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LA ZAMPOÑA

La zampoña es un Instrumento aerófono (que emite sonido por


vibración de una columna de aire), que recibe el nombre aymara de
Siku en regiones altiplánicas de mayor ancestro incaico, y también,
aunque en menor grado, Pusa y Laca en otras regiones del área
andina. Se encuentra presente en Bolivia, Perú y en el norte de Chile.

Si bien es cierto el material con que se construye la zampoña es por


excelencia la caña, existen registros y estudios arqueológicos que han
descubierto que este instrumento era construido con arcilla y piedra
en la época prehispánica Por su parte, la etnohistoria nos señala
además que en los primeros 150 años de dominación española hubo
zampoñas de madera e inclusive, aunque en menor número, de metal.

La zampoña consta de varios tubos que se ordenan y se amarran con


cáñamo de manera contigua, cerrados en su extremo inferior,
monófonos (que producen un solo sonido), alineados verticalmente, y
de un diámetro que fluctúa entre 1 y 2.2 cms, y un largo entre 5 y 80
cms. Generalmente el número de tubos se ordena de 6 a 8 por hilera,
con algunas variantes. El largo de los tubos determina también que el
instrumento adquiera otros nombres: licus, en el caso de las
zampoñas de tubos más cortos y, por ende, de un sonido más agudo,
y toyos, zanjas, cuando el largo del tubo es mayor, lo que produce que
el instrumento adquiera un sonido mucho más grave y profundo.

Una particularidad de este instrumento, siguiendo su modo de


ejecución tradicional, es que para interpretar una determinada
melodía se necesitará siempre de 2 zampoñas y 2 ejecutantes. Esto
tiene su explicación en el hecho de que cada zampoña constituye
verdaderamente, como señala Carlos Vega, “la mitad del instrumento”.
En efecto, la escala musical en que se encuentra afinada el siku está
repartida entre los dos cuerpos instrumentales, razón por la cual los
ejecutantes van tocando cada uno y de manera alternada una nota,
conformando así el todo de una melodía. (es lo que se conoce en el
lenguaje musical como tocar las zampoñas “pareadas”). El origen de
esta técnica alterna, de este verdadero diálogo en la interpretación de
las melodías radica indudablemente en el carácter y sentido dual de la
organización cultural de los pueblos andinos de habla aymará y
quechua. En la actualidad encontramos zampoñas que al estar
amarradas de a dos posibilitan que sean interpretadas por un solo
músico, lo cual ha permitido y facilitado la evolución del instrumento
y el desarrollo de una técnica de ejecución más virtuosa.
La función predominante de la zampoña en la cultura tradicional es
ceremonial, relacionada especialmente con homenajes a santos patronos de
localidades rurales, en las cuales su ejecución más completa y orgánica esta
a cargo de las llamadas tropas de zampoñeros, o de laquitas, etc,
compuestas por ejecutantes masculinos, y enriquecidas por el sonido de
bombos y cajas.

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