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PULPEROS, PULPERAS Y PULPERIAS La institucion de Ia pulperia merece casi el dicho aquel entre deleitoso ym ico: “Pues jeudn det taberna ho, centro ercial del pul a de la reja desde la limeta de eso si—a In tin Fierro’ La pulperia de grescas. pero, tras | almacen de de dao al gincbra — autent lata de sardil en papel diario, en esas ya legen costaban monedas y Hon de pesos. La_pulper of testigos, escritos y las litogratias de Bacle, la doc: Palliere, Is recuerda Ro- berto Cunningham Graham, la analiza sociolé- gicamente Sarmiento. Ser pulpero es casi paten- te de trapalon, pero no siempre. Hay pulperos ciudadanos y pulperos rurales. Pulperos de esta- blecerse presumiblemente honrado y otros vola- dizos y ambulantes. en sus carretas de azaroso andar. El pulpero picaro y acomodado con el jefe deja su arquetipo estampado en © Martin Fierro” Pero pulperos fueron también, con honrada ba- lanza en el toma y daca, el poeta Juan Gualber- to Godoy y el también poeta Vicente Lopez y Planes. autor de nuestro Himno. Y hasta ani- mosas pulperas encontramos en nuestra evolu- cién sociologica, como esa brava portuguesa, sue gra del teniente coronel Juan Fsteban Rodriguez, que allé por 1832 tiene pulperia en Fuerte Fe- deracién (Junin), y “Dofa Serafina”, que en el camino de Loma Verde a Buenos Aires atendia hacia 1843, a los parroquianos alerta igualmente al peligro de la indiada. Pero el pulpero original inicial, avanzado, fun- dador, es el de la época de la dominacion hispa- nica. Trae, sein un cronista, todas las manas, tapujos, trapacerias y sutilezas que le reclamia su objetivo de enriquecerse rapidamente. “Soca- rrén y trapacero - dice el cronista , con ribe- tes de picaro y sus humos de maton, es el pul- pero en la parva ciudad colonial, el caracteristi- co representante del comercio de regateria. Ce- Budo catalan o parlero andaluz, el tipo es uno del molde de los clasicos venteros castellanos tan mentados en los romances picarescos. que al venir a tlerras ce Indias trajo en sus alforjas todas las afiagazas y truhanerias del terruio y del oficio. Es un puipero a la vez regatonero, mercader a ventaje matutero por aficién, y aun logrero, pues da a logro y con buena usura los dinerillos que tiene apafiados. Merca a los indios, a hurto de los bandos del Cabildo, quillapiés y mantas te- Jidas, que page con aguardiente y baratijas, y si, Ia Ronda hace Ia vista gorda, a la noche, a In luz de mortecino candil, reine en las pulperias Suen golpe de tahtres y fulleros. A pesar de ello, no desdefan saludatlo fincha- dos hidalgos y entonados funcionarios, ni le mez- quinan su bendicién frailes graves y discretos, una narigada del bue que te aceptan al pasar, a A conocedor cess fe prarear, nunca Ie falta para Obst ea ae ae Ge mvatvasia para el Prior de San ae pots trasco ae aromatica mistela pars Xo Domne Gobernador, ef dulce de patay par Ia short alde'y el polvilio sevillano para el Tea dor ma a los alguaciles. y Fudhgerk’pentnsutar Alli se ven odres de vino Initeno y del espeso de San Juan endulzado com san eine ee cele, otiuelos de cat: Da” s1rope: pot cguente de Guyo, enifies de chichs Fe ae ae alos pelejos devine. de Espana Xiamen pagaron mojeritazgo. En los ane Soe eae, Sinagrilion eabtaror de viPo aces Mescras potas potrones enealanes, Yerba triers Setar de Asuncion, on Gel Tuc meiner cine Salinas Grandes: arropes, masa sates sarees Ge nigs secon, eiapeseion de Jones, unos acelanas de Céraobs,allpncas Cr laree yan’ pata mnt 8 beber” Solo esta sede cl venuer (pany tener tenon, que. ins eget ad aoe peacribens “gue eh que tuviere take! de'amanifo Ro puede ser pulpero™ Abranse los libros capitulares y siempre salta~ ra la vista algtin acuerdo respecto a pulpe rias: “que se venda la yerba y el aziicar a tan- tos reales”, que no se venda vino a los indios y negros”, “que se dé preferencia en las ventas al vino de la tierra”, “que se reciba a ventaje la miel de cafia del Paraguay”. “que no se cambie el vino de un barril a otro” “que no se vendan naipes sino del Estanco de Potosi”, “que el vino que entra de Chile y Tucuman, no’sea tocado ni madreado” y “se yenda a diez pesos arroba, a vista de moxon’ Retinese el seforio, la clerecia y los frailes en 1a rebotica y trastiendas; para el chusmerio de 1a ciudad y los pegujaleros de los campos aledatos es tertulia la pulperia donde se grita, canta y bebe. Entonces impone sus fueros el pulpero. mientras atiende, ojo avizor, que no le hurten alguna muesea en las tarjas de las ventas al findo, Las pulperias del seftorio estan en los barrios de San Francisco y Santo Domingo, alli Ia mer- caderia es fina; en las situndas en los arraba- les se expende con abundancia Ia chicha y en las del Barrio Reclo el fuerte aguardiente re- sacado. ¥ como a pesar de sus quiebras el oficto soco- rrido apafia reales el pulpero y hombre de hol- gada conciencia, se le da un comino y dos higas que Jos mulatilios griten a la vera de la puerta, cuando la yapa es menguada: “pulpero y ladron, dos parecen y uno son”.

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