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I E NT E

O NS C
El INC
La teoría del inconsciente
en Freud

La teoría del inconsciente que formuló Sigmund Freud


supuso un hito para la historia de la psicología ya que
nos permitió ver algunos trastornos mentales como
alteraciones puntuales de nuestra mente, y no como
enfermedades somáticas ni cerebrales.
Freud defendía que mientras la mente consciente es
capaz de atender 6 o 7 cosas a la vez, nuestro
inconsciente se ocupa de centenares de procesos .
¿QUÉ ES EL
INCONSCIENTE?
● El lenguaje corriente, el término
inconsciente se utiliza como adjetivo
para calificar un estado o disposición
mental que presenta aquel sujeto que
desarrolla inadvertidamente su
comportamiento, es decir, sin darse
cuenta, y que, en general, no depende
de su voluntad en realizar lo.
La metáfora del
iceberg
Freud explico su tesis gracias a la metáfora del iceberg:
En la superficie está la conciencia, ahí donde concurren todos
esos pensamientos donde focalizamos nuestra atención, que
nos sirven para desenvolvernos y que utilizamos con inmediatez
y rápida accesibilidad.
En el preconsciente se concentra todo aquello que nuestra
memoria puede recuperar con facilidad.
La tercera y más importante región es el inconsciente. Es
amplio, vasto, inabarcable a veces y misterioso siempre. Es la
parte que no se ve del iceberg y la que ocupa en realidad, la
mayor parte de nuestra mente.
Los sueños y la
interpretación de Freud
Freud decía:
“La interpretación de los sueños es el camino real al
conocimiento de las actividades inconscientes de la mente”.
Así, un modo de poder evocar parte de ese recuerdo
traumático guardado bajo llave en los recovecos de la
mente, era mediante el análisis de los sueños. Freud
consideraba que la comprensión de ese mundo de lo onírico
era el camino real hacia el inconsciente, ahí donde poder
vencer los mecanismos de defensa y alcanzar todo ese
material reprimido bajo formas distorsionadas, inconexas y
extrañas…
Cómo nos afecta en
nuestra vida diaria
● En nuestra vida cotidiana nos afecta el inconsciente de una manera
muy importante pero nosotros no nos damos cuenta de ello.
● Ahora vamos a hablar de los diferentes aspectos:
● Los lapsus: son errores involuntarios en el lenguaje. Queremos
decir una cosa y terminamos diciendo otra. Casi siempre esta
confusión causa risa y no se le da mayor trascendencia. Los lapsus
pueden ser hablados o escritos.
● Los olvidos selectivos: El contenido de nuestra memoria no está
siempre disponible. Lo que puede resultar más extraño es olvidar
algo que deberíamos tener presente y que tiene alguna incidencia
sobre lo que hacemos con frecuencia. Esto algunas veces nos
pasa cuando “olvidamos” alguna tarea.
● Los actos fallidos:Los actos fallidos son similares a los
lapsus, pero no tienen que ver con el lenguaje, sino con
la acción propiamente dicha. Algunos los denominan
“actos logrados”. Esto porque se trata de situaciones en
las que íbamos a hacer una cosa, pero terminamos
haciendo otra, sin saber por qué. Lo inconsciente
vencería a la consciencia, porque el deseo oculto es más
fuerte que el deseo reconocido. Un acto fallido tiene
lugar cuando, por ejemplo, vamos a algún lugar en
transporte público. Estamos seguros de haber leído
correctamente la ruta. Sin embargo, terminamos muy
lejos de nuestro destino, porque nos equivocamos el
autobús o la línea de metro.
La importancia del
inconsciente en nuestro
pensamiento
● Existe, al menos, una parte de nuestros pensamientos que tienen un
origen que desconocemos. En el fondo no acabamos de saber quiénes
somos. O, cuanto menos, no sabemos cómo somos. Nos creemos mucho
más “conscientes” de lo que en verdad somos. Cuando, lo cierto es que,
muchas veces nuestro “consciente” funciona como el último atributo del
complejo engranaje de nuestro “inconsciente”, es decir, nos sirve a modo
de justificación racional para revestir de sentido a un sistema de
pensamiento del que, en el fondo, desconocemos las causas. Si
albergamos en nuestro ser cualquier tipo de emoción reprimida (como por
ejemplo el miedo, la culpa, la vergüenza, la rabia o el orgullo), será
inevitable que nuestra perspectiva sobre las cosas que nos acontecen se
vea directamente condicionada por cualquiera que sea esta emoción, a
pesar de que no seamos capaces de darnos cuenta.

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