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EDUCATIVO EN LA
ESCUELA
Este proceso de cambio educativo que surge como una manifestación natural, se
convierte en transformación en el momento que sus procesos se vuelven conscientes e
intencionados, desde esta mirada, se establece con toda claridad que el cambio educativo,
reflejado en una transformación, se gestiona, y para que esta gestión será exitosa, las
características de la gestión debe ser liderada, dirigida e investigada, así lo expresa el profesor
Valera (2009). “El cambio educativo, es por tanto, un complejo proceso de transformación
social que en su abordaje científico se asumen determinados principios pedagógicos, que son
expresión de leyes y determinadas regularidades en la explicación del fenómeno educativo
que tienen sus particularidades según las tendencias y corrientes pedagógicas adoptadas”.
Se aprecia una definición que nos aporta una mirada válida y bien intencionada, sin
embargo, es en apariencia, insuficiente, reduccionista y hasta cierto punto obvio y carente de
altas expectativas. Hemos aprendido que la educación que se requiere, demanda un cambio
en la visión del ser humano, las relaciones y la proyección de sociedad que se quiere construir,
por lo cual, lo propuesto por la autoridad, parece una visión sesgada y obsoleta respecto a la
demanda actual, tanto a nivel local como global. El ser capaces de concebir la educación
como un proceso de transformación, que se vincula a la sociedad mediante la búsqueda y
generación del conocimiento, debe ser el eje sobre el cual giren las directrices educativas, en
este sentido Delors (1996) lo insinúa en su informe “La Educación Encierra un Tesoro”, al
señalar que la educación debe propiciar una mayor convergencia hacia la comprensión mutua
y de sí mismos, lo cual, será mediado por las acciones que generemos en torno al acceso y
creación del conocimiento, desde un punto de vista equitativo, favoreciendo así, el desarrollo
integral de la conciencia.
Al ser capaces como individuos de poder cuestionar y cuestionarnos sobre el tipo de ser
humano que queremos formar, discerniendo entre lo real y lo ficticio, el ser y el parecer o el
qué y el para qué, surge como una respuesta lógica reflexionar sobre el sentido moral del
conocimiento. El que la educación sea el motor del pensamiento, y que este a su vez genere
como producto el conocimiento, nos lleva al cuestionamiento sobre los propósitos de la
educación actual. Ya no resulta válido vivir en los principios del modelo capitalista sin
considerar que la sociedad misma ha cuestionado su naturaleza y ha instalado una creciente
demanda de justicia, igualdad y equidad.
¿Cómo son los líderes actualmente en nuestras escuelas?, ¿Qué entendemos por líder? ¿Cómo
debe ser un líder efectivo?
El conocer las características de un líder efectivo, nos permitirá seleccionar los individuos
adecuados para llevar nuestras escuelas hacia los desafíos actuales. Pero también nos dará
luces sobre cómo potenciar a aquellos líderes actuales en la optimización de su gestión. A
partir de este objetivo será posible generar una propuesta sobre el tipo de liderazgo más
adecuado para la actual dirección escolar.
En los últimos años se puede decir que nuestro país ha desarrollado un esfuerzo sostenido
en la búsqueda de una solución para convertirse en una sociedad más justa, en donde todos
tengan los mismos derechos y oportunidades, y así puedan llevar a cabo sus aspiraciones. Es
aquí donde la educación elemento fundamental para el desarrollo social, se vio envuelta en
un lamentable estancamiento, provocado por más de 16 años de dictadura, que repercutió en
la aplicación de políticas públicas en materia educacional orientaban básicamente a reducir
la reflexión crítica de la sociedad, y reproducir los valores que la administración política de
turno estimaba relevantes, con la consiguiente supresión de los derechos ciudadanos,
negando la divergencia de opinión y la posibilidad de participación.
Dentro de esta reflexión, el rol de quien dirige la unidad educativa cobra mayor relevancia,
puesto que gradualmente se ha ido incorporando al sistema educacional conceptos ligados al
management, lo cual se refleja en el aumento en los niveles de exigencia para postular a
cargos directivos a través de la creación de concursos de alta dirección pública, donde
claramente se pretende terminar con los “amiguismos” y “cuoteos políticos” en cargos que
tienen perfiles técnicos y profesionales, en este mismo sentido apunta la iniciativa de publicar
una actualización del “Marco para la Buena Dirección y el Liderazgo Escolar” por parte del
MINEDUC.
Muchos estudios señalan que el papel que juega el liderazgo en las instituciones educativa
es muy importante a la hora de conseguir escuelas más efectivas. “Los efectos del liderazgo
suelen ser de mayor impacto, ahí donde y cuando más se necesitan” K. Leithwood, et al.,
2004. Según la cita anterior podemos claramente observar, que el líder resulta ser
fundamental en el desarrollo de las escuelas en dificultades. El impacto que puede provocar
un líder en una escuela resulta ser muy significativo, ya que un buen líder asegura una mejora
continua de aprendizajes, lo que ocurre en el interior del aula, es el único factor que supera
al liderazgo en la escuela. No obstante lo anterior, estoy convencido que promoviendo una
gestión pedagógica curricular exitosa por parte de los líderes, los riesgos de una mala gestión
en el aula se minimizan considerablemente.
Nuestra realidad establece que los directivos de los establecimientos educacionales deben
asumir este liderazgo, para así potenciar su unidad educativa. Se espera que gestionando en
conjunto con la comunidad, se logre desarrollar la efectividad en las dimensiones más
importantes dentro de la escuela, es decir, el área directiva, pedagógica curricular y la
convivencia escolar e inclusión.
La gestión eficiente no sólo está determinada por las características y aptitudes del líder,
el contexto en el cual se desenvuelve es un importante factor a considerar a la hora de analizar
el liderazgo efectivo. Es así como podemos mencionar que existen distintos escenarios dentro
de la realidad escolar en Chile ya que en nuestro país nos encontramos con colegios
Particulares que representan el 7,6%, colegios particulares subvencionados 54,6%,
municipales 36,5% y de administración delegada con un 1,3%.(Mineduc 2015).
Este es un dato que nos permite dimensionar las posibilidades de autonomía en la toma de
decisiones, al momento de dirigir una unidad educativa, la experiencia nos indica que en
algunos casos no resulta para nada fácil compatibilizar la gestión que evidentemente incluye
la administración de grandes cantidades de recursos, cuando existe un sostenedor, ya sea de
tipo privado o público que determina otros usos. Los directores se encuentran en algunos
casos con sostenedores que tienen un manejo centralizado y autoritario, lo cual le quita
independencia a su gestión, provocando serios retrasos en la planificación realizada por estos
líderes. Sin embargo existe una luz de esperanza con la nueva ley de gratuidad, en donde
resaltamos que desaparece el lucro, impidiendo de cierta forma el desvio de recursos
educativos para el uso personal.
¿Qué es el liderazgo? ¿Cómo debe ser el tipo de líder que guíe nuestras escuelas? Para
hablar de liderazgo efectivo, es necesario precisar que entendemos el liderazgo como una
condición totalmente desarrollable en algunas personas, la cual ha sido foco de estudio y
discusión a lo largo de toda la humanidad, y así mismo el concepto que de él se maneja, ha
ido variando en el transcurso de la evolución humana, redefiniendo lo que implica ser líder
y cuáles son sus principales características. Es en este permanente cambio, que el hombre
ha creado nuevas exigencias en torno a las necesidades que la sociedad actual le plantea.
De esta forma podemos encontrar que en materia educacional, se distinguen dos grandes
corrientes de liderazgo, aquella denominada de primera categoría o también reconocida como
liderazgo transaccional, y la conocida como segunda categoría o llamada liderazgo
transformacional.
La realidad descrita en el párrafo anterior, da cuenta para quienes hoy actúan en el sistema
escolar de la urgente necesidad por modificar la gestión y establecer nuevas formas de
liderazgo, más acorde con los requerimientos de nuestros estudiantes y de la sociedad en
general. Se comprende el liderazgo como “la labor de movilizar e influenciar a otros para
articular y lograr los objetivos y metas compartidas” (Leithwood et al., 2006)
Un líder eficiente se asemeja al director de una orquesta, quien puede contar con
excelentes especialistas, grandes ejecutores, todos los recursos materiales a su disposición,
pero nada de eso tendrá el resultado esperado, si no es capaz de conjugar los elementos y
hacerlos confluir en armonía. A través de esta analogía, se intenta establecer que el líder de
una unidad educativa, debe ser capaz de optimizar sus recursos a través de una mediación y
organización efectiva, esto implica poder ejercer, de acuerdo al contexto, lo esencial de los
distintos tipos de liderazgo, lo que implica convertirse en un comunicador, observador
competente, ser capaz de delegar, de decidir, de crear, ejecutar y propiciar cuando lo
observado es convertido en una constante toma de decisiones.
Un líder efectivo es que aquel que cuenta con los conocimientos, pero también es aquel
que logra desarrollar sus instintos, sus habilidades sociales, sus emociones e inteligencia, y
ponerlo al servicio de la educación y el logro de sus objetivos. Algunos autores mencionan
que: “Las instituciones educativas, deben ser gerenciadas por individuos cuyas cualidades
y habilidades profesionales, estén vinculadas a la comunicación, motivación y
establecimiento de las relaciones interpersonales dentro de una gestión educativa, en la cual
tiene un rol protagónico las relaciones humanas”. (Martins, Carmmaroto, Neris, & Canelón,
2009), puesto que UNESCO afirma que: “los líderes escolares son capaces de observar las
emociones y estados de ánimo que experimentan los miembros del centro escolar de manera
permanente o cotidiana y son competentes para cambiar emociones y estados de ánimo
adversos por situaciones de alta motivación”. (Rojas & Gaspar, 2006).
El líder transformacional debe ser capaz de generar en sus seguidores una visión
compartida, involucrando al colectivo de forma individual, fomentando la comunicación
constante, abierta y fluida, propiciando la creación de nuevas ideas y desarrollando actitudes
proactivas en cada miembro de la comunidad, siendo un eje central de esta dirección, el
reconocimiento y estímulo en la búsqueda por establecer colaboradores altamente motivados.
Para concluir, podemos decir que el líder que se requiere en la actualidad, es un ser
revolucionario, que busque romper los esquemas de aquello que se perciba obsoleto o que
entorpezca el crecimiento de las instituciones. Una persona con el carácter, la convicción y
conocimiento adecuado para convertirse en un ejemplo, que motive la imitación y la entrega
de lo mejor de sí mismo. Este individuo lo encontramos bajo el paradigma del Liderazgo
Transformacional acompañando por una gestión distribuida basada en la confianza y la
motivación que logre generar en sus seguidores. Como reflexión final si bien un buen líder
debe poseer altas competencias creo que no se puede obviar la integridad de este líder.
“En un mundo cambiante, donde hay poca visibilidad y hay que tomar decisiones a cada
instante, necesitamos tener instrumentos que nos orienten, que nos indiquen el verdadero
norte para no equivocarnos. Esos instrumentos son nuestros principios” Fichman (2000).
BIBLIOGRAFÍA
Gaspar, F.; Rojas, A. (2006). Bases del Liderazgo en Educación: Líderes escolares, un
tesoro para la educación. Santiago, Chile: Publicado por la Oficina Regional de Educación
de la UNESCO, para América Latina y el Caribe, OREALC/UNESCO Santiago.
Martins, F.; Carmmaroto, A.; Neris, L.; Canelón, E. (2009). Liderazgo transformacional y
gestión educativa en contextos descentralizados. Actualidades investigativas en educación
http://revista.inie.ucr.ac.cr. Volumen 9, Número 2, Año 2009, ISSN 1409-4703, 2
Murillo, J. (2006). Una dirección escolar para el cambio: del liderazgo transformacional al
liderazgo distribuido. REICE (Revista Electrónica Iberoaméricana sobre Calidad, Eficacia y
Cambio en Educación), 11-24.
Valera, O. (2009) El cambio educativo desde la teoría hasta la práctica escolar. México.
Recuperado de http://ofdp-mexico.over-blog.org/article-33027517.html
Weinstein, J.; Muñoz G. (2012) ¿Qué sabemos sobre los directores de escuela en Chile?.
Santiago, Chile. Cedle
Marco para la Buena Dirección y el Liderazgo Escolar. MINEDUC (2015) Recuperado de:
http://liderazgoescolar.mineduc.cl/wpcontent/uploads/sites/55/2016/04/MBDLE_2015.pdf