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Recuerden que el SIS nace para la población más vulnerable y pobre del país.
Manejar una crisis: decir toda la verdad, con rigor y lo mas rápido posible. Ese es el
consejo básico de manejo de crisis. Primero, identificarla. Segundo, actuar con
serenidad pero con rapidez para acumular toda la información posible. Tercero, salir
con el vocero autorizado antes que los medios. ¿Hizo eso el gobierno? A medias. El
Ministro Zavala confrontó a Moreno con los audios y este renunció – según el médico,
“indignado” por que se graba en Palacio- aceptándosele la renuncia y “agradeciendo
por los servicios prestados” en Resolución Suprema, firmada por Zavala y el
Presidente. Mal. Error. Se le cesa. Se que es un formulismo pero estos símbolos
existen para algún propósito. La resolución transmite una idea inicial de la molestia del
gobierno. Eso, no se hizo. Pero lo que es peor, mientras asesoría jurídica de PCM
elaboraba su informe, el Presidente, consultado por la prensa por esta renuncia señaló
que se fue porque tenía “mucho trabajo”. Mal. Otro error. ¿Por que no se informaron
los hechos correctamente al Presidente? ¿Los conocía y no quiso hablar del asunto?
Lamentablemente no salir con la verdad por delante y rápido genera la sensación de
encubrimiento. Cierto es que toda persona tiene derecho a la presunción de
inocencia y que no se puede acusar sin pruebas, pero ¿tenía que demorar el informe
seis días? ¿No pudieron resolver que debía denunciarse a fiscalía en 24 horas y
mientras tanto retener la aceptación de la renuncia para darle la forma correcta? ¿Lo
que apuro al Ministro Zavala fue enterarse que los mismos audios ya estaban en poder
de Cuarto Poder y luego de otros medios? Esa duda la ha creado el no responder
rápido. Creo que después de la salida del Ministro Zavala a dar explicaciones el
viernes pasado, el manejo de la crisis ha sido excelente. El problema es que la falta de
reflejos iniciales ya dejo la duda y ese error, en política, se paga.
¿Por qué el SIS se presta para un “negociazo”? Esta es la madre del cordero. El
Seguro Integral de Salud es un fondo administrado casi sin supervisión. En el origen,
la idea tiene lógica. Se trata de subsidiar la demanda. Es decir de subsidiar al
paciente, no al establecimiento de salud. Así, cada prestación de salud tiene una
tarifario que se aplica por el número de pacientes atendidos y eso constituye la
transferencia que recibe el establecimiento. A más atenciones, más subsidio. Eso ha
hecho que los incentivos por atraer pacientes crezcan . ¿Tiene sentido? Hay que
considerar que hay millones de peruanos que no tienen acceso a la salud pública
porque aun siendo gratuita tiene pequeños cobros, es lejana geográficamente o no
se confía en ella por razones culturales. ¿Cómo hacemos que se acerquen?
Ofreciendo un “seguro”. En realidad no es ningún seguro porque las “primas” las paga
el Estado. Es decir el servicio sigue siendo íntegramente subsidiado, pero quien esta
inscrito en el SIS califica como pobre y por tanto no paga nada. Hasta ahí todo
bien, salvo la sobrecarga de trabajo para el personal de salud. Sin embargo, el sistema
de salud no tiene infraestructura propia suficiente para atender la nueva demanda.
¿Qué se les ocurrió? Hacer convenios con establecimientos de salud privados
que tengan mucha oferta y poca demanda. Ahí es donde entra el “negociazo” del
doctor Moreno que quiso juntar las piezas de un rompecabezas donde se hacía rico
sin poner un centavo. ¿Cómo? Conseguía infraestructura ociosa de la Iglesia Católica,
colocaba médicos del hospital Loayza con el mismo tarifario del SIS pero que va
directamente a sus bolsillos y ganaba en los servicios conexos que ofrecía en
infraestructura ajena a muy bajo precio. ¿Qué ganaba la Iglesia? Nada, salvo poner
en funcionamiento infraestructura y servir a los pacientes. ¿Qué ganaba la salud
como servicio público? Nada. ¿Qué ganaba Moreno y sus compinches? El lo
dijo: “una mina de oro”.
Los cargos sin marco legal abren la puerta a la corrupción. El cargo de Consejero
Presidencial fue creado por Alejandro Toledo copiando el sistema de los Estados
Unidos. Sin embargo, nunca se dio un marco regulatorio a este cargo. Este es un
problema grave en la administración publica. Primero, porque en derecho público el
funcionario solo puede hacer lo que la ley le manda. Nada más. Es el principio inverso
a la del ciudadano común. Cualquier cosa que haga fuera de su mandato específico es
ilegal y puede ser hasta delictivo. Segundo, porque el terror en reforma del Estado son
los funcionarios con objetivos “autoreferentes”, es decir, como “nadie sabe que me
toca hacer, me inventó mi mandato”. La discrecionalidad entonces es infinita y eso es
un peligro. El caso Moreno es una prueba de ello. Uso Palacio de Gobierno para
impresionar a sus interlocutores, se jactó de contactos reales o simulados y
hasta sorprendió a un Obispo. ¿Cómo pudo hacer eso? Porque su cargo no tiene
límites. No hay un reglamento de Consejeros Presidenciales.
¿Qué queda después del escándalo? Se abre la oportunidad para que varias
reformas puedan ser impulsadas: a) Un sistema de verificación de trayectorias antes
de un nombramiento. Basta con formar un grupo de trabajo en PCM al que se le den
24 horas para investigar antecedentes en colaboración con otras instituciones del
Estado, desde la UIF hasta el Ministerio Público y la Policía Nacional. b) Debatir la Ley
de Muerte Civil para funcionarios condenados por delitos dolosos contra la
administración pública. c) Crear un marco regulatorio para los Consejeros. d) Reformar
el SIS. Ayer el ex Ministro Oscar Ugarte señaló en entrevista a Ideeleradio que ya se
había detectado problemas en el proceso de transferencia y en el mismo servicio que
dirige el doctor Moreno en el Hospital Loayza, obteniendo subsidios con sobreprecio
por parte del SIS. Ugarte asegura que esto fue informado. Si nadie hizo nada, hora de
hacerlo.
¿Todo el peso de la ley para Moreno? El problema es que la ley pesa poco. En el caso
Petroaudios se declaró que la prueba ilícitamente obtenida no es prueba. Así todos los
de los faenones salieron libres y mas limpios que pasados por lejía. Si ese precedente
se aplica a este caso y a todos los que vengan con este material, no hay forma de
luchar contra la corrupción. El doctor Moreno puede respirar tranquilo. Por ahora. Pero
esto tiene que cambiar. Si cambio para los vladivideos puede volver a cambiar.
La Comisión de Ética del Colegio Médico del Perú abrió un procedimiento indagatorio
disciplinario al exasesor Carlos Moreno, por los audios de presuntos negociados
para beneficiarse del sistema de salud, informó el decano de esa orden profesional,
Miguel Palacios.
Carlos Moreno fue denunciado ante la fiscalía por siete delitos, entre ellos colusión,
tráfico de influencias y asociación ilícita para delinquir. Por el primero de ellos,
podría recibir una condena de hasta 15 años.
Introducción
La ética tiene su punto de partida antes de nuestra era, simbolizada por el más
ilustre médico de la antigüedad, Hipócrates, cuya doctrina ha tenido gran influencia en
el ejercicio de la profesión en los siglos posteriores.
Los conflictos y dilemas éticos que surgen después de la Segunda Guerra Mundial
con la defensa de los derechos humanos y el avance impetuoso de las tecnologías de
salud le dan nuevas visiones y dimensiones.
Desarrollo
Desde tiempos pretéritos, la ética médica considera uno de los crímenes más
graves la ejecución de experimentos riesgosos con las personas (lo que, por ejemplo,
era ampliamente ejecutado por los “médicos” fascistas). En contraposición, la medicina
conoce de muchos casos cuando el médico ha probado un nuevo preparado en sí
mismo, poniendo en peligro su vida pero no la vida del enfermo.
¿Qué son y para qué sirven los principios? Si todo argumento necesita de
premisas, la ética médica requiere de principios, indican algo que debe hacerse, una
conducta apropiada y valiosa que hay que adoptar: principios como razones para la
acción.
Los principios son un tipo de normas. Tienen carácter general y, sobre todo,
marcan el límite más allá del cual no se puede ir: “dibujan la línea”. Establecen qué
está dentro de lo aceptable y, muy importante, qué ha de quedar fuera (“nunca
más…”)
Las normas siempre prescriben o prohíben algo, pudiendo ser de dos tipos,
principios y reglas. La diferencia consiste en qué aquellos prescriben en términos
generales; indican algo que hay que realizar, según distintos grados. No son
definitivos, por tanto, sino “mandatos óptimos”.
En cambio existen otros valores que son más concretos y precisos, como son:
la honestidad, la fidelidad, la valentía, la responsabilidad, la amistad, el decoro, la
franqueza, la confianza, el coraje, y otros. Intentar una clasificación precisa se torna
como algo en extremo difícil y complejo, aunque no imposible.
De aquí que reconocer los valores que generan las distintas sociedades, proceso
que en lo esencial es universal, y proponer incorporarlos en la vida cotidiana,
constituye uno de los mejores proyectos que puede unir a los miembros de una
sociedad.
Enfrentar con altura humana, los dilemas y conflictos morales de un siglo que
termina y otro que comienza; clasificar los valores morales y de otra índole que vale la
pena incorporar y trasmitir; tener preparadas respuestas a la altura de lo que se
merecen los seres humanos, constituye una pregunta que es pertinente discutir y
clarificar.
Se expresan las manifestaciones del sistema de valores éticos que a nuestro juicio
no deben faltar en el médico del siglo XXI, pensando también en el médico del
deporte.
Humanismo
Humildad
Honestidad
Responsabilidad
Profesionalidad
Conclusiones
El médico es reconocido por su misión de salvar vidas, así en todas las épocas y
lugares ha tenido una connotación especial su cometido. En la actualidad lo
engrandece un sistema de principios y valores éticos que les van a guiar su conducta
en todo momento.
Bibliografía
Autonomía: Este principio nos pide ver a los individuos como agentes con la
capacidad de tomar sus propias decisiones cuando cuenten con la información
necesaria sobre los procedimientos a los que se les va a someter, su propósito, y sus
posibles riesgos y beneficios, así como las alternativas que tienen. Así mismo, es
importante que tengan presente que pueden hacer cualquier pregunta sobre los
procedimientos y que pueden abandonarlos en cualquier momento. A partir de este
principio se deriva la práctica del consentimiento informado. En caso de que el
paciente no sea competente, las decisiones las debe tomar el representante legal.
4. El médico debe respetar los derechos de los pacientes, de los colegas y de otros
profesionales de la salud, y también debe mantener la confidencialidad del paciente
dentro de los límites de la ley.
velar por un trato digno y respetuoso con el paciente, razón de ser de nuestra
profesión.
de justicia).
Para Gostin (11) si la salud es un valor fundamental, entonces los valores de equidad
y justicia social exigen una distribución justa de las condiciones necesarias para que
las personas sean saludables, condiciones que incluyan una variedad de factores
educativos, económicos, sociales y ambientales que son necesarios para una buena
salud.
Esta incongruencia sobre los malos médicos, que insisto si los hay, no significa meter
a todos al mismo saco, pues tambièn hay mèdicos que anteponen su paciente incluso
a su Salud, y se contagian de tuberculosis por atender tantos pacientes tuberculosos,
y encima el estado ni los considera de manera especial, ni tenemos seguro de riesgo
ocupacional. Pero, bueno, volvemos al punto, estos médicos anéticos que prefieren el
dinero al honor abundan por ahí, incluso tienen ecógrafos y locales en todo Lima,
frente a los hospitales grandes, otros hasta tienen programas de televisión, si, asi
estàn las cosas.