del sistema de transporte
urbano y el tranvía, por lo cual entre las décadas de 1950 y 1960 se amplió el barrio Chicó
y se construyeron otros barrios como Santa Ana, Santa Bárbara, Los Rosales, Chapinero
Alto, Bosque Medina, entre otros. Otros barrios obreros fueron construidos en esta época
como lo son Pardo Rubio (construido en los predios de los antiguos chircales de la familia
Pardo Rubio) Calderón Tejada, entre otros; al norte, Pedregal, San Cristóbal Norte, San
Gabriel, etc. Barrios como Los Rosales y Calderón Tejada, fueron construidos sobre
antiguas canteras aprovechando especialmente las zonas planas (Contraloría, 2006;
SDP, 2007).
Este proceso de ocupación de los cerros tuvo causas distintas; como la cercanía de los
terrenos a las fuentes de trabajo; areneras, chircales, minas y/o canteras y también el
desplazamiento forzado a causa de la violencia bipartidista, barrios que surgieron gracias
a luchas urbanas y comunitarias y también a la intervención de distintos agentes. Por otra
parte, al nororiente de la ciudad (en estratos altos) la urbanización se produjo
básicamente por la oferta de una vista inigualable de la ciudad y su sabana, la calma que
representaba vivir en las laderas de los cerros, agregando un valor al paisaje y a la
naturaleza de los mismos; en este sentido, se inició un proceso de construcción de bienes
66
de lujo, para personas dispuestas a pagar por estos servicios que ofrecían los urbanistas
de la ciudad.
Ya para la década de 1970, al norte y centro de la ciudad los cerros comienzan a ser
ocupados por centros educativos y aún por constructores de apartamentos de lujo para
estratos altos; mientras que al suroriente de la ciudad el proceso de urbanización ilegal se
origina por los intereses de promotores de vivienda piratas e inescrupulosos o también
por familias que al no poder acceder a la vivienda, por sus altos precios, ocupan terrenos
ilegalmente para luego pedir su legalidad y demandar servicios básicos (agua,
alcantarillado, etc.) a la ciudad. En esta década, se realiza la construcción de la avenida
circunvalar o avenida de los cerros, pese a la inmensa oposición del Concejo y de la
sociedad civil al desarrollo de la misma y se realiza un proceso de reforestación llevado a
cabo por la CAR, proceso que genera críticas al utilizar nuevamente especies como pinos
pátula y pinos candelabro que son exóticas y nocivas para los ecosistemas de bosque alto
andino (Contraloría, 2006, Ramírez, 2005 en Meza, 2008).
Otro aspecto importante para entender las trasformaciones realizadas a los cerros en este
lapso de tiempo proviene de la normatividad jurídica ya que aparecen mecanismos para
protegerlos, aunque también como lo veremos aparecen reglamentaciones que pretenden
dar legalidad a desarrollos urbanísticos y de infraestructura, tanto de propiedad privada
como públicos. Este marco jurídico se sintetiza en el Anexo 7.
67
Como se puede apreciar en el anexo 7 en la década de 1970, se inician las intervenciones
jurídicas en los cerros orientales, la primer intervención jurídica fue lo que se conoció
como PIDUZOB que preveía la construcciones de ciertos equipamientos, entre ellos la
Avenida de los cerros o circunvalar, con lo cual el impacto a los cerros fue grande, ya que
la construcción de dicha avenida impulsaría la urbanización y la construcción de
edificaciones para diferentes fines(educativas, recreativas, entre otras).
Luego de ello, uno de los aspectos más relevantes fue el acuerdo 30 de 1976 del Instituto
de Desarrollo de los Recursos Naturales Renovables –Inderena–, aprobado por la
resolución 076 de 1977 del Ministerio de Agricultura, en el cual se declara a los cerros
orientales de Bogotá como Reserva Forestal Protectora, desde ese momento los cerros
son vistos como parte de la estructura ecológica regional y son tomados en cuenta desde
una perspectiva distinta a nivel urbano. En este acuerdo también se definen los límites de
la reserva, se delega a la Corporación Autónoma Regional (CAR) como autoridad y
administradora de la reserva, se definen condiciones para el uso del área y por último las
sanciones para las acciones que afecten los recursos naturales y el modo de aplicarlas
(Maldonado, 2005).
En este contexto, se dejan por fuera grandes territorios que habían comenzado a ser
transformados por asentamientos urbanos y por la industria minera urbana. Para el caso
de Usme se dejan por fuera ecosistemas y corredores ecológicos importantes como lo
son el Parque Ecológico Distrital de Montaña Entrenubes (conformado por los cerros
Guacamayas, Juan Rey y Cuchilla del Gavilán), separado de los cerros orientales por
barrios de la localidad de San Cristóbal; y también se encuentra por fuera el Corredor de
Restauración Santa Librada-Bolonia. Con lo cual la urbanización y la minería han
despojado de varias hectáreas a los ecosistemas tanto de los cerros como del parque
Entrenubes y del corredor Santa Librada-Bolonia.
68
que el paisaje del territorio cambie abruptamente y que causan un gran impacto social y
ambiental sobre el mismo y la población.
69
Estas haciendas decayeron debido a varios factores entre los que se encuentra la
violencia bipartidista y la acción de las guerrillas liberales, el rápido crecimiento urbano, la
demanda de tierras en contravía al sistema de la gran hacienda, entre otros (SDH-DAPD,
2004; CCB, 2006).
Por otra parte, es necesario indicar que la localidad de Usme ha tenido gran importancia
para Bogotá, debido a que es allí en donde se concentrará la expansión urbana de la
ciudad con la Operación Estratégica Nuevo Usme, esta operación tiene su origen en el
Decreto No. 190 de Junio 22 de 2004, en donde se reformula el Plan de Ordenamiento
Territorial (POT) de Bogotá D.C., allí en el artículo 24 se enuncia a Usme como una nueva
centralidad llamada Eje de integración Llanos/Nuevo Usme.
Luego de ello, en al año 2007, mediante el Decreto 252 del 21 de Junio se adopta la
Operación Estratégica Nuevo Usme - Eje de integración Llanos y el Plan de
Ordenamiento Zonal de Usme, en los cuales se presentan las estrategias para la
intervención, así como, los planes parciales en los cuales se desarrollará la Operación
estratégica Nuevo Usme.
70
en 1977, en donde gran parte del área donde se sitúa la Operación Estratégica Nuevo
Usme hace parte de la Reserva Forestal mencionada anteriormente (Londoño, V. &
Maldonado, J., 2011). Por lo cual, para el desarrollo del proyecto se hace necesario
resolver dichas problemáticas.
Para una mejor comprensión del contexto histórico de la localidad de Usme, se decidió
realizar el análisis en cinco períodos de tiempo: prehispánico, colonial, republicano
moderno y por último 1950 hasta la actualidad. Teniendo en cuenta cuatro categorías
como lo son: actores sociales, que representan los principales actores que inciden en los
procesos sociales, económicos, culturales, políticos y ambientales en Usme; la segunda
categoría hace referencia a las transformaciones al territorio y allí se describen cuáles han
sido los principales cambios a lo largo de la historia en Usme; otra categoría es la de
ruralidad, categoría esencial para describir y comprender los impactos que se han
efectuado sobre un territorio eminentemente rural como lo es Usme. Y finalmente, la
categoría institucional hace referencia a las divisiones y representaciones territoriales de
carácter administrativo por las cuales ha transcurrido Usme, hasta convertirse el día de
hoy en localidad de la capital de Colombia.
71
Campesin Incremento poblamiento del Decaimiento En 1911 se
os, territorio, extensión del casco haciendas por convierte en
guerrillas, urbano, intensificación guerrillas liberales y municipio
Moderno desplazad actividades extractivas (SDP, demanda de tierras; y (Preciado,
os, 2011). se fraccionan (SDH- Leal &
DAPD, 2004; CCB, Almanza,
2006). 2005).
Ciudadano Aumenta poblamiento del Zonas rurales En 1954 se
s, territorio, extensión casco afectadas por anexa a
campesino urbano, se intensifica la incremento Bogotá.
1950 - s, mineros, minería, construcción vías, urbanización formal e Actualmente
Actualidad empresas, asiento población informal, y actividades localidad
entidades desplazada, aumento extractivas. quinta (SDP,
distritales, comercio (Londoño, V. & 2011a).
etc. Maldonado, J., 2011).
Fuente: Elaboración propia.
72
Tabla 5. Análisis por dimensiones localidad de Usme
Ambiental Bajo conocimiento de Las principales Se realiza seguimiento Son en gran parte
potencial y actividades, son la esporádico a consecuencia a la
características agricultura, el actividades riqueza ambiental que
ambientales. Mal comercio y la minería extractivas ilegales, posee la localidad, lo que
manejo de basuras, de materiales de haciendo sellamientos ha permitido la
contaminación hídrica construcción, en a las mismas; no explotación sistemática
pese a su potencial. donde esta última obstante la presencia de los recursos desde
genera impactos y el seguimiento son décadas atrás. Como
negativos sobre los insuficientes para cambio del paisaje,
recursos naturales y contrarrestar los descapote del suelo,
la salud de la perjuicios a los deforestación de zonas y
población. recursos naturales. turbiedad de fuentes
hídricas cercanas, etc.
74
Análisis por Ambiental Socio - Cultural Economía Gubernamental - Transformaciones
dimensiones Institucional Territoriales
Fuente: Elaboración propia. Con base en Salamanca (2011), SDP (2011ª), SDH-DAPD (2004), Londoño, V. & Maldonado, J. (2011), CCB
(2006), SDA (2009), Preciado, Leal & Almanza, (2005).
75
Como se denota en la tabla anterior (5), las principales transformaciones
territoriales que suceden en la localidad de Usme se presentan debido a la
explotación minera producto del descapote y la transformación del paisaje por la
explotación del material; aunque la urbanización es otra actividad generadora de
transformaciones importantes, esto en gran parte por el efecto del proceso de
especulación del suelo reinante en la ciudad, con lo cual cada vez se necesitan
mayor cantidad de predios.
76
como Danubio, Comuneros, Alfonso López, Ciudad Usme, La Flora y Parque
Entrenubes; al limitar con esta última es importante analizar dichas relaciones, ya
que la actividad minera se asienta en los límites de este parque y los riesgos y
consecuencias de los impactos ambientales aumentan.
77
Figura 2. Unidades de Planeación Zonal (UPZ) de la localidad de Usme.
Tomado de SDP (2009)
78
Capítulo 5. Resultados y análisis
79
Tabla 6. Matriz de resultados
80
s urbanas representacion explotación Proceso de Árbol de urbanización como conexo al
conexas a dicha es proyectivas minera en urbanización impactos proceso de minería.
explotación de la Gran Yomasa Encuestas
minera? comunidad Entrevista
respecto al
territorio en la
UPZ Gran
Yomasa.
Caracterizar el Población de Identificada situación de
territorio y Gran Yomasa injusticia espacial en Gran
analizar el Injusticia Revisión Yomasa.
proceso de la espacial documental Análisis relación injusticia
minería en la El derecho a la como espacial y minería de
UPZ Gran ciudad y la producto Observación materiales de construcción.
Yomasa a justicia histórico directa Análisis dos escenarios
través de los espacial en Injusticia proyectivos en Gran Yomasa.
planteamiento Gran Yomasa espacial y Encuestas Análisis sostenibilidad actividad
s de justicia minería de minera en Gran Yomasa.
espacial y materiales de Entrevista
derecho a la construcción
ciudad.
Fuente: Elaboración propia.
81
Caracterización de la explotación minera de materiales de construcción en
Gran Yomasa (Usme)
Los materiales de construcción son elementos de primera necesidad para el
desarrollo de la ciudad y la región, pero no solo actualmente, sino que, desde hace
muchísimo tiempo la humanidad se ha servido de ellos para utilizarlos de
diferentes maneras y en distintos contextos. Desde hace más de un siglo el uso de
estos materiales ha variado, ya no solo se utilizan para producir ladrillos o tejas,
sino también para la infraestructura vial, como estructuras de relleno, para el
concreto, como mezcla asfáltica, etc. Ahora bien, este recurso representa un valor
unitario bajo en el mercado, se utiliza en grandes cantidades y su cercanía a los
centros de consumo hace que por un lado los costos de transporte y otros, sean
mínimos; pero que a su vez los impactos sociales y ambientales sean más
evidentes y más sensibles para la comunidad (Cárdenas & Chaparro, 2004).
Vale la pena aclarar que en los inicios esta minería se practicaba en zonas rurales
de la ciudad, luego de ello, debido al crecimiento demográfico de la ciudad de
Bogotá estas zonas fueron incluidas en el área distrital de la ciudad y actualmente
se presentan como “minería urbana”, justo al lado de las casas de miles de
habitantes bogotanos (Defensoría del pueblo, 2010).
82
se presenta en el territorio la pequeña y mediana minería, explotaciones que en su
mayoría son microempresas o negocios familiares, tradicionales y hereditarios
(Delgado y Mejía, 2001; SDA, 2009).
83
Imagen 13. Fábrica de tubos Santa Isabel (2015). Elaboración propia.
84
Imagen 15. Explotaciones mineras en la zona (UPZ Gran Yomasa). Imagen tomada con Google Earth y adpatada.
1. Industrias Gresqui 2. Fábrica de tubos 3. Ladrillera Tejares 4. Ladrillera Framar 5. Ladrillera Yomasa
Santa Isabel
6. Ladrillera Helios 7. Ladrillera Zigurat 8. Ladrillera Alemana 9. Ladrillera Prisma
85
Tipo de explotaciones. Se debe tener en cuenta que la principal materia
prima para la elaboración de ladrillos es la arcilla, aunque la composición química
y mineralógica de la misma puede variar, dependiendo de las capas de la
formación rocosa; esa composición también determina las propiedades y la
calidad de los ladrillos (García, Ibarra & López, 2013). El proceso de producción
de ladrillos generalmente se da en varias etapas: descapote, extracción,
preparación de arcillas, moldeo, secado, cargue, cocción o quema, enfriamiento y
descargue (Cárdenas & Chaparro, 2004).
Ahora bien, el tipo de tecnología utilizada en la producción de ladrillos (la
preparación de la arcilla, el moldeo, el sacado y el tipo de hornos y de combustible
utilizado para la cocción de los ladrillos) incide directamente en la calidad y la
cantidad de ladrillos producidos por las ladrilleras
Tipo de Características
desarrollo
Explotaciones manuales de material arcilloso antitécnicas y
desordenadas que socavan la base del talud para provocar derrumbes
Chircal de la parte superior del talud. Emplean hornos discontinuos, de fuego
artesanal dormido y tipo baúl, que se cargan en promedio una vez por mes,
produciendo una hornada de ladrillos por mes.
Chircal Extracción de material arcilloso mediante, topadora (buldózer) de
mecaniza- manera antitécnica y desordenada, que provocan derrumbes. Se
do emplean hornos de fuego dormido, baúl y algunos hornos de colmena
sin cargadores o “stokers”. Los métodos de cargue, el tipo de
combustión y el volumen de producción del producto crudo determinan
que solo se desarrollen dos procesos de quema o cocción por mes.
Pequeña Método de explotación cielo abierto, empleando topadora (buldózer).
industria Para el beneficio del mineral se emplean molinos, tolva de alimentación
y clasificadores de tipo vibratorio. Para la transformación en productos
terminados, se utilizan hornos de tipo discontinuo, de llama invertida
sin “stokers”. Se tiene una producción máxima hasta de 1000 ton /
mes.
Mediana Arranque de los niveles arcillosos en operaciones a cielo abierto,
industria sistema mecanizado con buldózer. Poseen tolvas, extrusoras con
cámara de vacío. Los hornos empleados son de tipo Hoffman con
86
alimentador neumático de carbón. Que permiten procesos de quema
cada ocho a diez días, pudiendo cocerse varios productos en forma
simultánea. En canteras de arena y recebo se emplea el método cielo
abierto con buldózer y retroexcavadoras, trituradores, zarandas, tolvas
y bandas de selección.
Gran Son explotaciones de grava con una producción mayor de 150.000
minería m3/año. Con hornos tipo Túnel; utilización de tecnología para los
procesos de moldeo, secado, etc. Con máquinas como extrusoras,
bandas transportadoras, molinos, etc.
87
ambiental y menos con ningún tipo de plan de recuperación o restauración
ambiental.
En este sentido, en 2012 un artículo del diario el Espectador agregaba que de las
108 empresas que operan en la ciudad, 100 eran ilegales; “los anteriores datos
permiten deducir que cerca del 91.2% de la industria extractiva de Bogotá -que a
la fecha se encuentra inventariada- no está dentro de los términos de legalidad
minera ni ambiental” cifras realmente preocupantes porque la ilegalidad o
informalidad de estas empresas viene de la mano con complejos problemas e
impactos ambientales, sociales y económicos, que hacen aún más difícil su
situación (Delgado y Mejía, 2001; Elespectador.com., 2012).
88
Con lo cual, se puede afirmar con toda seguridad que la actividad minera en
Bogotá yen Usme se desarrolla en la ilegalidad y se mantiene por encima del 90%;
ilegalidad que se origina debido a varias razones entre ellas, gran cantidad de
recursos disponibles, “facilidad” de obtención de los mismos, falta de mecanismos
efectivos de control por parte de autoridades, la propiedad de los predios y las
interpretaciones jurídicas de las instituciones encargadas de autorizar las
actividades extractivas, que en el pasado permitieron su funcionamiento con
menor rigor. Respecto a la propiedad de los predios, el problema más evidente es
el arrendamiento de los predios a familias o grupos de familias de escasos
recursos que dependen económicamente de dicha actividad. (Cárdenas &
Chaparro, 2004; Fedesarrollo, 2006; Defensoría del pueblo, 2010).
89
y las dos primeras en la UPZ Gran Yomasa, y las tres presuntamente funcionan en
la ilegalidad (SDA & Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, 2011).
Categorías de análisis
Las categorías de análisis aquí planteadas permiten organizar la información, los
datos y los análisis realizados a los mismos, estas categorías se relacionan
fundamentalmente con los objetivos del proyecto de investigación, en ellas surgen
también subcategorías que permiten de manera detallada enunciar los resultados
y el análisis en los mismos, de las categorías planteadas, las cuales son las
siguientes:
En este sentido, para determinar cuáles han sido las principales transformaciones
urbanas que han surgido conexas o como fruto de la actividad minera en Gran
90
Yomasa, se debe primero indagar acerca de cuáles son los principales impactos
tanto sociales como ambientales que afectan a la comunidad en la zona, por ello
es necesario acercarnos a un concepto de impacto ambiental.
En esta misma línea, Acuña, et al. (2003) aportan una definición similar,
contribuyendo que además, un impacto ambiental incluye las alteraciones al
ambiente en general como los cambios en la sociedad o llamados impactos
sociales. Y afirma que un impacto ambiental es el resultado de un impacto natural
sumado a un impacto social, con lo cual asumen que un impacto ambiental “hace
referencia cualquier alteración que se produce en las propiedades físicas,
químicas, biológicas y sociales del ambiente” producto del desarrollo de un
proyecto o actividad humana.
91
En el contexto colombiano el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo
Territorial (MAVDT) define un impacto ambiental como “cualquier alteración en el
sistema ambiental biótico, abiótico y socioeconómico, que sea adverso o
beneficioso, total o parcial, que pueda ser atribuido al desarrollo de un proyecto,
obra o actividad.” Definición adoptada en el Decreto 2820 de 2010, que recoge
algunos aspectos importantes propuestos por Conesa (1996) y Garmendia (2005).
92
Tabla 8. Lista de control simple
93
ocho impactos e intensidad alta siete impactos, como se puede observar en la
tabla 8.
Este es uno de los recursos ambientales que más se ve afectado y que las
personas perciben constantemente (imágenes 16. y 17.), por lo tanto se les
preguntó acerca de la calidad del suelo en la zona, en donde la mayoría respondió
que su estado era bajo (gráfica 5.). En este sentido, un operario afirma, que una
de las desventajas de la minería es “que daña el suelo y contamina el aire”
(Ramírez, P. encuesta, noviembre, 2014), al igual que una maestra de la zona,
que afirma que la actividad minera causa “contaminación, erosión…” (Parrado, E.
encuesta, noviembre, 2014), por otra parte, Castellanos, S. (encuesta, noviembre,
2014), agrega que se produce “contaminación, destrucción del paisaje…”.
95
Gráfica 4. Percepción estado del suelo
50
40
30
14
20
1 2
10
0
Malo Bueno Excelente NS/NR
Por lo cual el suelo es uno de los recursos que se ve más afectado por la actividad
minera en Gran Yomasa y la población lo percibe de la misma manera, al notar
como los procesos de erosión, eliminación de la capa orgánica y deterioro
permanente del paisaje se agravan a medida que el tiempo transcurre y la
actividad continúa.
8 Tomado de www.ambientebogota.gov.co
96
.
Por otra parte, respecto a la percepción de la calidad del aire la mayoría de las
respuestas de las personas se encuentran entre una calidad baja y media (gráfica
6.), al respecto Ovalle, G. (encuesta, noviembre, 2014), constructor, argumenta
que una de las desventajas de la minería es “la contaminación del aire por las
chimeneas”, así mismo, Rodríguez, L. (encuesta, noviembre, 2014), empleada,
afirma que “la desventaja de pronto el humo de la ladrillera contamina el aire” y por
último, Acosta I. (encuesta, noviembre, 2014), ama de casa, afirma que “la
contaminación, las enfermedades respiratorias” por lo que se relaciona la
contaminación del aire con las enfermedades respiratorias de la población y los
trabajadores de las empresas mineras sustentado las observaciones realizadas,
así como también los estudios mencionados anteriormente(Ramírez, 2008; Mesa,
2009 & Barragán, 2004).
Gráfica 5. Percepción calidad del aire
40
30 20
20
10 0 3
0
Baja Media Alta NS/NR
97
Recurso afectado: Agua. Para este factor ambiental se identificaron dos
impactos negativos que tienen una intensidad alta, por lo cual sus consecuencias
son notables sobre este recurso, estos impactos son: incremento de material
particulado en las fuentes hídricas y afectación de las rondas de quebradas y ríos,
para la zona objeto de estudio se evidencia afectación de las rondas y cauces de
las quebradas El Curí y Santa Librada causando sedimentación del cuerpo de
agua por los vertimientos generados por la actividad minera 9 y también por
arrastre de partículas y sedimentos producidos en las diferentes etapas de la
actividad, otro de los impactos es la utilización del recurso para la preparación de
la arcilla en donde se utiliza el agua para mezclarla y darle la consistencia
requerida (SDA & Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, 2011; Claro
&Trespalacios, 2009; Mesa, 2009; Ramírez, 2008; García, Santacoloma, &
Sánchez, 2004; Barragán, 2004; Cárdenas & Chaparro, 2004)
Frente a este punto también se les preguntó a las personas sobre la calidad de las
fuentes hídricas presentes en la zona, a lo cual un alto porcentaje respondió que
su calidad era baja (gráfica 7). Frente a ello, por ejemplo Barragán Y. (encuesta,
noviembre, 2014), habitante del barrio Compostela afirma que las desventajas de
la actividad minera son “la contaminación del agua, del aire y de las montañas” y
Hernández, D. (encuesta, noviembre, 2014), afirma que “contaminan el agua y
destruyen las montañas”. En esta misma dirección, en la entrevista al líder
comunal de la zona afirmaba lo siguiente, respecto al tema:
9 Íbid
98
AG: Don Jaime, ¿qué problemáticas ambientales usted cree que se presentan acá
en la zona?
JS: Están afectando las quebradas El Curí que queda cerca a la ladrillera Gresqui,
sigue la ladrillera Santa Librada.
50
40
30
20 12
10 0 3
0
Baja Media Alta NS/NR
99
Librada, que se encuentran muy cerca a las explotaciones mineras y es uno de los
recursos más afectados en el territorio.
Cobertura vegetal. Para este factor se identificaron dos impactos, uno que
hacía referencia a la eliminación de la cobertura vegetal, el cual es considerado
como un impacto con una intensidad alta y la afectación de cultivos o bosques
remanentes, que es un impacto con intensidad media. Impactos generados
principalmente en la etapa de explotación de los materiales necesarios para la
actividad minera (imagen 21.) los cuales desencadenan procesos como la
migración de aves e insectos en el área, procesos erosivos, afectación del paisaje,
entre otros (SDA & Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, 2011; Ramírez,
2008; Cárdenas & Chaparro, 2004).
Pero no sólo la actividad minera genera presión sobre esta área protegida,
también la urbanización genera un gran efecto sobre la misma, ya que el precio y
el uso del suelo cambian para entrar al mercado de la vivienda y se venden
proyectos de apartamentos y casas, con precios desde los cincuenta y tres
millones de pesos; a cambio de una “buena vista o la cercanía al área protegida”.
Un ejemplo es el proyecto “Colores de Bolonia, parque residencial” promocionado
por la firma Arquitectura y propiedad, en donde presenta el proyecto y los límites
son “al norte con la Quebrada Santa Librada y el Parque Entrenubes”, en este
proyecto se pretenden construir un total de 82 torres de apartamentos, mil sesenta
100
y seis (1066) vivendas. 10 Una situación parecida presenta la urbanización “Rincón
de Bolonia”, de la firma GC Constructora SAS, que ofrece casas y apartamentos
en el sector. Estas casas hacen parte de las viviendas de interés prioritario (VIP)
entregadas a la población más necesitada de la ciudad, aunque se han
presentado varios problemas en el diseño, incumplimiento en entrega de vías y
equipamientos, problemas de fisuras, humedad, etc. 11 sin nombrar lo diminutas
que son ya que sólo alcanzan los 43 metros cuadrados, discusión que debe darse
en otro espacio, acerca del derecho a una vivenda digna comenzando por un
espacio adecuado.
101
imágenes (21. 22. y 23.), donde se denotan los frentes de explotación y de
construcción de viviendas.
50
40
30
20 10
5
10 2
0
Baja Media Alta NS/NR
De los cuales solamente uno es positivo que es el que hace referencia a la oferta
de empleos directos e indirectos entre los negativos, tres son de intensidad baja,
tres de intensidad media y tres de intensidad alta. Por lo tanto describiremos estos
impactos de acuerdo a su intensidad.
102
Otro de los impactos que hace parte de esta categoría es la molestia por
vibraciones y ruidos generados por la actividad minera, el cual no fue considerado
tan importante por la comunidad, una de las razones puede ser que las personas
terminan acostumbrándose a este tipo de ruidos. Y por último, el impacto referente
a los accidentes sobre la población local considerado como un impacto de
intensidad baja ya que no se encontró evidencia de la gravedad o presencia
continua de este impacto.
30
25
20
15 9
10 2
5
0
Baja Media Alta NS/NR
103
Al respecto, en un estudio realizado en Soacha, Barragán (2004), sugiere que el
alto nivel de enfermedades respiratorias se encontraba relacionado con la
contaminación atmosférica realizada por la actividad minera de las ladrilleras en la
zona, al igual que Ramírez (2008) en la zona de las ladrilleras presentes en el
Valle de Aburrá y Mesa (2009) en el municipio de Puerto Salgar; mientras que
García, Santacoloma, & Sánchez (2004) sostienen que dichas enfermedades
también se presentan en mayor medida en los trabajadores y operarios de las
empresas, por lo que la percepción de la población de Gran Yomasa, acerca del
aumento de las enfermedades, en buena medida queda sustentado por la
actividad minera como causante de las mismas.
20
10 3 2
0
Bajo flujo Medio Alto flujo NS/NR
Dicho tránsito constante de vehículos de carga pesada por las calles de los barrios
generan un riesgo para la comunidad, principalmente para los niños, niñas y
jóvenes que utilizan las calles como punto de encuentro para distintas
actividades, como juegos, alterando la tranquilidad de los vecindario (Claro &
Trespalacios, 2009; Ramírez, 2008; Barragán, 2004; Cárdenas & Chaparro, 2004)
lo cual se observó en los diferentes recorridos por la zona.
104
El último impacto de intensidad media identificado es un impacto positivo que se
refiere a la oferta de empleos directos e indirectos (gráfica 9), por ello, la población
se ve agradecida porque las empresas ofrecen una oportunidad laboral a los
habitantes de la zona. La cual, es una de las pocas oportunidades laborales para
la población en una actividad ancestral, tanto para sus dueños como para los
trabajadores, que ven como varias generaciones laboran allí soportando el humo
intenso de los hornos en el lugar de trabajo y luego en sus viviendas. La
generación y aumento de empleo conlleva por sí al mejoramiento de la calidad de
vida y el aumento del ingreso de las familias beneficiadas (SDA & Universidad
Colegio Mayor de Cundinamarca, 2011; Claro &Trespalacios, 2009; Mesa, 2009;
Barragán, 2004; Cárdenas & Chaparro, 2004).
40
30
17
20
7
10 2
0
Mínima Buena Excelente NS/NR
105
En la gráfica anterior podemos ver el conglomerado de las respuestas acerca de la
percepción que poseen los pobladores sobre la oferta laboral de las empresas
mineras que su ubican cerca a sus casas, en donde se observa que la mayoría de
las personas encuestadas cree que la oferta de empleo es baja, al preguntar
acerca de las ventajas de la minería en la zona, ésta se convierte en la ventaja
más enunciada en todas las respuestas. Por ejemplo, Espinosa, J. (encuesta,
noviembre, 2014), empleado, menciona que la ventaja de la minería es que
“genera empleos en la zona”; Quevedo, L. (encuesta, noviembre, 2014), se
pronuncia en la misma dirección “La gente se beneficia del trabajo”, por último,
Rosales, F. (encuesta, noviembre, 2014), constructor, afirma que la ventaja dela
minería es “el trabajo a algunas personas” enunciando la oferta limitada de la
misma.
Por otra parte, en una auditoría realizada por la Contraloría de Bogotá (2004) se
describen los riesgos a los cuales se ven sometidos los trabajadores de esta
industria: riesgos físicos por niveles de ruido altos (utilización maquinaria y
explosivos) o por altas temperaturas (a causa de hornos de fuego dormido, árabe,
loco o tipo Hoffman); riesgos ergonómicos por ejercer fuerza en el cargue o
transporte del material (ladrillos, bloques, tejas, etc.); riesgos químicos, entre ellos:
aspiración de material particulado y exposición a gases y vapores, lo cual generan
enfermedades respiratorias; riesgos mecánicos a causa de la inadecuada
utilización de maquinaria; riesgos psicosociales ya que del empleo de estas
personas dependen numerosas familias de la zona que se verían afectadas por el
cierre de las mismas; riesgos locativos ya que no se encuentra una adecuada
señalización, no existe una buena organización de los espacios, las instalaciones
eléctricas son precarias, etc.; y por último, riesgos naturales a causa de una
explotación antitécnica pueden generar deslizamientos o fenómenos de remoción
en masa.
Como se puede evidenciar en la anterior gráfica, tan solo un 26% de las personas
encuestadas cree que la minería si genera desarrollo económico y social y la
razón principal es la oferta de empleo; mientras que un 65% cree que por el
contrario la minería no genera desarrollo ni económico ni social para los habitantes
de la zona.
Por ello, se les preguntó acerca de las razones por las que se cree que la minería
no genera desarrollo económico y social y se encontraron las siguientes razones:
beneficio solo para propietarios, contaminación, daño a vías, inseguridad,
insuficiente oferta de trabajo, no genera regalías para la zona y otras repuestas
indeterminadas; los resultados fueron los siguientes:
107
Gráfica 12. ¿Por qué la minería no genera desarrollo económico y social en
Gran Yomasa?
Como se puede ver en la gráfica anterior (12.) la contaminación, el daño a las vías
y la insuficiente oferta de trabajo son las principales causas de porque no se
genera desarrollo económico y social en el territorio percibidos por la comunidad.
JS: “Por ejemplo, el cierre de las vías, la gente está cerrando las vías, no
permitiendo sacarle los productos a los señores de las ladrilleras cerrando las
vías, colocando canecas, canecas llenas de concreto, obstaculizando el paso.
108
Pero entonces, ya hubo convenio con la alcaldía y movilidad.” Soto, J. (entrevista,
noviembre, 2014).
Por lo que es uno de los impactos más sentidos por la comunidad, como lo vemos
en las gráfica (13.) las personas encuestadas creen que el estado de las calles y
carreteras del sector es bajo y medio en su gran mayoría, por lo tanto, este
impacto es uno de los más visibles para las personas ya que a diario perciben los
efectos de los camiones con carga pesada sobre las vías de los barrios, al
preguntar por las desventajas de la minería, por ejemplo, Núñez, L. (encuesta,
noviembre, 2014), ama de casa, argumenta que una de las desventajas son “las
máquinas, volquetas y demás dañan el piso”, Bohórquez, L. (encuesta, noviembre,
2014) empleado, afirma en este sentido que “…el daño a las vías por las volquetas
tan pesadas” Castañeda, M. (encuesta, noviembre, 2014), empleada, asegura que
una de las desventajas de la actividad minera es “El ruido, el paso de los
camiones y la contaminación”.
Por último, otro de los impactos de intensidad alta, hace referencia a los procesos
de urbanización alrededor de las explotaciones, los cuales aparecen a medida que
la explotación minera se asienta en el territorio (Ramírez, 2008), dichas
urbanizaciones son objeto de los demás impactos ambientales y sociales que la
explotación genera y causan cambios en el uso y precios del suelo debido a la
especulación de los precios y los procesos de concentración de la población en las
ciudades (Escobar, 2002), muchos de estos barrios o urbanizaciones fueron
ilegales en el pasado y han pasado por procesos de legalización en las últimas
décadas (imágenes 24. 25. y 26.).
109
Imagen 24. Entrada al barrio Villas de Imagen 25. Barrio Villas de Santa
Santa Isabel, al fondo frente Isabel entre frente de explotación
explotación ladrillera Los Tejares Fábrica de tubos Santa Isabel e
(2015). Elaboración propia. Industrias Gresqui (2015).
Elaboración propia.
Imagen 26. Barrio Arizona, al fondo frente explotación ladrillera Los Tejares
(2015). Elaboración propia.
111
Figura 3. Árbol de impactos ambientales
112
En la anterior figura se pueden observar los factores ambientales afectados que
son: el suelo, aire, cobertura vegetal y agua; también se presentan los impactos
ambientales identificados en el presente proyecto de investigación, para la
actividad minera en Gran Yomasa, para cada factor ambiental, en total son diez
impactos, en donde el suelo es el factor ambiental más afectado.
Dentro de los diez impactos ambientales tenemos: para el factor aire, emisión de
gases; para el factor agua, incremento del material particulado y afectación rondas
de quebradas y ríos. Para el factor cobertura vegetal se encontraron dos impactos:
afectación cultivos y bosques y eliminación cobertura vegetal. Por último, para el
factor suelo, el más afectado, tenemos un total de cinco impactos: cambio uso del
suelo, eliminación capa orgánica, alteración textura, estructura y relieve, aumento
procesos de erosión y finalmente, deterioro del paisaje, el cual presenta gran
interacción con los demás impactos ambientales.
113
Figura 4. Árbol de impactos socioeconómicos
114
En la anterior figura (6.) se pueden observar los impactos socioeconómicos
identificados en el presente proyecto de investigación, por lo tanto tenemos que se
encuentra sólo un impacto positivo que hace referencia a la generación de empleo
y por su parte se encuentran un total de siete impactos negativos, los cuales son:
riegos a la salud humana, altas expectativas de la comunidad, molestia por ruido o
vibraciones, accidentes sobre la población local, incremento riesgos por transporte
de vehículos de carga, conflictos con la comunidad y deterioro de vías.
Por su parte, el tránsito de los vehículos de carga por las calles barriales, genera
un incremento en los riegos por el transporte del material y también incrementa
los riesgos de posibles accidentes sobre la población local, los cuales, son
impactos negativos. Y por último, también se genera el deterioro a las vías, que
por lo que se describió anteriormente es uno de los impactos negativos más
importantes, porque es generador de constantes conflictos con la comunidad,
siendo este último el impacto social más importante porque posee mayor número
de relaciones dentro del árbol y también porque es generado por otros impactos.
Imágenes 27. 28. y 29. Realización mapas jóvenes (2014) Elaboración propia.
12Las fotografías fueron tomadas en los talleres de realización y socialización de los mapas
construidos, en la sede A de la IED Los Tejares, el taller de adultos mayores se realizó el día 29 de
Noviembre de 2014
116
comenzó a las 2:30 pm y la construcción de los mapas duró alrededor de dos
horas.
Imagen 36. Mapa pasado adultos Imagen 37. Mapa pasado adultos
(2014) Elaboración propia. mayores (2014) Elaboración propia.
118
Imagen 38. Mapa pasado y presente adultos (2014) Elaboración propia.
Como podemos observar los mapas del pasado se caracterizan por enunciar la
presencia de dos fuentes hídricas importantes que son El Curí y Santa Librada las
cuales tenían unas condiciones ambientales muy diferentes a las actuales. Por
otra parte, es importante destacar la presencia de dos empresas mineras que en
la actualidad no existen, las cuales son Ladrillera Altigres y Ladrillera Los Olivares,
que en el pasado funcionaban en la zona. También es necesario mencionar la
presencia de cultivos de haba, arveja, entre otros, en la zona que en el pasado
eran importantes para las relaciones económicas de la comunidad. En cuanto a
las zonas verdes vemos que éstas eran más abundantes en el pasado y
representaban una buena parte del territorio.
119
Imagen 41. Mapa presente adultos
mayores (2014) Elaboración
propia.
120
Respecto a los mapas del futuro realizados por la comunidad, se pueden
evidenciar perspectivas importantes en las representaciones del territorio que las
personas poseen, en la mayoría de los mapas encontramos que la actividad
minera no se encuentra en los mapas y si se encuentra, se encuentra “cerrada”,
en su reemplazo se encuentran equipamientos sociales recreativos como parques,
canchas, juegos, etc. Otro aspecto importante, es la recuperación y aumento de
los bosques y zonas verdes para el territorio, que en los mapas se encuentran en
aumento, en las zonas que antes se encontraban ocupadas por la actividad
minera. Por su parte, el proceso de urbanización en el territorio se hace notable en
dichos mapas, porque se encuentran en zonas que antes estaban dedicadas o a
la actividad minera o a cultivos, porque es considerado un fenómeno importante
para el desarrollo económico y social de la zona y sus pobladores.
122
En los últimos años, la urbanización conocida como legal, ha entrado en la zona
construyendo edificios de cinco o seis pisos en conjuntos cerrados, ofertando al
mercado de la vivienda una vista sobre una buena parte de la ciudad y la cercanía
al área protegida del Parque Entrenubes, además, los habitantes denuncian, que
las aguas residuales de estas viviendas están siendo vertidas a la quebrada Santa
Librada y El Curí.
123
Para el caso de la minería de materiales de construcción en la UPZ Gran Yomasa,
se identificaron cuatro pasivos ambientales, que se presentan luego de la
explotación de los recursos por actividades mineras abandonadas, estos pasivos
son la alteración física del paisaje, edificios abandonados, afectaciones al suelo
por los procesos de erosión y pozos abiertos (Arango & Olaya, 2012).Uno de los
pasivos ambientales más frecuentes encontrados en los recorridos, es la
afectación al suelo debido a los procesos erosivos generados por la explotación
minera (imagen 50.) Lo que genera “la pérdida del suelo con potencial productivo,
debido a la contaminación del suelo o al entierro de los desechos de la mina” y
también por el abandono de los mismos en la zona (imagen 51.); (Arango, 2011).
La alteración física del paisaje (imágenes 52. y 53.) es uno de los pasivos más
notorios y que se presentan debido a la generación de diversos impactos como
por la deforestación, eliminación de la capa orgánica y eliminación de la coertura
vegetal, entre otros.
Imagen 52. y 53. Alteración del paisaje causado por la ladrillera abandonada
“Olivares” en inmediaciones al Paque Entrenubes (2014) Elaboración propia.
124
También se resalta el abandono de las estructuras o edificaciones de las
ladrilleras (imagen 54.), como pasivos ambientales y sociales que afectan el
paisaje, pero también la seguridad de la comunidad, porque se convierten en
refugio para personas que consumen drogas y se convierte en territorio de nadie.
Otro pasivo ambiental identificado en los recorridos por la zona fue el abandono de
algunas explotaciones, que se convierten gracias a la lluvia en pozos (imagen 23.),
que son peligrosos para los habitantes de la zona, lo cual se conoció luego de
escuchar la historia de un niño que se ahogó cuando fue a jugar cerca a uno de
los pozos y se lanzó a él, con tan mala suerte de quedar atrapado en el fondo.
Imagen 55. Pozos formados por la explotación minera (2014) Elaboración propia.
125
empleos; no obstante, en los últimos años ha sufrido grandes transformaciones: se
han construido sistemas de transporte masivo a lo largo y ancho de la ciudad, la
construcción de edificios tanto de apartamentos como de oficinas ha crecido, así
como también la de grandes centros comerciales que ahora acaparan cada
espacio disponible en la ciudad en pro de su función productora de capital, en
donde la ciudad ha sido coaptada por el mismo, integrándose como una simple
mercancía que atiende a la acumulación y reproducción del capital, desligándose
de la idea de función social de la ciudad, como lo afirma Lefebvre (1969).
126
Origen población encuestada Gran Yomasa
34
12 12
3 1 2 2 1 1 2
Es importante señalar que Usme es una de las localidades con mayor extensión
en la ciudad y que la mayor parte de su territorio (más de un 80%) corresponde a
una zona rural cada vez más amenazada “por la presión del crecimiento urbano
debido a la gran cantidad de población desplazada que se está ubicando en esta
localidad… (y por eso mismo) el perímetro urbano local se ha expandido
notablemente (pero también) la pérdida de territorio rural se hace más evidente
con la normatividad del Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá determinando
que parte de las veredas El Uval, La Requilina y Olarte sean para desarrollo
urbano” gracias a la implementación de la Operación Estratégica Nuevo Usme que
consiste en la urbanización de gran parte del territorio rural de la localidad (SDA,
2009, p. 8).
127
conviertan en “zonas dormitorio” debido a que una persona que entra a laborar a
las 8:00 am debe salir de su casa a las 6:00 am para poder transportarse y al
finalizar su jornada a las 5:00 pm o 6:00 pm de nuevo debe transportarse unas dos
horas promedio llegando a su hogar entre las 7:00 u 8:00 pm. Quiere decir, que
una persona que se encuentre empleada en el centro o norte de la ciudad, se
encuentra cerca de doce horas o más fuera de su casa. “El transporte se vuelve
entonces una manera de garantizar el derecho a la ciudad y asegurar la
“integración”, la “inclusión” de los territorios, brindando a la población un acceso a
la ciudad y a sus bienes.” (Leibler & Musset, 2010).
Es por ello, que es necesario reivindicar el derecho a la ciudad, desde la idea que
los ciudadanos tienen derecho a participar en todas las redes y circuitos de
dominación, de información y de intercambios lo cual depende de una propiedad
del espacio urbano: la centralidad. Propiedad que se ha visto afectada debido a la
profundización del capitalismo en su etapa neoliberal, con lo cual se ha extendido
en la ciudad la segregación social y económica de la población en el espacio,
disolviendo e invalidando la capacidad integradora de la ciudad (Lefebvre, 1972;
Borja, 2001; Paulsen, 2011).
53% Contaminación
23%
Lejos ciudad
No sabe/No responde
128
Otra de las causas, importantes de cambio de domicilio, es por las condiciones de
contaminación que se viven en la zona, como problemáticas con las basuras,
contaminación de ríos y quebradas, contaminación del aire por vehículos y hornos
de ladrilleras, etc.
Esta pujante industria comienza a crecer y los chircales y tejares pueblan las
faldas de los cerros orientales desde el sur de la ciudad, hasta el norte por
diferentes barrios de la ciudad (Escovar, Mariño y Peña, 2004; Osorio 2009). Para
finales del siglo XIX y principios del XX, distintas fábricas se asientan en lo que
hoy conocemos como las localidades de Teusaquillo y Chapinero, en grandes
haciendas que colindan con las montañas de los cerros orientales; pero entre
1943 y 1949 se ordena el cierre de todas las canteras, minas, tejares, ladrilleras,
cementeras y minas de carbón, que se ubicaban en inmediaciones de lo que hoy
129
se conoce como las localidades de Chapinero y Teusaquillo, ya que afectaban la
malla vial cercana. Es por ello, que dichas empresas se trasladan al sur y norte de
la ciudad donde aún existen. Es en este contexto que las explotaciones mineras
de materiales de construcción llegan a Usme y en concreto a Gran Yomasa, en
donde hacen parte de la industria (Preciado, Leal & Almanza, 2005: SDA, 2009).
130
En este sentido, la relación de la población con la naturaleza muestra un
distanciamiento o como lo expone Ardila (2011) una creencia de la separación
entre naturaleza y la cultura; entre naturaleza y mente, donde todo “está adecuado
para que nos cuente, de manera reiterada, que la única relación posible con la
naturaleza es la de propiedad” (p.161).
Por su parte, Maldonado, (2003, citada por Ardila 2011) reitera que esta imagen
de propiedad es “una relación abstracta, desacralizada e impersonal, un puro
vínculo de poder; un vínculo en la que la cosa depende del hombre pero el hombre
no depende de la cosa y donde todos los derechos están del lado del hombre y
todas las obligaciones del lado de las cosas, y donde las cosas sólo tienen un
valor utilitario, no constituyen sino la materialización de una suma de servicios,
una relación en la que se instituyen a la vez del poder sobre las cosas y la
supremacía del presente sobre el pasado y el futuro. La unidad de esta doble
dominación del hombre y del presente se traduce en permanente, es decir, en el
derecho siempre presente del individuo vivo a cambiar el uso, alienar o usar.
(p.46). Esta representación de la naturaleza ha prevalecido en los últimos años e
impregna no sólo los medios de comunicación, sino también los libros de texto, la
planeación de las políticas públicas, etc. Con lo cual se reproduce la indiferencia
hacia nuestros medios principales de subsistencia.
131
actividad en ciertas áreas de la ciudad, invisibilizando la posible distribución
equitativa de los riesgos que genera la misma.
Al respecto, uno de los grandes impactos generados por contaminación son las
emisiones de gases al aire “es evidente que aquellas zonas donde existe
combustión de carbón para actividades de transformación de arcillas, se
encuentren clasificadas entre los diez sitios más contaminados con PM10” (CGR,
2011, p.107.). Del mismo modo, la SDA (2008), gracias a un estudio contratado a
la Universidad de los Andes, para conocer el panorama de la contaminación
generada por fuentes móviles y fijas, afirmaba que de las 1.400 toneladas de
material particulado (hollín, polvo y humo) por fuentes fijas, 560 toneladas
provenían de las ladrilleras de la localidad de Usme, quiere decir un 40% del total,
constatando la compleja situación en cuanto calidad de aire con la cual tienen que
convivir los habitantes de la localidad a diario. Dicha situación se presenta
fundamentalmente por los gases emitidos por las chimeneas de los hornos en el
proceso de cocción de los ladrillos en la localidad de Usme.
132
que la población de la localidad de Usme y de la UPZ Gran Yomasa, debe convivir
con los impactos ambientales generados por la actividad que generan graves
riesgos para la salud humana como el incremento de enfermedades respiratorias
en la población. Condiciones con las cuales no tienen que lidiar la mayoría de la
población de la ciudad.
Además de ello se puede afirmar que existe y prevalece cierta discriminación por
razones de tipo económico en el disfrute de las condiciones de calidad ambiental a
las cuales todos tenemos derecho; exponiéndolos los riesgos a la salud humana,
precisamente a quienes tienen mayores dificultades y presentan mayor grado de
vulnerabilidad para afrontarlos, debido a su falta de poder económico, de
desempleo, etc. (Bosque, Díaz & Díaz, 2002).
Como vemos, las personas en su mayoría sienten un vacío u olvido por parte de
las instituciones gubernamentales que tienen a cargo la regulación y vigilancia de
las explotaciones de materiales de construcción en la zona, sienten que
precisamente por estar ubicadas en el sur de la ciudad, en zonas pobres de la
misma, estas empresas no son controladas de manera adecuada, sin embargo
creen que si estuviesen en otras zonas el control sería más eficaz por ubicarse tal
vez en zonas pudientes, perdiendo credibilidad y confianza. Por lo que, los
mecanismos institucionales se han quedado cortos en el cumplimiento de sus
funciones.
133
intereses en el sector de la minería, sino en sus funciones de regulación, control y
fiscalización de la actividad. Pasaron en el silencio la prórroga escondida de títulos
mineros con toda suerte de irregularidades (Cerro Matoso 1996); la entrega
masiva y sin debido escrutinio de contratos a multinacionales (AngloGold Ashanti y
Mineros S.A.); la ausencia total de control y fiscalización de los más de 9.500
títulos mineros expedidos hasta 2010 y del pago del canon superficiario y las
regalías; el represamiento de más de 19.000 solicitudes mineras, la inoperancia
del catastro minero, la dependencia absoluta de la información del sector privado
para la liquidación de sus obligaciones económicas y tributarias, la total desidia del
Ministerio de Minas y Energía para exigir a sus entidades adscritas y vinculadas el
cumplimiento de sus funciones, la descoordinación de la autoridad minera nacional
y sus delegadas en los departamentos, la titulación en páramos y humedales, etc.,
para no mencionar sino algunas de las falencias más importantes en el
cumplimiento de los deberes y obligaciones del Estado en el desarrollo del sector
minero.” (CGR, 2011, p.194.).
En este contexto, Fierro (2012, p. 41) describe “el desgreño institucional, tanto en
indicios fuertes de corrupción como en debilidad e idoneidad técnica de los
funcionarios y contratistas.” En donde se detallan los problemas de corrupción en
Ingeominas (hoy Servicio Geológico Colombiano, SGC) en cuanto a la expedición,
control y fiscalización de títulos mineros.
134
Al indagar acerca del origen o la presencia de la actividad minera en la zona, se
identificaron nociones que van más allá de la simple idea de la ubicación de los
recursos, como por ejemplo: Acosta, I., ama de casa piensa que una de las
razones es “…porque siempre es en las zonas más vulnerables” o Beltrán, A.
(encuesta, noviembre, 2014), empleada de la zona, cree que es “porque queda
más cerca de las montañas y lejos del centro de la ciudad” igualmente Martínez,
Y. (encuesta, noviembre, 2014), celadora, argumenta que es “porque están más
alejadas de la ciudad” lo cual sugiere que algunas personas no solo identifican que
dichas extracciones se asientan generalmente en zonas apartadas de la ciudad,
sino que también lo hacen en zonas donde la pobreza es la regla, aumentando así
la segregación y la exclusión social, en donde para el caso de Gran Yomasa la
población en su gran mayoría (más del 90%) hace parte de los estratos
socioeconómicos más bajos el uno y dos.
Por último, siete de las respuestas van encaminadas no sólo desde una posición
crítica, sino también a manifestar su inconformismo respecto a la ubicación de las
mismas, por ejemplo Rosales, F. (encuesta, noviembre, 2014)manifiesta que no
“porque las prefieren poner en el sur”, Soto, C. (encuesta, noviembre,
2014)vendedor ambulante de la zona, afirma que no “porque las quitarían, es
mejor tener las canteras en el sur” y Rojas, J. (encuesta, noviembre, 2014)agrega
que no “por la desigualdad económica”. Lo cual se fundamenta revisando
precisamente la localización de la actividad minera en la ciudad de Bogotá, las
cuales se ubican en su gran mayoría en zonas con un alto grado de vulnerabilidad
135
social y al sur de la ciudad, principalmente en las localidades de Tunjuelito, San
Cristóbal, Ciudad Bolívar, Rafael Uribe Uribe, Usme y por último Usaquén al norte
de la ciudad; por lo que resulta un hecho indiscutible, la injusticia espacial y
ambiental a la cual se ve sometida la población y los territorios debido a las cargas
ambientales y sociales que deben soportar, precisamente la población con menos
recursos económicos (Cárdenas & Chaparro, 2004; delgado & Mejía, 2001;
Contraloría de Bogotá D.C., 2004 y 2009).
Por ejemplo, en la figura (6.) la injusticia espacial aparece como una de las
razones para explicar tanto la instalación de las actividades mineras en la zona
como también el fracaso de las mismas en otras zonas de la ciudad. Como se
describió anteriormente dicha percepción refleja los sentimientos de injusticia
espacial para dar explicación al surgimiento y desarrollo de la industria minera de
materiales de construcción en la zona. Sentimientos que se arraigan con el tiempo
y se convierten en desigualdades, las cuales se comienzan a percibir como
injusticias por las personas que habitan la localidad (Musset, 2010).
Por otro lado, cobra relevancia la presencia de los recursos naturales como
explicación pausible de la instalación de las empresas mineras en Gran Yomasa, y
el éxito o posible fracaso de las mismas en otras zonas de la ciudad (figura 6.).
Presencia de los recursos, que como se mencionó anteriormente hace referencia y
es explicada como una imagen o representación de la naturaleza en donde esta
136
última es utilizada, tomada, usada o alienada por el ser humano para suplir sus
necesidades básicas y de consumo, concibiendo dicha relación como una
interacción entre el ser humano y una cosa o una propiedad (Maldonado, 2005).
137
Figura 5. Interrelación creencias de la instalación, el éxito o fracaso de la actividad minera.
138
Esta condición o situación de injusticia espacial es producto de los intereses y las
relaciones socioeconómicas que se entretejen en Gran Yomasa, entre distintos
actores, que producen espacialidades funcionales para la actividad minera,
reproduciendo a su vez dinámicas sociales de desigualdad e injusticia (Jiménez,
2011). Estos actores son los empresarios mineros, los habitantes de Gran
Yomasa, los empleados de las empresas mineras (que son habitantes de la zona
en su mayoría), las organizaciones sociales y ambientales, los comerciantes de
los materiales de construcción, las empresas constructoras y las entidades
distritales, entre otros.
Por su parte, uno de los aspectos que llama especialmente la atención es el papel
de los instrumentos de planificación (que personifican la acción del Estado) como
POT, planes parciales, zonales, planes maestros, etc. ya que estos instrumentos
se pueden convertir en herramientas que producen injusticias socioespaciales, al
favorecer los intereses de los más poderosos en detrimento de los intereses de la
comunidad; o también de acelerar la explotación minera para incentivar el
desarrollo económico de la ciudad en contra de la protección y conservación de
recursos naturales y con consecuencias graves para la salud de la población,
acentuando las desigualdades económicas y sociales (Jiménez, 2011).
Se supone que para que una actividad, empresa o institución posea un “desarrollo
sostenible” debe ser sostenible en tres ámbitos: en lo económico, lo social y en el
ecológico (Aguado, 2005 citando a Dooris, 1999; Burgillo, 2002; Ludwig, 2002) por
lo que se tendrá en cuenta estos tres ámbitos para analizar la actividad minera en
la UPZ Gran Yomasa, localidad de Usme.
139
En cuanto al ámbito social se debe tener en cuenta varios aspectos de la actividad
minera como lo es la oferta de trabajo. Aunque la minería de materiales de
construcción es sin lugar a dudas una solución de empleo para los pobladores de
Gran Yomasa, no posee una gran oferta (como lo vimos en los resultados
anteriores) ni tampoco condiciones laborales adecuadas, esta misma situación
hace que se multipliquen estas explotaciones en condiciones precarias para la
seguridad y de ilegalidad, aumentando los impactos ambientales y sociales, ya la
Defensoría del Pueblo (2010) había advertido sobre esta situación en el pasado
“…las extremas condiciones de pobreza, el bajo nivel tecnológico y la vocación
minera de las áreas periféricas en donde hay asentamientos humanos marginales,
hacen que estas personas encuentren en estas industrias una fuente de trabajo
que les permite satisfacer sus necesidades básicas, razón que explica la
proliferación de estas explotaciones artesanales que utilizan tecnologías
anticuadas y de muy bajo costo…”
Otro de los aspectos a tener en cuenta en este ámbito es el desarrollo social que
experimenta la comunidad al presentarse en su territorio una actividad económica
como la minería, frente a este punto es clara la posición de la población al
responder en su mayoría que la actividad minera no genera desarrollo económico
y social argumentando distintas razones como que el beneficio es solo para los
propietarios, por la contaminación, por el daño a las vías, por el incremento de la
inseguridad, por la insuficiente oferta laboral , entre otras (Figura 6.)
140
En el ámbito económico de la actividad, debe tenerse en cuenta no sólo las
utilidades o el desarrollo económico de las empresas, sino también de las
comunidades cercanas, de sus colaboradores y del distrito como entidad pública;
como lo mencionamos anteriormente, la población cree que los beneficios
económicos recaen en su mayoría en los dueños de las empresas, según SDA
(2010) “Las ganancias hablan por sí solas. Cada ladrillo es vendido a 450 pesos
en promedio. Si una ladrillera produce 20 mil ladrillos cada 10 días, es decir, 80 mil
al mes, ganarían hasta $27 millones”14. Desde esta perspectiva, las ganancias de
la actividad se quedan en las familias empresarias.
14 Tomado de
http://www.ambientebogota.gov.co/c/journal/view_article_content?groupId=10157&articleId=28998&version=1
.1
15 Tomado de
http://ambientebogota.gov.co/c/journal/view_article_content?groupId=10157&articleId=28874&version=1.0
141
realizado por la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) y la Universidad Colegio
Mayor de Cundinamarca (2011), lógicamente con una buena inversión al respecto.
Otro de los puntos a resaltar es la función de regulación realizada por la SDA en
donde los sellamientos realizados a empresas de la zona como se comentó en
capítulos anteriores, se realizan en su mayoría por no contar con los permisos
ambientales para emisiones atmosféricas, afectación al parea protegida Parque
Entrenubes y quebradas El Curí y Santa Librada.
Es por ello, que se toman dos escenarios posibles, el primer escenario con la
presencia y persistencia de la actividad minera y el segundo, con la ausencia y
eliminación de la actividad minera en la zona.
142
Escenario 1: Presencia actividad minera
Para el primer escenario que es la persistencia de la actividad minera, es
necesario recordar que esta adolece de un grave problema y es la ilegalidad de la
misma, por lo cual los empresarios mineros deben en primer lugar, formalizar y
legalizar su situación ante las entidades correspondientes dependiendo de los
requisitos que les falten por obtener, como lo son títulos mineros, aprobación por
parte de la SDA de un plan de manejo ambiental (PMA) y plan de manejo,
recuperación o restauración ambiental (PMRRA), gestionar permisos para emisión
de gases y de residuos líquidos, entre otros.
Un punto importante allí es la sustitución de los hornos por hornos tipo túnel que
reducen casi un 80% la emisión de gases y la sustitución del carbón como
principal combustible por madera industrial16 de esta manera también aumentaría
su producción.
143
Respecto a la explotación de las minas es imprescindible reducir los riesgos por
deslizamiento sobre la población, lo cual se hace urgente para el barrio Villas de
Santa Isabel que literalmente se encuentra entre y rodeado por las explotaciones
de varias empresas mineras, es por ello, que debe hacer presencia el IDIGER
(Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático), la SDA, la
Secretaría Distrital de Gobierno, la alcaldía local, entre otras; para analizar los
riegos a los que se expone la población y las posibles alternativas como
reubicación o traslado temporal o definitivo de la comunidad.
144
La alcaldía local, así como también la Secretaria de Gobierno, estarán pendientes
para buscar y ofrecer alternativas de empleo a aquellas personas y familias que se
empleaban en las empresas mineras cerradas, con el objetivo de ofrecer una
estabilidad laboral, una mejora en las condiciones de vida y un mayor ingreso
económico a estas familias. Por lo que se podrá contratar a una buena parte de la
población en las actividades de recuperación de dichas zonas.
Por otra parte, es adecuado que se cuente con las JAC, así como con la
participación de organizaciones barriales y/o populares en la planeación de las
actividades y planes de recuperación y restauración ambiental y social de las
zonas que eran objeto de la explotación minera. Las entidades distritales deberán
realizar todos los estudios necesarios (análisis de suelos, análisis de amenazas y
riesgos, planes de mitigación de riesgos, etc.) para contemplar las posibilidades de
proyectos en las zonas recuperadas, luego de esto y de identificar las necesidades
de la población se podrán diseñar y definir los equipamientos que más impacto
tendrán en la comunidad, como la construcción y desarrollo de zonas recreo
deportivas, centros de salud, colegios, salones comunales, etc. Espacios que
permitirán la integración y un verdadero desarrollo social de la comunidad (SDA &
Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, 2011).
Capítulo 8. Conclusiones
145
mayoría de la población mientras que los riesgos e impactos los soporta la
población de Usme y Gran Yomasa.
146
cierre y sellamientos a las empresas ilegales y aquellas que incumplan con la
normatividad ambiental y minera.
Por último, la cartografía social se presenta como estrategia válida para identificar
las representaciones que la comunidad posee de su territorio permitiendo analizar
las transformaciones urbanas y sus implicaciones a través del tiempo; así como
también, las causas de esas transformaciones, que en este caso principalmente
son la urbanización y la minería de materiales de construcción. Gracias a ello,
también se pudo constatar que la cartografía social es un proceso de construcción
de conocimiento popular que contribuye a la aproximación y conceptualización del
territorio actual de una manera distinta, identificando posibilidades futuras
diferentes de vivir y convivir en el territorio, que van en contravía de la actual forma
de conocer el territorio.
147
9. Bibliografía
148
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1.html Consultada el 15 de septiembre de 2013.
www.ambientebogota.gov.co Consultada el 25 de julio de 2014.
164
Anexos
Consentimiento informado
Proyecto: Explotación minera en los cerros orientales del sur de Bogotá D.C.:
¿minería sostenible?
¿Por qué se realiza este estudio? El objetivo principal del trabajo es establecer
el conocimiento que los (as) estudiantes poseen sobre su territorio y los impactos
que la minería ejerce sobre el mismo, para comprender las maneras en las que los
niños y jóvenes piensan su territorio.
¿Qué hará mi hijo o acudido (a)? Si su hijo o acudido (a) participa se le solicitará
junto con otros (as) estudiantes del colegio que trabaje en equipo, participe y
desarrolle un taller de cartografía social sobre el territorio donde vive y que
conteste unas preguntas sobre una encuesta. La duración del taller será
aproximadamente de una hora y de la encuesta diez minutos. Es posible que se
tomen fotos o se realicen videos en algún momento de la actividad. Su hijo o
acudido (a) puede solicitar no aparecer en los mismos.
¿Qué riesgo hay? No hay ningún riesgo de participar en el trabajo, todos los
materiales a utilizar en el taller son seguros.
Si tiene alguna pregunta éstas serán resultas por el docente Andrés Gómez Cel:
300 663 21 60.
165
DOY MI CONSENTIMIENTO VOLUNTARIO PARA EL TALLER DE
CARTOGRAFÍA Y LA ENCUESTA
166
Anexo 2. . Lista de control simple
167
Anexo 3. Ficha de campo
FICHA DE CAMPO
Lugar: Fecha: Investigador/observador: Hora:
Categoría Comentarios
Efectos / impactos
recursos ambientales
Efectos / impactos
sociales
Injusticia espacial
Otros
168
Anexo 4. Entrevista a líder comunal Gran Yomasa
169
Anexo 5. Transcripción entrevista a líder comunal Gran Yomasa
AG: ¿Usted cuáles cree que son las principales problemáticas que se evidencian
en la zona?
AG: Muy bien don Jaime, ¿qué problemáticas ambientales usted cree que se
presentan acá en la zona?
JS: Están afectando las quebradas El Curí que queda cerca a la ladrillera Gresqui,
sigue la ladrillera Santa Librada.
170
JS: … que la están contaminando varias construcciones como es la Bolonia, Altos
de Bolonia que están contaminando la quebrada, botando las aguas negras a esta
quebrada.
AG: ¿Cómo actúa la comunidad para poder transformar esta situación? ¿qué ha
hecho la comunidad?
JS: Bueno, la comunidad está trabajando junto con medio ambiente y la empresa
del acueducto y alcantarillado, haciendo que, haciendo rondas de quebrada
mirando posibles medios para tratar de recuperar las quebradas.
JS: No, no, pues ellos, en sí ellos no han tomado mediación ante eso, pero
entonces ya la alcaldía tomó cartas en el asunto y estas sellando estas empresas
por el motivo de la contaminación.
AG: ¿Cuáles son los principales recursos que esta actividad minera afecta? Ya
nos había dicho.
JS: El suelo, el acabose de las quebradas que las acaban por el completo, el aire
contaminado con su humo.
JS: Hay varias las cuales son: Industrias Gresqui con la fabricación de ladrillos y
bloques, sigue Industrias Malagón con la fabricación de tubos de arcilla, sigue la
Industria Framar con la fabricación de bloque, sigue Helios Yomasa con también
la fabricación de bloque, la Ladrillera Tejares en el momento se encuentra cerrada
por contaminación también no cumplió con las normas.
171
AG: ¿Usted sabe si se han presentado conflictos entre la comunidad y las
empresas mineras?
JS: Por ejemplo, el cierre de las vías, la gente está cerrando las vías, no
permitiendo sacarle los productos a los señores de las ladrilleras cerrando las
vías, colocando canecas, canecas llenas de concreto, obstaculizando el paso.
Pero entonces, ya hubo convenio con la alcaldía y movilidad.
JS: Ese convenio consistió en que alcaldía y movilidad daban permiso, paso, de
esos materiales siempre y cuando las empresas se comprometan al arreglo de las
vías.
AG: Muy bien don Jaime, o sea que ¿ese es principal conflicto que se ha
presentado?
JS: Si señor.
AG: ¿Por qué cree, que esas empresas se han instalado precisamente acá en la
zona?
JS: Pues estas empresas existen aquí desde hace muchos años, esto ya viene de
muchos años atrás, se radicaron aquí por la facilidad de conseguir el material.
AG: O sea ¿desde hace treinta años que usted llegó ya esas empresas estaban?
AG: ¿Cree usted que si esas empresas se trasladan tendrían el mismo éxito?
172
JS: Puede que tengan el mismo éxito, pero siguen con la misma problemática , si
con la misma problemática de contaminación
AG: Si las empresas mineras no estuvieran en la zona ¿usted qué cree que podría
haber en dichas zonas?
AG: En veinte años ¿cree usted que aún exista esa actividad minera?
JS: Yo no creo, yo no creo que existan esas mineras porque ya la empresa del
medio ambiente, el DAMA, está erradicando estas empresas.
AG: ¿Cuáles son las ventajas de convivir con las empresas mineras?
JS: Pues, unas de las ventajas de empresas, es que ellos al pedirles una
colaboración, ellos aceptan, la dan en cualquier momento y uno pues está al
lado de ellos.
AG: ¿Todos?
AG: Don Jaime ¿usted por qué cree que tal vez las empresas mineras no se
instalaron en el centro o en el norte de la ciudad? ¿por qué precisamente en Usme
o Ciudad Bolívar?
JS: Pues yo creo que por la zona rural, que se facilitan mejor instalar los chircales.
173
AG: ¿Y usted cree que si de pronto la comunidad estuviera un poco más
organizada podría hacer un poquito mayor de presión a las empresas?
JS: Si claro, ya la comunidad está haciendo mucha presión para que estas
empresas desaparezcan. Es más Industrias Gresqui ya tiene que, como de plazo
dos años para erradicar aquí en la zona .
AG: ¿Y si no lo hacen?
JS: También.
AG: Ah muy bien, bueno don Jaime muchísimas gracias por su colaboración
174
Anexo 6. Encuesta
175
Evalué de la siguiente manera: bajo, medio o alto; según el estado o calidad de
los siguientes recursos en el territorio en relación con la actividad de las
canteras y ladrilleras:
¿En qué estado cree usted que se encontrará el territorio dentro de veinte
años? Respecto a:
176
Actividades económicas: Incremento comercio ( ) Disminución comercio ( )
Diferentes actividades ( ) Las mismas actividades ( )
Urbanización: Más urbanizado ( ) Menos urbanizado ( )
Las calles: Vías pavimentadas y señalizadas ( ) Vías sin pavimentar ( )
Incremento de vías ( ) Igual ( )
Empleo: Mayo oferta ( ) Menor oferta ( ) Incremento desempleo ( )
Disminución desempleo ( )
Ingreso: Mayor ingreso ( ) Menor ingreso ( ) Igual ( )
Enfermedades respiratorias: Mayor número de casos ( ) Menor número de
casos ( )
¿Por qué cree que las canteras y las ladrilleras se han instalado precisamente
en Usme?_______________________________________________________
_______________________________________________________________
¿Cree usted que las canteras y ladrilleras tendrían el mismo éxito en otras
zonas de la ciudad? SI ___ NO ___ ¿Por qué?__________________________
_______________________________________________________________
¿Cree usted que las canteras y ladrilleras contribuyen al desarrollo económico
y social de la zona? SI ___ NO ___ ¿Por qué?_________________________
_______________________________________________________________
Si el territorio estuviese libre de la actividad de las canteras y ladrilleras ¿cómo
cree usted que se encontraría el territorio? Describa
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
177
Anexo 7. Intervenciones jurídicas en los cerros orientales de Bogotá
1972 19 1976 1977 19 19 19 198 19 1988 19 19 199 19 199 199 199 2000 2001 2004 2005 2006 200 20
74 78 81 85 6 87 89 90 2 93 6 7 8 7 13
PIDU De Dec. Dec. De Ac Re Acd Ac Dec. Le Ac Dec. Le Dec. Ley Dec. Cons Conv Fallo Res. Dec. Dec
ZOB c. 877 622 c. do. s. o. do. 484 y9 do. 320 y 179 388 150 ult. . 12 327 463 122 .
Le 17 53 23 01 59 Distri 38 Distr 99 1 4 Cons DAM Trib. MAV Distrit 124
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178
Anexo 8. Observaciones taller cartografía jóvenes
179
Anexo 9. Observaciones taller cartografía adultos
180
Anexo 10. Observaciones taller cartografía adultos mayores
181
Anexo 11. Observaciones primer recorrido zona
182
Anexo 12. Observaciones segundo recorrido zona
183