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MANUEL ARCIA-PELAYO _ELESTADO DE_ _PARTIDOS 10 DEL ESTADO LIBERAL AL ESTADO DE PARTIDOS Este libro profundo y sesudo del Profesor Pier Luigi Zampetti, cuya traduccidn al castellano estimulamos ec vo interés después de su visita de los partidos politicos con base realmente popular y| representativa de los intereses de Ia comunidad. sober} nada. Cualquier crisis de los partidos —habida © por haber—, tanto como las criticas que parte de Ia doctrina les forma’ la —y a las que no hemos sido ajenos— deben tener ey cuenta que los estados contemporaneos no han descubrere} todavia, a pesar de los defectos, un sistema sustitutive del los partidos que funcione con eficacia y con justicix, Del ahi que Ia obra de Zampetti tienda a vigorizarlos y no | suprimiclos, insertandolos con nueva vida en el seno de Ja sociedad. No pretendemos hacer crénica del libro que ve la luz en nuestra lengua. Nuestro modesto propésito es presen. tarlo al lector con el elogio de su contenido, y con la cer- teza de que aborda un tema de palpitante actualidad en la realidad presente de nuestro pueblo. Nuestra buena intencién se dirige a que sirva de reflexién a estudiosos y a politicos, preocupados por las estructuras constitucio- nales del pais y por la estabilidad de su funcionamiento| en un régimen justo. GERMAN J. Bipart Campos PREFACIO. Largo ») tormentoso ba sido el camino que nos ba con- ducido al régimen democrético. Fatigoso, puesto que hubo de afinar la conciencia de quicnes, en su cardcter de cin. dudanos, son los protagonistas directos de la vida politica actual. No obstante, lo que es indudablemente una conquista de nuestros tiempos, parece hoy al menos barcialmente comprometida. Una pregunta aflora insistentemente cn la conciencia de quien se breocupa por la suerte de nues- tras instituciones: cel estado re presentativo se inclina ha- cia el ocaso? ¢las dificultades que encuentran sus insti- tuciones para adaptarse a las exigencias siempre nuevas y diversas, que emergen de la ex beriencia histérica concreta, 10 constituyen acaso una prueba evidente? Discusiones, convenciones, articulos de fondo, acentian tales preocupaciones y perplejidades, que no se hullen ya restringidas a los pocos iniciados, sino que gradualmente se van extendiendo a estratos cada vez més amplios de ciudadanos. Un clima de desconfianza parece envolver a las instituciones democraticas; y ello. es tanto més grave, 12 Det estavo LIBERAL AL. ESTADO BE PARTINOS la democracia, por su naturaleza, exige el la confianza de los ciudadanos. etal desconfianza tiene razon ‘tico estd en condiciones de si se piensa que asentimiento y Abora nos breguntames: a cer, o bien el estado democrai ae las dificultades que se debate boy? Mediante nuestra investigacién trataremos de respon- der a tal interrogante, fundindonos en Ia institucién Clave del régimen democritico, la representacion politica, que ba sufrido una evolucion profunda en el gradual trdn- sito del estado liberal al estado actual, donde los partidos politicos han asumido una funcién de primaria impor- tancia. Pese a las apariencias, no es sencillo seguir tal evo- Lucién, Es necesario verificar constantemente la validex y la funcionalidad de la institucién a la lux de la realidad Aistérica, en constante y progresivo desarrollo, que la ins- titucion misma sostiene y vivifica. Advertiremos entonces que no es posible estatizar el an- damiaje de nuestro estado. El dinamismo de la realidad bistérica no puede dejar de investir a las estructuras que son componentes esenciales de la misma. Sélo mediante un estudio riguroso y cientifico podre- mos adquirir conciencia de la verdadera naturaleza de dichos problemas; y los que son llamados a través del mis- mo 4 las responsabilidades puiblicas, quizé puedan extraer imspiraciones y motivos para meditaciones y reformas oportunas, tendientes a modernizar el estado y a colocarlo, asi, en condiciones de resolver las funciones cada vez mds wT ‘ Pawvacio is sume. No es éste, por cierto, el fin primordial aoe vastas que as de nuestra investigacion, que mira esencialmente al estu- dio de la funcionalidad de la institucién. Pero las conse- cuencias que se siguen de ella son inexorables, para quien encido de que el destino del estado democratico esté conve ido a la vigorizacion del régimen se halla estrechamente uni representativo.

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