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-Tesis de Licenciatura-
-Tesis de Licenciatura-
Primera Fase
Lic. Carlos René Paredes Arévalo
Segunda Fase
Tercera Fase
Resumen 1
Palabras Clave 1
Introducción 2
Conclusiones 34
Referencias 35
Resumen
1
Introducción
2
Concepto y definición de reincidencia
Salvo excepciones, dentro de la ideología del control del crimen no se puede culpar
al delincuente, en virtud de los altos índices de pobreza, de analfabetismo, de
desempleo, de la corrupción y de la falta de institucionalidad con capacidad de
educación social para una sociedad más justa y de desarrollo integral del
delincuente.
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Desde un punto de vista ético de eficiencia, en el legítimo tratamiento para no
reincidir, concluye que es necesario crear las condiciones económicas, políticas y
sociales para integrar al autor de un ilícito penal que castigarlo más por volver a
repetir el acto ilícito, cuando en la sociedad no existe esas condiciones humanas de
desarrollo y más aún cuando se le indica que si vuelve a caer en un nuevo delito,
pierde los privilegios de que es beneficiario. En este sentido, se convierte en una
amenaza, que lejos de rehabilitarlo, cae en zozobra e intriga psicológica. O sea un
castigo psicológico y no una reeducación social. De ahí que las circunstancias
agravantes se basan en las necesidades de la prevención de delinquir y como
consecuencia evitar la reincidencia.
De ahí que como indican Alberto M. Binder y Alejandro Rodríguez Barillas, en su libro
Manuel de Derecho Procesal penal que:
durante todo el siglo veinte nos encontramos con sistema inquisitorial vivo y potente, revestido
de distinto ropaje. Manual de Derecho Procesal Penal (2005:18) con las siguientes
características: a) algunos países conservaban directamente el viejo modelo español,
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totalmente escrito, secreto, con pruebas legales con identidad entre acusador y juzgador, como
la ordenanza francesa de 1670, en la que hicieron suyas varios países entre los cuales está
Argentina, Chile, Paraguay, Nicaragua, Venezuela; b) otros países adoptaron progresivamente
durante ese siglo las formas del Código de Instrucción Criminal Francés, ya sea directa o por la
influencia Italiana pero que funcionaron como sistema escrito, adoptados por países como
Bolivia, Ecuador, Brasil, Salvador; c) otros adoptaron el sistema mixto francés de un juicio oral
con fuerte influencia escrita, adoptados por países como Cuba, Costa Rica; d) y finalmente
otros países generaron sistemas con caracteres de un sistema acusatorio pero con prácticas
inquisidoras, pero que ya en las últimas décadas se renueva una concepción acusatoria de
administración de justicia. En suma, con esto, se da a entender que a pesar de los esfuerzos de
mejorar el sistema de justicia, se ha cargado a lo largo de la historia de América, un modelo
inquisidor que hasta en las últimas cuatro o cinco décadas, se ha perfilado en construir un
modo de justicia acusatorio, basado en el contradictorio, para rehabilitar y resocializar al
delincuente o al peligroso social (2005-18).
Este concepto tiene varias interpretaciones, pero que en la doctrina hay consenso
que la política criminal son las respuestas al fenómeno criminal. Por tanto, que la
respuesta del Estado al fenómeno criminal es el conjunto de métodos con los que el
cuerpo social organiza las respuestas a dicho fenómeno, tales como las respuestas
que brinda la familia, el vecindario, la comunidad, las instituciones, los medios de
comunicación, la legislación, etc.
Como indica Zúñiga Rodríguez, citado por Alberto M. Binder y Alejandro Rodríguez
Barillas,
que se ha avanzado en una concepción más amplia de la política criminal para lo cual la
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prevención trasciende el ámbito puramente penal para conectar con todas las formas de control
social formales e informales, tales como una política educativa que promueva la tolerancia y el
respeto a los derechos humanos, que se encamina a prevenir la comisión de hechos delictivos y
no solo la coacción penal, que es la restricción de derechos impuestos por la ley. (2005:39).
En este sentido la Constitución Política establece una serie de garantías que actúan
como límites al ejercicio de la política criminal y que se fundamentan en el artículo
dos, tales como el principio de intervención mínima, el principio de legalidad, el
principio de lesividad, el principio de culpabilidad, el principio de jurisdiccionalidad,
principio acusatorio, el de inocencia y el de defensa. Con esto se define con claridad
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los fines de la política criminal del Estado, las cuales son: la prevención del delito y la
prevención de la venganza dentro de los límites de las garantías penales y
procesales penales.
repetir una misma falta, culpa o delito. Estrictamente la comisión de igual o análogo delito por el
reo ya condenado. Agrava la responsabilidad criminal por demostrar la peligrosidad del sujeto,
la ineficacia o desprecio de la sanción y la tendencia a la habitualidad. (1976:525).
En ese orden de ideas, habrá reincidencia siempre que el condenado por sentencia
firme a una pena privativa de libertad dictada por tribunal competente dentro o fuera
del territorio nacional, cometa nuevo delito aunque haya habido indulto o
conmutación. La reincidencia determina que la nueva condena se cumpla en el
territorio en que cometió el delito. O sea, reincidir es quien repite un mal o delito, que
incurre de nuevo en el error, falta, defecto, culpa o delito.
comisión de una infracción penal por parte de quien con anterioridad a la misma, ha sido
condenado por otra infracción. (2009:91). Bergalli afirma que la reincidencia es un concepto
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netamente jurídico y parte de la idea de que los elementos para la conformación del instituto
únicamente emergen de la ley penal. Por lo tanto, es un concepto puramente objetivo, el
individuo de si, nada puede aportar salvo exhibir sus precedentes cuando el derecho positivo
así lo exija. (2009:92).
Zaffaroni por su parte, opta por no definir la reincidencia, sino estudiar su objeto
señalando que: “la reincidencia se ocupa de los problemas de aquellas disposiciones
legales que hacen derivar consecuencias más graves del hecho en razón de que la
persona con anterioridad haya sido condenada o sufrido pena por otro delito” (2009:
93).
Otros, en cambio, no solo dan una noción jurídica, sino que ahondan en el problema
que hay tras este fenómeno; así, reincidencia es insistir en el delito o volver a
delinquir bajo ciertos requisitos establecidos en un cuerpo legal que en definitiva, el
problema de la reincidencia es mucho más profundo que la mera repetición de
delitos. En realidad, se trata de un problema social de abusos de injusticias sobre los
más débiles que difícilmente pueden ser erradicados por y desde el derecho penal.
El Doctor Santiago Mir Puig, citado por la Licenciada Karol Vega Quezada, señala
que: “el reincidente es sujeto pasivo de reprobación personal por una infracción, no
sólo jurídica sino también familiar y social; esto, constituye una causa de mayor
desvalor de la nueva recaída”. (2009-107)
Es por ello que dentro de ese campo se definen los siguientes principios procesales.
El principio de legalidad, el de juicio previo, el de independencia imparcialidad judicial
y juez natural, el de presunción de inocencia, el de in dubio pro reo, el de
inviolabilidad de la defensa en juicio, el de contradicción, el Non bis in Ídem, el de
oralidad, el probatorio, el de justicia pronta expedita y oportuna, y el de igualdad de
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las partes. Al respecto en esta parte, solo se abordara el Non bis in ídem que tiene
importancia dentro de la reincidencia.
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El principio de única persecución o non bis in ídem, consagrado en los modelos
iberoamericanos y las constituciones de Centro América, está dotado de que nadie
puede ser perseguido penalmente más de una vez por el mismo hecho salvo las
excepciones ya expuestas, con la cual se cumple con la Convención Americana
sobre Derechos Humanos o el Pacto de San José, artículo ocho numeral cuatro que
establece “el inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a
nuevo juicio por los mismos hechos”.
Por tanto, una vez juzgado un delito, no habrá que considerarlo en otro delito. La
reincidencia como agravante es contemplada en los códigos penales de Centro
América y que esta reincidencia implica el haber sido condenado anteriormente un
sujeto por unos delitos establecidos en el Código Penal más o menos homogéneos al
ahora acusado. En este sentido y aunque en realidad nada tienen que ver estas
conductas anteriores con el hecho ahora juzgado, es frecuente que se tome en
consideración esta circunstancia como agravante de la pena, teniendo en cuenta el
dato del mayor reproche social que merece la conducta penal del acusado. Es decir,
es una circunstancia agravante no independiente que se contempla en los sistemas
penales modernos.
Delitos Análogos
Para definir el delito, debe considerarse la escuela clásica y la escuela positiva. Mata
Vela y De León Velasco, en su libro de Derecho Penal Guatemalteco, indican que:
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los postulados de la escuela clásica es saber la relación de contradicción entre el hecho del
hombre y la ley, definiendo el delito como “infracción de la ley del Estado, promulgada para
proteger la seguridad de los ciudadanos, resultante de un acto externo del hombre, positivo o
negativo, moralmente imputable y políticamente dañoso” (2003:120). “Mientras la escuela
Positiva, estudia la acción humana resultante de la personalidad del delincuente, dejando a un
lado la naturaleza jurídica del delito. Varios son los exponentes de la escuela positiva y se cita a
algunos. Rafael Garòfalo, citado por Mata Vela, define el delito como “violación de los
sentimientos de piedad y probidad y todos los hechos antisociales que no atacan a ninguno de
estos sentimientos, pero que atentan contra la organización política, son delitos legales, que
atentan contra el Estado y la tranquilidad pública” (2003:121) y para Enrico Ferri es “ toda
acción determinada por motivos individuales y antisociales que alteran las condiciones de
existencia y lesionan la moralidad media de un pueblo en un momento determinado. (2003:121).
El delito se puede definir como toda acción típica, antijurídica, culpable, sancionada
con una pena y /o medida de seguridad. En algunos casos hay situaciones
necesarias de considerar para la imposición de una pena o bien que no se imponga
una pena. En este sentido, la teoría general del delito determina los elementos
positivos del delito, los cuales son la acción, la tipicidad, la antijuricidad, la
culpabilidad y la punibilidad y determina también los elementos negativos del delito,
los cuales son la falta de acción, la juridicidad, la atipicidad, la inculpabilidad y la
inimputabilidad. Todos estos elementos generales del delito, se contemplan en la ley
ordinaria y que no es objeto de este estudio. Aún así, se hace mención para situarlos
en el contexto de la reincidencia.
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Se menciona la clasificación de las infracciones penales porque tiene trascendencia
en la responsabilidad de los ilícitos y que no responden a los mismos principios y que
tiene consecuencias procesales, tales como las faltas son de exclusivo conocimiento
de los jueces de paz.
La analogía es la aplicación más amplia de la ley hasta donde lo consiente el sentido literal de
la misma, se entiende por analogía la aplicación de la ley a un caso similar al legislado pero no
comprendido en su texto, sostiene que impide un tratamiento igualitario de casos que presentan
idéntico merecimiento de pena, en derecho es el fundamento para poder considerar casos
semejantes mediante una cuidadosa comparación, la analogía no es sino un procedimiento
habitual de discusión de la lógica jurídica, que es utilizada en el derecho penal de la misma
manera que en todo el derecho. (1999:129)
La clasificación de delitos desde el estudio doctrinario del derecho penal, siendo los
más comunes, citado por Mata Vela y De León Velasco, (2003:208):
1.- “Por su gravedad se clasifican en delitos y faltas. Los primeros son infracciones graves a la
ley penal. Los segundos son infracciones leves. En Guatemala los delitos se castigan con pena
de prisión, pena de multa, pena mixta y pena de muerte. Las faltas se sancionan con pena de
arresto o pena de multa”.
2.- “Por su estructura en simples y complejos. Los primeros contienen los elementos descritos
en el tipo y violan un solo bien jurídico, en cambio los complejos violan diversos bienes
jurídicos, así por ejemplo el robo, no solo afecta el patrimonio, sino también atenta contra la
vida”.
El bien jurídico tutelado es el interés que el Estado pretende proteger a través de los
distintos tipos penales, interés que es lesionado o puesto en peligro por el sujeto
activo del delito, cuando esa conducta realizada se ajusta a los presupuestos
descritos en la ley penal.
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Por estas circunstancias es que se cita los distintos bienes jurídicos protegidos en el
código penal guatemalteco y son: de los delitos contra la vida y la integridad de la
persona, de los delitos contra el honor, de los delitos contra la libertad y seguridad
sexual y contra el pudor, de los delitos contra la libertad y seguridad de las personas,
de los delitos contra el orden jurídico familiar y contra el estado civil de las personas,
de los delitos contra el patrimonio, de los delitos contra la seguridad colectiva, de los
delitos contra la fe pública y el patrimonio nacional, de los delitos de falsedad
personal, de los delitos contra la economía nacional, el comercio, la industria y el
régimen tributario, de los delitos contra la seguridad del Estado, de los delitos contra
el orden institucional, de los delitos contra la administración pública, de los delitos
contra la administración de justicia, y de los delitos de juegos ilícitos.
1.- Endurecer la persecución penal contra los habituales, los reincidentes y contra los
delincuentes de vágatela con un Derecho penal altamente selectivo y francamente
reaccionario. El derecho penal no es patrimonio exclusivo de regímenes autoritarios.
El problema es cómo se ejerce el Ius puniendi en sociedades con alto índice de
corrupción, autoritarismo, discriminación en una frágil institucionalidad.
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Sobre estas teorías dice: Quintero Olivares, Gonzalo, “no pueden ser acogidas en la actualidad
ya que la consideración de un orden social racional que puede ser restaurado con la pena, o la
idea de Justicia fundada en razones morales o religiosas, no se concilian con una realidad
histórica que ha superado las bases del liberalismo decimonónico y con una concepción de
Estado que marca las distancias entre la moral y el Derecho. (2002- 121-122)
Teorías relativas. A diferencia de las teorías absolutas, las teorías relativas atribuyen a la pena
fines preventivos. En efecto, la pena no puede fundarse en la sola comisión de un hecho
delictivo, cual Derecho expiatorio que pretenda la realización de la Justicia en la tierra, sino en
el fin utilitario de proteger a la sociedad mediante la prevención o evitación de nuevos delitos.
Las teorías relativas o preventivas miran, pues, hacia el futuro. Así, según Von Liszt, dice: se
buscaba intimidar al aún intimidable, resocializar al corregible y hacer inofensivo al incorregible.
El método empleado variaba entonces en función de si estábamos ante un delincuente
ocasional o ante un delincuente habitual.
Teorías mixtas o eclécticas. Estas buscan conciliar los distintos aspectos de las teorías
anteriores. Algunas posturas hacen prevalecer los fines preventivos especiales, mientras que
otras conceden preferencia a criterios de prevención general”. En esencia se busca conminar
para la protección de los bienes jurídicos.
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Estas tratan de combinar los principios legitimantes de las teorías absolutas y de las
relativas en una teoría unificadora. Por lo tanto, se trata de teorías que procuran
justificar la pena en su capacidad para reprimir (retribución) y prevenir (protección) al
mismo tiempo. Dicho en otras palabras, la pena será legítima, para estas teorías, en
la medida en que sea a la vez justa y útil. Los valores de justicia y utilidad, que en las
teorías absolutas resultan excluyentes y en las relativas son contemplados sólo a
través de la preponderancia de la utilidad (social), resultan unidos en las teorías que
estamos tratando (1999-37)
4.- que la sanción penal se aplica en busca de varias finalidades, entre las que se
cuenta la de servir de vehículo para la reinserción social del infractor a la sociedad
para no causar nuevo daño. Este concepto teleológico del derecho penal pretende
consolidar la institucionalidad de albergar al delincuente para que a través de un
tratamiento se rehabilite. Esto sería el fin último de toda privación de libertad para
reeducarlo o para ubicarlo en un contexto social sin que cause daño. Por tanto la
reincidencia solo puede darse en la medida en que antecede una sanción previa con
una clara orientación de corrección, reeducación hacia la resocialización y
rehabilitación. Esto quiere decir, que la razón básica de la reincidencia es a partir de
la ejecución de una sanción con un método de rehabilitación.
El Juez o Tribunal determinará en la sentencia, la pena que corresponde dentro del máximo y el
mínimo señalado por la ley para cada delito, teniendo en cuenta la mayor o menor peligrosidad
del culpable, los antecedentes personales de este y de la víctima, el móvil del delito, la
extensión e intensidad del daño causado y las circunstancias atenuantes y agravantes que
concurran en el hecho apreciados, tanto por su número como por su entidad o importancia…
Esta agravante no indica con exactitud cómo se debe aplicar al momento de definir
una pena para el reo que se está procesando por un nuevo delito que ha cometido,
permitiendo la discrecionalidad en su aplicaciòn. No así, la agravante de habitualidad
que establece que el habitual ha cometido más de dos delitos, comete uno nuevo
dentro o fuera del territorio nacional, haya o no cumplido la pena, será sancionado
con el doble de la pena y quedará sujeto a medidas de seguridad.
1.- Genérica: llamada también impropia; es aquella que se produce cuando los delitos cuya
reiteración se presupone, pueden ser de distinta naturaleza o especie. O sea, lo que tutela la
llamada reincidencia impropia es cualquier bien jurídico lesionado. Por ejemplo, la concurrencia
entre delitos dolosos y culposos, o entre delitos contra la integridad física de las personas y
contra el patrimonio, cuyas naturalezas les da características propias que los distinguen, no
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obstante, sigue siendo delito y por ende, es reincidente la persona que ha cometido un delito
que ha sido ejecutoriada.
2.- La reincidencia específica es cuando debe tratarse de delitos de la misma especie, requiere
identidad o similitud entre delitos. También se le ha denominado reincidencia propia, por
lesionar bienes jurídicos de la misma especie.
3.-. La reincidencia real: es aquella cuando se exige que el sujeto haya cumplido efectivamente
la pena anterior. Entendiéndose por ello que haya sufrido al menos una parte de la condena
privado de su libertad.
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La reincidencia como agravante en la comisión de un delito, solo se atenderá en la
fijación de la pena, de conformidad al artículo sesenta y cinco del Código Penal entre
un mínimo y máximo de pena fijada para el delito cometido, atendiendo entre otros
factores, las circunstancias atenuantes y agravantes que concurran en el ilícito penal,
las que deben ser apreciadas por el órgano jurisdiccional competente y que deberá
consignarlas expresamente al momento de determinar o regular la pena. Así
también, que dentro de la definición legal de la reincidencia, el juez únicamente
atenderá las excepciones señaladas en la ley, para determinar si existe o no
reincidencia.
1.- Teorías Negativas que proponen suprimir la reincidencia como agravante de la pena por
motivos distintos que originan diversas posiciones o características de diferentes autores.
2.- las Teorías Eclécticas, que parten del supuesto de que la reincidencia es una presunción,
como juicio de probabilidad hacia el futuro y como tal, puede ser destruida.
3.- las Teorías Positivas; o sea, aquellas que buscan justificar la existencia de la reincidencia
como agravante, basándose en distintos elementos, como la pluralidad de delitos o la existencia
de condenas anteriores y sus variantes.
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ella. La teoría positiva podría clasificarse, en primer lugar, según produzca una doble
sanción o un injusto mayor, sea por alarma social, por violación a dos bienes
jurídicos protegidos o por el irrespeto a dos normas. En segundo lugar, aquellas que
abandonan el derecho penal de garantías: peligrosidad del sujeto o un tercer grupo
cuyo elemento común es la culpabilidad: una culpabilidad por el acto, las otras por el
autor, la licenciada Karol Vega Quezada citando algunos juristas dice:
Zanardelli “El aumento de la pena por reincidencia es producto de la alarma social que produce
el reincidente, puesto que aparece como un sujeto más peligroso, por haber delinquido varias
veces”.
MIR PUIG, las circunstancias subjetivas de la mayor perversidad del agente se convierten en
circunstancias objetivas del delito, aumentando el temor de los buenos y ofreciendo el mal
ejemplo del obstinado desprecio de la ley. (2002-96)
Debe señalarse qué lugar le corresponde a la reincidencia dentro del sistema penal y
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conforme a ello, su naturaleza jurídica. Ante todo hay que determinar en cuál de las
tres partes fundamentales del Derecho penal se integra, si pertenece a la teoría del
sujeto, a la teoría del delito o a la teoría de la pena, con base a ello el profesor
Antonio Martínez Zamora explica:
1.- Teoría del sujeto. La reincidencia como calificación personal. Entiende buena parte de la
doctrina que el aumento de pena que la reincidencia implica se basa exclusivamente en la
relevancia penal de la personalidad del delincuente. En general, sustentan tal opinión todos
aquellos autores que ven en el hecho de la recaída tras la condena una simple revelación,
índice o síntoma de la personalidad o de una cualidad del reo contra la cual se debe reaccionar,
sin admitir, al mismo tiempo, que esa supuesta cualidad se transfunda en el delito modificando
su gravedad. Esto supone en primer término la peligrosidad del reincidente; los que ven en él
un tipo preventivo de autor; los integrantes del neobolicionismo, que confunden o, mejor dicho,
intentan comprender o fundir la reincidencia con la habitualidad; y un gran número de los
penalistas que conceptúan la reincidencia como una calificación jurídica subjetiva. Para varios
estudiosos del derecho principalmente italianos influenciados por la legalidad, consideran la
reincidencia no como algo que se añade, sino una calidad del reo coetáneo a él, en el sentido
de que con el delito mismo el sujeto se hace reincidente. No es el delito el reincidente, sino es el
sujeto que a través de la comisión del delito, se hace reincidente. Puede afirmarse que la
reincidencia por naturaleza, es una calificación jurídica subjetiva que funciona en un momento
anterior a la reincidencia.
3.-Teoría del delito. La reincidencia corresponde a la teoría del delito, como afirman los
defensores de la alarma social producida por el reincidente. Existe una estrecha relación entre
reincidencia y culpabilidad. Si al delincuente se pone un contra estímulo que se liga o debe
ligarse psicológicamente a cada delito posterior.
Manzini, citado por la licenciada Karol Vega Quezada, sostiene que la pena por
reincidencia se agrava por un incremento en el injusto objetivo en la actual infracción
y ese incremento se refleja en la voluntad persistente o repetición de delitos. Cuando
la persona realiza una nueva infracción pese a la advertencia y pese a que debe
conocer con mayor exactitud de la normal, la antijurídica y la punibilidad de su propio
hacer, o insiste en el descuido pese a la experiencia que le implica en un mayor
deber de prestar atención y obrar cuidadosamente, es incuestionable que en el juicio
valorativo de culpabilidad es superior la reprobación que el hecho merece en relación
a su autor.
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La reincidencia se configura así en nuestro derecho positivo como una circunstancia
agravante de la responsabilidad con fundamento en la mayor culpabilidad que se
encuentra en el delito del ya reo comparativamente a la infracción cometida por el
delincuente primario.
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condenado por sentencia firme. Solo si ha sido condenado a una pena por delito
anterior, al cometer uno nuevo, se puede tipificar la agravante de reincidencia, haya
cumplido o no la pena. En este supuesto es claro que si se le ha otorgado una
medida desjudicializadora como la suspensión condicional de la pena, al ser
reincidente, tendrá que cumplir, la pena anterior, más la del nuevo delito.
Ante esta regulación, la sentencia extranjera hay que considerar las normas de
derecho internacional privado, reguladas en la Ley del Organismo Judicial, tales
como el estatuto personal, la calificación, los derechos adquiridos, la situación
jurídica de los bienes, formalidades externas de los actos, formas de validez de los
actos, lugar de cumplimiento de los actos, entre otros principios que establece dicho
ordenamiento legal. No obstante, el artículo cuarenta y cuatro de esta ley establece
el Hermetismo del orden público en la que preceptúa:
Para resolver este problema del tiempo, el artículo treinta y cuatro del Código Penal
establece la prescripción, preceptuando lo siguiente:
Transcurridos diez años entre la perpetración de uno y otro delito, no se tomará en cuenta la
condena anterior. No se computará en este término, el tiempo en que el delincuente
permanezca privado de libertad por detención preventiva o por la pena.
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1.- Los que sostienen que la agravante de reincidencia se fundamenta en una mayor
gravedad de la culpabilidad. Esta teoría establece que si la culpabilidad es la
reprochabilidad de la conducta típica y antijurídica, se considera que es más
reprochable que el sujeto delinca de nuevo, cuando ya ha sido condenado por un
delito anterior. La principal objeción realizada contra esta teoría es que en el juicio de
reprochabilidad, deben tenerse en cuenta únicamente las circunstancias
concurrentes del hecho delictivo que se está juzgando y no la conducta anterior del
sujeto. De manera que la aplicación de esta agravante supone castigar dos veces
por el mismo hecho, con lo cual se infringe el principio del non bis in ídem.
Así mismo este criterio entra en contradicción con el derecho penal moderno que
está apegado al respecto irrestricto de la dignidad y derechos fundamentales de la
persona y que como consecuencia penal, solo admite la culpabilidad de delito y no
por la conducta o historial personal del autor del hecho ilícito.
Para finalizar este tema, es válido reiterar que en Guatemala, se aplica una
reincidencia genérica, que no toma en cuenta el tipo de bienes jurídicos protegidos
que se afectan en la comisión de un delito específico. El requisito de la reincidencia
en nuestro país es que se cometa un delito nuevo y que haya sido juzgado uno
anterior, por el mismo autor del ilícito.
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Conclusiones
34
Referencias
Libros
Material PDF
Cita de Leyes
Código Peruano
Entrevista:
36