EL MAL QUE OCASIONA LA ENVIDIA EN NOSTROS Por: Esbeydi Dasnet Campos Gutiérrez ¿Qué es la envidia? No hay que confundir la envidia con los celos. La primera desearía destruir al objeto espejo; los celos, en cambio, desean conservar a toda costa el afecto del otro/a. No obstante, ambos sentimientos pueden ir juntos a veces. Por ejemplo, algunas personas agreden a su pareja infiel no solo por el dolor de los celos, sino también por envidiar secretamente a quien se atrevió a realizar lo que el propio engañado/a también deseaba pero reprimía. La envidia es también parte inseparable de esa otra gran defensa neurótica de esa otra gran defensa neurótica, el racismo desde que el sujeto experimenta una ansia infatigable de brillar, ser el centro de atención, lograr admiración en toda circunstancia, por eso tantas personas se sienten continuamente amenazadas por los éxitos y la supuesta “felicidad” de los demás y, atormentadas por la envidia. La envidia se manifiesta bajo las miradas bajos sus miradas atentas y suspicaces se escinde la frustración, una necesidad no satisfecha y a su vez, un agotamiento psicológico que no saben cómo resolver. Porque la envidia, lo creemos o no, implican grandes esfuerzos: observar, comprar, vigilar y ante todo, sufrir en silencio el peso de la infelicidad. Ocasionalmente el envidioso siente el deseo compulsivo de poseer lo que el otro tiene o simplemente desvalorizar a persona objeto de su envidia para destacar sus propias cualidades. El envidioso es un niño inmaduro y su sufrimiento condiciona su personalidad, su estilo de vida y su bienestar. Las consecuencias que trae la envidia, el envidioso es un insatisfecho que, a menudo, no sabe que lo es. Esto le hace sentir mucho rencor contra las personas que poseen algo (belleza, dinero, sexo, éxito, poder, libertad, amor, personalidad, experiencia, felicidad…) que el también desea, pero no puede o no quiere lograr. Así en vez de aceptar sus carencias a realizar sus deseos, el envidioso odia y preferiría “destruir” a toda persona que, como un espejo, le recuerda su privación. La envidia es la rabia vengadora de quien, en vez de luchar por sus anhelos, prefiere eliminar la competencia. Por eso la envidia es una defensa típica de las personas más débiles en cualquier sentido. En suma cuando más neurótica e insatisfecha es una persona, tanto más envidiosa resultara necesariamente. Por lo tanto ningún tipo de envidia es buena las formas de expresión de la envidia son innumerable. Desde ser críticas, murmuraciones, injurias, desdenes, rechazos y agresiones y agresiones hasta las represiones, burlas, rivalidades y venganzas. La envidia puede formar parte de muchos trastornos psicológicos (complejos, ansiedades, depresiones violencias…), así como de numerosos conflictos amorosos y familiares. En el sociopolítico, su influencia es determinante. La envidia masculina del poder sexual, emocional y procurador de las mujeres alimenta el machismo. La envidia del poder social del varón nutre el feminismo. La envidia de los pobres estimula la protesta social. La envidia de los vanidosos sostiene las artes y espectáculos. La envidia entre mujeres robustece el colosal negocio de la belleza, modas, etc. La envidia entre hombres excita su compatibilidad. La envidia sexual es el combustible del morbo mediático y la pornografía. La envidia económica desenfrena el consumismo. Sin embargo la envidia no siempre es un sentimiento malo, ya que la positiva brinda un impulso para superarnos y trabajar en direcciones de conseguir nuestros objetos. La imitación y la identificación son dos mecanismos de maduración personal. En cambio la destructiva, se asocia con otros sentimientos como la culpa la vergüenza. Algunos estudios muestran que existen determinadas características personales que predisponen a mayor sentimiento de envidia sin embargo, también hay factores cultuales y sociales, que componen el perfil de una persona envidiosa. Lo que más y mejor caracteriza a la verdadera envidia es el desear de que el otro, el envidiado, no tenga lo que tiene, de que no sea verdad que lo tenga, de que no sea cierto su éxito o no sea tanta como parece su riqueza material. Entonces la envidia es un fenómeno psicológico muy común que hace sufrir menormente a muchas personas. Tanto a los envidiosos como a sus víctimas. Puede ser leve o intensa, simple o compleja, consciente o inconsciente, explicita o involucrada en algunos síntomas neuróticos. No hay envidia “sana”. La envidia es doloroso sentimiento de frotación por alguna carencia nuestra que, acertada o equivocadamente, consideramos que la otra persona no padece. Por ello s sufrimos consiente o inconcinamente contra esta una gran hostilidad. Mucha gente siente que no puede contar cuando es feliz a los proyectos grandes que tiene, no publican la compra de un auto o de una casa por medio a que la mala onda o la envidia del otro les hagan daño o que todo se limite. Como analiza la canción la envidia es del autor Joan Sebastián, pues él pensaba que la envidia era un sentimiento herrado y de repente su vida se le llena de envidia, ahora le tenía envidia a la noche, que siempre velaba su sueño, le tenía envidia a la lluvia