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VERDADERA COMUNICACIÓN

Hace unos días tuve un sueño muy extraño. Me encontraba en un lugar donde nunca antes
había estado. En aquel sitio los árboles eran de color azul, el cielo de un tono rosado muy
tenue, no hacía calor ni frio, el clima era muy agradable. Existía una gran cantidad de flora y
fauna de las formas y colores más diversos que podrías imaginar.
Caminé lo más que pude para poder conocer todos los rincones de ese lugar tan hermoso.
Mientras caminaba escuché un leve sollozo que provenía de una pequeña cueva. Decidí entrar
y me encontré con un gran oso, su pelaje era rojo como la sangre y tenía unos ojos negros
muy profundos que se veían cansados y tristes.
Me quedé observándolo y en eso me habló. Me contó lo que aquejaba su mente. Hace unos
meses que no lograba convivir ni comunicarse de buena forma con los otros animales de
aquel lugar, ya que ellos tenían prejuicios hacía él por su apariencia tan intimidante,
llevándolo a quedarse solo para no molestar a los demás. Le dije que yo podía ayudarlo para
que se sintiera mejor consigo mismo y los otros. Primero que todo fui a conversar con los
otros animales quienes me contaron que Oso era muy alterado, impulsivo, agresivo y que a
veces no se podía controlar. Sabiendo esto conversé con Oso y le expliqué en qué áreas debía
mejorar. Trabajó su paciencia, el autocontrol, desarrolló mayor empatía y bajó su nivel de
frustración. Creando así un ambiente mucho más ameno y saludable para todos, ya que
haciendo el mínimo intento de entender a los demás existe una mejor convivencia.
No todas las personalidades son iguales y por lo mismo debe existir una verdadera
comunicación.

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