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Introducción

Los sentidos nos proporcionan la información vital que nos permite relacionarnos con el
mundo que nos rodea de manera segura e independiente. Esto, por medio de las
sensaciones, que son el mecanismo que tiene nuestro cuerpo para procesar todos los
estímulos que recibe: luz, sonidos, sabores, frío o calor, dolor, olores, incluso las caricias,
cosquillas y besos.

En el siguiente trabajo hablaremos sobre los distintos sentidos de los seres humanos, y
la función de cada uno de ellos.

El principal objetivo de nuestra investigación es informar acerca del funcionamiento de los


órganos sensoriales, y a partir de eso, diferenciar sus usos. Hasta el momento sabemos que
poseemos cinco sentidos: el olfato, la vista, el gusto, el tacto y el oído. Cada uno de ellos
cumple una función diferente, aunque en ciertos casos, están conectados.

Los receptores sensoriales son células especializadas en la captación de estímulos, que


representan la vía de entrada de la información en el sistema nervioso de un organismo.

Los receptores sensoriales se pueden clasificar en:

Quimiorreceptores: cuando la fuente de información son las sustancias químicas.


Ejemplo: gusto y olfato.

Mecanorreceptores: cuando la fuente de información proviene de tipo mecánico.


Ejemplo: contacto, no contacto, vibraciones, texturas. Existen mecanorreceptores
especializados, por ejemplo los estatorreceptores que informan sobre la posición del
equilibrio, y los fonorreceptores, que perciben las ondas sonoras.

Termorreceptores: son los que perciben el frío o el calor.

Fotorreceptores: se especializan en recibir la energía electromagnética.

Los cinco sentidos son: el oído, la vista, el olfato, el gusto y el tacto

El tacto nos permite sentir la textura de las cosas, si están fríos o calientes; el olfato nos
permite percibir el aroma, y el gusto el sabor de las comidas. La vista nos deja ver todo lo
que nos rodea y el oído, captar ondas sonoras para que podamos escucharlas.

Órgano del oído


El oído conforma los órganos de equilibrio y audición. También se le denomina órgano
vestibulococlear dentro del estudio de la medicina.
Es un órgano que se encuentra muy desarrollado, principalmente en mamíferos inferiores
terrestres y acuáticos, tal es el caso de los félidos y los grandes cetáceos en donde, gracias a
su evolución fisioanatómica, se han hiperdesarrollado mecanorreceptocitos especializados
en destacar el sentido de equilibrio y audición en perfecta armonía. En el caso del
ser humano esta evolución no está tan desarrollada.

En conjunto el estudio histoanatómico del oído se divide en tres partes, oído externo, oído
medio y oído interno.

Oído externo

Esta primera parte anatómica del oído externo, está compuesto de un pabellón auricular, y
de un conducto auditivo externo. Este pabellón auricular es el que se encuentra compuesto
de cartílago elástico. Mismo pabellón que cuenta con el lóbulo auricular, entonces el lóbulo
auricular está compuesto por tejido fibroso, grasa y vasos sanguíneos.

Se compone en su origen por el pabellón auricular y el conducto auditivo exterior y de la


pelvis interiofica.

El pabellón auricular está en una base de cartílago elástico recubierto por piel blanda, dicha
piel posee abundantes glándulas sebáceas, denominadas como vellosidad del trago, y en su
parte medial posee en la arquitectura ósea.
Fibras de músculo estriado que se comunican con el conducto auditivo externo, dándole
firmeza y apoyo; así como cierta capacidad de movimientos en el ser humano. En el oído
animal se puede apreciar dentro del estudio del órgano vestibulococlear de
los mamíferos terrestres a los músculos extremismos de la oreja.

El conducto auditivo externo se extiende desde dicho pabellón hacia el tímpano. Dicho
meato o conducto mide en un promedio de alrededor de 2.5 cm de largo en el ser humano,
1 y puede medir hasta 7 cm en otros mamíferos. Está compuesto de cartílago elástico, tejido
óseo y piel blanda. También se presentan vellosidades del trago que son ciertamente más
abundantes en sujetos masculinos. Justo en la piel se localizan glándulas ceruminosas, que
son una especie de glándulas sudoríparas apocrinas, siendo las responsables de la
producción de cerumen, que tiene por funciones proteger a la cavidad ética de agentes
extraños, como el polvo, agentes parásitos, agentes virulentos y de ciertos agentes
bacterianos; y evitar la maceración de la piel blanda de dicho meato o conducto. El oído
medio ayuda al equilibrio de la misma.

Oído medio

Se aprecian dentro de su edificio anatómico: la cavidad timpánica, la membrana timpánica,


los osteocillos óticos (huesecillos del oído), senos y celdas mastoideos, así como la tuba
faríngea o faringotimpánica (antes denominada Trompa de Eustaquio).

Dentro de la cavidad timpánica se abarca un seno irregular repleto de aire, este elemento
llega desde la nasofaringe por medio de la tuba faringotimpánica, y se encarga de dar
acople a la estructura intratimpánica, así como de servir de medio de transporte de
frecuencias acústicas. La cavidad timpánica está recubierta por mucosa y una lámina
epitelial de tipo plano simple en su parte posterior, pero en el anterior se aprecia
un epitelio de tipo cilíndrico ciliado pseudoestratificado con células caliciformes.

La membrana timpánica es de aspecto transparente y separa a la cavidad timpánica del


meato auditivo externo. Tiene una estructura ovaloide con un diámetro promedio de
alrededor de 1 cm. A la membrana timpánica se le estudian dos porciones; la Pars Tensis o
porción estriada y la Pars Laxus o porción laxa. Se compone de tres capas:

Capa intermedia: compuesta por un tejido fibroconectivo conformado en semitotalidad a la


membrana timpánica, compuesta por colágena además de fibras elásticas y fibroblastos.

Estrato córneo: es piel que recubre la superficie exterior de la membrana timpánica


careciendo de pelos y glándulas, compuesta por epidermis que se posa sobre una capa de
tejido conectivo subepidermiana.

Mucosa: reviste a la superficie interior de la capa intermedia de tejido conectivo, con


un epitelio de características plano simple.

Los osteocillos óticos son cuatro diminutos huesos denominados por su arquitectura
anatómica con el nombre del Martelus (martillo), el Anvilus (yunque),
el Lenticulens (lenticular), y el Estribalis (estribo). El estribo es el hueso más pequeño del
cuerpo humano. Éstos conforman una cadena que se extiende desde la membrana timpánica
hasta la ventana ovaloide.

Los osteocillos están compuestos por tejido óseo compacto y cartílago hialino. La función
de los osteocillos óticos y la membrana timpánica es la transformación de ondas
sonoras que viajan por medio del aire en la cavidad timpánica a ondas sónicas que viajen
por medio del líquido perilinfático del oído interno. Cuando las ondas sonoras penetran el
oído medio, el martillo golpea al yunque y este golpea al estribo inmediatamente, haciendo
comunicación entre estos 3 huesecillos; después de este proceso el sonido pasa por
la ventana oval y la ventana circular. La tuba faringotimpánica o trompa de Eustaquio mide
en el ser humano de edad adulta unos 4 cm de promedio. Se compone de una porción ósea
y otra cartilaginosa, posee una lámina epitelial compuesta por epitelio nasofaríngeo o
epitelio cilíndrico ciliado pseudoestratificado con abundantes células caliciformes. Sirve
para igualar la presión a ambos lados del tímpano.

Oído interno

También denominado labyrinthus, se divide a su vez en labyrinthus


osseus (óseo) y labyrinthus captivus (membranoso). En el labyrinthus osseus los
conductillos semicirculares pertenecen al órgano propio del equilibrio, mientras que
la coclearis o caracola pertenece al órgano de la audición. El labyrinthus osseus contiene un
líquido linfático denominado perilinfa que está localizado en el espacio perilinfático.

El labyrinthus captivus se subdivide en labyrinthus vestibularis y labyrinthus coclearis.


El labyrinthus vestibularis incluye los estatoconios denominados utriculus y saculus
localizados en los conductillos semicirculares óseos. El labyrinthus coclearis está formado
por el conductillo coclearis ubicado en la cóclea ósea. El Órgano de Corti se ubica en el
conductillo coclearis y es denominado el órgano receptor de la audición y propiocepción.

Existen también los canales semicirculares, son tres tubitos arqueados en semicírculos,
implantados en el vestíbulo y situados en tres planos rectangulares, según las tres
dimensiones del espacio. Los canales semicirculares nos dan la noción del espacio y, por lo
tanto, contribuyen al mantenimiento del equilibrio de la cabeza y del cuerpo.

Después encontramos el caracol o cóclea es un sistema de tubos enrollados, con tres tubos
diferentes, uno al lado del otro denominados rampa vestibular, rampa media y rampa
timpánica. La rampa vestibular y media están separadas entre sí por la membrana vestibular
(M.V.), la rampa timpánica y la rampa media están separadas por la membrana basilar
(M.B.). En la superficie de la membrana basilar se halla una estructura, el órgano de Corti,
que contiene una serie de células mecánicamente sensibles, las células ciliadas. La rampa
vestibular y la rampa timpánica se encuentran llenas de perilinfa, ésta es rica en Na y pobre
en proteínas. La rampa media contiene endolinfa la cual es rica en proteínas y contiene
sobre todo k. La rampa vestibular se relaciona con la ventana oval mediante el vestíbulo y
la rampa timpánica limita con la ventana redonda.
Ambos conductos comunican abiertamente en el vértice del caracol o helicotrema. Las
células ciliadas sostenidas por las células de Deiters están dispuestas angularmente y con
sus extremos alcanzan la membrana tectoria de tipo gelatinoso y que está extendida sobre
las células ciliadas.

La membrana vestibular es tan delgada, que no dificulta el paso de las vibraciones sonoras
desde la rampa vestibular a la rampa media.

Por lo tanto en cuanto a transmisión del sonido, la rampa vestibular y media se consideran
como una única cámara. La importancia de la membrana vestibular depende de que
conserve la endolinfa en la rampa media necesaria para el normal funcionamiento de las
células ciliadas.

Órgano de Corti

Es el órgano fundamental de la propiocepción del proceso auditivo en general. Es también


nombrado como órgano de la spira u órgano espiral dado que se encuentra en todo el
recorrido del conducto coclear, localizado en el oído interno. Está conformado por un
epitelio engrosado de características demasiado complejas, imposibles de definir incluso
bajo microscopía electrónica, pero se puede sintetizar su estudio en dos fuentes celulares:
Células ciliadas cocleares: tienen la función de transformar señales acústicas físicas a
señales acústicas mecánicas cortilinfáticas, y de estas a señales electroquímicas dirigidas al
área receptora auditiva de la corteza cerebral. Mecanorreceptocitos sensoriales, con una
hilera de células ciliadas internas y cuatro hileras de células ciliadas externas.

Células Ciliadas Internas: existen en un número aproximado de 4000, alineadas en una


única hilera sobre la cara interna de las células columnares internas.

Se asemejan en su microestructura a la de una pera, dentro de su citosol se aprecian bordes


sinápticos de naturaleza aferente.

Células Ciliadas Externas: se localizan en la periferia de las células columnares externas


formando 4 hileras regulares con un número aproximado de 13.000 células. Sus terminales
nerviosas son de características aferentes y eferentes.

Células de sostén: son células diferenciadas que descansan sobre una membrana basal,
existen 6 tipos denominados por su microestructura:

Células limitantes internas: confeccionan al espacio de Nuel o túnel medio.

Células falángicas internas: proporcionan un sostén pilárico.

Células columnares internas: confeccionan al túnel de Corti o túnel interno.

Células columnares externas: confeccionan al túnel de Corti o túnel interno.

Células falángicas externas: proporcionan un sostén pilárico.

Células limitantes externas: confeccionan al espacio de Nuel o túnel medio.

El líquido linfático localizado en medio del túnel de Corti y del espacio de Nuel se
denomina cortilinfa (endolinfa), de funciones acústico-receptoras.

Órgano del sentido de la vista


La vista es el sentido que nos permite percibir la forma de los objetos a distancia, y
también su color. La luz que llega de ellos es captada por una capa sensible, la retina, que
manda la imagen al cerebro para ser interpretada. El funcionamiento del ojo es análogo al
de una cámara fotográfica.

El globo ocular: Cada globo ocular se halla incluido en su órbita, y se encuentra protegido y
asistido por una serie de estructuras anexas.

Es un órgano casi esférico, de unos 24 mm de diámetro, que está dividido en dos cámaras:
la anterior o frontal, que es la menor, y la posterior, que constituye la mayor parte del globo
ocular. Existen dos capas que lo recubren en su totalidad: la esclerótica y la coroides.
Esclerótica. Está formada por fibras de tejido colágeno entretejidas en todas las direcciones
del espacio, que constituyen una capa blanquecina que se encarga de mantener la forma del
ojo. Se halla por fuera de la coroides, y en la parte anterior del ojo da lugar a la córnea.

Coroides. En ella hay gran cantidad de vasos sanguíneos y pigmentos, que dan al globo
ocular su color pardo. En la parte frontal da lugar a dos estructuras, el iris y el cuerpo ciliar,
que se hallan entre las cámaras anterior y posterior del ojo.

Córnea. Es la capa que pone en contacto el ojo con el aire, y es muy resistente debido a que
está formada por fibras colágenas. Dado que debe dejar traspasar la luz, es una estructura
casi transparente y apenas posee vasos sanguíneos. Ello es posible porque se trata de una
capa muy fina que puede tomar el oxígeno directamente del aire. Debido a esta falta de
sangre, la córnea es uno de los órganos más fáciles de trasplantar de una persona a otra, ya
que no existe rechazo inmunológico. Sin embargo, hay en la córnea numerosas
terminaciones nerviosas que hacen que los golpes en el ojo sean tan dolorosos, pero que
permiten detectar al instante cualquier partícula extraña que se introduzca en él.

Iris. Es la parte del ojo que corresponde al diafragma de una máquina fotográfica. Se
encuentra entre las cámaras anterior y posterior del ojo, y esencialmente se trata de un
grupo de músculos circulares y radiales (el músculo esfínter de la pupila y el dilatador de la
pupila) que rodean al orificio por donde pasa la luz al fondo del ojo. Dicho orificio, la
pupila, se agranda y se reduce según la cantidad de luz que llega al ojo, con lo que las
estructuras internas quedan protegidas. Sobre la capa muscular puede depositarse el
pigmento melanina, de forma continua o discontinua, dando lugar a los ojos marrones o
verdes, o puede no existir en absoluto, produciendo los ojos azules. Estas diferencias
constituyen una característica hereditaria.
Cuerpo ciliar. Se halla a continuación del iris y llega hasta la retina, la capa sensible a la
luz. Recibe su nombre porque en él se encuentra el músculo ciliar, que tira del cristalino
haciendo modificar su curvatura.

Cristalino. Es la lente de enfoque del ojo, ya que, como hemos visto, puede modificar su
curvatura cuando el músculo ciliar se contrae. Su forma es biconvexa, es decir, más gruesa
en el centro que en los laterales. Según la curvatura, desvía más o menos los rayos de luz.

Cámara anterior del ojo. Limitada por el iris, el cristalino y la córnea, se halla llena de un
líquido llamado humor acuoso, parecido al plasma sanguíneo.

Cámara posterior del ojo. Se encuentra por detrás del cristalino y el cuerpo ciliar, y su capa
interna es la retina. En su interior existe una gelatina clara en la que hay fibras colágenas y
que recibe el nombre de humor vítreo.

Retina. Forra el interior de la cámara posterior del ojo, llegando hasta el cuerpo ciliar por
delante. Es la capa sensible a la luz y está formada por tres estratos. El primero de ellos está
formado por neuronas que son excitadas por la llegada de la luz. Su terminación puede ser
de dos tipos, en forma de bastoncillo o en forma de cono, por lo que ambos tipos de
neuronas reciben el nombre de bastones y conos.

Los bastones. Se hallan distribuidos por toda la retina, pero son más abundantes en la
periferia que en el centro. Existen entre 70 y 150 millones de ellos en cada ojo; son muy
sensibles y perciben las diferencias de intensidad de luz debido a que contienen un
pigmento llamado rodopsina. Cuando estamos en la penumbra, únicamente son capaces de
ver los bastones, por lo que sólo vemos en blanco y negro.

Los conos. Nos dan la información sobre el color, ya que son excitados según la longitud de
onda de la luz que les llega. Poseen tres tipos de pigmentos: uno sensible al rojo, otro
sensible al verde y un tercero sensible al azul. Existen sólo siete millones de ellos en cada
ojo, y se hallan concentrados en la parte central, especialmente en una zona llamada
mancha amarilla. Algunas personas, sin embargo, sufren un trastorno hereditario llamado
daltonismo, por el cual su visión de los colores es deficiente. Los daltónicos pueden carecer
de uno, dos o los tres pigmentos. En este último caso su visión es en blanco y negro. Bajo
esta capa de. Conos y bastones hay otras dos capas de neuronas que transmiten los
mensajes hasta el nervio óptico. Estructuras anexas del ojo:

Nervio óptico. Recoge las sensaciones que provienen de la retina y sale del ojo a través de
un orificio de la coroides. En esta pequeña zona circular no existe la retina, por lo que
recibe el nombre de mancha ciega.

Músculos oculares. Por fuera del globo ocular hay una serie de músculos que permiten
dirigir la mirada, y además que ambos ojos se muevan coordinadamente. Hay seis músculos
distintos en cada ojo, y si alguno de ellos no funciona bien se produce un trastorno llamado.
Estrabismo (bizqueo). La persona bizca no tiene las pupilas en paralelo, sino que en uno de
los ojos la pupila mira siempre hacia dentro o hacía fuera. Hoy en día este trastorno puede
operarse y no queda ningún rastro.
Aparato lacrimal. Es el encargado de secretar las lágrimas, que sirven para mantener la
humedad del ojo y de los párpados, y además tiene un cierto efecto desinfectante. Las
lágrimas se forman en la glándula lacrimal y normalmente drenan por un conducto que las
lleva hacia la nariz. El llanto es una secreción excesiva de lágrimas, debido a que ha
entrado una partícula en el ojo o por causas emocionales, lo que hace que el líquido
desborde de los párpados.

Párpados. Son dos estructuras protectoras, una inferior y otra superior, que se deslizan
sobre el ojo y lo cubren durante el descanso o cuando la luz es excesiva. Además, los
párpados se abren y se cierran unas veinte veces cada minuto para retirar las partículas que
hayan podido caer sobre la córnea y para humedecerla con el líquido lacrimal. Este proceso
no significa ninguna pérdida de la visión, ya que es muy rápido. En el borde de los dos
párpados existen sendas hileras de pestañas, que protegen los ojos de la luz excesiva y de
los objetos que puedan caer en ellos. Además, los ojos son protegidos por los arcos
superciliares, que son rebordes que sobresalen por encima del ojo. Están formados por el
hueso frontal y sobre su piel se encuentran las cejas. La trayectoria de la luz en el ojo: Los
rayos de luz atraviesan la córnea, el humor acuoso, el cristalino y el humor vítreo, y llegan
finalmente a la retina, donde forman una imagen invertida. Al pasar de un medio al otro
sufren una cierta desviación, pero la más importante de ellas tiene lugar en el cristalino, la
lente del ojo.

Cuando deseamos ver un objeto que se halla cerca debemos enfocarlo. Para ello el músculo
ciliar del cristalino hace que varíe la curvatura de éste, con lo que se consigue que los rayos
de luz se desvíen. Además, la pupila se contrae, con lo que aumenta la profundidad de
campo de todo el sistema, lo mismo que sucede en las cámaras fotográficas al cerrar el
diafragma.

No todas las personas pueden enfocar perfectamente. A partir de los cuarenta años,
aproximadamente, casi todo el mundo tiene la vista cansada. Ello hace imposible enfocar a
distancias muy pequeñas, por lo que deben llevarse gafas para leer. Otro trastorno es la
miopía, (imagen abajo) que impide ver de lejos y se debe a que el globo ocular es
demasiado alargado. La imagen visual no se forma entonces en la retina, sino por delante
de ella. Para corregir la miopía deben llevarse lentes cóncavas. El caso contrario es la
hipermetropía. Los hipermétropes tienen el globo ocular demasiado achatado y la imagen
se formaría por detrás del plano de la retina. Por tanto, la visión de cerca no es posible y
deben llevarse lentes convexas.
Las personas miopes ven borrosos los objetos alejados, mientras que perciben los cercanos
con mayor nitidez. Otros síntomas son dolor de cabeza y vista cansada. La miopía aparece
conforme crece el globo ocular, por lo que comienza en la infancia y puede empeorar
durante la adolescencia. Normalmente, deja de avanzar en la edad adulta

Órgano del sentido de la nariz y el olfato


La nariz

Narices y estética.

La nariz se divide en dos compartimientos separados por el tabique nasal, los cuales tienen
dos orificios de salida denominados narinas. Por el otro lado, la nariz termina en unas
aberturas que comunican con la faringe.
En las paredes laterales de las fosas nasales se encuentran unos huesos esponjosos
llamados cornetes. Debajo de cada cornete existen unos espacios denominados meatos, que
son los que comunican la nariz con los senos paranasales.

Cornetes nasales

Su número por lo general es de tres (como si fueran tres dedos atravesados). Y ayudan a
realizar las principales funciones de la nariz: humectar, calentar, limpiar y dirigir el aire que
respiramos hacia el interior de los pulmones. Los cornetes son óseos, pero están
recubiertos, al igual que todas las paredes de las fosas nasales, por una membrana
llamada Pituitaria que en su parte inferior está recorrida por gran cantidad de vasos
sanguíneos y por ello se denomina Pituitaria roja. Las glándulas que forman esta Pituitaria
roja segregan una mucosa que se encarga de calentar y humedecer el aire que, por el sector
de los cornetes, pasa camino de los pulmones.

En la parte superior esta membrana se llama Pituitaria amarilla y tiene numerosas


ramificaciones de células olfativas bipolares que recogen las sensaciones olorosas y las
envían al bulbo olfativo. Solo esta zona es sensible a los olores y no la inferior.

El armazón óseo de la nariz está constituido por huesos, cartílagos duros y cartílagos
blandos. Los huesos duros forman la parte superior y los laterales del puente, los cartílagos
forman los laterales de las fosas nasales y el propio tabique nasal.

Las paredes nasales están revestidas por mucosas, segregadas por la membrana
Pituitaria, que tienen como función esencial el acondicionamiento del aire inhalado.
Además, la mucosa atrapa y quita el polvo y los gérmenes del aire cuando se introducen en
la nariz.

La nariz es el órgano donde reside el sentido del olfato. En el epitelio olfativo se encuentra,
como ya dijimos, la pituitaria amarilla, constituida por un grupo de células nerviosas con
pelos microscópicos llamados cilios. Estos están recubiertos de receptores sensibles a las
moléculas del olor.

Hay unos veinte tipos distintos de receptores, cada uno de los cuales se encarga de una
clase determinada de moléculas de olor. Estas células establecerán sinapsis con las
neuronas de los bulbos olfatorios, que mandarán las señales al cerebro.

El olfato
Fosas nasales.

En el hombre, el sentido del olfato está menos desarrollado que en muchos animales, quizás
porque al contrario que éstos, no depende de él para buscar alimento, hallar pareja o
protegerse del enemigo.

El área de la nariz humana sensible al olor es de unos pocos centímetros cuadrados,


mientras que en el perro, por ejemplo, recubre la membrana glucosa nasal por completo.

Sin embargo, el olfato humano es el más sensible de todos nuestros sentidos: unas cuantas
moléculas, es decir, una mínima cantidad de materia, bastan para estimular las células
olfativas.

Los receptores olfativos del hombre se encuentran situados en la porción superior de las
fosas nasales, donde la pituitaria amarilla cubre el cornete superior y se comunica con
el bulbo olfatorio.

Los vapores emitidos por las sustancias olorosas penetran por la parte superior de las
cavidades o fosas nasales y, después de disolverse en la humedad de la pituitaria amarilla,
actúan químicamente sobre los receptores olfativos. Los impulsos nerviosos que resultan de
la activación de los receptores son trasmitidos al bulbo olfatorio y de ahí a la corteza
cerebral para la formación de la sensación.

Mediante el acto de olfatear, la dirección de la corriente de aire es dirigida hacia la región


olfatoria superior de la cavidad, facilitando la llegada de un mayor número de partículas
olorosas hasta los receptores olfativos.

Las sensaciones olfatorias suelen confundirse con las del gusto, ya que ambas son
producidas por el mismo estímulo químico. En verdad, varios alimentos son apreciados
más por el olor que por el sabor.
El olfato contribuye a la iniciación de los procesos de la digestión. Así, cuando los distintos
olores alcanzan el centro olfatorio del cerebro, éste envía al estómago los estímulos
adecuados para que comience la producción de jugos digestivos; en este proceso interviene
también la visión, de tal forma que ante la presencia de la comida empieza a producirse
saliva en la boca, lo que facilita la digestión de los carbohidratos.

De todos los órganos de los sentidos, el olfato se distingue por la rapidez con que se adapta
al estímulo. Ello se debe a que, cuando las células olfatorias se "han acostumbrado" a un
determinado olor, cesan de transmitirlo al cerebro. Esta facilidad para dejar de percibir un
olor no constituye, sin embargo, una limitación muy seria para la vida del hombre, puesto
que sus adaptaciones no dependen tanto del olfato.

Una persona distingue entre dos mil y cuatro mil olores distintos.

El sentido del olfato permite apreciar el olor de los cuerpos.

No todos los cuerpos poseen olor. Los que lo poseen se llaman odoríferos y los que no
tienen olor, inodoros.

Para que un cuerpo posea olor es necesario que emita partículas pequeñísimas que se
mezclen con el aire. Esas partículas impresionan las terminaciones del nervio olfatorio.

El olfato, como vimos, reside en las fosas nasales que son dos orificios localizados por
detrás de la nariz y encima de la boca.

Las fosas nasales están separadas por un tabique cartilaginoso: en su parte anterior y óseo
en la, porción posterior. Se encuentran por debajo de la cavidad craneana y en su cara
externa se advierten tres salientes llamados cornetes superiores, medio, e inferior.

Cada fosa nasal se comunica por una abertura con el exterior. A la entrada de ellas se
encuentran pelos gruesos y cortos. El interior está recubierto por una membrana llamada
pituitaria.
Más sobre la membrana Pituitaria

Presenta dos aspectos:

1. Pituitaria respiratoria, por ella pasa el aire que va a los pulmones y el que sale de los
pulmones. Es de color rosado y recubre la porción inferior de las fosas nasales.

2. Pituitaria olfatoria, en ella se encuentran las células olfativas, que son impresionadas
por las sustancias odoríferas. Es de color amarillento y se ubica- en el cornete superior, por
donde -se distribuyen las ramas del nervio olfatorio.

Nervios olfatorios

Las fosas nasales reciben dos clases de nervios:

1. Nervios de la sensibilidad general, que proceden del trigémino y a través de los cuales se
perciben las sensaciones del tacto.

2. Nervios sensoriales del olfato que son los nervios olfatorios. Dentro de la cavidad
craneana, cada nervio olfatorio se ensancha para formar el bulbo olfatorio, que descansa
sobre la lámina cribosa del etmoides.

Anatomía nariz y olfato.

Del bulbo olfatorio parten numerosas ramas que atraviesan los agujeros de la lámina
cribosa y se distribuyen por la porción superior de las fosas nasales.

Fragancias, aromas y olores

Para que un cuerpo tenga olor es necesario que sea volátil, es decir que emita pequeñas
partículas y que se disuelva en el moco que recubre la mucosa olfatoria.

Esas partículas, llevadas por el aire que inspiramos impresionan las células olfativas que se
encuentran en la porción superior de la pituitaria.
La intensidad de los olores de los cuerpos depende de la mayor o menor cantidad de
partículas volátiles.

Si se deposita sobre la pituitaria amarilla un fragmento de un cuerpo oloroso, no


determinará sensación olfativa. Es necesario que se encuentre dividido en pequeñísimas
partículas mezcladas con el aire.

Cuando la pituitaria amarilla es impresionada largo tiempo por una misma sustancia, deja
de percibir su olor.

Anosmia

La perdida del olfato o anosmia puede ser parcial o total, temporaria o definitiva. La
anosmia parcial o total puede ser producida por una alteración o fatiga olfativa de la
mucosa pituitaria, por vegetaciones, por lesiones de tipo infeccioso en la pituitaria o por
inflamación provocada por un resfrío común. En estos casos la pérdida del olfato suele ser
temporaria. La anosmia definitiva generalmente es provocada por una lesión del nervio
olfatorio.

Órgano del sentido del gusto


Se denomina habitualmente gusto a una sensación compleja provocada no solo para
excitación de sus receptores específicos, sino también de los receptores del sentido químico
general, táctiles y térmicos de la boca, y sobre todo de los receptores del olfato. La
supresión de estos últimos disminuye considerablemente el gusto, y en forma especial la
discriminación gustativa.
Gusto: El gusto es el sentido que nos proporciona información sobre la naturaleza química
de los alimentos.

Su órgano principal es la lengua y sus receptores: las papilas gustativas

Lengua: Situado dentro de la cavidad bucal, es un órgano musculoso, impar y simétrico.

Tiene, aproximadamente la forma de un cono aplanado, su base es fija, y su vértice libre.


Su color suele ser rosado, lo que indica un buen estado de salud.

Se le describen:

2 caras: Superior e inferior

Dos bordes naturales

Una base posterior

Un vértice anterior.

CARA SUPERIOR: Esta revestida por una mucosa gruesa de color rosado, la mucosa
lingual.
También se observan unas eminencias grandes, son las papilas calciformes, estas, se
disponen a manera de V.

La V lingual divide la superficie de la cara superior de la lengua en 2 zonas:

Posterior y anterior.

La superficie de la lengua, por detrás de la V lingual es irregular.

CARA INFERIOR: Presenta un surco medio. De el arranca un pliegue de la mucosa. El


frenillo de la lengua que termina en la pared inferior de la lengua.

La mucosa que la reviste es delgada. A través de ella se observan por transparencia, a los
costados del frenillo, los relieves azulados, que se denominan Venas Raninas.

BORDES, BASE Y VÉRTICE:

Los bordes son redondeados y gruesos.

La base fija, corresponde a la región del istmo de las fauces. Con ella se relacionan los
pilares anteriores del velo del paladar, las amígdalas y la epiglotis, que cierra el orificio de
la laringe.

El vértice o punta de la lengua, es romo.

Estructura de la lengua:

La lengua es un órgano esencialmente muscular.

En su constitución intervienen:

Una formación osteofibrosa, que le sirve de esqueleto 17 músculos, que se implantan en el


esqueleto, una mucosa que recubre los músculos.

La formación esquelética osteofibrosa, está formada por un hueso: el Hioides, y por 2


membranas: Hioglasa, y septum medio.

La membranas Hioglasa, y septum medí, están prácticamente introducidos dentro de la


masa muscular.

Los músculos son: 1 impar, el lingual superior, y 8 pares, lo que hace un total de 18
músculos.

Los músculos de la lengua:


Entre los músculos de la lengua se distinguen los que aseguran el desplazamiento de la
lengua, en todas las direcciones, tensan los tejidos del piso de boca y varían la forma.

Están unidos a los huesos, como el hioides, por ejemplo:

Los cambios de posición de la lengua se realizan por los GENIOGLOSOS, HIOGLOSOS y


ESTILOGLOSOS.

Embriología:

A los 25 días de vida fetal aparece en la cara ventral del embrión o en la cara encefálica del
embrión la lengua. Al principio de la 7 semana la lengua ocupa la cavidad que se comunica
con las fosas nasales.

Anomalías:

Existen distintas anomalías linguales, estas se caracterizan por: Tamaño o Forma

Tamaño: cuando son menores al tamaño normal: Microglia

Cuando son mayores al tamaño normal: Macroglia

Forma: Con aspecto fisurado: Plicaturada Escrotal, Cerebriforme

Otra anomalía de forma: es cuando la lengua tiene dos puntas, esta se denomina Bífida.

Sensibilidad: Glosodinia, picazón o ardor

Unida al maxilar: Anquilosada

Ausencia: Aglosia

Mucosa lingual:

La mucosa lingual que recubre toda la lengua, se continúa con la mucosa de la pared sub-
lingual de la boca, de la faringe, el velo del paladar y amígdalas.

Está formada por una capa profunda de tejido colectivo, llamada corion

Receptores:

Los receptores del gusto están distribuidos en el dorso de la lengua, las caras anterior y
posterior de la epiglotis, la pared posterior de la faringe, en todo el velo del paladar y sus
pilares anteriores, excepto en la úvula. Los órganos del gusto, aparecen durante el tercer
mes de la vida intra-uterina. En el niño, no son tan numerosos como en el feto, pero todavía
se hallan diseminados por todo el dorso de la lengua y en la mucosa de los carrillos.
En el adulto a su vez, van disminuyendo con la edad, desaparecen primero del dorso de la
lengua y luego de la punta.

Se encuentran en relación con las papilas fungiformes, foliadas y calciformes de la lengua,


pero no con las filiformes.

Las pequeñas glándulas salivales serosas que vierten su secreción en, los surcos de las
papilas, cumplen un importante papel en la función gustativa, pues solubilizan las
sustancias sápidas y permiten su acción; luego hacen la limpieza del receptor, dejándolo en
condiciones adecuadas para recibir otro estímulo.

Los corpúsculos gustativos, están formados por células epiteliales de sostén y por células
gustativas finas y alargadas, con cilios o pelos gustativos que se proyectan en la cavidad
del.

Corpúsculo.

Alrededor de estas células, terminan los nervios sensitivos del gusto.

Excitación de los receptores:

La excitación de los receptores gustativos se lleva a cabo por la introducción en la boca de


una determinada cantidad de sustancia sápida en una solución de concentración conocida.

Puede provocarse una excitación localizada, colocando una gota de solución, sobre el punto
a examinar, teniendo el cuidado de impedir, que se extienda a las zonas vecinas.

El umbral varía considerablemente de un sujeto a otro, pero es bastante estable, en un


mismo individuo

Papilas:

La mucosa lingual presenta numerosas eminencias denominadas: PAPILAS.

La lengua está recubierta por unas 10.000 papilas gustativas.

Encontramos 3 tipos de papilas:

Calciformes

Fungiformes

Filiformes

Calciformes: Son las más grandes de todas las papilas.


En número de 9 a 11, forman la V lingual. La más grande de estas papilas, ocupa el vértice
de la V.

Tienen forma de cáliz o copa. En su parte central se observa una eminencia: el mamalon,
circundada por un surco, a manera de un foso.

Fungiformes: Tienen el aspecto de hongos de sombrero. Se encuentran por delante (y


algunas por detrás) de la V lingual.

Están mezcladas con las papilas filiformes que son más abundantes.

Su mayor número se localiza en los bordes y en la punta de la lengua.

Filiformes: Están distribuidas por toda la cara superior de la lengua.

Se disponen en hileras paralelas a los brazos de la V lingual.

Estas parecen sobre todo "táctiles", mientras las dos primeras, son gustativas.

Las papilas se agrupan en áreas sensibles a los sabores agrio, dulce, salado y amargo.

Los componentes químicos de las comidas que ingerimos, estimulan a los receptores de
cada una de estas zonas y los nervios transmiten estos impulsos al cerebro.

El sentido del olfato añade información para conseguir una amplia gama de sabores.

Significación fisiológica:

La excitación de los receptores del gusto provoca una secreción salival gástrica y activa la
motilidad gastrointestinal.
De este modo el gusto desempeña una función importante, aunque no indispensable en una
digestión normal.

Captación del sabor:

Las partículas sápidas en estado sólido, líquido o gaseoso, que se disuelven en las papilas
de la lengua mediante la saliva, son los excitantes que provocan las sensaciones gustativas.

Los gustos, como los olores, son infinitos y, debido a la dificultad de su clasificación, se
refieren a la sustancia que los produce. Se dice corrientemente "esto sabe a apio o a menta",
pero las cualidades gustativas más elementales, irreductibles entre sí y desligadas por
completo del olfato, se reducen a cuatro: salado, dulce, ácido y amargo.

Lo salado se percibe en todas las regiones de la mucosa lingual. La punta de la lengua


aprecia mejor lo dulce, y detrás de ella hay una zona absolutamente insensible. En los
bordes de la lengua se gusta mejor el sabor ácido, y en la base lo amargo.

La cantidad de saliva que se segrega depende de la clase de alimentos y de la intensidad


con que se gusta. Así, un limón produce mucha más secreción salivar que un simple
caramelo de esencia de limón.

Es tal la relación que existe entre el gusto y el olfato, que los vinos generosos pierden su
sabor característico si al probarlos se tapa la nariz. Por eso los catadores de vino no
aprecian bien sus cualidades cuando están afectados de coriza.

El vulgo afirma igualmente que las comidas resultan insípidas cuando uno se encuentra
muy resfriado. Puede masticarse ajo y cebolla sin percibir el menor sabor si uno se tapona
las fosas nasales con bolitas de algodón.
Órgano del sentido del tacto
El tacto proporciona sensaciones táctiles, de presión, térmicas y dolorosas, mediante
estimulación de receptores nerviosos específicos, repartidos por toda la superficie cutánea.

La piel es el órgano más grande de nuestro organismo y el órgano de mayor sensibilidad


táctil.

El sentido del tacto no solamente se encuentra en las manos, está presente en toda la piel
que cubre nuestro cuerpo. Este sentido es tan extenso y complejo que el organismo cuenta
con cuatro millones de receptores para percibir el dolor, 500 mil para sentir la presión, 150
mil para la percepción del frío y 16 mil para el calor.

El sentido del tacto nos permite apreciar las sensaciones externas de frío, calor, presión,
textura, vibración, cosquilleo, así como el peso que sostenemos, la fuerza que nuestros
músculos ejercen, etc. Desde la vida intrauterina el feto es capaz de responder a estímulos
táctiles como chuparse el dedo.

El sentido del tacto es sumamente importante para todo ser humano. El sentido del tacto
nos permite disfrutar de una caricia, los cálidos rayos del sol, el fresco viento, y un sin fin
de sensaciones agradables. Y nos protege contra sensaciones que nos pueden causar daño o
dolor, denominados nociceptores.

El sentido del tacto es tan sensible que, aun teniendo los ojos cerrados, podemos identificar
objetos, texturas, temperaturas, etc. Las sensaciones son percibidas por medio de
receptores, que son los encargados de enviar la señal al cerebro y se encuentran alrededor
de todo nuestro cuerpo, distribuidas entre las diferentes capas de la piel.
Los receptores cutáneos se llaman corpúsculos (Meissner, Ruffini, Pacini, y bulbos
terminales de Krause, los cuales tienen diferentes funciones:

Los corpúsculos de Meissner, nos permiten identificar la forma y tamaño de los objetos,
así como diferenciar lo suave de lo áspero.

Los corpúsculos de Pacini son los que determinan el grado de presión que sentimos; nos
permiten darnos cuenta de la consistencia y peso de los objetos y saber si son duros o
blandos. En algunos casos, el peso se mide de acuerdo al esfuerzo que nos causa levantar
un objeto. Por eso se dice que el peso se siente por el "sentido muscular".

Los corpúsculos de Ruffini perciben los cambios de temperatura relacionados con el calor
-nuestra temperatura normal oscila entre los 36 y los 37 grados. Especialmente sensible a
estas variaciones es la superficie o cara dorsal de las manos.

Los corpúsculos de Krause son los encargados de registrar la sensación de frío, que se
produce cuando entramos en contacto con un cuerpo o un espacio que está a menor
temperatura que nuestro cuerpo.

Las distintas impresiones del tacto son transmitidas por los diferentes receptores a la
corteza cerebral, específicamente a la zona ubicada detrás de la cisura de Rolando.
El pelo y las uñas también forman parte de la piel. El pelo no tiene terminaciones nerviosas,
y no transmiten impresiones al cerebro. Cuando nos cortamos el pelo o la uñas porque están
muy largas, no se siente el dolor. No obstante, las uñas y el pelo nos protege el cuerpo.

El aparato sensorial.
El aparato sensorial: los órganos de los sentidos.
ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DEL APARATO SENSORIAL.
Durante este tema analizaremos el sistema de recepción de estímulos del exterior, es
decir, los órganos de los sentidos. No analizaremos el sistema propioceptor, que recibiría
estímulos internos.
El aparato sensorial consta de los cinco órganos de los sentidos: vista, gusto, olfato,
oído y tacto.

Vista.
Características generales.
El sentido de la vista es el encargado de percibir los estímulos luminosos del
exterior, es decir, radiación electromagnética. Su órgano sensorial es el ojo. Somos capaces
de percibir radiaciones electromagnéticas con una longitud de onda entre 400nm y 700nm.
Constituye lo que se denomina espectro de luz visible (por debajo de los 400nm están los
ultravioleta y por encima de los 700nm los infrarrojos). En los seres humanos la vista es,
posiblemente, el órgano sensorial predominante.

Anatomía del ojo.


El ojo es el órgano principal del sentido de la vista. Su estructura receptora son una
serie de células sensibles a la luz rodeada de una serie de estructuras accesorias.
Anatomía y Fisiología Humanas Básicas
Entre las estructuras externas destacan, por un lado, los párpados, unos pliegues
cutáneos que se cierran cuando queremos que no entre la luz, siendo por lo tanto una
protección frente a estímulos lumínicos muy intensos o para ayudarnos a conciliar el sueño.
También protegen frente a otro tipo de agresiones y extiende los líquidos lubricantes sobre
la superficie del ojo.
Sobre el extremo del párpado hay una serie de pelos, las pestañas, que evitan que las
partículas penetren con facilidad a los ojos. Sobre el ojo encontramos las cejas, un grupo de
pelos que evitan que el sudor o el agua que arroya de la frente penetre en los ojos. En el ojo
existen, además, glándulas en los párpados. Las glándulas de Meibomio o tarsales lubrican
el ojo y lo protegen de infecciones. Y las glándulas lacrimales que humidifican la superficie
del ojo.
La parte sensible del ojo se encuentra encerrada en una estructura que denominamos
globo ocular. En un adulto tiene un diámetro de alrededor de dos centímetros y medio de
diámetro. Se divide en tres capas o túnicas, la fibrosa, la vascular y la nerviosa (más
conocida como retina)
- Túnica fibrosa: cubierta externa del globo ocular. Tiene dos partes, la anterior,
conocida como córnea, y la posterior, conocida como esclerótica. La córnea es
un tejido fibroso transparente que recubre al iris. Su estructura curvada
concentra y enfoca la luz. La esclerótica es una capa conjuntiva densa que cubre
el globo ocular por su parte posterior. Posee un hueco que es atravesado por el
nervio óptico.
- Túnica vascular: capa intermedia. Tiene tres partes, el coroides, el cuerpo ciliar
y el iris:
- Coroides: es una capa muy vascularizada que ocupa la parte posterior del globo
ocular. Se encarga de vascularizar la retina
- Cuerpo ciliar: se encuentra en la parte anterior, rodeando la zona de entrada
de luz. Posee un músculo, el músculo ciliar, que rodea una estructura interna
denominada cristalino. El cristalino es una estructura transparente que
constituye la lente que proyecta la luz sobre la retina. El músculo ciliar es
capaz de hacer variar la curvatura del cristalino, consiguiendo así que
enfoque sobre la retina los objetos que se encuentran a distinta distancia.
- Iris: el iris es la parte más anterior de la túnica vascular. Tiene forma de
disco coloreado, situado entre la córnea y el cristalino. Posee un agujero
central, por el que pasa la luz, denominado pupila. El iris puede variar su
tamaño, aumentando o disminuyendo el diámetro de la pupila y permitiendo
el paso de más o menos luz a través del ojo.

Anatomía y Fisiología Humanas Básicas


Fisiología del ojo.
La luz proveniente del exterior atraviesa la córnea, pasa por el iris, que limita la
cantidad de luz que entra y llega al cristalina. El cristalino concentra la luz sobre la retina.
En la retina se encuentran los fotorreceptores, los conos y los bastones. Los conos se
encargan de percibir las sensaciones de color, mientras que los bastones se encargan de la
visión en blanco y negro. Los bastones necesitan menos luz para funcionar.
Las señales generadas por los fotorreceptores viajan por el nervio óptico
directamente al centro óptico del cerebro, encargado de analizar e interpretar estos
estímulos y transformarlos en imágenes.

Gusto.
Anatomía del órgano sensorial del gusto.
El gusto es un sentido químico, es decir, los receptores se estimulan por productos
químicos en disolución dentro de la boca. Aunque la mayor parte del sentido del gusto se
encuentra en los quimiorreceptores de la lengua, una buena parte se debe a los receptores
olfatorios de la nariz, ya que los olores de los alimentos suben a la nariz por la nasofaringe.
Los receptores se encuentran en las yemas gustativas de la lengua. Un adulto tiene
alrededor de 10000 yemas, aunque disminuyen con la edad. Poseen células receptoras con
microvellosidades que reciben los estímulos químicos. Las yemas se encuentran en
elevaciones de la lengua denominadas papilas. Estas dan a la lengua un aspecto rugoso.
Pueden ser de varios tipos:
•¿Caliciformes: de mayor tamaño, con forma de V invertida, situada en la parte
posterior de la lengua.
•Fungiformes: con forma de seta. Se sitúan en los laterales de la lengua y zona
anterior.
•Filiformes: forma de hilo. Las encontramos en las porciones anteriores y centrales
de la lengua.

Fisiología del gusto.


Cuando una sustancia química entra en contacto con la papila, tras disolverse en la
saliva, el receptor químico de la papila envía una señal a su neurona asociada y esta envía la
señal al sistema nervioso central.
Anatomía y Fisiología Humanas Básicas

Sólo existen cinco sensaciones gustativas primarias: ácido, dulce, amargo y salado,
los clásicos, y un sabor descubierto hace relativamente poco llamado umami o sabor dulce-
salado. Los sabores que percibimos son una combinación de estos cinco. La porción
anterior de la lengua (es decir, la punta de la lengua) es más sensible a las sensaciones
dulces y saladas. La parte posterior es más sensible a las sensaciones amargas. Y los
laterales, a las sustancias ácidas.
Topografía de las zonas prioritarias del gusto en la lengua.

Tras un contacto con un estímulo, se va produciendo una adaptación al mismo. Las


sustancias amargas son aquellas a las que peor nos adaptamos (es un proceso evolutivo, ya
que la mayor parte de los venenos son amargos).

Olfato.

Anatomía y fisiología del órgano olfativo

Se trata de otro sentido químico, es decir, basado en la acción de quimiorreceptores. En el


hombre no es un sentido especialmente desarrollado, al menos en comparación de otros
animales .Los quimiorreceptores, entre 10 y 100 millones, se encuentran en la porción
superior de la cavidad nasal, en la conocida como pituitaria amarilla. La zona inferior de la
cavidad nasal se denomina pituitaria roja. La pituitaria amarilla es un tejido epitelial
especializado, que ocupa una superficie de unos 5cm2. Las células receptoras se encuentran
incluidas entre las células epiteliales de sostén y las glándulas olfatorias de Bowman, que
producen mucosidad, encargada de humedecer la superficie y así disolver los gases para
emitir que los olores lleguen a los receptores.
Somos capaces de reconocer miles de olores diferentes y aunque se ha tratado de reducir a
siete los olores primarios, posiblemente existen cientos de ellos.

Anatomía y Fisiología Humanas Básicas

Cuando a un receptor llega una sustancia adecuada, esta manda el impulso al sistema
nervioso central por medio de sus neuronas asociadas. Estas atraviesan los agujeros que
tiene el hueso etmoides y que constituye el techo de la cavidad nasal. A esa zona se le
denomina placa cribosa. Llegan a una serie de lóbulos que se encuentran justo por encima
del etmoides y que forman parte del encéfalo. Constituyen lo que se denomina bulbo
olfativo. De ahí, la información pasa a los lóbulos frontales del cerebro, donde se analizan.
El olfato posee una gran capacidad de acomodación, se satura con relativa facilidad.

Oído.

Anatomía del oído.

El oído es el encargado de recoger las ondas sonoras, es decir, vibraciones de las partículas
del aire. Las ondas llegan a unos pabellones situados a los lados de la cabeza, las orejas.El
oído es el encargado de transformar esa onda sonora, de naturaleza mecánica, en una
impulso nervioso. Además, en su interior se encuentra el mecanismo de control del
equilibrio.
El oído tiene tres partes, el oído externo, medio e interno:
•Oído externo: recoge las ondas sonoras del exterior y las conduce al interior. Está
constituido por pabellón auditivo, conducto auditivo y tímpano.
•Pabellón auditivo: es decir, la oreja. Se trata de un colgajo de cartílago elástico recubierto
por piel y que se encarga de canalizar los sonidos del exterior hacia el conducto auditivo

Anatomía y Fisiología Humanas Básicas


•Conducto auditivo: canal de unos dos centímetros y medio de longitud. Está recubierto de
pelos y de una secreción cerosa que impide que penetren partículas de suciedad. Finaliza en
el tímpano.
•Tímpano: capa de tejido conjuntivo fibroso que hace de “tela de tambor”, es decir, vibra
cuando llega el sonido. Es, por lo tanto, el transmisor de la vibración de las partículas de
aire.•
Oído medio: se denomina también cavidad timpánica. En ella, la vibración del tímpano se
transmite a tres pequeños huesos enlazados, el martillo, el yunque y el estribo, colocados en
ese orden. Conducen la vibración mecánica desde el tímpano hasta el oído interno. Además,
esta cavidad comunica con la nasofaringe a través de la trompa de Eustaquio, que evita que
exista diferencias importantes de presión entre los dos lados del tímpano.
•Oído interno: por la complejidad de sus conductos se denomina también laberinto. El
laberinto está constituido por tres zonas, los conductos semicirculares óseos, el vestíbulo y
la cóclea o caracol. Todo ello se encuentra rellena en un líquido llamado endolinfa y
protegido exteriormente por otro líquido denominado perilinfa. El vestíbulo, que está
situado en la porción central tiene una forma ovalada y está constituido por dos sacos, el
sáculo y el utrículo. En el interior del vestíbulo están los receptores del equilibrio. A partir
del vestíbulo salen hacia arriba tres conductos arqueados, los conductos semicirculares. Por
debajo y detrás del vestíbulo está la cóclea, de forma espiral, en cuyo interior se encuentra
el verdadero órgano de audición, el órgano de Corti

Anatomía y Fisiología Humanas Básicas

Fisiología del oído.


Las ondas sonoras llegan al pabellón auditivo y son transmitidas, a través del conducto
auditivo, hacia el tímpano. El tímpano vibra por la acción de las ondas sonoras y esta
vibración se transmite al martillo, que a su vez mueve al yunque y el yunque al estribo.
Estos transmiten el movimiento a unas membranas del oído interno que provocan que la
endolinfa se mueva a través del laberinto. El órgano de Corti recoge esos movimientos y
mandan las señales al sistema nervioso central, a través del nervio auditivo.
El centro auditivo se encuentra en la zona temporal del cerebro. El sonido se debe a los
movimientos de la endolinfa de la cóclea.
Los movimientos de nuestro cuerpo provocan movimientos en la endolinfa de los canales
semicirculares. Estos están dispuesto con unos ángulos de aproximadamente 90º entre si y
los movimientos de la endolinfa provocan una señal al cerebro que indican el movimiento
que está realizando nuestra cabeza, siendo por lo tanto el responsable de la sensación de
equilibrio

Tacto.

Anatomía y fisiología del tacto.

Recibe estímulos del exterior a través de la piel: presión, roce, contacto, vibración,
temperatura, etc. Y puede recibir los estímulos como normales o como aviso de dolor.
Los receptores se encuentran, en su mayor parte, en la dermis. Ya hablamos de ellos en el
tema de la piel: terminaciones libres, corpúsculos de Paccini, de Ruffini, de Meissner, la
inervación de los folículos pilosos, etc. De alguno de ellos se conoce su función concreta, o
no se tiene del todo claro.
Desde los receptores salen neuronas, que se unen para formar nervios, y que llegan al
cerebro a través de la médula espinal. Es en el cerebro donde se interpretan las sensaciones
y se localizan, concretamente en las áreas sensitivas de la corteza cerebral.
Si el estímulo es dolorosa, sigue otra vía diferente que no le lleva a la corteza (de ahí quelas
sensaciones dolorosas sean más difíciles de localizar)

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