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Comprension Prueba Informal Sexto
Comprension Prueba Informal Sexto
LAS VACACIONES
Faltaban pocos días para que terminara el año escolar. Alberto y Elisa, dos hermanos gemelos,
estaban muy contentos ya que en cuanto comenzaran las vacaciones se irían a pasar el verano a
casa de sus abuelos en un pueblecito de la montaña en donde su padre había nacido hacía treinta
y cinco años atrás, y donde sus abuelos seguían viviendo. ¿Volverían a ver a los amigos que
hicieron el verano pasado?
El pueblo era muy pequeño y tenía pocos habitantes durante el invierno. Solo llegaba hasta él
una carretera estrecha y accidentada por la que apenas circulaban vehículos, la mayoría tractores
cargados de paja para las vacas y algunos todoterrenos. Un pueblo dedicado por entero a la
ganadería y a la producción de leche. ¡Qué olores tan frescos y agradables, tan distintos a los de
la gran ciudad!
La casa de sus abuelos, un caserón antiguo de dos pisos, estaba al final de la carretera. A partir
de allí el camino era de tierra y se adentraba en los montes entre filas de árboles. En la parte baja
de la casa vivían los animales: diez vacas, un pequeño grupo de gallinas, algunos patos y el más
importante para ellos, un pequeño pony que les habían regalado el año pasado. En el piso superior
vivían sus abuelos durante todo el año, menos en las vacaciones de navidad cuando iban a la casa
en que vivían Alberto y Elisa en la ciudad con sus padres.
Cada día el abuelo se levantaba muy temprano para dar de comer a las vacas y al pony. Cuando
Elisa y Alberto estaban de vacaciones le acompañaban después de tomarse un gran tazón de leche
recién ordeñada, que su abuela les preparaba para el desayuno. Después, la abuela bajaba a dar
de comer a las gallinas y a los patos, que se agitaban alegres a su alrededor nada más verla llegar,
porque sabían que les iba a dar deliciosos granos de maíz.
Tras ayudar a sus abuelos, los dos hermanos tomaban sus bicicletas y se iban con otras niñas y
niños por el camino de tierra, hasta encontrar un remanso del río donde jugaban a la escondida y
a cuanto se les ocurría. Y allí permanecían jugando, hasta que llegaba la hora de comer, momento
en que volvían a tomar las bicis y comenzaban una carrera que tenía como meta la casa de los
abuelos de Elisa y Alberto.
Por la tarde, después de comer y de ayudar a su abuelo en la granja, Alberto y Elisa le ponían los
arreos al pequeño caballo y montaban un buen rato en un prado cercano, hasta que se hacía la
hora de ir a jugar en la plaza, que había en el centro del pueblo, con los demás chicos y chicas.
Pero era después de cenar cuando venía el momento más interesante del día; el abuelo y la abuela
les contaban historias y leyendas de los viejos montes hasta la hora de irse a dormir.
II.- Marca con una V si es verdadero o una F si es falsa en cada de las afirmaciones siguientes, que
se refieren al texto que acabas de leer. Sin volver a la hoja:
III.- Haz una redacción libre acerca de tu ciudad o de otro tema de interés:
DICTADO
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