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Maria Dolors Mas Delblanch

DETRÁS DE LA PANTALLA: LOS RIESGOS DE INSTAGRAM PARA LOS ADOLESCENTES

Irene tiene 14 años. Su deseo de gustar y de gustarse hace que pida a sus padres poder abrirse
una cuenta en Instagram. A sus padres no les parece adecuado pero, como Irene les acaba
convenciendo de que sólo “mirará”, acaban cediendo. Unos meses después, Irene y sus padres
están sentados en mi consulta, envueltos en una conflictividad tremenda después de que la
menor prosiguiera una conversación con un supuesto chico de su edad, quien acabo siendo un
adulto…
Por su parte, Jonathan de 15 años, se hace un perfil de Instagram, sin contar con el permiso de
sus padres. Sin embargo, una casualidad, hace que un compañero de clase, desconocedor de
este extremo, diga ante la madre de Jon “ya nos hablamos por Insta”, lo cual supone un
pequeña gran conflicto entre los padres y el menor que se vuelca en la terapia que estamos
siguiendo, desde hace meses, por otros motivos.

¿De qué hablamos cuando hablamos de Instagram?

La mayoría de los adolescentes no han vivido un mundo sin conexiones a internet, sin wifi, sin
whatsapp o sin cualquier otro tipo de red social.
De hecho, ha sido sólo durante los últimos diez años, en que ha existido un aumento
exponencial del uso prácticamente diario de las redes sociales; por ejemplo, en el Reino Unido,
en 2007, sólo el 22% tenía un perfil en alguna red social. Sin embargo, en 2016, ya se había
alcanzado al 89% de la población. A partir de aquí, se hizo un estudio entre los adolescentes
ingleses, según el cual, si nos centramos en la salud mental de los adolescentes, Instagram
sería la red social más peligrosa

¿Por qué se disfruta con Instagram?

Instagram es una de las redes sociales más populares entre los adolescentes ya que ha
aumentado muchísimo su uso en los últimos años. De hecho, sólo consiste en subir fotografías,
compartirlas - sólo con contactos o con el público, en general – que se etiquetan por temas
mediante #hashtags. La única particularidad que la diferencia es que la red ha sido pensada
para ser usada mediante el móvil, lo cual facilita que los adolescentes se tomen numerosos
selfies – solos, clásicamente delante del espejo del baño, o en grupo, con sus amigos o
compañeros – para acaparar cientos, o incluso miles, de followers en un tiempo record, debido
a que, aunque exista algún compañero que no tenga Instagram y, por el mero hecho de
aparecer y ser etiquetado en la red por un amigo, estará, de inmediato, expuesto al gran
escaparate de internet.

A partir de aquí, los adolescentes son capaces de compartir casi todos los momentos de su día,
mediante las stories, y ,a su vez, son observadores de las rutinas y, sobretodo, las novedades de
sus amigos.

Pero, existe un tercer elemento por el cual esta red gusta tanto, engancha tanto y, a la vez, es
fuente de tantos posibles riesgos; la posibilidad de hacer comentarios en las propias fotos –
sean o no de su contenido – más la posibilidad de enviar mensajes privados, generando una
conversación a través de los microchats. De hecho, a ello se le añade el hecho de que no es
indispensable identificarse con su nombre real – lo cual la hace aún más atractiva para los
jóvenes – puesto que, supuestamente, mantiene la privacidad cuando es, justamente, todo lo
contrario.

Y, ¿por qué se vuelve adictiva?


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Cuando uno se convierte en usuario de la red social, empieza a subir fotos o selfies, recibe y
hace comentarios, participa en microchats, con gente de su contexto o desconocida y se siente
“interconectado”, en red con sus contactos, a pesar de que nos hallamos ante una generación
“muda”. Por tanto, un adolescente determinado puede sentirse angustiado, ante el posible
hecho de perder dicha “conexión” por lo cual, va a subir tantas fotos como pueda, para recibir
dichos comentarios, para aumentar sus followers y para participar en cuanto más microchats
sea posible, básicamente, porque los adolescentes temen la soledad o el abandono emocional

A la vez, subir fotos, por paradójico que pueda parecer, se vuelve en adictivo ya que la propia
red posee diversas herramientas de edición que permiten competir por mostrar, cada día, un
perfil lo más profesional posible.

A su vez, cuantos más “likes” se reciban, mayor refuerzo positivo de tipo social pero, a la vez,
más deseos de seguir captando más admiración social. Esto provoca que no sólo sean
instagramers en soledad sino, también, cuando están en grupo, reforzando la idea de que se
están convirtiendo en una generación “muda” lo cual hace que, finalmente, cada uno de los
jóvenes , cuando se halla junto a alguien, se acabe centrando en su propio dispositivo móvil sin
hacer ningún tipo de caso a su acompañante, mostrando así el grosero fenómeno conocido
como phubbing

Sí, ¿ pero cuáles son esos riesgos?

Conocida ya la red, veámos cuáles son los posibles riesgos para nuestros adolescentes:

 Privacidad y seguridad. Los instagramers adolescentes suelen compartir datos, a través


de la red, que pueden vulnerar su privacidad y seguridad. A pesar de que pueda
parecer inofensivo subir fotos, localizarlas, etiquetar a las personas con las que se está
o participar en microchats donde se aportan datos más personales, la cuestión es que
existen determinadas personas que podrían utilizar mal esa información, generando un
patrón de los sitios por los cuales nuestro joven se mueve, cada cuándo, con quien y
abusar de esta información para servir a fines, muchas veces, delictivos; es decir, si un
experto en metadatos es capaz de llegar a un patrón en el cual sabe que los lunes,
miércoles y viernes, de 18 a 20 h, estás ocupado en tus actividades extraescolares y no
hay nadie más en casa, se podría usar para planear un robo en tu casa. Por ello, es
necesario conocer la pestaña “privacidad” mediante la cual se pueden cambiar las
preferencias. En dicha pestaña, y ante la sospecha de un ciberbullying, te puedes
desetiquetar de una publicación del acosador, bloquearlo o, incluso, denunciarlo
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 Ciberbullying.El acoso escolar a través de las redes lleva mucho tiempo afectando a los
adolescentes; primero, empezó, levemente, a través del Messenger para más tarde
expandirse a través de Facebook, Twitter – con las llamadas para autolesionarse, por
ejemplo, en grupo – y, actualmente, a través de Instagram quien, como veremos
después, es más protector en lo referente al cutting pero, cuyas consecuencias pueden
llevar a tener pensamientos estructurados acerca del suicidio. En este sentido, es
necesario que las escuelas se impliquen más en la creación de conciencia acerca del
tema, entre sus alumnos adolescentes y los padres de los mismos, mediante la
organización de charlas informativas.
 Posible adicción. Como ya he comentado anteriormente, es una de las redes sociales –
aunque no la única, por ejemplo allí está WhatsApp – que crea mayor adicción; es fácil
de instalar, fácil de usar y, sobretodo, esta basada en su carácter visual y, por tanto,
fácil de controlar, aparentemente.

 Tendencia a algunos trastornos psicológicos Según un estudio realizado por la


Universidad de Cambridge junto con la Royal Society of Public Health, si se pasa más de
dos horas al día manejando las redes sociales como, en este caso, Instagram, los
adolescentes son más tendentes a padecer sintomología ansioso-depresivo. Sin
embargo, existen otros problemas comunes como son la dismorfobia – puesto que se
suben fotos de cuerpo entero o en biquini, lo cual produce un cuadro de comparación
con otras adolescentes o, sobretodo, con influencers, en las cuales las instagramers
creen que salen siempre perdiendo, y pueden acabar generando el trastorno- TCA
puesto que, el caso anterior llevado al extremo produce que la adolescente se quiera
ver como la modelo casi esquelética a la que sigue y genera sintomatología típica de
una anorexia nerviosa y otros problemas emocionales ligados a autolesiones, sobre
todo. Por último, pero no menos importante, el generar menor cantidad de likes que
un amigo, produce cuadros de ansiedad intensa. De la misma manera, aparecen
cuadros de insomnio - “ es que no hay que perder ni un minuto porque sino los otros
ya te han adelantado” , me decía una paciente adolescente no hace poco para explicar
su uso indiscriminado de la red - Y, sin saberlo, me estaba describiendo otro posible
problema; el “Sindrome FOMO” o miedo a quedarse fuera de la red, y, en concreto,
miedo a perderse algo ya que se sustituyen las amistades físicas por amistades digitales
con las cuales estamos conectados simplemente por un “like” en una foto.Así de
sencillo y así de complicado, puesto que ya no es sólo un problema psicológico sino
social, es obvio que algo se hace mal en una sociedad que camina al individualismo
más egolátra que han visto las últimas generaciones.

Y, ¿tiene algo positivo?


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Sí, claro, no todo es negativo, existen aspectos positivos:

 Desarrollo de la capacidad de tomar conciencia de uno mismo y de los demás

 Forma de expresión en búsqueda de una identidad que, sin embargo, se debería


construir más cerca del grupo de amigos

 Capacidad de crear una comunidad

 Se ofrece apoyo emocional, especialmente, en determinados casos como #cáncer,


#autolesiones, para poner sólo un par de ejemplos.

Pautas para padres

 Niños menores de 13 años no deberían tener ningún tipo de perfil – ni solos ni


acompañados de adultos- en ninguna red social. De hecho, la nomofobia disminuiría si,
antes de esta edad, no se comprará móvil a los niños

 Los padres deben tener acceso directo y habitual al Instagram de sus hijos menores, así
se ejerce un control parental responsable y os aseguráis que nada está afectando a su
privacidad

 El perfil debe ser privado, cerrado a extraños, de modo que sólo aquellos amigos
confirmados puedan acceder a la información del menor

 Controlar las fotografías que se suben en el caso de los menores; evitar ropa interior,
situaciones sexy, desnudos insinuados…

 Dialogar con vuestros hijos acerca de la necesidad de protegerse y cuidarse, no


aceptando invitaciones de extraños, evitando mostrar su localización, por una cuestión
de seguridad

 Mantener unas normas entre padres e hijos sobre el uso apropiado de Instagram así
como de su tiempo de uso, el cual también debe ser limitado

 Para los padres, y ante cualquier duda, hacer uso de la guía de Instagram para padres,
facilitada por la propia red en colaboración con Protégeles

Bibliografí a

 Royal Society of Public Health y la Universidad de Cambridge. Status of mind

Instagram ranked worst for Young people’s health

https://www.rsph.org.uk/our-work/campaigns/status-of-mind.html [ recuperado 22-4-


19]
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