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CAPITULO 28 El desafio del totalitarismo Revolucién, n. En politica, un cambio abrupto en la forma de gobierno. Ambrose Bierce, Diccionario del Diablo. La pobreza es la madre de la revolucién y el crimen. Aristételes, Politica, II. v1. LAS LUCHAS DE LAS MASAS ‘Aunque los movimientos republicanos hicieron algin progreso en Europa hacia 1914, no podria decirse lo mismo de la democracia. Francia era una repiblica cabal, al igual que Suiza. Ademis, numerosos gobiernos encabezados por monarcas eran en todos los aspectos repiblicas a las que sdlo les faltaba el nombre de tales. La lista incluia a Gran Bretafia, Suecia, Dinamarca, Noruega, Bélgica, los Paises Bajos, Italia, y en algunos aspectos Alemania y Austria Hungria. Sin embargo, pocas podian ser consideradas democracias en el sentido politico y casi ninguna en el social-o econémico. El verdadero problema en muchos paises de Ia Europa continental era si el control del gobierno y del sistema econdmico debia continuar en manos de los aristécratas feudales, de los industriales y financieros 0 de una combinacién de los tres. Ninguno de estos elementos habia hecho mucho en dar a las masas igualdad de derechos y privilegios. Era inevitable que ia guerra en muchos paises tuviese el caricter de una guerra dentro de otra guerra, y que las masas hubiesen visto en la emergencia una ocasi6n para destronar a sus opresores. En algunos casos, la oportu- nidad no fue debidamente aprovechada hasta después de que el conflicto hubo terminado. Pero en Rusia, los burgueses liberales derrocaron a la autocracia en marzo de 1917, y fueron a su vez derrocados por los bolcheviques més tarde en el mismo afio. Los socialistas de Alemania derrocaron al kaiser en noviembre de 1918 Los gobiernos de Francia y Gran Bretafla tuvieron serios conflictos con los trabaja~ dores en huelga, y la ultima pasd a estar bajo el control del gobierno laborista pocos afios después de que terminara la guerra. En casi todos lados el derecho a gobernar de las viejas clases dirigentes se convirtié en el principal problema. 839 El mis serio desaffo a este derecho se produjo después de la guerra en Italia y Alemania. Cada una adopté un régimen obligatorio de adiestramiento militar, en forma abierta o en secreto, y Alemania comenzé en 1935 un programa de expansion naval. Aunque sus regimenes fascistas eran pervertidos, conservaban muchas de las caracteristicas de los movimientos de masas. 1. EL SURGIMIENTO DEL FASCISMO NACIONALISMO FRUSTRADO EN ITALIA {a primera nacién de Europa occidental que dio la espalda a tas viejas clases dominantes fue Italia. Esto puede parecer extrafio en vista de que los italianos libraron la guerra del lado de los vencedores. pero debe tenerse en cuenta que Italia habia sido Vietima durante muchos afios de un nacionalismo frustrado. Una y otra wr fracasaron rotundamente sus aspiraciones al poderfo y el imperio. Esos reveses Produjeron una sensacion de humillacién y vergdenza, especialmente en la genera- cin mis joven, y fomentaron el descontento con el régimen politico existente. Los miembros de la vieja clase gobemante eran presentados al desprecio del pueblo como aneianos degenerados. cinicos, vacilantes, pesimistas y corrompidos. Mucho antes de la Primera Guerra Mundial se hablaba ya de revolucién, de la necesidad de tuna limpieza interna enérgica que librase al pais de sus gobernantes incompetentes, EFECTOS DESMORALIZADORES Y HUMILLANTES DE LA GUERRA Pero el establecimiento de una dictadura fascista en Italia jams hubiera sido posible sin los efectos desmoralizadores y humillantes que provocé la Primera Guerra Mundial. La principal tarea de los ejércitos italianos habia consistido en mantener a los austriacos oeupados en el frente meridional mientras los britanicos, franceses y Norteamericanos golpeuban a Alemania en las lineas de batalla de Flandes hasta obligarla a someterse. Para realizar ese propésito Italia tuvo que movilizar mis de cinco millones y medio de hombres, de los cuales murieron alrededor de setecientos mil. El costo financiero directo de su participacién en la lucha fue de mas de quince mil millones de délares. Aunque estos sacrificios no fueron, por supuesto, mayores que los de los briténicos y franceses, Italia era un pais pobre. Ademas, cuando. una vez terminada la lucha, se procedié al reparto de los despojos, los italianos obtu- vieron menos de lo que esperaban. Si bien Italia recibid la mayor parte de los territorios austriacos que se le habjan prometido en los tratados secretos, alegé que constituian una recompensa poco adecuada por sus sacrificios y su valivsa consti buci6n a la victoria de la Entente. Al principio, los nacionalistas descargaron su ira Por la “humillacién de Versalles” sobre el presidente Wilson, pero poco tiempo después volvieron a su vieja costumbre de responsabilizar a sus propios gobernantes. Alegaban que esos estadistas, entre ellos el primer ministro Orlando, se habian mostrado tan cobardemente débiles e ineptos que habian permitido que se engafiara a su patria. INFLACION, RADICALISMO Y CAOS ECONOMICO La guerra contribuy6 a la revolucién de otras muchas maneras. Produjo la inflacién monetaria, con el alza de precios, la especulacion y la explotaciin consiguientes. Normalmente, los salarios habrian subido también, peto habia exceso de mano de 840 Jobra 2 causa del regreso de millones de soldados a Ia vida civil. Por otra parte, el ‘eomercio estaba desmoralizado a consecuencia de las huelgas frecuentes y del cierre @ los mercados extranjeros. La consecuencia més grave de la guerra. por lo menos para las clases alta y media, fue quizis el crecimiento del socialismo. A medida que rumentaban las dificultades y el caos, los socialistas fueron adoptando una filosofia similar a la del bolcheviquismo. En 1918 su partido decidié adherirse a la Inter- facional de Mosca. En las elecciones de noviembre de 1919 obtuvieron cerca de la tercera parte de las bancas en la Cémara de Diputados. Durante el invierno siguiente Jos obreros socialistas se aduefiaron de un centenar de fabricas y trataron de explotarlas en beneficio del proletariado. El extremismo se extendio también a las Zonas rurales, donde se organizaron las Hamadas Ligas Rojas con el objeto de dividir las grandes propiedades y obligar a los terratenientes @ diminuir sus rentas. Sin embargo, las clases pudientes se habian asustado y, en consecuencia. se hallaban dispuestas a apoyar al fascismo como una forma de extremismo menos peligrosa que pudiese salvar de la confiscacién por lo menos parte de sus bienes: LA CARRERA DE MUSSOLINI Es imposible decit hasta qué punto el éxito del movimiento fascista dependi6 de la direccién de Mussolini. Benito Mussolini nacié en 1883 y era hijo de un herrero socialista. Accediendo a los deseos de su madre, maestra de escuela. ingres6 en una escuela normal y legs a adquirir el titulo de maestro. Pero. joven inquieto y descontento, pronto abandoné Italia para seguir estudiando en Suiza. Alli dedicé parte de su tiempo a los libros y el resto a ganarse la vida y redactar articulos para fos diarios socialistas. Por fin, lo expulsaron del pais por fomentar huelgas en las fabricas. A sp vuelta a Italia abraz6 definitivamente la carrera de periodista y lleg6 a ser director de Avanti, el principal diario socialista del pais. Sus ideas en esa época eran una mezcla contradictoria de principios extremistas. Pretendia ser socialista marxista, pero mezclaba su socialismo con doctrinas tomadas de los sindicalistas. El gran dirigente sindicalista Sorel lo lam6 en cierta oportunidad su discipulo mas prometedor. IDEAS CONTRADICTORIAS DE MUSSOLINI Mis que un pensador o un sincero creyente, Mussolini fue esencialmente un rebelde contra el statu quo. Ningtin hombre que profesase una filosofia definida habria podido incurrir en tantas contradicciones. No sélo censuré al imperialismo. que luego practicé tan apasionadamente, sino que con anterioridad a la guerra denigré fen varias ocasiones a la Iglesia, vilipendié al rey y llamé a la bandera italiana “trapo que debe clavarse sobre un montén de estiércol”?. Cuando estallé 12 guerra mundial en agosto de 1914, Mussolini insistié en que Italia permaneciese neutral, pero apenas habia tomado esa actitud cuandc comenzd a pedir la intervencién a favor de Ia Entente. En octubre de ese afio se habia pasado ya con armas y bagajes al campo intervencionista. Al ser destituido como director de Avanti, fund6 otro diario, I! Popolo d'italia, y consagré sus columnas a atizar el entusiasmo por la guerra Considers como victoria personal a decisién que tomé el gobierno en la primavera siguiente de entrar en la guerra en favor de los aliados. 1 Para éstas y otras contradicciones entre las declaraciones del comichnzo de su carrera y las hechas posteriormente véase de Gaudens Megaro, Mussolini in the Making. 841

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