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El Tabernáculo, el Templo y la morada de Dios

- Texto: Is. 66:1-2


- Serie: Israel una nación escogida
- Meta: La gracia de Dios nos ha comprado para ser ahora templo y habitación de Dios.
- Fecha:
- Lugar:

Introducción: Israel, ha sido la nación escogida por Dios para manifestar su salvación a
las naciones. Pero ¿Por qué escogió Dios a Israel y no a otra nación? Moisés, el padre
de la religión judía les explica a los hebreos diciéndoles: “Porque tú eres pueblo santo
para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más
que todos los pueblos que están sobre la tierra. No por ser vosotros más que todos los
pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más
insignificante de todos los pueblos; sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el
juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha
rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto.” (Dt. 7:6-8)

No hubo nada de especial en Israel que motivara a Dios escoger a este pueblo, fue sólo
la pura gracia divina y el cumplimiento a sus promesas. ¿Es Dios un ser soberano como
para escoger a Israel y desechar otra nación? Por supuesto, Pablo explica esta verdad
cuando dice: “cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre (pues no habían
aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme
a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama), se le dijo: El mayor
servirá al menor. Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí. ¿Qué, pues,
diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera. Pues a Moisés dice: Tendré
misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me
compadezca. Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que
tiene misericordia.” (Ro. 9:10-16)

El que Dios escogiera a Israel para ser su pueblo elegido no se basa en actitudes
humanas, o capacidades extrahumanas, sino en el designio soberano de Dios. Pero el
propósito de que Israel sea escogido lo relata Moisés cuando dice: “Y por cuanto él amó
a tus padres, escogió a su descendencia después de ellos, y te sacó de Egipto con su
presencia y con su gran poder, para echar de delante de tu presencia naciones grandes
y más fuertes que tú, y para introducirte y darte su tierra por heredad, como hoy.
Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y
abajo en la tierra, y no hay otro. Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales
yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus
días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre.” (Dt. 4:37-40)

Israel está ordenado por Dios a guardarse como una nación santa entre la cual Dios
pueda pasearse. Después de la caída en el huerto del Edén, Dios no puede caminar con
el hombre porque el pecado lo impide. Pero, el deseo santo de Dios fue siempre caminar
con el hombre, como lo dice Moisés “Y pondré mi morada en medio de vosotros, y mi
alma no os abominará; y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis
mi pueblo.” (Lv.26 :11-12) así que Dios ordenó la construcción de una tienda en la cual
pudiera Él poner su presencia y que Israel pudiera contemplar su gloria.

I. El tabernáculo de Israel:
a) Los materiales de la construcción:
“Jehová habló a Moisés, diciendo: Dí a los hijos de Israel que tomen para mí
ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi
ofrenda. Esta es la ofrenda que tomaréis de ellos: oro, plata, cobre, azul, púrpura,
carmesí, lino fino, pelo de cabras, pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de
tejones, madera de acacia, aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la
unción y para el incienso aromático, piedras de ónice, y piedras de engaste para el
efod y para el pectoral. Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos.
Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de
todos sus utensilios, así lo haréis.” (Ex. 25:1-9)

- Cada uno de los materiales usados para el Tabernáculo tiene su propio


significado. El Tabernáculo sería la representación de la obra de Gracia en la cruz.

1. Oro: Representa la divinidad de Jesucristo.


2. Plata: Representa la Redención.
3. Cobre: Representa el sufrimiento.
4. Azul: Representa el cielo, de donde vino Cristo.
5. Púrpura: Era el color de los reyes. Realeza de Cristo.
6. Carmesí: Representa el rojo de la sangre de Cristo.
7. Lino fino: Representa la pureza de Cristo.
8. Madera de Acacia: Representa la humanidad de Jesús
9. Aceite: Representa al Espíritu enviado por Cristo.
10. Incienso: Representa las oraciones de los santos.
11. Piedras preciosas: Son los creyentes para Jesús.
(Pectoral del Sumo Sacerdote con un nombre)
12. Pelo de cabras: Sacrificio por el pecado.

- Los materiales usados no fueron elegidos por Moisés sino ordenados por Dios. Por
eso dice la Escritura: “Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del
tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis.”

- ¿Por qué tiene tanto significado para Dios el simbolismo del Tabernáculo? ¿Por
qué habría que ser tan minucioso en cumplir los colores y ofrendas pedidas por
Dios si sólo eran un símbolo? Pablo nos responde: “Todos (los hebreos) bebieron
la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la
roca era Cristo.” (1 Co. 10:4) Para Dios cada clavo, cada madera, cada cuerda era
importante que se hiciera según su modelo porque representaba a Jesús. ¿Cuánto
más no aplicaremos esa verdad a la Cena del Señor?
b) Los niveles del Tabernáculo y su inmobiliario:
“Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal.
Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar
Santo, estaban el candelabro la mesa y los panes de la proposición. Tras el
segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo, el cual
tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la
que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que
reverdeció, y las tablas del pacto; y sobre ella los querubines de gloria que cubrían
el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahora hablar en detalle. Y así
dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes
continuamente para cumplir los oficios del culto; pero en la segunda parte, sólo el
sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los
pecados de ignorancia del pueblo.” (Heb. 9:1-7)

- Primer nivel: El atrio del Tabernáculo (Vista lateral)


1. El atrio: era el patio exterior del tabernáculo. Todo hebreo podía entrar hasta el
atrio.

2. Altar del sacrificio. Era de hecho de bronce. Representa el juicio de Dios por el
pecado. Este altar representa la muerte de Cristo como sacrificio por los
pecados. El primer paso para acercarse a Dios será siempre reconocer el
sacrificio de Cristo su Hijo. Pablo le dijo a los Efesios “Y andad en amor, como
también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y
sacrificio a Dios en olor fragante” (Ef. 5:2)

3. Lavacro de bronce: Representa la limpieza de la palabra de Dios. En Efesios


5:25-26 leemos: “Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para
santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra”. Los
creyentes debemos lavarnos allí: “acerquémonos con corazón sincero, en plena
certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los
cuerpos con agua pura.” (Heb. 10:22)

4. Tienda de reunión: Lugar más importante en donde solo podían entrar los
sacerdotes. Tenía cinco columnas: Apóstol-Profeta-evangelista-pastor-maestro

- Segundo nivel: Lugar santo (Los sacerdotes eran los únicos que podían acceder
allí una vez se hayan lavado en el lavacro de bronce). = Todo cristiano sólo puede
acceder a Dios a menos que haya sido lavado “Y esto erais algunos; mas ya
habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el
nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.” 1 Co. 6:11

1. Mesa de los panes de la proposición: Mesa de madera de acacia revestida de


oro (humanidad-divinidad). Allí se colocaban doce panes cada shabat.
Representa a Cristo. Juan nos relata: “Yo soy el pan vivo que descendió del
cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré
es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.” (Jn. 6:51)

2. El altar del incienso: Madera de acacia revestida de oro (humanidad-divinidad).


El incienso representa las oraciones. “Y de la mano del ángel subió a la
presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos.” (Ap.
8:4). Este altar representa particularmente la oración de Cristo por los suyos:
“Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos
estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has
amado desde antes de la fundación del mundo.” (Jn. 17:24)

3. El candelabro de oro: Hecho de oro puro. Representa a Cristo como la luz del
mundo. Juan nos relata: “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del
mundo el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la
vida.” (Jn. 8:12)

- Tercer nivel: El lugar santísimo – Sólo el sumo sacerdote puede entrar una vez al
año con sangre de expiación. Cristo entró al cielo con su propia sangre. En escritor
de Hebreos nos dice: “Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los
bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de
becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar
Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Porque si la sangre de los toros y
de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos,
santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual
mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará
vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?” (Heb. 10:11-
14)

1. El velo del Tabernáculo: Representa el cuerpo de Cristo, roto por nuestro


pecado. El escritor de Hebreos menciona: “Así que, hermanos, teniendo libertad
para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino
nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne”(Heb.
10:19-20)

2. El arca del Pacto: Arca de madera de acacia revestida de oro (humanidad-


divinidad). Representa la presencia de Dios en Israel. Es una ilustración de
Cristo, como la presencia de Dios mismo en Israel. Hablando Jesús a Felipe le
dije: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú:
Muéstranos el Padre?” (Jn. 14:9)

3. El Sumo sacerdote: Era un descendiente directo de la familia de Aarón. Tenía


vestiduras especiales para honra y hermosura. Su mitra hablaba de la santidad
de Dios. Su pectoral del cuidado de Dios. Su cinturón y efod de la verdad de
Dios y su lino fino de pureza. Era el único que podía acceder una vez al año
hasta el arca del pacto para hablar con Dios.

4. Nuestro Sumo Sacerdote: Pero llegó el tiempo en que Jesús tomó esas
vestiduras y se presentó con su propia sangre ante Dios para ser nuestro Sumo
Sacerdote. Hebreos nos dice: “Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor
pacto. Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte
no podían continuar; mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un
sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los
que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha,
apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene
necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero
sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo
hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.” (Heb. 7:22-27)

El Tabernáculo era la morada de Dios para Israel durante su peregrinación por el


desierto hasta llegar a la tierra de Canaán. Luego Dios señaló un lugar especial para
poner su nombre: Jerusalem, y allí edificar un templo.

II. El templo de Jerusalem:


a) El templo de Salomón:
“Aconteció que cuando ya el rey habitaba en su casa, después que Jehová le había
dado reposo de todos sus enemigos en derredor, dijo el rey al profeta Natán: Mira
ahora, yo habito en casa de cedro, y el arca de Dios está entre cortinas. Y Natán
dijo al rey: Anda, y haz todo lo que está en tu corazón, porque Jehová está
contigo.”
(2 Sam. 7:1-3)

- El deseo fue de David pero no fue sino Salomón quien construyó el Templo. Tuvo
la misma estructura que el tabernáculo sólo que con proporciones mucho mayores.

1. El altar del Sacrificio: En el tabernáculo El altar medía 44,5 cm. de lado y 89 cm.
de alto. Salomón lo hizo 16 veces más grande: 9 m. de lado y unos 4,5 m. de
alto.

2. Lavacro de bronce: El del tabernáculo era pequeño pero el de Salomón era en


forma de copa y tenía dos metros de altura, cinco metros de diámetro y un
perímetro de catorce metros. Esta fuente descansaba sobre 12 bueyes, cada
tres de los cuales miraban en una dirección. Una estimación razonable del peso
de aquella gigantesca fuente era de aproximadamente 25 toneladas.

3. Candelabros de oro puro y mesa de los panes: cinco a cada lado.


4. Lugar santísimo: Querubines medían cinco metros de alto.

5. Cubrió de oro el piso de la casa: Había oro por todas partes en el templo. Las
paredes estaban cubiertas con oro, el piso estaba cubierto con oro y el oro fue
martillado en los tallados de las puertas.

Este templo fue destruido por los Babilonios en el 586 a.C.

b) El templo de Herodes (Reconstruido por Hageo 515 a.C. y Remodelado por


Herodes)

- Fue el templo en el que caminó nuestro Señor Jesús y dio las enseñanzas del
evangelio del Reino.

Este templo fue destruido por Tito en el 70. d.C.

c) La importancia del Templo:


“Mas Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra..”
(Hab. 2:20)

- Para los judíos el Templo de Jerusalem tenía la misma importancia que el


tabernáculo. Era la misma presencia de Dios la que habitaba en él. Sólo cuando
Israel pecaba la presencia de Dios abandonaba el templo y estaba próximo a ser
destruido. El templo para los judíos es la residencia de Dios entre los hombres.

III. El cristiano como morada de Dios:


a) Pablo asegura que hay un Templo mucho mejor:
“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de
Dios, el cual sois vosotros, santo es.” (2 Co. 5:17)

- Es curioso que Pablo sitúe en nuestro cuerpo la residencia de Dios mismo.


Continúa el diciendo: “Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios
dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo.”
(2 Co. 6:16)

Conclusión: Amados hermanos, la misma presencia que habitó en el tabernáculo, la


misma gloria que habitó en el Templo de Salomón, y el mismo poder que cubrió el
Templo de Herodes es la que ahora vive en nosotros. Esta verdad sólo puede ser
posible por la gloria de Jesucristo. No sólo nos compró para Dios sino que nos ha
hecho residencia de su gloria. Somos tabernáculos andantes que debemos reflejar en
todo lugar el olor del conocimiento de Dios.

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