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sels Tratado sobre la Predicaci6n por JUAN A. BROADUS ‘Traducida por ERNESTO BAROCIO NY CASA'BAUTISTA DE PUBLICACIONES ere] CASA BAUTISTA DE PUBLICACIONES Apartado 4255, El Paso, TX 79914 EE. UU. de A Agonclas de Distribucién ARGENTINA: Rivadavia 3464, 1203 Buenos Aires BRASIL: Ava Sila Vale 731, Rio de JanoKo JOLIVIA: Casilla 2516, ‘Santa Cruz COLOMBIA: Apartado Aéreo 55294, Bogota 2D. E COSTA RICA: Apartado 285, San Pedio CHILE: Casila 1253, Sartiago ECUADOR: Casilla 3235, Guayaquil EL SALVADOR: 10 Calle Me. 124, San Salvador ESPANA: Padre Mende? #142.8, 46900 - Torrente, Valencia ESTADOS UNIDOS: 7600 Alabama. £1 Paso, TX 79904 Teléfono (915) 566-9656 PEDIDOS: 1 (800) 755:5958 Fax (915) 362.6502 a GUATEMALA: 12 Calle 9-54, Zona 1 (01001 Guatemala HONDURAS: 4 Calle 9 Avenida, Tegucigalpa MEXICO: Vizcainas 16 Ole, (06080 México, D. F sJosé Rivera No. 145-1 Gol. Moctezuma 19 Seccién 45500, Mewco, OF Superavenida Lomas Verdes 640 - Locat 62 Col. Lomas Verdes, Nauc.. 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Importancia de Ia predicacién y difieultad de predicar bien... _ 2h 2, Naturaleza de la elocuencla. 22 3. Requisitos para Ja predieacién efectiva. 22 ! 4. Peligros de los estudics retérieos 23 bo PARTE I i MATERIALES DE LA PREDICACION i CAPITULO I El Texto.—Su Efecci6n fot 1. Sentido del término_. 25 i 2. Ventajas de tener un texto.. 26 3. Reglas para ja eleccién del texto. 2T CAPITULO IL EI Texto.—Su Interpretacién 1. Obligacién de interpretar con cuidado y exactitud 31 ‘incipales de error en la interpretacion 31 41 4. Breves reglas para interpretar... 46 1 \ 3. Ejemplos de textos mal aplicades. \ \ I 328 yee es PeNe ‘TRATADO SOBRE LA PREDICACION, CAPITULO IIT Asuntos.—Su Clasificacién Asuntos doctrinales = 52 Asuntos morales 87 Asuntos histéricos 60 Asuntos experimentales __._ 62 Sermones ocasionales ____ 63 CAPITULO Iv. Materiales Generales de! Sermén.—Originolidad, Copia y Plagio. Materiales que se poseen de antemano......__. 68 Materiales recogidos al tiempo de la preparacién 72 Materiales. originales. 73 Materiales prestados y plagio. 19 CAPITULO V Materiales Especiales.—Explanacién Explanacién de textos, incluyendo exégesis, na- rracién y descripcién ~ 86 Explanacién de asuntos, incluyendo definicién, division, ejemplificacién y comparacién. 92 CAPITULO VI Argumento Importancia del argumento en la predicacién.. 97 Preliminares del argumento—La carga de la prueba, ete. __ Variedades principales de argumentos. 107 A. Argumento a priori... 108 B. De testimonto........._ 11 C. Induccién 116 = x TRATADO SOBRE LA PREDICACION 329 D. Argumentos de analogia. 8 E. Deduccién de verdad ya estableclda___ 123 F, Clertas formas de argumento- zt Refutaclén _. 126 133 136 138 Fuentes de Slustracion__ 142, () La observacién_ 142 (2) La invencién pura_. 144 (3) La elencia. 144 (@ La historia. —— 145 (5) La literatura y el arte. wai (6) Las Eserituras—_ 148 Precauciones en el empleo de ilustraciones. 149 CAPITULO VII La Apticacion Importancla de la aptieacion__ a La persuasién y tres clases de motives. 152 Excitando jas pasiones ——.. 156 PARTE Il EL ARREGLO DEL SERMON CAPITULO I La Importaneia del arregio. as 330 ‘TRATADO SOBRE LA PREDICACION CAPITULO II Los Varios Portes de un Sermén 1. La Introduccién —.. 2, El Plan y las Divisiones- La Conclusion - 181 CAPITULO IT Diferentes Especies de Sermones 1, Sermones de Asunto 2, Sermones de Texto. 3. Sermones Expositivos PARTE Ill EL ESTILO CAPITULO I Observaciones Generales con Respecto al Estilo 1, Naturaleza e importancia del estilo. 2. Medios para mejorar el estilo. (1) Bl estudio del lenguaje- (2) El estudio de la literatur: (3) Practica en escribir y hablar. CAPITULO IL De Ia Perspicuidad del Estilo Importancia de la perspleuldad_— 21a 1. La perspicuidad, sa dependencla de los términos 214 2. La perspicuidad, su dependencia de la construc- cién de frases y periodos.. sera ee 2N6) pepe a sae TRATADO SOBRE LA PREDICACION 331 La perspleuldad, su dependencia de fa brevedad y prolijidad 219 CAPITULO IT De ta Energia del Estifo La naturaleza de la energia y requisites. 222 La energia de los términos_. La energia en Ja estructura. La energia en el uso de figuras de lenguaje. 232 CAPITULO IV De Ia Elegancia en el Estilo Elegancia en diferentes clases de composicién......_ 238 Eleganeia en cl uso de términos. 2a Elegancia en el uso de palabras . 24g Fleganela en el uso de figuras 24a Elegancia en un estilo sencillo__ 243 PARTE IV LA PREDICACION CAPITULO I Los Tres Métodos do Preparacién y Predicacién La Lectura Recitacién Lnprovisacion Breve historia de los tres métodos._. Preparacién general ¥ Y especial para Ia predica- cién improvisada . 332 TRATADO SOBRE LA PREDICACION CAPITULO IL De Ia Diccién, en Cuanto a Ia Yor Observaciones generales sobre la diccién. La voz—sus poderes distintivo: Mejoramiento general de la voz Uso de la voz al hablar en publico__ Nota sobre el mal de garganta de los predicadores 280 (edt cole oot CAPITULO DIT Do Ia Accién La aceién como manifestacién de los pensamientos 282 1. La expresién del rostro en la accl6n_________ 285 2. La postura — 3. Elademan — Reglas acerca de la accién 292 PARTE V LA DIRECCION DEL CULTO PUBLICO Importancia de! Culto Pablico La lectura biblica.. 297 Himnos Oracién publica Duracién de los servicios —_____ a Correccién de maneras en el piilpite Observaciones finales _......____. PRP Pee JUAN A. BROADUS (Extractado de “Efigies Bautistas”) Juan Alberto Broadus vié la Iuz primera el 24 de encro de 1827, en el Condado de Culpeper, Estado de Virginia, E.U. A. Sus padres % fueron el comandante Edmundo Broadus y la Sra. Nancy Simms Broadus, Personas de alto relieve en el Condado de Culpeper, ¥ sinceros cristianos. El comandante Broadus era hombre de grap energia de caracter, persistente en sus empresas, abnegadd’en las causas justas, hombre amanie de su hogar y padre tierno y carifioso. Sabia unir a la energia la ternura. En cuanto a la madre de nuestro biografiado, poco se sabe de ella. Era pe- quefa de estatura (en lo cual se le parecia sir hijo Juan), gentil y quieta en su manera de ser, pero de gran firmeza en el gobierno de su casa y la educacioh de sus hijos. “Como el comandante Broadus a menu- do se encontraba ausente, en propagandas politicas, ella era la encargada de dirigir todos los trabajos de la finea en que vivian. ¥ demostré tanta industria, tacto y habilidad, que merecié las palabras que el sabio pronuncié con respecto a la mujer virtuosa.” Jamas castigé a sus hijos, y sin embargo, éstos la amaban y respetaban profundamente, Jo que se expti- ca por el hecho de que a Ja inflexibilidad de sus man- datos, unia la ternura de su amor. Era, en fin, una 4 TRATADO SOBRE LA PREDICACION de esas mujeres que saben gobernar bien sus casas, sin perder el carifio de sus hijos, y sin dejar de amar a 6stos. En este hogar, tan tranquilo, tan ordenado, tan piadoso, nacié Broadus, el que después habia de bri- lar tanto, no solamente en su patria, sino también en el resto del mundo. Se le pusieron los nombres de dos de sus tios maternos: Juan, por el Dr. Juan Simms, y Alberto por Alberto Simms, el maestro que tanto influencié su vida. Los primeros afios los pasé en la casa solariega, en medio del campo, a través del cual correteaba en sus juegos, y en el que disfru- taba de la vida a plenos pulmones. Tanto creia Broa- dus en los beneficios del nacimiento en sitio rural, que después acostumbraba a decir que “todos debe- rian nacer en el campo.” En aquella época se dificultaba mucho en el Sur de los Estados Unidos, el aprendizaje de las primeras letras, porque habia una gran escasez de escuelas. “Pero Juan A. Broadus tuvo grandes oportunidades educativas en su infancia. En su casa habia mu- chos libros y gran numero de peridédicos, y muchas visitas, y todos en la familia se ocupaban en el estu- dio del lenguaje. Tuvo ademas, en sus primeros afios, un buen maestro en la escuela rural, en la persona del Sr. Alberto Tutt; y después de haber cumplido los diez afios, uno de los mejores maestros de ensehan- za superior, en su tio el Sr. Alberto G. Simms.” En 1837 el comandante Broadus se traslad6 con su fa- milia de Culpeper a Edge Hill, donde, en beneficio de sus hijos, abrié una escuela, en la que ensefid has- ta el afio 1839. Juan tenia entonces unos trece afios de edac y estaba en condiciones de asistir a la escue- ‘TRATADO SOBRE LA PREDICACION 5 la que dirlgla su tio Alberto, a unas seis millas ae distancia de donde vivia mnestro biografiado, quien estaba toda Ja semana con su tio, y ios viernes cami- naba esas seis millas para venir a pasar el sibado y e] domingo con sus padres y hermanos. En esta es- euela progresé mucho Juan, at extremo de que podta leer el latin correctamente, siendo las matematicas en lo que mas sobresalié. Durante el afo 1841 Juan ayudé mucho a su tio en e} colegio, ensefiando a sus condise{pulos. Un dia, en el afie 1843, Juan regresé a su casa, trayendo su bail; y su padre erey6 qué habia sido expulsado por causa de alguna travesura propia de Ia edad. Pero cuando traté de averiguar la causa de su venida, Juan le contest6, diciendo: “Tio dice que no puede hacer nada mas por mi.” No satisfecho con esta breve respuesta, el comandante fué a ver a su cufado, a fin de averiguar por qué habia sido expulsado Juan del colegio; pero el Sr. Simms se rid a carcajadas al oirie, y le dijo que Juan no habia sido expulsado sino enviado a casa, porque ya él no po- dla ensefiarle nada, puesto que el discfpulo sabia tan— to como el maestro. En el ultimo ajio de estancia en el colegio de su tlo, los Pbros. Carlos A. Lewis y Barnett Grimsley ce- lebraron una serie de cultos de avivamiento en la igle-. sia Mount Poney, en las cercanias, durante los cua~ Jes nuestro ilustre biografiado fue convertido. De este acontecimiento dice el Sr. Santiago G. Fields, uno de sus amigos de la Infancia: “En mayo de 1843, en unos cultos de avivamiento, celebrados principalmen- te por el Pbro, Carlos Lewis en ja iglesia Mount Po- ney, en Culpeper, ambos profesamos nuestra con- version, nos unimos a la iglesia el mismo dia y fulmos 6 TRATADO SOBRE LA PREDICACION juntos bautizados por el Rdo. Cumberland George, en el arroyo Mountain Run, poco mas arriba del puente que lo atraviesa. No permanecié mucho tiempo en la iglesia Mount Poney, sino que trasladé su carta a la iglesia New Salem, a la que pertenecia su familia.” E] pastor de New Salem, Rdo. Grimsely, tuvo un gran ascendiente sobre el joven Broadus, y fue el elegido por Dios para hacer que éste pensara en dedicarse a la predicacién del Evangelio. A mediados del afio 1846 pudo entrar en la Uni- versidad de Virginia. En esta universidad, Broadus estudio intensamente por espacio de cuatro anos, so- bresaliendo como uno de los mejores estudiantes. Mu- chos de los que eran sus condiscipulos en la universi- dad luego legaron a ser grandes hombres en las le- tras, en el foro, en la magistratura, en las ciencias, en la teologia. Pero entre todos ellos Broadus ocupaba uno de los primeros lugares, como estudiante respe- tuoso, activo, inteligente, que asombrosamente asimi- -laba los conocimientos que sus maestros trataban de impartirle. Tan buen estudiante era, que algunos de sus maestros legaron a ser amigos suyos durante to- da su vida. Pero, no obstante haberse entregado tan comple- tamente a los mas serios estudios, Broadus realizaba un activo trabajo religioso, desempefiando una im- portante parte en los servicios de oracién de los es- tudiantes, en las clases biblicas, en la escuela domi- nical. Aqui tuvo su primera experiencia en el tra- bajo misionero; y por causa de esta experiencia, acos- tumbraba decir después que “no se encontraba en condiciones de ir como misionero a China, aquel que TRATADO SOBRE LA PREDICACION 7 no quisiera trabajar entre los necesitados de su pro- pio pais.” En el afic 1848 encontramos a Broadus como uno de los oradores mas denodados de la causa de la tem- perancia. El afio anterior se habia unido a “Los Hijos de la Temperancia,” orden universitaria que se na- bia formado con ei propésito de arrancar a los jove- nes de las garras del vicio; y ahora, unos cuantos meses después, era conocido a través de todo el Es- tado como uno de los defensores mas tenaces de este ideal. De todas partes reeibia invitaciones para ha- blar en piblico a favor de la causa que defendian, los “Hijos de Ja Temperancia.” EI dia 4 de junio de 1849 predieé Broadus su pri- mer serm6n. Su texto fue Salmo 62:8: “Dios es el refugio para nosotfos;” y algunas personas que lo oyeron testimoniaron que era 1m gran sermén, un sermon que auguraba lo que habia de Hegar a ser en el futuro como predicador. Terminada su carrera universitaria, Broadus re- gresé a su colegio rural en la casa del General Cooke, en Bremo, Condado de Fiuvanna, prefiriendo este lu- gar tranquilo, donde podia dedicarse al estudio y a Ja meditacién, a los puestos de importancia que se le ofrecian. Uno de tos grandes deseos de Broadus por- esta época, era el oblener una debida preparacion teotégica; y como no habia cerca ningin seminario, se dedicé afanosa y tesoneramente a esta clase de estudios, en los que mas tarde habla de brillar tanto. Pero no obstante sus labores de maestro de escuela, y los profundes y sistematicos estudios que estaba Yealizando, nuestro biogratiado encontraba tiempo que dedicar a la predicacién. 8 TRATADO SOBRE LA PREDICACION En los primeros dfas de agosto, Broadus fué al Con- dado de Culpeper a visitar a sus familiares y amigos. Durante su estancia alli, parece que celebré una se- rie de cultos de avivamiento en la iglesia a que anti- guamente habia pertenecido. Habiendo la congrega- cién de New Salem acordado su ordenacién en la junta de julio, el dia 12 del referido mes de agosto se form6 un concilio ordenador en esta iglesia, con el propésito de separar formalmente a este siervo de Dios para la obra del ministerio. El sermén de orde- nacién fue predicado por el Rdo. H. W. Dodge; fue- ron miembros del concilio los Rdos. Barnett Grims- ley y Cumberland George; y su hermano carnal J. M. Broadus actuo de secretario, Después de la orde- nacion nuestro biografiado regres6 a su puesto de maestro rural en Bremo, donde, por espacio de unos meses, dividia su tiempo entre sus clases, sus estu- dios y sus epistolas amorosas a la elegida de su co- razon. Por esta época se habia extendido tanto la fama que de elocuente y consagrado predicador y de pro- fesor habil tenia Broadus, que eran muchas las igle- sias que lo Namaban a su pastorado, y muchas las universidades que le ofrecieron alguna de sus cate- dras. Pero nuestro biografiado declind todos estos nombramientos. Por fin, en el mes de septiembre del afio 1851, Broadus acepté la plaza de catedratico au- xiliar de lenguas antiguas en la Universidad de Vir- ginia, asi como el pastorado de la iglesia bautista de Charlottesville, que por la misma fecha le fué ofre- cido por la unanimidad de votos de sus miembros. De esta. manera pod{fa efectuar ambos trabajos, ense- fiando y predicando, ya que la universidad y Char- TRATADO SOBRE LA PREDICACION 9 lottesville se encontraban muy cerca una de la otra. “KL Dr. Broadus era ahora pastor de la iglesia a ia eval no habia querido servir cuando era estudiante, y se haltaba de profesor en la gran universidad de entre cuyas paredes hacia tan poco tiempo que ha~ bia salido.” Por espacio de ocho anos estuvo el Dr. Broadus desempefiando estos dos importantes puestos, traba- jando con gran entusiasmo y eficiencia, progresando en habilidad, y haciendo que su renombre fuera ma- yor cada dia y sus labores fucran profundamente in- tensas. En mayo de 1859, Broadus asistié a la Convencion que se celebré en Greenville, Carolina del Sur. Esta Convencién estableci¢é formalmente esa magnifica institucion que tanto bien ha hecho, y de la que han salido tantos ministros eminentes para esparcirse por la faz de la tierra, predicando la palabra de Vida, el Seminario Teolégico Bautista del Sur; siendo nom- prados como sus profesores Jas siguientes personas; J. P. Boyce, J. A. Broadus, Basilio Manly, hijo y E. 'T. Winkler. Nuestro biografiado decliné este puesto de tanto honor y de tanta responsabilidad, no desean- do abandonar su buena iglesia de Charlottesville. Sus amigos y familiares continuaban Insistiendo en que aceptara el nombramiento de profesor en el seminario, y al efecto era enorme el muimero de car- tas que le escribian. Y tanto exhortaron y aconseja- ron, que por fin Broadus, al contestar al Dr. Boyce que en el mismo sentido le habia escrito, acepté di- cho nombramiento, con fecha 21 de abril de 1859. Asi entré nuestro ilustre biografiado a la obra que hhabia de ocuparlo durante todo el resto de su vida, 10 TRATADO SOBRE LA PREDICACION esa obra tan eficiente que de manera admirable efec- tuo por espacio de treinta Y seis afios, durante los cuales ejercié una tremenda influencia sobre los cen- tenares de estudiantes que a sus pies se preparaban dignamente para enfrentarse con un mundo de pe- cado, a predicarle la salvacién por medio de la san- gre de Cristo. Con su ingreso en la facultad del se- minario, comienza la fase mas activa, mas brillante, mas fructifera de la vida de ese gran hombre que se lama Juan Alberto Broadus, de ese gran hombre que fué uno de los tedlogos mas eminentes del Sur de los Estados Unidos. Su catedra fué la de Homilética e Interpretacion Biblica. Siendo este seminario una instituci6n nueva, fue necesario hacer una intensa propaganda a su favor, a fin de adquirir alumnos y de destruir los prejui- cios que existian en algunas partes en contra de plan- teles de esta naturaleza. A este trabajo tan improbo, tan dificil, tan desagradable, dedicé Broadus una gran parte de su tiempo, ya escribiendo, ya viajan- do por los estados del Sur. En esta obra nuestro bio- Brafiado recibié la cooperacién de todos los otros Profesores; pero es justo decir que una gran parte del éxito obtenido en estos primeros afios de la vida del seminario, se debié al profesor de Homilética. Por esta época Broadus era uno de los oradores reli- giosos mds elocuentes de su Pais, uno de los hombres de quien mas se hablaba, y a quien continuamente se estaba solicitando para los puestos mas honorifi- cos; y toda esta elocuencia, toda esta influencia, la us6 para el progreso de la institucién a que se habia decidido a servir con todas sus energias y entusias- mo. Es por esto que puede decirse, sin temor a equi- TRATADO SOBRE LA PREDICACION ln yocacién, que el nombre de Broadus va indisoluble- mente unido af del Seminario Teolégico Bautista det Sur, de manera que es imposible habiar del semina- rio sin recordar el nombre Ge J. A. Broadus; porque una gran parte de lo que es ese seminario, se debe a Jos esfuerzos y a los trabajos de este gran hombre. Los dos afios que mediaron entre la apertura del seminario y la guerra de secesion, fueron anos muy dificiles para esta institucion, por las razones que arriba hemos apuntado, a saber: los prejuicios exis- tentes en muchos lugares del sur contra los semina- tios, y Ja necesidad de procurarie vida a esta insti- tucién que comenzaba sin propiedades, sin fondos de reserva y sin alumnos suficientes para pagar los gastos de tal plantel. Pero todos los catedriticos se pusieron a la obra, con'especialidad Broadus, tratan- do de ganar simpatias y obtener donaciones para el seminzrio. Por eso los vemos, durante estos anes, viajando continuamente, hablando en publico sin cesar, escribiendo sin interrupcién, hasta que a prin- cipios dei afio 1861 el horizonte del seminario se pre- sentaba mas despejado, siendo muy fundadas jas es~ peranzas que se tenfan del éxito de esa institucion. Pero cuando mds halagiiefias eran estas esperan- zas de éxito, surgié la terrible guerra que paraliz6 todas las actividades, que suspendi6 todas las opera- ciones, que trajo la inseguridad, la inquietud en todas las cosas. Y naturalmente, el seminario sufrié terri- plemente a consecuencia de este estado de cosas. Por algtn tiempo trataron sus amigos de sostenerlo abier- to, en actividad de ensefianza; pero el hecho de que Jos estudiantes de teologia no eran exceptuados de Ja obligacion de tomar las armas, hizo necesario clau- 12 TRATADO SOBRE LA PREDICACION surarlo. En consecuencia, en elf otofio del afio 1862, el Seminario Teolégico Bautista del Sur cerré sus puertas por encontrarse sus aulas completamente vacias, y no haber esperanza de llenarlas en el in- mediato futuro. Como es natural, habiendo cerrado el seminario sus puertas, los profesores que ocupaban sus cate- dras tuvieron que buscar otras ocupaciones en que pudieran ganar el sustento. En noviembre, Broadus fué nombrado pastor de las iglesias de Cedar Grove y Williamston, al mismo tiempo que predicaba como sustituto en otras iglesias. Por esta época nuestro ilustre biografiado se encontraba activamente ocu- pado en la preparacién de su “Comentario sobre Ma- teo.” Desempefié también, por espacio de unos meses, el puesto de capellan en el ejército del Gen. Lee, ga- nandose la simpatia y la confianza de soldados y ofi- ciales. En 1864 era pastor de cuatro iglesias a la vez; y desde 1863 a 1866 ocupd el puesto de Secretario Co- rresponsal de la Junta de Escuelas Dominicales de la Convencion Bautista del Sur, Junta que debi su creacién a las gestiones de Broadus y del Dr. Manly. Aunque entonces esta Junta no hacia, ni con mucho, la labor que efecttia en la actualidad, no dejaba de realizar algun trabajo en lo que respecta a Ja publi- cacion de folletos y periédicos. Es admirable, por tan- to, el cimulo de obligaciones que pesaban sobre el Dr. Broadus, y el enorme trabajo que tenia que reali- zar para cumplir con estas obligaciones. A la terminacion de la guerra, el horizonte del se- minario se presentaba mas negro que nunca; legan- do todos a pensar que seria imposible volver a abrir sus puertas, ni sostenerse. Sin embargo, en la reu- ‘TRATADO SOBRE LA PREDICACION B nién que para tratar sobre ef particular tuvieron Ios profesores, después de haber estudiado el asunto bajo todos sus aspectos, et Dr. Broadus dijo a sus compa- fieros: “Supongamos que tranquilamente decidamos que el seminario muera, pero que nosotros mura- mos antes.” Y los cuatro profesores legaron a esta decisiGn, de morir antes de que el seminario muriese. En consecuencia, las puertas del seminario fueron abiertas muevamente el dia Io. de noviembre de ese mismo ano (1865), contando solamente con siete es- tudiantes. A este respecto dice el Dr. Robertson: “En Homilética el Dr. Broadus s6lo tenia un estudiante, y era ciego. Pero era muy natural del Dr. Broadus el dar a este estudiante la mejor ensehanza posible. La enidadosa preparacién de un curso de estudio para este estudiante elego, lo Nevé a escribir este Tratado Sobre Ja Predicacion.” ¥1 resto de su vida, hasta el momento de su muer- te, fué tremendamente atareada. Sus viajes conti- muos em demanda de contribuciones para el semi- nario, o para pronunciar conferencias y discursos pa- Fa el seminario, © para pronunciar conferencias ¥ diseursos en los principates planteles de instruccién, entre clios los mAs afamados seminarios; sus predt- caciones en gran nfimero de iglesias que fe invitaban al efecto; sus numerosos articulos para los distintos periddicos; sus trabajos literarios en la preparacién de libros y folletos; sus labores en el seminario; la copiosa correspondencia a que tenia que atender— todo ello apenas si le permitia ni aun el descanso natural, Sin embargo, Broadus cfectuada todo este trabajo, lo efectué por espacio de largos afics, no obstante qne su salnd no era todo lo buena que hubie- 14 TRATADO SOBRE LA PREDICACION ra sido de desear, en realidad, es casi incomprensible cémo un solo hombre, maxime si no disfrutaba de la mejor salud, pudo hacer todo el enorme trabajo que llev6 a cabo Broadus. En 1889, a la muerte del Dr. Boyce, el Dr. Broadus fué electo para sustituirlo en la presidencia del se- minario, cuyo importante puesto desempeiio por es- Pacio de seis afios, hasta el dia de su muerte, con el beneplacito de todos, demostrando sus grandes do- tes. Por esta época las iglesias mas afamadas de Ja Union, tanto del Sur como del Norte, le Namaban, unas suplicéndole que aceptara su pastorado, y otras pidiéndole que viniera a predicar en ellas; los gran- des seminarios y las universidades, continuamente le invitaban a hablar en sus aulas; era obligado confe- rencista en los institutos biblicos de verano—de to- das partes era Namado. Por todo ello puede decirse que Juan A. Broadus fué, durante los ultimos veinte anos de su vida, uno de los hombres mas eminentes en el mundo evangélico de los Estados Unidos. Muy Pocos tenfan los conocimientos personales que é1 te- nia en el seno de las iglesias y seminarios y universi- dades; muy pocos ejercieron una influencia tan gran- de y tan benéfica como él, sobre todo en el campo comprendido por la Convencién Bautista del Sur. Como predicador, el Dr. Broadus brill6 desde el primer momento, legando a ser una de las figuras mas prominentes del pulpito americano, de ese pulpi- to que tantos predicadores eminentes ha producido. Una demostracién de lo que hemos dicho 1a encon- tramos en el hecho de que las mds afamadas iglesias le suplicaran que ocupara su pulpito. El Dr. Wil- kinson ha dicho que si Broadus se hubiera dedicado

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