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LOS VALORES EN LA SEGURIDAD CIUDADANA

EN LA CUMANA DE LOS 500 AÑOS


Profesor. HENRY D.DUQUE.N.
Profesor. MIGUEL NODAL.
Profesora. LIGIA GUEVARA
Profesor. SIMON J.CARDOZA

Una de las paradojas de nuestro mundo está dada por edificar una ¨Sociedad segura¨
sin encontrar el camino para construir una ¨Sociedad de los Valores Humanos¨.
De esta contradicción dan fe las declaraciones de organismos internacionales, los
estudios de la Comunidad científica y las creencias de los ciudadanos que reconocen y
caracterizan ¨la crisis de seguridad¨ en todas las latitudes del orbe.
En este sentido resuenan las palabras de la Relatoría Final de la 48 Conferencia
Internacional sobre Seguridad (2008): ¨Consideramos que las bases de todo sistema
debe ser, en primer lugar, la inclusión acompañada del desarrollo de valores como la
solidaridad y la cooperación, así como la íntima relación con las comunidades, sus
necesidades y expectativas, con un profundo sentido social¨.
Desde otra perspectiva, Santos (2010) acusa: ¨La sociedad encomienda a la institución
policial una doble tarea de naturaleza paradójica. Por una parte, debe hacer cumplir la
ley y, por otra, debe respetar la vida (los derechos humanos). Pero la vida tiene
componentes inquietantes de violencia, belicismo, injusticia, falta de solidaridad,
desigualdad y falta de respeto a la dignidad de los seres humanos. Un funcionario
policial que pretenda tener éxito en la vida estará frecuentemente invitado a romper la
esfera de los valores y, a su vez, un funcionario que pretenda vivir éticamente
encontrará dificultades para alcanzar el éxito¨. En este complejo panorama dilemático
se mueve la labor policial en la sociedad de nuestra época.
Debe ser reconocido que el problema de la seguridad ciudadana construida
históricamente, fue abordada desde la obra fundacional de Comenius (Díaz Barriga,
2005). La afirmación del ¨derecho a la seguridad para todos y en plena igualdad”
defendida por Comenius constituye un postulado que retoma Nuestra Construcción de
República Bolivariana de Venezuela y las leyes que para tal efecto nuestros
legisladores y el pueblo refrendo.
Para la institución policial, encargada por la sociedad, de desarrollar la seguridad
pública, es un reto insoslayable el desafiante y complejo problema de fertilizar el
desarrollo seguridad ciudadana. El propio reconocimiento a la complejidad del
problema que nos ocupa exige desarrollar una comprensión y conceptualización que
pueda servir a nuestra práctica desde la mirada que ofrecen los expertos en el tema
Anaya, 2010; Santos Guerra, 2010; Vázquez y otros, 2010; Rionda y otros, 2011.
Los fines y principios que deben adornar a los miembros de la institución policial del
Estado Sucre, para promover y dirigirse a la Seguridad ciudadana, son: Disciplina: Es
la observación de las leyes y normas de la institución. Responsabilidad: Es el deber que
compromete al policía y que lo guía para cumplir cabalmente con sus funciones.
Respeto: Es la atención y miramiento que ha de fomentar la reciprocidad en la relación
del policía con la sociedad. Honor: Es un concepto integral que involucra los principios
más nobles del ser humano, y que justifican sus acciones ante sí y ante la sociedad.
Moralidad: Es el compromiso de predicar con el ejemplo, para poder así, exigirlo a la
ciudadanía. Honradez: Implica la condición innata que garantiza su transparencia en el
actuar. Discreción: Es la prudencia, reserva y moderación. Profesionalismo: El policía
es un profesional que se ocupa del desarrollo de funciones en un campo específico del
saber y la sociedad. Porte: Es la presentación personal que se caracteriza por la
pulcritud y distinción. Superación: Es la disposición personal para desarrollarse como
profesional. Diligencia: Es el esfuerzo por mantener una atención pronta y fluida,
fundamentada en los procedimientos legales previamente establecidos. Eficiencia y
Eficacia: Constituye un requisito de las acciones policiales, cuyo fin es alcanzar la más
alta competencia profesional. Dignidad: Atributo motivado por la autoestima del policía,
y que caracteriza sus relaciones de consideración y respeto hacia sí mismo y hacia los
demás. Imparcialidad: En el desempeño de sus funciones, sin favorecer con sus
actuaciones a una de las partes. Cortesía: Es la carta de presentación del policía ante el
ciudadano, constituyéndose en la punta de lanza que determinará el trato posterior a
que se verá abocado en cada situación. Valor: Cualidad que impulsa al policía a
afrontar con decisión y valentía las situaciones del servicio. Tolerancia: Capacidad de
control que distingue al policía durante el cumplimiento de sus funciones. Lealtad:
Fidelidad que se debe a la Institución. Se proyecta en el mantenimiento de la buena
imagen institucional y en el correcto uso, manejo y cuidado de su arma de reglamento,
bienes y equipos.
El funcionario policial adornado con estos valores constituye la base del nuevo modelo
policial venezolano.

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