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EL PAPEL DEL READAPTADOR EN EL PROCESO DE RECUPERACIÓN DE LOS

DEPORTISTAS LESIONADOS
En primer lugar, Bricker y Fry (2006) afirman que los deportistas creen más en la eficiencia y eficacia de
los programas de readaptación cuando perciben un fuerte apoyo social por parte de los profesionales que
siguen su evolución. Para ello, el trabajo multidisciplinar de forma consensuada con otras áreas de
trabajos, es fundamental.

Aunque la figura del readaptador es relativamente reciente, desde hace muchos años se viene pidiendo la
incorporación de estos profesionales dentro del deporte (Campos et al., 2010). No obstante, no ha sido hasta
hace pocos años cuando se han delimitado sus tareas, actuaciones y competencias profesionales. Lalín
(2008) define al readaptador como un preparador físico especializado que, mediante un proceso de
enseñanza-aprendizaje, forma y prepara a una persona lesionada, generalmente en una situación individual,
en la realización de ejercicios apropiados y seguros con el objetivo de prevenir, restablecer y/o desarrollar
en el menor tiempo posible la condición física saludable y de rendimiento.

Dentro de las competencias a desempeñar por el readaptador, podemos distinguir dos grandes bloques. Por
un lado, el de prevención-recuperación, que englobarían aquellas tareas físicas y/o deportivas
desarrolladas con la intención de mejorar los parámetros de salud deportiva que capaciten al individuo para
realizar las actividades deportivas con vigor y competencia para reducir, mantener y/o mejorar la
sintomatología lesional. Y, por otro, el educativo, que englobaría el proceso de enseñanza-aprendizaje
mediante el cual se restablecen y mejoran los patrones motores generales y específicos de un deportista,
facilitando en el menor tiempo posible un estado de bienestar óptimo para el esfuerzo y el rendimiento
deportivo (Lalín, C., 2002; citado en Marcén, M., 2013).

Reverter & Plaza (2002) dividen los efectos beneficiosos del trabajo del readaptador físico en varios niveles:

1) Prevención primaria: reduce el riesgo de padecer ciertas lesiones.

2) Prevención secundaria: forma parte del tratamiento precoz de estas patologías mejorando su control y
disminuyendo la posibilidad de lesiones importantes.

3) Prevención terciaria: la recuperación física y la prevención de recaídas.

4) Reeducación de las áreas corporales que lo precisen.

5) Evaluación continua del estado del deportista de forma individualizada.

6) Aumento de la sensación de bienestar, por tanto,

Al igual que todo entrenamiento, la readaptación también es un proceso que debe ser planificado. Paredes
et al. (2010) han realizado una estructuración de la fase de recuperación de los deportistas desde el momento
en que se diagnóstica la lesión hasta la vuelta del deportista con el grupo (alta médica) (Figura 1). No
obstante, este proceso debe ser flexible, revisado de forma continua y graduado en el tiempo.

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