El desarrollo de la humanidad, traería consigo una abundante variedad de edificaciones,
originadas en diversos motivos: Las mezquitas y monasterios del oriente, los templos e iglesia del occidente, las grandes necrópolis egipcias y aztecas de la antigüedad, la muralla china construida tres siglos antes de cristo, los castillos y recintos fortificados del medioevo, hasta los rascacielos de new york o de Bangkok y también los bohíos y casuchas de los barrios y del subdesarrollo, rememorando las primeras construcciones humanas. Las Universidades, puentes, museos, viviendas, cárceles, avenidas, edificios, centros comerciales acueductos, represa, catedrales, parques, parques de diversiones y muchos mas. Son testimonios de interés humano por adecuar el ambiente a sus múltiples necesidades y manifestaciones culturales. El desarrollo de la industria de la construcción de cada pueblo siempre ha sido un indicador del nivel evolutivo que este ha sido alcanzado por lo que las normas jurídicas que regulan la construcción, del mismo modo, se han ido elaborando conforme las sociedades han tenido la necesidad de sujetarse a las reglas del entorno edificado que les sirve de hábitat. En el mundo globalizado que existe hoy en día, se divide por parte de todas las personas o usuarios de un servicio (bien sea público o privado), una demanda realmente importante en cuanto a calidad de servicio se refiere. Esto no es más que la búsqueda interminable de una mejor calidad de vida, que se traduce en un estado de bienestar y seguridad. En este sentido, se puede resaltar, que cuando se habla de calidad de servicio (entendiéndose que la misma debe estar basada en todos aquellos atributos y acciones que de alguna manera satisfagan a las personas que reciben el servicio), esta debe encontrarse como bandera en todas las actividades que comprendan la prestación de un servicio y más aún cuando está enfocada a un área tan vulnerable como lo es la salud