Comencemos por la etimología: antropos, del griego, significa hombre. Logos, también del griego, significa tratado, La antropología es el tratado del hombre. El calificativo filosófica remite a un estudio del hombre que intenta explicar, mediante las facultades racionales humanas, su esencia misma, aquellas últimas realidades por las cuales decimos que un ser es persona humana. Antes de comenzar a profundizar en el significado de esta ciencia, es preciso recordar que existen diversas antropologías, cuyos límites fronterizos conviene precisar, en lo posible, para poder tomar una conciencia clara de cuál es el ámbito exacto en el que tiene cabida una Antropología Filosófica. En el mundo del pensamiento y de la investigación existe una Antropología Física o Antropobiología que estudia los temas paleontológicos, la genética de las poblaciones. Hay también una Antropología Psicológica que tiene por objeto la conducta humana en su perspectiva psíquica o psico-somática. La Antropología Cultural, que es la más difundida, se constituye por el estudio etnológico de los pueblos primitivos y modernos, sus costumbres, sus ritos, etc. Existe también la Antropología Social, que tiene como objeto el estudio de las sociedades actuales y que, por ello, no siempre se distingue claramente de la sociología. Por fin, hay que decir que existe un Antropología Teológica, aquella que estudia y explica qué es lo que Dios ha revelado a los hombres sobre la realidad humana. Hay que advertir también que la denominación Antropología Filosófica, puede incluir algunas ambigüedades o puede prestarse a interpretaciones incorrectas, precisamente porque hay tantas otras Antropologías que pretenden ser la Antropología única. Por eso, parece acertada la observación de que es más conveniente hablar de Filosofía del Hombre. En la expresión Antropología Filosófica, lo filosófico ha pasado a ser adjetivo, tal vez por un complejo inconsciente de inferioridad debido a los prejuicios neopositivistas, siendo así que lo que se pretende hacer en esa ciencia es una verdadera y sustantiva filosofía. Desde el punto de vista lógico y desde el punto de vista epistemológico parece más correcta la denominación Filosofía del Hombre, que la de Antropología Filosófica. Sin embargo, puesto que el uso común ya ha admitido esta segunda expresión, desde que Max Scheler la hizo suya y la popularizó, podemos conservarla, a pesar de la equivocidad a que está expuesta. La Antropología Filosófica, al explicar lo que es la estructura profunda del hombre, presta un servicio a otras ciencias humanas, como es la ética, la Sociología, el Derecho, la Teoría Política, la economía. Más aún, las otras antropologías, sobre todo la Cultural y la Social, presuponen, de modo más o menos explícito, y dependen de una Ontología del Hombre y, puesto que esa Ontología fundamenta o justifica las Antropologías, ella debe ser establecida de una manera racional y crítica, es decir, científica. Tenemos que decir también que las otras antropologías pretenden explicar cómo es el hombre, mientras que la Antropología Filosófica añade un inquietante "para qué es el hombre" al que ya no puede responder más que ella o, en su caso, una antropología teológica. Así pues, las ciencias humanas, si han de servir para el desarrollo integral de la persona en sus múltiples dimensiones deberán tener en cuenta una Antropología Filosófica que explique, con objetividad y profundidad, lo que es y para lo que la persona en cuanto tal. Si no atienden a esa realidad pueden dejar de ser ciencias humanas y convertirse en inhumanas. Por fin, hay que insistir en que una Antropología Filosófica no puede pretender explicar totalmente lo que es el hombre, ni recoger todo lo que se ha dicho sobre el hombre porque es inabarcable. Se contenta con aportar un conjunto de verdades fundamentales sobre la última realidad estructural de la persona humana que ayuden a su mejor comprensión y a la creatividad de un humanismo cada vez más alto. Se podría decir que explica todo lo fundamental del hombre, pero no totalmente, porque en el hombre siempre queda mucho de misterio. 2. Diferencias entre humanización y hominización.