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Sombras grises de verano

La mañana sombría como si no quisiera resplandecer , agotada y tan melancólica que

parecía cubrir lo más profundo de su ser ,su alma.

Allí estaba ella, observando como todo se movía lentamente, el sonido de los coches, el

eco de las voces retumbando en su cabeza , todos en alguna dirección. Pensando

mientras tomaba un sorbo de ese vicio, ése que nos deleita el paladar con suave textura,

calidez y el sutil olor embriagante de compuestos volátiles. Deseando encontrarse a sí

misma, con temor a la exaltación que también pudiese convertirse en una lacerante y

pesadumbre desdicha. Negándose a sí misma que en ella aún acucia vehementemente

volver a percibir la calidez de la arena junto a las olas y la brisa suave con olor al mar ,

recordar el brillo de esos ojos que resplandecían como luz de medio día , esos ojos que

llenaron de colores sus atardeceres de verano, pero que consigo trajo a ella toda su

desdicha que desapareció su alegría así como la efímera luz colorida de jardines y

árboles vuelven las sombras negras que empañan todo su fulgor.

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