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LAS REGLAS DEL METOD( SOCIOLOGICO a EDITORIAL LA PLEYADE BUENOS AIRES Capiruto PRIMERO ;QUE ES UN HECHO SOCIAL? Antes de investigar cual es el método que conviene al estudio de los hechos sociales, debemos saber cudles son los hechos a _ Jos que aplicamos esa denominacién. Resolver este problema’es tanto mas necesario cuanto que "es habitual servirse de dicho calificativo sin mucha previsién. | Suele utilizarselo corrientemente para designar casi todos los fe~ ‘némenos que ocurren en ei Seno de la sociedad, por poco que posean de manera mas o menos general cierto interés social. Pero si aplicamos este criterio no existen, por asi decirlo, acon- _ tecimientos humanos que no merezcan el calificativo de sociales. Cada individuo bebe, duerme, come y razona, y la sociedad esta _ vitalmente interesada en que estas funciones se cumplasi regu- ee " Jarmente. Por Jo tanto, si estos hechos fuesen sociales, la socio- - logia careceria de objeto propio, y su dominio se confundiria con el de la biologia y_ la psicologia. Pero, de hecho, en toda sociedad hay cierto grupo de fend- menos que se distinguen claramente de los que. estudian las res- ‘ tantes ciencias de la naturaleza. i _ Cuando cumplo mi tarea de hermano, de esposo o de ciudada- no, cuando respondo a los compromisos contraidos, me atengo| a deberes definidos, fuera de mi y de mis actos, en el siento | % we y en las costumbres. Y aunque concuerdan con mis sentimientos, y pese a gue percibo interiormente su realidad, ésta.no deja de ser objétiva; pues yo no los ie creado, y por el contrario Jos he recibido mediante la educacién. Por otra parte, jcuantas ve- a ces ocurre gue ignoramos el detalle de las obligaciones que nos.* i incumben y que, para conocerlas, tenemos que consultar el Cé- \ 29 digo y a sus intérpretes dutorizados! Asimismo, al nacer el fiel hallé completamente elaboradas las creencias y las practicas de su vida religiosa; si existian antes que él, quiere decir que existen fuera de él. El sistema de signos que utilizo para expresar mi pensamierito, el sistema monetario que empleo para pagar mis deudas, los instrumentos de crédito que uso en mis relaciones comerciales, las practicas respetadas en mi profesién, etc., etc., funcionan independientemente del uso que hago de ellos. Si consideramos uno tras otro a todos los miembros de la sociedad, Jas reflexiones precedentes seran validas para todos. Se trata, onces, de modos de actuai, de pensar y de sentir que exhiben ble propiedad de que existen fuera de las conciencias in- u . Estos tipos de conducta o de pensamiento no sdélo son exte- /riores al individuo, sino que estan dotados de un poder impera~ tivo y coercitivo en virtud del cual se le imponen, quiéralo 0 no. 's indudable que cuando me adapto de buen grado, esta coer- cién no se manifiesta, o poco menos, porque en ese caso es inttil, Pero no por ello es menos un caracter intrinseco de estos hechos; y prueba de ello es que se afirma tan pronto intento resistir. Si intento violar las reglas del derecho, reaccionan’ con~ tra mi de modo que impiden mi acto si atin es tiempo para ello, o lo anulan y lo restablecen en su forma normal si ya fue eje- cutado y es reparable, o me obligan a expiarlo si no es posible repararlo de otro modo. jSe trata de maximas puramente mo- rales? La conciencia piblica_ se de mediante la vigilancia que practica sobre la conducta de los cit~ dadanos las_penas especiales que puede aplicar. En otros €asos, la imposicién es menos violenta; pero no por ello puede negarse su existencia. Si no me someto a las convenciones del mundo, si mi atuendo no se ajusta absolutamente a los usos de mi pais y mi clase, la burla que provoco, el alejamiento con que se me castiga, producen los mismos efectos aunque de modo mas atenuado— que la pena propiamente dicha. Por otra parte, i imposicién no es menos eficaz. No_estoy ncés con mis compatriotas, nia utilizar la fmoneda de ¢: legal: pero es imposible que de distinto- ‘odo. i intentase esquivar dicha necesidad, mi esfuerzo fraca- §gria Tamentablemente. Si soy industrial, nada me impide traba- 30 ar con los, procedimi é 1 _sigl lo; pero ‘si Jo hago, es sequro que me arruinaré. Y aun en el caso de que ‘pueda liberarme de estas reglas y violarlas con éxito, ello jamas ocurre sin que me‘vea obligado a luchar contra ellas. Y aunque en definitiva sea posible vencerlas, hacen sentir suficientemente der de imposicién en la resistencia que oponen. No ha aun afortunado, cuya iniciativa no choque sici te ud del cual se le imponen. Por consiguiente, no es” i ‘undirlos con los fenémenos organicos, pues consisten en representaciones y en actos; ni con los fenédmenos psiquicos, que aT existen en la conciencia individual y por ella. Por lo tanto, constituyen una nueva especie, y a ellos debe atribuirse y yeservarse la calificacién de sociales. Les conviene; pues es evi- dente que, como el individuo no es el sustrato de los mismos, no pueden tener otro que la sociedad —la sociedad politica en su integralidad, o alguno de los grupos parciales que ella encierta: confesiones religiosas, escuelas politicas, literarias, corporaciones profesionales, etc. Por otra parte, sélo a ellos conviene el cali- ficativo; pues la pal “social” tic enti inido_sdlo_si dlesigna los Fendmenos_que no pettenecen.2 ninguna de les ca- fegorias de hecho ya constiluldes y-desianadas. © jon, por consi- | -Guiente, ef dominio propio de la sociologia. Es cierto que el tér- _ mino “imposicién”, mediante el cual los definimos, arriesga irritar’ a los celosos partidarios de un individualismo’ absoluto. Como- afirman que el indwiddo es perfectamente aut6nomo, creen que se lo disminuye cuando se le induce a comprender que depende no sélo de si mismo. Pero como hoy es indudable que la mayoria _ de nuestras ideas y de nuestras tendencias no son fruto de nues- tra propia elaboracién, y por el contrario nos llegan de afuera, es evidente que no pueden penetrar en nosotros si no es impo- niéndose: y ése es el significado cabal de nuestra definicion. Por otra parte, es sabido que no toda imposicién social es inevita- blemente exclusiva de la personalidad individual.* Li 1 Por lo demas, esto no implica afirmar que toda imposicién es normal. Mas adelante volveremos sobre este punto. 31 eV nemos Aqui ‘un orden de hechos que exhiben — es muy particulares: son modos de actuar, de pe Pe eral matisees ¥ Sue pela Wd pour ee eae

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