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La Era de la

Posverdad
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GUADALUPE NOGUÉS
¿Podemos hacer un libro con un proceso 100% abierto?
Hace un tiempo empezamos a preguntarnos cuál era el arma más efectiva contra una de las
amenazas más claras de nuestra época: la posverdad, y el mejor antídoto que se nos ocurrió es una
bomba de comunicación orientada por la empatía y alimentada por evidencia. Una herramienta
que desnaturalice narrativas y que conecte con tantas personas y puntos de vista como sea posible:
una Guía de Supervivencia en Tiempos de Posverdad, cuya manifestación última será en forma de
libro, para poder prestarlo, moverlo, compartirlo y tenerlo en la mesa, que sirva de consulta y
defensa como lo que es: una guía.

Queremos hacer un libro distinto, desarrollado por su comunidad desde el principio, y para eso
queremos proponerles, y pedirles, que participen. Durante los próximos meses y hasta el
lanzamiento oficial del libro (que prevemos para septiembre), vamos a publicar algunos capítulos
(uno por mes), con el objetivo de que lo conozcan, lo lean de antemano, lo comenten y
desmenucen. Queremos charlarlo con ustedes a medida que lo vamos haciendo, que nos digan lo
que piensan, lo que sienten cuando lo leen, lo que esperan encontrar en los próximos capítulos.
Pensamos en esta forma de desarrollar el libro como una aplicación práctica de una idea que,
para nosotros, hoy es bandera: ‘Hacer, medir, aprender, repetir’.
Démosle a la posverdad algo que no vio venir: una comunidad enorme que busca conectar con
quienes piensan distinto, que trabaja para superar prejuicios, y se arriesga a cambiar de idea.

La superficie del mundo sube y baja, y en el camino va desde la profundidad de la


fosa de las Marianas, la parte más profunda de los Océanos, a la cumbre del
Everest, en una sola línea continua que podemos seguir sin levantar el dedo del
mapa. Entre el punto más profundo y la cumbre más alta no hay más que una
diferencia de grado, y podemos pasar de uno a la otra. Sin embargo, el simple acto
de leer dos diarios distintos, o de escuchar la conversación entre intelectuales que
provienen de distintos campos del saber nos muestra hoy un abismo de otra
naturaleza, un paisaje quebrado y discontinuo donde la distancia entre A y B es
infinita porque resulta imposible ir de A a B.
De pronto, los hechos se vuelven hechos en la medida en que encajen en los deseos
de cada grupo, de cada tribu. Cada uno de estos grupos desarrolla su propio
lenguaje, un lenguaje que, de las muchas funciones del lenguaje, privilegia la
capacidad de incitar a las emociones, y empuja a esas emociones a construir
paisajes sólo accesibles a quienes compartan la forma de mirarlos. Como el mundo
es uno sólo pero los ojos son diversos, el discurso tribal nos separa progresivamente
y nos polariza. En La muerte de la tragedia, de 1961, George Steiner decía: “Las
palabras nos arrastran a enfrentamientos ideológicos que no admiten retiradas. (…)
Consignas, clichés, abstracciones retóricas y falsas antítesis se adueñan de la mente
(…) El comportamiento político ya no es espontáneo y no responde a la realidad. Se
congela alrededor de un núcleo de retórica inerte. (…) En vez de convertirnos en los
amos del lenguaje, nos volvemos sus siervos”. Además, los medios de
comunicación amplifican cada vez más las voces más extremas porque eso los
vuelve más confiables a los ojos de una audiencia que, después de todo, espera que
digan exactamente lo que espera que digan.
Y en la tierra baldía alrededor del abismo, en el territorio que cada tribu nombra
como suyo, crece una semilla infecciosa: la posverdad.
La posverdad es distinta del error, o de la mentira. El que yerra puede
eventualmente encontrar y corregir su error. El que miente, sabe que miente.
Podemos definir la posverdad como el momento en que los hechos se ocultan,
moldean, manipulan (muchas veces de forma deliberada y sistemática) y las
emociones que esos hechos generan—o incluso otros totalmente inventados—
pasan a primer plano. A veces, la posverdad se manifiesta como una especie de
mentira arquitecturada, cohesiva y sistemática en la que la coherencia interna le
gana al anclaje al mundo real.
Uno de los problemas de la posverdad es aparecer como una alternativa a la verdad,
como si la verdad fuera una cosa que alguien tiene, y no lo que es: un objetivo
desconocido en el horizonte hacia el que vamos, y para el que necesitamos una
brújula. Si nos sentimos perdidos, podemos construir una brújula. Si no nos
ponemos de acuerdo en cuál es el norte, no habrá brújula posible y estaremos
condenados a vagar siguiendo los caminos erráticos de la ignorancia. O peor,
condenados a seguir a quien cree un norte que puede mover a su conveniencia.
La posverdad es al mismo tiempo producto y causa de una grieta infinita. Una en la
que las personas convivimos transitando narrativas paralelas en mundos solapados
donde la física se rompe, y podemos atravesarnos los unos a los otros sin que medie
influencia alguna que logre desviar las trayectorias predeterminadas de lo que
hemos decidido va a ser la realidad. Esta fractura, esta discontinuidad en el paisaje,
es una amenaza para nuestra convivencia como especie en este planeta y, así, para
nuestra supervivencia.
Lo que sigue es un intento de entender el problema, compartir tanto su importancia
como su urgencia, y aportar algunas herramientas concretas para abordarlo.

Cada año, el diccionario Oxford elige la ‘palabra del año’. En 2016, esa palabra
fueposverdad, definida como ‘las circunstancias en las que los hechos objetivos
influencian menos a la opinión pública que las apelaciones a la emoción o a las
creencias personales’. A fines de 2017, el término ingresó al diccionario de la Real
Academia Española, pero allí fue definido de modo ligeramente distinto: ‘distorsión
deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de
influir en la opinión pública y en actitudes sociales’.
Hay quienes consideran que no deberíamos hablar de posverdad sino sencillamente
de mentira o falsedad. La definición en español parece acompañar esa idea, como si
se tratara siempre de un engaño intencional. Pero esta mirada hace perder un poco
de vista el hecho de que no siempre hay una intencionalidad en ignorar la
información que se tiene, en pos de tomar posturas que la contradicen y se basan en
la emoción. A veces, y tal vez sea esta una de las componentes más críticas del
problema, lo que ocurre es que hay cierta indiferencia ante la distinción misma
entre lo que es la mentira y lo que es la verdad. A veces, que algo sea verdad
simplemente no es importante para la persona.
El uso más frecuente que se le da a la palabra posverdad está asociado a la política.
Se habló mucho de la política de la posverdad en el contexto del referéndum sobre
la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (Brexit) y de las elecciones
presidenciales en Estados Unidos que terminaron con Donald Trump en la Casa
Blanca. En ambos casos, las campañas electorales de quienes ganaron se apoyaron
en algunos datos que luego quedó claro que eran falsos, como que el Reino Unido
ahorraría dinero si se separaba de la UE, o bien en frases vagas como ‘hagamos
grande a Estados Unidos otra vez’. Hubo exageraciones, desinformación y falsas
promesas, como si los políticos hubieran decidido revivir la frase de H. L.
Mencken: ‘Hay una solución conocida para todo problema humano: clara, plausible
y equivocada’. Alrededor de estas elecciones se generó un ambiente
depolarización exacerbada, en el que lo que dicen los nuestros está bien y lo que
dicen losotros está mal, sin importar si es verdadero o no.
No es que las mentiras partidistas en política sean cosa nueva. Ya Tucídides habla
de ellas en su libro sobre la Guerra del Peloponeso, en el siglo V a. e. c., cuando
dice “Para adaptarse a todos los cambios y los acontecimientos, las palabras
también tuvieron que alterar sus significados habituales”. Lo novedoso es
que, cuando quedó claro que las campañas estaban inundadas de datos falsos,
muchos de los votantes no se sintieron engañados, como si laverdad, en su
sentido más extenso o incluso en el más limitado, ya no fuera relevante frente a
cómo los hizo sentir. Ya no había en algunos políticos ni siquiera una intención
deparecer estar diciendo la verdad, porque lo que se decía era fácilmente
contradicho por los hechos que estaban al alcance de todos.
Hubo voces alertando contra esto, voces expertas que no fueron tomadas en cuenta.
Quizás también la tendencia a desconfiar de los expertos es algo a considerar en
todo este asunto.
Es demasiado temprano para saber si estamos en la ‘era de la posverdad’. Pero
sabemos que este fenómeno se ve en otras áreas más allá de la política, áreas en las
que tenemos datos, sabemos cosas y, aun así, hay quienes hacen a un lado todo eso
y toman una postura que no se sostiene en los hechos. Por ejemplo, sabemos que
las vacunas son mayormente seguras y muy eficaces para prevenir enfermedades, y
que los seres humanos somos en gran parte responsables del calentamiento
global que amenaza nuestra supervivencia. Sin embargo, hay quienes creen que las
vacunas provocan autismo, o que el cambio climático antropogénico es una mentira.
¿Por qué pasa esto? ¿Hay también en estos casos una desconfianza hacia los
expertos? ¿Será que los expertos no logran comunicar adecuadamente sus ideas y
por qué las sostienen?
Hablar de la posverdad nos obliga a hablar de la verdad. Y acá tenemos problemas
con una palabra que significa diferentes cosas según el contexto. El concepto de
verdad es algo muy concreto en áreas como la matemática, la lógica o la metafísica,
en donde la verdad se obtiene deductivamente. No es ese el sentido de verdad
acerca del que hablaremos en este proyecto. Abordaremos acá la verdad como
una cuestión fáctica, como la correspondencia entre lo que decimos y lo que
ocurre en el mundo. Nuestro enfoque sobre la verdad será más bien práctico.
Esto es, asumiremos que existe un mundo real, independiente de nosotros, que
la realidad existe y que podemos acceder a ella.
Nuestro acceso a la realidad es imperfecto porque es a través de herramientas
imperfectas: nuestra experiencia es subjetiva, nuestros sentidos nos cuentan qué
ocurre, y nuestras interpretaciones acerca de lo que significan los hechos pueden
variar. Podríamos llorar sobre la leche derramada, quejarnos de nuestros límites, o
podríamos aceptar que es lo mejor que tenemos a disposición y, dado esto,
considerar nuestras limitaciones como parte del proceso para acceder a la realidad.
A partir de ahora y en el resto de este proyecto,verdad debería leerse en este
sentido: no como algo absoluto y de certeza total, pero tampoco como un ‘vale
todo’. Y es esta delicada distinción uno de los puntos centrales que trataremos en
las próximas entregas.
Entonces, hay un mundo real ahí afuera que parece comportarse con reglas
propias y en el que ocurren cosas. Eso que ocurre son hechos, hechos reales. No
existen los ‘hechos alternativos’. Tenemos datos acerca de esa realidad, contamos
con información como nunca antes en la historia de la humanidad. Tenemos
también la capacidad y las herramientas para entender cada vez mejor el mundo,
para conocerlo incluso en aquellas cuestiones que nos son esquivas. Para eso, hace
falta entender varios puntos primero. Por un lado, necesitamos poder
distinguir algo que se sabe de algo que no se sabe. ¿Cómo averiguamos cuál es la
verdad? ¿Qué información necesitamos? ¿Cómo la conseguimos?¿Cómo sabemos
lo que sabemos? Por otra parte, debemos entender cómo se difunde la información.
Los medios de comunicación tradicionales están siendo desplazados por nuevos
medios. Con las redes sociales se volvió muy sencillo compartir noticias, algunas
ciertas y otras falsas. Todos podemos publicar contenido nuevo que rápidamente se
suma y se mezcla con lo ya disponible. En pocos minutos una noticia de un
atentado o un terremoto puede dar la vuelta al mundo, pero del mismo modo lo hace
un rumor, una noticia falsa o un chisme mundano. Por un lado, la capacidad de
generar y consumir contenido de manera paralela a los medios de comunicación
tradicionales nos da mucha independencia y libertad. Por el otro, a veces se vuelve
especialmente difícil saber qué valor darle a cada información particular.
Aunque sea en forma tentativa y provisoria, con aciertos y errores, tenemos la
capacidad de conocer la realidad y transformarla a partir de ese conocimiento, como
lo demuestra toda la historia humana desde la invención de las primeras
herramientas de piedra hasta la de la inteligencia artificial. Sin embargo, muchas
veces nosotros mismos cerramos ese acceso, y necesitamos estar, como mínimo,
abiertos a la posibilidad de que sea así.
Además de todo esto, no estamos solos. Independientemente de si le otorgamos a
este hecho una carga moral, toda diversidad de perspectivas genera un nosotros y
un los otrospero, a la vez, compartimos todos este mismo planeta, esta misma
realidad. Compartimos también preocupaciones, problemas y esperanzas. Para
poder conversar esas diferencias de perspectiva con esos otros, necesitamos
ponernos de acuerdo en cuáles son los hechos que observamos desde nuestras
particulares perspectivas. Sin ese primer acuerdo, no hay intercambio posible de
ideas o argumentos, no hay modo de tener experiencias compartidas y corremos el
riesgo de volvernos impermeables al otro. Tener una realidad común a todos es una
base que puede permitir tanto que concordemos como que discrepemos en rumbos
posibles de acción. Pero estaremos juntos y conversando, y ese es el primer paso. Es
por eso que la pelea contra la posverdad es, también, una pelea por preservar la
posibilidad de vínculo humano.
Podemos tratar de entender mejor la posverdad, especialmente para poder
detectarla, enfrentarla, y sobrevivir (nosotros y nuestra especie) a ella. El camino es
largo y complejo, sí, pero también muy interesante y transformador. El solo hecho
de transitarlo puede no sólo enseñarnos mucho sobre el mundo (y sobre nosotros
mismos), sino darnos la posibilidad de recuperar agencia. De reclamar la
oportunidad no sólo de observar en libertad el mundo como es, sino de usar las
mejores herramientas posibles para imaginar el mundo como queremos que sea, y
así ayudar a construirlo.

Si te explicara los trucos te daría una solución pero no te daría todas las
soluciones.
James Randi, mago profesional y desenmascarador de charlatanes.
Cómo sabemos lo que sabemos
Como un primer paso para empezar a recorrer el camino que nos permitirá
identificar la posverdad y enfrentarla, necesitamos darnos cuenta de cómo
podríamos diferenciar algo que se sabe de algo que no.
Para abordar esto, una pequeña historia: la de la vitamina C y los resfríos.
A veces está bueno contar historias. No porque las historias en sí demuestren algo.
No lo hacen, ya que como autora selecciono las historias que ilustran lo que quiero
contar y además, en todo caso, no son generalmente más que anécdotas
particulares, algo muy lejos de ser prueba de nada. Pero las historias muchas veces
son interesantes en sí mismas, nos dan contexto, nos presentan épocas y personas.
Además, las historias están con nosotros desde hace mucho. Son parte de nuestra
humanidad.
Hace no tantos años era muy común tomar vitamina C para evitar los resfríos
invernales. El sonido de la tableta naranja efervescente disolviéndose en agua es
parte de la infancia de muchos de nosotros. No es que nuestros padres estuvieran
locos: la idea de que tomar 1 o 2 gramos de vitamina C por día protege de los
resfríos fue difundida nada menos que por Linus Pauling, uno de los científicos más
importantes del siglo XX. Sus descubrimientos acerca de la naturaleza de las
uniones químicas le valieron el Premio Nobel de Química en 1954. Además, luego
del horror de las bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki, se convirtió en un
importante activista político, lo que le valió un Premio Nobel de la Paz en 1962.
Así que, cuando Pauling se abocó, a fines de los años ’60, a defender la idea de que
los resfríos se pueden prevenir o acortar con la ingesta de vitamina C, muchos lo
tuvieron en cuenta. Pauling fundó un instituto para investigar los beneficios de la
vitamina C. ¿Se alcanza a ver el problema? Cuando alguien diseña un
experimento, lo hace para averiguar sialgo es o no del modo que imagina,
no para probar que algo es del modo que imaginan. Pauling ya estaba convencido
de esta idea, aun antes de hacer los experimentos. Hay una enorme diferencia entre
creer que algo puede ser cierto, y estar convencido de que algo es cierto antes de
tener pruebas concretas de que es así. Eso, de por sí, ya es una muy mala señal si
queremos averiguar si algo funciona o no.
Pauling había comenzado a tomar diariamente 3 gramos por día de vitamina C y
estaba seguro de que se resfriaba menos, y de que eso ocurría debido a la megadosis
de esa vitamina. Con esa creencia, y sumando algunas investigaciones que había
leído sobre el tema, en 1970 escribió un libro de comunicación de ciencia que tuvo
mucho éxito y que instaló en la sociedad la idea de que la vitamina C era efectiva
contra los resfríos. Alrededor de todo esto comenzó la industria de venta de
suplementos de vitamina C en las farmacias. Pocos años después, ya eran millones
y millones las personas que seguían el consejo de Pauling de tomar 2 o 3 gramos de
vitamina C por día.
Después de todo, parecía razonable: Pauling, un hombre de una inteligencia y
dedicación notables, premiado por la comunidad de investigadores, decía que la
vitamina C curaba los resfríos. Debía de tener razón, ¿no? No. Las opiniones de los
científicos no tienen más valor que la de cualquier otro, salvo cuando están
basadas en evidencias. Cuando es así, no sólo dejan de ser meras opiniones sino
que deja de ser importante quién es el emisor (o si ese emisor es o no un científico).
Para obtener evidencias, se necesita realizar una investigación científica que cumpla
determinadas reglas para dar resultados confiables. La ciencia es un cómo, no
un qué (y menos que menos un quién).
Más allá de haber probado megadosis de vitamina C sobre sí mismo, los primeros
experimentos de Pauling, en su instituto fundado para tal fin, dieron resultados que
parecían avalar la efectividad de la vitamina. Pero hacia 1980 comenzaron las
primeras dudas, basadas principalmente en que metodológicamente los
experimentos de Pauling no eran del todo correctos, y en que las interpretaciones de
los resultados eran sesgadas.
¿Qué podría haber hecho Pauling para confirmar si su sospecha era cierta? Para
empezar, podría haber comparado un grupo de personas que recibiese la vitamina
con uno que tomase algo que luciera igual, pero que no tuviera vitamina (lo que
llamamos placebo). Además, como lo que se evaluaba era la aparición de resfríos
—una enfermedad de sintomatología muy variable entre las personas—, habría sido
necesario que estos grupos estuvieran compuestos por muchos individuos
(disminuyendo de esa manera el peso de las particularidades de cada uno), y que el
estudio fuera suficientemente largo en el tiempo. Pero, si Linus todavía hubiera
querido tener más información, debería haber repetido el experimento varias veces,
y esto debería haber dado siempre más o menos el mismo resultado para poder
afirmar que efectivamente la vitamina C funcionaba contra los resfríos.
Algunos de los problemas metodológicos de los experimentos de Pauling eran que
no tenían un grupo de personas control que recibiera placebos, que los grupos eran
muy pequeños, o los resultados no eran adecuadamente interpretados.
Otros institutos se sumaron poco a poco en la investigación de este tema. A medida
que se hacían nuevos estudios, estos eran progresivamente mejores y más
cuidadosos desde el punto de vista metodológico. Y acá empezaron las diferencias
grandes, porque los resultados que se fueron obteniendo se inclinaban hacia que las
personas tratadas con vitamina C y las tratadas con un placebo se resfriaban igual.
En el mejor de los casos, el grupo tratado con vitamina manifestaba resfríos menos
severos, pero no mucho más que eso. Pauling no aceptó estos resultados y nunca
cambió su postura al respecto. La comunidad médica y científica, que tenía en
cuenta la calidad y cantidad de las evidencias disponibles, nunca lo avaló.
Entonces, cuando uno evalúa en conjunto las evidencias sobre este tema, y excluye
la opinión de Pauling, no parece que se justifique consumir dosis tan altas de
vitamina C. No se justifica que gastemos dinero en comprar estos suplementos en la
farmacia. La cantidad de vitamina C que necesitamos para estar saludables bien
puede obtenerse con una dieta adecuada rica en alimentos que la contienen. Sin
embargo, estos suplementos se siguen vendiendo en las farmacias y muchos los
siguen comprando. ¿Por qué? Algo está pasando, y necesitamos entenderlo.
Evidencias, necesitamos evidencias
La información, tanto la de buena como la de mala calidad, nos llega de muchas
maneras distintas. Hablamos con vecinos, amigos, familiares. Leemos diarios,
vemos la tele. Participamos de redes sociales. Escuchamos a expertos, a nuestros
médicos, a nuestros referentes culturales, a los famosos. Tenemos también nuestra
experiencia personal: los aprendizajes de la vida. Todo eso confluye en hacernos
llegar opiniones o ideas acerca del mundo en un bombardeo que no siempre
logramos evaluar con cuidado.
No todo en la vida es intercambiar información, claro. Los seres humanos somos
muy complejos. Pensamos a partir de una combinación de varios componentes que
se mezclan y entrelazan: razón, emoción, valores, tradiciones. Somos seres
individuales, todos diferentes, pero con mucho en común. Valoramos la belleza del
mundo. Hay quienes ven belleza en el arte, y hay quienes la ven en la matemática o
en la naturaleza. Pensar en términos de evidencias quizás parezca algo muy frío y
analítico, algo que borra las sutilezas que nos hacen ser quienes somos. Pero yo
creo que no es así. Justamente veo en esto una prueba más de todo lo que nos une
como personas, y me parece hermoso.
A veces, tenemos en cuenta nuestra propia experiencia personal o la de otros.
Volviendo a lo de la vitamina C, si solemos consumir con regularidad suplementos
de 1 o 2 gramos de vitamina C por día y nos parece que nos resfriamos menos que
otras personas, posiblemente tendamos a pensar que eso se debe a que la vitamina C
nos está protegiendo. Si algún familiar o amigo nos dice que hace esto, quizás lo
tomaremos en cuenta también. Y si un deportista o artista famoso dice lo mismo,
quizás nos resulte aún más poderoso. Después de todo, los famosos suelen tener
acceso a ‘lo mejor de lo mejor’ y, si ellos eligen algo, seguramente es porque es
maravilloso. ¿O no?
El problema con las posturas que parten de experiencias personales (propias o
ajenas), es que eso no es de ninguna manera garantía de que no sean
completamente equivocadas. En todos los casos mencionados antes, podemos
encontrar los mismos problemas. ¿Cómo saber si realmente nos estamos
enfermando menos que otras personas? ¿Estamos contando bien cuánto se enferma
la gente, o sólo es una vaga impresión que tenemos? Y aun si fuera cierto que nos
enfermamos menos, ¿cómo podemos saber si se debe a la vitamina C que tomamos
como suplemento? ¿La causa no podría ser cualquier otra cosa como, por ejemplo,
cuánto dormimos, cuán expuestos estamos a los virus que causan el resfrío, o lo que
comemos? Cuando empezamos a diseccionar lo que podría estar pasando vemos
que, más allá de la sensación de que algo que hacemos funciona, no tenemos
realmente pruebas claras de que sea así.
Ahora subamos un escalón en esta escalera ficticia. Ya no es un amigo u otra
persona quien nos dice que desde que toma vitamina C se resfría menos. Ahora
leemos en un diario que se realizó una encuesta con 1000 personas y el 82% de
ellas considera que es así, que la vitamina C previene los resfríos. ¿Y ahora? ¿A
esto le creemos más? Podríamos pensar que 820 personas es muchísima gente y que
esto tiene más peso que lo que nos dijo nuestro amigo o vecino. Pero no es así. La
realidad no se vota. La democracia no sirve para averiguar si un hecho real es
o no de determinada manera. Una encuesta sí es útil, en cambio, como método
para averiguar la opinión de la gente respecto de un tema. En este caso, sirve
justamente para saber lo que opinan acerca de la vitamina C. Pero un agregado de
opiniones que no se basan en evidencias no es de ninguna manera más que eso: un
agregado de opiniones. Este es un punto urticante pero clave: una encuesta no es
un método válido para conocer mejor los hechos del mundo natural. Esas 820
personas pueden estar tan equivocadas como nuestro amigo, vecino o famoso,
respecto de si la vitamina C efectivamente previene resfríos.
¿Entonces? Estas personas (un amigo, un famoso, o una encuesta) no son expertas
en el tema, pero lo que dicen suele tener cierto impacto en nosotros. Las opiniones,
anécdotas o relatos de experiencias propias son datos que tenemos en cuenta. Y
puede que sirvan. O puede que no. No podemos saberlo sólo con esta información.
Es increíble cuántas veces por día intercambiamos este tipo de informaciones entre
nosotros. Cuando empezamos a prestar más atención, vemos que está en todas
partes: nos recomendamos desde dónde comprar las mejores verduras a médicos o
electricistas. En general, trato de estar atenta a cuando esto ocurre. En muchos
casos no parece ser demasiado importante hacerlo o no. Por ejemplo, si la
conversación es acerca de gustos personales, sentimientos o ideas, las opiniones y
experiencias son centrales. Pero si el tema que estamos tratando se refiere a la
realidad del mundo y creo que se pone en juego algo más relevante (si alguien
duda respecto de la seguridad de las vacunas, por ejemplo), ahí sí me esfuerzo en
detectar si la información que me llega, o la que yo digo, está sostenida por
evidencias confiables, o no. No siempre me sale, claro, pero estar atenta ayuda,
creo.
¿Pero qué pasa si la persona que nos recomienda tomar vitamina C para no
resfriarnos es un médico o un experto en otra área relevante para este problema? Y
acá hay algo importante, tanto que merece volver a decirse: no es tan
importante quién dice, sino en qué se está basando esta persona para decirnos
esto. ¿Se basa en su experiencia personal? ¿Desde que él o ella toma vitamina C le
parece que se resfría menos? Si es así, no es en principio una situación diferente
respecto de lo que decíamos antes y estamos frente a otro Pauling. Volvemos a estar
hablando de opiniones, de casos anecdóticos.
¿Qué pasa si, en cambio, esta idea se cimienta en algún tipo de evidencia, de prueba
más poderosa? Lo primero sería preguntarnos cuáles podrían ser estas evidencias.
¿Qué buscaríamos como dato confiable? Si hay investigaciones científicas que
muestran que la vitamina C protege de los resfríos mediante estudios cuidadosos en
los que, por ejemplo, comparan cuánto se enferman un grupo de personas que no
toma los suplementos y otro grupo que sí lo hace, ya tenemos información más
confiable. Si nuestro médico nos dice eso, basándose en información de este tipo,
ahí sí es más confiable que si lo leyó en una revista en la que un famoso recomienda
tomar vitamina C, o si se está basando en su propia experiencia personal,
anecdótica, al igual que nuestro amigo ficticio o las 820 personas de la encuesta.
Lo que importa no es si algo es enunciado o no por un experto, sino qué es lo que
esa persona está usando como insumo para afirmar algo. Sí, la opinión de un
médico, como pasaba con la opinión de Pauling, vale lo mismo que la de
cualquiera: nada, a menos que esté respaldada por evidencia. No es una
cuestión de inteligencia o de títulos. Pocos más preparados o más inteligentes que
Pauling, que igual se equivocó con este tema.
Hay algo en esto que, a veces, complica estar alerta. Cuando alguien nos hace este
tipo de recomendaciones, muchas veces lo hace con afecto, pensando en nuestro
bienestar. Es difícil buscar si hay o no evidencias detrás de lo que nos dicen porque
parece ser una muestra de desconfianza y, por extensión, un rechazo al interés que
muestra esa persona en nosotros. Algo que intento hacer en estos casos, y acá soy
yo quien está haciendo una recomendación basada en mi experiencia personal (y
que celebraría ver medida y confirmada en un experimento controlado), es separar
los tantos: me quedo con lo bueno -la muestra de cariño (‘¡gracias!’)- e,
igualmente, me pregunto si eso que me dicen es o no como me dicen.
Pero no sólo existen las equivocaciones, sino que hay personas que explotan la
ambigüedad o, incluso, la falta de información sobre cómo elegimos en qué
información confiar. La industria de la publicidad (¿o debería decir 9 de cada 10
publicistas?) aprovecha esta confusión a su conveniencia todo el tiempo mostrando
odontólogos, nutricionistas o médicos que nos recomiendan determinados
productos, sin que sea claro si esos productos son o no en verdad efectivos o si
atravesaron un proceso metodológicamente válido para sustentar lo que dicen.
Entonces, ¿qué características esperaríamos en una afirmación para poder confiar
más en ella? Necesitamos que este tipo de afirmaciones estén sostenidas por
evidencias de calidad. Por ejemplo, si leemos directamente un trabajo científico, o
si nos lo cuenta un experto, o lo leemos (adecuadamente expuesto) en un medio de
comunicación, podemos confiar más que si esta información no existiera y
solamente contáramos, como mucho, con opiniones o experiencias personales. No
hay reglas que puedan aplicarse ciegamente, pero sí podemos incorporar algunas
‘reglas generales’ que nos pueden orientar. Lo importante es que empecemos a
ver la confianza en una afirmación como un continuo y no como un blanco o
negro. No es cuestión de estar o no seguros sino de estar un poquito más o un
poquito menos seguros a medida que aparece evidencia nueva.
Esta es otra pequeña cosa que me parece bella, además de útil. No existe la certeza
absoluta en las afirmaciones que se refieren a hechos del mundo real, pero sí hay
cosas más confiables que otras. Donde quizás algunos se sientan incómodos con la
incerteza, yo veo algo bello y flexible, en donde no se me obliga a tomar partido
absoluto por algo sino que más bien se me invita a apoyar de forma proporcional a
la confianza que tenga, y a basar esa confianza en las evidencias con las que
cuento.
Cuando quisimos evaluar si la vitamina C efectivamente previene los resfríos o no,
vimos que no pudimos hacerlo a menos que tuviéramos en cuenta el tipo y
calidad de las evidencias científicas que había al respecto. No bastó con que
nuestros padres nos hubieran dado los suplementos de chicos, ni con el hecho de
que un experto como Linus Pauling sostuviera esa postura. Nuestro experto de
referencia era nada más y nada menos que un doble Premio Nobel, queridísimo y
admirado por sus colegas. Era un hombre sumamente inteligente y capaz que, justo
en este tema en particular, estaba completamente equivocado. Porque, por más
Premio Nobel que fuera, era también un ser humano, con la capacidad de
equivocarse que tenemos todos los seres humanos. Y porque podemos –y
solemos– equivocarnos, es que necesitamos una metodología para entender qué
es evidencia y qué es, apenas, opinión.
Cómo acercarnos a la verdad
Aceptamos entonces que hay un ‘afuera’, un mundo real. Pero también sabemos
que no podemos confiar demasiado en nuestra experiencia personal o en nuestras
intuiciones. Para obtener respuestas, necesitamos un modo de encarar las preguntas
buscando evidencias concretas y confiables. Tenemos ya este ‘modo de abordar
preguntas’: las herramientas de la ciencia nos permiten examinar nuestras
creencias, lo ‘más fuera de nosotros’ que se puede.
Cuando pensamos en la ciencia puede que recordemos asignaturas de nuestras
escuelas secundarias en las que se nos pedía aprender datos de memoria o realizar
procedimientos de modo mecánico sin entenderlos realmente: conocer las
características que describen a los artrópodos, balancear ecuaciones químicas o
enunciar las leyes de Newton. También es posible que la palabra ciencia nos evoque
un tipo de noticia de los medios de comunicación, como cuando se envía un satélite
nuevo al espacio o se descubre un posible medicamento que cura una
enfermedad. La ciencia es todo esto, sí. Es una acumulación de conocimiento ya
logrado por la humanidad mediante la actividad científica. Es un producto,
es lo que sabemos. Pero la ciencia es mucho más que resultados.
Es también una metodología, una serie de herramientas mentales. Es
un proceso, un ‘verbo’. Es cómo sabemos lo que sabemos, es un mecanismo que
nos permite lograr conocimiento.
Cuando acá hablemos de ciencias, nos referiremos sólo a las que comparten
la metodologíade realizar observaciones o experimentos que nos permiten averiguar
cómo ocurren determinados fenómenos del mundo real. Haremos foco en
la manera en la que se responden las preguntas y no tanto en el tema que abordan
esas preguntas. Así, en este uso de la palabra ciencia, quedan incluidas las ciencias
naturales, que son las que estudian fenómenos de la naturaleza. Y también
consideraremos ciencia a otros problemas que no parecen formar tan claramente
parte de la ciencia en cuanto al tema, pero sí cuando tomamos en cuenta la
metodología que utilizan como, por ejemplo, cuando se quiere averiguar si un
nuevo medicamento es o no efectivo. No discutiremos acá ni lo que ocurre con las
ramas no empíricas de la matemática, ni lo relacionado con la tecnología, por
ejemplo. Respecto de las ciencias sociales, hay áreas en las que este enfoque
metodológico aplica, como la econometría o la psicología experimental, y otras en
las que no tanto. Por eso, creemos que, para la discusión de cómo acercarnos a la
verdad, es irrelevante de qué tema estamos hablando. Lo que necesitamos es
entender mejor la ciencia, entendida como metodología, como verbo, como manera
de acercarse al conocimiento, y no como un contenido disciplinar. Como dijo Karl
Popper en su libro Conjeturas y refutaciones, “la clasificación en disciplinas es,
comparativamente, poco importante. Somos estudiantes de problemas, no de
disciplinas”.
En este proyecto, llamaremos conocimiento científico a aquel que puede ser
obtenido con esta metodología, sin prestar atención al tema. Este conjunto de
herramientas nos permiten averiguar si una idea que tenemos sobre el mundo se
corresponde con el mundo o no. La ciencia, la de responder preguntas con este tipo
de mirada de búsqueda de evidencias, empieza a estar en casi todo lo que nos rodea.
Lo que a nosotros nos importa para acercarnos a cuál es la verdad es entender
cómo se genera conocimiento confiable. En gran parte, aunque no solamente,
este conocimiento proviene de la actividad científica entendida como una
metodología en particular quegenera evidencias con mayor o menor grado de
confiabilidad.
La solución para todas las soluciones
Respecto de la vitamina C, llegamos a una solución, a algo que podemos decir que
sabemos: las evidencias científicas, que son muchas y muy confiables, no apoyan la
idea de que la vitamina C sea efectiva contra los resfríos. Esta es la verdad en este
tema, y si viene alguien a decirnos que en realidad para él o ella la vitamina C
funciona, es sólo una opinión y no mucho más.
Como ya mencionamos antes, esto no es una verdad absoluta pero es algo que, al
estar sostenido por muchas evidencias, tiene un grado de certeza extremadamente
alto. Y acá empieza a aparecer un desafío que me parece interesante: si la
confianza que puedo tener en una afirmación es más un ‘degradé’ que algo
categórico y, en algún punto, necesito decidir si confío o no, ¿qué hago? A mí me
gusta pensar en estos términos: no hay certeza total, pero puedo operar en el
mundo con poca, bastante, o mucha confianza en una afirmación, sin dejar de tener
presente que se trata de verdades que pueden ir volviéndose más confiables o
menos confiables a lo largo del tiempo, según lo que vayan diciendo las evidencias.
En mi caso, yo ya decidí: no compraría nunca más un suplemento de vitamina C. O
por lo menos no lo haría a menos que aparezca evidencia nueva, de calidad, a su
favor.
Pero, después de tanto trabajo de tanta gente, sólo tenemos esta solución y ninguna
otra. No sabemos si otras vitaminas funcionan o no para lo que se promete, o si la
vitamina C es buenísima para alguna otra cosa, ni sabemos más acerca de nada.
Estamos corriendo atrás de los problemas y seguimos sin saber si hay o no algo que
podemos hacer nosotros para movernos mejor en este mundo lleno de información
que unas veces es correcta y consistente y otras es irrelevante, incompleta o,
directamente, contradictoria.
El tema del saber o del conocimiento es tan resbaloso como el tema de la
verdad. La filosofía tiene montones de definiciones de qué es saber. Nuestra
posición en esto es la misma que la que tomamos para la definición de verdad:
algo práctico, provisorio, gradual, y siempre sujeto a revisión a la luz de la
evidencia. En este marco, si queremos saber, necesitamos poder encontrar esas
pocas afirmaciones confiables —esto es, apoyadas por evidencia— que parecen
estar perdidas en medio de ese mar de conocimiento. No sólo debemos encontrarlas,
sino que también debemos aceptarlas para no caer en la posverdad. ¿Pero cómo
lograrlo?
James Randi es uno de los magos y escapistas más famosos del siglo XX. No es un
mago de libros, como Harry Potter.
Sé que no hay magos de verdad, y eso no me impide disfrutar a pleno de personajes
imaginados.
No tiene superpoderes y, lo más importante, no dice tenerlos. Inspirado por el
trabajo de Harry Houdini, Randi se dedicó a ser un ilusionista de escenario. Durante
medio siglo hizo presentaciones en teatros y en la televisión que lo volvieron muy
popular. Lo que él sabe, y lo sabe muy bien, es cómo engañarnos para hacernos
creer que hace magia ‘de verdad’.
Cuando vemos un truco de magia cualquiera, sabemos que quien tenemos delante
no tiene realmente poderes sobrenaturales. Sabemos que estamos siendo engañados
pero, si es un buen mago, no entendemos cómo. Y eso es lo que disfrutamos como
espectáculo: la sorpresa de que sucede lo aparentemente imposible. Ese es el
contrato tácito entre el mago y el espectador: vamos a suspender la incredulidad por
un rato y permitirnos disfrutar del asombro, pero teniendo siempre en claro que esto
es un espectáculo, y el mago, un artista. Pero hay quienes rompen este pacto y dicen
tener poderes paranormales, y los hay de todas las formas, con distintos discursos y
en todo contexto histórico.
En la década del ‘70 se hizo muy famoso el ilusionista Uri Geller, quien decía tener
poderes verdaderos. En sus muchas apariciones en televisión y en otros medios,
mostraba cómo podía doblar cucharas con la mente o adivinar lo que alguien estaba
pensando. ¿Pero qué gracia tiene hacer trucos si a la vez estás convenciendo al otro
de que no es algo que lográs gracias a tu habilidad, sino porque tenés supuestos
poderes? Para Randi, y para casi todos los otros magos profesionales, lo fascinante
es que quienes los miren traten, infructuosamente, de darse cuenta de cómo están
logrando escapar de un espacio pequeño, atados con cadenas y esposas, o de qué
manera están haciendo esos trucos con monedas, pañuelos o palomas. Ahí están el
arte y el placer de la magia: que el público sepa que no es cierto, y al mismo tiempo
crea (por un rato) que sí lo es. En cuanto el mago pretende convencer a su audiencia
de que sus poderes son reales, de que puede hacer aparecer y desaparecer objetos, o
de que puede adivinar el pensamiento, se convierte en un fraude. James Randi, en
paralelo con su propia carrera de ilusionista, comenzó a dedicarse casi
profesionalmente a exponer a Uri Geller y otros supuestos ‘psíquicos’, repitiendo en
televisión sus trucos y explicándolos ante la audiencia. También expuso los trucos
de pastores que decían comunicarse con Dios y tener poderes, que convencían a
quienes los escuchaban de abandonar tratamientos contra el cáncer y otras
enfermedades para intentar sanarse mediante rezos y donando dinero, curiosamente,
a esos mismos pastores.
Así, Randi logró impedir que varias de estas personas pudieran seguir lucrando con
sus acciones fraudulentas. Esta actitud de desenmascarar a quienes viven a costa de
las vulnerabilidades de las personas presenta, sin embargo, un problema: quien
expone a los ‘profetas’, ‘psíquicos’ o personas con ‘poderes paranormales’, siempre
está corriendo detrás de ellos. De la misma manera, quienes hoy tratan de refutar
con argumentos bien específicos los tratamientos de ‘medicina alternativa’ que no
funcionan, explicando punto por punto por qué no funcionan, o quienes intentan
demostrar por qué determinadas afirmaciones, del tema que fuere, son incorrectas,
siempre están un paso atrás. El programador Alberto Brandolini formuló
el Principio de Asimetría del Disparate como “la cantidad de energía necesaria para
refutar tonterías es un orden de magnitud mayor que la necesaria para
generarlas”. Decir una tontería o una mentira es muy rápido. Conseguir
pruebas convincentes que la puedan destruir lleva mucho tiempo. Es una
carrera perdida antes de empezar, pero es una carrera que igual hay que
correr.
Ver esto nos pone de frente a una tensión: mientras es esencial que se investigue
adecuadamente todo para conseguir evidencias confiables, nosotros, como
sociedad, necesitamos mientras tanto poder tomar decisiones y, a veces, no
podemos esperar mucho.
¿Cómo combatir estos fraudes de manera más efectiva? ¿Cómo podríamos estar un
paso adelante? En palabras del mismo Randi, que muy pronto se dio cuenta de que
no daba abasto para exponer a todos estos charlatanes, “si te explico los trucos te
daría una solución pero no te daría todas las soluciones”.
Lo mismo nos ocurre, no ya con los fraudes, sino con el conocimiento en general.
Cada conocimiento nuevo, relacionado con cuestiones fácticas, se logra de manera
particular, meticulosa y exigente, y es indispensable que así sea. Pero nosotros, los
que queremos usar ese conocimiento para tomar mejores decisiones, ¿cómo
hacemos para encontrarlo e identificarlo? ¿Hay algún atajo, o estamos condenados a
evaluar afirmación por afirmación, para ver si es confiable o no?
Necesitamos una ‘solución para todas las soluciones’ y la necesitamos con
urgencia, para no hundirnos en el mar de informaciones irrelevantes o
inconsistentes mientras tratamos de identificar aquellas que sí son valiosas y más
confiables. No alcanza con ir detrás de las afirmaciones que aparecen en los medios
o en las redes sociales tratando de averiguar si es cierto o no que el café genera
cáncer, si es cierto o no que los inmigrantes o los refugiados son delincuentes, si es
cierto o no que las vacunas funcionan, o si es cierto o no que el horóscopo puede
decir qué nos ocurrirá en la semana, o si es cierto que poner un impuesto a las
bebidas azucaradas ayuda a prevenir la diabetes. ¿Cómo podríamos, en cambio, dar
una solución más general, con ciertas reglas que puedan ser aplicadas a situaciones
nuevas?

Podemos tratar de hacer fact-checking de todo, pero como mecanismo es algo muy
lento y difícil, que requiere de dedicación y cierto nivel de pericia. Es algo que
esperamos, y como sociedad deberíamos exigir, que hagan los periodistas o
agencias de noticias antes de publicar sus historias. Y también es algo en lo que
podemos, nosotros, tomar la iniciativa de exigir antes de creer o de repetir una
información como válida. Por la positiva, existen generadores de información
confiables que se manejan con guías de cómo hacer un buenfact-checking, así como
también existen listas de sitios de internet poco confiables, que se vio que difunden
noticias falsas. Pero el fact-checking es algo que no alcanza como solución para
nosotros, el público general. Es valioso que exista, por supuesto, pero no alcanza.
Las listas de sitios poco confiables dejan se ser útiles enseguida, porque quien
quiera difundir falsedades puede generar un nuevo sitio y ya. Es más, ¿qué les
impide a ellos mismos compilar los sitios de internet confiables y decir que no lo
son?
No queremos que nos den pescados, queremos aprender a pescar y ser, así, más
independientes. El fact-checking no nos va a proteger de las noticias falsas que
abundan y se distribuyen, muy fácilmente, por las redes sociales. Quizás logren
identificar algunas, pero no todas ni lo suficientemente rápido.
Es esencial la investigación profesional, que permite encontrar e interpretar las
evidencias que permiten evaluar las afirmaciones. Es esencial también el
periodismo profesional, ése que comunica de manera adecuada, luego de verificar la
veracidad de lo que se dice.
Pero aun así, necesitamos otra herramienta, otra mirada. En algún punto cada uno
de nosotros debe convertirse en un agente activo, un seleccionador de
información. La metodología de la ciencia, como modo de responder preguntas de
muchas áreas del conocimiento, puede sernos útil para esto. Es esta mirada la que
necesitamos para acercarnos a encontrar la solución para todas las soluciones de la
que hablaba Randi, y no perdernos en este mar tormentoso lleno de información
confusa o fraudulenta. Es ésa la mirada que nos va a permitir comprender mejor
cómo sabemos lo que sabemos y en qué medida lo sabemos. Es eso, por lo tanto, lo
que nos ayudará a distinguir lo cierto de lo falso y la verdad de la mentira.
Este proyecto intenta, entre otras cosas, abordar este desafío: el de buscar,
aunque sea de manera aproximada, una posible solución que sirva para todas
las soluciones o, al menos, para una gran parte de ellas. Una solución que nos
permita adelantarnos un poco en esta carrera que, si nos limitamos a ir
chequeando punto por punto, viendo si cada afirmación particular es cierta o
no, posiblemente perdamos siempre.
No te pierdas la segunda entrega acá: Pescado Podrido | Azúcar, tabaco y políticas
públicas

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Una guía de supervivencia en tiempos de posverdad. Un análisis práctico que va de lo cotidiano y
personal a lo político y social. 368 páginas a 2 tintas.

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Autor
Guadalupe Nogués
Bióloga molecular retirada de la mesada. Involucrada ahora en la ciencia, la
comunicación, la educación y cómo entretejerlas. La posverdad la hacemos entre
todos y la deshacemos juntos.
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Revisores
 Valentín Muro

Etiquetas
 GSTP
 Guía de supervivencia en tiempos de posverdad
 Posverdad

Rápido y sucio

Investigadores revelan que las noticias falsas se amplifican en redes mucho más rápido que las
verdaderas. Un estudio de verdad para entender lo falso.
¿No va a debate?

¿Cómo conversamos entre nosotros cuando no estamos de acuerdo? ¿Conviene siempre debatir o a
veces puede ser contraproducente?

HAY 77 COMENTARIOS

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1.
GONZALO SEFFINO on Mar 19, 2018 at 11: 23

Responder

Excelente artículo! De muy buena lectura y va justo a la cuestión central.


Gracias.

2.
MATÍAS LUCERO on Mar 19, 2018 at 11: 45

Responder

¡Al fin entendí todo este tema de la posverdad! (Creo)


Estos artículos hacen que sienta un poquito más de amor a la ciencia.
“Lo importante es que empecemos a ver la confianza en una afirmación como
un continuo y no como un blanco o negro.”

Gracias, y espero con ansias lo que sigue.

3.
MARCOS on Mar 19, 2018 at 15: 08

Responder
Muy lindo tu artículo, pero abstracto, salvo el caso de la vitamina C, no hay
ejemplos controvertidos. Veo que sos bióloga, yo hace un tiempo leí a Richard
Dawking, el gen egoísta, las bases biológicas de nuestra conducta, muestra
ejemplos de cómo se aplica la teoría de los juegos a la selección natura,
conductas evolutivas estables, relación entre los sexos, etc.
En el artículo hablas algo de la política y la postverdad. Nos están matando,
grita una chica en una marcha feminista. Muere una mujer cada 30 horas grita
desesperada otra mujer. En los diarios solo muestran los casos de mujeres
muertas. Pero sabias que por cada mujer que muere en un hecho de violencia
mueran dos hombres? Si una mujer muera cada 30 horas, entonces un hombre
muere cada 15 horas?.

Si, pero a las mujeres las matan sus parejas, grita otra feminista, los hombres
se matan entra ellos y a las mujeres las matan sus parejas. Pero sabias que las
mujeres se sienten atraídas por hombres violentos, no será que las mujeres
eligen parejas sexuales violentas. Ponele que en un grupo, el 10% son
violentos, y el otro 10% son todo lo contrario, se podría hacer un experimento
para saber por quienes se sienten atraídas las mujeres?
Una cultura patriarcal, que oprime a las mujeres? Esto es postverdad o es un
hecho? Más del 95% de las personas detenidas, en las cárceles, son hombres,
menos del 5% son mujeres. Más del 90% de las personas en situación de calle
son hombres. Más del doble de las personas que se suicidan son hombres.
Primero las mujeres y los niños, son dichos populares, deja pasar primero a las
mujeres. Lo último que se da cuenta un pez es que vive en el agua, porque esta
naturalizado. Ninguna mujer fue obligada a ir a ninguna guerra. Hasta los
esclavos se los obligaban a ir a la guerra, se los usaba de carne de cañón.

Eso creo que le falta a tu artículo, no hay casos concretos de postverdad, de


mujeres en marchas gritando cualquier verdura, se científicos, biólogos,
diciendo que lo que dicen las mujeres es falso. Cuando hablan las faministas,
porque no ven biólogos a dar su opinión, si lo que dicen las feministas es
verdad o postverdad.

1.

BRUNO on Mar 19, 2018 at 17: 44


Responder

Hola Marcos:

Cómo explica muy bien la nota, los hechos se validan con evidencia.
Vos nombras un montón de números y estadísticas. Serías tan amable
de alcanzar las fuentes a este lector.
Gracias
Bruno

1.

MARCOS on Mar 19, 2018 at 21: 41


Responder

Si, paren increíbles estas estadísticas, que el 95% de las


personas que están detenidas en cárceles son hombres.
Imagínate que el 95% de las personas detenidas fueran negro, o
fueran bolivianos, o fueran judíos, sería un escándalo, no habría
ninguna razón válida, no habría ningún justificativo. Eso es lo
que se llame que algo este naturalizado, que este invisibilizado,
es un escándalo que el 95% de las personas detenidas son
hombres, no hay ninguna razón válida que lo explique. Por
ejemplo, si decís que hay más negros detenidos porque los
negros son más violentos estas discriminando, ahora, podes
decir tranquilo que hay muchísimos mas hombres que mujeres
detenidos porque los hombres son más violentos y nadie va a
decir que estas discriminando.
No hay que buscar mucho para ver las estadísticas, no es un
secreto, son datos públicos, son estadísticas de organismos
oficiales. Como una mujer puede decir en una marcha a los
gritos nos están matando, si por cada mujer que muere en un
hecho de violencia mueren más de dos hombres. Como pueden
usar como campaña de no sé que cada 30 horas muere una
mujer, si cada menos de 15 horas está muriendo un hombre. Son
estadísticas públicas, no es muy difícil buscar los datos, los
números.

1.

MELISA REY on Mar 31, 2018 at 06: 26


Responder

Pero, Marcos, vos te das cuenta que estas citando


ejemplos de desigualdad de género para argumentar que
no existe el patriarcado?

2.

JORGE on Jun 7, 2018 at 03: 59


Responder

Buenas noches Marcos es posible que CITES evidencia ?

2.

MARCOS on Mar 19, 2018 at 21: 50


Responder

Por ejemplo, en el 2015, hubo 71.464 presos, de los cuales


68.468 fueron hombres y solo 2.963 fueron mujeres, no llega ni
al 5%, mientras que en la población somos aproximadamente la
mitad hombres y la mitad mujeres.
Por ejemplo en el año 2014, en Argentina se cometieron 3.269
asesinatos, incluyendo femicidios, de los cuales el 83,60%
corresponde a hombres asesinados (2733 hombres), y el 16,40%
a mujeres asesinadas (536 mujeres).

0.

LAU on May 15, 2018 at 13: 40


Responder

Y que pasó con las fuentes?

3.

MARCOS on Mar 20, 2018 at 00: 01


Responder

Me equivoque yo, no mueren el doble de hombres que de


mujeres en hechos de violencia, mueren cuatro veces más
hombres que mujeres, no el doble, sino cuatro veces más, una
locura. Se incluyen en las muertes por hechos de violencias los
femicidios.

Esto es, si el 83.6% de las muertes en hechos de violencia


fueron hombres y solo el 16.4% fueron mujeres
Redondeado, sería algo así como que de 10 personas que
murieron en hecho de violencia, 8 fueron hombres y solo 2
fueron mujeres.

Esto es 4*número de mujeres muertas = al número de hombres


muertos en hechos de violencia.
O de otra forma, si una mujer muere cada 30 horas, en 30 hs
mueren 4 hombres, un hombre muere cada 7 hs. La vida de un
hombre vale menos que la vida de una mujer, vale por lo menos
cuatro veces menos que la vida de una mujer?

0.

EL RULO on Mar 20, 2018 at 09: 23


Responder

Posverdad es tomar una estadistica y usarla como


argumento sin mas. ¿Donde esta el analisis sociologico
de caso? ¿Cuales son los motivos por los cuales los
hombres somos mas violentos? ¿Cuales son los motivos
por los cuales hombres matan a mujeres, sean parejas o
no? ¿Sabes cual es la definicion de ” Violencia de
Genero” legalmente hablando? . Cuando un tipo mata
una mina para robarle el auto, no es violencia de genero,
se caratula la tentativa de robo. Ahora cuando un tipo
para a una mina “por que es mia” es violencia de genero,
cuando te matan por ser mujer. El feminismo jode por
que pone en entredicho todo lo que hemos “naturalizado”
y es una revolución que viene a por nosotros y a por las
columnas donde este sistema esta enclavado. Toda
capacidad de analisis se va al carajo cuando decis que la
sociedad patriarcal es posverdad. ¿Cuantas veces te
manosearon el culo minas? ¿Cuantos casos de violacion
de mujeres a hombres se conocen? ¿Cuantas noticias
escuchamos que ante un hecho de violación se nos
pregunta ¿y como iba vestida? ¿Y que hacia sola por la
calle? Cuantas veces se culpo a la victima?
Estadisticamente ¿cuantas mujeres u hombres matan a
hombres por que “son suyos” ” por que me desprecio” ?
¿Cuantas historias de victimas de violencia te leiste? ¿
Con cuantas hablaste? Tengo un millon de preguntas mas
para hacer, pero el aliado numero uno de la verdad, como
dice el articulo son todas las noticias que buscamos se
amolden a nuestras creencias… incomodate un poco si te
interesa ser criterioso.

1.

EL RULO on Mar 20, 2018 at 10: 52


Donde dice “el aliado numero uno de la verdad”
Lease “el aliado numero uno de la POSverdad”

2.

MARCOS on Mar 20, 2018 at 11: 32


Te sugiero que leas el capítulo la Guerra de los
Sexo, del libro Las Bases Biológicas de Nuestra
conducta de Richard Dawking. Si bien es solo un
libro de divulgación científica, muestra estudios
donde se usa modelo matemático de la teoría de
los juegos para explicar conductas de machos y de
hembras de distintas especies animales.

Lo del patriarcado es un mito, no hay evidencia


científica, no solo datos estadísticos sino
experimentales, algo muy qué podes hacer, un
hombre pidiendo ayuda contra una mujer pidiendo
ayuda y contar la cantidad de gente que se
aproxima a ayudar, otro experimento una mujer
cacheteando a un hombre contra un hombre
cacheteando a una mujer y contar la cantidad de
gente que se aproxima a intervenir.
Como ves no solo son datos estadísticos, cantidad
de muertes, cantidad de personas en situación de
calle, personas en las cárceles, etc, también podes
obtener datos experimentales de que lo del
patriarcado es postverdad.
3.

EL RULO on Mar 20, 2018 at 18: 02


Citaste 2 veces el mismo libro para fundamentar
lo mismo. Es decir, lo citas por que te cierra, no te
incomodas, te refugias en un libro que “piensa”
como vos. Yo te recomiendo salir de la zona de
confort. Yo no pense siempre igual, tenia mi
discursito pulido. Pero tuve la dicha de toparme (
y tambien salir un poco a buscarla) con la
realidad. Y la realidad me conto una historia que
no sale en los libros. Ahora que el patriarcado es
posverda… esos me parece alucinante. Si vamos a
hablar de libros y en un contexto historico
podemos hablar del Enuma Elish, Relato
mesopotamico que marca el inicio de una movida
politica desde el Matriarcado al Patriarcado (Eric
Fromm) , hasta el Wikipedia lo sabe. Podemos
tambien hablar de la Biblia que designa a la mujer
a casi la propiedad el varon en varios de sus
escritos (basta con googlear Mujer + Biblia) . Si
todo eso te parece demasiado subjetivo o te parece
que me paro demasiado en nuestra herencia
religiosa cultural, pues caigamos directamente a la
historia de este país o del mundo occidental al
menos (por no tocar el oriental no…) donde hasta
principio de siglo la mujer casada estaba tutelada
por el marido, teniendo que incluso pedir su
aprobación para realizarse intervenciones del tipo
quirúrgico, como una ligadura de trompas. O en el
ostensible y burdo ejemplo de que hasta 70 años
no votaban… o que las declaración de los
derechos del hombre y ciudadano escrita en la
revolución francesa solo incluía al hombre. Podría
seguir, pero creo que ya ejemplifique mi punto.
Me cuesta creer que lo estes diciendo en serio.
4.

MARCOS on Mar 20, 2018 at 23: 21


Está bien, no hablemos de libro, ni de teorías, solo
de estadísticas actuales y de experimentos que se
pueden realizar en nuestra sociedad para verificar
si son verdaderas o falsas las proposiciones del
feminismo.

El feminismo no pone en entredicho lo


naturalizado, lo profundiza. El feminismo se vale
de lo que esta naturalizado para profundizarlo. Si
hay un accidente, salven primero a las mujeres y
los niños, es de la época de mis bisabuelos. Si vez
a una mujer en problema o que parece que
necesita ayudar hay que ayudarla, en el caso del
hombre, el hombre puede solo, el hombre se hace
a golpes. El feminismo viene a profundizar aún
más esos dichos de la época de mis bisabuelos.
Yo cuando leí que más del 95% de las personas
detenidas, presas, en cárceles son hombres, de que
menos del 5% de las personas detenidas son
mujeres, me dije con asombro, esto no puede ser,
me debo estar equivocando, debo haber leído mal,
tengo que revisar los números. A esto se lo llama
algo que esta invisibilzado para alguno o
naturalizado, lo normal para otros. Pensalo un
momento fríamente, y es una locura. Saca
hombres y mujeres y ponen negros y blancos, o
judíos, o cualquier otro grupo y se encendían
todas las alarmas y sería un escándalo. Si con solo
un poquito más de lo esperado estadísticamente de
personas negras en las cárceles se encienden las
alarmas de discriminación y no hay argumento
que valga, no podes decir que los negros son más
violentos porque sería racismo.
Además, esto va en contra del sentido común. Si a
mí me roban el celular, o me lo hurta, sea en el
trabajo, o en la facultado o en cualquier otro lado,
yo pensaría que hay más o menos la misma
probabilidad de que el que me robo sea hombre o
mujer. Pero de acuerdo de acuerdo a las personas
que están en la cárcel, las personas que cometen
delitos, tendría que decir que hay un 95% de
probabilidad de que la persona que me hurto es
celular sea hombre.
Si una persona que está bien vestida te pide
ayuda, o me pide plata es mucho más probable
que lo ayudes que si me pide ayuda o plata una
persona que está mal vestida. En base a
experimentos de este tipo se concluye
discriminación hacia las personas mal vestida.
Ahora bien, si en vez de ser una persona bien o
mal vestida el que me pide ayuda, se compara con
hombres y mujeres. Es más probable que ayuden a
la mujer y no al hombre. Si una mujer le da
cachetadas a un hombre, contra un hombre
dándole cachetadas a una mujer, adivina en que
situación viene más gente a ayudar?

Tanto estadísticamente, como experimentalmente,


se ver que no existe el tal patriarcado, la opresión,
el sometimiento y todo lo demás que usan las
feministas para profundizar lo que esta
naturalizado.

2.

YAEL on Ago 22, 2018 at 10: 12


Responder
Hola Marcos. Tenés razón al afirmar que no hay suficientes ejemplos
de posverdad en el post. Sin embargo veo que dedicaste mucho tiempo
a aportar varios ejemplos y muy variados en los comentarios, así que
gracias y felicitaciones por la forma tan original que tuviste de aplicar
la posverdad!

4.
ANA LIA on Mar 19, 2018 at 16: 46

Responder

Que tal, me parece realmente importante tu interes por la “posverda”una


verdadera tragedia de nuestra epoca y acuerdo que no se trata de mentira o
falseda, pues para que exista la mentira, es condicion que exista la verdad y
esta es la enorme dificultad de la posverdad, da igual.Entiendo que siendo
biologa elijas el camino del metodo cientifico…me interesa la ciencia..pero
considero que estamos en una encerrona:dado el valor social atribuido a la
“ciencia

y dado que en este momento solo se trata del mercado , se puede decir
cualquier cosa si se le agrega que es cientificoy se han dicho y se dicen
barbaridades,ej: publicado en el diario Clarin de Argentina en los comienzos
de la investigacion del Genoma Humsno:se descubrio el gen de la infidelidad
de la mujer inglesa…No es una broma aunque lo parezca.Es este un ejemplo
banal por lo absurdo, el tema es que realmente se puede decir cualquier
cosa!!! Y remarco la palabra DECIR, porque se trata de lo que se dice .Me
encanto tu articulo y me parece muy importante la tarea que se han propuesto,
vere si puedo aportar algo pero me da la sensacion, quizas equivocada…que
nos vamos a leer entre los que ya estamos anoticiados de la “posverdad”Como
llegas al moz de la esquina que ni lee diaros trabaja 12 horas y vota en contra
de si mismo en las elecciones por ser objeto de la posverdad?

0.

MARCOS on Mar 19, 2018 at 17: 10


Responder

Otro ejemplo, que las mujeres ganan el 30% menos que los hombres.
En los noticieros los periodistas lo deforman y dicen que a las mujeres
ganan por cada hora trabajada el 30% menos y eso no es lo que dice la
estadistica y lo que quieren las feministas, lo que dice el estudio
estadistico y lo que quieren las feministas es que las mujeres trabajen
menos horas y ganen lo mismo que los hombres. Por ejemplo, si un
hombre trabaja 12 horas al dia y gana 10 mil pesos y una mujer trabaje
solamente 2 horas al dia y gana 7 mil pesos, la mujer gana el 30%
menos que el hombre, pero trabaja mucho menos tiempo que el
hombre.

0.

ROCIO on May 30, 2018 at 18: 28


Responder

Hola Marcos, te recomiendo leer el libro feminista “No


nacemos machos”, una recopilación de artículos traducidos al
español, muchos de ellos de psicología social. Te va a orientar
la lectura sobre problemáticas que señalás que el feminismo
también discute, que es la forma en la que construimos
masculinidades de riesgo. En esos artículos se citan algunos
estudios científicos, pero podrás encontrar más, seguramente,
una vez conozcas esta línea de investigación.
Asimismo en este mismo blog vas a poder encontrar
información sobre la situación de las mujeres en la ciencia, que
te van a dar un ejemplo de la situación laboral de las mujeres
que trabajan en el campo científico.
Por otro lado, te invito a compartir tus fuentes. Es sumamente
importante para nosotras, como feministas, conocer los sentidos
que comparten las compañeras y ciertamente nunca leí una
compañera que afirme que una mujer deba trabajar menos
tiempo que un varón. Sobre este punto hay diversas autoras que
divulgan sobre el “trabajo doméstico no remunerado”, con
estudios que demuestran la doble o triple jornada de trabajo que
tienen algunas mujeres del mundo (por ejemplo, en Argentina
nos impacta las poco conocidas mujeres rurales, que son
muchísimas pero que los periodistas no suelen entrevistar, que
duermen cuatro horas diarias, por decir un dato menor y de
color).
Hay estadísticas del Ministerio de Trabajo sobre la brecha de
género, ya se deben encontrar desactualizadas pero te invito a
leerlas, así como el análisis que hacen de estas estadísticas los
profesionales de ese campo.
El patriarcado es una propuesta teórica para poder dar cuenta de
la sistematicidad de los estereotipos de género, de las lógicas de
las violencias de género y tal. Puede ser refutada, como
cualquier propuesta teórica, y tiene sus límites.

Te mando un saludo!

0.

EMMANUEL on Nov 25, 2018 at 05: 36


Responder

El feminismo tiene alguns problemas con la evidencia o


al menos como la interpreta.

Que a las mujeres les pagan menos por el mismo trabajo


(algunos hablan de 30, de 20, las cifras varían) es
bastante cuestionable..
Existe la brecha salarial pero la discriminación es UN
factor entre muchos otros, el problema de los estudios en
que se basan son que agarran todos los sueldos de
hombres y mujeres suman todo y dicen cual gana más.

Esto metodológicamente por supuesto es absurdo.


Se deben medir variables, edad, antiguedad, tipo de
profesion, horas trabajadas, hijos, matrimonio, etc. Si
mirás los meta-análiis que ponderan muchas variables
(auque tal vez n osean todas) te vas a dar cuenta que la
brecha se da por una múltiple de factores, donde la
discriminación se puede ver en casos específicos.
Hay estudios hechos de sesgos hacia las mujeres como
hacia los hombres.

Despue´s están las partes de rasgos de personalidad o


preferencias, hay aspectos sociales y ambientales, cuando
tomás una gran cantidad de variables te queda una brecha
residual, aunque algunos dicen que la brecha residual ‘es
la discriminación’, eso no puede deducirse así nomás.
Hay que hacer estudios para averiguarlo, y hay varios
candidatos para añadir como variables.

https://elfindelamisandria.blogspot.com/2017/11/brech
a-salarial-final-de-un-mito.html

1.

PELA on Mar 22, 2018 at 14: 39


Responder

Supongo que después comprás el libro y se lo regalás al mozo. En


navidad le regalé a mi abuela “¿Por qué somos así?” de La Batalla
Cultural, para tratar de que entienda eso del sentido común colonizado,
y diría que funcionó parcialmente. Claro que no voy a pretender que
aceptes esta cuestión anecdótica como evidencia (y menos después de
leer este artículo), pero al menos pareciera que hay una probabilidad >0
de que funcione, no?

5.
JUAN MANUEL on Mar 19, 2018 at 18: 58

Responder

Muy buen artículo. El otro día, no se si viene al caso, con un grupo de amigos
se generó un debate sobre la seguridad de viajar en avión o en auto. Uno de
ellos utilizaba el argumento ”Cuando yo manejo me siento más seguro que en
un avión, donde si se empieza a caer yo no puedo hacer nada. En cambio en
una colisión de frente puedo llegar a hacer algo”.
Estamos hablando de posverdad al tomar sentimientos personales y ponerlos
dentro del argumento? La posverdad vine de la mano del ”Sentido común”?
Gracias por tanto!

Miau! =)

0.

MARCOS on Mar 19, 2018 at 19: 13


Responder

Lo que comentas parece estar más relacionado con los experimentos


clásicos de indefensión aprendida. Aunque los dos perros reciban las
mismas descargas eléctricas, tienen distintas consecuencias si el perro
puede hacer algo para evitarla.

1.

GUADALUPE NOGUÉS on Mar 20, 2018 at 17: 31


Responder

Hola! Tu amigo estaba priorizando sentirse seguro a estar seguro… Y


sí, somos un manojo de emociones “irracionales”. Imagino que él sabía
perfectamente que la estadística va en una dirección, pero su postura en
otra. El sentido común es una gran trampa. Muchas veces funciona
para orientarnos en el mundo, pero otras veces no. Y el problema es
que no podemos a priori saber si está funcionando o no. El mecanismo
de la ciencia justamente permite escaparle al sentido común en el caso
de cuestiones fácticas, y es una manera en la que podemos averiguar
cómo son las cosas con un poco más de confianza, y más “por fuera”
de nuestra subjetividad.

0.

MANUEL on Mar 31, 2018 at 01: 11


Responder

O aplico un condicional/Bayes importante a la probabilidad…

2.

IVAN on Abr 28, 2018 at 02: 42


Responder

Es mucho más probable que choque en el auto a que se caiga el avión,


por más excelente conductor que sea tu amigo, porque no depende sólo
de él sino también de otras variables (puede que el auto falle, que la
calzada esté resbaladiza, que el otro conductor esté ebrio, etc.). En el
avión, obviamente él no puede hacer nada, está todo en manos del
piloto, que en este caso tiene muchísimas más exigencias en
entrenamiento a la hora de pilotear un avión que las que tuvo tu amigo
a la hora de manejar el auto, lo que a mi parecer incrementa la
seguridad de viajar en avión.
Aquí hay algo de info y estadísticas (no chequeada) sobre los
accidentes en avión vs accidentes de
tránsito. http://lobocom.blogspot.com.ar/2009/07/proposito-de-los-
accidentes-aereos-vs.html
Por otro lado, un accidente de tránsto común a lo sumo mueren 4, o 6,
o en el peor de los casos 30 o 40 personas (un ómnibus), y muchas
veces sólo son heridos y pueden recuperarse. En un accidente de avión,
en cambio, mueren 100 o 200 personas de un sólo golpe y pocas veces
hay sobrevivientes. Esto tiene mucho impacto, gracias a los medios, y
hace que la población perciba que un accidente de tránsito es mucho
menos grave y menos probable que un accidente de avión, cuando en la
realidad los números dicen otra cosa.

6.
ANA on Mar 19, 2018 at 20: 16

Responder

Excelente artículo. Me parece muy inteligente y clarificador empezar por


definir qué se entiende por “Posverdad”, ya que entre tanta discusión se ha
colado esta palabra y muchas personas la utilizan en cualquier contexto y con
variado significado.
” Y porque podemos –y solemos– equivocarnos, es que necesitamos una
metodología para entender qué es evidencia y qué es, apenas, opinión..”
También me parece brillante el reconocer que solemos equivocarnos.
Felicitaciones!!

7.
SOMER on Mar 19, 2018 at 23: 41

Responder

Me perdí… La propuesta para desarticular la posverdad es dejar


comentarios/opiniones acá?
O hay otro lugar/ plataforma donde se discutirá cada nueva entrada.?
En fin..
Volver a la discusión de “el discurso de la ciencia” vs “las ciencias sociales” y
demases oposiciones parecería ser más funcional a la posverdad que a la
verdad. Por otro lado es difícil encontrar el camino distinto en la discusión
sobre LA verdad misma. Más allá de si se la considera un camino o un Punto
de llegada. El (pseudo)fetiche por la verdad sería quizás un buen Punto de
inicio para saber cómo hemos podido está humanidad darle una
(retorcida)vuelta más y pasar directamente a hablar de _post_ verdad
haciendonos los boludos sobre esa.necesidad de verdad constante previa.
Me sumo a la.discusion sobre el.tema. Gato aclará donde se va a dar. No creo
que está.metodologia.de. diario LN dejando comentarios sea lo mejor.
Ejemplo es la discusión sobre feminismo que derivó un par de entradas más
arriba.
Garrazo

0.

PABLO A. GONZÁLEZ on Mar 20, 2018 at 09: 13


Responder

Acá! Como siempre, siempre. La suerte es que tenemos comentarios


distintos de LN, y que la autora los lee todos.

1.

GUADALUPE NOGUÉS on Mar 20, 2018 at 17: 38


Responder

Hola! La propuesta es que quien quiera sumarse a comentar y discutir,


lo haga por acá. No para ya desarticular de una la posverdad sino para
leernos y mirar las cosas con los ojos de los otros. Por ejemplo, decís
““el discurso de la ciencia” vs “las ciencias sociales” ” y veo que algo
que en todo caso yo considero como un “más” y no como un “vs.” (y
traté de escribir en ese sentido), vos lo interpretaste diferente. Me
interesa entender qué ves que te hizo sentir que lo planteo como dos
cosas contrapuestas que no se complementan. Gracias. Saludos.
8.
MARTÍN on Mar 19, 2018 at 23: 52

Responder

“Las estadísticas son fáciles de encontrar” decís, y citás números de asesinatos


y prisioneros. Pero pregunto; dónde están los datos que dicen que “las mujeres
se sienten atraídos por hombres violentos”? Y por otro lado, que las mujeres
se sientan atraídas por ese tipo de parejas, no es razón suficiente para que
éstas ejerzan la violencia física o emocional sobre ellas. El tema del
patriarcado es uno complejo de demostrar de forma convincente a través del
método científico, porque siempre pueden meterse falacias en la rueda. La
mayoría de las muertes en conflictos bélicos son de hombres, pero la mayoría
de los soldados son hombres (no, no tengo la estadística a mano), y el ejército
no parece (si, opinión) un entorno muy amigable para las mujeres.
Puedo devolverte tu metáfora del pez que no se da cuenta que está en el agua,
tal vez el patriarcado es el río que tenemos naturalizado. Si las personas se
criaran en un entorno en el que no sólo son iguales ante la ley, sino ante la
sociedad, en el que la base sea “todos pueden ser y hacer cualquier cosa” (para
dar un ejemplo burdo, en el que a las niñas y niños por igual se les regalan
Barbies y autos, Legos y cocinitas); cómo serían las estadísticas? Porque hasta
ahora lo único en lo que parecemos estar 50/50 respecto al sexo es en
población.
Me faltan muchos datos, seguro, pero hay muchas formas de explicar las
estadísticas que traés a colación, que pueden tirar de la cuerda para uno u otro
“lado”, la pregunta clave es cuál es la explicación correcta? Y principalmente
cómo lo demostrás? Muy concreto el ejemplo que ponés, pero flojas de
papeles las deducciones.

0.

MARCOS on Mar 20, 2018 at 11: 44


Responder
Martin, te sugiero que leas Las Bases Biológicas de Nuestra Conducta
de Richard Dawkin, es un libro de divulgacion, pero muestra algunas
investigaciones, modelos matemáticos, teoría de los juegos, para
explicar conductas de machos y hembras en distintas especies
animales, conductas evolutivas estables, que individuos son
descartables, etc.

9.
MARTÍN on Mar 20, 2018 at 00: 27

Responder

Una nota muy clara, gran puntapié inicial, aunque el tema es presa del mismo
lenguaje que nos puede alejar o acercar a “la verdad que más apoyo tiene en
trabajos empíricos recientes de calidad”. Si bien definís el “conocimiento
científico” en algunas ocasiones contrastás “información de calidad
comprobable” con “conocimiento” a secas; ahí no puedo sino preguntarme
qué es el conocimiento no científico, y más que nada si se lo puede llamar
conocimiento, por lo menos al momento de evaluar el grado de verdad de la
información que se ponga en duda. Digo, yo “sé” muchas cosas de mis amigos
(por dar un ejemplo), los “conozco” y mi experiencia me da indicios de lo que
es esperable, pero la información de la que yo disponga en ese tipo de
cuestiones nunca puede tener un grado de certeza comparable con el del
conocimiento obtenido a través del método científico. Qué hago cuando la
posverdad se mete con asuntos ya de por sí plagados de sesgos emocionales?
No soy partidario de vivir en la incertidumbre, creo que, como vos decís, se
pueden sostener posturas máxime con el mismo grado de certeza que permite
la evidencia disponible. Pero ahora yendo a la certeza, yo persona ajena al
lenguaje y conceptos de muchos ámbitos de la ciencia, necesito una serie de
traductores confiables, cómo defino cuáles son? Por cada estudio que me hago
tengo que hablar con 12 medicos especialistas, y verificar sus credenciales? Y
qué hay de quienes expiden esas credenciales? Es un tema que me fascina más
de lo que me preocupa, pero todo de una u otra forma nos llega filtrado,
incluso lo que nos llega “sin intención”. Creo que reconocer cuáles y cómo
funcionan esos filtros también es un punto importante para definir el grado de
certeza que implica determinada información, aún más cuanto más lejos de su
punto de origen uno se encuentra.
Probablemente esté siendo muy atropellado y poco claro, pero lo importante
es que me tocaron una fibra sensible, banco el proyecto y trataré de aportar mi
granito de arena, procurando aclarar mis ideas también en el camino.

0.

GUADALUPE NOGUÉS on Mar 20, 2018 at 17: 43


Responder

Hola! Lo que decís es central y aparecerá más adelante en el libro.


Espero que mi granito de arena aporte, cuando llegue ese momento.
Saludos!

10.
LEOK on Mar 20, 2018 at 00: 48

Responder

¿Será el comentarista “Marcos” parte de un experimento para demostrar cómo


apelando a las emociones se puede alterar el eje de la discusión o solo un troll
más?

0.

EL RULO on Mar 20, 2018 at 09: 30


Responder

Me pregunte lo mismo despues de responderle. Aca, en esta discusion,


parece post posta un experimento de laboratorio.

0.
MARCOS on Mar 20, 2018 at 11: 57
Responder

Estadisticas, experimentos y modelos matematicos, porque no


lees algo sobre teoria de los juegos, estrategias evolutivas
estables, una introduccion lo tenes en Richar Dawkins, modelos
matematicos aplicado a conductas de distintos animales.

1.

IVAN on Mar 20, 2018 at 12: 40


Responder

me parece que es un bot

0.

CARLA on Mar 20, 2018 at 14: 28


Responder

Me parece que solo le interesa desacreditar al feminismo y la


campaña por el aborto. En fin…
Que bien este artículo! Consulta, hay alguna otra organización,
ente, institución que esté, al igual que ustedes, poniendo tanto el
foco en generar conciencia sobre los debates, opiniones, etcs?

0.

MARCOS on Mar 21, 2018 at 01: 03


Responder
y critica al psicoanalisis

11.
MARCOS on Mar 20, 2018 at 13: 10

Responder

La autora del artículo es bióloga, el feminismo tiene varias proposiciones


sobre la relación entre cultura y biología, la autora del articulo nos puede decir
que proposiciones del feminismo son falsas, o si el feminismo es una
postverdad. Que opina la autora del artículo de aplicaciones de modelos
matemáticos, como la teoría de los juegos, a las sociedades de distintas
especies animales.

0.

GUADALUPE NOGUÉS on Mar 20, 2018 at 17: 53


Responder

Hola! Me parece que feminismo es un buen ejemplo de tema hiper


complejo que se nutre de evidencias, cuestiones morales, tradiciones,
etc. La idea es que el libro pueda ofrecer algunas estrategias para tratar
con estos temas. En otro orden de cosas, sí, soy bióloga, pero no creo
que sea mi lugar decir cómo son las cosas “según la biología” ni dar mi
opinión. Mi opinión vale tanto como la de cualquiera en esto, ya que no
soy experta en ese tema particular. Sí me parece valioso que se dé esta
discusión acá y que podamos “escucharnos” todos con respeto.
Saludos.

12.
JULIÁN on Mar 20, 2018 at 14: 46

Responder
Citar siempre al mismo autor, ¿es plagio o posverdad?
¡Muy interesante el proyecto que se viene! ¡Gran forma de empezar!

0.

LORENZO on Abr 4, 2018 at 22: 49


Responder

Esta enamorado de Dawkins parece, eso pasa, si lo cita


emocionalmente es posverdad jajaja

13.
SEBA on Mar 20, 2018 at 19: 38

Responder

Hola, saludo el proyecto, me alegra y entusiasma que elgatoylacaja profundice


su inserción en las ciencias sociales (ya nos hizo un aporte enorme con la nota
sobre los trolls contra el conflicto del CONICET en diciembre de 2016).
Estaría bueno si los capítulos se pueden subir también en formato pdf así
descargamos, imprimimos y podemos subrayar y tomar notas para hacer
devoluciones más enriquecedoras. Mucha suerte, ¡nos vemos pronto!

14.
MARCOS on Mar 21, 2018 at 09: 32

Responder

Un tema interesante es el de las ciencias sociales, mas precisamente el de


psicologia y del psicoanálisis. Desde psicología del aprendizaje, hasta
psicoterapia, todas las materias de la facultad de psicologia, tanto de la uba,
como de la unc, tienen una orientación psicoanalítica.
Como te dicen desde primer año en la facultad de psicología el psicoanálisis
es un método de investigación, una teoría y una terapia. Que significa que el
psicoanálisis sea un método de investigación? Es un método distinto del
método científico que también sirve para validar conocimiento?
La psicología no es solo una ciencia teórica, sino que es una ciencia aplicada y
tiene que ver con la salud de las personas. Si yo te digo que hay un método, el
método psicoanalista, distinto del método científico, para validar
conocimiento vos pensarías que saltarían científicos, no importa a que se
ocupen, a criticar, como anticuerpo, que vendría a eliminar seudociencia
producida en la propia universidad? Bien, no pasa eso, a diferencia de lo que
decís en el artículo, los científicos no le interesa nada más de lo que pasa en su
investigación, al lado podrán estar validando conocimiento por principio de
autoridad o lo que sea que al científico no le interesa por más que suceda en la
misma universidad.

Cuál es la efectividad de la terapia psicoanalítica en las distintas patologías


mentales? Como esta validada la teoría psicoanalítica? Cuál es la relación
entre psicoanálisis y neurociencia? Se puede validar conocimiento con el
método psicoanalítico? Estas en exactas no te importa lo que pase en otra
facultad, tendrá que venir algún órgano externo para ver lo que pasa porque la
propia universidad no tiene forma de elimina la seudociencia de sus
instituciones? El científico que describís en el artículo, no es un científico real,
no le pasa nada a un científico que en la facultad del lado se use el método
psicoanalítico, no el método científico para validar conocimientos, no se mete,
no vio nada, no sabe nada.

0.

EMMANUEL on Nov 25, 2018 at 05: 44


Responder

En esta te banco.

15.
FRANCISCO M. GÓMEZ S. on Mar 21, 2018 at 10: 25

Responder

Excelente! Felicidades por la iniciativa, te deseo mucho éxito (por el bien de


todos nosotros!)
Siendo fan del tema y habiendo intentado divulgar estas cosas noto un par de
problemas que son a primera vista complicados de tratar (y que no tengo ni
idea de cómo vas a resolver ….pero me interesa mucho saber, estaría bueno
que estén el libro):

– Lo primero es lo difícil que es que llegue el mensaje. A la mayoría de la


gente ni le interesa. Y es necesario que el mensaje llegue.
– Veo que sería fácil para cualquiera tomar estas herramientas y usarlas para
rechazar ideas con las que ya se está en desacuerdo en vez de usarlas para
analizar las ideas que defendemos. Con el sesgo de confirmación al mando, es
el escenario más probable.
– Me pasó de escribir sobre cuestionar las creencias propias y el resultado es
que que el post era bien recibido con aplausos y festejos por gente polos
opuestos, y al final todos terminan pensando “exacto! aplausos! eso es
exactamente lo necesitan aprender los otros! son unos boludos!”. La
autocrítica es algo muy difícil de incentivar. No conozco a nadie que no crea
que tiene pensamiento crítico. Todo el mundo dice tenerlo. Incluso los que
dicen que la tierra es plana se la pasan repitiendo que nos hace falta
pensamiento crítico y que tenemos que cuestionarnos más las ideas. Convertir
la crítica en autocrítica es complicado. Incentivar eso en otros es más
complicado todavía. Alguna idea?
– Sabemos que cuando un tema genera pasiones, los argumentos no sirven.
Personalmente creo que es posible domesticar las emociones propias. El
problema es que no veo remedio posible con emociones ajenas, y en cualquier
tema donde haya carga emocional es difícil llegar a un acuerdo. (se puede ver
fácil en el ejemplo polarizado de la discusión sobre el feminismo más arriba.
Chicos, no se peleen, los 2 tienen un poco de razón …según mi opinión
personal, obvio. De todas formas entiendo que la idea no es discutir temas
concretos sino las formas de pensar que tenemos ). Guadalupe, van todos los
aplausos por elegir a la apática vitamina C como ejemplo central, excelente.
Otra cosa hubiera explotado. Me interesaría saber más adelante qué opciones
se te ocurren para promover estas herramientas en temas emocionales.
Comentario aparte, creo que es fundamental ponerse en el lugar del que piensa
distinto y tratar de entender lo mejor posible su forma de pensar. Sirve para
mover un poquito las ideas propias, para evitar caer en hombres de paja y para
poder armar argumentos que tengan alguna chance de llegar al otro lado.
Guadalupe, el mejor de los éxitos!
Más empatía y menos sesgos mentales y el mundo se va para arriba.

0.

GUADALUPE NOGUÉS on Mar 21, 2018 at 14: 44


Responder

Hola, Francisco! Muchas gracias por tu comentario. Coincidimos


100% en el diagnóstico de los problemas, jajaja! En cuanto a posibles
soluciones, en el libro habrá propuestas, claro. No pretendo ofrecer LA
solución, pero espero poder aportar herramientas concretas para
combatir la posverdad. Arranqué con vit C que, como bien decís, no es
que despierte una respuesta fuertemente emocional. La idea era más
bien establecer una base sobre la cual ir sumando capas de complejidad
más adelante. Saludos!

1.

PELA on Mar 22, 2018 at 15: 36


Responder

El segundo punto que planteás, de repartir herramientas que la gente no


está preparada para usar… me viene a la mente la expresión “más
peligroso que mono con navaja”. Por otro lado, me parece que si no las
damos, de todas formas está todo perdido.

2.
JOFI on Mar 29, 2018 at 11: 10
Responder

Excelentes acotaciones! Me gustan los debates, aunque sean solo de


opiniones, me gusta saber qué piensan otros. Y uno de los problemas
(creo) que tenemos a la hora de aplicar metodología científica para
chequear datos es ese: que en la cotidianidad nos dejamos llevar por
experiencias (opiniones) de terceros como si fueran #laverdat. “A
fulanito le funcionó el Reiki”, “Mengana probó la terapia del sauce
hervido con pomelo y anda bárbara”. Muchas personas más que querer
saber, quieren querer creer, como si la motivación mistica, espiritual,
alternativa, es la llave de las soluciones que los “señores expertos”
fallan en proveer. Paja mental? Decepción del mundo factico? Si todo
esto quedase en el plano personal, bárbaro. Pero luego estas personas
empiezan a pregonar cual profetas, y muuuchas, muuuuchas, los
siguen. Les da pereza fast-chequear info? Están cansadas de la
atiborrada información del mundo, que hace que se acurruquen en una
idea y se entierren con sus propios convencimientos? Como si la
verdad fuera una elección personal. Y los cristales de cuarzo nos
protegieran de los malos yuyus de la gente que piensa distinto.
Espero que estas y varias dudas más se traten en el libro. Saludos y
sigan así
(Una biología molecular devenida en escritora y repostera)

16.
JULIÁN on Mar 21, 2018 at 15: 37

Responder

Me encanta la idea del artículo. Últimamente me encuentro dudando mucho


de todo por esto, porque los hechos, las noticias, lo que pasa en el mundo
viene siempre “filtrado” de alguna manera, hay alguien que lo está
describiendo para que vos lo leas/veas y siempre va a ser a través de su lente.
Por eso ya no leo diarios ni veo noticieros, prefiero informarme de lo que pasa
a través del barullo hermoso que es Twitter porque del tema que sea TT vas a
encontrar comentarios super a favor, super en contra y en un punto medio.
Entonces me parece que así estoy escuchando distintas campanas y no solo las
que en un principio coinciden con mi opinión.
Y creo que más allá de poder desenmarañar las posverdades que nos llegan, lo
difícil es que alguien demasiado sesgado en algún tema esté abierto a que vos
lo hagas. La mayoría de los que llegamos a este artículo (creo yo) es porque
aceptamos la posibilidad de que nos están tratando de vender hechos no tan
chequeados y lo vemos como una preocupación. El logro final de este trabajo
entonces va a ser (a mi entender) cuando mi vieja que está convencida de que
las pastillitas de Vitamina C son esenciales para cuando arranca el invierno, se
permita dudar de que sea tan así, y eso la lleve también a dudar sobre si el
hombre llegó a la luna o si el edulcorante genera cáncer.

0.

GUADALUPE NOGUÉS on Mar 27, 2018 at 07: 55


Responder

Hola! Coincido con lo que decís. Somos todos diferentes. Algunos


están más atentos a si nos están tratando de engañar, y otros menos.
Pero creo que estos no son estados absolutos sino que todos nosotros
estamos en mayor o menor medida sesgados en algún tema. El
“nosotros” y el “ellos” que deja entrever tu mensaje son categorías más
flexibles. Esto es algo que planeo tocar en el libro. Saludos!

17.
ANDREA on Mar 22, 2018 at 23: 20

Responder

Hola Guadalupe, había leído algún otro artículo tuyo en esta línea y me parece
el tipo de cosa loable y útil que yo nunca podría hacer ;) . Ahora ando
corriendo, pero me tomo el atrevimiento de pasarte un par de referencias que
capaz pueden resultar útiles.
La primera es de Habermas, el filósofo alemán contemporáneo (que ha venido
lidiando con este temita de la verdad hasta hacer su propia propuesta, que
rankea alto entre las teorías de la verdad contemporáneas). En la Introducción
a su libro “Entre naturalismo y religión” dice que hay dos tendencias opuestas
que caracterizan la situación de nuestra época: la creciente influencia política
de las ortodoxias religiosas [ie lo que hacen los evangelistas en Brasil, los
protestantes más fundamentalistas que apoyan a Trump, o los
fundamentalistas musulmanes, por ej], y la expansión de las imágenes
naturalistas del mundo [ie cierto cientificismo exagerado: la creencia en que la
ciencia salvará al mundo y que quienes no lo entiendan es porque son muy
ignorantes].
Habermas dice que esta oposición entre religión y naturalismo “delata una
secreta complicidad: si falta en ambos lados una disposición a la
autorreflexión, en cierto sentido ambas tendencias contrarias se dividen el
trabajo de
poner en peligro la cohesión de la comunidad política mediante una
polarización de las visiones del mundo” (p 10). Lo dijo unos años antes que el
11S, y lamentablemente los hechos le dieron la razón.

Todo esto para decir de un modo fundamentado y elegante que, aunque


personalmente me encanta El Gato y la Caja, a veces se les nota una Fe en La
Ciencia que quizás, sólo quizás, de a ratos les impide una autorreflexión más
profunda. (Si se nota cierta envidia hacia esa fe, es porque la siento ;)).
La otra referencia es menos larga: si en algún momento resulta agobiante y
poco fructífero tener comentarios (como éste ;) ), hay buenas razones para
moderarlos o directamente usar otras vías (mail, fb, twitter),
en https://theestablishment.co/why-we-dont-have-a-comments-section-
4b491cc4fab

0.

GUADALUPE NOGUÉS on Mar 27, 2018 at 07: 56


Responder

Muchas gracias!
18.
AYE on Mar 23, 2018 at 12: 14

Responder

Excelente artículo!
Yo me pregunto: ¿por qué una explicación nos seduce más que otra?.
Más allá de si se acerca a la verdad o no. Verdad entendida como teoría que
sobrevive al método científico, verdad como correspondencia de los hechos,
verdad como consentimiento construido comunitariamente.
Qué hace que nos inclinemos más por algo que por otra cosa?
Evidentemente nuestras decisiones están íntimamente relacionadas, afectadas,
por sesgos, sentido común, deseos, emociones, un sinfín de cosas difíciles de
medir. Un inconsciente.
La posverdad se sirve de eso para enmascarar mentiras, crea una especie de
encapsulamiento de algo que carece de validez para penetrarnos. Se impone
apuntando a la sensibilidad antes que al raciocinio.
Varios sospechamos que es un discurso creado desde las minorías poderosas y
asumido por mayorías silenciosas.
Toda verdad es política (en el sentido de que está relacionada con algún tipo
de poder). La posverdad está fuertemente sujeta a la condición política y esta
condición siempre puede ser resistida.
Entonces, debemos deconstruir las consignas impuestas con ligereza y así
podremos dejar al descubierto los intereses fraudulentos.

19.
ALEJANDRO on Mar 25, 2018 at 13: 13

Responder

Me gusto la iniciativa, es parte de este momento donde sentimos que la


realidad se nos viene encima, y que los paradigmas sociales terminan por
superar la iniciativa y acción individual.
Por suerte, esta sensación no triunfa en todos los espíritus, y quien es punta de
lanza para encontrar alguna solución, o al menos para plantear una idea
distinta, siempre escucha eco de su discurso, como lo estas haciendo vos
ahora, con todos los comentarios.
Me gusta el enfoque que haces, el caso de la vitamina C es un claro ejemplo
de como actuamos por confianza, y terminamos quizás optando por acciones
que no son beneficiosas, o que simplemente se podrían hacer de una forma
distinta, si buscamos nuestras propias herramientas.
Soy Sociólogo, y el tema de la POSVERDAD , o mejor dicho la crisis de
fundamentación, en la que nos hayamos inmersos, necesita ser pensada y
debatida para entenderla y lograr sintetizarla un poco para poder observarla y
comprenderla.
Es importante desarrollar herramientas como estas que la aborden para salir de
nuestros espacios fragmentados y
lograr crear una comunidad que entienda desde una perspectiva distinta y mas
empatica.

Si llegan a organizar algún encuentro o espacios de debate, desde mi mas


sincero lugar me encantaría participar.
Saludos y felicitaciones por la iniciativa, ojala lleguemos lejos.

20.
FEDERICO on Mar 25, 2018 at 13: 25

Responder

Me pregunto… hay personas que creen en una “posverdad” y son capaces de


militar/intentar inculcar otra “posverdad” más conveniente (para ella
misma)… es decir: somos capaces de albergar y trabajar muchas
“posverdades” ? o hay una “posverdad” inicial que va dando lugares a
“posverdades” derivadas?
Otra cosa… ya que el método científico es una creación de la mente
humana… realmente existe “la verdad” ?

0.
PELA on Mar 26, 2018 at 14: 21
Responder

“Hubo un tiempo en que nadie sabía las ecuaciones gravitacionales con


detalle equisitamente riguroso, y aún así, si caminabas más allá del
borde de un precipicio, te caías.”
A pesar de que en la vida diaria percibimos la realidad como un
conjunto de objetos, movimientos e interacciones, la realidad está en
algún sentido científico hecha de moléculas que están hechas de
átomos que están determinados por quarks. Entonces, podríamos decir
que en principio la “verdad” existe en el sentido del estado de un
modelo cromodinámico, pero pensar en estos términos es muy poco
práctico, porque el problema es casi siempre intratable, y por otro lado
no tengo ni idea de cómo modelar eso. Aún así, si yo te digo “¡Cuidado
con el precipicio, boló!”, la existencia del precipicio, aunque casi
indescifrable a partir del estado del modelo cuántico de la realidad
circundante, es verdadera en el sentido predictivo; es decir, en el
sentido de que si no frenás te vas a caer y hacerte bolsa.

0.

FEDERICO KARP on Mar 29, 2018 at 16: 45


Responder

Excelente argumentación… ahora completo un poco más el


rompecabezas… Gracias!

0.

FEDERICO KARP on Mar 30, 2018 at 12: 54


Responder
No se si es la onda… te comparto esta entrevista de
Darío El Filósofo (apellido inpronunciable!)…

https://www.facebook.com/C5N.Noticias/videos/vb.87
545580838/10156852466380839/?type=2&theater
La encontré por Facebook… no se si se podrá ver por
otro lado.. quizás Youtube

0.

FEDERICO KARP on Mar 30, 2018 at 20: 49


iMpronunciable

21.
SERGIO on Mar 28, 2018 at 12: 55

Responder

Muy interesante el proyecto y el artículo. Me quedé leyendo y releyendo


partes para lograr ahondar en este asunto complejo de la posverdad, me intriga
mucho entender cómo se forma una sociedad que acepta “cosas” sin
cuestionarlas. Es más entendible, desde el conocimiento del cerebro, que
tratamos de darnos la razón constantemente pero me parece que esto está
llegando a un extremo peligrosísimo, el caso de las vacunas es muy evidente.

Voy a estar atento a las novedades!

0.

MARCOS on Mar 28, 2018 at 23: 10


Responder
Sobre la vacunas podes ver los videos del doctor en psicologia Dr
Carlos Amodei, fue profesor mio, pero parece que se volvio paranoico,
tiene videos donde habla sobre vacunas, sobre quimiche, sobre los
reptilianos, imperdible, tan inteligente que era y tan raro que no este en
el neuropsiquiatrico.

1.

MARCOS on Abr 3, 2018 at 15: 59


Responder

22.
CYNTHIA on Mar 31, 2018 at 17: 09

Responder

Hola Guadalupe, gracias y felicitaciones por el artículo.


En lo particular me resuenan dos de las cuestiones que mencionás: la
responsabilidad que nos cabe a los científicos por no ser buenos
comunicadores y lo que se denominó fe en la ciencia. Creo que en definitiva,
las dos cuestiones convergen al mismo punto: la educación científica. Uso
adrede ‘científica’ como sinónimo de ‘crítica’ en tanto calificativo de la
educación que hace falta. Los uso como sinónimos porque considero que así
es como debe ser pero, lamentablemente, no lo es tanto. (Basta poner como
ejemplo el abanico de calidad de trabajos científicos que ha salido en Nature
en los últimos años)
La cuestión de la fe en la ciencia la vivo a mi alrededor. Dado que me dedico
a la investigación, mi entorno (léase mis padres, tíos, primos) tiene una
postura científica. Sin embargo me resultó interesante notar cuando, en
ocasión de las noticias acerca de los terraplanistas, condenaban que existiera
ese movimiento sin siquiera conocer un argumento para rebatirlo. Sucede a
veces también que, invitar a la reflexión (en este caso charlar con alguien
poniéndose en modo crítico, preguntándole por los argumentos que inclinan la
balanza en favor de una postura) es interpretado como una actitud pedante y
aleja al otro.
Me parece muy interesante también que plantees como ejemplo la
controversia de los beneficios de la vitamina C porque eso está muy vinculado
con la postura anti vacunación. Lo que perciben algunas personas es que las
ambiciones humanas (la industria farmacológica está conformada por
personas con diversas intenciones y el caso de la vitamina C se puede usar
como argumento en ese sentido) han distorsionado intentos otrora
bienintencionados. El desarrollo de vacunas para evitar la propagación de
enfermedades es visto como algo de otra época. Existe la idea que hoy en día
llevando una vida saludable aquellas son innecesarias. En mi caso particular,
cuando me encuentro con una persona que expone esa opinión (yo soy física)
no puedo más que cuestionarme si no hay cierto atino en la observación y me
faltan argumentos para rebatirlos.
En definitiva creo que lo tomé como un descargo y al final no aporta nada. De
todos modos me gustaría decir que celebro la iniciativa y que ojalá permee en
todos los que podemos hacer algo al respecto.

23.
GASTON CIG on Abr 17, 2018 at 18: 04

Responder

Que interesante disparador para confrontar con uno mismo los pilares de
nuestra propia construcción de la realidad. No puedo dejar de sentir que el
discurso científico es también un acto de fé. Y algunas veces percibo la
presentación de evidencias como una liturgia donde el científico nos ilumina
de manera casi carismática.
He llegado a un escepticismo casi pirroniano. Espero con entusiasmo este
ejercicio. Los sigo.

24.
JUAN on May 9, 2018 at 14: 31

Responder
Hola Guadalupe, hermosa nota, te felicito, siempre estoy atento a los artículos
que va sacando El gato… Trabajo en Ciencia y además soy artista plástico.
Como consideras que juego todo esto de la posverdad en el ARTE? Es
confiable la opinión de un experto al considerar que cierta
manifestación/expresión del hombre es arte?, que un determinado artista es
mejor que otro?, que tiene más peso la opinión de un crítico?, como juegan en
este caso los sentimientos y emociones en la verdad?. Con esto no quiero
obtener una respuesta claro, la idea es quizá generar una inquietud o debate
no?. Un saludo y gracias por tu artículo. Juan

25.
FRANCISCO M. GÓMEZ S. on Jun 3, 2018 at 06: 14

Responder

Guada, vengo a presentarte a este flaco, no sé si ya habías visto


esto: http://www.revistaanfibia.com/ensayo/mi-vecino-es-antivacunas/
Él también se propuso encarar el problema. Muy buen artículo. (El único
detalle es que lamentablemente en vez de usar un ejemplo como el de la
vitamina C usó el de las vacunas, cosa que hizo que los anti vacunas le
saltaran al cuello)

26.
RODOLFO VAZQUEZ on Jul 14, 2018 at 18: 44

Responder

Hola Guadalupe,
te felicito por el articulo .
Aparte de despertar en mi un sentimiento de alivio por la iniciativa (todavía
hay alguien que no se asusta por meterse con cosas complicadas) me conectó
con otro articulo felino (https://elgatoylacaja.com.ar/aprender-de-hongos/) .
El querido viajante tiene (desde mi particular visión) en común con la
problemática de la postverdad en los medios la dificultad para desarmar la no
verdad.
Imaginé a cada evento de publicación de una postverdad como un grafo donde
las aristas y los nodos representan todas las cosas que se deberían comprobar
para poder desarticular a la misma.
Con lo cual me surgieron muchas preguntas:
1) Cuales serian las heurísticas para estos casos?
2) Se debería untar de hongos a los comunicadores / mediáticos / etc y esperar
a ver el resultado?
Gracias y saludos

27.
RODOLFO on Jul 15, 2018 at 09: 25

Responder

Hola Guadalupe, muy buena la nota.


Se me cruzó con otro artículo felino y casualmente (?) otro biólogo
(https://elgatoylacaja.com.ar/aprender-de-hongos/)
Me imaginé a cada evento de publicación de una posverdad como un grafo
donde los nodos serian los hechos a ser verificados.
Me enganché con la dificultad (y la pensé en términos de tiempo y recursos)
de desarmar una postverdad.
Y claro surgieron preguntas:
1) Si fuera posible modelar estos grafos cuales serian las heurísticas?
2) Deberíamos untar con Physarium a los comunicadores mediáticos y ver que
pasa?
Saludos
Rodolfo

28.
NICOLÁS on Jul 19, 2018 at 16: 01

Responder
Hola, simple pregunta… tendrá este tag “guía de supervivencia en tiempos de
posverdad” forma de libro impreso?
Gracias!

0.

PABLO A. GONZÁLEZ on Jul 20, 2018 at 10: 37

Responder

A partir de setiembre salimos con los tapones de punta con el libro!

29.
MARTÍN on Ago 11, 2018 at 00: 58

Responder

Excelente nota !
Gracias por tu compromiso =D

30.
VERO on Ago 23, 2018 at 09: 50

Responder

Muy buen articulo y opiniones diferentes. Quizas la verdad es tan dura que
tuvimos que recurrir a la construccion de la postverdad para seguir adelante.

31.
ROBERTO on Sep 2, 2018 at 17: 32

Responder
Un temazo, gracias! Un libro que me dio vuelta la cabeza en este sentido es
“Pensar rápido, pensar despacio” de Daniel Kahneman. Mi resumen sería algo
así como que no somos seres (solamente) racionales, sino también
fuertemente emocionales… o si se quiere, racionales sí, pero en el contexto de
nuestras verdades—las que incluyen ‘datos’, pero prefiltrados por nuestras
experiencias, prejuicios, valores y los de nuestro grupo.

32.
DIEGO LOBOS on Nov 28, 2018 at 10: 03

Responder

Muy grosos todos tus artículos!!! Ya tengo el libro en mis manos y junto con
los artículos que ya venía leyendo, he podido empezar a cambiar prácticas
diarias. Soy docente de jóvenes adultos y, como seguramente pasa en
muchísimas otra aulas, en las mías los debates son cruentos, más aun cuando
emerge mi condición de abortero, ateo, pro ESI nueva versión, anti religión,
pro LGTB y, como cereza de un postre incomible, comunista, es decir casi
todo lo malo que puede haber en el mundo.

Estos artículos y EL LIBRO vinieron a mostrarme uno por uno los errores que
estaba cometiendo en mis intentos infructuosos de comunicar mis ideas sobre
temas candentes de estos últimos años. 2018 fue especialmente duro y me
convenció de que no estaba haciendo bien mis deberes, el efecto rebote se
hizo sentir con fuerza y me encuentro con estos textos tuyos que cristalizan
mis intuiciones. Me equivoqué duro y trabajé para las ideas que trataba de
combatir, garrón total…

Respecto de ello, en la página 331 decís “Algunas de nuestras posturas se


refieren a cuestiones ideológicas, de valores. Son opiniones en las que
podemos diferir entre nosotros…. Acá no hay verdades ni falsedades. Pero en
otros casos , estamos en el terreno de lo fáctico…”. Esto me lleva a pensar que
la mayoría de mis valores e ideología provienen de cuestiones fácticas, de
teorías científicas, históricas y actuales. Por otro lado, veo a mis cercanos
provida, que tienen una estructura totalmente distinta, armada en base a la fe
religiosa, que dicta su ideología y valores sobre bases en donde la ciencia no
pareciera querer meterse.
Mi hipótesis es que la religión, especialmente la cristiana, que es la que
conozco, es posverdad en estado puro, y de ahí surgen cuestiones ideológicas
y de valores, es decir, ciencia vs. religión nuevamente en la base del debate y
en la concreción de políticas públicas concretas.
No es la creencia en el Dios cristiano algo que debería combatirse? No debería
ser inaceptable que en los púlpitos se propaguen ideas contrarias a la ciencia?

Me gustaría saber tu postura respecto de esta cuestión, ciencia vs. religión, es


decir valores basados en la ciencia y valores basados en la fe.
Un abrazo grande y muchas gracias por ayudarme a pensar con otros.

https://elgatoylacaja.com.ar/pensar_con_otros/capitulo-1/

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