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Autor: Silvia García

Valores: optimismo, solidaridad

El viaje de Fly Fly vivía en una galaxia muy lejana, a millones de kilómetros de la Tierra. De
hecho, solo había visto el planeta donde habitaban los humanos en fotos. Era tan curioso y
aplicado que pronto se convirtió en el primero de su clase. Porque, si en la Tierra los niños
aprendían cosas sobre otros planetas como Júpiter y Saturno, en el planeta de Fly estudiaban los
planetas vecinos como la Tierra.

Cuando pasó a secundaria, ganó un concurso escolar para viajar hasta aquel planeta lejano e
investigar sus costumbres. Fly tenía la idea de que era un lugar lleno de colores, sonrisas y gente
buena. Sin embargo, las cosas fueron algo diferentes cuando aterrizó.

Al llegar, Fly no entendía muy bien cómo funcionaban las cosas en la Tierra y se sorprendía cada
poco por algunos comportamientos. Por ejemplo, vio como en el patio del colegio unos niños le
quitaban la merienda a otro o como en el autobús nadie le cedía el asiento a una señora
anciana.

Fly el extraterrestre se preguntaba todo el tiempo el porqué de aquellos comportamientos que


nunca se había imaginado cuando estudiaba la Tierra en los libros. Tras tres meses de estancia,
volvió algo desilusionado a su casa. Le costó mucho escribir el trabajo que tenía que entregar
sobre tu estancia, pero al final encontró cosas buenas. Las encontró porque, en vista de lo
desilusionado que estaba, la escuela le permitió volver en un segundo viaje.

En estEl viaje de Flya nueva estancia, Fly pudo conocer a gente maravillosa. Pudo desterrar la
idea de que todo el mundo en la Tierra era egoísta y presuntuoso. Encontró grupos de vecinos
que se intercambiaban favores, jóvenes que hacían compañía a ancianos solitarios o personas
que siempre estaban dispuestas a ayudar a otras sin pedir nada a cambio. Porque, como
aprendió gracias a esa gratificante experiencia, no se puede generalizar y lo importante es
conocer las cosas por uno mismo.

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