Está en la página 1de 16

LA MODELACIÓN FÍSICA EN LAS OBRAS HIDRÁULICAS

Cristóbal Mateos. 1

Resumen:
Los modelos físicos en obras hidráulicas se caracterizan por ser entidades más accesibles y fáciles de ma-
nejar que un proceso hidráulico real. Muestran un comportamiento suficientemente aproximado a estos
procesos, de tal forma que los técnicos sean capaces de prever qué pasará en el prototipo en situaciones
de particular interés mediante observación del comportamiento del modelo.

Además de presentar el modelo mental como base para el resto de los modelos, los modelos matemáticos
y analógicos se caracterizan por estar basados en su capacidad de resolver el sistema de ecuaciones que
gobierna el proceso objeto de estudio. La resolución del sistema de ecuaciones se lleva a cabo mediante
herramientas estrictamente matemáticas en los modelos matemáticos, mientras que en los analógicos se
utiliza un objeto físico. En éstos últimos, el comportamiento de tales objetos, en aquellos aspectos que son
de interés, es gobernado por las mismas ecuaciones que en el prototipo. En lo que concierne a un mode-
lo físico o reducido, se caracteriza por la utilización de una réplica a escala del proceso del prototipo. La
mayor parte de este artículo se centra en éstos últimos modelos.

Palabras clave: modelo, prototipo, semejanza hidráulica, obras hidráulicas, instrumentación.

Introducción
La finalidad de un modelo es obtener una re- Sobre esta idea de modelo se debe de aceptar
presentación de un determinado proceso o situa- que éstos son tan antiguos al menos como la ma-
ción. Naturalmente se pretende que esta represen- gia analógica. Aún en épocas tan remotas, algunos
tación se realice obteniendo alguna o algunas ven- modelos materiales tuvieron un cierto éxito, en
tajas sobre la ejecución directa del acontecimien- construcción desde luego, pero también en hi-
to: costo reducido, menor tiempo, visión más glo- dráulica, siempre sobre la base del acierto en el
bal, mejor calidad de información, etc. Los mode- modelado de los aspectos relevantes y ciertamen-
los son medios para analizar un posible aconteci- te sin disponer de conceptos ahora básicos como
miento por medio de otro y están basados en el inercia, presión, aceleración o con otros pobre-
concepto de semejanza. Para que el planteamiento mente desarrollados como fuerza o velocidad.
de un modelo tenga sentido ha de haberse admiti-
do que hay “algo” que obliga a que a una determi- En el largo avance desde esos estadios primi-
nada evolución del prototipo se le asocie otra de- tivos hasta la situación actual, han sido necesarios
terminada del modelo y que conocida esta última progresos en varias líneas. En primer lugar, en
se pueda conocer la primera. Para que el modelo nuestro conocimiento sobre la naturaleza de las
sea eficaz no basta la mera voluntad de represen- leyes físicas para delimitar qué aspectos influirían
tación, es precisa una certidumbre de que real- en los comportamientos del prototipo y del mode-
mente existe una correlación entre el prototipo y lo. En segundo lugar, sobre las leyes concretas
el modelo, al menos en los aspectos considerados que rigen en uno y en otro para dilucidar si se pue-
relevantes. de establecer una analogía eficaz entre ambos. En
tercer lugar, mejorando los medios e instrumentos

1
Laboratorio de Hidráulica del CEM. CEDEX. Madrid, España.

INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 7 · Nº 1 MARZO 2000 55


CRISTÓBAL MATEOS

de medida, especialmente en el modelo, para ob- y otras magnitudes del modelo son por lo general
tener resultados cada vez más amplios y precisos, bastante menores que las del prototipo, pero guar-
pero también en el prototipo para corroborar el dando con las de éste unas proporciones, fijas en
grado de acierto de los modelos y acotar la fiabili- cada modelo y características de cada magnitud,
dad de los posteriores. Este camino está lejos de llamadas escalas. Lo especial de estos modelos es
haber acabado y los frentes de investigación que la certidumbre de que las ecuaciones que ri-
abiertos son numerosos. gen modelo y prototipo son las mismas, puede ad-
quirirse sin conocerlas al detalle.
El primer modelo, tanto históricamente co-
mo por ser la base de todos los demás es el mode- Además de estos modelos están los modelos
lo mental. Esto es, la imagen que en la mente del híbridos formados ensamblando modelos parcia-
analista se forma sobre los elementos del proble- les, p.e. físico y matemático.
ma en estudio y de sus interrelaciones. En ocasio-
nes este modelo, tal vez con el apoyo de unos sim- Las consideraciones de este artículo se cen-
ples cálculos o de una intuición estática o motriz, tran en los modelos físicos y sus relaciones con
ha sido suficiente para resolver la cuestión plante- los otros tipos de modelo.
ada. Para avanzar en cuestiones más complejas, y
aún basándose en éste, se ha de recurrir a otros ti- La semejanza hidraulica
pos de modelos, pero sabiendo también que esos
modelos son una nueva realidad que contribuye a Como en todo modelo, también en los mode-
ir depurando la imagen mental y consecuentemen- los físicos reducidos ha de partirse no solo, por su-
te a la formación de una intuición hidráulica. puesto, de un prototipo, sino también de un concep-
to de lo que en este es relevante a los efectos de la
Separados estos modelos mentales, en hi- modelización. A partir de ese punto se trata de obte-
dráulica se habla fundamentalmente de tres tipos ner el modelo en el que las correspondientes magni-
de modelos: tudes queden reproducidas a las escalas apropiadas.

a) Matemáticos, en los que en definitiva se Desde un punto de vista hidráulico restringi-


pretende la resolución matemática (normalmente do (fluido homogéneo en contorno fijo), que se irá
por vía numérica, aunque vale la analítica si es po- ampliando, esas magnitudes son
sible) de las ecuaciones que rigen el problema, y
que por tanto se suponen suficientemente bien co- a) Geométricas: Longitudes, Areas y Volú-
nocidas, así como las correspondientes condicio- menes con sus formas.
nes iniciales y de contorno. b) Cinemáticas: tiempos, velocidades, acele-
raciones, caudales.
b) Analógicos. En ellos también se necesita c) Dinámicas: Masas, Fuerzas, presiones, pesos
el conocimiento de las ecuaciones y condiciones específicos, cantidades de movimiento, energías, ten-
que rigen el proceso. Pero en vez de proceder a su siones superficiales, densidades, viscosidades.
resolución matemática, se aprovecha de la even-
tual existencia de otro dominio que se pueda acon- El problema fundamental es el de cómo ela-
dicionar para estar regido exactamente por las borar el modelo para que con las escalas apropia-
mismas ecuaciones. Aquí la correspondencia se das mantenga un comportamiento que reproduzca
establece entre magnitudes diversas del modelo y fielmente el del prototipo. Aunque no se volverá a
el prototipo, que jueguen el mismo papel en cada discutir aquí sobre ello ha de tenerse muy presen-
una de las ecuaciones, y deben de adaptarse las te que para poder construir el modelo, las conside-
unidades de medida (o alternativamente introducir raciones sobre su fiabilidad han de complementar-
proporciones fijas de correspondencia) para que se con otras que son características del correspon-
las ecuaciones, así como en su caso las condicio- diente laboratorio: espacio disponible, capacidad
nes iniciales y de contorno, queden formuladas de de bombeo, equipos de medida, observación y
forma idéntica en modelo y prototipo. control necesarios, personal especializado para
construirlos y operarlos, etc.
c) Físicos o reducidos. En rigor con este
nombre se identifica un caso especial de los ana- Dos herramientas teóricas se utilizan prefe-
lógicos. En estos modelos el flujo se pretende a su rentemente a la hora de concebir un modelo físico:
vez simular con un fluido, si bien las dimensiones el análisis dimensional y el análisis inspeccional

56 INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 7 · Nº 1 MARZO 2000


LA MODELACIÓN FÍSICA EN LAS OBRAS HIDRÁULICAS

también llamado ecuacional, cada cual con sus Donde a, b, c, d ... son longitudes caracterís-
ventajas e inconvenientes. ticas de las formas del prototipo o del modelo. La
igualdad de ... entre modelo y prototipo
Dos son las ideas centrales del análisis di-
mensional: indica por tanto que las formas del modelo son
una reducción a escala de las del prototipo.
a) Las ecuaciones tal vez desconocidas que
rigen un fenómeno, y aquí en concreto un proceso Por su parte con E, F, R, W, C, se indican los
hidráulico, operan con magnitudes expresables di- llamados números de Euler, Froude, Reynolds,
mensionalmente en función de otras pocas magni- Weber y Cauchy configurados para expresar la re-
tudes que en el caso de la mecánica y por tanto en lación entre las fuerzas de inercia y respectiva-
él de la hidráulica estricta son sólo tres, por ejem- mente las fuerzas de contacto, las gravitatorias,
plo: Longitud [L], Masa [M] y Tiempo [T]. las viscosas, las de tensión superficial y las elásti-
cas con las expresiones:
b) Como consecuencia de lo anterior las
ecuaciones se tienen que poder reformular con só-
lo términos adimensionales y además aún con un (2)
conocimiento "muy reducido” del problema (no
hace falta ni una sola ecuación concreta) es posi-
ble elaborar un grupo de parámetros adimensiona- En ellas a, como antes, es una longitud ca-
les (siempre son posibles otros en forma alternati- racterística, ρ la densidad del líquido, ν su visco-
va) que sean suficientes para operar en esas ecua- sidad cinemática, σ su tensión superficial, ε, su
ciones (estén disponibles o no). módulo de elasticidad, V la velocidad en un punto
de interés y g la aceleración de la gravedad.
La consecuencia para la teoría de modelos es
bien conocida. Basta reproducir en el modelo los Aunque en el fondo sea meramente una
valores de prototipo de esos parámetros adimen- cuestión semántica puede ser oportuno aquí indi-
sionales para que automáticamente el comporta- car, ya que no suele hacerse, que la Ecuación Ge-
miento en términos adimensionales de modelo y neral de la Hidráulica ni es sólo una (salvo en sen-
prototipo deba de ser idéntico y por tanto el pri- tido vectorial) pues son necesarias tantas como
mero reproduzca el comportamiento del segundo variables dependientes, ni es general pues su for-
con las escalas que sugieran las ecuaciones di- ma es distinta para dos geometrías que no sean re-
mensionales de los distintas magnitudes. Así en ductibles a análogas distancias descriptoras.
principio (pero no en la práctica) se pueden esco-
ger libremente las escalas de las tres magnitudes El interés de la E.G.H. está en que aunque
básicas (u otras tres cualesquiera) y deducir de evidencia según se verá la imposibilidad práctica
ellas las demás. de un modelo totalmente exacto, orienta sobre la
facilidad o dificultad de conseguir un modelo ra-
La potencia del método es indudable, pero zonablemente bueno. En efecto, en primer lugar al
aun dejando a parte las limitaciones prácticas que encontrarse tanto modelo como prototipo en el
luego se comentarán, ha de enfatizarse que es muy campo gravitatorio terrestre la gravedad toma el
arriesgado si de verdad el conocimiento es “muy mismo valor en ambos con lo que, salvo artificios
reducido”, pues entra en lo probable que se omita viables sólo en contadísimos casos, la escala de
la conversión a escala de alguna magnitud que pu- aceleraciones debe de ser 1. En segundo lugar el
diera ser relevante. fluido utilizado en el modelo, por lo general agua
(a veces ligeramente modificada por aditivos), fija
Aunque muchas veces el análisis dimensio- los valores de la densidad, la viscosidad, la tensión
nal se aplica directamente a un problema concreto superficial y el módulo de elasticidad con lo que
en su explicación se suele partir de la llamada en relación al prototipo quedan obligadas cuatro
Ecuación General de la Hidráulica. escalas más. Como sólo hay libertad para tres es-
calas resulta inviable la semejanza perfecta salvo
con la inútil solución de que todas las escalas val-
(1) gan 1. De esta dificultad puede salirse en muchos
casos advirtiendo si en ellos alguna de las fuerzas
son poco relevantes. Con esto se puede olvidar la

INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 7 · Nº 1 MARZO 2000 57


CRISTÓBAL MATEOS

necesidad de que estén a escalas las propiedades o méricos de filtrado, análisis espectral, etc. y que por
circunstancias del fluido que están en el origen de otro al no estar garantizado que en modelo y proto-
esas fuerzas y resulta más fácil, a veces muy fácil, tipo se produzca una integración completamente
obtener unas escalas razonables. idéntica de los efectos de forma y de textura sea
oportuno el efectuar un análisis de sensibilidad al
Aunque la aplicación acrítica del análisis di- menos numérico.
mensional es desde luego censurada por los paladines
de este método, el riesgo de que pese a todo se pro- Según se ha señalado bien por análisis ins-
duzca hace que muchos autores desconfíen de su uso. peccional o por una experiencia suficiente que lle-
ve a plantear un análisis dimensional directo, es
Por su parte el análisis ecuacional se aplica a decir con menos términos que en la E.G.H., se de-
problemas en los que se dispone de ecuaciones be de haber llegado a la conclusión de qué fuerzas
que describen suficientemente bien el proceso ó son relevantes en el prototipo, y por ello de cuáles
que al menos dan una aproximación razonable. En de los números E, F, R, W y C. es, en principio, ra-
esas ecuaciones quedan identificadas las variables zonable prescindir en la concepción del modelo.
y parámetros que son relevantes, y en particular Naturalmente esta selección está muy ligada a la
que propiedades del fluido intervienen, pues ya se naturaleza del problema que se modela, y según
ha resaltado la necesidad de que al menos estas es- los parámetros omitidos resultan distintos tipos de
tén a escala para que sea factible que lo esté todo modelos.
lo demás. Además, una vez formuladas adimen-
sionalmente permiten advertir qué parámetros En los llamados modelos de Euler sólo se
adimensionales se pueden omitir. consideran relevantes las fuerzas de contacto y las
de inercia. Para que ello fuera válido, además de
Estrictamente tomados, los modelos efectua- otros requisitos, parecería necesario el estar fuera
dos con un análisis ecuacional, solo deberían uti- del campo gravitatorio. Pero no es siempre así, p.e.
lizarse para medir las variables que participan en en los flujos confinados de contorno fijo, la acción
las ecuaciones y precisamente con el sentido en gravitatoria y la presión se integran en la cota pie-
que aparecen en éstas. Si se respetase este criterio zométrica y si los efectos de disipación de energía
hace tiempo que este tipo de modelos físicos ha- son reducibles a expresiones de la forma KV2 (que
bría dejado de existir pues las ecuaciones indica- suele ser lo habitual), y las variaciones de caudal
das, muchas veces monodimensionales, se resol- son inexistentes o muy lentas, el modelo de Euler
verían con ventaja por métodos numéricos. es aplicable. Estos modelos de Euler pueden inclu-
so contener tramos cortos en régimen libre, siempre
En la práctica sin embargo se hace un uso mu- que tanto en modelo como en prototipo se tenga
cho más amplio de los modelos físicos elaborados bien un número de Froude muy bajo, p.e. F < 0,2 o
vía análisis ecuacional. Lo que suele hacerse, aun- bien uno muy alto F > 6, pero en este último caso ha
que sea en forma implícita, es usar las ecuaciones de tratarse de canal primático (o casi) y no debe de
para decidir que fuerzas y parámetros son relevan- haber frentes de onda o resaltos.
tes y cuales no, y, sobre esa base planificar el mo-
delo con los criterios del análisis dimensional. El En los modelos de Euler sólo hay una condi-
procedimiento es legítimo y el modelo físico dará ción obligada, precisamente la invariancia del nú-
resultados mucho más amplios y mejores que la mero de Euler, por ello se pueden fijar con liber-
mera resolución numérica, pues opera con relacio- tad dos escalas. Usualmente se adoptan la de lon-
nes más próximas de las reales que las ecuaciones gitudes y la de caudales . A partir de ellas se
de partida, pero se ha de ser consciente de lo que se obtienen las restantes escalas que si el líquido es
hace para saber bien hasta donde puede llevarse la el mismo que en prototipo resultan ser: velocida-
semejanza. Así por ejemplo, en ocasiones, se usan des ; diferencia de cotas piezométricas ;
fórmulas de conservación de la energía que mane- tiempos ; aceleraciones .
jan valores medios de las velocidades y presiones y
que incorporan términos fuente con parámetros de Disponer de libertad en la elección de dos es-
concepción monodimensional como la rugosidad calas quiere decir que en principio deberá ser fácil
de Manning. Las consecuencias son que, por un la- acomodarse a las restricciones de equipamiento.
do se deberá ser cauto en la aceptación de los valo- Esto deberá de hacerse con cierta generosidad pa-
res pico de variables que presenten una fluctuación ra asegurarse con criterios que luego se comenta-
muy rápida, acudiendo para ello a tratamientos nu- rán de que efectivamente el valor del número de

58 INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 7 · Nº 1 MARZO 2000


LA MODELACIÓN FÍSICA EN LAS OBRAS HIDRÁULICAS

Reynolds tampoco es relevante en el modelo (F, cuestión ligada con la tensión superficial que pue-
W y C no lo son en el supuesto de régimen per- de afectar al fluido. En efecto, es la tensión super-
manente en conducto cerrado). ficial la que controla la dispersión del fluido y
mantiene su homogeneidad, mientras pueda supe-
Mucho más frecuente es que, además de con- rar a las fuerzas que tienden a esa dispersión, por
tacto e inercia se haga precisa la consideración de contra en los flujos en régimen libre con alta velo-
otras fuerzas. Así, en los flujos en régimen libre cidad y turbulencia desarrollada se provoca la pér-
(aliviaderos y descargas por desagües de fondo de dida de homogeneidad del flujo que pasa a ser una
presas, ríos y canales, etc.) suele ser imprescindible mezcla de aire y agua. Ello puede resultar en un
tomar en cuenta la acción de la gravedad, es decir esponjamiento del fluido y otras alteraciones cu-
además de la invariancia del número de Euler se ha yos efectos deberán analizarse.
de asegurar la del número de Froude. Queda así co-
La necesidad de tomar en cuenta la compre-
mo libre solamente una escala, se suele escoger la sibilidad del fluido surge en los flujos en conduc-
de longitudes, , y en función de ésta resultan las tos cerrados en los que sea de esperar un cierre rá-
restantes. Admitiendo, otra vez, que en modelo y pido de los órganos de control o que éstos puedan
prototipo el líquido es el mismo, agua habitualmen- entrar en vibración, por ejemplo en algunos des-
te, las escalas para las distintas magnitudes resultan agües de fondo de presas. Aunque en muchos ca-
ser: Caudales, ; velocidades ; tiempos ; sos estos problemas se resuelven por procedi-
mientos numéricos, en ocasiones cobran impor-
aceleraciones1; presiones relativas . Esta última tancia detalles locales que no son fáciles de incor-
escala ha de ser si los líquidos de modelo y pro- porar a los modelos matemáticos. Si se opta por
totipo no son idénticos. En todo caso también ha de un modelo físico para una de estas conducciones
asegurarse el ensayista de que los números R, W y se puede comenzar requiriendo la conservación de
C toman unos valores en el modelo que confirmen los números de Euler y de Cauchy. Si el fluido en
que las correspondientes fuerzas también se pueden modelo es también agua la invariancia del núme-
despreciar en él. ro de Cauchy fuerza a que las velocidades en mo-
delo y prototipo deban de ser idénticas, esto suele
En el modelado de Obras Hidráulicas es raro plantear dificultades muy considerables de ali-
que surja la necesidad de reproducir con absoluta mentación, por otra parte las limitaciones en la
fidelidad los efectos viscosos. Pero si éste fuera el dotación de caudales cuya escala es el cuadrado
caso, y suponiendo otra vez que el líquido fuera el de la escala lineal suelen hacer difícil que esta úl-
agua, tanto en prototipo como en modelo (a simi- tima baje del valor 10, la consecuencia es que pro-
lar temperatura), conviene destacar que la escala cesos ya de por sí rápidos en el prototipo se ven
de longitudes y la de velocidades se ven obli- acelerados más de 10 veces en modelo. Aunque se
gados, por la invariancia de R, a cumplir =1.
puede pensar en procedimientos para que en el
Esto tiene dos consecuencias que cabe señalar: 1º) modelo se altere el fluido de forma que re-
no cabe incorporar al modelo efectos de régimen duzca sensiblemente su valor y lleve a una escala
libre, 2º) La escala de presiones resultante , lo de velocidades aceptable es infrecuente un encaje
que impone una limitación muy severa al rango de satisfactorio. La solución puede venir de un análi-
escalas aceptables en la práctica. Por ello, suele sis inspeccional más completo. En efecto las ecua-
tenderse para esos problemas a otras soluciones ciones en que aparece el módulo de elasticidad
que se comentarán posteriormente. son las del golpe de ariete y en ellas sólo intervie-
ne para determinar la celeridad de onda en la con-
Por su parte el saldo de las fuerzas de tensión ducción. Por ser la velocidad del flujo y la celeri-
superficial actuantes en el fluido es tan reducido dad de onda en conducción, magnitudes del mis-
que resulta muy pequeño en el prototipo compara- mo tipo su escala deberá de ser la misma. (algo
do con las restantes fuerzas, especialmente con las parecido exige, según se ha visto, la semejanza de
gravitatorias, que por necesidad acompañan a las Cauchy estricta sólo que con la velocidad del so-
de tensión superficial, pues éstas requieren para nido). Resulta así que se puede escoger con gran
hacerse sentir una superficie libre que no sea pla- libertad no sólo la escala de longitudes, sino tam-
na. Por ello no se plantea la construcción de mo- bién la de velocidades bastando para esto último
delos Weber. Pese a que para el movimiento del que el material y espesor del conducto se escojan
fluido las fuerzas de tensión superficial sean im- de forma que la celeridad de onda tenga el valor
perceptibles en prototipo (y modelo) hay otra que se desee.

INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 7 · Nº 1 MARZO 2000 59


CRISTÓBAL MATEOS

Las escalas derivadas resultan ser: mo en un cuenco de resalto o en una fosa para un
tiempos ; caudales ; presiones ; acele- trampolín o para un vertido por coronación. En es-
raciones . Si hay vibraciones por interacción te caso los mecanismos turbulentos ven más faci-
con partes móviles la densidad de éstas deberá ser litada su entrega de energía a los procesos visco-
igual en modelo y prototipo y por supuesto debe- sos en el modelo que en el prototipo, lo que se
rá haber semejanza geométrica, si el comporta- puede traducir en un mejor confinamiento de la
miento no se presume rígido el módulo de elasti- disipación en el modelo que en el prototipo. Por
cidad deberá estar a la escala de presiones; esto ello, al menos para los casos más desfavorables,
es y si hay una suspensión elástica, tipo mulle, es conveniente requerir en modelo un número de
la escala de su constante elástica será . Aun- Reynolds por encima de 25.000.
que suele no tener consecuencias conviene recor-
dar que el procedimiento propuesto para reducir Por lo que hace a la tensión superficial su
en el modelo las velocidades y por tanto las cele- efecto, directo, según se ha comentado también
ridades de onda implica que el cociente entre la suele ser extraordinariamente reducido en mode-
energía elástica que está almacenada en el con- lo. En efecto, lo único que impone la tensión su-
ducto en un cierto instante y la que está en el flui- perficial es una ligerísima reducción de la veloci-
do, cociente que en el prototipo suele estar cerca dad en las zonas en las que la superficie libre del
de la unidad, en el modelo tomará valores mucho flujo presenta una convexidad acusada, pero bas-
más elevados. tan en modelo radios de curvatura que superen los
2 cm para que el error relativo no pase de la milé-
Anteriormente al comentar las distintas cla- sima. Se comprende así que en la práctica totali-
ses de modelos se ha señalado que al centrar la dad de los modelos teniendo un número de Rey-
atención en un tipo de fuerzas conviene asegurar- nolds suficiente quede también asegurado un nú-
se, al menos, que las otras fuerzas tienen propor- mero de Weber suficiente para no afectar a la se-
cionalmente valores reducidos. Esto suele hacerse mejanza. Por contra, si los efectos de emulsión de
señalando valores mínimos (o máximos) para un aire son importantes en prototipo la pretensión de
cierto parámetro. Se comentará brevemente esta reproducirlos en modelo requiere en éste valores
cuestión. del número de Reynolds muy altos al menos supe-
riores a 500.000 y valores del número de Weber
Por lo que hace a la viscosidad los flujos re- superiores a 80.
ales en prototipo son invariablemente turbulentos
y por ello es conveniente que también en el mode- Por lo que hace al número de Cauchy ya se
lo (sea éste de Euler, Froude o Cauchy) lo sean su- ha advertido que no es relevante en conductos
ficientemente. Si se adopta como parámetro el ra- abiertos o en conductos cerrados en régimen per-
dio hidráulico, Rh, es bien sabido en un conducto manente especialmente tomando en consideración
circular el número de Reynolds: que en los flujos en las estructuras hidráulicas el
número de Cauchy no supera el valor 0,01 (se su-
(3)
pone que el flujo no lleva aire).

La distorsión de escalas y los


tiene su valor crítico en torno a 600. En modelo falseamientos
deben de conseguirse por tanto valores que estén
holgadamente por encima de éste. 5.000 e incluso En multitud de ocasiones las escalas estimadas
menos ha sido sugerido por algunos autores. Ha como adecuadas suponen unas dimensiones que
de recordarse que la forma de los cauces están desbordan las posibilidades del correspondiente la-
muy alejada del tubo de Reynolds, por ello es pro- boratorio, en otras la necesidad de modelar más
bable en el modelo aún teniendo flujo claramente efectos de los hasta ahora discutidos resulta en la
turbulento en algunas zonas, en otras pueda llegar imposibilidad de un modelo elaborado con las ideas
a ser laminar. Esta situación es casi inevitable y lo anteriores. Una vía de salida a estas dificultades que
que habrá de procurarse al escoger la escala es que puede ser utilizada en ocasiones es la llamada dis-
la zona afectada sea reducida y que en definitiva torsión de escalas. Consiste ésta en relativizar la se-
no se pierda la representatividad del modelo, lo mejanza geométrica. Normalmente se planea en flu-
cual puede llevar a requerir números de Reynolds jos en régimen libre, pues en flujo cerrado suele no
aún más elevados. Distinta es la situación cuando ser necesario por haber según se ha comentado más
se trata de analizar una disipación de energía co- facilidad para encajar escalas; y en tales casos la dis-

60 INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 7 · Nº 1 MARZO 2000


LA MODELACIÓN FÍSICA EN LAS OBRAS HIDRÁULICAS

torsión consiste en utilizar distinta escala para las


magnitudes geométricas horizontales y las vertica-
les, lo cual invariablemente se hace magnificando (7)
las magnitudes verticales respecto de las horizonta-
les, lo que resulta en unos taludes y pendientes ma- y como por consideraciones geométricas es
yores en modelo que en prototipo. En este tipo de claro que y que es inmediato com-
problemas el análisis ecuacional está especialmente probar que los requisitos de compatibilidades de
indicado. No es oportuno desarrollar aquí la amplí- escala para la ecuación de continuidad se cumplen
sima casuística que podría resultar, pero por vía de automáticamente si se cumplen las relativas a la
ejemplo, y para presentar en forma concreta algunas ecuación de la dinámica.
ideas, se comentará un caso importante que es el de
los modelos para cauces de fondo granular móvil. La única dificultad para la semejanza perfec-
Para ello se irán comentando ecuación a ecuación ta está en que según exige la ecuación (5) hace fal-
los que se consideran relevantes, viendo sobre ellas ta , es decir en el modelo debe de coinci-
ventajas e inconvenientes de la distorsión y la posi- dir la escala de la pendiente de fricción con la de
bilidad de paliar estos últimos con los llamados fal- la pendiente geométrica. Tomando una cualquiera
seamientos. Como se verá, una vez seleccionadas de las ecuaciones que expresan la fricción, p.e., la
las dos escalas geométricas quedan casi totalmente de Manning:
obligadas todas las demás.
(8)
Se comienza este comentario por una forma
de la ecuación de la dinámica (monodimensional):

(donde n, es la rugosidad de Manning y e, el radio


(4)
hidráulico) como y están ya fijados y es
una función calculable de la geometría (variable
Donde w es la cota de agua; v, es la veloci- con la sección y el calado), se deduce que:
dad media del flujo; Sf, la pendiente de fricción
y, y son las coordenadas espacial y temporal.
(9)
Por hipótesis, en esta ecuación, la velocidad
v es horizontal y única por sección e instante. Las
ecuaciones de modelo o prototipo tienen una ex- lo cual en forma estricta sería casi imposible de
presión idéntica. Y si se indica por la escala de conseguir, pero es bastante fácil alcanzar una bue-
longitudes horizontales; , la de longitudes ver- na aproximación.
ticales; la de velocidades; , la de tiempos,
y la de pendientes de fricción. El que la ecua- Desde luego está comprendida entre y
ción del modelo sea una reducción proporcional . Además, en buena parte de los casos prácticos
de la del prototipo, se cumplirá automáticamente si: .

Se aceptará esta aproximación en lo que si-


(5) gue para facilitar los comentarios (pero nada esen-
cial cambiaría poniendo el valor de cada caso),
Cabe concluir así que la escala de velocida- con lo que resulta:
des horizontales es y la de tiempos:
.
(10)
Si se analiza la otra ecuación fundamental la de
continuidad (también en forma monodimensional):
con la última expresión queda claro que si no hay
distorsión la rugosidad del modelo debe de ser in-
(6)
ferior a la del prototipo, mientras que la distor-
sión, según su grado, podría llegar incluso a exi-
donde Q es el caudal y A, la sección mojada; se gir mayor rugosidad en prototipo que en modelo.
hace necesario: Lo que desde luego no es recomendable por las

INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 7 · Nº 1 MARZO 2000 61


CRISTÓBAL MATEOS

dificultades, entre otras, que acarrea su modeliza-


(11)
ción, prácticamente imposible si se pretende cu-
brir una gama amplia de caudales.
y por tanto
El conocimiento de la rugosidad a conseguir
del modelo en las distintas zonas orienta sobre el (12)
tamaño del material granular a usar. Esta determi-
nación no es totalmente rígida pues por un lado es decir, se debe escoger la densidad del ma-
variaciones de tamaño incluso de un ± 25% dan terial granular según esta fórmula para que su mo-
alteraciones inapreciables de la rugosidad total, y vilidad resulte razonablemente parecida a la del
por otra pueden ser aconsejables ciertas distorsio- material del prototipo.
nes de la forma de la curva granulométrica al pa-
sar de prototipo a modelo. Por lo que hace al caudal sólido, que aquí se
representará por g’s como flujo en peso sumergido
Una vez fijado el tamaño del material granu- por metro de ancho, y como señala Chauvin, la
lar del modelo, y por tanto su escala , procede mayoría de las fórmulas de arrastre se pueden es-
asegurar que su movilidad sea similar a la del pro- cribir de forma que expresen el parámetro
totipo, esto es que las condiciones críticas capaces
de poner estrictamente en marcha un grano del como una función de R* y f. La influen-
prototipo tengan a escala el mismo efecto en su cia de R* es lo suficientemente reducida para in-
homólogo del modelo. La ecuación que, entre cluso no figurar en algunas fórmulas. La influen-
otras, puede guiar en este proceso suele ser la Ley cia de f por contra es grande, al menos en movi-
de Shields de comienzo de arrastre. Como esta ley mientos de fondo poco desarrollados, de ahí el in-
liga dos parámetros adimensionales –el número terés antes señalado en que no se consienta que
se aleje de la unidad. Si por tanto modelo y proto-
de Reynolds del material del lecho y la tipo tienen valores idénticos o al menos similares
de R* y sobre todo de f, el valor de G resulta obli-
expresión llamada por algunos coeficien- gadamente igual en modelo y prototipo, con lo
que resulta:
te de arranque (donde v* es la velocidad de fric- (13)
ción, d el diámetro del grano, τcr la tensión capaz
de moverlo y γs’ el peso específico sumergido) -
parecería obligado que ambos parámetros tuvie- Gracias a esta fórmula es fácil deducir, o
ran el mismo valor en prototipo y modelo. comprobar en un caso concreto, que la relación
caudal sólido (en volumen) caudal líquido resulta
Conseguir el mismo valor de R* en el mode- en el modelo muy superior al valor del prototipo si
lo que en el prototipo suele exigir replantearse las ha habido distorsión.
escalas básicas y aunque en teoría pueda conse-
guirse gracias a la distorsión, en la práctica puede Esto lleva a que si se desea modelar un proce-
requerir distorsiones poco aconsejables o modelos so erosivo o de aterramiento asociado a un determi-
demasiado grandes. En realidad este criterio no es nado acontecimiento hidrológico –caracterizado bá-
imprescindible en casi ningún caso. Suele ser su- sicamente por unos hidrogramas y sólidogramas de
ficiente el procedimiento siguiente: delimitar el aportaciones en las cabeceras de los cauces que in-
rango de valores de R* en prototipo para los flujos tegran el modelo- los tiempos de prototipo deban re-
críticos posibles. Deducir de la ley de Shields el ducirse con una escala (escala de tiempos sedi-
rango de valores de f que le corresponden. Aplicar mentológicos) distinta de la escala T.
el mismo proceso en el modelo para las condicio-
nes de flujo que les corresponden a escala. El co- De lo expuesto hasta ahora es claro que aún
ciente de los valores en modelo y prototipo de sin haber considerado todavía los, por otra parte
f, se adopta como ”escala” (en rigor coeficiente esenciales, aspectos bi o tridimensionales del flu-
modificador) de f. Ha de procurarse que difiera jo, hay conflictos en la misión de modelar simul-
poco de 1, pues éste es el ideal. táneamente tantos efectos. Destacando algunos de
estos posibles conflictos, pueden señalarse:
Dado que se concluye
a) El uso de hidrogramas con la escala en
lugar de la supone unos hidrogramas en

62 INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 7 · Nº 1 MARZO 2000


LA MODELACIÓN FÍSICA EN LAS OBRAS HIDRÁULICAS

modelo mucho más rápidos de lo que sería hidro- geramente (y atinadamente, lo que es realmente
lógicamente correcto, con dos consecuencias, una difícil) el material en esa zona.
laminación mucho más acentuada de lo adecuado
y una alteración de la aceleración del flujo antes Para c) se puede en ocasiones recurrir al fal-
de la punta y de su deceleración después. seamiento llamado basculamiento, consiste en
además de la distorsión de escalas geométricas
b) En las zonas de cauce móvil o en las pro- añadir una pendiente ficticia al cauce. Hay que re-
tegidas por un elemento flexible (p.e. escollera) plantearse todo el análisis de la semejanza, pero
en que los taludes transversales tengan una cierta básicamente se consigue que con la misma super-
importancia (un 10% por ejemplo) la distorsión de ficie de modelado (en principio la máxima dispo-
escalas al simular para el modelo taludes bastante nible) las velocidades sean mayores y crezca así
mayores, hace que el material en modelo sea mu- R* y por tanto se reduzca la distorsión de f.
cho más movible de lo pertinente.
Si se analiza el mismo problema en forma bi-
c) Según arriba se ha sugerido, en ocasiones dimensional - esto es aceptando que el comporta-
el valor de puede verse forzado a alejarse de la miento del flujo en el cauce se pueda representar
unidad más de lo deseable. por ecuaciones bidimensionales para las que en
cada instante y cada punto del plano horizontal de
Para enfrentar este tipo de dificultades, suele referencia intervendrían como variables depen-
recurrirse a los falseamientos. Consisten éstos en dientes, el nivel del agua, el nivel del lecho y las
nuevos alejamientos de la realidad modelada pero dos componentes (horizontales) de la velocidad
hechos con habilidad suficiente para que lo que se que actuarían como promediadas en altura - las
pierda sea poco y se gane sensiblemente en res- ecuaciones de la dinámica y continuidad son:
tauración de la fidelidad perdida. Los falseamien-
tos por depender su éxito de las circunstancias de
cada caso pueden ser de variada naturaleza. La ex-
periencia, la estima o el cálculo previo de los efec- (14)
tos esperables y sobre todo la comprobación di-
recta de los mismos en el propio modelo son los
criterios que deben de guiar su aplicación.
Donde las barras indican medias turbulentas,
Para los problemas antes señalados se puede es el vector bidimensional de velocidad de com-
por vía de ejemplo comentar algunas posibles so- ponentes Vx y Vy , h es el calado, y el vector pen-
luciones, reiterando que no son de validez general diente de fricción, que si por ejemplo se aceptase
sino que la aplicación de éstas u otras ha de anali- Manning (lo cual necesita sus cautelas) sería:
zarse en cada caso.
(15)
Para a): 1) eliminar del modelo zonas inun-
dables de muy baja velocidad de forma que la re- (donde, α, es el ángulo entre la vertical y la nor-
ducción de la capacidad laminadora del cauce mal al lecho).
compense lo más exactamente posible la distor-
sión del hidrograma. 2) Inyectar y/o retirar local- Si por estar la turbulencia suficientemente
mente agua en varios puntos a lo largo del mode- desarrollada -es decir si se impone en el modelo
lo, para recrear los niveles y velocidades correc- un número de Reynolds suficientemente alto- se
tos. 3) Usar el modelo alternativamente con las es- puede despreciar el término viscoso, las condicio-
calas y e incluso otras intermedios para esti- nes de semejanza resultan las mismas que en el
mar el comportamiento correcto del prototipo. El caso monodimensional, aunque claro está, ahora
uso de la escala que determina con bastante co- con dos componentes para la velocidad. En resu-
rrección niveles y velocidades puede usarse para men que si el flujo se acerca a la hipótesis de bidi-
ver si se ha acertado con la opción 1) o la 2). mensionalidad (líneas de corriente paralelas en
una vertical) basta una buena simulación de la ru-
Para b): 1) Bascular en torno a su punto me- gosidad y el cumplimiento de lo comentado sobre
dio los taludes transversales que en el modelo ten- el flujo monodimensional para que el modelado
gan un efecto perturbador hasta hacer inaprecia- sea correcto.
bles los efectos de la distorsión. 2) Cohesionar li-

INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 7 · Nº 1 MARZO 2000 63


CRISTÓBAL MATEOS

Por su parte el modelado tridimensional per- ciones de flujo. Si por ejemplo las dos aguas van
fecto es imposible si el flujo presenta remolinos en forma estratificada con muy poca mezcla se
apreciables cuyo eje no sea vertical. En efecto, la pueden escribir como ecuaciones monodimensio-
existencia de esos remolinos indica que ha de to- nales del flujo:
marse en consideración la componente vertical de
la velocidad, pero como la escala de tiempos hi-
(17)
dráulicos es única la ecuación de continuidad:

(16)
(18)
exigiría para la escala de velocidades verticales:
que al ser distinta de la escala de velo- una para cada estrato y donde W1 es la cota de la su-
cidades horizontales, hace imposible que las perficie libre, W2 la cota de la interfaz, V1 la veloci-
transferencias de energía entre velocidades hori- dad del flujo superior y V2 la del inferior, ρ1 y ρ2 las
zontales y verticales sean iguales en modelo y respectivas densidades, Sf1 y Sf2 las pendientes hi-
prototipo. dráulicas atribuibles a la fricción con el cauce, mien-
tras que Sfi y S’fi son las pendientes hidráulicas que
Este problema no existe en aquellas zonas en en cada estrato provoca la fricción con el otro. Es fá-
que tanto en modelo como en prototipo cil ver que el análisis inspeccional reproduce las es-
, pues las transferencias que requiera calas antes deducidas y añade las condiciones:
la continuidad se harán sin merma apreciable de la
cantidad de movimiento horizontal. Por contra en
aquellas zonas con movimiento vertical importan- (19)
te –p.e. movimiento secundario en curvas pronun-
ciadas, remolinos de herradura en pilas, estrecha- Según la primera si como es habitual uno de
mientos bruscos del flujo o rápidas- habrá de pres- los fluidos reproduce el fluido del prototipo el otro
tarse atención a las consecuencias de la distorsión: también debe de hacerlo. Los requisitos para y
ligero (por lo normal) frenado del movimiento se- no difieren en esencia de lo que sucede en flu-
cundario, mayoración de algunas disipaciones de jo monofásico y se pueden reducir a ajustar las ru-
energía, alteración de puntos de separación, re- gosidades. Pero a diferencia de lo que sucede en el
ducción o incremento de erosiones, etc., para tra- lecho, cuya textura y rugosidad pueden imponerse
tar bien de compensarlas con falseamientos, bien en el modelo, la textura (y rugosidad) de la inter-
de cuantificarlas o al menos acotarlas. Si estas ac- faz no puede ser ajustados en el modelo por ser
tuaciones no fueran posibles, tuvieran una preci- una consecuencia más del flujo, es decir no se
sión insuficiente, o resultasen demasiado comple- puede actuar en el modelo para que Sfi y S’fi to-
jas por interactuar varias de ellas, una alternativa men los valores que exige la semejanza. Si las fa-
frecuentemente usada es la de realizar un modelo ses llevan velocidades parecidas puede despre-
adicional, sin distorsión y de mayor tamaño, limi- ciarse el efecto de la fricción en la interfaz y acep-
tado al entorno de la zona conflictiva. tar la semejanza. Si no es este el caso se puede in-
tentar un falseamiento reformulando las segundas
Los requisitos de modelado se pueden com- condiciones de (19) para exigir solamente:
plicar aún más si se hace preciso tomar en cuenta
más factores interactuando con los ya considera-
dos. Si por ejemplo el problema arriba analizado (20)
se presenta en un flujo en el que la aportación lí-
quida sea por vía de dos aguas de distintas densi- Se tratará pues de ajustar las rugosidades en
dades, ya sea por diferente temperatura o por dis- cauce para cumplir (20). Hay una importante difi-
tinta salinidad. Si el modelo se ha podido realizar cultad, pues en principio se hace necesaria conocer
sin distorsión de escalas el reproducir en modelo Sfi y S’fi tanto en modelo como en prototipo. Para
las densidades será suficiente supuesta cumplida conseguirlo en forma siquiera aproximada hace fal-
la semejanza en los restantes aspectos. Pero si el ta un número apreciable de ensayos complementa-
modelo tiene distorsión la cuestión puede compli- rios realizados aparte para en definitiva cuantificar
carse y la condición más apropiada para la seme- la alteración introducida por la distorsión y poder
janza de densidades puede variar según las situa- compensarla sobre la base de (20).

64 INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 7 · Nº 1 MARZO 2000


LA MODELACIÓN FÍSICA EN LAS OBRAS HIDRÁULICAS

Si por contra, el flujo no se comporta como na de las variables, si no todas, aunque los valores
estratificado la distorsión que se puede aceptar, medidos en modelo se corresponden en forma
que en general deberá ser moderada no lleva a un biunívoca con los del prototipo no lo hacen en la
criterio único sobre la modelación de las densida- exacta proporción que supone la teoría de la se-
des. Así, si se trata de inyectar en una corriente mejanza que se haya aplicado. La diferencia entre
fluvial un fluido menos denso por vía superficial o el valor de prototipo y la estimación del mismo
un fluido más denso por vía profunda con inde- deducible del modelo se denomina efecto de esca-
pendencia de que ello termine o no en un flujo es- la debido a que es tanto más reducida cuanto más
tratificado al exigir una semejanza en la expan- se aproximen las escalas a la unidad. Por supuesto
sión lateral sigue siendo razonable aceptable el aún en un mismo modelo el efecto de escala no
adoptar idénticas densidades en modelo y prototi- tiene la misma intensidad para todas las variables
po. Pero si se trata de inyectar el segundo fluido relevantes o para todas las situaciones pero en to-
bien a media altura, bien con un enfoque contrario do caso el ideal es que por su cuantía se pueda
del anterior, es decir, corriente poco densa por considerar como prácticamente inexistente. Si ese
abajo o corriente más densa por arriba (lo que por ideal no se alcanza es casi equivalente el que el
otra parte puede tener sus ventajas para conseguir efecto escala se pueda cuantificar. Si esto tampo-
una mezcla rápida) este criterio ha de modificarse co es posible es deseable que al menos se pueda
y la diferencia relativa de densidades acotar. Si tampoco es posible la acotación una ne-
cesidad técnica es que al menos se pueda demos-
debe de tomar valores distintos en modelo y pro- trar que el error esperable es del lado de la seguri-
totipo. Si se presta atención solamente al ascenso dad. La cuantificación o acotación del efecto esca-
o descenso por flotación del penacho inyectado, la, que es esencial para que el modelo sea fiable,
olvidando de momento la deformación lateral, an- se aborda fundamentalmente por tres vías: 1º) La
tes comentada, se concluye que para reproducir realización de un análisis de sensibilidad ya sea
acertadamente la aceleración vertical la escala de por cálculos o modelos matemáticos sobre la re-
m debe de ser , mientras que la resisten- percusión de añadir o no las fuerzas (en principio
cia al ascenso requiere, según la velocidad, un va- pequeñas) que incrementan o reducen el efecto de
lor de comprendido entre y . Ade- escala, 2ª) Efectuar modelos siquiera parciales a
más ya se ha expuesto que el modelado de la ex- otras escalas de la utilizada en los ensayos, la di-
pansión lateral requiere . Según se ve se pue- ferencia entre los resultados a las distintas escalas
de necesitar imponer a tres valores distintos, lo puede permitir anticipar que sucedería con la es-
que al ser imposible requiere un compromiso que cala 1 esto es con el prototipo, 3ª) Comparación
minimice los errores. Desde luego es deseable que entre modelo y prototipo en obras similares ante-
la distorsión no difiera mucho de la unidad riores, la cuantificación del efecto escala en tales
(aunque claro está que para que tenga sentido el obras permiten orientar sobre cuál será el efecto
uso de la distorsión ésta requerirá un valor míni- escala en la situación actual.
mo de 1,25). Pero el ensayista dispone además de
una importante arma que es la de usar varias esca- El instrumental
las para (lo que no es especialmente oneroso) y
decidir a la vista del comportamiento del flujo Los equipos o el equipo de medida son una
cuál de ellas es más acertada ya sea en forma glo- pieza clave para la calidad de los resultados. Clá-
bal o por tramos. sicamente se han medido caudales, niveles, velo-
cidades y presiones. También de antiguo y según
Estas dificultades en lograr una semejanza necesidades se incorporaba a los modelos la medi-
perfecta, u otras ya comentadas como esponja- ción de temperaturas, turbiedad, arrastres, vibra-
miento de láminas fluidas, imperfecciones en la ciones (medios estroboscópicos o cinematográfi-
laminación de avenidas, falta de fidelidad en las cos), salinidad, esfuerzos, vorticidad, etc., estas
frecuencias altas de la turbulencia, ocasionales variables se cuantificaban en forma media en flu-
imprecisiones en el movimiento secundario, re- jos estacionarios o lentamente variables. En los
parto ficticio de la energía elástica en golpes de años cincuenta y primeros sesenta se produce un
ariete, así como otros muchos que se habría podi- salto muy importante con la medición de magnitu-
do considerar por ejemplo formas de lecho distin- des rápidamente variables, especialmente las bási-
tas en modelo y prototipo o atenuación en modelo cas presiones (con transductores), niveles (con
de los remolinos son siempre posibles en los mo- puntas vibrantes y sondas de impedancia o resis-
delos. Así pues, en muchas ocasiones y para algu- tencia), caudales (con aforadores magnéticos o

INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 7 · Nº 1 MARZO 2000 65


CRISTÓBAL MATEOS

por ultrasonidos) y velocidades (sondas de hilo una herramienta preciosa para identificar donde los
caliente, micromolinetes) registrándose los resul- problemas parecen más acusados y sobre todo para
tados generalmente por medios optomecánicos. El alertar de la existencia de problemas o circunstan-
siguiente paso importante fue la incorporación de cias totalmente insospechadas. En segundo lugar es
los ordenadores y la adaptación a éstos sobre todo una herramienta útil en la fase de tarado pues faci-
por vía electrónica de los equipos de medidas. lita y aclara el diálogo con los testigos del aconteci-
miento pasado que se intenta reproducir. Por últi-
No es exagerado señalar que esta evolución mo, puede ser muy eficaz para explicar a terceros
ha supuesto un cambio radical, por tres caminos: a) (usuarios, especialistas de otras áreas, etc.) la natu-
Tomas masivas de datos en multitud de puntos y a raleza de los problemas o las ventajas e inconve-
frecuencias que desbordan ampliamente las nece- nientes que se presentan según las soluciones.
sidades en muchos casos. b) Mejora y miniaturiza-
ción de los equipos en búsqueda de ese ideal de to- Es pues comprensible que a lo largo del
do experimentador, medir sin perturbar, permitien- tiempo se haya atendido a la mejora de la visuali-
do medidas bi y tridimensionales, las actuales po- zación. Lo que se ha realizado por tres caminos
tencias de cálculo permiten resolver en tiempo re- que se pueden, si conviene, superponer:
al problemas inversos de la ecuación de ondas y
obtener así con sondas especiales, en muchos ca- a) Aditivos que inyectados localmente incre-
sos ya comerciales, unas mediciones discretizadas menten la visibilidad y contraste del fluido o de
en el tiempo y el espacio. Asimismo, permiten ins- determinados filetes líquidos. Pueden ser:
trumentos para otras magnitudes como contenido
local de aire, evolución de fondos, etc. c) Dotan a a-1) Líquidos miscibles, normalmente muy
los modelos de medios de control adaptivo, con lo coloreados como disoluciones de permanganato
que no sólo se pueden reproducir situaciones de potásico o de fluoresceina, muy útiles para locali-
gran realismo, mejorando la etapa de ajuste, en los zar zonas de separación del contorno, visualizar
modelos en que es necesaria, sino también garanti- remolinos que no afloran en superficie, o percibir
za la reproducción (y comprobación de la repro- la eficiencia o ineficiencia de la mezcla entre file-
ducción) de las mismas circunstancias cuando se tes líquidos de distinto origen (máxime si se vi-
desee comparar el comportamiento de distintas so- sualiza con varios colorantes).
luciones ante unas mismas solicitaciones.
a-2) Pequeños sólidos en flotación, como serrín
No parece oportuno entrar en demasiado detalle o ciertos plásticos, dan una buena idea del campo de
sobre equipos de evolución tan rápida. Solamente velocidades superficial. Son útiles para analizar flu-
conviene recordar que estos mayores medios no de- jos de aproximación o descarga. Así mismo son ex-
ben de llevar al exceso de confianza olvidando que un celentes para localizar puntos de incepción, ya sean
dato sirve no por que se pueda medir con gran preci- debidos a remolinos de eje vertical tan débiles que
sión sino porque sea interpretable como representati- no se detectan directamente por no deformar la su-
vo de lo que sucede en prototipo. Así, si en un mode- perficie, o debidos a hundimiento de masas fluidas
lo se ha considerado aceptable no reproducir exacta- bien por diferencias de densidad, atracción de pared
mente el número de Reynolds las fluctuaciones en las o condicionamiento de la velocidad de llegada.
medidas de cualquier magnitud a una frecuencia que
no sea apreciablemente menor que la de los remoli- El registro fotográfico puede utilizarse para
nos viscosos del modelo no podrá considerarse como obtener resultados cuantitativos de velocidades
representativa, aunque tal vez se le pueda atribuir un superficiales, para lo que han de combinarse ade-
carácter indicativo a efecto de comparaciones. Simi- cuadamente el tamaño de los flotadores, ilumina-
lares consideraciones puede ser necesario efectuar en ción, tiempo de exposición y distancia y campo de
relación a los números de Weber o Cauchy. la cámara. En ocasiones puede resultar más ade-
cuado el uso de un vídeo.
La visualización
Para la validez de esas impresiones cualitati-
Para aprovechar al máximo los modelos no vas y aún más si se trata de medidas fotográficas
basta con la toma de medidas en ellos, es necesaria se ha de asegurar que no actúan fuerzas de tensión
una buena visualización por varias razones. En pri- superficial que a veces surjan por encontrarse los
mer lugar los ojos son nuestro mejor instrumento flotadores excesivamente contiguos o estar conta-
para detectar y clasificar fenómenos. Son por ello minados por grasa o aceites.

66 INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 7 · Nº 1 MARZO 2000


LA MODELACIÓN FÍSICA EN LAS OBRAS HIDRÁULICAS

Efectos similares se pueden conseguir en el zona flujo que directamente resulte poco visible,
fondo, sobre todo si éste es sensiblemente hori- está prácticamente en desuso al solerse sustituir
zontal, con partículas más densas que el fluido por otros procedimientos.
usualmente arenas, gravillas o plásticos, escogien-
do tamaño y densidad según la fuerza de la co- Otras técnicas pretenden alterar las formas
rriente. habituales de percepción, así:

a-3) Menos frecuentemente se usa la inyec- b-4 ) La iluminación estroboscópica o de deste-


ción de líquidos no miscibles con el agua y de llos que complementada con la persistencia retiniana,
densidad similar a la de ésta (aunque a veces se to- permite la visión de imágenes “congeladas” del flujo
man deliberadamente con más o menos densidad), que, sobre todo si hay una superficie libre de fuerte
el chorro se transforma enseguida en gotas (su- velocidad, son por lo general muy distintas de la per-
puesta la adecuada tensión superficial). Se consi- cepción ordinaria. En procesos que al menos local-
gue una menor dispersión que con los trazadores mente sean periódicos o casi periódicos la ilumina-
miscibles y una más clara percepción de los movi- ción estroboscópica faculta una visión ralentizada.
mientos locales, pero es peor la percepción del
movimiento global. b-5 ) La iluminación móvil o el seguimiento
material del flujo
Si en vez de el movimiento se quiere visualizar
solamente la dirección de las velocidades se puede Estos procedimientos al condicionar la aten-
fijar en las paredes elementos elásticos adecuada- ción permiten visualizar algunos procesos que son
mente flexibles que se doblen a merced del flujo. arrastrados por el fluido, p.e. grandes remolinos
lentos superpuestos a flujos rápidos, que normal-
b) Cambios en la iluminación y/o la percepción mente no son percibidos por su carácter móvil y
durar solamente una fracción de segundo.
Para mejorar la visión ordinaria y según la natu-
raleza del fenómeno puede ser conveniente probar di- c) Potenciadores de la visión
versas iluminaciones: frontal, cenital, lateral, poste-
rior, etc. Aunque normalmente la mejor suele ser la Si en vez del ojo desnudo se usan medios au-
dorsal con varios focos para evitar sombras acusadas. xiliares de la visión, los poderes de ésta se ampli-
fican considerablemente así.
Hay además técnicas especiales de ilumina-
ción que permiten destacar ciertos fenómenos o al- c-1) Los endoscopios o boroscopios que uti-
terar la percepción de los mismos. No comentare- lizando cámaras de televisión miniaturizadas o
mos técnicas como la iluminación polarizada o el guías de fibra óptica, típicamente con diámetros
schlieren que normalmente no se usan en hidráuli- inferiores al centímetro, permiten acercar el punto
ca y enumeraremos otros más frecuentes como: de vista en el interior del flujo al lugar que se des-
ee, disponiéndose así de una visión muy detallada.
b-1 ) Iluminación en haz plano. Permite vi-
sualizar lo que ocurre en un plano del flujo, es más c-2) Cámaras cinematográficas o de vídeo
eficaz cuando éste es una superficie fluida, lo que ultrarrápidas permiten reducir más de doscientas
suele requerir que el movimiento sea bidimensio- veces la celeridad de los procesos y poder así ob-
nal, pero no siempre. Al plano se le da el espesor servar evoluciones muy rápidas aunque no sean
de algunos milímetros para que el movimiento repetitivas. Por otra parte al ser visualizado lo gra-
pueda seguirse con trazadores, bien naturales del bado en modelos es factible el reproducirlo a una
flujo o bien incorporados. Suele utilizarse luz lá- velocidad tal que se observe el proceso en tiempo
ser porque facilita el control. real de prototipo, facilitando considerablemente la
interpretación a personas no habituadas.
b-2 ) Iluminación vertical paralela o con ma-
lla de focos permite esclarecer los movimientos y Comparación y complementación de los
variaciones de la superficie, puede ser adecuada distintos tipos de modelo.
para oleajes complejos.
Los modelos analógicos necesitan al igual que
b-3 ) Iluminación de línea. En realidad un los matemáticos de un conocimiento de las ecuacio-
pequeño haz paralelo, usado para focalizar una nes que rigen el problema, por ello sólo superarán

INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 7 · Nº 1 MARZO 2000 67


CRISTÓBAL MATEOS

en eficacia a éstos cuando la resolución numérica se sospechados es más fácil que sean detectados en
revele difícil o lo sea la imposición de las condicio- el modelo reducido, d) hay menos riesgo de que se
nes de contorno. Como precisamente los problemas produzcan efectos espúreos (atenuación o amplifi-
más nuclearmente hidráulicos y que más se resisten cación de inestabilidades, bifurcación a la rama
al cálculo (p.e. Navier-Stokes, arrastres y formas de equivocada en biestables, etc.) y más facilidad pa-
lecho, suspensiones, comportamiento de interfaces, ra detectarlos o eliminarlos si se presentan, e) ma-
etc.) no disponen de enfoque analógico resulta en la yor facilidad para dar a usuarios o a otros especia-
práctica que dadas las potencias de cálculo actuales listas explicaciones sobre el comportamiento de lo
y las herramientas de digitalización de contornos, se modelado y para discutir ideas alternativas.
puede, sustituir con ventaja, los modelos analógicos
por los modelos matemáticos, y sino es siempre así Hay otros factores que pueden ser aún más im-
es porque, ya sea debido a la formación personal del portantes a la hora de optar por uno u otro tipo de
experimentador o a que haga un uso ocasional de es- modelo. El más obvio, casi una petición de princi-
te tipo de modelos, le resulte más cómodo o más rá- pio, es la calidad del modelo cara a los objetivos a
pido el utilizar un modelo analógico que el desarro- cuantificar en la aplicación pretendida, siendo esen-
llar o adquirir uno matemático. Por ello se centrará cial que éstos estén bien claros. Así, un mismo mo-
este comentario en la comparación entre los mode- delo matemático puede ser muy bueno para niveles
los matemáticos y los modelos reducidos. y caudales, resultar mediocre para velocidades y
muy malo para evaluar esfuerzos cortantes o grado
Puede aquí ser oportuna una primera compa- de agitación. Análogamente un modelo físico, p.e.
ración de ventajas e inconvenientes entre los mode- un modelo muy distorsionado de un cauce puede tal
los reducidos y los modelos matemáticos atendien- vez ser malo en un estuario que esté estratificado y
do solamente a su naturaleza supuestos aplicados a ser aceptable si no lo está. Otro factor es el tamaño
un mismo caso convencional, es decir supuesto que de la zona a modelar: en un cierto problema puede
hay unas técnicas estándar para analizar el caso en ser necesario un modelo físico de un tamaño inabor-
estudio por ambos procedimientos. Entre las venta- dable mientras que el modelo matemático, tal vez
jas genéricas del modelo matemático están: a) el con menos precisión, sea perfectamente realizable.
costo y la rapidez (si se trata como se ha supuesto O al revés, en otro problema puede suceder que el
de aplicar el modelo y no de crearlo). b) la posibili- mallado necesario requiera una potencia de cálculo
dad de guardar en un archivo no sólo los resultados no disponible, mientras que el tamaño requerido por
de las pruebas o situaciones ensayadas sino tam- el modelo físico sea asumible.
bién el propio modelo, con lo que en un futuro in-
definido es factible si se estima conveniente, anali- Es claro que la propia naturaleza del proble-
zar o simular hipótesis nuevas, a diferencia de lo ma planteado puede limitar considerablemente la
que sucede en el modelo físico en el que una vez posibilidad de aplicar un tipo de modelo u otro.
demolido hay que empezar casi de cero si se desea Para los modelos matemáticos la limitación esen-
considerar una hipótesis nueva. c) en la compara- cial es que necesitan un buen conocimiento de las
ción entre variantes la cuantificación de las diferen- leyes que rigen el proceso, y ciertamente hay toda-
cias es exacta, mientras que en el modelo físico am- vía muchos procesos en los que el conocimiento es
bas medidas a comparar incluyen un error de medi- rudimentario, por su parte ese conocimiento rudi-
ción, lo que, en valores relativos, se acentúa en la mentario puede (pero no siempre) ser suficiente
diferencia sobre todo si ésta es reducida. Dicho en para conseguir un modelo reducido eficaz. La otra
otros términos en el modelo matemático la repruc- limitación importante en los modelos matemáticos
tibilidad de resultados es total, mientras que en el (ya comentada) es la potencia de cálculo que pue-
reducido sólo es aproximada. da ser necesaria. El paso del tiempo irá allanando
ambas barreras, pero también irá introduciendo
Como ventajas genéricas del modelo físico nuevas dificultades en nuevos problemas. Para los
cabe indicar: a) no estar limitados por la potencia modelos reducidos su barrera está en la compleji-
de cálculo. b) la aproximación al proceso físico es, dad del problema, entendida ésta como la cantidad
por lo general mucho mejor en el modelo reduci- de cuestiones distintas a modelar con precisión. Lo
do que con unas ecuaciones que, en mayor o me- que en el modelo matemático es en principio (otra
nor grado, siempre esquematizan la realidad, esto cosa es la práctica) siempre posible y hasta fácil
es especialmente sensible en la proximidad de –añadir nuevas variables y con ellas las relaciones
secciones singulares como estrechamientos, cam- correspondientes- puede ser totalmente imposible
bios de dirección, etc. c) si se producen efectos in- en el modelo reducido, bien porque se quiera mo-

68 INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 7 · Nº 1 MARZO 2000


LA MODELACIÓN FÍSICA EN LAS OBRAS HIDRÁULICAS

delar cuestiones que no admitan una reducción a tintos productos. Por último, están los modelos hí-
escala, bien porque haya dos o más aspectos cuya bridos, que en principio son modelos ad hoc, el
modelación por separado sería factible pero con modelo matemático recibe del modelo físico los
requisitos o escalas incompatibles. valores de las mediciones de diversas variables e
impone los valores que van a adoptar otras en fun-
A la hora de decidir sobre la idoneidad de un ción de unos cálculos efectuados a partir de esas
modelo, del tipo que sea, para analizar las conse- mediciones, estos cálculos, controles y medicio-
cuencias de unas determinadas situaciones hipoté- nes deben efectuarse en tiempo real del modelo fí-
ticas, debe de recordarse que lo esencial es el pro- sico simultáneamente con la evolución del proce-
blema y que nada obliga a utilizar una única he- so modelado. Como ejemplo de esta idea puede
rramienta. Por el contrario, es permisible, hasta pensarse en una situación de un cauce con varias
deseable el uso de varios enfoques complementa- tomas y descargas, todo ello reproducido física-
rios o incluso el modificar los condicionantes de mente, en las que la calidad y cantidad de las
forma que pueda eliminarse la necesidad de consi- aguas descargados tenga una relación más o me-
derar de alguna hipótesis si es especialmente re- nos compleja, modelada matemáticamente, con
fractaria a un análisis ponderado. Por ello debe de las cantidades y calidades de las aguas tomadas.
resaltarse que, dada la creciente complejidad de
los problemas a estudiar, cada vez va siendo más En la relación entre modelos físicos y mate-
conveniente el uso de conjunto de modelos físicos máticos hay que recordar que los primeros (sobre
y matemáticos bien sea en forma complementaria, todo en los casos en que salvo el efecto escala son
sucesiva o híbrida. Así por ejemplo, se pueden ex- una reproducción fidedigna del prototipo) consti-
plotar ambos modelos en forma complementaria tuyen un excelente banco de pruebas para los mo-
si se necesita modelar una zona muy extensa, p.e. delos matemáticos por su gran flexibilidad para
un tramo fluvial, pero se desea una mayor preci- someterlos a distintas situaciones, cosa que suele
sión en algunas localizaciones concretas, en tal ser imposible en la naturaleza.
caso se puede plantear un modelo matemático del
tramo completo y desarrollar modelos reducidos Aunque la profecía, sin dotes adivinatorias,
para las zonas de mayor precisión. El modelo ma- es una mera incitación a tener que explicar en el
temático da una primera información útil, no sola- futuro los porqués de que la realidad haya desobe-
mente por su valor propio en las zonas no modela- decido a la lógica, parece obligado el intentar al-
das físicamente sino porque además puede ser de- gunos comentarios sobre la evolución previsible
terminante para la imposición de las condiciones de los distintos tipos de modelos y de su uso.
de contorno en la zona modelada físicamente. Por
su parte, los resultados del modelo o modelos físi- Los modelos son instrumentos para la adqui-
cos no solamente son útiles en la zona propia sino sición de unos determinados conocimientos. Una
que comparando en ella, por ser común, el mode- característica de las técnicas, comprobable en su
lo físico y el matemático se pueden inferir los ses- historia, y ligada a su carácter instrumental (a di-
gos que introduce este último y corregirlos, al me- ferencia de otras actividades como el arte que en
nos en parte, en las restantes zonas. La aplicación ciertos niveles son esenciales) es la obsolescencia
sucesiva se plantea, normalmente, cuando entre sucesiva, saltos atrás incluidos, por causas socioe-
las variables de interés hay unas que son autóno- conómicas. Algunas de estas causas socioeconó-
mas e independientes (o casi independientes) de micas ya han sido anticipadas pero conviene aquí
unas segundas variables, mientras que la evolu- recordar una no mencionada que es la creciente
ción de éstas sí que depende de las primeras. Por monitorización de estructuras reales.
ejemplo el desarrollo de algunos procesos físico-
químicos (como la floculación) o biológicos en Los modelos analógicos ya tienen certificada
cauces puede depender de variables netamente hi- su obsolescencia. Los modelos físicos por su par-
dráulicas como salinidad, concentración, tempe- te han sido desplazados de algunos usos por los
ratura, velocidad cerca del lecho, etc. En tal caso modelos matemáticos y esa tendencia continuará
un modelo físico puede analizar la evolución de en el futuro. Ya se ha señalado los dos obstáculos
esas variables, y sus resultados actuar como datos fundamentales a la sustitución: potencia de cálcu-
de entrada en un modelo matemático que evalúe lo requerida y conocimiento insuficiente de las le-
en qué puntos e instantes se dan las condiciones yes que rigen algunos procesos. Si se mantiene el
en que se producen las reacciones que se quieren actual ritmo de crecimiento de la rapidez de cálcu-
modelar y las cantidades que resultan de los dis- lo y capacidad de memoria parece que antes de 25

INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 7 · Nº 1 MARZO 2000 69


CRISTÓBAL MATEOS

años se habrán superado las demandas de potencia Sobre su relación con los modelos matemáti-
de cálculo más exigentes. Queda por considerar la cos cabe decir:
cuestión del avance en el conocimiento de las
ecuaciones. Éste, pese a considerables esfuerzos a) Los modelos matemáticos necesitan conocer
en el pasado y presente es muy lento y si se extra- las ecuaciones que rigen el problema, los físicos no.
pola esta tendencia se podría decir que en muchos b) En los problemas que admiten un enfoque
temas la insuficiente calidad de las ecuaciones ha- monodimensional los modelos matemáticos son
ría que al menos durante los próximos treinta años más ventajosos que los físicos.
los modelos matemáticos basados en ellas serán c) Si el enfoque necesita ser bidimensional o
buenos para una primera aproximación pero insu- tridimensional, aunque con excepciones, son pre-
ficientes si se necesita precisión. Para superar la feribles los modelos físicos.
precisión de los modelos matemáticos los mode- d) La creciente complejidad de los proble-
los físicos necesitarán cada vez escalas más gran- mas planteados desborda en ocasiones las posibi-
des (y costosas) lo que los puede ir aislando a los lidades de los modelos físicos y matemáticos por
ensayos de normalización. Además no ha de des- separado y lleva a usos conjuntos.
cartarse que el relativo fracaso actual en la des- e) El progresivo avance de medios y conoci-
cripción con macroecuaciones desaparezca si la mientos, irá ampliando paulativamente el dominio
mejora en instrumental de medida y la potencia de reservado a los modelos matemáticos.
cálculo permiten formular microecuaciones, ni f) Los modelos físicos permanecerán a plazo
que los datos de monitorización de prototipos y medio tanto en algunas de sus misiones tradicio-
modelos permitan abordar modelos de caja negra nales como para enfrentar a nuevos problemas.
como redes sensoriales o sistemas expertos. Aun-
que esto último sería también la obsolescencia de Referencias
los modelos estrictamente matemáticos. A los mo-
delos físicos, si la demanda lo permitiera, les que- Allen, J“Scale Models in Hydraulic Engineering”. Ed. Long-
daría en todo caso temas de nueva formulación y mans. 1947
la realización de ensayos de biohidráulica que por Burgi et alia. “Model-Prototype Correlation of Hydraulic
incluir elementos conductales escaparán por mu- Structures”. Ed. ASCE. 1988.
cho tiempo al cálculo. Chauvin, J.L. “Similitud des modèles de courses d’eau a fond
movile”. Bulletin de C.R. et E. de Chatou, Nº 1. 1962.
Conclusiones Deamer, A.P. “Hydrodinamic separators, dimensional analy-
sis and scaling laws”. BHR group conference series
Los modelos físicos, basados en el análisis di- publication. Vol. 11. pág. 297-234. 1994
mensional o en el inspeccional, constituyen una he- Fuentes Aguilar, R. “Modelación física en hidráulica”. Ed.
rramienta potente para el análisis de una gran varie- Universidad de los Andes. 1992.
dad de problemas. En la planificación de los mode- Herbertson, G.J. “Scaling Procedures for Movible Bed
los estos análisis se han de plantear con gran rigor y Hydraulic Models in Terms of Similitude Theory”.
complementarse con otras informaciones para po- J.H.R. Vol.7, Nº 3. 1969.
der evaluar o al menos acotar los efectos de escala. “Hydraulic Laboratory Techniques”. United States Depart-
ment of the Interior. 1980
Entre las grandes ventajas de los modelos re- Ida, T. “New Formulae for Scaling-up Hydraulic efficiency
ducidos está el permitir recoger y compartir una of Hydraulic Turbines” J.H.R. Vol. 33, Nº 2. 1995.
información visual que al poder ser potenciada Kobus, H. et alia. “Hydraulic Modelling”. Ed. Pitman. 1980
por varios medios permite muchas veces detectar Kolkman, P.A. “Flow-induced gate vibrations”. Impresor Ju-
procesos o efectos inesperados. Son una herra- dels (Delft ). 1977.
mienta esencial para generar la intuición hidráuli- Langhaar, H.L. “Analyse dimensionelle et theorie des ma-
ca. Además, los medios actuales de medición y quettes” DUNOD. 1956
control permiten adquirir un gran número de datos Prudhome, P. et Duvat, G. “La capacité logique des modèles
sobre el comportamiento del modelo en las situa- de laboratoire et l’interêt de leur emploi en hydraulique
ciones más variadas. Por contra tienen el ser cos- souterraine”. I.A.H. Congress 1965. pag. 345-346.
tosos y requerir plazos largos si el problema es di-
fícil y son numerosas las situaciones a analizar.

70 INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 7 · Nº 1 MARZO 2000

También podría gustarte